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LA DUDA EN GIRA

“Nuestras voluntades y nuestros destinos corren tan contrarios,

que nuestros planes siempre son derribados,

nuestros pensamientos son nuestros,

sus finales no”

William Shakespeare

Personajes:

Diego Arbelo: Antonio García, actor que interpreta a Hamlet

Andrea Davidovics: Jacobella Bonafila, Stage Manager

Gabriel Hermano: Erick Griffin, actor que interpreta a Horacio

Isabel Legarra: Carmencita Macedo de Bonafila

Levón: Valentín Roi, actor que interpreta a Claudio

Pablo Machado: Gottfried Oster, músico

Jimena Pérez: Abby Close, actriz que interpreta a Ofelia

Pablo Varrailhón: Emilién Lemaire, director y dramaturgo

Alejandra Wolff: Stella Bonafila, actriz que interpreta a Gertrudis


Prólogo

(La compañía de actores “La societé roulante”, extravagante, ingresa por los
pasillos del teatro, con valijas, y trastos, cantando acompañada de un
acordeón a piano).

Lo que ves es la historia que es

de la forma que fue

y no hay otra historia posible por ver

porque todos los mundos posibles

se chocan con otros en la encrucijada

donde nace a cada segundo

el único mundo posible que nadie esperaba

y cada vida

es una mínima versión

de una casual alineación

de lo que hubiera podido ser.

(Los actores se detienen en una imagen congelada en la escalera de acceso al


escenario. Ingresa Jacobella a proscenio, con vincha y handy, delante del telón
cerrado, hay una mesa con micrófonos, Jacobella prueba los micrófonos, uno
por uno).

Jacobella: (Habla por handy). Luz proscenio. Prevenido. Go. (La luz
cae sobre ella. Al público). Es un placer para mí presentarles esta
noche, a los integrantes, de la más prestigiosa compañía teatral
internacional itinerante, en su última función, después de dos años
ininterrumpidos de gira por el mundo, con su versión de “Hamlet”,
titulada “La duda”. Con ustedes: ¡"La societé roulante"! Aplausos
por favor.

(Ingresan a la mesa de conferencia los actores, junto con Emilién.


Antonio está vestido de Hamlet).
Emilién: Buenas noches, querido público al que nos debemos, no
me voy a presentar, porque todos saben quién soy ( Jacobella hace
señas de que se presente de todas formas) .Bueno, soy Emilién
Lemaire.

Valentín: Le fils.

Jacobela: (Traduce). El hijo

Emilién: Soy el director de “La societé roulante”, y quien acaba de


intervenir es el señor Valentín Roi, el único actor que se conserva
del elenco original de la compañía, que fuera antiguamente
fundada por mi padre.

Valentín: El impecable, Emilién Lemaire, peré.

Jacobela: (Traduce). Padre.

Stella: (Con molestia a Jacobella). Creo que se entiende por


contexto Jacobella. (Simpática al público). Todos los actores
hablamos perfecto español, con matices de acentuación, por
supuesto y lo que no se comprenda del todo, la situación hará que
sea comprensible. Continuá Emilién, por favor.

(Jacobella muestra gestos de molestia y burla hacia Stella).


Emilién: Voy a presentar a los actores de la compañía, Erick Griffin,
interpreta el papel de Horacio.

Erick: Good Nights for everybody.

Emilién: Abby Close, interpreta el papel de Ofeliá.

Abby: (Corrigiendo). Ofelia. Buenas noches, estoy más que feliz de


estar aquí, es para mí un placer representar una y otra vez este
personaje tan misterioso, llamado Ofelia, pasan los años, pasan las
funciones y no logro como actriz conectarme con el fondo profundo
del corazón de Ofelia, es como una especie de naufragio, en el que
yo nado hacia ella, mi balsa, y cuando creo casi tocar mi salvación
la corriente la aleja de mí y me ahoga más aún de lo que ella se
ahoga en la pieza. Porque Ofelia termina muriendo ahogada por
voluntad propia.
(Todos muestran signos de molestarse porque Abby adelantó un
dato).
Abby: Cuento con que la platea, más menos, conoce la historia de
Hamlet, y por eso, creo que debe resultar interesante para ustedes
saber lo que una actriz vive al encarnar un personaje tan poco
definido y tan infinitamente representado como Ofelia, por eso me
interesa contarles cómo fue mi proceso. Todo comenzó...

Stella: No sé si resulta interesante Abby. Emilién, por favor, tenés


que hablar sólo vos, siempre pasa lo mismo.

Emilién: Ella es la gran...

Stella: Noooo.

Emilién: ¿Qué?

(Stella hace gestos de que a ella la presente al final).


Emilién: Bueno, a Valentín ya lo conocieron, y por acá tenemos a
quién interpreta, ni más ni menos que el papel de Hamlet, el actor
español Antonio García.

(Hace una reverencia clásica).


Emilién: Presa de su particular propuesta actoral, él decidió no
desprenderse nunca de su personaje. Desde que salimos de gira,
encarnó a Hamlet y nunca volvió a ser Antonio, ni siquiera fuera de
escena. Él cree que es Hamlet.

Antonio: (Fuera de los micrófonos). Me alegro mucho de veros. Qué


extraño me resulta divisar mujeres en la caldera. Ya veis vosotros
qué bien representan nuestros jóvenes actores a las mujeres de
nuestra pieza, si hasta parece que fueran mujeres reales. Buenas
noches, señores.

Emilién: Por ahí tenemos a Gottfried Oster, el músico de nuestra


compañía, es alemán, y es el único que no habla español.

(El músico toca a modo de saludo).


Emilién: Y por último, ahora sí, tengo el honor de presentarles a la
estrella de nuestra compañía, nuestra primerísima actriz italiana, la
gran ¡Stella Bonafila! (Flashes). La compañía ha quedado
presentada. Mientras los actores se preparan para la repre....(L as
luces se mueven enloquecidamente). Ah, perdón, siempre me
olvido, también nos acompaña nuestro iluminador Caio De Moraes.
Ahora sí, mientras los actores se preparan para la representación,
yo voy a conversar un poco más con ustedes.

Jacobella: ¿Alguna pregunta para Emilién? (Silencio). Adelante


entonces. (A Emilién). A la puerta, entrevista.

(Jacobella se lleva la mesa de la conferencia. Emilién sale afectado).

(Se abre el telón del Solís, se ilumina solamente la zona de


camarines, los actores se cambian, se maquillan, mientras cantan).

Dejar de ser quien soy


vestir la máscara
en este baile voy
sin rostro en mi disfraz
y en la transformación tenaz de cada día
la compañía
su verdadero rostro deja atrás.

Erick: (Saliendo de camarines hacia el escenario). Yo soy Horacio.


Amigo y confidente del príncipe Hamlet. Soy el cronista de su
historia. Su memorista. Yo soy el único que queda vivo, por una
razón muy sencilla, alguien tiene que sobrevivir, para contar la
historia. Estamos en el acto uno. Hamlet (Hamlet se coloca a su
lado) todavía no sabe que su Tío, Claudio, (Claudio se coloca a su
lado) el actual rey de Dinamarca, es el asesino de su padre. Se lo va
a decir más tarde el espectro del Rey asesinado, en un encuentro
secreto en el bosque. Y con eso, Hamlet, sólo confirmará una
sospecha que ya vive en él, y esto nadie lo puede discutir, porque
el texto lo dice claramente:
Hamlet: ¡Ya me lo anunciaba el corazón! ¡Mi tío!
Erick: (Mientras dispone la próxima escena). Ya se lo anunciaba el
corazón. Porque Claudio se había casado con su madre, Gertrudis,
(Gertrudis se coloca a su lado) solamente un mes después de la
muerte del Rey Hamlet, el padre del príncipe. Y Claudio, para
Hamlet, ya no era de fiar. El mundo para él, ya no era el mismo, la
vida se había convertido en un baile de máscaras, donde nadie
muestra su verdadero rosto, mucho antes de saber que Claudio,
además de casarse con Gertrudis, prematuramente y sin respetar el
duelo, era el asesino de su padre. Con esa boda incestuosa, toda la
realidad había mostrado una cara nueva, eso pasa a significar para
Hamlet, claramente, que todos los rostros visualizados
anteriormente, habían sido solamente máscaras. Ahora, (Coloca el
trono e invita a Claudio a sentarse) el actual Rey de Dinamarca,
miente soberbiamente sobre su amor a Hamlet y su sentimiento por
el pueblo, sentado en el trono de su víctima secreta.

(Baja telón de “Hamlet” tapando los camarines).

Claudio: Aunque la muerte de mi querido hermano Hamlet está


todavía tan reciente en nuestra memoria, que obliga a mantener
en
tristeza los corazones y a que en todo el Reino sólo se observe la
imagen del dolor; con todo eso, tanto ha combatido en mí la razón
a la
naturaleza, que he conservado un prudente sentimiento de su
pérdida,
junto con la memoria de lo que a nosotros nos debemos. A este fin
he
recibido por esposa, a la que un tiempo fue mi hermana y hoy reina
conmigo, compañera en el trono de esta belicosa nación; si bien
estas
alegrías son imperfectas, pues en ellas se han unido a la felicidad
las
lágrimas, las fiestas a la pompa fúnebre, los cánticos de muerte a
los
epitalamios de Himeneo, pesados en igual balanza el placer y la
aflicción. No hemos dejado de seguir los dictámenes de vuestra
prudencia, que en esta ocasión ha procedido con absoluta libertad,
de lo
cual os quedo muy agradecido…

(Jacobella se asoma por un costado del telón y llama sutilmente a


Stella con señas, mientras la escena prosigue. Lo referido a las
intervenciones de Jacobella, requiere que el volumen de la escena
de Shakespeare baje para cobrar protagonismo).
Claudio: Ahora me falta deciros
que el joven Fortimbrás,
estimándome en poco,
presumiendo que la reciente
muerte de mi querido hermano, Jacobella: Cht..Cht...
habrá producido en el reino
trastorno y desunión, y fiado en
esta soñada superioridad, no ha Jacobella: Stella……
cesado de importunarme con
mensajes, pidiéndome le Jacobella: Stella…..
restituya aquellas tierras que
perdió por su padre y adquirió
mi valeroso hermano con todas
las formalidades de la ley. Basta
ya lo que de él he dicho. Por lo (Stella advierte que Jacobella la
requiere y comienza una
que a mí toca, y en cuanto al discusión con ademanes, un
objeto que hoy me hace forcejeo entre el llamado de
reunirlos, helo aquí. He escrito al Jacobella y la negación de Stella
Rey de Noruega, tío del joven de abandonar la escena).
Fortimbrás, que doliente y
postrado en el lecho, apenas
tiene noticia de los proyectos de
Jacobella: ¡¡¡Stella, perdoname
su sobrino, a fin de que le Stella, Stella!!!
impida llevarlos adelante, pues
tengo informes exactos de la
gente que levanta contra mí, su Stella: ¿Jacobella qué hacés?
calidad, su número y sus Jacobella: No te interrumpiría si
fuerzas. Solicito a los no fuera importante Stella
mensajeros, saluden en mi Bonafila.
nombre al anciano, pero no os
doy facultad, para celebrar con Stella: No, no puedo creer,
él tratado alguno que exceda los quedate ahí.
límites expresados en estos Jacobella: Escuchame, dejame
artículos. Id con Dios. ¡Y tú explicarte.
Hamlet, mi deudo, mi hijo!
Hamlet: (Aparte). Algo más que Jacobella: Stella, por favor….es
deudo y menos que amigo. importante.

