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Manual de

Ética
2019

CENTRO
FEDERAL
DE
CAPACITACIÓN
INDICE
La ética como disciplina filosófica y marco axiológico 1
Características de la ética 2
Tipos de ética 3
Ética y Axiología 4
La ética como problemática subjetiva 5
Ética subjetiva 6
La ética y los dilemas 7
Ética de la justicia y derechos del hombre 11
Ética y desarrollo económico 14
La ética en las organizaciones públicas y privadas 16
Ética profesional 18
Código de ética 20
Las leyes como reguladoras de nuestra conducta 21
Ética y empresa 23
La responsabilidad social empresaria 26
Enfoques de la ética en la toma de decisiones gerenciales 31
Reflexiones sobre la problemática del desarrollo en el siglo XXI 35
Éticas y tecnologías 37
Códigos éticos e informática 38
Ética y trabajo 42
Ética y dignidad humana 43
Bibliografía 46
LA ÉTICA COMO DISCIPLINA FILOSÓFICA Y MARCO AXIOLÓGICO.

PRINCIPALES CORRIENTES DE PENSAMIENTO.

Para poder comprender los alcances propios de la é�ca, es importante abordar la definición
de este concepto. No obstante, es complicado ajustarse a una única definición ya que desde
diferentes miradas y en diferentes etapas de la historia de la humanidad la é�ca fue recupe-
rando diferentes facetas. De forma general, la é�ca es:
“Una disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el com-
portamiento humano” y “El conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el com-
portamiento humano en una comunidad”.

A primera vista, surge una primera diferencia relevante: la é�ca vista desde la individualidad
del ser humano y la é�ca vista como un elemento propio de un grupo humano par�cular.
Esto nos lleva naturalmente a diferenciar conceptualmente otros dos conceptos: é�ca y
moral.
Aunque ambos términos comparten su origen e�mológico y, más aún, en el uso co�diano
aparecen como sinónimos, en el ámbito académico se reserva el término “moral” para
designar las normas, costumbres y valores que regulan la vida social de una comunidad
dada. El término “é�ca” o “filoso�a moral” refiere a la disciplina filosófica que �ene por
objeto de estudio la moral. En este sen�do, la moral antecede a la é�ca y es tan an�gua
como la humanidad. La é�ca surge con el nacimiento de la filoso�a y conforma un segundo
nivel reflexivo acerca de “lo moral”.
Los problemas morales son problemas de la vida co�diana, los problemas é�cos son proble-
mas filosóficos. El problema de qué hacer en una situación específica es un problema moral
y será el individuo concreto quien tendrá que resolverlo por sí mismo, apelando a una
norma que él acepte como valiosa. El problema de porqué hacerlo es un problema é�co que
remite a la fundamentación de la norma moral.

OTRA DEFINICIÓN INTERESANTE DE ÉTICA:


Dentro de la filoso�a, la é�ca es una rama cuyo objeto de estudio se centra en la moral
como una virtud del ser humano, que se relaciona con deberes que �ene como ciudadano
de una sociedad determinada, y por la cual puede alcanzar un estado de armonía y felicidad
en relación a su espacio y al conjunto de individuos con los cuales lo comparte.

Por lo expresado hasta aquí, es posible inferir que si bien la é�ca no resuelve problemas
concretos de la vida co�diana, sus argumentaciones pueden cons�tuirse en un marco de
referencia orientador de la conducta humana.

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Como vemos, los conceptos de é�ca y moral no pueden ser considerados como sinónimos a
pesar de su proximidad en la construcción del concepto de “costumbre”. La moral es un
concepto mucho más abarca�vo y abstracto mientras que la é�ca reconoce en la moral su
principal objeto de estudio. En este cuadro podemos evidenciar las relaciones que unen a
ambos términos:

CARACTERÍSTICAS DE LA ÉTICA
Entendiendo a la é�ca como una ciencia debemos tener claro también que se caracteriza
por tener:

- Racionalidad: emi�r juicios emanados de la razon y de ninguna manera por sensaciones,


imágenes, pautas de conducta, etc.
- Obje�vidad: intenta explicar los hechos tal como son, indepedientemente de su valor
emocional o comercial.
- Sistema�zación: la información que recopila es coherente, ideas conectadas lógicamente
entre sí, en pos de un campo.
- Metodicidad: u�liza un método procedimental, que puede ser deduc�vo o induc�vo,
prevaleciento induc�vo.

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FUENTES DE LA ÉTICA
Por otra parte, es importante destacar que las fuentes de la é�ca son:

a) La razón humana: es la principal fuente de la é�ca. Nuestra razón encuentra y conoce


claramente algunos principios morales ciertos o universales y deduce otros principios que
se derivan de ellos.

b) La Experiencia: es una fuente secundaria de gran valor. La experiencia puede ser interna
y externa. Por la primera se conoce directamente la naturaleza humana con todas sus limi-
taciones, necesidades y tendencias. La segunda o sea, la de los demás, se da el hombre
cuenta de su Posición con respeto a si mismo, con los demás y a la sociedad.

c) La Historia: otra fuente secundaria de gran valor. La historia amplia incalculablemente el


campo de nuestros conocimientos y experiencias suministrándonos sin trabajos nuestros, el
fruto de las generaciones pasadas.

TIPOS DE ÉTICA
Podemos dis�nguir tres �pos de é�cas, de acuerdo a su plano de aplicación. Podemos
rastrear los principios de la é�ca en los mismos orígenes de la filoso�a en los �empos de la
Grecia an�gua, y precisamente se cons�tuye como una de sus ramas en cuanto necesita de
la reflexión y la presentación de argumentos para su desarrollo.
Podemos iden�ficar tres sub divisiones de la é�ca, de acuerdo a la dimensión del ser
humano que abordan, y entonces reconocemos a la metaé�ca, el plano quizás de mayor
reflexión y abstracción dentro de la é�ca, pues supone la reflexión acerca del “deber ser”
del individuo, y cómo sus acciones están orientadas hacia un fin. Dependerá del propio
individuo que este fin perfeccione a si mismo una vez alcanzado. Luego, encontramos la
é�ca norma�va, que se ocupa de definir los rasgos o caracterís�cas de las acciones o actos
de los individuos que le permiten determinar el bien moral.
Por úl�mo, iden�ficamos a la deontología, que es la sub división de la é�ca que aborda
aquellas acciones que deben (y las que no deben) ser realizadas, sin tener en cuenta si las
consecuencias de su concreción pueden ser posi�vas o nega�vas. Son todas las obligacio-
nes del individuo que este mismo debe cumplir, y donde no importan qué consecuencias
traerán dichos actos. Esta úl�ma, se relaciona con el accionar profesional (deontología
profesional).

Una sentencia é�ca es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es
bueno, malo, obligatorio, permi�do, etc. en lo referente a una acción o a una decisión. Por
lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia é�ca sobre una persona, está realizando un
juicio moral. La é�ca, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros

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de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral. Claro
que la é�ca no es coac�va, ya que no impone cas�gos legales (sus normas no son leyes). La
é�ca ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí
misma no es puni�va desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregula-
ción.

ÉTICA Y AXIOLOGÍA
La Axiología es conocida como aquella rama de la Filoso�a que se ocupa y centra en el
estudio de la naturaleza de los valores y los juicios valora�vos. La axiología estudia tanto los
valores posi�vos como los nega�vos, analizando sus primeros principios que son aquellos
que permi�rán determinar la valía o no de algo o alguien, para luego formular los funda-
mentos del juicio tanto en el caso de ser posi�vo como nega�vo.
Evidentemente, la axiología junto con la deontología serán los principales fundamentos con
los que contará la É�ca.
Para la axiología un valor será “aquella cualidad que permi�rá ponderar el valor é�co y
esté�co de las cosas”, es decir que se trata de aquella cualidad especial que hace que las
cosas o las personas sean es�madas en un sen�do nega�vo o posi�vo. Se pueden dis�nguir
dis�ntos �pos de valores. Los obje�vos son aquellos que resultan ser ellos mismos la finali-
dad, como ser el bien, la verdad y la belleza. En oposición a estos, nos encontramos con los
subje�vos que serán aquellos que representan un medio para llegar a tal o cual fin y que la
mayoría de las veces se encuentran seguidos de un deseo de �po personal. Además, desde
otra perspec�va, podemos diferenciar también los valores fijos que son aquellos que a
pesar de todo permanecen y los dinámicos, que no están sujetos a permanecer, sino que
van cambiando a medida que nosotros vamos cambiando.
Lo que resulta primordial de este análisis de las relaciones entre é�ca y axiología es que
ambas están ín�mamente relacionadas. Cuando nos referimos a “marco axiológico” esta-
mos hablando entonces de las concepciones que aplicamos cuando analizamos algún
aspecto o hecho de la vida co�diana o profesional. Desde un marco de valores propios
evaluamos el mundo que nos rodea y para ello apelamos a principios é�cos

LA ÉTICA Y SU RELACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS:


Cabe señalar, además, que las conductas y valores del ser humano también son tomados
como objeto de estudio y prescripción por la sociología, la antropología cultural y el dere-
cho. Brevemente, podríamos esquema�zar de la siguiente manera lo específico de cada
una y las diferencias entre ellas:
- Esfera �ca
- Esfera Sociológica
- Esfera Antropológica-cultural
- Esfera Juridíca

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Esfera É�ca: se ocupa de lo que es "bueno" o "recto" para la "condición" humana, indepen-
dientemente de que sea acostumbrado, legislado o mayoritariamente asumido por una
determinada sociedad. Una acción "recta" es aquella que se puede defender o jus�ficar con
coherencia razonable en teorías é�cas (que incluyen valores, principios, normas, virtudes) y
en una antropología o concepción de lo que es el hombre

Esfera Antropológico-cultural: los valores vividos de hecho y las costumbres, considerados


como "válidas" por los dis�ntos grupos humanos de una determinada sociedad o ambiente
cultural, tengan o no tengan fundamentación racional. El antropólogo cultural (a diferencia
del filosófico) se ocupa de saber qué es lo que los hombres o sociedades valoran de hecho.

Esfera Sociológica: las conductas estadís�camente significa�vas de una población. El soció-


logo se ocupa de ver las relevancias estadís�camente significa�vas de los dis�ntos compo-
nentes de la sociedad a través de un método que le es propio (a diferencia del de la antro-
pología cultural).

Esfera Jurídica: se ocupa de establecer lo que debe ser mandado prohibido o penado por
las leyes de una sociedad. Lo "mayoritario" o lo vivido "de hecho" en una sociedad, no
necesariamente �ene por qué coincidir con lo "legal" o lo "é�co", aunque haya algunas
teorías é�cas que sostengan esta postura. Un ejemplo �pico de no-coincidencia entre lo
é�co y lo legal es el caso de la pros�tución o de los vientres de alquiler, que pueden ser
legalmente admi�das pero que desde el punto de vista é�co implican una comercialización
de la integridad personal de la mujer.

LA ÉTICA COMO PROBLEMÁTICA SUBJETIVA. LA ÉTICA EN EL MANEJO DE LA INFORMA-


CIÓN Y EN LA TOMA DE DECISIONES.

En filoso�a, la subje�vidad está asociada con las interpretaciones y a los valores específicos
que marcan cualquier aspecto de la experiencia del ser humano. Cada persona desarrolla
aspectos cualita�vos específicos que sólo son accesibles a la conciencia de esa persona. El
concepto de subje�vidad está vinculado a una cualidad: lo subje�vo, que se refiere a lo que
pertenece al sujeto estableciendo una oposición a lo externo, y a una cierta manera de
sen�r y pensar que es propia del mismo.
En este sen�do, puede afirmarse que la subje�vidad es una propiedad opuesta a la obje�vi-
dad. Mientras que la primera se sustenta en la opinión y los intereses propios del sujeto, la
obje�vidad implica tratar a los conceptos como si fuesen cosas, de manera distante y con la
menor implicación personal posible.
Si bien es cierto que parte de las experiencias son obje�vas y accesibles a cualquiera, otras
son sólo accesibles a la persona que las experimenta.

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La subje�vidad se concibe como la capacidad de interacción, intencionalidad, negociación,
pero también como capacidad para pensar. El Ser Humano elabora opiniones personales
basándose en experiencias que en lo común expresan verdades subje�vas. Estas experien-
cias son el cúmulo de hechos vividos que nos cons�tuyen y acompañan durante toda la
vida. En cualquier caso el registro de la experiencia se realiza desde lo subje�vo, lo indivi-
dual, lo propio, lo diferente del otro. Una misma experiencia vivida por personas diferentes
adquiere valores únicos en cada uno. La carga emocional adjudicada es dada por quien lo
vive y sólo comprendida por él.
Algunos autores han definido el concepto como la capacidad de pensar, negociar, interac-
tuar y dar cierta intencionalidad a una acción. Dichas capacidades van de lo individual a lo
colec�vo, y se llevan a cabo a través de una organización del trabajo de manera informal y
única, porque todos los seres humanos tenemos nuestra propia forma de expresar dichos
pensamientos y realizar las acciones respec�vas.

ÉTICA SUBJETIVA

La base fundamental de la é�ca subje�va radica en que cada juicio moral que establece un
individuo o una colec�vidad es una valoración más o menos arbitraria. En este sen�do, se
rescata el principio de la autonomía del sujeto al momento de emi�r una valoración moral.
Es decir que la valoración puramente subje�va no viene de los actos mismos, no intervie-
nen elementos obje�vos. Cada individuo �ene sus propias percepciones y sensaciones de
las cosas, que puede diferir de las de otro individuo, por ello la valoración moral es pura-
mente individual ya que nadie puede sen�r lo que siente otra persona.

