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Sucesión Ab-Intestato

1) Concepto y procedencia

2) Régimen de la Sucesión Intestada en Derecho romano

3) Modos de Adquirir la Herencia

4) Efectos de la adquisición de la herencia:

5) Tutela Procesal de los Derechos Hereditarios


SUCESIÓN AB- INTESTATO
1) Concepto y procedencia:
La Sucesión Ab-Intestato también denominada Intestada, es un tipo de
Sucesión Mortis Causa, ya que comienza a surtir sus efectos a partir de
la muerte del testador.

Tenía lugar en los siguientes casos:

-Si una persona había muerto sin testar.

-Si el testamento carecía de los requisitos exigidos y era considerado


NULO ab-initio

-Si el testamento se había hecho nulo con posterioridad

-Si el testamento era revocado por el propio testador

-Si el heredero testamentario moría antes que el testador

-Si el heredero testamentario repudia la herencia

-Si el heredero testamentario era incapaz de suceder.

Ante la inexistencia o invalidez del testamento entonces, es la ley la ley


la que suple esa voluntad designando sucesores, es decir, a aquellos que
ocuparán el lugar en el patrimonio y dentro de la familia del causante.

2) Régimen de la Sucesión Intestada en Derecho romano


En cuanto a los herederos llamados por la ley a suceder al causante,
variarán según la etapa histórica, y para ello tendremos en cuenta cuatro
períodos:

a- El del antiguo Derecho Civil (Ley de las XII Tablas o Ley


Decenviral)
b- En el Derecho Pretoriano u Honorario
c- En el Derecho Imperial
d- En el Derecho de Justiniano
a-La sucesión intestada en el antiguo Derecho Civil (Ley de las XII
Tablas o Ley Decenviral)

Según esta norma de la ley decenviral, se llamaba a tres clases de


herederos:

Sui o herederos de derecho propio: son los llamados en primer orden y


están conformados por los descendientes que estaban o hubiesen estado
bajo la potestad del causante al momento de su muerte.

Agnados (adgnati): ante la inexistencia de los herederos sui eran


llamados los agnados que son aquellos unidos por parentesco legítimo
por línea de varón.

Gentiles: a falta de los sui y de los agnados, la ley de las XII Tablas
llama a los gentiles que eran un conjunto de personas unidas en torno a
un culto propio y un sepulcro común, a un mismo nombre (nomen
gentilitium), y a una misma actividad económica y territorio (éstos
desaparecen prontamente y ya no son contemplados por el Derecho
Pretoriano)

b-La sucesión intestada en el Edicto del Pretor

Tuvo lugar ante el complejo sistema del antiguo Derecho Civil (Ley de
las XII Tablas), y creó un nuevo régimen que coordinaba aquél (basado
en el parentesco agnaticio), y el nuevo que da relevancia a los vínculos
de sangre. Las disposiciones de las XII Tablas en materia sucesoria, no
eran ni justas ni equitativas ya que prevalecían los vínculos agnaticios
por sobre los cognaticios (el hijo emancipado no podía suceder, los hijos
quedaban excluidos de la herencia de su madre, tampoco podían suceder
las mujeres agnadas más allá del segundo grado, etc.). Podía incluso
darse el caso de un hijo adoptivo que sin tener la misma sangre que el
causante fuera heredero de éste y no así un hijo emancipado teniendo
vínculo de sangre quedaba fuera de la herencia.

Es así como el pretor consideró justo llamar a la herencia a parientes


del difunto por lazos de sangre, aunque no formen parte de la familia
agnaticia. Pero, ante la imposibilidad del Pretor de conceder la
cualidad jurídica de heredero a determinadas personas que creían tener
derecho a la herencia, se restringió a conceder la posesión de los bienes
hereditarios, si así lo estimaba conveniente y en atención a determinados
presupuestos, a aquéllos “que la solicitaban”.

La Bonorum Possessio entonces, es un verdadero sistema sucesorio, que


convive durante largo tiempo junto al del Derecho Civil.

De éste modo, el Pretor estableció cuatro categorías de personas a las


que les concedía la Bonorum Possessio:

Unde liberi: son los sui del antiguo Derecho civil, más los emancipados
y sus descendientes que antes estaban excluidos.

unde legitimi: son los parientes agnados, es decir los unidos por
parentesco legítimo por línea del varón.

unde cognati: Son aquéllos parientes ligados al causante por vínculos de


sangre (cognatio), sin importar que lo sean por línea masculina o
femenina.

unde vir et uxor : Es el cónyuge que tiene derecho a suceder al otro


cónyuge siempre que estén unidos en iustum matrimonium, existente aún
en el momento de la muerte de alguno de ellos.