Claudio: ¿Qué sombras de


tristeza te cubren siempre? Stella: ¡Ahora no, Jacobella!
Hamlet: Al contrario, señor, Estoy actuando. ¡Y me toca
estoy demasiado a la luz. hablar!

Gertrudis: (Reincorporándose)
Mi buen Hamlet, no así tu
semblante manifieste aflicción;
véase en él que eres amigo de
Dinamarca; ni siempre con
abatidos párpados busques
entre el polvo a tu generoso
padre. Tú lo sabes, común es a
todos, el que vive debe morir, (Sube telón de “Hamlet”, la
pasando de la naturaleza a la escena sigue en camarines, la
eternidad. escena de La Duda continúa de
espaldas tras el telón
Hamlet: Sí señora, a todos es
traslúcido).
común.
Gertrudis: ¿Entonces por qué
aparentas tan particular Jacobella: Escuchame Stella por
sentimiento? favor.
Hamlet: ¿Aparentar? No señora, Stella: Jacobella. Qué puede
yo no sé aparentar. Ni el color haber pasado que sea tan
negro de este manto, ni el traje importante, toda la vida lo
acostumbrado en solemnes mismo Jacobella, interrumpiendo
lutos, ni los interrumpidos mis mejores momentos, no
sollozos, ni en los ojos un soportás que la atención recaiga
abundante río, ni la dolorida sobre mí, nunca lo soportaste,
expresión del semblante, junto no me olvido más de aquella
con las fórmulas, los ademanes, vez, no me voy a olvidar nunca
las exterioridades del de aquella fiesta de fin de año
sentimiento; bastarán por sí en la escuela, yo era la princesa
solos, mi querida madre, a Amatista y vos no habías
manifestar el verdadero afecto quedado seleccionada para
que me ocupa el ánimo. Estos ningún papel, pero ibas a todos
signos aparentan, es verdad; los ensayos.
pero son acciones que un
Jacobella: Sí, estaba condenada
hombre puede fingir...
a ir a todos los ensayos porque
Aquí, aquí dentro tengo lo que mi hermana era la princesa
es más que apariencia, lo demás Amatista y la tenía que esperar
no es otra cosa que atavíos y para volver a casa, porque no
adornos del dolor. nos dejaban andar solas y nadie
más que yo se sabía toda tu
Claudio: Bueno y laudable es
letra.
que tu corazón pague a un
padre esa lúgubre deuda, Stella: Y me hiciste tomar tiza
Hamlet; pero, no debes con agua, diciéndome que era
ignorarlo, tu padre perdió un un brebaje para aclarar la voz, el
padre también y aquel perdió el día de la función, para que
suyo. El que sobrevive, limita tuviera fiebre y no pudiera
actuar, y ¿¿quién terminó siendo
la filial obligación de su
la princesa Amatista????
obsequiosa tristeza a un cierto
término. Pues continuar en Vooosss, voosss Jacobella.
interminable desconsuelo es una Usurpadora. Condenada por su
conducta de obstinación impía. nombre “Jacobella”: Que tiene
No es natural en el hombre tan capacidad para sustituir!
permanente afecto, pues revela
una voluntad rebelde a los Jacobella: Eso no fue así
decretos de la Providencia, un Stella...no puedo creer que tu
corazón débil, un alama indócil, memoria haya fijado esa
un talento limitado y falto de anécdota así, vos tomaste tiza
luces. ¿Es lógico que el corazón
con agua a propósito, porque
padezca, queriendo neciamente
resistir a lo que es y debe ser estabas asustada y no querías
inevitable, a lo que resulta tan actuar y cuando te pregunté qué
común como cualquiera de las tomabas, me dijiste que era un
cosas que con más frecuencia brebaje para aclarar la voz. Y la
hieren nuestros sentido? Este es etimología de mi nombre lo dice
un delito contra el cielo, contra con claridad "Que tiene ca pa ci
la muerte, contra la Naturaleza
dad, ca pa ci dad, para sustituir"
misma.
es una injuria absurda a la Stella: ¿¿Eh?? ¡Vos me hiciste
razón, que nos da, en la muerte tomar la tiza!
de nuestros padres, la más
frecuente de sus lecciones, y Jacobella: ¡No inventes! eso no
que nos está diciendo, desde el fue así Stella, no tergiverses las
primero de los hombres hasta el raíces de nuestra historia, fue
último que hoy expira: totalmente al revés. Y nunca lo
“Mortales, ved aquí, vuestra
vamos a poder comprobar, hay
irrevocable suerte”. Modera,
pues, yo te lo ruego, esa inútil que vivir con esa duda a
tristeza; considera que tienes un cuestas...
padre en mí, puesto que debe
Stella: ¡No voy a dejar que me
ser notorio al mundo que tú eres
arruines la última función! Punto.
la persona más inmediata a mi
¿Por dónde vamos?
trono, y que te amo con el
afecto más puro que puede
tener un hijo a su padre. Tu
resolución de volver a tus
(Stella sale de camarines y entra
estudios en Wittemberg es la
a la escena).
más opuesta a nuestro deseo, y
antes bien te pedimos que
desistas de ella, permaneciendo
aquí estimado y querido a vista
nuestra como el primero de mis
cortesanos, mi pariente y mi
hijo.

Gertrudis: ¡Ay de mí! ¿Y qué


acción es esa que así anuncias
con espantosa voz de trueno?
Valentín: No vamos por ahí, no
vamos por ahí.
Hamlet: Madre, es preciso que
me roguéis que no me vaya a
estudiar a Wittenberg.

Gertrudis: Ah...Yo te ruego


Hamlet, que no vayas a
Wittenberg, quédate con
nosotros. No sean vanas las Stella: ¿Qué querés?
súplicas de tu madre.
Jacobella: Creo que se acaba de
Jacobella: (Asomándose por el morir Emilién. Pero seguí, seguí.
telón) ¡Stella! ¡Vení acá! Seguí tranquila, yo me arreglo.

(Sube telón isabelino. Stella Stella: ¿Cómo que se murió


ingresa al camarín. La escena Emilién?
prosigue en el escenario espejo).
Jacobella: Muriéndose. Le dio
algo ahí afuera, mientras daba
una entrevista y cayó redondo,
Este acontecimiento, no hará por la rampa de fácil acceso. Y
hoy Dinamarca festivos brindis me parece que te lo tenía que
sin que lo anuncie a la nubes el decir. A todos, por supuesto,
cañón robusto y el cielo retumbe pero en especial a vos, que sos
muchas veces a las su mujer. Pero dale dale, “show
must go on”, dale traquila eh,
aclamaciones del Rey, repitiendo
que Jacobella se encarga de
el trueno de la tierra. todo, como siempre.
Hamlet: Obedeceros en todo,
será siempre mi deseo. Stella: ¡Pará un poco! ¿Cómo
“creés” que se murió Emilién?
Claudio: Por esa afectuosa y Eso no es algo que uno cree o no
plausible respuesta, quiero que cree. ¿Qué estás diciendo? ¿Esa
seas otro yo en el imperio camisa no es mía?
danés. Venid señora, venid
señora! Jacobella: ¿Qué importa eso?, te
La sincera y fiel estoy diciendo que murió
condescendencia de Hamlet ha Emilién y te fijás en la camisa.
llenado de alegría mi corazón.
Para celebrar este
acontecimiento, no hará hoy
Stella: Esa manchita no la tenía.
Dinamarca festivos brindis sin
que lo anuncie a la nubes el
cañón robusto y el cielo retumbe
muchas veces a las Jacobella: El modelo es así,
aclamaciones del Rey, repitiendo manchado.
el trueno de la tierra.

Hamlet: ¡Oh! ¡Dios! ¡Oh! ¡Dios


mío! ¡Cuán fatigado ya de todo, Stella.: Ah sí, súper exclusivo,
juzgo molestos, insípidos y con una mancha sola perdida en
vanos los placeres del mundo! el vacío.
Nada, nada quiero de él, es un
campo inculto y rudo, que sólo
(Entra Emilién).
abunda en frutos groseros y
amargos. ¡Que esto haya
llegado a suceder a los dos
Jacobella: ¡El espectro de
meses que él ha muerto! No, ni
Emilién! debe querer decirnos
tanto, aún no ha dos meses.
algo.
Aquel excelente Rey, que fue
comparado con este, como con
un Sátiro con Hiperión; tan
amante de mi madre, que ni a (Stella se desmaya).
los aires celestes permitía llegar Emilién: Fue sólo una falsa
atrevidos a su rostro. ¡Oh! ¡Cielo alarma un susto, te fuiste
y tierra! ¿Para qué conservo la demasiado rápido, sos tan
memoria? Ella, que se le exagerada...
mostraba tan amorosa como si
en la posesión hubieran crecido Jacobella: Ay no . La
sus deseos. Y no obstante, en un desesperación , perdón,
mes... ¡Ah! no quisiera pensar reconozco que me precipité...no
supe manejar la situación,
en esto. ¡Fragilidad! ¡tienes Emilién...que suerte que estás
nombre de mujer! En el corto acá...
espacio de un mes y aún antes
Emilién: ¡Stella!...¡Stella!
de romper los zapatos con que, Jacobella: Ay no, y ahora ¿qué
semejante a Niobe, bañada en vamos a hacer?
lágrimas, acompañó el cuerpo
de mi triste padre... Sí, ella, ella
misma. ¡Cielos! Una fiera,
incapaz de razón y discurso,
hubiera mostrado aflicción más
durable. Se ha casado, en fin,
con mi tío, hermano de mi
padre; pero no más parecido a
él que yo lo soy a Hércules. En
un mes...enrojecidos aún los
ojos con el pérfido llanto, se
casó. ¡Ah! ¡Delincuente
precipitación! ¡Ir a ocupar con
tal diligencia un lecho
incestuoso! Ni esto es bueno, ni
puede producir bien. Pero, hazte
pedazos corazón mío, que mi
lengua debe reprimirse.

