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Ámbito (social)

El ámbito social hace referencia al entorno en el que se desarrolla una persona y a los


grupos a los que pertenece. Dentro de él se incluyen a las condiciones de educación,
empleo, ingresos, seguridad, identidad, servicios y prestaciones básicas presentes en su
comunidad.
Además, también abarca a su familia, amistades, compañeros de estudio o trabajo y
otros actores e instituciones con los que interactúa y que participan en su proceso de
socialización. El ámbito social se caracteriza por aportar el marco dentro del cual la
persona crece y se desarrolla. Todos los individuos están integrados por dos partes
esenciales: por un lado el propio sujeto y por el otro el contexto histórico en el que les
toca vivir. Dentro de este segundo grupo, el ámbito social está marcado por los factores
culturales y las creencias religiosas en los que la persona fue criada, los cuales impactan
en su comportamiento y desarrollo. En el mundo actual, donde las nuevas tecnologías
acortan las distancias, este entorno es cada vez mayor ya que los individuos tienen
acceso a todo tipo de información como consecuencia de la globalización.

Mortalidad (poblacional)
En demografía, se emplea el concepto de mortalidad cuando se produce la defunción o
la acción de muerte sobre los integrantes de una población. La muerte es un riesgo al
que está expuesta una persona durante toda la vida. Obviamente, es un hecho que ocurre
una sola vez, por ende, toda la población está expuesta al riesgo de morir. En cambio, en
la fecundidad, sólo una parte de la población se encuentra expuesta al riesgo de tener
hijos. Bajo esta circunstancia, la mujer en edad fértil, es decir, entre 15 a 49 años de
edad, puede tener varios hijos en el transcurso de su vida. Los componentes que
determinan los cambios en el tamaño y composición de una población, son tres: la
mortalidad, la fecundidad y la migración. Cada uno de ellos, cumple un papel
importante en la dinámica demográfica. Así, la mortalidad forma parte de las salidas de
la población, mientras que la fecundidad representa parte de los ingresos y, la migración
puede aportar entradas y salidas, a través de la inmigración y la emigración,
respectivamente. La importancia de estudiar la mortalidad, se deriva de los aspectos
relacionados a sus niveles, al impacto en la estructura por edad y sexo y por sus propias
causas, que son empleadas, frecuentemente, como indicadores del estado de salud y
condiciones de vida de la población. Asimismo, su estudio es importante en el análisis
de los componentes de la dinámica demográfica, y en la comprensión integral del
cambio en la estructura y magnitud de la población. Antes de abordar el tema vinculado
a la medición de la mortalidad, es preciso señalar, que su cálculo está relacionado con
las fuentes de información utilizada, que generalmente proceden de registros
administrativos, censos de población y encuestas. El cálculo de la mortalidad da lugar a
dos tipos de estimaciones: la medición por el método directo y la referida a las técnicas
indirectas. Estas mediciones, tienen la ventaja de efectuar estudios de mortalidad
relacionadas a variables socioeconómicas que no siempre se obtienen con los datos
provenientes de las estadísticas vitales. En esta oportunidad se aborda la medición
directa de la mortalidad.
Integración (social)
La integración social es el proceso por el cual se facilita la inclusión a la sociedad a
personas marginadas, tales como individuos o familias con bajos recursos, en situación
de indigencia o con discapacidades. Esta integración a nivel social permite fomentar la
autoestima y el bienestar individual y colectivo, pero cuando no existe esta integración,
las personas son propensas a ser excluidos.
La integración social puede realizarse dentro de un país cuando se crean medidas para
incluir a personas de diferentes clases sociales en una sociedad unificada. Estas medidas
pueden ser estrategias políticas y acciones para mejorar la calidad de vida de cada
individuo de una sociedad, estas incluyen la inserción ocupacional, la educación y la
buena evaluación.
Partes de la Integración Social
La convivencia social : este no solo ayuda a que las personas en situación de riesgo se
vuelven menos vulnerables, además, no se trata de un beneficio individual, sino
colectivo, si varias personas se encuentran bien, la comunidad o el conjunto también lo
estará. La convivencia social también es importante porque la sociedad es dinámica, es
decir, evoluciona periódicamente, de modo que si ahorita una familia es rica, puede ser
que debido a una crisis ya no lo sea y corra el peligro de ser excluido socialmente.

