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ublicada en 1998, Los detectives 15 de febrero realidad», como lo afirma Juan García
salvajes representa un proyecto Madero en las primeras páginas de la
¿Qué hay détras de la ventana?
narrativo que —sin negar los novela (19-20), la realidad se asume como
aportes de la «nueva novela» de fragmentada y compleja. A este propósito,
Boom— se propone otra forma de novelar. nos interesa comentar el capítulo 20 de la
Esta obra de Bolaño posee una estructura segunda parte de Los detectives salvajes,
episódica, en la mejor tradición de la novela el cual contiene la historia del abogado y
prerrealista con Don Quijote a la cabeza, y poeta José Lendoiro y su relación con Arturo
una permanente reflexión metaliteraria. La Belano. Este episodio explica la manera en
unidad de Los detectives está sostenida no que funciona la novela, como una pesquisa
por un hilo dramático, sino por la persecusión en torno al sentido de la vida a través de la
de las aventuras de la pareja protagónica, literatura y al revés (explicar la literatura
Arturo Belano y Ulises Lima, las cuales a través de la vida) que nos inserta en un
son narradas desde puntos de vista muy círculo vicioso que conduce precisamente
diferentes en todos los pasajes de la novela. a los personajes de la novela a un laberinto
Este recurso provoca un perspectivismo sin salida, hasta extraviarse y perecer, como
que enriquece muchísimo la ocurre a los viscerrealistas, en los
novela haciendo de ella una suerte
de mamotreto, de expediente
¿La cueva de Montesinos desiertos de Sonora u otros espacios
tan o más tétricos y solitarios. Dentro
sobre estos «detectives», cuya
trayectoria se observa también
en Los detectives salvajes? de este episodio, la intertextualidad
a flor de piel, que hace explícita a
de forma «detectivesca». El el personaje narrador, se da con un
(Los detectives salvajes, II, 20)
detective investiga la realidad, cuento de Pío Baroja, «La sima», el
busca esclarecer un hecho, Fernando Rodríguez Mansilla* cual es empleado por José Lendoiro, el
explicarlo. Se trata de encontrar narrador, como clave de lectura tanto
el móvil del crimen, que en para la aventura de Belano de la cual
cada personaje (algunos de ellos en definitiva
este caso es reemplazado por es testigo como para comprender el
locos y otros simplemente perturbados: Quim
el hecho literario. Este método obedece a una derrotero que tomará su propia existencia a partir
Font, el austriaco Heimito, José Lendoiro, etc.)
manía romántica: buscar en la vida del escritor de entonces.
al momento de dar su versión de los hechos.
la explicación a su obra. Tal es la razón de ser La relación de Los detectives salvajes
Esta autorreferencialidad se vuelve mucho más
de la búsqueda de Cesárea Tinajero por Ulises con la aventura de la cueva de Montesinos en
patente cuando se observa el fenómeno de la
Lima y Arturo Belano, los «detectives» que le Don Quijote de la Mancha pretende iluminar
metaliteratura de forma tan constante a lo largo
dan título a la novela, y también es tal la forma un aspecto de la novela de Bolaño en aras de
del texto.
en que se ausculta a los personajes. comprender su mecanismo de elaboración.
La metaliteratura, la reflexión sobre
El hecho de no contar con los testimonios El atractivo de la cueva de Montesinos reside
asuntos literarios dentro de la novela, nos
directos de la pareja protagónica y conocer sus en que pone en riesgo la verosimilitud de la
conduce hacia uno de los temas principales
hechos a través de otros convierte la obra en narración, la estira, a la vez que evoca un tópico
de Los detectives salvajes: el problema de la
el resultado de una búsqueda infructuosa, una de raigambre clásica: el descenso a los infiernos,
interpretación. Todos los personajes quieren
historia mediatizada, contada a medias. Esta metáfora de un viaje interior. En Los detectives
comprender poemas, actos y personas. Hay
mediación es una virtud dentro de Los detectives salvajes, ese descenso, contado, interpretado
una constante búsqueda del significado, labor
salvajes, un objetivo de la novela, la cual nos y manipulado a placer por un desequilibrado
que —dentro de la novela— resulta una
propone una realidad inasible. Si la «novela Lendoiro, no trae más que mayores preguntas.
empresa imposible. Al final, todo son lecturas
total» del Boom —a la manera vargasllosiana— Este personaje narrador, tal y como está
(distintas maneras de ver o de opinar) más o
intenta ordenar el caos del mundo e insertarlo diseñado, trae a la mente a otro extraño personaje
menos subjetivas. Cuando las interpretaciones
en una estructura compleja, pero coherente, cervantino, el Primo, testigo del descenso de
se plantean, resultan muy libres, resaltando la
dentro de un sistema de reglas fijas (monólogo don Quijote a la misteriosa cueva. El Primo es
subjetividad de las mismas (cuál es el significado
interior, vasos comunicantes, etc.), la novela un «humanista» (término que a inicios del XVII
del poema de Cesárea Tinajero, por ejemplo).