Emilién: (Baja telón Solís. Emilién habla a proscenio). Les pedimos


disculpas, hemos tenido un inconveniente y vamos tener que cerrar
el telón unos minutos.
Hamlet: Noooooo. Si bajáis el telón desaparezco, dejo de existir, los
personajes sólo existen con el telón en alto.
Horacio: Cuando vos naciste el telón no se usaba, colaborá.
Emilién: Les pedimos que conserven la calma y aguarden unos
segundos, por favor. Gracias.
(Emilién entra arrastrándose por debajo del telón. Se escucha a
telón cerrado).
Valentín: Emilién, ¿qué está pasando?
Jacobella: Stella sufrió una indisposición.
Valentín: Estoy hablando con el hijo del director de la compañía, no
con su personal de servicio.
Emilién: ¡Yo no soy el hijo del director de la compañía!, yo soy el
director de la compañía ¡Y tenemos que solucionar esto ya!
Jacobella: Shhh shhh . (En volumen alto) Está la gente ahí…
tratemos de hablar bajo….
(Se escuchan murmullos y movimientos).
Emilién: (Apareciendo por debajo del telón). Bien. Disculpen
nuevamente. Nunca nos había pasado algo así. Estamos muy
nerviosos, pero prontos para continuar. Les volvemos a pedir
disculpas. Son cosas que pueden pasar, siempre estuvimos
preparados para esto, así que seguiremos adelante, porque así...
Valentín: (Desde atrás del telón). Porque así lo hubiera hecho su
padre.
Emilién: ¡Porque así creo yo que debe ser! Y porque estamos
preparados para eso. Cuando retomemos, y por razones horarias,
porque hay que entregar la sala a las 23hs, Hamlet ya habrá tenido
su encuentro en el bosque con el fantasma de su padre, y éste, ya
le habrá comunicado que Claudio es el asesino. Perdón, no
expliqué, nuestra primera actriz, Stella Bonafila ha sufrido una
indisposición, y el papel de la reina Gertrudis será cubierto en esta
ocasión por Jacobella Bonafila, que está entrenada para eso.
Continuamos.
(Se abre el telón. Jacobella está vestida de Gertrudis. Una mujer se
levanta en la platea).
Carmencita: ¡No! ¡Yo vine a ver una obra con Stella bonafila! ¡No
quiero ver otra actriz! Quiero ver a Stella Bonafila. Pagué una
entrada carísima para ver actuar a Stella Bonafila ¡Y no quiero ver a
otra!
Erick: Tranquilícese señora, ¿con quién tengo el gusto?
Carmencita: Con la madre de Stella Bonafila.
Erick: Señora, como ya explicó Emilién, su hija acaba de sufrir un
quebranto de salud.
Carmencita: ¿Qué quebranto?
Erick: Se desmayó.
Carmencita: ¿Lo del desmayo era en serio? Yo pensé que era parte
de la obra, pensé que le pasaba eso al personaje de Stella. ¿La
entrada de Jacobella tampoco es parte de la obra?, a mí me pareció
tan divertida.
Erick: ¿Pero usted no conoce el argumento de Hamlet?
Carmencita: ¿Y vos conocés la receta del Strudel? ¿Y vos qué mirás?
Ofelia: ¿Yo?
Carmencita: Sí, sí, vos, con esa cara de mosquita muerta.
Ofelia: Yo soy Ofelia, aquella que el río no contuvo...
Carmencita: Y yo soy Carmencita. Carmencita de cédula, no es un
diminutivo que me dio la vida eh, me llamo Carmencita y lo llevo
bien. Qué pasa que todos los personajes cuando empiezan a hablar
dicen “Yo soy fulano”, cuando otro los nombre ya vamos a saber
cómo se llaman y si no, será irrelevante. “Yo soy Horacio” “Yo soy
Ofelia”. Es la primera vez que vengo a ver actuar a mi hija, porque
justo la compañía pasaba por acá y como acaba de morir el padre
de ellas, en Florencia, Dante Bonafila, me pareció que estaba bien
acompañarlas, aunque hace más de 30 años que no las veo y lo
digo en plural, porque aunque me pese, las dos son mis hijas y
siento lo mismo por ambas. (A Jacobella). Sacá la mano de esa
corona trepadora que es de Stella Bonafila. Y ya de paso te voy a
pedir que me expliques cuál es el encanto que tiene esta bendita
obra que todo el mundo insiste con hacerla una y otra vez.
Abbey: “Hamlet” es un texto que se va a seguir representando,
mientras el hombre exista. Han llegado a decir que es una guía del
alma humana. Lo que yo puedo decir, desde mi experiencia
particular, es que es una obra muy enigmática, yo por ejemplo,
como actriz, Abby Close, encantada, “Yo soy Abby Close” jajja,
como actriz, nunca pude descifrar muchas cosas de Ofelia,
constantemente a lo largo de todos estos años fui cambiando mi
visión del personaje, por ejemplo, no se si ama o no ama a Hamlet,
(canta) no sé si lo amó y lo dejó de amar, no sé si él la ama a ella, o
si la amó y la dejó de amar. Yo me expreso mejor cantando. Por eso
me dieron el personaje de Ofelia, ya va a ver que Ofelia, cuando
enloquece más adelante en la obra, canta, es un riesgo que corren
los actores que cantan, siempre les dan los personajes que cantan.
Hamlet: ¡Horacio! ¡Horacio! ¿Qué extrañas cosas están sucediendo
en Elsinore?
Horacio: Intrusos en la corte buen Hamlet.
Hamlet: Ya me anunciaba el corazón dispersiones, mas no debo
borrar de mi mente las palabras de mi padre. Recuerda Horacio lo
que te dije al salir del bosque, después de que el espectro de mi
padre me confesó que había sido asesinado sin piedad por mi tío.

“Prometedme que por más singular y extraordinaria que sea de


hoy más mi conducta (puesto que acaso juzgaré a propósito afectar
un proceder del todo extravagante) nunca vosotros al verme así
daréis nada a entender, cruzando los brazos de esta manera, o
haciendo con la cabeza este movimiento, o con frases equívocas
como: sí, sí, nosotros sabemos; nosotros pudiéramos, si
quisiéramos... si gustáramos de hablar, hay tanto que decir en eso;
pudiera ser que... o en fin, cualquiera otra expresión ambigua,
semejante a éstas, por donde se infiera que vosotros sabéis algo de
mí. Juradlo; así en vuestras necesidades os asista el favor de Dios.
Juradlo”.
Carmencita: Tiene un plan. Él tiene un plan. Notoriamente tiene un
plan cuando sale del bosque. ¿Entendí mal o Hamlet cuando dijo
eso, venía saliendo del bosque en el que el espectro de su padre le
narró los hechos que lo llevaron a su muerte? Entonces tiene un
plan, porque ya está pidiendo que no digan nada si lo ven actuar
raro, ¿o entendí mal? Si no, sale, y pum atraviesa a Claudio y lo
manda guardar, como haría cualquier hijo ¿no?
Ofelia: Como hace mi hermano, apenas se entera que nuestro padre
es asesinado por Hamlet, más adelante en la obra. Estando en
Francia, se precipita hacia Elsinor sin otro fin que vengar a nuestro
padre lo antes posible, sin importar que su asesino sea el propio
Hamlet, aunque sea el príncipe de Dinamarca. Y no descansa hasta
ver su muerte vengada, aunque él mismo pierda la vida, como
efectivamente sucede.
Hamlet: Ah, tu hermano Laertes, ese espejo roto cuya templanza,
sólo me recuerda lo que mis manos no pueden llevar a cabo.
Carmencita: Con más razón, lo tenés que matar, ya. No sólo para
mantener su honor en alto, si no también para mantener el tuyo y
más si hay otro personaje que muestra cuál sería la conducta
esperada, por contraste con Laertes, caerías al vacío moral. No
estoy justificando la justicia por mano propia eh, pero le mataron al
padre y es el príncipe de Dinamarca, heredero del trono, ¿qué
nación podría conducir si no puede ni siquiera vengar a su padre?
Ofelia: Pero señora, una nación puede conducirse sin violencia y con
la razón, mi buen Hamlet no planifica acciones malévolas, él cree
en la vida, cree en los hombres, cree en la verdad y en el equilibrio
del mundo.
Hamlet: No, ya no, no prestáis atención a mis palabras y pretendéis
que me amáis
Carmencita: Tiene razón, él ya lo dijo hace un rato, lo que pasa que
no le estaban prestando atención.
Ofelia: ¿Cuándo lo dijo?
Valentín: Hace un rato lo dijo, esta compañía se viene a pique,
antes éramos todo encarnación, pasión y profundidad, ahora ,
mientras los compañeros hacemos una escena, los demás piensan
en helicópteros o tortugas marinas, representar “La Duda” ya es un
ejercicio gimnástico, un automatismo, y cada vez que están por
salir a escena piensan en el parlamento que van a decir y se
preguntan si ya lo dijeron o no lo dijeron, como quien limpiando su
casa, mira un sillón y se pregunta si ya pasó o no el plumero por su
respaldo. Hay que prestar atención siempre. En todo. Para no morir.
Bien lo decían los formalistas rusos: hay que estar constantemente
desautomatizado, para no transformarse en una máquina. Lo que
ahora siente con respecto al mundo,lo dijo en su primer monólogo,
cuando quedó solo, después del discurso del rey.
Ofelia: ¡Tiene razón! (Canta) Hay algo que va muriendo en la
repetición, si no hay lugar a un elemento que se transforme cada
vez, algo se marchita algo se apaga, algo no vuelve a suceder.
Carmencita: Muy bonito, muchas gracias, (a Hamlet) ¿Te animás a
decirlo otra vez? Porque cuando lo dijiste, se sentían murmullos
atrás, yo pensé que se trataba de una investigación sonora de la
compañía y dije, mirá qué campo sonoro elaborado que se
mandaron, pero ahora veo que acá, nadie sabe dónde está parado,
y uno en la butaca, sentadito, como un rehén de sus confusiones
artísticas, sometido a la contemplación de sus caprichos. Conmigo
no, yo no soy de esas que se bancan que hagan acá arriba lo que
quieran. Yo necesito entender. Si no me frustro. Podrías por favor
repetir el momento en que te referís a eso, a que ya no creés en
nada.