Existen dos clases de é�cas subje�va: una que considera al individuo como el que juzga de
forma única e individual los actos morales, y otra de carácter colec�vo o social. Esta úl�ma
ver�ente se interesa más en iden�ficar las apreciaciones morales de una determinada
sociedad. En este sen�do cada sociedad según su situación geográfica y/o histórica deter-
mina, dentro de su conjunto de valores, que cosas son buenas y que cosas son malas según
sus propias creencias, su tradiciones, su cultura y estas es�maciones puede diferir radical-
mente entre una sociedad y otra, ya que son apreciaciones de cada una de las sociedades
individuales.

Para la é�ca subje�va, la libertad es el centro de todo análisis. Para realizar juicios de valor
con todo conocimiento y de una manera madura, es necesario cul�var el ejercicio de la
razón a fin de lograr el poder de discernimiento necesario para, desde mi propia subje�vi-
dad, entender los valores de lo bueno y lo malo con mayores elementos y en síntesis, hacer
uso de la libertad.

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LA ÉTICA INDIVIDUAL

La é�ca individual permite todo y no obliga a nada: toda acción o inacción de un individuo
cuyos efectos recaen exclusivamente sobre su propiedad es legí�ma. Cada individuo puede
asumir las normas personales de comportamiento que considere adecuadas para alcanzar la
felicidad. El ser humano actúa porque cree que el resultado de su acción será beneficioso
según su valoración par�cular.
U�lizando sus limitados conocimientos y capacidades, la persona intenta prever a priori las
posibles consecuencias deseables e indeseables de su acción. Toda acción �ene un coste, el
valor de aquello a lo que el actor debe renunciar para alcanzar su meta, y puede tener
consecuencias no deseadas. El actor asume los inconvenientes, las consecuencias previstas
no deseadas, porque juzga más valiosos los obje�vos a conseguir, las consecuencias previs-
tas deseadas.
Toda acción humana está afectada de incer�dumbre y riesgo, y puede tener consecuencias
imprevistas, deseadas y no deseadas. La acción �ene una duración temporal y las valoracio-
nes subje�vas del actor pueden cambiar durante la misma: en algunos casos, lo que a priori
se juzgaba de forma posi�va (nega�va), a posteriori se evalúa de forma nega�va (posi�va).

LA ÉTICA Y LOS DILEMAS

Dice el diccionario: “De un modo muy general se llama dilema a la oposición de dos tesis, de
tal modo que si una de ellas es verdadera, la otra ha de ser considerada falsa y viceversa.
Una decisión basada en motivos distintos de los lógicos, parece ser en ciertos casos necesa-
ria”. Y agrega: la solución de un dilema “no es susceptible de una determinación racional por
medio del principio lógico de contradicción, sino objeto de decisión y, en el fondo, de creen-
cia”.
En el lenguaje co�diano decimos que “estamos en un dilema”, cuando enfrentamos una
situación que presenta al menos dos alterna�vas de acción y de ambas se desprende una
conclusión indeseable.
La vida moral es dilemá�ca en tanto nos enfrenta a situaciones ineludibles, donde la eva-
sión o la postergación implican ya una forma de solución, y usualmente no es ésta la más
adecuada.
La solución de un dilema es objeto de decisión y en el fondo de creencia. Pero en el ámbito
moral, la decisión no puede ser arbitraria. Conciencia y libertad son condiciones indispensa-
bles para la valoración moral. Asimismo, la elección final se sustenta en la adhesión ín�ma a
una norma que se asume como valiosa.
La interiorización de la norma es esencial en el acto moral. Es este requisito del convenci-
miento ín�mo lo que diferencia las normas morales de las jurídicas o de las reglas del trato
social.

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CAPACITACIÓN
Nuestra intención es pensar en el dilema, no como instrumento cien�fico para la obtención
de verdades, sino como puerta de entrada a la reflexión.

DEL DILEMA A LA TOMA DE DECISIONES

A modo de glosario:
Decisiones. Son combinaciones de situaciones y conductas que pueden ser descritas en
términos de tres componentes esenciales: acciones alterna�vas, consecuencias y sucesos
inciertos.
Resultado. Son situaciones describibles públicamente que ocurrirían cuando se llevan a cabo
las conductas alterna�vas que se han generado. Como todas las situaciones son dinámicas y
suponen que si se con�núa la toma la acción el resultado puede variar.
Consecuencias. Son las reacciones evalua�vas subje�vas, medidas en términos de bueno o
malo, ganancias o pérdidas, asociadas con cada resultado.
Incer�dumbre. Se refiere a los juicios de quien toma la decisión de la propensión de cada
suceso de ocurrir. Se describe con medidas que incluyen probabilidad, confianza, y posibili-
dad?
Preferencias. Son conductas expresivas de elegir, o intenciones de elegir, un curso de acción
sobre otros.
Tomar una decisión se refiere al proceso entero de elegir un curso de acción.
Juicio. Son los componentes del proceso de decisión que se refieren a valorar, es�mar, infe-
rir que sucesos ocurrirán y cuales serán las reacciones evalua�vas del que toma la decisión
en los resultados que obtenga.

A cada momento, un dilema nos pone frente a situaciones en las que nos vemos obligados a
decidir el camino a tomar, la alterna�va a seguir. El proceso de toma de decisiones ha sido
estudiado por muchos autores y sólo citaremos a con�nuación los más representa�vos.

MODELO DE THOPSON Y THOMPSON


Fase 1 Revisar la situación para iden�ficar problemas, las decisiones que se debe tomar, los
aspectos é�cos y las personas involucradas en la situación.
Fase 2 Recopilar información para clarificar la situación.
Fase 3 Iden�ficar el asunto de é�ca de la situación.
Fase 4 Definir la posición moral y é�ca personal y profesional.
Fase 5 Iden�ficar la posición moral de las personas clave comprome�das en la situación.
Fase 6 Iden�ficar los conflictos de valores o de principios, si existen.
Fase 7 Determinar quién debe tomar la decisión.
Fase 8 Iden�ficar el ámbito de las acciones y an�cipar los resultados.
Fase 9 Decidir sobre una conducta de acción, fundamentarla y ponerla en prác�ca.
Fase 10 Revisar y evaluar los resultados de la decisión y acción tomada.

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CAPACITACIÓN
MODELO 1 DE BRODY

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MODELO 2 DE BRODY

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CAPACITACIÓN
LA ÉTICA DE LA JUSTICIA Y DERECHOS DEL HOMBRE.

ABORDAJE DESDE EL CAMPO DE LA ÉTICA DE LA PROBLEMÁTICA DERIVADA DEL DESA-


RROLLO ECONÓMICO. ÉTICA, JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS.

¿QUÉ DEBO HACER? A esto responde la moral pero existen también otras formas de orde-
namiento social. La moral no es el único saber norma�vo que regula la convivencia social.
Las reglas del trato social y el derecho, entre otros, proveen normas que pautan también la
convivencia social.
Cuando hablamos de normas morales referimos a normas no escritas, que se transmiten
oralmente, que se infieren de las acciones de los dis�ntos actores sociales, que “circulan”,
que cambian. Es justamente por esto, porque la moral alude a costumbres y valores de
dis�ntos grupos, nos suele enviar mensajes contrapuestos. Escuchamos y nos decimos a
nosotros mismos que “debemos ser solidarios y generosos” “que debemos ayudar a quie-
nes atraviesan situaciones adversas” y también escuchamos y nos decimos que “no debe-
mos confiar en nadie, que la gente se aprovecha de la buena voluntad de quienes la
ayudan” y que “hay que salvarse solo, que uno cuenta consigo mismo y que cada quien
debe ocuparse de satisfacer sus necesidades, que eso es lo auténticamente justo”
Las normas morales son normas autoimpuestas, elegidas con conciencia y libertad y de
cuya elección nos hacemos responsables.

Las reglas de cortesía, también cumplen la función de regular las relaciones de los indivi-
duos, regulación que contribuye – como las otras formas de conducta norma�va – a asegu-
rar la convivencia social en el marco de un orden social dado.
Las reglas de cortesía o reglas del trato social cons�tuyen una conducta norma�va que trata
de regular formal y exteriormente la convivencia de los individuos en sociedad, pero sin el
apoyo de la convicción ín�ma del sujeto(caracterís�co de la moral) y sin la imposición coer-
ci�va del cumplimiento de las reglas (inherente al derecho). (Sánchez Vázquez, A.(1992)- .
México Ed. Grijalbo. Cap. IV)

El derecho también proporciona prescripciones. Moral y derecho son dos �pos de saber tan
estrechamente ligados entre sí que en ocasiones se confunden y parece que basta cumplir
con las normas jurídicas para actuar de una forma moralmente correcta.
Adela Cor�na en su libro nos ayuda a revisar las diferencias entre moral y derecho:
- Las normas jurídicas son promulgadas por los órganos competentes del Estado, mientras
que las morales proceden del propio sujeto autónomo.
- Es el Estado el que está legi�mado para exigir que se cumplan las normas jurídicas me-
diante coacción, mientras que en el caso de la moral el sujeto se “autoobliga”.
- Es también el Estado quien �ene el poder de cas�gar a quien transgrede normas legales.

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Y por eso, para no ser arbitrario �ene que �pificar los posibles delitos y fijar las sanciones
correspondientes. En el mundo moral no hay más sanción que el remordimiento que expe-
rimenta quien ha violado su propia ley.
- Desde el punto de vista jurídico, el desconocimiento de una ley no exime de su cumpli-
miento; y, por lo tanto, si alguien transgrede una ley por ignorancia, podrá considerase tal
ignorancia como una circunstancia atenuante, pero no como eximente. Mientras que desde
el punto de vista moral, el desconocimiento de una norma sí exime de de su cumplimiento,
porque aquí la intención de quien obra es esencial.

La misma autora recalca que para regular la convivencia social no bastan las normas
jurídicas:
- Las reformas legales son lentas y una sociedad no siempre puede esperar a que una forma
de actuación esté recogida en una ley para considerarla correcta. Por eso muchas veces la
é�ca se an�cipa al derecho.
- Aunque muchas veces nos parezca que las normas jurídicas son más eficaces que las
normas morales, lo cierto es que su capacidad protectora es muy limitada. Las leyes
pueden eludirse, manipularse y tergiversarse; sobre todo por parte de los poderosos. Por
eso muchos creen hoy que la única garan�a de que los derechos se respeten consiste en
que las personas estén convencidas de que vale la pena hacerlo. Tomando el célebre slogan
“una imagen vale más que mil palabras”, podríamos decir que una convicción moral vale
más que mil leyes.

EI concepto de jus�cia �ene su origen en eI término Ia�no iustitia y permite denominar a


una de las cuatro virtudes cardinales, aquella que inclina a dar a cada uno lo que le corres-
ponde o pertenece. La jus�cia es aquello que debe hacer según el derecho, la razón y la
equidad.

Jus�cia, por otra parte, la jus�cia hace referencia al Poder Judicial y a la pena o cas�go
público. De esta forma, cuando la sociedad “pide jus�cia” frente a un crimen, lo que hace
es pedir al Estado que garan�ce que el crimen sea juzgado y cas�gado con la pena que se
merece de acuerdo a la ley vigente.
Entre la jus�cia y la é�ca, existen también diferentes aspectos que se deben considerar y tal
como lo comenta Gloria Marín (1993), existen dos �pos de é�cas: la é�ca de la jus�cia y la
é�ca del cuidado.

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El respeto a los derechos, según la é�ca de la jus�cia, supone que cualquier acto es moral
mientras no lesione los derechos de los demás. Hay unas reglas que limitan la invasión de
los derechos del otro y esas reglas hay que cumplirlas. Lo demás es cues�ón individual, y no
pertenece al ámbito de una é�ca válida para todos.
El imparcialismo supone que para la emisión de juicios morales no es necesario conocer
muchos detalles sobre la situación o sobre las personas implicadas; pues, de lo contrario,
cabe el peligro de juzgar parcialmente, de dejarse influir por la simpa�a, por los sen�mien-
tos. Se es más imparcial y, por tanto, más justo si se juzga bajo el velo de la ignorancia. Por
su parte el contextualismo equivale a la necesidad de obtener un amplio conocimiento
sobre la situación a juzgar y sus protagonista, ya que además de sus derechos también hay
que considerar sus necesidades.
La obje�vidad, la coincidencia necesaria en la solución, que se deriva del formalismo y del
imparcialismo es sólo teórica, no se corresponde con lo que ocurre en la prác�ca. Hay
dilemas en los que no se llega nunca a un acuerdo. Esto puede ser debido a que se caracte-
riza la situación de diferente manera. Pero incluso si hubiera acuerdo en cuanto a tal consi-
deración puede que tampoco se llegara al mismo juicio porque no existe una única tabla de
valores o jerarquía de principios.

ÉTICA Y DESARROLLO ECONÓMICO

Podemos ubicar a la relación é�ca-desarrollo dentro de la é�ca aplicada. La É�ca del Desa-
rrollo puede definirse como aquella reflexión sobre los fines y medios que acompañan a los
cambios socioeconómicos en los países y regiones pobres y/0 emergentes. IDEA, define a la
é�ca del desarrollo como “la reflexión sobre los fines y medios del desarrollo local, nacional
y global”. Existen tres niveles de los problemas de valor: el reconocimiento de los proble-
mas de valor como una parte importante del discurso del desarrollo, los cuales deben estar
en el corazón de todo pensamiento sobre el desarrollo; la defensa cuidadosa de las teorías
básicas norma�vas que jus�fican un modelo de desarrollo local, nacional o global; la aplica-
ción de valores a una concreta toma de decisiones. En este sen�do, la é�ca recupera su
valor axiológico de las polí�cas públicas dado que sirve de guía en momentos cruciales para
el correcto crecimiento de una región.
Si bien es cierto que es necesario que el mundo debe dejar de estar regido por intereses
estrictamente económicos, también lo es que los valores humanos y los principios é�cos
deben conver�rse en una fuente de movilización polí�ca y contribuir al cambio social. Todo
esto está vinculado con la elaboración de las polí�cas públicas, ya que presupone juicios de
valor que deben ser objeto de fiscalización y debate público. A su vez, se debe evitar enten-
der a la é�ca como beneficencia ya que ella conduce a la exclusión social.
Varios autores coinciden en que existen una serie de valores comunes, entre los cuales tres
valores son esenciales para el desarrollo:

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1- Respeto a la vida y a la dignidad humana, reflejado en la protección y promoción de los
derechos humanos
2- Protección del medio ambiente proyectado en el desarrollo sustentable
3- Compasión y solidaridad, base para la promoción de la jus�cia, el desarrollo económico y
social, tanto a nivel nacional como internacional.