de Bolaño explota las formas de narración ya estaba muy venido a menos), un investigador
Y es que no hay método posible para leer el
más tradicionales —la unidad disgregada de antiguallas que está dispuesto a publicar
«realismo visceral». En ese sentido, toda la
que otorga el modelo narrativo episódico o disparates recubiertos de una erudición de cuya
novela estaría escrita siguiendo la tendencia
el relato fuertemente oralizado en primera vacuidad no es conciente, inmerso en su locura
realvisceralista.
persona— y las pone al servicio de propósitos tan parecida a la don Quijote, sólo que aplicada
más cercanos a una estética postmoderna, en la Ahora bien, si «una de las premisas para no a la febril lectura de libros de caballerías, sino
cual se plantea la incapacidad del discurso para escribir poesía preconizadas por el realismo a la elaboración de un suplemento a Polidoro
reflejar la experiencia de la realidad. En Los visceral, si mal no recuerdo (aunque la verdad Virgilio, autor de una magna obra semejante
detectives salvajes, todo es discurso: la realidad es que no pondría la mano en el fuego), era a una moderna enciclopedia. Digamos que el
es tan inestable como la perspectiva que adopta la desconexión transitoria con cierto tipo de Primo, loco por el saber enciclopédico llevado
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al absurdo, encuentra su reflejo en Lendoiro, cuerpecito, cojones?, me dije» (443). La mención darle sentido a su experiencia. Tal es la lectura
loco por la poesía. Para este último, el ejercicio del cuento de Baroja tiene por objeto evocar que de los hechos ha llevado a cabo. Harto de
poético es un conocimiento que se acumula, al propio Belano, cuya irrupción en la vida de este panorama aciago, resignado a morir sin ser
meras citas en latín que ensarta como aforismos Lendoiro provoca en este una pequeña crisis. A recordado, cierra su testimonio diciendo: «Hasta
en medio de un estilo pomposo y grandilocuente, partir de la reconsideración del cuento de Baroja, aquí llega la poesía, esa mala pécora que me
no una actividad creativa original o un producto es claro para Lendoiro que todos sus esfuerzos ha acompañado a traición durante tantos años»
de la inspiración. Ambos locos son testigos de han sido patéticos: «Supe lo que Arturo Belano (448).
sendos descensos a cuevas que causan temor supo desde el primer día que me vio: que yo era Así, Lendorio siente que no valió de nada
por su profundidad y que son equiparadas al un pésimo poeta» (443-444). su devoción por la poesía, que esta no le devolvió
infierno. La diferencia radica en que el relato del Desde ese momento, Lendoiro necesita con creces su fervor. ¿Cómo obtiene esta
descenso en Los detectives queda en manos de respuestas. Obsesionado con el episodio en que revelación? Gracias al episodio del descenso, la
Lendoiro, con lo que la visión de este permea la conoció a Belano y los gritos que salen de la irrupción de Belano en su vida y el cuento de Pío
aventura hasta volverla un símbolo de su propia sima, con los que sueña todas las noches, busca Baroja. En su cabeza, Lendoiro ha fusionado con
experiencia vital. al chileno, pero no lo encuentra. Para entonces, tal intensidad vida y literatura que ha llegado a
Lendoiro es un letrado, abogado, Lendoiro piensa que «podía recitar de memoria asumir que están implicadas hasta ser una misma
archiculto, pretensioso, que se propone, en el cuento de don Pío [...] y seguía sin entender cosa. Se trata de planos yuxtapuestos que se
mitad del camino de su vida, gozando ya de las nada» (445). A su manera, Lendoiro también amenazan el uno al otro: el cuento de Baroja, la
comodidades de una vida burguesa, «viajar y es un «detective salvaje». Ausculta la realidad historia de Belano, la del propio Lendoiro. La
observar» España (427). En medio de esos viajes, e intenta explicarla en vano, sirviéndose de la operación tiene su precedente en la insondable
llega a su región natal, Galicia, donde es testigo literatura. Perdido y víctima de una enfermedad cueva de Montesinos a la que desciende el
del rescate de un niño que ha caído a una sima. mortal que no se menciona, Lendoiro, sin caballero manchego: un espacio donde sus
En su mentalidad totalmente transtornada por la esperanzas de trascender en el panorama de la referentes literarios (Montesinos y Belerma)
literatura, no puede dejar de «leer» la realidad poesía actual y atormentado por el grito que se entrecruzan con su mayor preocupación
según sus referentes librescos. Si para Lendoiro viene del fondo de la sima, se refugia primero vital (el desencantamiento de Dulcinea). Y,
la realidad es un libro abierto, el hipotexto de esta en clínicas de Barcelona y Nueva York. Acabará en medio, el Primo, otro Lendoiro, que goza
historia que atestigua es «La sima» de Baroja. en Roma, en un hospital donde pasa sus días a de una experiencia vicaria cuyo impacto real
Un cuento que da pie a una lectura literaria y la espera de la muerte y evocando su pasado, desconocemos. En ese aspecto, el episodio en
trascendental de la escena. indesligable del episodio de la sima gallega, Los detectives salvajes propondría una vuelta de
Tras esta aventura iniciática, Lendoiro Arturo Belano y el cuento de Pío Baroja, el tuerca al episodio equivalente en Don Quijote:
traba conocimiento con el rescatista, Arturo que le otorgaba trascendencia al descenso del ¿cómo sería el episodio del caballero que baja a
Belano, a quien ofrece empleo como redactor de chileno: «Sé que el gigante o la sombra del la cueva narrado por el Primo? Quizás no muy
reseñas para la revista del colegio de abogados gigante se encogerá mientras los aullidos salen a distinto del capítulo del descenso de Belano en
de Barcelona. Lendoiro adopta un tono algo presión del Domus Aurea y se esparcen por toda manos del demente Lendoiro.