Hamlet: ¡Oh! ¡Dios! ¡Oh! ¡Dios mío! ¡Cuán


fatigado ya de todo, juzgo molestos,
insípidos y vanos los placeres del mundo!
Nada, nada quiero de él, es un campo
inculto y rudo, que sólo abunda en frutos
groseros y amargos. ¡Que esto haya
llegado a suceder a los dos meses que él
ha muerto! No, ni tanto, aún no ha dos
meses. Aquel excelente Rey, que fue
comparado con este, como con un Sátiro
con Hiperión; tan amante de mi madre,
que ni a los aires celestes permitía llegar
atrevidos a su rostro. ¡Oh! ¡Cielo y tierra!
¿Para qué conservo la memoria? Ella, que
se le mostraba tan amorosa como si en la
posesión hubieran crecido sus deseos. Y
no obstante, en un mes... ¡Ah! no quisiera
pensar en esto. ¡Fragilidad! ¡tienes
nombre de mujer!
Carmencita: Apasionante. Entendí todo, menos lo último “Fragilidad
tienes nombre de mujer”.
Horacio: Es una generalización que hace Hamlet.
Ofelia: En la que después me veo envuelta yo, Ofelia, ella Ofelia, mi
personaje, yo. Yo soy Ofelia jajja Claro a él (Canta) se le quebranta
el ideal de mujer por la acción prematura de su madre y yo caigo
gratuitamente en la misma bolsa.
Horacio: Basta Abbey, ¿qué te pasa? Sin duda es así, pero no digas
que es injusto, Ofelia es frágil, Abbey, Ofelia no es una heroína, no
es Julieta que se opone a su familia y lucha por su amor con un plan
extremo y arriesga su vida por Romeo, e incluso la pierde, Ofelia le
hace caso al padre todo el tiempo.
Carmencita: ¿Quién es el padre?
Horacio: Polonio, el chambelán o alcahuete del rey, nosotros no
usamos ese personaje en nuestra versión.
Carmencita: ¿Y qué quiere Polonio? ¿Qué le dice?
Ofelia: Cosas relativas al príncipe Hamlet. Dice que supo que me ha
visitado varias veces, que yo lo recibí con complacencia, que eso no
sé si es cierto o no, dice que no me he portado con la delicadeza
que corresponde a una hija suya y a mi propio honor. Y yo le
confieso siempre que el príncipe me ha declarado su amor con
mucha ternura, y mi padre cuestiona ese sentimiento y se ríe de mí,
(Canta) dice que soy una niña y que por eso recibo por paga
ternuras que no son moneda corriente. Yo comento el error de decir
que sus declaraciones tienen “apariencia” honesta. Apariencia,
apariencia, apariencia. Y mi padre se aferra a esa palabra, que es la
más usada en la corte, diciendo que (Canta emulando al padre)
“Redes son esas para atrapar codornices” . Me prohíbe con
mandato paterno, que lo vea y me ordena devolver sus cartas. Y mi
hermano piensa exactamente lo mismo que mi padre.
Horacio: Y vos, les hacés caso, a los dos, le devolvés las cartas y le
contás a tu padre todo, todo, todo, hasta el último detalle de los
pasos de Hamlet, siempre fue así, pero ahora, tu padre, es el mejor
amigo ¡del enemigo de Hamlet! Y parece que vos no lo vieras. No
está tan errado cuando dice “Fragilidad tu nombre es mujer”, siente
que la mujer es un ser débil que cede fácilmente, tanto al poder
como a la pasión.
Carmen: Pero eso es totalmente misógino.
Horacio: Es otro contexto señora, no cometamos el error que medir
un texto clásico con la vara del mundo actual.
Carmencita: Bueno, está bien, sobreviviente, no pierda los estribos.
Seamos más sencillos: ¿vos qué sentís?
Ofelia: Yo... ¿quién?
Emilién: Disculpe señora, no quiero ser grosero, pero ya está. No
puede estar acá arriba.
Carmencita: ¿Y vos quién sos?
Emilién: ¿No vino a la conferencia?
Carencita: Llegué tarde.
Emilién: Soy el director de la obra señora, Emilién Lemaire, director
de la Societé roulante.
Carmencita: Mirá vos ¿Y sabés la receta del Strudel?
Emilién: No.
Carmencita: Entonces escuchame, porque esto es un desastre.
Valentín: ¡Lo más sensato que se ha dicho en los últimos veinte
minutos! ¡O quizás en los últimos dos años!
Carmencita: Muchas gracias. ¿Que tiene que hacer él ahora?
Emilién: ¿Quién?
Carmencita: Hamlet, ¿qué tiene que hacer en la obra? ¿Matar a
Claudio? ¿Sólo eso?
Emilién: Sí.
Carmencita: ¿Ese es el objetivo del muchacho? ¿Matar a Claudio?
¿Nada más?
Emilién: Eh... sí, nada mas ni nada menos, Claudio es el rey y sí...la
obra se trata de eso, ese es precisamente el móvil de la acción
digamos, la ejecución de la venganza por parte de Hamlet, a pedido
de su padre.
Carmencita: Bueno, Hamlet, escuchame, vení, ya que a vos se te
cayó el ideal de mujer, yo te voy a dar un consejo de madre:
matalo. No lo pienses mas, ¿qué puede pasar?
Hamlet: Terribles cosas señora, yo no soy igual a los demás, yo no
nací para ser un príncipe soldado. Yo pienso, si pienso mal o bien, lo
ignoro, pero pretendo que por mas infeliz que Hamlet se vea, los
que lo vean pongan su dedo en la boca. ¡La naturaleza está en
desorden! ¡Suerte execrable! Haber nacido yo para enmendarla.
Carmencita Sos muy complicado.
Jacobella: No es tan sencillo mamá, no es tan sencillo, los
estudiosos se pasaron toda una vida dándole vueltas a este asuntito
de por qué Hamlet no mata a Claudio inmediatamente si es lo que
le promete al padre y si es lo que se espera de un hijo joven de la
época. Las cosas son más complejas mamá, vos te metés en todo
mamá, vos no soportás no entrometerte en los asuntos ajenos y
querés resolver todo en un 2 x2.
Carmencita: ¿Stella cómo está?
Jacobella: Está bien, ¿querés ir a verla?
Carmencita: No. Estoy entusiasmada acá.
Stella: ¡Estoy en perfectas condiciones! Puedo seguir con la función,
(A Jacobella) así que sacate la corona...y sacate la blusa. Que te
saques la blusa. Inventás cualquier cosa para hacerme caer. Hasta
jugás con la muerte, esta vez fuiste demasiado lejos.
Emilién: Basta por favor...no empiecen...no sigan…no es el
momento para una escena de las hermanitas Bonafilla.
Stella: Callate hijo de puta. Y ya vamos a hablar del asunto de la
carta que apareció tirada, después de tu caída en el hall del
teatro…
Emilién: ¿Qué decís Stella?
Stella: ¡Que te calles!
Valentín: Emilién no podés resolver nada. No tenés autoridad.
Disculpen otra vez, vamos a retomar la obra en la escena 2 del acto
2, porque se nos va el tiempo, y le vamos a pedir, señora, que baje
y vuelva a su lugar.
Carmencita: ¿Vos quien sos?
Valentín: Valentín Roi, el único actor que se conserva del elenco
original de la Societé Roulante, fundada por el gran Emilién
Lemaire, peré.
Jacobella: Padre.
Carmencital: ¿Vos sabés la receta del Strudel?
Valentín: Sí.
(Se genera un silencio y se da a entender que surge el amor entre
ellos).
Stella: ¡Dale mamá! Y vos volvé a tus tareas Jacobella. Estoy en
perfectas condiciones, muchas gracias. Caio, ¿estás pronto para
seguir? (Una luz cae sobre Stella y apaga todo lo demás) Yo soy
Gertrudis, la que...(De pronto Jacobella ocupa su lugar sacándola
fuera del cenital).
Jacobela: No pienso abandonar mi papel. Es una oportunidad que
uno no tiene dos veces en la vida, me entrené años para sustituir a
cualquiera de los personajes, me sé los parlamentos de todos, hoy
es la última función y nunca se me permitió siquiera intentarlo, y la
verdad que me parece un sistema de trabajo bastante siniestro,
entrenar a alguien durante años para que nunca demuestre que lo
pudo hacer. Así que no me importa nada: hoy voy a actuar.
Emilién: Lo que me faltaba, ¿qué les pasa a todos? Vos enloqueciste
de repente y vos, ni siquiera te alteraste ante la posibilidad de mi
muerte. El mundo está dado vuelta.
Hamlet: ¡Algo huele mal en Dinamarca!
Emilién: ¡Algo no huele mal en Dinamarca, algo huele mal en todos
lados! ¿Me querés explicar qué te pasa?
Stella: A mi la verdad que me shockeó en principio la noticia, no lo
voy a negar, como a cualquier persona le hubiera pasado, pero la
verdad que en un segundo me di cuenta que no me importás tanto,
y además acabo de confirmar lo que siempre sospeché... que me
estás engañando Emilién.
Emilién: ¿¿Ehh??? ¿¿Cómo que siempre sospechaste?? Nunca me
dijiste, ni me diste a entender mínimamente que dudabas de mí.
Stella: Qué buena actriz que soy.
Emilién: ¿Cómo vas a dudar de mí?
Hamlet: ¿De qué no se duda señor? ¿Qué certeza habita nuestro
corazón cansado?
Stella: Ninguna Hamlet, creo que quedo claro hace rato. ( A Emilién,
entregándole un papel) Me acercaron esto para vos… “Popetino”.…
Emilién: ¿Eh?
Stella: Que me seas infiel, no me sorprende, porque sólo confirma
una sospecha que ya me anunciaba el corazón, lo que me
sorprende es que tengas el coraje, de serme infiel con alguien que
te dice “Popetino”. Un poco de respeto a lo que fuimos Emilién, que
la próxima persona, o la amable pasajera de tu vuelo charter, tenga
un mínimo de altura, llegue medianamente , no te digo a mí entidad
compleja, pero por lo menos a mi sombra. Y no lo digo por vos. No
es que esté pensando en tu futuro, lo digo por mí, qué peor
sensación que ver que el ser amado pone su atención en un ser
absolutamente inferior, porque solo de un ser inferior puede salir un
vocablo así :“Popetino”, se me llena la boca de algo que no puedo
tragar, yo podría perdonarte todo, porque todo me es natural en el
amor, pero esto de “Popetino”, no lo perdonaría por nada del
mundo y así como Hamlet duda de todo por el reconocimiento de
un engañoo , yo paso a dudar de todo también. Dudo de Gertrudis y
de cualquier ser que diga amar. Hace dos años que soy Gertrudis y
me pregunto cada vez más / ¿por qué se me absuelve? No soy un
personaje digno de la actriz que me porta, eso es clarísimo. ¿Qué
siente Stella Bonafila por mí? ¿Piensa que sé que Claudio asesinó a
Hamlet? O que sólo me dejé seducir por el más inescrupuloso sin
notarlo? ¿Y cómo es que todos se convencen tan fácilmente de que
mi difunto marido, me cuidaba tanto que no permitía ni que el aire
rozara mi rostro? ¿Sólo por las palabras de mi hijo? ¿Qué muestras
ha dado, a lo largo de sus incontables repeticiones, mi hijo, de ser
un ser confiable? ¿Acaso no tiene puesta también una máscara?
¿No diseña estrategias? ¿No condena inocentes? ¿No mata? Mata
al padre de Ofelia, deja morir a Ofelia, manda a la muerte a
Rocencrantz y Guildenstern, sus dos amigos, completamente
inocentes, su duelo con Laertes, en el que ambos encuentran la
muerte, trae como consecuencia mi propia muerte y recién herido
de muerte y cuando ya no tiene nada que perder, se anima a matar
a Claudio. ¡Mueren ocho personas, cuando tendría que haber
muerto sólo una! ¿Qué confianza despierta ese hombre? ¿Qué es lo
que se supone? ¿Que por ser mujer no tengo implicancia? Quizás
ignore todo, pero no soy inocente. No hay nada más humillante
para un culpable que se lo presuma inocente. Por eso los grandes
asesinos caen, porque no soportan que el mundo crea que no
fueron lo suficientemente inteligentes o lo suficientemente hijos de
puta. Que me pregunten si sé o no sé que me revuelco en mi lecho
con un asesino. Que no se suponga que no lo sé. Sé que no soy
Lady Macbeth, me quedo atrás, miro y callo, dejo que todo suceda,
intervengo contadas veces, pero quiero, Stella, que sean
contundentes. ¿No conozco a mi hijo que no me doy cuenta que
está actuando? ¿Qué me pasa? ¿O pensás que me enamoré??
jajajajaj Capaz que pensás que me enamoré / No, no pienso que te
enamoraste, porque pienso que nadie se enamora jamás, el amor
para mí, es lo que elijo en determinado momento porque me viene
bien, por una u otra cosa, me viene bien, me conviene y no estoy
reduciendo todo a una comodidad económica vital, que podría ser
el centro de cualquier estudio sociológico sobre el amor
heterosexual, que también podría ser, ( Emilién intenta intervenir)
Callate hijo de puta, voy a decir lo que quiera, estoy hablando de lo
que me viene bien, lo que me conviene, lo que echo de menos, que
estén ahí, que me celen todo el tiempo, o lo contrario, sacar eso de
mi vida en pos de la libertad, amar es asumir que el otro es lo que
queremos a nuestro lado hoy, por un millón de razones y que puede
dejar de serlo mañana por otro millón de razones, pero no asumir o
jurarnos que nada de eso va a pasar jamás. Porque en el
incumplimiento de ese pacto radica el dolor. Yo no te juzgo, vos no
me juzgues Gertrudis, ¿Tenías ganas de acostarte con Claudio
estando casada con Hamlet? Bárbaro. ¿Lo hiciste después de que
murió?, bárbaro también, ¿Sabés que mató a tu marido? notable,
¿no lo sabes?... ts , ahí… ¿ves?.. ahí no te veo bien parada, pero
bárbaro también, Emilién, ¿estás con otra? Perfecto, ¿lo hiciste a
mis espaldas?, notable, ¿viví todo este tiempo pensando que eras
otra persona?, increíble, ¿vos también tenías puesta un máscara?,
no me sorprende, pero “Popetino” no Emilién, ¡“Popetino” no!.
Jacobella: No… alcanzo... a comprender…. qué clase de bajeza
moral…. encierra la palabra…. “Popetino”, que…. con tanto amor….
he pronunciado… durante estos dos años de gira.
Emilién: ¡Jacobella!
Jacobella: No pude soportar la humillación.
Stella: ¡La coronación de una vida de usurpación sin descanso!
Jacobella: Te dije que tenías que decirlo antes de salir de gira. Te lo
digo todos los días.
Emilién: No me parecía el momento indicado y no eras vos quien
tenía que decirlo.
Jacobella: Nunca es el momento indicado, no hay momento indicado
para decirle una persona que tenga cuidado cuando entre a escena,
que puede romper un foco con los cuernos.
Emilién: Stella, quise decírtelo mil veces, pero nunca sentí que era
el momento, nunca estuve seguro, dudaba, iba decidido y no podía
y al final, cuanto más dilata uno la ejecución de un asunto, todo
termina de la peor manera y el daño es mucho mayor que si uno
aborda el asunto cuando debe hacerlo, tengo clara la teoría, fallo en
la praxis Stella, no pude decírtelo nunca, pero siempre quise
hacerlo.
Emilién y Hamlet: Fui cobarde, fui egoísta, fui débil, y paso a paso
caminé hacia mi ruina y ahora nadie sale bien de este baile de
máscaras.
Hamlet: (Soliloquio) Así funciona el mundo, traición por traición,
está bien dudar de todo y de todos, no estoy tan errado, no hay
rostro sin máscara y somos los únicos responsables de nuestros
destinos, nuestras malas decisiones nos conducen a la muerte y
creyendo que resolvemos el nudo solo lo enredamos todo y no
tenemos posibilidad de salir vivos. Cada uno de nosotros nos
representa a todos y mi inacción es la semilla simbólica de una
revolución que nunca se llevará a cabo, yo soy culpable de cada
hombre pasivo, soy responsable de las revoluciones que no se
hicieron...soy responsable de todas las muertes del mundo, cada
vez que me representan y no mato a Claudio , un asesino en el
mundo queda impune. No, no puedo cargar con eso. No quiero ser
Hamlet. No quiero representar a nadie. Mis pensamientos son
suturas, mi cerebro es una cicatriz. Quiero ser una máquina.
Valentín: Estás influenciado por el Hamlet de Heiner Müller.
Hacemos teatro; que manía que hay de convertir todo en un
estigma social, esta obra no habla de la violencia a la mujer, que
Gertrudis no sea culpable del asesinato no la convierte en una
imbécil y si existiera una obra con una mujer imbécil como
protagonista el autor no sería un delincuente, Hamlet no es
culpable de nada mas que de no matar a Claudio inmediatamente,
no hagamos de esta obra mil obras que no es. ¿Qué le pasa al
mundo ? ¿En pos de los valores los valores se dan vuelta? Antes no
había luchas por la liberación de nada, y estábamos bien. Es
horrible lo que voy a decir, sé que me van a mirar como a un
monstruo, pero algún cachetazo le pegué a mis hijos alguna vez y
no me salieron violentos, ni me odian, ni piensan que fui un mal
padre. Son educados, exitosos y felices, ahora con esta ola
pacifista todo se descarrila, las autoridades tiemblan y entramos en
un vale todo inaceptable y más inaceptable para nosotros, los que
cargamos muchos años encima, un buen cachetazo a tiempo,
puede evitar muchos errores y es el lenguaje mas claro que
conozco.
Carmencita: ¿¿Escucharon borregas??
Emilién: Vos no podes interpretar así el Hamlet de Heiner Müller, ni
la vida, ni menospreciar de esa forma la violencia , es vergonzoso
Valentín, por hombres como vos el mundo no termina de cambiar y
además te voy a decir algo, que por respeto a mi padre, nunca te
dije: en tu actuación se nota perfectamente que sos de otra era.
Valentín: Yo puedo interpretar lo que quiera de lo que quiera,
porque los años de experiencia me dan ese derecho. Y las versiones
pos modernas de los clásicos no me simpatizan. Y si mi Claudio no
es perfecto, es porque yo fui el mejor Hamlet de La Societé
Roulante, eso sí que fue un Hamlet, y nunca más voy a poder
igualar esa actuación, porque yo, nací para ser Hamlet. Pero si algo
no voy a hacer, es cometer los mismo errores que él. Si un actor
pasa por un personaje y no aprende de su conflicto, no merece
llamarse actor. Si un director no controla su escena y su elenco, no
merece llamarse director. Y si vos no parás esto, lo voy a parar yo,
de todas maneras la obra no necesita a Gertrudis en esta escena,
así que por favor salgan, y sigan atrás con sus asuntos, Erick va a
explicar lo que ha sucedido sintéticamente y vamos a pasar a la
escena dos del acto dos, porque ya no hay tiempo de representar la
obra completa.
Emilién: Vos no sos la autoridad Valentín.
Valentín: Manda quien toma las riendas señor. Adelante Erick.
Erick: No . Si Emilién dice que no... (Valentín le pega una
cachetada) Hamlet conoció la verdad completa en el encuentro con
el espectro de su padre, y en dicho encuentro, el espectro le pidió
que jurara vengar su muerte. Hamlet sale del bosque transformado,
me pide a mí y a los centinelas que guardemos silencio con
respecto a lo acontecido y que si lo vemos actuar de manera
extraña, no hagamos notar que sabemos algo. Pero Hamlet, calla
sus planes, incluso ante mí, Horacio, su confidente, su amigo. La
que sigue, es su primera aparición, tras el encuentro con el
espectro. Hamlet , completamente desaliñado, con las medias
sucias y caídas, sin sombrero, con el semblante empalidecido ,
tembloroso como si hubiera salido del infierno para anunciar su
horror, ingresa repentinamente a la habitación de Ofelia.
(Hamlet toma con fuerza la mano de Ofelia, se aparta a la distancia
de su brazo, coloca la otra mano sobre su frente, fija la vista en el
rostro de Ofelia y lo recorre con atención largo rato. Sacude
ligeramente el brazo de Ofelia y mueve tres veces la cabeza,
exhalando un suspiro profundo. Suelta a Ofelia y se va,
retrocediendo, sin dejar de mirarla).
Carmencita: ¿Qué le pasa? ¿Por qué está así?