El factor humano: cuando se atiende este factor durante tiempos de crisis se corre menor
riesgo de marginalidad, debido a que parte importante para a la integración a una
sociedad es el trabajo, el cual representa el ingreso económico de una familia. Los
profesionales que trabajan en la integración social analizan y calculan datos
demográficos para minimizar el porcentaje de vulnerabilidad social en este sentido.
Formas de Integración Social
Plano personal: se refiere al tipo de integración que sucede desde el individuo, es decir,
el cómo se inserta y se relaciona el individuo en la sociedad.
Plano colectivo: es la forma en que la sociedad se relacionan entre sí y el mundo fuera
de él.
La falta de iniciativa y espacios para relacionarse influye altamente en la integración
social, sea individual o colectiva.
Importancia de la Integración Social
Como es sabido, el ser humano es multifacético, y es partes de diversas cosas, a su
familia, su trabajo o su educación, su país y su continente. Por este motivo la
integración social ha sido un tema relevante en la historia humana debido a que durante
la estadía en alguna de estas facetas, el humano, como ser individual y social por
naturaleza, necesita sentirse parte de ella, siendo entonces fundamental para
la estabilidad emocional y bienestar físico, de ahí que en la mayoría de los países del
mundo se creen programas especiales para integrar a personas en riesgo de exclusión
social a la sociedad.
Impacto (social)
El término impacto, que procede del latín tardío impactus, tiene varios usos. En esta
oportunidad vamos a centrarnos en su acepción como el efecto emocional o simbólico
que produce un hecho o un suceso.
Social, por su parte, es aquello vinculado a la sociedad. Así se denomina a la agrupación
de individuos que conviven en un mismo espacio y deben respetar diversas normas
comunes.
Con estas ideas en claro, podemos avanzar con la definición de impacto social. Se trata
del resultado o la consecuencia de una determinada acción en una comunidad.
El concepto suele emplearse en el terreno corporativo para nombrar a los efectos que
producen las actividades desarrolladas por una empresa. Independientemente de su
funcionamiento interno, con sus ingresos, ganancias, etc., las compañías provocan con
su trabajo cotidiano múltiples consecuencias.
El impacto social, en este marco, es la huella dejada por una empresa en la comunidad
en la cual se encuentra integrada. Supongamos que un fabricante de calzado cuenta
con 200 empleados en un pueblo de 800 habitantes. Si toma la decisión de despedir al
50% de su plantilla, la medida tendrá un impacto social muy negativo en la localidad.
Las decisiones de un gobierno también generan impacto social. Si las autoridades de un
país anuncian la eliminación de los subsidios a los servicios públicos y las
tarifas aumentan más del 100% de un mes a otro, dicha medida tiene un gran impacto
social ya que modifica las finanzas de los ciudadanos. Ante los aumentos, es probable
que la población empiece a protestar y les haga saber su descontento a los gobernantes.
En estos dos ejemplos se aprecian los varios matices del impacto social que puede tener
una medida tan negativa como el despido masivo de empleados o el aumento excesivo
de las tarifas. En primer lugar, podemos ver las consecuencias materiales, que están
relacionadas con el descenso del capital personal, la contracción de deudas para hacer
frente a las obligaciones que hasta el momento los ciudadanos cubrían con sus salarios o
incluso la pérdida de sus viviendas.
Si bien dichas consecuencias son las más evidentes, ya que también se registran en
ámbitos ajenos a los de las propias víctimas, no debemos olvidar las marcas que el
impacto social de una medida injusta deja en el plano emocional. Una persona que se
queda sin trabajo de un día para el otro, sin previo aviso, después de haber dedicado
gran parte de su vida a una misma empresa de manera responsable, no sólo pierde el
dinero que recogía todos los meses, sino en muchos casos la confianza en sí misma, la
fuerza para seguir adelante.
Dado que en la actualidad gozamos de muchas herramientas para hacer realidad
nuestros proyectos, con frecuencia surgen nuevas empresas enfocadas en generar un