La é�ca adquiere entonces importancia por tres mo�vos:


1- En la situación actual puede resolver el problema de injus�cia mundial y local que ha
generado el desarrollo.
2- Las soluciones basadas en conocimientos cien�ficos y modelos gratuitos han proporciona-
do soluciones temporales pero no han logrado mejores condiciones de vida, la pobreza ha
aumentado.
3- Para comba�r la pobreza y lograr un desarrollo sostenible, se necesita más que ins�tucio-
nes y normas jurídicas internacionales y nacionales, además es necesario que las personas
sean responsables de su propio comportamiento y de su relación con la comunidad, es
necesaria una conciencia é�ca.

En este sen�do, el gobierno, las empresas y la sociedad civil comparten una serie de respon-
sabilidades, como son en el caso del primer agente el hacer frente a la injus�cia y a la exclu-
sión, a través de la deuda, el comercio y la inversión; actuar como legisladores, promotores y
defensores de las derechos humanos “básicos” (polí�cos, sociales y económicos); dedicarse
a la creación de ámbitos de diálogo; ser un modelo de conducta en cuanto a la ges�ón de los
recursos humanos y la adopción de polí�cas ambientales, así como luchar contra la corrup-
ción y el fraude; por úl�mo debe asumir su responsabilidad social en cuanto a que involucre
a otros protagonistas.

La responsabilidad de las empresas debe traspasar la obtención de ganancias, el suministro


de empleo y el pago de tributos, debe de cumplir con su responsabilidad social debido al
alto grado de movilización del poder de lo público a lo privado; bajo la cual deben de preo-
cuparse por sus empleados, la comunidad y el medio ambiente.
Mientras que la sociedad civil debe cri�car y proponer soluciones, además de contribuir en
la creación de valores comunes y la confianza entre los pueblos, siendo que, para Kjell, la
Iglesia como ins�tución juega un papel predominante, dada su solidez.

Hay que aplicar la sabiduría é�ca para fortalecer el bienestar humano y el desarrollo interna-
cional, a través de un diálogo interdisciplinario e intercultural que profundice y ex�enda el
consenso actual. (David Crocker)

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LA ÉTICA EN LAS ORGANIZACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS.

Lo público y lo privado son interdependientes. Si la sociedad no se hace responsable de sus


miembros menos favorecidos, ni menos aún, del resto de la humanidad, queda a la moral
privada la ayuda a todos los colec�vos desfavorecidos de dentro y de fuera.

Como sabemos, una ins�tución pública es un organismo que generalmente depende del
gobierno o del estado el cual presta sus servicios a todo el público en general. En estos ámbi-
tos, la é�ca se refiere a una serie de posturas y normas que adopta la ins�tución pública. La
importancia de éstas radica en el hecho de que afectan e influyen de una u otra manera en
las personas que entran en contacto con estas ins�tuciones día a día, de tal forma que toda
postura é�ca adoptada por cualquier ins�tución pública se verá indefec�blemente reflejada
en la sociedad.

Algunas posturas é�cas que todas las ins�tuciones públicas deberían de tener son:
Equidad: Esta se refiere a que las ins�tuciones públicas le deben dar el mismo trato a todas
las personas sin importar su género, color de piel, religión, etc.
Respeto: Se refiere a que las ins�tuciones públicas deben tomar en cuenta, apreciar y valor
los derechos y cualidades de las personas.
Puntualidad: El valor que se construye por el esfuerzo de estar a �empo en el lugar adecua-
do, el valor de la puntualidad es la disciplina de estar a �empo para cumplir nuestras obliga-
ciones.
Responsabilidad: Se refiere a que las ins�tuciones públicas deben de comprometerse a que
sus servicios sean los adecuados.
Hones�dad: Se refiere a que las ins�tuciones públicas le deben de dar un trato justo a las
personas que entren en contacto con la ins�tución pública sin abusar de estas.
Crí�ca construc�va: todo aquel discernimiento que solemos realizar, con el obje�vo de
ayudar a los demás. Se la considera como una ac�tud madura, responsable y llena de respe-
to hacia quienes está dirigida. Su valor se funda básicamente en el propósito de lograr un
cambio favorable que beneficie a cada una de las personas involucradas en determinadas
circunstancias, en sen�do de colaboración y respeto fundamentalmente. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que a veces corremos el riesgo de sujetarnos a este único punto de
vista, sin tener presente cuales son verdaderamente las necesidades de los demás.

Actualmente, las organizaciones empresariales privadas parecen estar también asumiendo


una ac�tud cada vez más interesada en la é�ca así como en el tema de la responsabilidad
social. Los diferentes actores de esas ins�tuciones están más abiertos a la necesidad de
incorporar a la toma de decisiones referentes de �po moral. Tal interés se basa en una reali-
dad tan an�gua como la vida del hombre: sin coordenadas é�cas el mercado, las empresas,

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CAPACITACIÓN
así como la vida económica y la sociedad se conver�rían, tarde o temprano, en un campo
de batalla, una guerra sucia, donde todo estaría jus�ficado para ganar, alejándose de esta
manera del bien común que como grupo humano estaría llamada a fomentar.

Cada organización forma parte del tejido social en donde hacen vida y se desarrollan, no
puede cons�tuir un elemento aislado del resto de la sociedad, por lo que el impacto que
�ene su actuación en los grupos de interés se da por la naturaleza é�ca de su ges�ón em-
presarial.
En este sen�do, para desarrollar estrategias que aseguren el éxito de las organizaciones en
cuanto a rentabilidad, calidad en los procesos, compe��vidad, además de otros paráme-
tros propios de la gerencia moderna cada empresas debe contar con polí�cas formales así
como programas explícitos de ges�ón é�ca orientados a incorporar la dimensión moral en
el trabajo diario y crear mecanismos para monitorear los resultados de las prác�cas empre-
sariales de manera frecuente. Ello contribuye a que todos los procesos empresariales estén
en función de vincular la é�ca en la toma de decisiones para el desarrollo del bien común
en la sociedad, generando un clima de confianza que favorezca el capital social. Es por esto
que algunos autores como Fernández Aguado (2001) planteen que la razón para la existen-
cia de una é�ca empresarial está, no en que la é�ca sea dis�nta en función de los concep-
tos, sino en que es una é�ca aplicada a una circunstancia en par�cular (la empresa), con
sus propias par�cularidades específicas. Aunque la é�ca es única, porque se ocupa del bien
de la persona que es único, �ene diversas especificaciones, por lo que puede hablarse de
é�ca individual, social, familiar, profesional, empresarial, significando dis�ntas exigencias
derivadas de los valores morales y de su aplicación a los diversos ámbitos de la acción
humana.

Por lo consiguiente, la é�ca en las organizaciones, según Argandoña (2004), “es la misma
ética que seguimos en nuestra vida personal, ser ético es una tarea importante, paradójica-
mente, accesible a todos: todos queremos y podemos ser éticos”. Por úl�mo, la é�ca empre-
sarial, es necesaria no solo para enfrentar dilemas al momento en que se presenten opor-
tunidades para tomar decisiones complejas, las cuales pudiesen acarrear consecuencias
nega�vas para la organización, sino también, es ineludible al alterase los valores corpora�-
vos, cuando los vicios se generalizan dentro de la organización, en el momento en que el
rela�vismo é�co pretende validar cualquier decisión.

�ca es aquella empresa que construye su propio proyecto de rentabilidad al interno de


una red de relaciones fundadas sobre bases de jus�cia, equidad, respeto y transparencia,
proponiéndose con la propia organización y con los propios productos mejorar la calidad de
vida de la personas, además de socializar una parte de la riqueza producida, para contribuir
al crecimiento de la sociedad en la cual se desenvuelve generando el mayor bienestar
posible para todos los relacionados.

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CAPACITACIÓN
LA PROBLEMÁTICA ÉTICA CONTEMPORÁNEA: ÉTICAS VIGENTES Y MORALES EMERGENTES.

ÉTICA APLICADA AL EJERCICIO PROFESIONAL. ÉTICA CONTEMPORÁNEA

Actualmente la moral ocupa diferentes aspectos. Las preocupaciones filosóficas están


siempre vigentes pero es necesario contemplar lo nuevo: las denominadas morales de
emergencia que se manifiestan en los más variados sectores sociales.
Estas morales surgen dentro de un ámbito menos ins�tucional y más social y muy ligada a
movimientos sociales que con diversos grados de espontaneidad y en circunstancias diver-
sas, expresan, de modo constante, sus requerimientos de libertad, de igualdad, de respeto
por la dignidad mediante formas diversas de resistencia, desobediencia y de disenso, con la
voluntad no siempre clara de quebrar todo lo que oprime y aliena.
Lo anterior se encuadra en lo que se denomina “justicia desde abajo” y permite iden�ficar
un conjunto de morales implícitas. Sus principales caracterís�cas son:
1) la exigencia de un reconocimiento de la dignidad humana como bien universal,
2) la consideración de las necesidades, no sólo como cues�ón económica, sino también
moral, por un mo�vo que podría ser entendido como redundante, a saber, quela dignidad
humana misma es sen�da no sólo como necesidad, sino como el principio que jus�fica,
ordena y da sen�do al universo de las necesidades en el seno de estos movimientos y
3) el rescate de la subje�vidad como motor de la conducta que nos lleva a reconocer la
prioridad de la subje�vidad moral, frente a las normas opresivas de e�cidad y que supone
otro modo más de reversión espontánea de las formas de discurso opresor.
Estas morales emergentes se han manifestado, de modo espontáneo, como solidaridad,
por lo mismo que la causa de uno es siempre, cuando prima la exigencia de dignidad, la del
otro.
Las morales emergentes son un pensar y un obrar, dado en la misma praxis social, expresa-
do espontáneamente y sin pretensiones teóricas por diferentes sectores de la población.

ÉTICA PROFESIONAL

Por profesión se en�ende una ocupación que se desarrolla con el fin de colaborar con el
bienestar de una sociedad. Para realizar dicha labor es necesario que el profesional (perso-
na que ejerce la misma) actúe con responsabilidad, siguiendo los requisitos que la ley
vigente plantee para el desarrollo de esa ac�vidad.
La é�ca profesional pretende regular las ac�vidades que se realizan en el marco de una
profesión. En este sen�do, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la é�ca
aplicada ya que hace referencia a una parte específica de la realidad.
Cabe destacar que la é�ca, a nivel general, no es coac�va (no impone sanciones legales o
norma�vas). Sin embargo, la é�ca profesional puede estar, en cierta forma, en los códigos

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CAPACITACIÓN
deontológicos que regulan una ac�vidad profesional. La deontología forma parte de lo que
se conoce como é�ca norma�va y presenta una serie de principios y reglas de cumplimiento
obligatorio.
Podría decirse, por lo tanto, que la é�ca profesional estudia las normas vinculantes recogi-
das por la deontología profesional. La é�ca sugiere aquello que es deseable y condena lo
que no debe hacerse, mientras que la deontología cuenta con las herramientas administra-
�vas para garan�zar que la profesión se ejerza de manera é�ca.
La é�ca profesional deriva de un concepto que se conoce como é�ca empresarial que esta-
blece las condiciones en las que el ser humano debe relacionarse con su entorno. Ambas
formas de trabajo se encuentran interrelacionadas ya que es tan importante ofrecer un
servicio justo y realizar una labor responsable, como preservar el hábitat en el que lo desa-
rrollamos.
La responsabilidad de una persona reside en su obligación de responder por sus propios
actos. La misma se ve condicionada por la libertad y la voluntad. En lo que respecta a la
é�ca profesional, la responsabilidad de un individuo lo obliga a desarrollar de forma é�ca y
justa su trabajo, intentando cooperar, en la medida que pueda, con el bien común.

Puntos de diferenciación entre la é�ca y transparencia esperable de los actores del


mercado y la realidad que verificamos a diario.
Autor: Ing. Alejandro Uribe (Perito liquidador de siniestros)
¿Qué es la é�ca? Un buen punto de par�da para encontrar la respuesta, es nuestra propia
experiencia é�ca. Con�nuamente empleamos palabras y expresiones que presuponen
categorías é�cas: bien y mal, deberes y derechos, responsabilidad e irresponsabilidad,
mérito y culpa, lícito e ilícito, etc.
También así cuando calificamos nega�vamente el despedido de un empleado por no haber
accedido a los caprichos de un jefe que le ordenó obrar mal, a un ejecu�vo de una asegura-
dora que perjudica a sus clientes o a la empresa para la cual trabaja en su propio beneficio
o para su enriquecimiento personal, a un productor de seguros que no rinde una cobranza,
cuando un liquidador de siniestros u�liza medios ilegales para obtener un desis�miento,etc.
Se podrá discrepar sobre que es bueno o malo ante una situación concreta, pero todos
tenemos cierta capacidad mental que nos hace valorar las acciones y las personas, en algo
que va más allá de los resultados obtenidos.
El concepto de é�ca es bastante intui�vo y se relaciona más con un buen comportamiento,
no en un sen�do técnico, sino humano.
Sin embargo el concepto de é�ca y más concretamente el de é�ca empresarial en general
(o en empresas de seguros en par�cular), suele asociarse exclusivamente con actuaciones
reprobables tales como sobornos, extorsiones y cohechos, tráfico de información confiden-
cial, contaminación del medio ambiente, reconversiones empresariales con despido masivo
de empleados, fraudes comerciales, estafas, injus�cias con los empleados, etc.