Hamlet: ¿De qué otro modo podría estar señora? En menos de un


mes, mi padre abandonó su cuerpo, mi madre yació en lecho
incestuoso con un hombre que no se parece a mi padre más de lo
que yo me parezco a Hércules, y que además es mi tío. La
hermoseada Ofelia me ha devuelto las cartas y ha puesto la
obediencia a su padre sobre todas las cosas, no estimo ya la vida,
no me importa morir, sólo aspiro a saber que es verdadero lo que
me rodea, como yo lo soy, o como lo fui y estoy así porque así me
siento, yo no se aparentar señora.

Erick: Nada más alejado de la verdadera razón de su estar así, él


tiene un plan, como bien señaló Carmen.

Carmencita: Carmencita.
Erick: Él está así, porque tiene un plan, que ni siquiera conmigo
quiere compartir, porque dejó de confiar en el ser humano en
general.

Hamlet: Horacio, ¿me conoces? ¿Eres mi amigo, Horacio? Y si me


conoces, ¿cómo puedes ser mi amigo?
Erick: Es obvio que él tiene el plan de fingirse loco, y Ofelia es la
primera escala de su plan, si la actuación funciona con ella,
funcionará luego con los demás, es el primer paso de prueba de su
plan.

Ofelia: No, es como cree mi padre después de esta escena, es lo


que mi padre le dice a Claudio, él está así porque perdió a su amor,
porque yo, Ofelia, por obediencia devolví sus cartas y no he cedido
a verle, porque mi padre y mi hermano me lo pidieron, y ahora yo,
Abbey, me doy cuenta que Ofelia no pudo ver la manera cruel en la
que le llenaron la cabeza, y en algún momento del proceso hacia la
locura y su posterior suicidio, estoy segura, la atormentó la idea del
“hubiera”. Es peor que las Erinias griegas, peor que la culpa judeo
cristiana. ¿Qué hubiera pasado, si ella no hubiera devuelto las
cartas, si lo hubiera seguido recibiendo, si se hubiera rebelado
contra el brazo masculino de su familia, si no hubiera contado
siempre todo? Si hubiera cometido el mínimo acto revolucionario de
guardar un secreto, aunque muriera de culpa, esa culpa, no hubiera
sido nunca peor que la culpa posterior, de cargar con lo que ella
cree que es la causa de la locura irreversible de Hamlet, que es a su
vez, la causa de la muerte de su padre. Pero esa es una vida que
Ofelia no vivió, nos atormentan continuamente las vidas que no
vivimos, y no nos dejan transitar en calma por esta. Los chinos no
entienden el significado de la palabra “hubiera”, para ellos no
podría haber pasado otra cosa que la que pasó, pero nosotros
construimos a casa paso nuestra propia ruina interior, combinando
en silencio las infinitas posibilidades de lo que hubiera podido pasar.
¿Cuándo advertimos por primera vez que algo, podría haber sido de
otra manera? ¿Cómo la maquinaria universal hace que eso ingrese
a nuestra mente? ¿En qué momento de la infancia? Quizás un
castigo, un si no hubieras hecho lo que hiciste hubieras ido al
cumpleaños de Jack, o no te hubiera pegado. En algún momento
asumimos la cantidad de vidas posibles que podríamos haber
transitado, sin darnos cuenta que de haber sido así, no seríamos lo
que somos, y yo, ella, Ofelia, ese día, quizás podría haberlo
detenido, haberle preguntado, haberle dicho que no entendía, todo
es culpa mía, si yo lo hubiera amado de verdad, Hamlet no hubiera
enloquecido.

Valentín: ¡Qué ilusa! No es tan importante el personaje de Ofelia. La


escena es así porque Shakespeare quiere que se vea que Ofelia
todo se lo cuenta a su padre, si no la hubiera representado
directamente.

Erick: No entiendo.
Valentín: En el texto original, esta escena no existe, miren, Ofelia no
se encuentra con Hamlet, si no que en la escena dos del acto dos,
Ofelia le cuenta lo sucedido a su padre, con lujo de detalles, tan
genialmente, que casi podemos ver la situación que acabamos de
representar. El personaje de Ofelia da muestras a las claras,
durante toda la obra, que todo se lo cuenta a su autoridad, por eso
Shakespeare escribe la escena en la que Ofelia le cuenta este
encuentro a Polonio y no la escena donde Hamlet y Ofelia se
encuentran.

