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Elogio de la superficialidad
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Traducción / Julia Tomasini
Introducción y notas / Claudia Kozak
Flusser, Vilém
El universo de las imágenes técnicas:
Elogio de la superficialidad - 1a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Caja Negra, 2015.
192 p.; 19 x 12,5 cm.
info@cajanegraeditora.com.ar
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
www.cajanegraeditora.com.ar
Dirección Editorial:
Diego Esteras / Ezequiel Fanego
Producción: Malena Rey
Diseño de Colección: Consuelo Parga
Maquetación: Julián Fernández Mouján
Corrección: Paula Kuffer
9 Introducción, por Claudia Kozak
25 0. Advertencia
29 1. Abstraer
39 2. Concretizar
49 3. Tocar
59 4. Imaginar
69 5. Señalar
79 6. Circular
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89 7. Dispersar
99 8. Programar
109 9. Dialogar
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En los años ochenta del siglo xx, el pensador checo-bra-
sileño Vilém Flusser comenzó a rodear con su escritura
el núcleo de un cambio de época que, si bien aportaba
ya grandes evidencias, no se advertía necesariamente a
fondo en la vida cotidiana con la fuerza con la que se
percibiría varias décadas después. Como dice el mismo
autor en la “Advertencia” a la segunda edición alemana
del libro que presentamos –reproducida en la versión bra-
sileña, cuya traducción publicamos aquí en español–, el
impulso era el de captar la disposición vital irreal de la
sociedad puramente informacional. No es que no existieran
otros libros y pensadores que abordaran estos temas para
el momento en que Flusser escribe sobre ellos. El conoci-
do informe Nora-Minc acerca de la informatización de la
sociedad, encargado por el gobierno francés y publicado
en 1977, había proporcionado un panorama ajustado de
las transformaciones que las sociedades occidentales esta-
ban enfrentando. Dos años después, Jean-François Lyotard
daba a conocer La condición postmoderna, surgido de un
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É informe encargado por el gobierno de Quebec y cuyo pri-
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mer capítulo se preguntaba por el saber en las sociedades
F postindustriales informatizadas. Y al mismo tiempo, pero
L con notas diversas, Alvin Toffler vaticinaba sobre una ter-
U cera ola para la humanidad que, dejando atrás sociedades
S
S agrícolas e industriales, caminaría hacia la sociedad pos-
E tindustrial, informatizada y postideológica. La temática,
R en efecto, estaba en el aire. Lo que resultaba distintivo en
el caso de Flusser era quizá la persona y su circunstancia,
la trama filosófica, y el eje de la cuestión puesto en una
nueva realidad de imágenes técnicas, cuya última fase,
hasta el momento, serían las imágenes sintéticas, de las
que habla principalmente este libro.
Comencemos por la persona y su circunstancia (en Bo-
denlos,1 su autobiografía filosófica, Flusser asegura que
durante su juventud se había interesado por la prosa de
Ortega y Gasset; su concepción de la técnica como pro-
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Dora Ferreira da Silva, y más lejanamente quizá Haroldo de
Campos –con quienes comparte la afinidad por el plurilin-
güismo y la traducción–; y artistas plásticos como Samson
Flexor y Mira Schendel –ligados cada uno a su manera a las
vanguardias artísticas–. A todos ellos, y a otros más aquí
no mencionados, dedicará capítulos de su autobiografía
en la parte denominada “Diálogo”, concepto mismo que,
como se podrá colegir de la lectura de este libro, resulta
fundamental para el pensador que fue Flusser.
En 1983, Flusser publica, en alemán, el texto que lo
haría más famoso como filósofo de los nuevos medios de
comunicación: Hacia una filosofía de la fotografía, tradu-
cido y ampliado, reescrito por él mismo en 1985 en portu-
gués y aparecido bajo el título de Filosofia da caixa preta.