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CAPACITACIÓN
Tanto direc�vos como empleados experimentan cierta insa�sfacción cuando las polí�cas y
las prác�cas de la empresa son contrarias a su conciencia. Y las transacciones (económicas
o de otra índole) siempre requieren gran dosis de confianza.
En algunos sectores, como seguros en par�cular, quebrar esa confianza podría significar
quedar excluido del negocio.(...)
Al tomar decisiones no sólo elegimos qué cosas queremos hacer, sino también qué clase de
personas queremos ser. (...)
Muchas veces ocurre que determinadas exigencias de una compañía (de seguros, de pro-
ductores, de liquidadores), entran en conflicto con la propia conciencia de la persona, sea
cual fuere su cargo. ¿Cómo actuar en estos casos?¿Es aceptable aplicar una doble moral,
como algunos directa o elíp�camente sugieren? O por el contrario, ¿ se debe resis�r,
tratando de cambiar las resistencias de la organización o del entorno, o incluso objetar,
reprochar y hasta denunciar esas conductas ilegales o contrarias a la é�ca?

CÓDIGO DE ÉTICA

Es una organización sistemá�ca de cuáles son las responsabilidades morales que provienen
del rol social del profesional y de cuáles son las expecta�vas que �enen derecho a exigir en
la relación con él. Representa un esfuerzo por garan�zar y fomentar el ethos de la profesión
frente a la sociedad. Es una base mínima de consenso a par�r de la cual se clarifican los
valores é�cos que deben respetarse en los acuerdos que se hagan con las personas durante
la relación profesional.
Un código es una combinación de signos que �ene un determinado valor dentro de un
sistema establecido. En el derecho, se conoce como código al conjunto de normas que
regulan una materia determinada.

Un código de é�ca, por lo tanto, fija normas que regulan los comportamientos de las perso-
nas dentro de una empresa u organización. Aunque la é�ca no es coac�va (no impone
cas�gos legales), el código de é�ca supone una norma�va interna de cumplimiento obliga-
torio.

Las normas mencionadas en los códigos de é�ca pueden estar vinculadas con las normas
legales. El principal obje�vo de estos códigos es mantener una línea de comportamiento
uniforme entre todos los integrantes de una empresa. Al incluir instrucciones por escrito,
no resulta necesario que un direc�vo explique a cada momento cuáles son las obligaciones
que �ene un empleado.
Por otra parte, aquellas personas que redactan el código de é�ca se encuentran en una
posición jerárquica sobre el resto, ya que están en condiciones de es�pular cuáles son las
conductas correctas desde un punto de vista moral.

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CAPACITACIÓN
FUNCIONES DEL CÓDIGO DE ÉTICA:
● Declara�va: formula cuáles son los valores fundamentales sobre los que está basada una
determinada é�ca profesional;
● Iden�fica�va: permite dar iden�dad y rol social a la profesión, mediante la uniformidad
de su conducta é�ca;
● Informa�va: comunica a la sociedad cuáles son los fundamentos y criterios é�cos específi-
cos sobre los que se va a basar la relación profesional-cliente;
● Discrimina�va: diferencia los actos lícitos de los ilícitos; los que están de acuerdo con la
é�ca profesional de los que no lo están;
● Coerci�va: establece cauces para el control social de las conductas nega�vas desde un
punto de vista é�co;
● Protec�va: protege a la profesión de las amenazas que la sociedad puede ejercer sobre
ella.

Un Código de é�ca :
1. Define patrones de comportamiento.
2. Explicita la cultura de la organización.
3. Facilita la toma de decisiones.
4. An�cipa posibles reclamos de grupos externos.
5. Auxilia a las personas ante solicitudes en contra de las reglas establecidas
6. Refuerza el sen�do de pertenencia a la organización.
7. Ayuda en la obtención de mejores resultados financieros.
8. Favorece la comunicación.
9. Fortalece los vínculos internos de la organización.
10. Mejora la imagen de la empresa.
11. Promueve el reclutamiento de gente selecta y de buen Comportamiento.
12. Proporciona claridad en las relaciones con los miembros de la firma, clientes, provee-
dores, etc.
13. Facilita las relaciones gubernamentales.

LAS LEYES COMO REGULADORAS DE NUESTRA CONDUCTA.

Existen diferencias importantes entre las normas morales que venimos desarrollando y las
normas jurídicas. La norma jurídica es una regla dirigida a la ordenación del comportamien-
to humano prescrita por una autoridad cuyo incumplimiento puede llevar aparejado una
sanción. Generalmente, impone deberes y confiere derechos. Las normas morales realizan
los valores é�cos que gravitan sobre la conciencia personal y sobre la conducta de forma
interna y no con�ene en si amenazas, ni sanción externa, sus actos se interiorizan más que
los actos jurídicos. Las reglas de trato social son normas que sin ser normas jurídicas regulan

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CAPACITACIÓN
el comportamiento humano, por lo que las normas jurídicas son una especie dentro del
universo de las normas reguladoras de conducta.
La norma jurídica se diferencia de otras normas de conducta en su carácter heterónomo
(impuesto por otro), bilateral, coercible (exigible por medio de sanciones dada la posibili-
dad legí�ma de recurrir al uso de la fuerza socialmente organizada en caso de su incumpli-
miento) y externo.

En el ámbito del deber, es decir, en las normas morales los deberes pueden referirse a la
conducta externa o a la interna pero solo la conducta externa es la que puede ser impuesta.
La coacción es una propiedad del derecho: un derecho perfecto �ene que ser coerci�vo
para que pueda hacerse obedecer .Y por úl�mo las normas de trato social se dan por sa�s-
fechas, bastando la simple coincidencia de lo prescrito por la norma y el comportamiento
exteriorizado del sujeto. Esta norma se desinteresa por completo del fuero interno del
individuo, por ejemplo si yo saludo a alguien cumplo con la norma, aunque internamente
no quiera hacerlo.
En defini�va esta coac�vidad que caracteriza al derecho es el elemento que dis�ngue la
norma jurídica de la norma moral o las reglas de trato social, y aunque existen muchos
preceptos del derecho que se corresponden con preceptos análogos de la moral (por ejem-
plo: no matarás), sin embargo, a diferencia de las normas jurídicas, las normas morales
�enden a fijar los deberes del hombre par consigo mismo, según su conciencia sin coacción
ni autoridad que la limite.

Todas las normas implican un conjunto de reglas o leyes que determinan el comportamien-
to y deben ser cumplidas por un determinado individuo en un específico lugar y �empo.
Existen dis�ntos �pos de normas, dependiendo de quién las promulgue, ante quién deban
respetarse, quién es el encargado de ejercer el cas�go por incumplimiento, hacia quiénes
son des�nadas y de quién se espera su obediencia.

TIPOS DE NORMAS

Hay dis�ntos �pos de normas según la fuente de donde surjan (quien las creó) y las conse-
cuencias que acarrean.
Los usos o costumbres, también llamadas normas sociales, han surgido espontáneamente
de la prác�ca repe�da en el �empo de ciertas conductas, basadas en el respeto mutuo, que
han creado conciencia de obligatoriedad. Por ejemplo: saludar, comer con cubiertos, asear-
se, no interrumpir conversaciones, etc. Varían a través del �empo y en culturas diferentes.
Son heterónomas, o sea establecidas desde fuera del individuo que debe cumplirlas (por la
sociedad a la que pertenece). En caso de incumplimiento recibirá como consecuencia, el
repudio o la burla social. Es probable que si no saludan nunca a tus vecinos, ellos no habla-
rán bien de �.

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CAPACITACIÓN
Las normas morales, son impuestas por la conciencia de cada uno, basadas seguramente en
la moral colec�va, que coincide en una serie de valores é�cos, considerados como posi�vos
para la convivencia y respeto de la dignidad humana. Para ser respetadas deben estar de
acuerdo con la conciencia individual de quien debe cumplirlas, que recibe esta imposición
desde su propia conciencia. En caso de no cumplirlas la sanción es el remordimiento. Por
ejemplo, ayudar a un ciego a cruzar la calle, dar alimento a un necesitado, decir la verdad,
etcétera.
Las normas religiosas, son prescriptas por la comunidad religiosa a la que cada persona
pertenece, y la sanción en caso de incumplimiento, es divina. Por ejemplo, si no rezas irás al
infierno.
Las normas jurídicas son aquellas que conforman el ordenamiento legal de un estado, dicta-
das por órganos específicos del mismo, y aplicadas también por ins�tuciones, integradas
generalmente por jueces. En el caso de estas normas, que deben necesariamente estar
escritas, si el individuo no las cumple, �enen prevista una sanción o cas�go. El conjunto de
estas normas conforman el Derecho. Por ejemplo, si robas te corresponden determinados
años de prisión, o si no respetas las normas de tránsito, serás cas�gado con una multa. La
más importante de las normas jurídicas de un estado democrá�co es la Cons�tución. Si el
resto de las leyes no la respetan, pueden ser declaradas incons�tucionales.

Las normas mencionadas no se excluyen, sino más bien en muchos casos, coinciden. Las
normas morales dicen que matar o robar es incorrecto, las religiosas, por ejemplo, los diez
mandamientos, sancionan religiosamente esas conductas, y el Derecho les impone una
sanción de cumplimiento efec�vo.

EL CAMPO LABORAL. LA PROFESIÓN EN LA ORGANIZACIÓN. ÉTICA Y EMPRESA.

DE LA ÉTICA DE LA CONVICCIÓN A LA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD CONVENCIDA. EM-


PRESA Y SOCIEDAD. RESPONSABILIDAD SOCIAL. ÉTICA GERENCIAL Y EMPRESAS DE SEGU-
ROS. ÉTICA Y TRABAJO.

En épocas pre-modernas la moral se fundamenta en la religión y el mandato bíblico “ganarás


el pan con el sudor de tu frente”, marca el sen�do del trabajo. Esta norma moral refiere al
trabajo como fuente de subsistencia, subsistencia que se consigue con esfuerzo a través de
una tarea que se emprende como una forma de realización personal y servicio, asumido por
temor o por amor a Dios.

Con la Ilustración (siglo XVIII) y durante toda la modernidad se da lo que se denomina la


primera secularización de la moral. Se desarrolla la idea de que es posible la moral sin Dios.
Sin embargo, la nueva moral laica no hace al hombre más libre. Se instala en la sociedad

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CAPACITACIÓN
“el culto al deber”. Rige una moral muy estricta, estructurada a par�r de una serie de debe-
res y obligaciones que abarcan todos los ámbitos de la vida del individuo; su vida familiar,
su sexualidad, la crianza de los hijos, los deberes polí�cos para con la comunidad y la patria
y por supuesto el mundo del trabajo están marcados por la nueva moral. El refrán popular
que dice “la pereza es la madre de todos los vicios”, repe�do una y otra vez es un emergen-
te de la visión de la época. El trabajo aparece como un claro mandato, pero no es ya un
mandato divino. Es un deber laico. El trabajo dignifica, ennoblece, humaniza, desarrolla lo
mejor que hay en el hombre. Es frecuente escuchar en esta época que suele decirse al final
de la vida de alguien: “su vida era el trabajo”, o bien el mentado dicho “de casa al trabajo, y
del trabajo a casa”. La idea subyacente es que quien cumple con esto no puede ser mala
persona. El trabajo nos ennoblece y se presupone que los profesionales, por ser tales,
automá�camente adherirán al comportamiento é�co.

A par�r de 1950, en la posguerra, se desarrolla la sociedad de consumo y la era de la comu-


nicación de masas. Aquí se consolidan nuevos valores: la libertad, el ocio, el bienestar. Se
abandona la moral de la austeridad, de la renuncia y el esfuerzo. La crí�ca a la moral se
profundiza en las décadas del ’60 y del ’70 cuando la revolución cultural llevada adelante
por los jóvenes hippies cues�ona los valores de las sociedades industriales, reclamando el
derecho al placer y la libertad. Los movimientos contraculturales de la época ven la moral
como una herramienta represora de la sociedad burguesa, y sobre todo represora de la
sexualidad.

“El trabajo es el yugo”, “la vida comienza después del trabajo”. A caballo del auge del mar-
xismo y del psicoanálisis se denuncia la explotación y la alienación en el trabajo. El tema de
la recreación y el �empo libre aparece como problema teórico frente a la perspec�va de la
robo�zación y maquinización y la posible reducción de la jornada laboral.

A par�r de los ’80, se da una nueva vuelta de tuerca. El fin de las utopías, el triunfo del
neoliberalismo cambian las reglas del juego polí�co y económico y esto afecta toda la
trama social y cultural del Primer Mundo y también de los países periféricos. Hoy se da una
rehabilitación de la cues�ón moral. La moral se ha puesto de moda y se apela a la é�ca
como instancia auto-reguladora que ordene un mundo regido sólo por las leyes del merca-
do y con gente descreída de las propuestas religiosas y polí�cas, otrora reguladoras de la
convivencia.

La nueva situación hace que las preocupaciones morales que años antes se centraban en la
moral sexual, se depositen ahora en el campo económico: coimas, fraudes, corrupción,
estafas y robos.

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CAPACITACIÓN
La moral de hoy es pragmá�ca, indolora, “light”. Aunque deja también espacio a posturas
represoras, fundamentalistas, pero que son en general minoritarias.