Carmencita: Bien, pero más allá de eso, la pregunta es ¿Por qué va


Hamlet de esa manera a visitar a Ofelia?

Valentín: Para que se esparza por la corte el rumor de que Hamlet


ha enloquecido por amor. Hamlet sabe que Ofelia le va a contar a
su padre lo que pasó y que su padre se lo va a contar a Claudio. Y
de esa manera logra que Claudio no sospeche que su raro proceder
se debe a que sabe quién es el asesino de su padre, si no que
consigue que Claudio crea que Hamlet está loco por amor. Porque si
supiera la verdad buscaría el modo de eliminarlo. De esta manera
Hamlet consigue ganar tiempo y dilatar su venganza sin ser antes
asesinado o exilidado. El problema aquí, es que el señor Emilién
Lemaire, le fils, no supo ver eso y por el simple capricho de
economizar un actor en la gira, no utilizando el personaje de
Polonio, pensó que era lo mismo representar la escena de esta
manera y yo por respeto a la verticalidad en la que nos movemos,
me callé todo este tiempo, pero ese es un error garrafal de
dirección, que solo muestra lo que el director de la obra piensa de
Hamlet y de Ofelia, la ingenuidad con que mira la pieza, y después
la gente dice, “la obra es mala”, la obra no es mala ni es buena, el
problema no es el martillo, el problema es quién y cómo usa el
martillo, el ejemplo es de Chomsky, el martillo en manos de un
obrero es cosa buena, en manos de un asesino no.

Erick: Pero Valentín, con todo respeto, no podemos negar que


Hamlet, se finge loco porque los locos son impunes a las penas y de
esa manera, si convence a todos de que está realmente loco, podrá
matar al rey sin recibir sentencia . Es más o menos lo que todo el
mundo piensa de Hamlet.

Carmencita: Pero eso no es digno. Eso no sería vengar a su padre


sería cumplir a medias. Sería una venganza tramposa,
enmascarada, cobarde, débil, egoísta.

Erick: Pero es lo que sucede, Hamlet mata a Claudio cuando ya está


herido de muerte, después de batirse en duelo de esgrima con
Laertres y haber sido tocado con un florete envenenado, recién
entonces se decide a matar.

Carmencita: Esperá, esperá. Hagan de nuevo la representación del


encuentro, hay que buscar detalles.
(Realizan de nuevo la acción del encuentro).

Carmencita: (Haciendo referencia al momento en que Hamlet lleva


la mano a su frente y sacude tres veces la cabeza) ¡Ese gesto! ¿Qué
significa? ¿Está en el texto?

Valentín: Sí, está.

Hamlet: Ese gesto significa, no puedo creer todo lo que me está


pasando, tengo que cuidarte porque te amo Ofelia, o serás sin
quererlo víctima de la tormenta en la que se envuelve mi espíritu,
debo alejarme aunque no quiera y es por tu bien, juré a mi padre
quitar de mi mente todo lo que no tenga que ver con la venganza y
vos entrás dentro de esas cosas, sé que voy a morir, y debo
alejarme, perdón Ofelia y adiós.

Erick: No, significa, no puedo creer Ofelia lo que hiciste, no puedo


creer haber creído que me amabas de verdad y darme cuenta ahora
que sólo le haces caso a tu padre y que eres débil como mi madre y
como todas las mujeres y que devuelves mis cartas. Adiós Ofelia,
me has decepcionado.

Valentín: No, significa, quisiera contarte Ofelia, pero no puedo,


porque ya me has demostrado que todo se lo cuentas a tu padre y
tu padre es la mano derecha de mi enemigo, y si alguien sospecha
que tramo matar al rey, moriré antes de conseguirlo, debo alejarme
y callar, no, no puedo contarte.

Ofelia: ¿Nadie puede aceptar una mirada freudiana? El duelo


intenso, por reacción a la pérdida de un ser amado, incluye la falta
de interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de
elegir un nuevo objeto amoroso y conduce a veces al apartamiento
de toda actividad no conectada con la memoria del ser querido.

Carmencita: Pero entonces están haciendo una obra que no


entienden. (Entrando a camarines, increpando a Emilién) (Sube
telón de Hamlet y la escena se concentra en camarines) ¿Vos cómo
ponés en escena una obra que no sabés lo que quiere decir? Nos
estás faltando el respeto a todos.

Valentín: ¡Un ángel cayó del cielo! ¡Gracias! ¡Gracias!

Stella: (Como si nadie hubiera entrado) ...y me ponía un balde lleno


de juguetes arriba de la puerta entreabierta y me llamaba a los
gritos, como me llamó hoy, “¡Vení Stella, vení rápido, no te pierdas
esto!” Y yo, iba confiada y abría la puerta ¡y se me caían todos los
juguetes arriba! Mil veces caí en la misma trampa, porque el ser
humano es así, desde ahí tendría que haber aprendido que no se
puede confiar y creo que cada día de nuestras vidas alguien o algo
nos lo hace saber y no queremos ceder, no queremos ceder.
Confiamos y volvemos a caer. Y todo siempre parece un juego
inofensivo y así lo creía yo, hasta que pusiste en el balde las
muñecas de porcelana de la casa de antigüedades de mamá, y
quedé sentada en el piso entre pedazos de muñecas rotas, saliste
corriendo y cargué con toda la culpa. Y aún así , volví a confiar ,
una y otra vez.
Carmencita: Siempre supe que vos no habías roto las muñecas mi
amor.

Stella: (Llorando y abrazando a su madre) Vos sabés mamá que me


hacía tirar a las piñatas para agarrar todo, porque yo era mucho
más rápida y fuerte que ella, y ella sólo agarraba una cosita de los
alrededores, y después inventaba reglas que yo acatabas sin
cuestionar, porque la respetaba, porque me sentía culpable de que
ella fuera más débil, una vez agarró un trompo rojo y cuando yo
llegué feliz con el buzo rebosante de golosinas y sorpresitas, ella
sentenció “la que tenga un trompo rojo se queda con todo” y yo me
quedé sin nada.

Jacobella: Pero tenía talento, hay que tener talento para inventar
esas cosas, ¿qué problema tienen todos para reconocer que tengo
talento? Eso eso es supervivencia, hasta en la panza de mamá tuve
que sobrevivir, porque ella absorbía todo el alimento y nací
escuálida, típico caso de mellizas en que una es la versión
miniatura de la otra, y nadie habla de eso ¿por qué? ¿porque no
existimos mientras estamos en la panza? ¿Porque lo que pasó en la
panza no vale? Ustedes deben estar todos a favor de aborto. Nada
de esto es culpa mía, es lo que siempre tuve que hacer, sobrevivir,
ingeniármelas para agarrar lo que vos acaparabas, porque vos
naciste mejor, naciste para ganar, naciste más fuerte y yo siempre
quise poder hacer lo que vos hacías y yo no podía. No es mi culpa.

Stella: ¿Pero por qué tenés que querer lo mismo que yo? ¿No podía
gustarte la ingeniería química?

Jacobella: ¡¡¡Porque mi vocación es actuar!!!

Stella: ¡¡¡Porque es la mía!!!

Jacobella: ¡¡¡Es la mía también! !! ¡Somos mellizas! No se me dan


oportunidades por ser la hermana de Stella Bonafila. Yo siempre
quise actuar pero eras vos la que actuabas, te me adelantaste a
imponer ese rol en la familia y chau, condenada para siempre a
“qué simpática, le copia a la hermana”. Me cansé. Me can sé.

Stella: Ay terminala.

Jacobella: Terminala no, terminala no.


Stella: ¿Qué?
Jacobella: ¿Qué?

Stella: Si decís “Terminala no”, es porque vas a agregar algo


después, no es por ser mala pero…

Jacobella: Es por. Cada vez que alguien dice “no es por” es por.

Stella: (Haciéndole burlas) Cada vez que alguien dice no es por es


por.

Jacobella: No empieces.

Stella: No empieces

Jacobella: Sabés que es lo que más odio en el mundo.

Stella: Sabés que es lo que más odio en el mundo.

Emilién: Como verá señora, no es que pongo en escena una obra


que no sé lo que quiere decir, pongo en escena una vida que no sé
lo que quiere decir.

Carmencita: Imaginate yo, escuchando esto repetido por años.

Abby: Ahí está el problema, repito, las cosas se tornan putrefactas


en la repetición, los círculos no son amigables, hay que dudar de
todo lo que gira, (Canta) todo lo que vuelve a su sitio / tras esa
aparente armonía/ trampa que se esconde en los días con ese
perfecto disfraz/ somos los actores de un drama circular.

Valentín: (Canta) Te agradecería infinito/ si podés parar un poquito/


porque acá queremos hablar.

Abby: (Canta) Nunca volveré a cantar.

Valentín: Por fin. Vos nunca entendiste Hamlet Emilién, y ese es el


punto neurálgico de todo esto, no se para qué te metiste a hacer
una obra que no entendías, y más después de que tu padre hizo el
mejor Hamlet de la historia..pero vos nunca lo entendiste.

Emilién: ¿¿¿Y???? ¿¿¿Y ??????? ¿¿Quién entiende algo?? ¿Ustedes sí


entienden Hamlet? Bien. Qué bien. Acá todos entienden todo, vos
entendés el amor, vos entendés el funcionamiento técnico del
teatro, vos entendés a Ofelia, Ofelia entiende a Carmen, Carmen
entiende a Valentín, Valentín entendía a mi padre, qué fraternidad
rebosante de entendimientos eh, qué emocionante, ser el gestor de
esta comprensión sin igual, ser el que los acercó, el que los unió, el
que los hizo girar. Desconfiemos de todo lo que gira, dijo la
compañerita. Algo de razón debe tener. ¡Caio! ¡A mí por favor!
¡Gotfriedd! ¡Suspenso!: ¡¡¡Me tienen harrrtoo!! Ah... fuf... salió….
Oh…. Uf ….Harto. Hagan lo que quieran. Me voy.

Erick: ¡Sos el director! ¿Estás loco?

Emilién: (A Hamlet) “Yo no estoy loco si no cuando sopla el


Nornoroeste, pero cuando el viento es del sur, distingo muy bien un
halcón de una sierra de mano”.

Hamlet: Buen Emilién, esa cita no es así….en el texto original dice


“distingo muy bien un halcón de una garza”.

Emilién: No, el texto original dice “I know a hawk from a handsaw”.


Consulté el diccionario y Handsaw se traduce como sierra de mano.

Hamlet: Son los traductores entonces quienes no distinguen un


serrucho de una garza. “Hawk” significa también “paleta”, podría
decirse entonces que distingo muy bien una paleta de un serrucho.

Emilién: El caso de todas formas es que estamos fingiendo,


notoriamente y que intentamos entender a todos (abraza a Hamlet)
¿Y quién nos entiende a nosotros? Nadie. No puedo cargar más el
peso del pedido de mi padre de sacar adelante su compañía, mi
padre, mi padre. No puedo ser quien soy porque mi padre espera
algo de mí, algo que yo no sé ser. Te entiendo mucho más de lo que
ellos creen, y sé que no estás ni un poco loco, te aconsejo que
mates a Claudio hoy y terminemos con esto de una vez, no
reflexiones más. Tu estado de constante revisión sustituye tu
proyecto de venganza. Si todos nos revisáramos constantemente
nadie accionaría. Tenés que matarlo.