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leña, el portugués “sería absorbido para ser manipulado por
el alemán, invadido por el checo, latín, griego y hebreo, y
por el inglés, teniendo a Ortega como modelo. Tarea, nueva-
mente, para toda una vida. La vida recomenzaba”.9
Así, Flusser no solo escribe en diversas lenguas, no
solo incorpora numerosas alocuciones en otras lenguas
cuando escribe en portugués o en alemán, como se podrá
observar durante la lectura de este libro, sino que permite
que algunas lenguas atraviesen estratégicamente a otras
para producir efectos políticos. Opción en primer lugar
existencial, ciertamente, marcada por su vida apátrida,
pero opción que politiza esa existencia.
El entrevero de lenguas, las redes de lenguas, que
6. Ibid., p. 74.
7. Ibid.
8. Ibid., p. 72.
9. Ibid., p. 75.
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É siendo existenciales son también una forma de crítica de
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la cultura,10 son en Flusser apuesta teórica pero también
F afección. En tal sentido, es curiosa su posición a caballo
L entre un humanismo existencialista y un poshumanismo
U maquínico que le permite comprender, en su etapa de fi-
S
S lósofo de los nuevos medios, cierto cambio ontológico que
E Occidente estaba transitando en el pasaje de la hegemonía
R de las lenguas naturales al código informático.
De esta misma manera, podemos llegar desde ese pensar
en lenguas al pensamiento sobre las imágenes sintéticas y
la sociedad informacional que es el objeto central de este
libro. Porque Flusser piensa, como anticipamos, no solo en
las lenguas naturales sino en la materialidad de un lenguaje
en red que estaba cambiando la faz del planeta ya en los
años ochenta. Como sostiene Rainer Guldin, la mayoría de
la gente conoce hoy a Flusser por los escritos de su última
etapa, escritos sobre los nuevos medios y la sociedad infor-
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un aparato programado a tal efecto.
Aunque el proceso comienza con la fotografía analógica,
se ve acentuado con la irrupción de las tecnologías digita-
les. Su correlato es el pasaje de la sociedad alfanumérica,
lineal o bidimensional, a la puramente numérica, digital o
cerodimensional. En ella todo se desintegra en puntos “sin
dimensión” –fotones o electrones, por ejemplo–13 que, mira-
dos desde muy cerca, de algún modo nos arrojan al vacío. Las
imágenes técnicas de las que trata este libro, a las que llama
indistintamente sintéticas o sintetizadas, son pura superficie
de puntos cerodimensionales (“sin dimensión”, “abstractos”
o “desintegrados”) que los aparatos que programamos rein-
tegran para que se puedan volver concretas y perceptibles
12. Ibid.
13. El concepto es más bien metafórico, no es que no tengan realmente
dimensión, sino que para la percepción humana su dimensión resultaría
asignificante.
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É a nuestros sentidos; de ahí que, en tanto puras superficies
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asignificantes, sin nada “por detrás”, descifrarlas resulte di-
F fícil. Pero si se presta atención al subtítulo de este libro,
L “Elogio de la superficialidad”,14 se comprenderá que Flusser
U no se conforma con una crítica de la imposibilidad de dar
S
S sentido en esta cultura hecha de imágenes “superficiales”.
E En efecto, a partir del diagnóstico de esta programa-
R ción numérica de la imaginación, Flusser circula una y
otra vez por caminos divergentes que ofrecen dos alterna-
tivas. Por ello, en la “Advertencia” sostiene:
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mados por la gran maquinaria social para servirle, y que era
central en Hacia una filosofía de la fotografía, había tenido
ya versiones anteriores como el breve texto “El funcionario”,
incluido en uno de sus primeros libros, Da Religiosidade. A
literatura e o senso da realidade, publicado en 1967.15
Ahora bien, optar por la utopía positiva es posible para
Flusser; pero requiere –como ya adelantaba en el final de
Hacia una filosofía de la fotografía– ser capaces de desocul-
tar las cajas negras que codifican las imágenes técnicas, algo
que en líneas generales nuestras sociedades de receptores de
imágenes y funcionarios de la máquina no estimulan, pero
que sin embargo sí suelen realizar los artistas que trabajan
con tales imágenes técnicas: la tarea de los fotógrafos expe-
rimentales era el ejemplo proporcionado en aquel libro.