“¿Qué forma toma la moral que regula la convivencia en las sociedades post-industriales
dónde los individuos están vueltos sobre sí mismos, preocupados por vivir de acuerdo a sus
deseos?. Se trata tan sólo de consumir más razonablemente, de cuidar la atmósfera, de no
tirar pilas al suelo. Nada, en definitiva, que se parezca a morir por la patria, por la revolu-
ción o a seguir planteamientos de este estilo. Parece pues un retorno moral, pero se trata
tan sólo de un nuevo estadio de la moral laica, de una ética sin dolor, de una moral sin
sacrificio”.

De la pregunta por la vida virtuosa hemos pasado a la discusión por la calidad de vida, de la
angus�a por los remordimientos morales a la preocupación por el estrés y la depresión.
Parece estar cons�tuyéndose una nueva lógica moral centrada en la autoes�ma, la realiza-
ción personal y el bienestar.

Se en�ende que en el siglo XXI, apelaremos a “é�cas inteligentes” y aplicadas, más preocu-
padas por los resultados benéficos para el hombre que por la pureza de las intenciones.
É�cas menos idealistas, que no exigen el heroísmo del desinterés sino la búsqueda de
compromisos razonables, de “justas medidas” consensuadas y adaptadas a las circunstan-
cias y a los hombres tal como son.

Una nueva ac�tud frente al trabajo viene de la mano de los grandes cambios que surgen de
la globalización, las nuevas tecnologías, nuevas formas de producción y comercialización,
nuevas demandas al mercado laboral, con “flexibilización-precarización” laboral incluida.
La postmodernidad y el neoliberalismo traen consigo la cultura de la empresa en la que el
trabajo parece haber reconquistado su dimensión moral ya que es nuevamente objeto de
discursos explícitamente centrados en los deberes.

El trabajo no se glorifica ya como un deber hacia Dios ni siquiera como un deber hacia la
comunidad, se ha conver�do en una acción al servicio de la produc�vidad total de la em-
presa. Hemos cambiado la moral solidaria del trabajo y la denuncia de la explotación opre-
sora del trabajador, por la é�ca post-moralista de la excelencia.
Se trabaja para uno, para ganar dinero y ser reconocido profesionalmente. Paradójicamente
“se desvanecen las prédicas sobre el valor moralizante del trabajo a la par que se reconsti-
tuye el valor del trabajo sobre bases utilitaristas. Ya no se trata de la obligación moral de
trabajar sino del deseo personal de triunfar en lo que se emprende, de sentirse orgulloso y
responsable de la propia tarea, de progresar, de encontrar un sentido
en lo que se hace”. 1

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CAPACITACIÓN
El trabajo vuelve a ser central en la realización de los hombres y la é�ca es una é�ca de la
responsabilidad. Se apela a que los hombres fijen sus propios límites, se apela a un indivi-
dualismo responsable en el que los hombres pongan coto a sus ambiciones para garan�zar
la convivencia.

No somos ingenuos y sabemos que junto a este individualismo responsable convive uno
irresponsable y autosuficiente. Quienes abogan por la nueva moral apuestan por el triunfo
del individualismo responsable y organizador que oriente al individuo hacia la prác�ca
profesional, lo mo�ve para el trabajo, lo revalorice y reafirme los valores é�cos. El indivi-
dualismo irresponsable aparta del trabajo, desiva (ausen�smo, retroceso de la conciencia
profesional, desinterés, trabajo chapucero), exalta los beneficios fáciles e inclina a la trans-
gresión de los valores é�cos (corrupción, fraude, coimas, etc.).

¿Qué pasa cuando el hombre no �ene trabajo?. La lógica se invierte: si el trabajo es el éxito
y la realización personal, la falta de trabajo es el fracaso, la destrucción de la autoes�ma.
Esto da pie a conductas autodestruc�vas y pone en acción el ciclo de la violencia, familiar y
social.
La complejidad del problema planteado me hace precisar también que este resurgimiento
de la é�ca es importante y necesario, pero también reconozco sus límites, la é�ca no es la
panacea. La é�ca sin la acción polí�ca y la jus�cia social es insuficiente.
¿Qué debo hacer? ¿Qué es lo correcto? ¿Cuáles son las normas morales deseables? Cada
quien responde y estructura su é�ca, desde el entrecruzamiento de muchos condicionan-
tes: la idea que cada uno �ene de su iden�dad profesional y detrás de ésta, el modelo
económico, las caracterís�cas socioculturales, el marco legal vigente, la libertad de opción,
que nos hace responsables a pesar de tanto condicionamiento. Libertad que deviene del
conocimiento. Conocimiento que otorga poder y responsabilidad.

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA

Hay tres temas que siempre generarán polémica y discrepancias por sus caracterís�cas
par�culares y su suscep�bilidad a ser interpretados desde varios puntos de vista, estos son
sin duda los que corresponden a la �ca, la �ca Empresarial y a la Responsabilidad Social
Empresarial.

Son muchas las opiniones que desde ciertas perspec�vas se asomaron en el calor de las
discusiones que en torno al tema, ya sea citando autores o expresando ideas propias; mas
independientemente de la can�dad de años que la humanidad �ene orbitando alrededor
de esos conceptos sin llegar a definir de manera exacta y defini�va a lo que ellos significan
o han de significar, se atreverán las próximas líneas a expresar desde un punto de perspec�-
va crí�ca lo que se en�ende por ellas.

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CAPACITACIÓN
CON RELACIÓN A LA ÉTICA:

Definir qué es é�ca ha sido todo un reto desde que apareció como denominación de aquello
que se espera sea la actuación de quien le corresponde mostrarla. Sin caer en tantas y tan
complicadas referencias, la é�ca podría ser entendida como una serie de códigos generales
cuya interpretación y ejecución dependerá de la manera en que se perciban y se compren-
dan de manera individual. No �ene nada que ver con el bien ni con el mal, con lo correcto o
incorrecto, pues esas dualidades son rela�vas y dependen más de las circunstancias y el
escenario donde se presentan, pues según ello se inclinarán de uno u otro lado. La é�ca
también puede ser vista como la conducta o el comportamiento ideal pre-establecido por el
común, ya que sus desviaciones lo afectan o lo alteran, y cualquier cosa dis�nta a ello puede
ser clasificada como no-é�ca. Sin embargo, lo más cercano a la verdad, es que la é�ca no
debe ser definida, solo debe ser percibida y asimilada de acuerdo a los valores que se cons-
truyan, ya sea de manera personal o colec�va. Cuando cualquier valor que se modele o
enseñe es percibido como algo que facilitará el desarrollo de comportamientos, respuestas
e interacciones beneficiosas tanto para el individuo como para el común, la iden�ficación
del an�valor es inmediata y su presencia es considerada inapropiada, sin que para ello sea
necesario establecer que así lo es, por lo que puede entenderse que será é�co mostrar el
valor y an�é�co modelar lo contrario, y esto sin que haya necesidad de que lo é�co sea
definido.

CON RELACIÓN A LA ÉTICA EMPRESARIAL

Para abordar el tema es necesario aclarar, en primer lugar, que las organizaciones no surgen
como consecuencia de la generación espontánea, son creadas con una finalidad y un propó-
sito y, al ins�tuirse, las empresas son responsables de establecer sus códigos y valores y de
seleccionar al personal que más se ajuste a los mismos. No es al revés.
Se cree firmemente que las personas pueden alterar la é�ca existente en las empresas y por
ende la percepción de la misma, pero, en realidad, son las personas quienes deben ajustarse
a los códigos de é�ca predominante de la organización que los contrata y los cuales no les
han de ser ajenos porque, es obvio, que se han de sen�r iden�ficadas con ella si mostraron
interés por ingresar en esa organización en par�cular.
Los empleados o colaboradores poseen su propia visión del mundo, expecta�vas y valores,
pero estos elementos han de tender a coincidir con los que posee el ambiente laboral si se
desea trabajar en armonía y por un bien común, por tanto, no puede imaginarse que serán
los colaboradores quienes marcarán la pauta en relación a las expresiones é�cas de la em-
presa, pues es ésta la que debe establecer la línea a seguir y procurar que se siga a cabali-
dad.
Las expresiones é�cas de la empresa dependerán de los valores que ésta posea y manifieste,

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CAPACITACIÓN
si tales valores son contrarios a los que el colaborador posee le será prác�camente imposible
ajustarse a los aspectos é�cos esperados, por lo tanto, será responsabilidad de la empresa
comprobar la coincidencia de valores y expecta�vas de sus candidatos antes de la contrata-
ción y será responsabilidad de los aspirantes determinar si los mismos se ajustan a los pro-
pios y por lo tanto pueden ser respetados y modelados sin que ello genere conflictos de
ninguna índole. Para ello existe la coes�ma.

Los mo�vos fundamentales que han impulsado la preocupación por la é�ca son:
1 – Pérdida de la credibilidad depositada en las empresas (tendencia al despido, especula-
ción financiera, seguridad o calidad de los pdtos., veracidad de la publicidad).
2 – Insuficiencia del derecho.
3 – Protagonismo creciente de la empresa en el desarrollo, no sólo económico sino social
(protección del medio ambiente).
4 – Necesidad creciente de armonizar los intereses globales de la empresa con los de cada
uno de sus miembros.

Ser é�co es tan importante como ser rentable. Las razones para que una empresa sea é�ca
pertenecen a dos categorías:
1 – Razones abstractas y personales.
2 – Razones económicas:
- Reforzar imagen externa
- Relaciones más armónicas y consiguiente reducción de costes.
- Calidad final del prodducto
- La organización con personas íntegras �ene un importante ac�vo.
- El pres�gio hace que disminuyan los problemas, lo que disminuye costes.
- Los valores é�cos del equipo direc�vo favorecen su liderazgo natural.
- El ambiente de trabajo mejora.

Una conducta é�ca permite hacer frente a un entorno di�cil, reduciendo los costes de coor-
dinación y, por tanto, puede conver�rse en una ventaja compe��va pero no parece que
exista una relación causal perfecta entre comportamiento é�co y bº económico.

Comportamientos empresariales no é�cos:


- Anteponer intereses empresariales a los de sus clientes., empleados y sociedad en general.
- Incrementar las ventas mediante publicidad engañosa o dumping.
- Normas contrarias que fomentan comportamientos contradictorios en el trabajo y en el
aspecto personal.
- Individuos que abusan de su posición y poder para conseguir sus obje�vos.
- Mayor preocupación por aparentar comportamientos é�cos que por observarlos.

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CAPACITACIÓN
- Miembros de la empresa que hacen ver como obje�vos de la firma los suyos.
- Considerar infalibles las opiniones propias o empresariales.

CON RELACIÓN A LA RESPONSABILIDAD SOCIAL

El otro aspecto es que las empresas no se crean para beneficiar a la sociedad, o por lo
menos no las mercan�les, por lo tanto la "responsabilidad social" tampoco ha de ser vista
como una obligación ni como parte del código de é�ca de las empresas. La responsabilidad
social surge de la evolución del pensamiento humano y con el la aceptación de que todos
estamos interconectados y relacionados y que, por lo tanto, no hay nada que se realice,
ninguna acción independiente, que no afecte al colec�vo.
Una vez que se llega a ese nivel de conciencia las ac�vidades que se realizan en una empre-
sa están orientadas a generar u�lidad económica y de impacto social a través del bienestar
de sus trabajadores y los aportes que, de manera voluntaria ofrezca a la comunidad. Pero la
verdadera "responsabilidad social" no se decreta ni se impone, tales acciones lo que origi-
nan son desviaciones en el concepto y su ejecución.

Obligar a través de una norma a realizar ac�vidades de apoyo a las comunidades, al depor-
te, expresiones culturales y/o educa�vas, la generación de becas o ayudas, no puede consi-
derarse como una genuina expresión de responsabilidad social, es simplemente el cumpli-
miento de la exigencia legisla�va, de la acción imposi�va de la ley cuyo irrespeto generará
sanciones. Hacerlo porque la ley lo exige es como quien siendo padre cuida a su hijo
porque así lo expresa el código civil y no porque en�ende percibe y comprende que el éxito
y el bienestar de su progenitor es también el suyo.
La empresa mostrará una verdadera madurez organizacional cuando, independientemente
de la norma, procure expresiones que faciliten el desarrollo, esparcimiento, crecimiento y
bienestar de quienes hacen vida laboral en ella y de aquellos que están presentes en su
entorno inmediato y más allá.

No es lo mismo mantener un parque porque con ello se cumple con la norma y las eroga-
ciones que ello suscite puedan ser deducidas de impuesto. Si se quiere sembrar un árbol,
cuidar un espacio, otorgar una beca, ha de hacerse porque el impacto que ello generará
contribuirá a poseer una sociedad más justa, evolucionada, equilibrada y plena. Porque con
ello se construirá el futuro. No porque la ley obliga a ello.
Ahora bien, si se tratara de vincular los tres conceptos anteriores como elementos que
deberían estar relacionados y coexistentes sin excepción, puede decirse que no necesaria-
mente ha de ser así, pues la é�ca depende de los valores y principios que se posean, lo que
es é�co para una cultura puede no serlo para otra, esos ejemplos pueden verse en casi
cualquier escenario. Así mismo la responsabilidad social no necesariamente mostrará una

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CAPACITACIÓN
conducta é�ca implícita, pues hay empresas cuyo ejercicio o ac�vidad pueden apreciarse
como no é�cos (aquellas cuyo desecho atenta contra el ambiente, la moral y las buenas
costumbres o la salud) y sin embargo el aporte que transfieren a la sociedad es de alto
impacto, y lo mismo ocurre a la inversa.

Los empresarios deben promocionar la é�ca de la empresa desde una autorregulación no


corpora�vista, abierta tanto a la crí�ca interna como externa. En este contexto, la opinión
pública crí�ca juega un papel indispensable.