impacto social positivo en su entorno para provocar una transformación significativa.
Sin embargo, a pesar de la aparente facilidad con la que podemos poner en marcha un
emprendimiento de este tipo, debemos estudiar muy detenidamente sus potenciales
resultados.
Durante mucho tiempo, la manera más común de medir el impacto social o
medioambiental giraba en torno a la evaluación de los datos y al seguimiento de la
evolución del proyecto. Sin embargo, con la entrada en escena de la empresa social la
medición comenzó a volverse relevante frente a los inversores y a afectar los planes de
expansión, la comparación de los diversos programas y la motivación del personal.
Antes de poder comenzar a medir el impacto social de una empresa, es necesario definir
sus objetivos, para que sea posible comprobar la calidad de los resultados obtenidos en
un período dado. Por ejemplo, en un proyecto que busca revitalizar un pueblo
abandonado, el impacto social del trabajo de construcción será casi nulo en
comparación con el que tendría en una ciudad activa; por eso, la validez de un
mismo criterio de medición varía según el contexto.
Proceso (social)
Conocer el origen etimológico de las dos palabras que dan forma al término proceso
social es fundamental para así poder descubrir y entender el significado del mismo. En
este caso, podemos decir que las dos derivan del latín:
-Proceso emana de “processus”, que puede traducirse como “marcha” o “desarrollo”.
-Social, por otro lado, es fruto de la evolución de “socialis”, que es equivalente a
“relativo o perteneciente a la comunidad de personas”.
Los procesos son ciclos que constan de distintas etapas, en las cuales se producen
ciertos cambios de estado. De este modo, al finalizar el proceso, su protagonista ya no
es el mismo que en el comienzo.
Social, por su parte, es aquello vinculado a la sociedad. Esta noción (sociedad) se
relaciona con el grupo de sujetos que mantienen interacciones y que tienen una cultura
compartida, creando una comunidad.
Un proceso social, en definitiva, está formado por una serie de interacciones
dinámicas que se desarrollan en el seno de una sociedad. Estos procesos pueden
provocar cambios en la estructura social.
Muchos son los autores que, a lo largo de la historia, han estudiado y analizado los
distintos procesos sociales existentes. En concreto, uno de los más importantes al
respecto es Durkheim, quien llegó a determinar que el individuo es un producto de la
sociedad y que la educación ejerce un papel fundamental a la hora de conseguir que los
ciudadanos se integren en la sociedad a partir de determinados comportamientos e ideas.
De la misma manera, tampoco podemos olvidar los estudios llevados a cabo sobre el
proceso social por otras figuras tales como Herrera Figueroa. Este, por ejemplo,
determinó que aquel y el sujeto está íntimamente relacionados ya que el individuo,
desde el momento que nace, forma parte de una sociedad, es un ser social, y está unido a
lo que son las acciones del resto.
Max Weber, Berger o Luckman fueron otros de los pensadores que también dedicaron
parte de su trabajo al estudio y análisis del proceso social, dando forma a conceptos
tales como socialización primaria y socialización secundaria.
Lo que se entiende por realidad social incluye a personas, grupos e instituciones,
vinculadas entre sí mediante las relaciones sociales (que pueden implicar cooperación,
oposición, competencia, etc.). Las distintas formas de interacción son calificadas por los
sociólogos como procesos sociales. Puede definirse al proceso social, por lo tanto, como
una forma de conducta que aparece de manera repetida en una sociedad.
Un ejemplo de proceso social es el compromiso de muchos ciudadanos con la
protección de la ecología. Este proceso implica la interrelación de numerosas personas
convencidas acerca de la necesidad de conseguir un cambio en la sociedad
para conservar el medio ambiente. A partir de estos vínculos, la comunidad comienza
poco a poco a adoptar nuevas costumbres, tendientes a reducir el impacto de la huella
ecológica.
La emigración también puede considerarse como un proceso social que provoca
cambios en la estructura del lugar de origen y también del sitio que acoge a
los inmigrantes.

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