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por los humanos) resisten esa tendencia entrópica, por ser
seres con un alto grado de organización, lo que permite,
justamente, que sean informativos. Así, lo probable es sin
duda la muerte térmica. El universo se dirige a ella, pero “el
hombre –sostiene Flusser– es un ente comprometido contra
la estúpida tendencia del universo a desinformarse”,18 y por
ello disminuye la tendencia universal a la entropía. En ese
contexto, una humanidad creadora de imágenes sintéticas es
sobre todo una humanidad creadora de información.
modo tal que las personas que viven en las sociedades in-
formacionales reciben entonces esas imágenes improbables
como probables. Allí radica la tensión que estructura el libro
entero y que podemos rastrear en diversos capítulos. Así, y
más allá de lo ya comentado, la encontramos por ejemplo
en el capítulo 3 (“Tocar”) organizado en torno del “tocar
teclas con las puntas de los dedos”, metáfora del “digitar”,
actividad propia de los seres humanos en la era informa-
cional, que implica una tensión entre el tocar teclas para
“publicar” creativamente y tocar teclas actuando de manera
pre-programada por la propia máquina. O en los capítulos
7 y 8 (“Dispersar” y “Programar”), en los que se tensiona
la dispersión de individuos solitarios, pasivos, distraídos y
narcotizados frente a los aparatos programadores, con la
actividad de otros posibles individuos comprometidos en un
“diálogo cósmico sobre los aparatos”.
Si la tensión está de ese modo siempre presente, ¿qué
hacer entonces? La respuesta es similar a la que ya había
dado en Hacia una filosofía de la fotografía: jugar contra el
INTRODUCCIÓN
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9 (“Dialogar”) sostiene:
Claudia Kozak
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A través de las ideas de este libro se pretende buscar las
tendencias que se manifiestan, poco a poco, en las imáge-
nes técnicas actuales (como la fotografía y la televisión).
Junto con estas ideas alcanzamos la región de las futuras
imágenes electrónicas que sintetizan la sociedad. Desde el
punto de vista contemporáneo, será una sociedad extraña
con una vida radicalmente diferente de la nuestra. Las ca-
tegorías actuales de sociedad, política y arte serán meros
desfasajes, y el propio instinto vital, la disposición exis-
tencial, adquirirá un nuevo y exótico tono para nosotros.
Pero no se trata de un lugar distante en un futuro inima-
ginable: ya estamos listos para sumergirnos en él. Nume-
rosos aspectos de estas extrañas formas sociales y vitales
ya son palpables hoy a nuestro alrededor y en nosotros
1. Prefacio escrito por Vilém Flusser para la edición alemana de Ins Uni-
versum der technischen Bilder [En el universo de las imágenes técnicas],
Göttingen, European Photography, 1985.
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É mismos. Estamos viviendo en una utopía emergente que,
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podemos decir, invade la esencia de nuestro ambiente y de
F todos nuestros poros. Lo que está sucediendo alrededor y
L dentro de nosotros mismos es fantástico y todas las uto-
U pías precedentes, positivas o negativas, están perdiendo
S
S color frente a lo que está surgiendo. Sobre esto va a versar
E el siguiente ensayo.
R Utopía significa “sin lugar”, ausencia de un sitio donde
el hombre se podría parar. Estamos enfrentando, insegu-
ros, el futuro inmediato que está emergiendo, débilmente
agarrados a las estructuras que la utopía ya produjo. Es el
caso también de este ensayo: se aferra a las actuales imá-
genes técnicas, las “critica”. En este sentido, presenta una
continuación y una mejora del argumento del ensayo an-
terior, Hacia una filosofía de la fotografía.2 Por esta razón,
el siguiente ensayo no espera –por lo menos en primera
instancia– ser leído como literatura fantástica futurista,
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y nietos.3 Por eso es necesario un aviso: no debe esperar-
se de este ensayo respuestas sino preguntas, aunque las
preguntas estén enmascaradas como respuestas. En otras
palabras, este ensayo no intenta proponer algún tipo de
solución al problema esbozado, sino que busca, crítica-
mente, cuestionar las tendencias que se encuentran en
sus fundamentos.