Hamlet: Acaso debo, como la costumbre dicta, encajar un pedazo


de hierro en la carne más próxima, aferrarme a ello porque es así
desde que el mundo es mundo. Señor, has que me rompa el cuello
cuando resbale del asiento de la taberna.
Emilién: Escuchá las voces Hamlet, escuchá cómo hablan de vos
todo el tiempo, cada vez que te distraés el mundo teoriza sobre vos
y cada vez que aparecés, todos muestran su falsa sonrisa.
Hamlet: Bien sé yo que puede uno sonreír y ser un villano, al menos
estoy seguro de que eso sucede en Dinamarca.
Emilién: Y en todas partes Hamlet, en todas partes alguien habla de
otro. No hay un segundo del mundo en que alguien no hable de otro
a su espaldas, lejos de sus oídos y de sus ojos. El público se irá de
aquí también hablando de vos y de mí. Silencio, escuchá el
parloteo.
(Gira el escenario y todos están con una linterna sobre un libro).
Erick: ¡Hamlet no mata a Claudio porque es un cobarde!

Ofelia: (Con un libro en la mano) No es verdad, es valiente y no


teme morir, porque acá dice "No estimo en nada mi vida” y dice
que vengará a su padre “aunque el infierno se abra”, al menos
hasta el encuentro con el espectro, Hamlet se presenta como un
personaje valiente.

Carmencita: ¿Entonces por qué no lo mata?

Valentín: ¡Ya sé! Porque padece de abulia, es un pensador sin


fuerza de voluntad, no quiere hacer nada, nada le interesa, más que
filosofar, se divaga en enredos metafísicos para encubrir su inercia
ante sí mismo.
Erick: Sin embargo traza un plan.
Ofelia: Para mí el problema es otro, es un problema de vocación. Él
no nació para ser un príncipe soldado, no es violento, reniega de su
misión, recae sobre sus hombros un peso que no puede cargar. No
es parecido al Orestes de Esquilo, su psicología no es apta para
llevar la venganza a la acción. Por algo acá dice “La Naturaleza está
en desorden. Suerte execrable, haber nacido yo para enmendarla”.
Valentín: Sin embargo mata. No estoy de acuerdo Abbey, Hamlet
mata mucha gente en el camino hacia la venganza, y en esos casos
va sin problemas en contra de su vocación de humanista y no
maneja escrúpulos de ningún tipo.
Erick: Sí, pero hay que notar que sólo mata cuando su vida está en
juego, siempre que Hamlet mata, elige vivir, o sea, que lo que dijo
Abbey al principio, eso de que no valora su vida, no es cierto. Todos
sus movimientos indican que quiere seguir viviendo.
Valentín: Entonces es un egoísta, y esta es la tragedia del egoísmo,
no es capaz de darle el gusto a su padre, no puede accionar por
otro, Hamlet sólo actúa para salvar su vida, por conveniencia
propia.
Erick: Entonces Valentín, tenés que aceptar que se finge loco para
evitar la muerte.
Valentín: Dudo, dudo. Ahora creo que su problema es la inteligencia.
Eso lo paraliza, es un extraordinario pensador, cuya actividad
mental no le permite accionar en la vida. Es un introvertido que
sólo explota con toda su fuerza cuando está a solas. Nunca
muestra su verdadera cara.
Carmencita: Perdón que me meta, no soy de meterme donde no me
llaman, pero creo que su problema es la duda, Hamlet duda, todo el
tiempo, nunca se decide a matar a Claudio porque duda.
Valentín: Es cierto, primero duda de si el espectro es su padre,
después duda de si le dijo la verdad, después duda de cuál es el
mejor momento para matarme, para matar a Claudio, duda de todo.
Te amo.
Abby: Vuelvo a mi idea recurrente, el error es medir esto con la vara
del Hubiera, ¿si hubiera matado a Claudio qué hubiera pasado? y
esa no es la obra, pero genera una angustia inexpresable la
sensación de saber que si Hamlet hubiera matado a Claudio apenas
salió del bosque, ninguno de nosotros hubiera muerto.

Carmencita: Si mi abuela hubiera tenido ruedas hubiera sido un


carrito. Y si yo no hubiera subido esto no hubiera pasado y ustedes
se hubieran extinguido en la repetición de la misma obra otra vez.
¡No cantes!. Cualquier movimiento modifica todo. La noción de
hubiera no existe, porque a cada segundo algo cambia el destino, si
es que hay destino.

Valentín: ¡El azar!, el elemento más poderoso de la materia


shakespereana.
Abby: Por ejemplo. El barco pirata en Hamlet. Hamlet navega rumbo
a Inglaterra y rumbo a su muerte sin saberlo, Lo acompañan
Rocencrantz y Guildenstern, que portan una carta del Rey Claudio,
que pide la ejecución de Hamlet apenas pise tierras Inglesas.
Azarosamente, un barco pirata ataca su embarcación, Hamlet
accede a la carta que portaban sus amigos, sin saber que llevaban
en sus bolsillos la sentencia de muerte de Hamlet. Hamlet, seguro
de haber sido traicionado por sus amigos, ignorando que ellos
también ignoraban la verdad y enfermo de duda, cambia la carta,
abandona el barco, y sentencia a muerte a su amigos, dudando de
su fidelidad y solicitando al Rey Inglés que los ejecute apenas pisen
tierra firme. Ellos jamás supieron lo que decía la carta que el rey
Claudio les había confiado para el rey de Inglaterra. El barco pirata,
osea, el azar salvó a Hamlet y mandó a la muerte a dos inocentes.
(El escenario gira).
Hamlet: Todos hablan de mí, constantemente.
Emilién: Todos hablamos de todos constantemente. Voy a decirte
algo que se te está ocultando hace tiempo. Sos un actor.
Hamlet: Todos lo somos en este baile de máscaras.
Emilién: No, no, no. Vos no sos Hamlet, vos sos Antonio García,
Hamlet es un personaje que te tocó hacer, pero en el mundo real
vos sos Antonio García, sé que es duro, pero es la verdad. Es la
última función y tenemos que volver al mundo real. La verdad es la
única revolución posible. ¡Sos un actor!
(Todos se asoman a mirar).
Hamlet: Soy un actor. Siempre fui un actor. Por eso instruyo muy
bien a los cómicos que llegan a la corte. Antonio. ¿Quién es
Antonio? ¿Y quién es Hamlet si no soy yo?
Valentin: ¡Yo! Y no cometería los mismo errores que vos.
Hamlet: ¿Qué error cometo? No quiero ser predeterminado, no
quiero ser prematuro, hay un error que no cometo nunca, y es el
error que se comete más a menudo: el de hacer algo por atropello
y arrepentirse. Mi libertad es tomarme mi tiempo. Perdonemos a
Hamlet como nos perdonamos a nosotros mismos. No puedo dar
razón sensata, tengo la razón enferma.
Erick: El que sabe que está loco no lo está.
Antonio: Yo no estoy loco si no cuando sopla el nornoroeste, pero
cuando sopla el viento sur, distingo muy bien un halcón de una
grulla o una paleta de un serrucho. ¿Quién va a ser Hamlet si no soy
yo? / (Hablándole a un cráneo o a una máscara) Quién quiera serlo,
yo sólo soy un Hamlet posible. Pero puedo ser también muchos
más, fui Edipo, y puedo asegurar que es mucho más fácil ser un
héroe trágico clásico, porque ellos están ciegos, lo ignoran todo,
todo sucede lejos de su conciencia y el sufrimiento sólo llega en el
momento del reconocimiento de todo lo que han hecho sin saber lo
que hacían y hay en ellos cierta cuota de inocencia salvaguardada
tras sus instintos y sus pasiones. Y aunque no puedan evitar el
destino, lo que a ellos se les ha escondido los hace inocentes. En
cambio vos Hamlet, vos sabés toda la verdad muy prematuramente
y por eso sos el único dueño de tu destino, tus decisiones
constantemente equivocadas te llevan a tu muerte, que era
evitable. La conciencia de tus elecciones te hace culpable y hablan
así de vos, todos estos mentecatos, porque no advierten que sos
algo tan complejo, como un ser humano, y como tal, fluctúas entre
cobardía, debilidad, egoísmo, valentía, mantienes viva una moral
que por momentos cae, temes, piensas, te paralizas, muy parecido
tu accionar al de todos los que discurren sobre ti, ser humano es lo
que te hace incomprensible y al mismo tiempo inocente, pero debes
tomar conciencia de que no tienes forma de no ser Hamlet, ya no te
encarnaré más, pero otros habrá que lo hagan mientas el mundo
sea mundo y dirán de ti lo que dirán y a ti habrá de importarte un
culo. Actores abundan, Hamlet, solo es uno. ¿Qué puede decirte
Claudio?, que tuvo el valor de haber matado a su hermano e
intentar matar a su sobrino para conseguir lo que menciona que le
es más preciado: su corona, sus propias ambiciones, su Reina; que
vulnera a éstas mismas cosas porque le falta la perspicacia y
previsión de un zorro. Lo que le importa es la corona y el poder que
ésta conlleva, pero no ejerce las responsabilidades también
asociadas a usar esta corona , como lo es reinar de tal manera que
asegure la permanencia de su Estado, no solo de su lugar en el
trono de éste, y el bienestar de los daneses. El centro de tu
problema querido Hamlet, es que Claudio es un rival de mierda. Es
presa fácil, no está a la altura, durante toda la obra, el ejército
noruego se está acercando para apoderarse del reino y nadie lo
detiene, osea que manda a la muerte al pueblo. Se acerca la
tormenta y nadie la para, nunca. Después vemos. Vos te olvidás de
Claudio porque tu propio villano sos vos mismo. Es igual que acá
Hamlet, todo esto se veía venir, esta tormenta se veía venir y nadie
se encargó nunca de frenarla. Te libero de mí . Yo fui Hamlet. Otro
vestirá tu máscara. La catástrofe toca las puertas del palacio de la
Societé Roulante, observa y sonríe. (A todos) ¿Que podemos decir
nosotros?, estuvimos dos años juntos sin saber quiénes somos. Yo
no estoy loco si no cuando sopla el nornoroeste, yo nunca creí ser
Hamlet, lo fingí todo este tiempo para sobrevivir en este infierno.
Me cansé y voy a sacarles a todos el rostro. Emilién, todos piensan
que esta obra está mal.
Todos: Noooo.
Emilién: Nunca me lo dijeron.
Antonio: Bueno, pero lo piensan.
Emilién: Pero nunca me lo dijeron, qué estupidez, si me lo hubieran
dicho hubiera sido diferente, yo la hubiera cambiado, las cosas se
conversan.
Erick: Solés violentarte cuando se te contradice, te sentís
cuestionado y ejercés de tal forma tu superioridad que nos
sentimos inferiores y no nos sentimos dignos de opinar diferente y a
nadie le gusta sentirse maltratado.
Antonio: Pero cuando vos no estás todos opinan igual y diferente a
vos.
Emilién: Pero cuando yo estoy se comportan como mis hermanos.
Abby: Y no es que no lo seamos, son detalles, es normal que
conversemos entre colegas y amigos, cuando la autoridad no está.
Emilién: No, no son detalles, cuento con que somos sinceros, y pese
a que soy el director me considero uno más de ustedes.
Abby: En el caso mío y de Erick somos amigos de toda la vida y es
normal que comentemos todas las cosas.
Emilién: No puedo creer que hace dos años giramos con una obra
que no les gusta.
Stella: No te hagas el inocente Emilién, vos me dijiste más de una
vez que el trabajo de Jacobella no te conformaba.
Jacobella: Si estamos en esta, también me dijiste que Gertrudis no
es la mejor creación de Stella.
Emilién: Bueno, perfecto, entonces estamos preparados todos, para
decirle a Abby que nos burlamos todo el tiempo de ella y de su
locura. Te imitamos y cantamos: Yo no estoy loco si no cuando sopla
el nornoroeste, porque cuando sopla el viento sur, distingo muy
bien a Abbey de una cotorra loca. Incluido tu mejor amigo, Erick
Griffin.
Valentín: No hay necesidad. No decimos nada de esto para no
generar fisuras. Es un derecho que tenemos.
Antonio: Y generan una fisura mayor. Nadie tiene derecho a no ser
honesto.
Emilién: Pero no entiendo, la mayoría de las cosas se votan.
Erick: Pero no votamos con honestidad, votamos para no discutir.
Emilién: Pero eso no es mi culpa, eso es debilidad y cobardía, el
mundo asume que cuando alguien levanta la mano vota por lo que
piensa y no por temor.
Valentín: Jajaja. Qué ingenuo Emilién. El mundo no funciona así.
¿Adónde vas Abby?
Abby: ¡A comprar regalos! ¡Para todos! Los quiero tanto a mis
amigos y compañeros que voy a manifestarles mi amor con un
regalo inolvidable. Lindos. Qué cosas más lindas que me dio la vida.
Erick sos el mejor amigo que alguien puede soñar. Allá va la
cotorrita loca parlanchina a comprar regalos para sus amigos.
(Canta) Yo no estoy loca si no cuando sopla el nornoroeste….
(Todos se recriminan todo a todo volumen, nada alcanza a
comprenderse).