Si la é�ca establece los principios que definen las actuaciones, la responsabilidad social se
preocupa por las consecuencias que esas actuaciones empresariales pueden tener sobre la
sociedad en general o ciertos grupos en par�cular. La organización �ene la obligación de
actuar responsablemente. Pava y Krausz establecen 4 criterios para determinar la legi�mi-
dad de la responsabilidad social: grado de conocimiento del problema, nivel de responsabi-
lidad directa de la empresa, grado de consenso de todos los grupos sociales y relación con
el resultado económico, pero en la prác�ca di�cilmente se dan todos a la vez. Los defenso-
res de la responsabilidad social sos�enen que el mercado valora a la empresa responsable
y, a largo plazo, las acciones aumentan de valor.

Obligación social – No violar la ley.


Reacción social – La empresa es socialmente responsable si responde a las exigencias socia-
les de ciertos grupos, es decir, se adapta a lo que la sociedad demanda sin esperar a que lo
exija una ley.
Sensibilidad social – Si buscan establecer verdades é�cas con independencia de la “moda
social” del momento.

ÉTICA GERENCIAL

La É�ca gerencial, o la É�ca de negocios como se llama comúnmente, es la aplicación de la


disciplina, principios, y teorías é�cas en el contexto organiza�vo. La é�ca gerencial ha sido
definida como "principios y estándares que guían comportamiento en el mundo de los
negocios".

El comportamiento é�co en la gerencia es crí�co. Cuándo a las firmas comerciales se les


sanciona por infracciones, y cuando los empleados de esas firmas se supeditan a la inves�-
gación legal, hay una preocupación acerca del comportamiento moral en el negocio. Por lo
tanto, en el nivel de confianza mutua, la cuál es el fundamento de la economía del libre
mercado.

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CAPACITACIÓN
ENFOQUES DE LA ETICA EN LA TOMA DE DECISIONES GERENCIALES

TELEOLOGÍA: Las teorías teleológicas de la É�ca enfocan la atención en las consecuencias


causadas por una acción y son a menudo llamado teorías "consecuencialistas". Las teorías
teleológicas más comunes son egoísmo y u�litarismo.
EGOÍSMO: El egoísmo define el bien y el mal en términos de las consecuencias para el ego
del individuo. El egoísmo está definido por el interés propio. Un egoísta ponderaría un
dilema é�co o el asunto en términos de qué tanto los cursos de la acción afectarían su
bienestar �sico, mental, o emocional. Así, un egoísta, estando frente a una decisión comer-
cial, tendería a escoger el curso de la acción que él o ella cree, le serviría mejor al interés
propio.
UTILITARISMO: En el enfoque u�litario del razonamiento é�co, se hace énfasis en la u�li-
dad, o la can�dad global de bien, el cual, podría ser producido por una acción o una deci-
sión. Por ejemplo, las compañías deciden mover sus instalaciones de producción de un país
a otro. ¿Cuánto es el bien esperado de la maniobra? ¿Cuánto el daño causado? Si el bien
parece pesar más que el daño, la decisión a moverse puede ser es�mada según la é�ca
propia, es decir, por la medida de la u�lidad proporcionada.

DEONTOLOGÍA
Las teorías deontológicas de la É�ca enfocan la atención en (1) los derechos de todos los
individuos y (2) las intenciones de la persona al ejecutar una acción. Las teorías deontológi-
cas difieren sustancialmente de las teorías u�litarias desde el punto de vista é�co y no
permiten, por ejemplo, causar daño a algunos individuos para ayudar a los otros. Para el
deontologista, cada persona debe ser tratada con el mismo nivel de respeto y nadie debería
ser tratado como un medio para conseguir un fin.

JUSTICIA
Las teorías basadas en la jus�cia é�ca, conciernen a la jus�cia percibida en las acciones.
Una acción justa (é�ca) es una que trata todo medianamente y consistentemente de acuer-
do con estándares é�cos o legales.

RELATIVISMO
Las teorías é�cas u�litaristas, teleológicas, y de jus�cia son todas teorías "universales", en
lo referente a que buscan proponer principios de moralidad que son permanente y rela�va-
mente perdurables. El rela�vismo manifiesta que no hay principios universales de la é�ca
que la reivindican o agravian y deben estar resueltos por cada individuo o grupo.

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CAPACITACIÓN
ETICA INDIVIDUAL EN LA TOMA DE DECISIONES

Hay muchos enfoques para la é�ca individual en el proceso de toma de decisiones en el


negocio.

EL RECONOCIMIENTO ÉTICO DE ASUNTO


Antes de que una persona le pueda aplicar algunos estándares de filoso�a é�ca a un asunto,
él o ella primero debe comprender que el asunto �ene un componente é�co. Esto quiere
decir que el proceso é�co de toma de decisiones debe ser "provocado" o colocado en
marcha por la conciencia de un dilema é�co. Algunos individuos son propensos a ser más
sensibles a los problemas é�cos potenciales que otros. Los numerosos factores pueden
hacer menoscabo si alguien reconoce un asunto é�co.

EL JUICIO ÉTICO (MORAL)


Si un individuo se enfrenta con una situación o un asunto que él o ella acepta que �ene un
componente é�co o plantea un dilema é�co, el individuo probablemente se formará algún
juicio o impresión global acerca de lo correcto o lo equivocado del asunto. El individuo
puede alcanzar este juicio de diversos modos.

EL INTENTO ÉTICO (MORAL)


Una vez que un individuo alcanza un juicio é�co acerca de una situación o el asunto, la
siguiente etapa en el proceso de toma de decisiones debe formar un intento conduc�sta. Es
decir, el individuo decide lo que él o ella hará (o no lo hace) con relación al dilema é�co
percibido.

EL COMPORTAMIENTO ÉTICO (MORAL)


La fase final en el modelo de cuatro pasos de é�ca en la toma de decisiones debe involucrar-
se en algún comportamiento con relación al dilema é�co. La inves�gación ha demostrado
que las intenciones conduc�stas son las más fuertes pronos�cadoras del comportamiento
real en general, y el comportamiento é�co en par�cular. Sin embargo, los individuos siempre
se comportan consistentes con sus juicios o sus intenciones con relación a los asuntos é�cos.
Esto es en par�cular un problema del contexto gerencial, como integrantes del grupo de la
misma edad, los supervisores, y la cultura organiza�va puede influenciar a los individuos
para actuar en formas que son inconsistentes con sus propios juicios morales y sus propias
intenciones conduc�stas.

FACTORES QUE AFECTAN LA ETICA EN LA TOMA DE DECISIONES

En general, hay tres �pos de influencias en la é�ca para toma de decisiones en el negocio:(1)

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CAPACITACIÓN
factores de diferencia individual (2) factores situacionales (organiza�vo), y (3) factores
relacionados con el asunto.

LOS FACTORES DE DIFERENCIA INDIVIDUAL


Los factores de diferencia individual son aspectos personales acerca de cómo un individuo
puede influenciar su sensibilidad para los asuntos é�cos, su juicio acerca de tales asuntos, y
su comportamiento relacionado. La inves�gación ha iden�ficado muchas caracterís�cas
personales que afectan é�ca toma de decisiones. El factor individual de diferencia que ha
recibido el mayor respaldo de inves�gación es el "desarrollo moral cogni�vo". El marco del
desarrollo moral cogni�vo es per�nente para la é�ca gerencial porque ofrece una explica-
ción poderosa de diferencias individuales en el razonamiento é�co. Los individuos en nive-
les diferentes de desarrollo moral son propensos a pensar diferentemente acerca de asun-
tos é�cos y resolverlos diferentemente.

LOS FACTORES SITUACIONALES (ORGANIZATIVOS)


El reconocimiento individual é�co del asunto, el juicio, y el comportamiento son afectados
por factores contextuales. En el contexto de la é�ca gerencial, los factores organiza�vos que
afectan la toma é�ca de decisiones, incluyen al grupo de trabajo, el supervisor, los métodos
y polí�cas organiza�vas, los códigos de é�ca organiza�vos, y en conjunto la cultura organi-
za�va. Cada uno de estos factores, individualmente y colec�vamente, puede dar lugar a
que los individuos alcancen conclusiones diferentes acerca de los asuntos é�cos.

LOS FACTORES RELACIONADOS CON EL ASUNTO


La inves�gación conceptual y otros estudios sugieren que, los asuntos é�cos en la gerencia
deben tener un cierto nivel de "intensidad moral" antes que provoquen procesos é�cos en
la toma de decisiones. Así, los factores individuales y situacionales �enen poca probabilidad
de influenciar toma de decisiones por lo que los asuntos considerados por el individuo son
menores.
Ciertas caracterís�cas de los asuntos determinan su intensidad moral. En general, la inves�-
gación sugiere que los asuntos con más consecuencias serias �enen mejor probabilidad de
alcanzar el nivel del umbral de intensidad. Asimismo, los asuntos que se piensan por con-
senso de la sociedad como é�cos o poco é�cos �enen mejor probabilidad de provocar
procesos é�cos de toma de decisiones.

SEGUROS ÉTICOS
El seguro é�co y solidario es un nuevo concepto de seguro porque trata de incluir al merca-
do asegurador la prác�ca é�ca y solidaria.

Las empresas son actores sociales, que cada vez �enen más capacidad de influenciar y

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CAPACITACIÓN
transformar su entorno. Por este mo�vo, plantear los principios é�cos y las prác�cas social-
mente responsables que llevan a cabo, y reclamarlos desde la sociedad civil, es fundamen-
tal para mejorar el entorno socioeconómico donde se desarrollan.
El sistema financiero es uno de los ejes principales del capitalismo actual, pero las prác�cas
é�cas brillan por su ausencia. La banca é�ca permite a las personas escoger un consumo
responsable de los servicios financieros y es una herramienta importan�sima de transfor-
mación social.
Pero el mundo de las finanzas no acaba en la banca: los seguros son una ac�vidad financie-
ra muy importante, en la que hasta ahora no había alterna�vas é�camente responsables. Es
en este punto dónde se empezó a plantear el seguro é�co y solidario, un nuevo concepto
de seguro que introduce en el mercado asegurador la prác�ca é�ca y solidaria.
Esto significa desarrollar la ac�vidad aseguradora a par�r de inversiones é�camente orien-
tadas, de la equidad (igualdad en la negociación entre asegurado y asegurador), del mutua-
lismo (solidaridad entre las personas y organizaciones) y de la transparencia.
Los criterios que evalúan para las compañías aseguradoras y gestores son: la implicación en
finanzas é�cas (usuarios de banca é�ca, inversiones é�camente orientadas), que desarro-
llen una polí�ca de responsabilidad social corpora�va evaluada externamente y que sean
una en�dad de economía social y solidaria o tengan en funcionamiento un comité é�co."
En el caso de los productos, los elementos evaluados se refieren al fomento de la sostenibi-
lidad social y ambiental y a la transparencia, y se valoran de forma diferenciada si se trata
de seguros de daños y patrimoniales o bien seguros de personas �sicas.
h�p://senderodefecal1.blogspot.com/2010/01/seguros-e�os-por-
tal-de-economia.html#ixzz3Anp05GT8

EL VALOR DE LA MUTUALIDAD

Orientar el mercado asegurador hacia la prác�ca é�ca y solidaria significa recuperar los
principios del movimiento asegurador, especialmente el de la mutualidad. La conciencia
mutualista se basa en los vínculos de solidaridad entre las personas, y el sen�do original de
los seguros es, precisamente, establecer esos vínculos entre los miembros de una comuni-
dad.
Esas relaciones creadas entre quien tenía la suerte de no sufrir un daño (accidente, enfer-
medad, destrucción de bienes, etc.) y quien, en cambio, tenía que sufrirlo, permi�an a
todos los miembros de la comunidad beneficiarse de las coberturas del seguro, con inde-
pendencia del riesgo potencial que podían tener.
Cualquier persona puede en algún momento necesitar un seguro, y según este criterio
mutualista, no puede haber discriminación entre aquellos/as que pidan estos servicios, sea
por edad, minusvalía u otras cues�ones de carácter social.

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CAPACITACIÓN
LOS SEGUROS EN LA COMUNIDAD

Los seguros han de entenderse como un servicio ventajoso para la comunidad y un benefi-
cio para el territorio. Una comunidad que no abandona sus miembros a su suerte, y que se
esfuerza por disponer de instrumentos solidarios y de subsidiariedad para afrontar las
adversidades.
Para una comunidad, es preferible disponer de la solución a los problemas, con tal de pre-
venirlos y resolverlos rápidamente, sin crear fracturas entre aquellos que �enen recursos
económicos para afrontarlos y aquellos que no los �enen. Este es uno de los mecanismos
que permiten prevenir la desigualdad social.

EQUIDAD
Si par�mos de los planteamientos mutualistas y comunitarios del seguro, el contrato asegu-
rador ha de ser un contrato entre iguales. De esta manera, la en�dad aseguradora y la
persona �sica o jurídica asegurada, �enen la misma dignidad, y no pueden establecerse
entre ellas desequilibrios de poder, bien sea por las condiciones en las cuales se ofrece el
producto, bien por la burocra�zación que dificulta la comprensión de les partes, etc.
Por lo tanto, la función de las compañías y de los gestores es la de informar a las personas y
organizaciones para que sean conscientes de sus derechos. De esta manera, se quiere
alimentar un círculo virtuoso que favorece el respeto recíproco de los derechos de todas las
partes.

TRANSPARENCIA
Para que se pueda llevar a cabo este proceso, es vital la transparencia, que debe reflejarse
en los contratos, de manera que aporten información puntual, clara y comprensible sobre
las prestaciones del servicio. Además, también es necesario tener garan�as en cuanto a la
ges�ón financiera y la polí�ca inversora de la compañía, como las que se evalúan para
registrarse en el observatorio. Todos estos aspectos han de permi�r realizar una valoración
de la compañía, el gestor y el producto, más allá de la u�lidad del servicio concreto.

