Cuando estábamos en la universidad en la época de los 80´s, Sendero Luminoso atacaba a los sectores de izquierda y los llamaba revisionistas, plumíferos y otros adjetivos propios de ellos. Hoy, 2017, su vocabulario no ha cambiado mucho. La dirigencia del SUTEP, sindicato histórico de los maestros, es atacada con adjetivos como traidores y vendehuelgas. Ellos, la cuarta espada de la revolución mundial (como así se consideran), el pensamiento Gonzalo tienen sus propios planes y objetivos y estos no son, por si acaso, la defensa de los derechos de los maestros y menos la lucha por las necesidades y aspiraciones del pueblo peruano. El dividir y liquidar al SUTEP, durante muchos años ha sido un objetivo de los sectores más conservadores de la DBA y también, aunque parezca contradictorio, una aspiración de SL, hoy Conare-Movadef. Una vez más, en política, los extremos se unen. Fujimori lo primero que hizo, cuando dio el autogolpe, fue liquidar los sindicatos, desaparecerlos. Uno de los que resistió este embate neoliberal fue el SUTEP. En esos años, y hoy, los que buscan lo mismo son los sectores de Conare- Movadef-Sendero Luminoso. Desfenestrar a la dirigencia y convertir a los maestros en su base de apoyo para negociar, en mejores condiciones, el indulto a Abimael Guzmán (cómo, cómo. Qué casualidad, se parece mucho a los planes de otros). Y los intereses, reinvindicaciones y luchas de los maestros. Poco o nada les importa. Para ellos son útiles en la medida de lograr sus objetivos partidarios. ¿Se equivocó el dirigente histórico del partido que conduce el magisterio al afirmar que Sendero Luminoso ya no es una amenaza para el país? Fernando Belaunde llamó a Sendero “un grupo de abigeos” y ya vimos como terminamos. No es bueno, en política, menospreciar a los demás. Lo que hoy creemos algo focalizado y anecdótico, mañana puede ser el gran problema a combatir y superar. Lo reprochable es que ya hemos pasado por esta experiencia y deberíamos haber aprendido.