Valentín: ¡Se necesita una autoridad! ¡Las cosas no funcionan sin


roles claros! Por tales razones dice Hobbes que en la medida que no
exista un poder común que atemorice a todos los hombres, los
hombres estarán en estado de guerra, de todos contra todos, los
hombres se pelean por naturaleza y es aquí precisamente donde
aparece el carácter trágico: nada puede impedir el peor desenlace.
Sólo se puede salir del Estado de Naturaleza mediante la firma del
pacto, de lo contrario al no estar garantizada la obediencia lo peor
puede suceder en cualquier momento. ¡Emilién!¡Alguien tiene que
estar dispuesto a hacerse odiar para que una estructura humana
funcione!
Carmencita: ¿¿Escucharon borregas??
Emilién: Es preferible morir a odiar y temer; es preferible morir dos
veces a hacerse odiar y temer; tal ha de ser, algún día la suprema
máxima de toda sociedad organizada políticamente. ¡Dice
Nietzsche! ¡El mundo está desquiciado, haber nacido yo para
enmendarlo!
Valentín: Un suceso inesperado cambia el rumbo de las
circunstancias y todo se transforma en su contrario. ¡Todo esto es
consecuencia de tu subida Carmencita! ¡Tu subida es más
Shakespeareana que la puesta de Emilién!
(La luces comienzan a enloquecer).
Emilién: ¡Nunca tendría que haber subido! ¡Nada de esto hubiera
pasado!
Carmencita: ¡Estaba pasando igual! El teatro es una comunión con
el público y si es una comunión hay que comulgar y para comulgar
la gente pasa al altar e ingresa a escena a comer la hostia, Dios es
de todos y el teatro también, señor Lemaire.
(Camarines).
Stella: ¿O me vas a negar que intentaste matarme para quedarte
con mis regalos de reyes? No, yo no voy a dejar que te quedes con
Emilién y no porque lo quiera, lo odio, pero no voy a dejar que me
saques otra cosa, yo tenía yeso vos querías yeso, fuiste capaz de
tirarte del balcón sólo para tener un yeso y tuviste dos, y yo uno!
Un sólo yeso! Como una idiota en la escuela, yo con un yeso y vos
con dos, las humillaciones que me hiciste pasar no tienen nombre.
Jacobella: ¿Y qué me decís todo como si yo no lo supiera? (Por
handy) ¿¿¿Qué pasa con las luces Caio???
Stella: Me quiero descargar.
Caio: (Por Handy) Estou mais do que farto de ouvir seus idioteces.
Vou embora.
Stella: Cómo que se...(se apagan las luces).
Jacobella: Dame un segundo.
(La linterna ilumina el rostro de Stella).
Stella: Cada vez en la vida que me fui a bañar, vos te metiste antes,
como si tuvieras todo pronto para el momento en que yo quisiera
bañarme. Yo quería jugar con la ficha roja, vos también. Y encima,
como eras escuálida, oficiabas de hermana menor y había que
darte todo por lástima, porque no podías llorar porque te afectaba
el corazón. ¡¡¡Si no tenés corazón!!!

Jacobella: (En la oscuridad) Nada es verdad. Todo es al revés. La


que tenía problemas cardíacos eras vos. Alumbrame hija de puta
que yo te alumbré mientras hablabas. (Ambas se alumbran
mutuamente) Contemos una buena. Contemos cuando salvamos el
gato.

Stella: Esa es buenísima. ¿Me la dejás contar a mí?

Jacobella: Bueno...Está bien…


Stella: Íbamos a la casa de la tía Antonia, cuando…

Jacobella: No íbamos a la casa de la tía Antonia, íbamos a la casa


del tío Giuseppe.

Stella: Da igual, íbamos a la casa de un familiar…

Jacobella: Tío Giuseppe, no es familiar, es el esposo de la tía


Donatella, es un tío político.

Stella: Bueno, íbamos para ahí, y de repente, pasamos por un


bosque…

Jacobella: No, esperá, contá bien, antes de eso habíamos estado


viendo una película sobre un gato atascado en un árbol.

Stella: Contá vos.

Jacobella: No, dale, contá vos.

Stella: No, contá vos, contá vos.

Jacobella: No seas niña Stella, contá vos.

Stella: Bueno, de repente, al pasar por el bosque, veo un gato arriba


de un árbol.

Jacobella: No, yo veo un gato arriba del árbol.

Stella: Ah claro, ahora vos viste el gato.

Jacobella: Reaccionás mal a todo.

Stella: No me importa.

Jacobella: Cara de torta.

Stella: Pico largo y nariz corta.

(La dos ríen)

Stella: Cómo jodíamos con eso.


Jacobella: Pará pará pará, ¿Cómo era la otra?

Stella: Ah sí .

(Intentan jugar con las manos, pero no pueden por la linterna).

Jacobella: (Por handy) Alguien que prenda un general.

(A lo largo de la canción el resto de los personajes se acercan


aliviados y felices de que las hermanas se estén entendiendo)

Jacobella: ¡Grande la boca!, ¡cual coro de niños italianos!

Stella: Jajajajja.

Las dos: Estaba la catalina sentada bajo un laurel


sintiendo la frescura de las hojas al caer
de pronto pasó un soldado y lo hizo detener
deténgase soldado que una pregunta le voy a hacer
usted no ha visto a mi marido en la guerra alguna vez
llevaba chaqueta roja bordada al revés
y al costado del sombrero lleva escrito coronel
yo no he visto a su marido ni tampoco sé quién es
pero me ha dejado dicho que me case con usted
eso sí que no lo hago eso sí que no lo haré
15 año he esperado 15 más esperaré
calla calla catalina calla calla de una vez
que estás hablando con tu marido.
Jacobella: Que no pudiste reconocer/ Stella: Aunque no sepas muy
bien quién es.

(Jacobella y Stella reafirman sus respectivos versos y la discusión


alcanza límites escandalosos).

Abby: (Visiblemente perturbada) ¡Preparé un banquete!

(Silencio).

Abby: ¡Nos conocimos los rostros! ¡Merece una celebración!

(Todos se miran dudosos. Mientras Abby, alterada pero sonriente,


prepara un banquete en las mesas de los camarines, tirando todo lo
demás al piso).
Abby: Justo amigos, ¡miren qué bonitas mesas! (Canta) ¡Oh! Qué
bonitas mesas oh qué bonitas qué bonitas mesassss. Pasen pasen a
la mesa. Siéntense cómodos, vamos a celebrar que hoy, gracias a la
llegada de Carmencita, nos conocimos. Coman coman, Emilién,
¿como te sentís? ¿Liberado no? Qué desahogo ¿Eh bandido?. ¿Con
cuál te vas a quedar?

Jacobella: Con ninguna se va a quedar. No vale nada, Stella lo quiso


porque yo lo quería y yo lo quise porque ella lo tenía. Sólo se va
quedar, por cobarde.

Abby: Qué bonitas palabras Jacobella, vos también debés sentirte


más liviana, porque la culpa no fue tuya claro, como Gertrudis, vos
te sentiste envuelta en la seducción de Emilién y no pudiste hacer
nada. Fragilidad tienes nombre de mujer, mirá Stella, pensalo así, te
sacaste un enmascarado de encima. Antonio, agradezco
infinitamente tu honestidad, pero vos también fuiste un farsante,
¡Erick! ¡Amigo! Ya pasó, ya está, no debía ser fácil para vos, no ibas
a ser el único que no cantara, entiendo, entiendo. ¡Gottfried!
Cantemos la canción de la compañía. (Canta sola).

Dejar de ser quien soy


vestir la máscara
en este baile voy
sin rostro en mi disfraz
y en la transformación tenaz de cada día
la compañía
su verdadero rostro deja atrás.

Abby: Ahora la comprendo muchísimo mejor. Ya está amigos.


Celebremos para olvidar. Brindemos. Ahora, estoy segura que
todos se están diciendo, si no hubiera cantado esa canción, si
Antonio no hubiera dicho nada, si nunca hubiera aceptado formar
parte de la Societé Roulante. (Todos se desploman en sus sillas) Si
no me hubieran dicho nada no los hubiera matado. (Sonríe al
público) Los riesgos de la verdad. (A Gottfried que no para de
tocar) Comete un bocadillo. (Gottfried come y Ofelia también come
mientas habla) Quizás solamente les puse una sustancia
somnífera, y de un momento a otro despertarán. Si Carmencita no
hubiera subido, se hubiera salvado, no tiene que meterse uno
donde no lo llaman. O quizás, nuestra obra siempre fue así. La duda
siempre está en gira. El resto es silencio. (Se sienta en una de la
sillas y muere).

(Todos despiertan mecánicamente y cantan).

Lo que ves es la historia que es


de la forma que fue
y no hay otra historia posible por ver
porque todos los mundos posibles
se chocan con otros en la encrucijada
donde nace a cada segundo
el único mundo posible que nadie esperaba
y cada vida
es una mínima versión
de una casual alineación
de lo que hubiera podido ser.

(Se desploman nuevamente sobre la mesa).

Apagón.

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