REFLEXIONES SOBRE LA PROBLEMÁTICA DEL DESARROLLO EN EL SIGLO XXI.

LA PROBLEMÁTICA DEL TRABAJO. LA TECNOLOGÍA. EL TRABAJO. LA EQUIDAD. LA DIGNI-


DAD DE LA PERSONA.

Editorial II - El aspecto é�co de la tecnología (LA NACION)


Una computadora no es buena ni mala en tanto que uno no defina qué uso le dará y, sobre
todo, si contribuye al conocimiento.
El desarrollo tecnológico es uno de los componentes que definen lo más significa�vo de

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CAPACITACIÓN
nuestro �empo y es por eso revelador del poderío de las empresas y los países que lo pro-
ducen. La tecnología supone el soporte de los conocimientos cien�ficos que la fundamen-
tan, el empleo de sofis�cados recursos materiales y especiales habilidades al servicio de la
organización del trabajo y la producción, que buscan ofrecer bienes ú�les dotados de la
mayor eficacia. La tecnología se guía por criterios económicos y, en principio, ocupa un
espacio é�camente neutro.

Cuando se observa el proceso de su evolución se advierte que la demanda incen�vada por


la competencia, que mueve a elaborar más y mejores productos, ha generado un asombro-
so dinamismo en la mul�plicación de las tecnologías, que, a la vez, se han ido expandiendo
más allá de la producción de bienes y la oferta de servicios, y han llevado su par�cipación a
otros dominios de la cultura, como ha ocurrido en la ac�vidad educa�va y sanitaria o en el
campo de la información y la comunicación.
Tan acelerado y ver�ginoso en su ritmo, este proceso no se ha visto acompañado de una
reflexión crí�ca sobre las consecuencias previsibles en los órdenes biológico, humano y
social para evitar graves perjuicios. Esto ha pasado en el campo ambiental, some�do a un
grave deterioro a causa de los efectos disfuncionales del uso de las tecnologías, lo que se ha
evidenciado, por ejemplo, en la elevación de la temperatura ambiental o en la contamina-
ción descontrolada de los campos por acción de insec�cidas, como pasó con el DDT.

Es importante adver�r que los frutos de la tecnología, como de otras creaciones o acciones
humanas, provocan situaciones ambivalentes, pues tanto se registran efectos posi�vos
como nega�vos. Esto ocurre con el empleo de las computadoras por los chicos: los progre-
sos que logran en su uso son opuestos al aprendizaje de la redacción y al correcto manejo
del idioma, con el riesgo de que su adhesión al ordenador reduzca su contacto e interacción
social.

Hay algo más por considerar: las acciones humanas siempre crean un compromiso moral.
Las tecnologías no son en sí mismas ni buenas ni malas, pero su empleo puede estar al
servicio de fines primarios o accesorios que merezcan una calificación é�ca nega�va. Esto
pasa concretamente cuando la información bajada de Internet provee de material porno-
gráfico o de cualquier otra especie que es de par�cular interés entre los adolescentes.
De ahí que las obligaciones morales no estén al margen del empleo de las computadoras. El
deber de velar por ese compromiso concierne a los mayores, ya sean fabricantes, padres,
educadores, comerciantes y adultos que regulan su uso. Niños y adolescentes �enen que
avanzar en su dominio con mesura y conciencia de los beneficios que reditúa la gran herra-
mienta que está en sus manos, pero también con conocimiento de sus límites y de las
derivaciones perturbadoras que puede provocar.

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CAPACITACIÓN
ÉTICA Y TECNOLOGÍAS

Los progresos mundiales de las computadoras, el creciente aumento de las capacidades de


almacenamiento y procesamiento, la miniaturización de los chips de las computadoras
instalados en productos industriales, la fusión del proceso de la información con las nuevas
tecnologías de comunicación, así como la inves�gación en el campo de la inteligencia ar�fi-
cial, ejemplifican el desarrollo actual definido a menudo como la "era de la información"
Esta era, está caracterizada por ser un entorno globalizado y altamente compe��vo. En
este sen�do, la é�ca informá�ca surge como una nueva disciplina, que en la actualidad, es
un campo necesario y de vital importancia para los profesionales de la rama, que les permi-
�rá afrontar con éxito los cambios del presente milenio.

La É�ca de la Informá�ca es una nueva disciplina que pretende abrirse campo dentro de
las é�cas aplicadas y que ha emergido con fuerza desde hace unos pocos años en el mundo
anglosajón. El origen remoto de esta disciplina está en la introducción cada vez más masiva
de los ordenadores en muchos ámbitos de la vida social, cada vez más computarizada.

Muchas profesiones reivindican para sí una é�ca par�cular con la cual pueden regirse ante
los problemas morales específicos de esa profesión o ac�vidad ocupacional. La existencia
de la EI �ene como punto de par�da el hecho de que los ordenadores suponen unos pro-
blemas é�cos par�culares y por tanto dis�ntos a otras tecnologías. En la profesión infor-
má�ca se quiere pasar de la simple aplicación de criterios é�cos generales a la elaboración
de una é�ca propia de la profesión. Los códigos é�cos de asociaciones profesionales y de
empresas de informá�ca van en esa dirección.

La definición más restric�va de la EI es considerarla como la disciplina que analiza proble-


mas é�cos que son creados por la tecnología de los ordenadores o también los que son
transformados o agravados por la misma, es decir, por las personas que u�lizan los avances
de las tecnologías de la información. Algunos de los autores se plantean si la cambiante
sofis�cación tecnológica plantea nuevos dilemas é�cos o si las cues�ones é�cas permane-
cen constantes.

Otras definiciones de la EI son mucho más amplias. No se reducen a un nuevo campo de


é�ca aplicada sino que la EI es el análisis de la naturaleza y el impacto social de la tecnolo-
gía informá�ca y la correspondiente formulación y jus�ficación de polí�cas para un uso
é�co de dicha tecnología. La EI estaría relacionada con los problemas conceptuales y los
vacíos en las regulaciones que ha ocasionado la tecnología de la información. El problema
es que hay una falta de reglamentación en cómo u�lizar estas nuevas tecnologías que
posibilitan nuevas ac�vidades para las cuales no hay o no se perciben con ni�dez principios

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CAPACITACIÓN
de actuación claros. Las personas con responsabilidades en el área de diseño o ges�ón de
sistemas de información cada vez han de tomar más decisiones sobre problemas que no se
resuelven con lo legal y lo cuasi-legal (reglamentos, manuales de procedimiento de las
empresas, etc.) sino que rozan lo é�co mismo. La tarea de la EI es aportar guías de actua-
ción cuando no hay reglamentación o cuando la existente es obsoleta. Al vacío de polí�cas
se añade generalmente un problema de vacío conceptual. Por ello la EI también ha de
analizar y proponer una marco conceptual que sea adecuado para entender los dilemas
é�cos que ocasiona la informá�ca.

CÓDIGOS ÉTICOS E INFORMÁTICA

El Contenido de é�ca en informá�ca es importante, por considerarlo como un instrumento


que facilita reconocer los problemas y resolverlos de acuerdo a los obje�vos buscados.
Los códigos de é�ca, tal como se conocen en el mundo de las empresas, son sistemas de
reglas establecidos con el propósito general de guiar el comportamiento de los integrantes
de la organización y de aquellos con los cuales ésta actúa habitualmente: clientes, provee-
dores y contra�stas. No obstante la profesión de informá�ca, es una ac�vidad reconocida
socialmente y así el futuro ingeniero en informá�ca, debe estar preparado para que un juez
o una empresa le solicite un dictamen o peritaje informá�co y es evidente que este �po de
informes, en la prác�ca, deben estar firmados por alguien con �tulación superior, actuando
con Probidad profesional, y obrando según ciencia y conciencia.

Los diez mandamientos de la é�ca informá�ca:


- No usarás una computadora para dañar a otros.
- No interferirás con el trabajo ajeno.
- No indagarás en los archivos ajenos.
- No u�lizarás una computadora para robar.
- No u�lizarás la informá�ca para realizar fraudes.
- No copiarás o u�lizarás so�ware que no hayas comprado.
- No u�lizarás los recursos informá�cos ajenos sin la debida autorización.
- No te apropiarás de los derechos intelectuales de otros.
- Deberás evaluar las consecuencias sociales de cualquier código que desarrolles.
- Siempre u�lizarás las computadoras de manera de respetar los derechos de los demás.

DELITOS INFORMÁTICOS

En la actualidad las computadoras se u�lizan no solo como herramientas auxiliares de


apoyo a diferentes ac�vidades humanas, sino como medio eficaz para obtener y conseguir
información, lo que las ubica también como un nuevo medio de comunicación, y condiciona

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CAPACITACIÓN
su desarrollo de la informá�ca; tecnología cuya esencia se resume en la creación, procesa-
miento, almacenamiento y transmisión de datos.
Este es el panorama de este nuevo fenómeno cien�fico-tecnológico en las sociedades mo-
dernas. Por ello ha llegado ha llegado a sostenerse que la Informá�ca es hoy una forma de
Poder Social. Las facultades que el fenómeno pone a disposición de Gobiernos y de par�cu-
lares, con rapidez y ahorro consiguiente de �empo y energía, configuran un cuadro de reali-
dades de aplicación y de posibilidades de juegos lícito e ilícito, en donde es necesario el
derecho para regular los múl�ples efectos de una situación, nueva y de tantas potencialida-
des en el medio social.

Esta marcha de las aplicaciones de la informá�ca no sólo �ene un lado ventajoso sino que
plantea también problemas de significa�va importancia para el funcionamiento y la seguri-
dad de los sistemas informá�cos en los negocios, la administración, la defensa y la sociedad.
Debido a esta vinculación, el aumento del nivel de los delitos relacionados con los sistemas
informá�cos registrados en la úl�ma década en los Estados Unidos, Europa Occidental,
Australia y Japón, representa una amenaza para la economía de un país y también para la
sociedad en su conjunto.

De acuerdo con la definición elaborada por un grupo de expertos, el término delitos relacio-
nados con las computadoras se define como cualquier comportamiento an�jurídico, no
é�co o no autorizado, relacionado con el procesado automá�co de datos y/o transmisiones
de datos. La amplitud de este concepto es ventajosa, puesto que permite el uso de las
mismas hipótesis de trabajo para toda clase de estudios penales, criminológicos, económi-
cos, preven�vos o legales.

En la actualidad la informa�zación se ha implantado en casi todos los países. Tanto en la


organización y administración de empresas y administraciones públicas como en la inves�-
gación cien�fica, en la producción industrial o en el estudio e incluso en el ocio, el uso de la
informá�ca es en ocasiones indispensable y hasta conveniente. Sin embargo, junto a las
incues�onables ventajas que presenta comienzan a surgir algunas facetas nega�vas, como
por ejemplo, lo que ya se conoce como "criminalidad informá�ca".

El espectacular desarrollo de la tecnología informá�ca ha abierto las puertas a nuevas posi-


bilidades de delincuencia antes impensables. La manipulación fraudulenta de los ordenado-
res con ánimo de lucro, la destrucción de programas o datos y el acceso y la u�lización
indebida de la información que puede afectar la esfera de la privacidad, son algunos de los
procedimientos relacionados con el procesamiento electrónico de datos mediante los cuales
es posible obtener grandes beneficios económicos o causar importantes daños materiales o
morales. Pero no sólo la cuan�a de los perjuicios así ocasionados es a menudo infinitamente

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superior a la que es usual en la delincuencia tradicional, sino que también son mucho más
elevadas las posibilidades de que no lleguen a descubrirse. Se trata de una delincuencia de
especialistas capaces muchas veces de borrar toda huella de los hechos.
En este sen�do, la informá�ca puede ser el objeto del ataque o el medio para cometer
otros delitos. La informá�ca reúne unas caracterís�cas que la convierten en un medio
idóneo para la comisión de muy dis�ntas modalidades delic�vas, en especial de carácter
patrimonial (estafas, apropiaciones indebidas, etc.). La idoneidad proviene, básicamente,
de la gran can�dad de datos que se acumulan, con la consiguiente facilidad de acceso a
ellos y la rela�vamente fácil manipulación de esos datos.

La importancia reciente de los sistemas de datos, por su gran incidencia en la marcha de las
empresas, tanto públicas como privadas, los ha transformado en un objeto cuyo ataque
provoca un perjuicio enorme, que va mucho más allá del valor material de los objetos
destruidos. A ello se une que estos ataques son rela�vamente fáciles de realizar, con resul-
tados altamente sa�sfactorios y al mismo �empo procuran a los autores una probabilidad
bastante alta de alcanzar los obje�vos sin ser descubiertos.

Entre los delitos más frecuentes que se cometen en el entorno digital, cabe mencionar:
● Falsificación de documentos vía computarizada (tarjetas de crédito, cheques, etc.)
● Variación de los ac�vos y pasivos en la situación contable de las empresas.
● Planeamiento y simulación de delitos convencionales (robo, homicidio, fraude, etc.)
● Lectura, sustracción o copiado de información confidencial.
● Modificación de datos tanto en la entrada como en la salida.
● Aprovechamiento indebido o violación de un código para penetrar a un sistema introdu-
ciendo instrucciones inapropiadas.
● Variación en cuanto al des�no de pequeñas can�dades de dinero hacia una cuenta ban-
caria apócrifa.
● Uso no autorizado de programas de cómputo.
● Introducción de instrucciones que provocan "interrupciones" en la lógica interna de los
programas.
● Alteración en el funcionamiento de los sistemas, a través de los virus informá�cos.
● Obtención de información residual impresa en papel luego de la ejecución de trabajos.
● Acceso a áreas informa�zadas en forma no autorizada.
● Intervención en las líneas de comunicación de datos o teleproceso.
● Programación de instrucciones que producen un bloqueo total al sistema.
● Destrucción de programas por cualquier método.
● Daño a la memoria.
● Atentado �sico contra la máquina o sus accesorios.
● Sabotaje polí�co o terrorismo en que se destruya o surja un apoderamiento de los cen-
tros neurálgicos computarizados.