c-En el Derecho Imperial

La reforma de la sucesión Ab-Intestato iniciada en el edicto del pretor,


es continuada por la legislación del Senado y de los emperadores para
imponer la prevalencia del parentesco natural sobre el agnaticio. Las
mismas se realizan en atención a particulares casos en que la conciencia
social imponía unas soluciones más claras y justas y desembocan en las
reformas sobre el régimen sucesorio impuesto por el jurisconsulto y
emperador Justiniano

Podemos nombrar a modo de ejemplo 2 senado consultos que


contemplaron derechos sucesorios reconociendo el vínculo entre hijos y
su madre:
1º Senado consulto Tertuliano: relativo a la sucesión de los hijos por la
madre

2º Senado consulto Orfitiano: relativo a la sucesión de la madre por los


hijos

Y también algunas Constituciones Imperiales como la de Constantino


que concedía a la madre 1/3 de la herencia del hijo.

d-La sucesión intestada en el Derecho de Justiniano

En la última fase de la evolución de la sucesión intestada, Justiniano


reelabora en la Novela 118 del año 543 d.C. y en la 127 del año 548
d.C., todo un nuevo régimen sucesorio. Las Novelas aceptan
definitivamente el fundamento de la llamada familia natural o
parentesco de sangre y derogan el antiguo sistema del derecho civil.

En el nuevo orden de sucesión se admite la plena capacidad de los hijos


y de la mujer y se funden los dos sistemas de derecho pretorio y de
derecho civil. El orden de las llamadas es el de las cuatro clases
siguientes:

-Los descendientes del causante por vía materna o paterna, emancipados


o no (hijos, y nietos que heredan en representación en el supuesto de
padre premuerto)

-Los ascendientes maternos y paternos, y los hermanos y hermanas


bilaterales (del mismo padre y madre) y los hijos de estos últimos si sus
padres ya han premuerto que heredarían también en representación.

-Hermanos o hermanas unilaterales, también denominados medio-


hermanos y sus hijos cuando los padres han premuerto.

Los demás parientes colaterales.

También se contempló que la viuda sin bienes suficientes para subsistir


tenía el derecho a recibir una cuarta parte de la herencia, aún en concurso
con otros herederos, siempre que no supere las cien libras de oro. Si
concurría con sus propios hijos (nacidos de su matrimonio con el
difunto), no obtenía la propiedad sino sólo el usufructo vitalicio de la
cuarta parte.

3) Modos de Adquirir la Herencia


Para conocer los modos de adquisición de la herencia debemos
considerar los diferentes tipos de herederos previstos en el Derecho
Romano:

a) Suyos o necesarios (heredes sui et necessarii)

b) Necesarios (necessarii) domésticos

c) Extraños o voluntarios (extranei vel voluntarii)

a) Adquisición por los herederos suyos necesarios:

Adquieren la herencia de pleno derecho (ipso iure), automáticamente


herederos necesarios o domésticos. Esto significaba que la adquisición
se producía inmediatamente, por el solo hecho de la muerte del autor
de la sucesión, sin que el heredero tuviera que realizar acto alguno de
aceptación, pues se hacía dueño de la herencia sin su consentimiento y
hasta contra su voluntad. Pertenecían a la categoría de los herederos
necesarios (heredes sui et necessarii), aquellos descendientes que se
encontraban o se hubieran encontrado bajo la potestad del
paterfamilias en el momento de su muerte. Ellos estaban
representados por los hijos (legítimos, legitimados, adoptados,
adrogados y póstumos), los nietos de los hijos premuertos (no así de las
hijas), la mujer in manu (uxor in manu), y la nuera viuda sin hijos
(ambas ocupaban el lugar de hija). Se los llamaba herederos propios o
suyos (sui), porque se consideraba que se sucedían a ellos mismos, ya
que venían a adquirir los bienes del pater que habían contribuido a
formar como instrumentos de adquisición paterna; y se los denominaba
necesarios (necessarii) desde que adquirían forzosamente la herencia
abierta a su favor, sin derecho a renunciar a ella.
Debían aceptar obligatoriamente la herencia y en principio no tenían
derecho a repudiarla. Es el Pretor el que les permite el Ius Abstinendi.

Estaban excluídos en el llamamiento a la herencia los hijos emancipados


según la Ley de las XII Tablas. Fueron incluídos posteriormente
mediante la labor jurisdiccional del Pretor.

b) Adquisición por los herederos necesarios

Son herederos necesarios también los esclavos propios del causante,


que fueron instituidos herederos y manumitidos en el testamento. Es
decir, que a la muerte del amo se hacen libres y herederos al mismo
tiempo. No tenían la posibilidad de repudiar la herencia. Sin embargo,
el Pretor les concedió la beneficium separationis que consistía en el
derecho a responder a los acreedores del causante con los bienes de la
herencia, reservándose para sí los adquiridos con posterioridad a la
muerte del testador.

c) Adquisición por los herederos voluntarios:

Todos los herederos que no tenían el carácter de domésticos, esto es,


que no estaban sometidos a la potestad del de cuis, se denominaban
herederos extraños o voluntarios (heredes extranei vel voluntarii) y
adquirían la herencia, no ya de pleno derecho, sino por un acto de
aceptación. En un principio, se consideraba suficiente cualquier acto
realizado por el heredero que demostrara inequívocamente la
aceptación. Posteriormente, fue necesario un ritual denominado cretio
o creditio mediante el cual el heredero manifestaba su aceptación
expresa. Ese ritual fue cayendo en desuso y fue finalmente abolido por
Justiniano. Entonces, comenzó a utilizarse la declaración expresa pero
no solemne denominada “aditio hereditatis”. Exigíase como requisito
indispensable para que la herencia pudiera ser adquirida por los
herederos voluntarios que hubiera sido deferida, esto es, abierta a
favor del heredero. Dicha apertura o delación de la herencia, se
producía tanto en la sucesión intestada como en la testamentaria, en el
instante de la muerte del causante, a menos, en esta última, que la
institución estuviera sujeta a condición, en cuyo caso la adquisición no
tenía lugar hasta su cumplimiento.
4) Efectos de la adquisición de la herencia:
La adquisición de la herencia producía importantes consecuencias
jurídicas para el heredero, especialmente de orden patrimonial, porque
el objeto de la sucesión mortis causa era un conjunto de relaciones
jurídicas o una relación singular pertenecientes al área de los derechos
patrimoniales.

El efecto fundamental de la adquisición de la herencia era convertir al


heredero en continuador de la personalidad jurídica del causante (en el
patrimonio y en la familia), al que sucedía en el conjunto de sus
derechos y obligaciones, a excepción de aquellas que siendo
eminentemente personales, se extinguían necesariamente con la
muerte del autor de la sucesión.

5) Tutela Procesal de los Derechos Hereditarios


Están representados por aquellas figuras (remedios) que tienden a
proteger los derechos hereditarios. Los clasificaremos en aquellos que
tienden a proteger al heredero y los que tienden a proteger a los
acreedores del causante:

-Remedios en beneficio de los herederos

Ius Abstinendi:

Dado que los herederos necesarios (sui et necessarii) adquirían


automáticamente la herencia, sin posibilidad de renunciar a la misma,
con las graves consecuenciasa las que debían enfrentar si aceptaban
una herencia cargada de deudas, el Pretor les concedió la facultad de
abstenerse de la sucesión. No era necesario solicitar esta facultad,
bastando con que el heredero se mantuviese al margen de su condición
de tal, no realizando gesto, ni acto ni acción alguna en relación a los
bienes de la herencia que implicase la aceptación. Es decir, que se
consideraba que la actitud pasiva, la abstención, era equiparada a una
auténtica renuncia.

Beneficium inventarii:

Dado que al aceptar la herencia, el patrimonio del heredero se


confundía con el del causante, el beneficio de inventario, fue
introducido por Justiniano en una constitución del año 531, que
permitía al heredero limitar su responsabilidad, frente a los acreedores
de la herencia, extinguiendo las deudas exclusivamente con el
patrimonio heredado. Para ello, en presencia de un tabularius (notario)
el heredero debía comenzar a redactar un inventario de todos los
bienes de la herencia, dentro de los treinta días siguientes al momento
en que tuvo noticia de la misma, y terminarlo dentro de los sesenta.
Mediante el Beneficio de Inventario, el heredero se protegía de no
tener que responder con su patrimonio frente a los acreedores del
causante.

Actio Petitio Hereditalis:

La acción de petición de herencia es la que compete al heredero para


reclamar de otra u otras personas el reconocimiento de su cualidad de
heredero y la restitución de los bienes hereditarios que se encuentran
en posesión de éstos. Consiste en la acción para recobrar toda la
herencia o parte de ella, que compete al heredero contra el poseedor
que se niega a su entrega.

La petitio hereditatis compete exclusivamente al heredero ya que el


bonorum possessor se halla asistido del interdictum quorum bonorum

-Remedios en beneficio de los acreedores

Separatio bonorum:

Solicitud interpuesta por el acreedor del causante al Pretor a efectos de


lograr la separación de los bienes del difunto de los del heredero
Sabemos que la adquisición de la herencia da lugar a la confusión del
patrimonio del difunto con el del heredero, con lo que los acreedores
del difunto se convierten también en acreedores del heredero, y tienen
derecho a ser pagados del bloque de ambos patrimonios reunidos.
Ahora bien, si en el patrimonio particular del heredero el pasivo supera
al activo, los acreedores obviamente tendrán interés en impedir la
confusión, solicitando del Pretor la separación de los bienes del difunto
de los del heredero. Mediante la separatio bonorum se excluía toda
acción de los acreedores del heredero dirigida contra el patrimonio
heredado, el cual se reservaba exclusivamente a los acreedores de la
herencia, y éstos a su vez no podrían cobrar sus créditos dirigiéndose
contra el patrimonio propio del heredero.

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