desdeñoso frente a Belano, quien se le presenta Roma, nube negra y violenta, y sé que el gigante A la técnica de planos yuxtapuestos,
como un paria, hasta que se entera que el chileno dirá o susurrará: salven al niño, y sé que nadie sostén de Los detectives, apunta la última
ha empezado una relación amorosa de ribetes escuchará su ruego» (447). imagen que cierra la novela («¿Qué hay detrás
sadomasoquistas con su propia hija. En ese En este punto, Lendoiro se desdobla, de la ventana?»), esas líneas punteadas son
momento, la situación nuevamente lo reenvía él es el gigante, el patrocinador de la poesía en precisamente las diversas aventuras, hilvanadas
a la literatura: Belano es como Julien Sorel, el Barcelona, el próspero abogado que difunde a los laxamente, con espacios entre ellas. Una línea
magnífico arribista que protagoniza Rojo y negro jóvenes poetas e intenta que algo de su talento entrecortada, con brechas: los fragmentos de vida
de Sthendal. Como un benévolo marqués de le salpique, y al mismo tiempo es el niño en y literatura, indesligables, que conforman Los
La Mole, Lendoiro le da un cargo más elevado la sima, sumido en la miseria de ser un poeta detectives salvajes. En la senda de Don Quijote,
(escribir en su propia revista, ya no la del colegio mediocre (cuando ha cifrado todo su proyecto la novela de Bolaño renueva el panorama
de abogados), aunque no por ello le paga más. vital en escribir versos). No hay para él un novelístico rindiéndole tributo a las formas más
A continuación, empieza una etapa de gran rescatista. Belano, el retrato del poeta talentoso tradicionales de la narración y echando mano
éxito, económico y social, para Lendoiro, que y bohemio, no lo salva, por el contrario, le revela de tópicos igualmente manoseados (el descenso
corre pareja con la desaparición de Belano, a el lado más escabroso de su hija y su mediocridad a los infiernos), pero dotándolos de un nuevo
quien la hija del poeta abogado repudia. «Julien para la poesía. Obsesionado como estaba con el brío.
Sorel había muerto», afirma aliviado Lendoiro cuento, fuertemente vinculado al episodio del
(442). Pero entonces la aparente calma da paso descenso que atestiguó en Galicia, Lendoiro se
*Es doctor en Literatura por la Universidad de
a su lenta decadencia. Lendoiro sueña con un ha apropiado de este y lo aplica a su propia vida, Navarra. Es profesor del Departamento de Lenguas
grito que sale de la sima por la que descendió convirtiéndolo en metáfora de su existencia, de su de la University of North Carolina at Chapel Hill
(EE. UU.). Se ha especializado en el Siglo de
Belano y otra vez le viene a la mente el cuento caída al precipio de la derrota. Ha fusionado vida Oro y la novela picaresca. Es autor de La nave
de Baroja, cuyo final cuestiona: «¿Por qué nadie y literatura a través de un eslabón indestructible, de los pícaros. Investigaciones sobre la novela
picaresca (Lima: Fondo Editorial UCSS, 2005) y
bajó a rescatar al niño?, me dije. ¿Por qué, si el propio Belano y la poesía, condensada en de Los cachorros de Mario Vargas Llosa. Guía de
lo dieron por muerto, nadie bajó a buscar su aforismos, que ha hilvanado en su relato para lectura (Navarra: Cenlit ediciones, 2008).

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