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● Secuestro de soportes magné�cos entre los que figure información valiosa con fines de
chantaje (pago de rescate, etc.).
● Acceso no autorizado: Uso ilegi�mo de passwords y la entrada de un sistema informá�co
sin la autorización del propietario.
● Destrucción de datos: Los daños causados en la red mediante la introducción de virus,
bombas lógicas, etc.
● Infracción al copyright de bases de datos: Uso no autorizado de información almacenada
en una base de datos.
● Interceptación de e-mail: Lectura de un mensaje electrónico ajeno.
● Estafas electrónicas: A través de compras realizadas haciendo uso de la red.
● Transferencias de fondos: Engaños en la realización de este �po de transacciones.
Por otro lado, la red Internet permite dar soporte para la comisión de otro �po de delitos:
● Espionaje: Acceso no autorizado a sistemas informá�cos gubernamentales y de grandes
empresas e interceptación de correos electrónicos.
● Terrorismo: Mensajes anónimos aprovechados por grupos terroristas para remi�rse con-
signas y planes de actuación a nivel internacional.
● Narcotráfico: Transmisión de fórmulas para la fabricación de estupefacientes, para el
blanqueo de dinero y para la coordinación de entregas y recogidas.
● Otros delitos: Las mismas ventajas que encuentran en la Internet los narcotraficantes
pueden ser aprovechadas para la planificación de otros delitos como el tráfico de armas,
proseli�smo de sectas, propaganda de grupos extremistas,
y cualquier otro delito que pueda ser trasladado de la vida real al ciberespacio o al revés.

Actualmente, los flujos de información o fuentes, como redes informa�zadas y medios de


radiodifusión, han trastocado los valores naturales, y actúan en forma deficitaria cuando
deben responder a los principios é�cos y morales naturales de la vida.
El peligro que ello significa, no solo pasa por la transformación o modernización de los siste-
mas de información, pasa porque no se ha respetado al ser humano en sí, con sus defectos y
virtudes y se ha permi�do ir chocando contra la ley natural de la vida.
Este enorme cambio tecnológico que se ha producido en el mundo y que cuesta adaptarnos
a él, no ha tenido en cuenta las necesidades principales del ser, y está destruyendo en forma
avanzada a las generaciones que se deben adaptar a ella.
Los problemas que plantea la difusión acelerada de la información no son en esencia dife-
rente a los que plantea el desarrollo de toda ciencia. Son problemas morales que han ido
sumergiendo a una sociedad en una profunda corrupción; debido a las polí�cas neoconser-
vadoras y poco claras que han tapado la transparencia y la hones�dad de las an�guas gene-
raciones.
Por lo tanto, ¿Cómo llegará el hombre a mantener su integridad frente a este shock de
futuro?, Es la cues�ón a la que se hará referencia y se debe entender que los medios de

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comunicación son las que proveen al ser humano de información permanentemente para
que el mismo evalúe conforme a su conciencia.
Por eso la é�ca en la informá�ca como en todos los campos de la vida co�diana deben ser
u�lizados como una herramienta más para la formación de una sociedad globalizada y
tecnificada que va cambiando su rumbo y que se encuentra en un signo de pregunta que
todavía no se puede develar.

ÉTICA Y TRABAJO

Cada persona es protagonista de su propia vida y, por lo tanto, de su existencia moral.


Teniendo en cuenta un conjunto de ideas, valores y criterios, toma determinadas decisiones
y enjuicia el comportamiento de los demás. La É�ca pretende esclarecer filosóficamente la
esencia de la vida moral, con el propósito de formular normas y criterios de juicio que
puedan cons�tuir una valida orientación en el ejercicio responsable de la libertad personal.

Para comprender el trasfondo �co fundante en todo que hacer profesional, primero con-
viene analizar que se en�ende por profesión. Profesión es toda ac�vidad personal, estable
y honrada puesta al servicio de los demás y en beneficio de uno mismo, a impulsos de la
propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana, con el fin de
contribuir al bien común. La profesión hunde su raíces en lo más profundo del hombre:
�ene una dimensión vocacional ya que “se nació” para desempeñar esa determinada ocu-
pación. La profesión �ene una marcada vocación de servicio, es el aporte personal más
decisivo a la vida social. Si no se �ene como fin contribuir al bien común, fácilmente se verá
en esa tarea un medio de autoafirmación personal, desvinculado de las necesidades de los
demás corriendo el riesgo de acabar colocando el trabajo al servicio del propio egoísmo.

El trabajo y la profesión son acciones humanas, y por lo tanto, �enen una dimensión subje-
�va que consiste en el dominio del hombre sobre si mismo, es decir, la perfección que él
adquiere en el propio acto de trabajar. Las dos dimensiones de trabajo son la Técnica y la
�ca, mediante la primera el hombre domina la naturaleza y con la segunda, alcanza el
señorío sobre sí mismo. Estas dos realidades son aspectos de una misma acción humana.
Un profesional ha de poseer calidad técnica y calidad humana: no hay verdadera excelencia
profesional en alguien carente de virtudes morales. Una persona corrompida puede ser
“experta” en ciertos temas, habilidosa en una técnica u oportunista a la hora de descubrir
ocasiones de negocios, pero puede no ser un autén�co profesional. De el de espera no solo
competencia técnica, sino también que sea confiable y responsable, que tenga espíritu de
servicios y calidad humana. En defini�va, se le reclaman valores �cos. La moralidad �ene
un carácter integrador, requiere efec�vamente la competencia profesional, pero supone,
además, que sea bueno é�camente –como persona- en dis�ntos aspectos de su vida.

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En defini�va, se requieren profesionales que sepan poner todos sus conocimientos cien�fi-
cos al servicio de la persona y del bien común de la sociedad.

ÉTICA Y DIGNIDAD HUMANA

En la filoso�a moderna y en la é�ca actual se propaga una subje�vación de los valores y del
bien.
Desde David Hume, existe una corriente de pensamiento que se expresa en la idea de que
no es posible derivar ningún �po de deber a par�r del ser de las cosas. El paso siguiente nos
lleva a concluir que por valores entendemos nuestras impresiones, reacciones y juicios, con
lo cual conver�mos el deber en un fruto de nuestra voluntad o de nuestras decisiones. En
é�ca, el posi�vismo y el empirismo afirman que bueno y malo son decisiones meramente
irracionales o puro objeto de impresiones o reacciones, o sea, del campo emocional. Tanto
en el posi�vismo como en el empirismo existe aún, es verdad, la idea de valores, pero sólo
como una idea subje�va o como objeto de consenso. El acuerdo por ejemplo de un grupo o
de un pueblo crea los valores.

Sin embargo, el propio conocimiento y la apertura natural a los demás nos permite recono-
cer en ellos y en nosotros el poder de la inteligencia y la grandeza de la libertad. Con su
inteligencia, el hombre es capaz de trascenderse y de trascender el mundo en que vive y
del que forma parte, es capaz de contemplarse a sí mismo y de contemplar el mundo como
objetos. Por otro lado, el corazón humano posee deseos insaciables de amor y de felicidad
que le llevan a volcarse - con mayor o menor acierto- en personas y empresas. Todo ello es
algo innato que forma parte de su mismo ser y siempre le acompaña, aunque a veces se
halle escondido por la enfermedad o la inconsciencia.

La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo
podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás. Pero ni podemos otorgarlo
ni está en nuestra mano re�rárselo a alguien. Es algo que nos viene dado. Es anterior a
nuestra voluntad y reclama de nosotros una ac�tud proporcionada, adecuada: reconocerlo
y aceptarlo como un valor supremo (ac�tud de respeto) o bien ignorarlo o rechazarlo.
Este valor singular que es la dignidad humana se nos presenta como una llamada al respeto
incondicionado y absoluto. Un respeto que, como se ha dicho, debe extenderse a todos los
que lo poseen: a todos los seres humanos. Por eso mismo, aún en el caso de que toda la
sociedad decidiera por consenso dejar de respetar la dignidad humana, ésta seguiría siendo
una realidad presente en cada ciudadano. Aún cuando algunos fueran relegados a un trato
indigno, perseguidos, encerrados en campos de concentración o eliminados, este desprecio
no cambiaría en nada su valor inconmensurable en tanto que seres humanos.

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Por su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie humana, por su
par�cular potencial gené�co - que la enfermedad sólo es capaz de esconder pero que
resurgirá de nuevo si el individuo recibe la terapéu�ca oportuna -, todo ser humano es en sí
mismo digno y merecedor de respeto.

PRINCIPIOS DERIVADOS DE LA DIGNIDAD HUMANA


La primera ac�tud que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser humano es la de
respeto y rechazo de toda manipulación: frente a él no podemos comportarnos como nos
conducimos ante un objeto, como si se tratara de una "cosa", como un medio para lograr
nuestros fines personales.

PRINCIPIO DE RESPETO
«En toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno - a ti
mismo y a los demás- con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como perso-
na»
Todo ser humano �ene dignidad y valor inherentes, solo por su condición básica de ser
humano. El valor de los seres humanos difiere del que poseen los objetos que usamos. Las
cosas �enen un valor de intercambio. Son reemplazables. Los seres humanos, en cambio,
�enen valor ilimitado puesto que, como sujetos dotados de iden�dad y capaces de elegir,
son únicos e irreemplazables.

El respeto al que se refiere este principio no es la misma cosa que se significa cuando uno
dice “Ciertamente yo respeto a esta persona”, o “Tienes que hacerte merecedor de mi
respeto”. Estas son formas especiales de respeto, similares a la admiración. El principio de
respeto supone un respeto general que se debe a todas las personas.
Dado que los seres humanos son libres, en el sen�do de que son capaces de efectuar elec-
ciones, deben ser tratados como fines, y no únicamente como meros medios. En otras
palabras: los hombres no deben ser u�lizados y tratados como objetos. Las cosas pueden
manipularse y usarse, pero la capacidad de elegir propia de un ser humano debe ser respe-
tada.

Un criterio fácil que puede usarse para determinar si uno está tratando a alguien con respe-
to consiste en considerar si la acción que va a realizar es reversible. Es decir: ¿querrías que
alguien te hiciera a � la misma cosa que tu vas a hacer a otro? Esta es la idea fundamental
contenida en la Regla de Oro: «trata a los otros tal como querrías que ellos te trataran a �».

OTROS PRINCIPIOS
El respeto es un concepto rico en contenido. Con�ene la esencia de lo que se refiere a la
vida moral. Sin embargo, la idea es tan amplia que en ocasiones es di�cil saber cómo puede

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aplicarse a un caso par�cular. Por eso, resulta de ayuda derivar del principio de respeto
otros principios menos básicos.
Vale la pena hacer notar que, en é�ca aplicada, cuanto más concreto es el caso, más puntos
muestra en los que puede originarse controversia. En esta área, la mayor dificultad reside
en aplicar un principio abstracto a las par�cularidades de un caso dado. En consecuencia,
convendrá disponer de formulaciones más específicas del principio general de respeto.
Entre estos principios están los de no malevolencia y de benevolencia, y el principio de
doble efecto.

PRINCIPIOS DE NO-MALEVOLENCIA Y DE BENEVOLENCIA


«En todas y en cada una de tus acciones, evita dañar a los otros y procura siempre el bien-
estar de los demás».

PRINCIPIO DE DOBLE EFECTO


«Busca primero el efecto beneficioso. Dando por supuesto que tanto en tu actuación como
en tu intención tratas a la gente con respeto, asegúrate de que no son previsibles efectos
secundarios malos desproporcionados respecto al bien que se sigue del efecto principal»
El principio de respeto no se aplica sólo a los otros, sino también a uno mismo. Así, para un
profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo significa obrar con integridad.

PRINCIPIO DE INTEGRIDAD
«Compórtate en todo momento con la honestidad de un auténtico profesional, tomando
todas tus decisiones con el respeto que te debes a ti mismo, de tal modo que te hagas así
merecedor de vivir con plenitud tu profesión».
Ser profesional no es únicamente ejercer una profesión sino que implica realizarlo con
profesionalidad, es decir: con conocimiento profundo del arte, con absoluta lealtad a las
normas deontológicas y buscando el servicio a las personas y a la sociedad por encima de
los intereses egoístas.

OTROS PRINCIPIOS BÁSICOS A TENER PRESENTES SON LOS DE JUSTICIA Y UTILIDAD.

PRINCIPIO DE JUSTICIA
«Trata a los otros tal como les corresponde como seres humanos; sé justo, tratando a la
gente de forma igual. Es decir: tratando a cada uno de forma similar en circunstancias
similares».
La idea principal del principio de jus�cia es la de tratar a la gente de forma apropiada. Esto
puede expresarse de diversas maneras ya que la jus�cia �ene diversos aspectos. Estos
aspectos incluyen la jus�cia substan�va, distribu�va, conmuta�va, procesal y retribu�va.

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PRINCIPIO DE UTILIDAD
«Dando por supuesto que tanto en tu actuación como en tu intención tratas a la gente con
respeto, elige siempre aquella actuación que produzca el mayor beneficio para el mayor
número de personas».
El principio de u�lidad pone énfasis en las consecuencias de la acción. Sin embargo, supone
que has actuado con respeto a las personas. Si �enes que elegir entre dos acciones moral-
mente permisibles, elige aquella que �ene mejor resultado para más gente.

BIBLIOGRAFÍA
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Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Barcelona. Paidós.1994.
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TIEMPOS DEMOCRÁTICOS. Barcelona. Anagrama. 1994
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