Está en la página 1de 39

Universidad Nacional de Ingeniería.

Instituto de Estudios Superiores (UNI-ies).

Trabajo
De
Tecnología y Medio Ambiente.
Título: proceso de urbanización y asentamiento humanos
Ingeniero. Omar Torres

Alumno: Jose Gabriel Urbina 2015-0302I.

Grupo: 5t1-c

Fecha de entrega: viernes 05 de junio, 2020.

Managua- Nicaragua.
Introducción

Cuando se urbaniza una determinada zona, ya sea agrícola o rural, el impacto persiste
durante siglos o incluso nunca llega a desaparecer. El uso de tierras agrícolas para la
construcción de viviendas o infraestructuras acarrea un impacto que suele ser permanente, y
sólo en algunas ocasiones reversible, pero con un coste muy elevado.

En Europa ha habido una enorme expansión de la actividad constructora, especialmente

a lo largo de la costa y en torno a las ciudades principales, haciéndose característico un


desarrollo urbano descontrolado. Todo ello ha propiciado la extracción desmesurada de
grava del lecho de ríos o la expansión de numerosas canteras, muchas de ellas adyacentes a
importantes zonas protegidas, que han llegado incluso a ser invadidas en algunos casos.
Desgraciadamente, el lema durante mucho, quizás demasiado, tiempo ha sido «construir a
cualquier precio.

Las ciudades que hoy se conocen albergan un patrimonio histórico y cultural único

heredado de las generaciones anteriores. Las circunstancias actuales, la población y las


necesidades no son obviamente las de hace unas décadas y, por tanto, se hace necesario
cambiar la funcionalidad, dimensión y estructura de las ciudades, pero la obligación pasaría
por minimizar el impacto de la expansión, regenerar las ciudades existentes y aplicar pautas
encaminadas hacia la sostenibilidad.

No obstante, esta reflexión no pretende dar una concepción negativa, no es ésta la finalidad,
acerca del concepto de ciudad3, siempre asociado a lo construido, como elemento opuesto a
lo natural, como lo antagónico a lo que hoy se conoce como medio ambiente. De hecho, es
bien sabido el papel fundamental que la ciudad juega como organizadora del territorio.

Se trata de dar cuenta de que el terreno, el suelo como espacio vital, puede convertirse

en muchos casos en un recurso no renovable, y por tanto su consumo descontrolado


lleva a un tipo de contaminación muy grave y a la que, sin embargo, no se ha prestado
demasiada atención hasta tiempos actuales, probablemente debido a que sea ahora cuando
se esté pagando el precio del que antes se hablaba.

Hoy, el territorio no puede prescindir, desde ninguno de los puntos de vista posibles, de un
planeamiento suficiente. La economía, la equidad y la ecología, entendidas como procesos
sostenibles en el tiempo, requieren una utilización coherente y racional del espacio. Así
parece entenderse ya en la actualidad, y aquí se intenta abordar el papel que juegan los
distintos organismos en este sentido, desde una escala internacional a un ámbito nacional.

Se calcula que en la actualidad un 45% de la población mundial vive en ciudades y la


proporción irá en aumento en los próximos años, de hecho, numerosos estudios hablan de
que para este siglo la mitad de la población mundial será urbana. Para 2025, esta población
se duplicará de 2,4 mil millones en 1995 a 5 mil millones, lo que significa el equivalente a
un 86% de las personas que viven hoy en la tierra.

La ciudad se ha convertido en la protagonista de la actividad económica, en ella se efectúan


las principales actividades financieras y comerciales. Las ciudades han sido el centro del
crecimiento económico, progreso tecnológico y producción cultural. Pero su rápida
expansión ha traído consigo aspectos negativos: las distintas formas de contaminación o el
exagerado consumo de energía y otros recursos.

Muchos de estos problemas no sólo afectan a la ciudad, sino también al «campo» y al


mundo en general.

El tipo de desarrollo que la ciudad necesita para cumplir el papel protagonista que los
nuevos tiempos le exigen debe contemplar no sólo aquel desarrollo económico, sino
también y de manera inexcusable, la sostenibilidad ambiental. La planificación económica
y urbanística de la ciudad debe ceñirse a los propios límites ambientales para hacer de la
misma un enclave habitable, con el fin de ofrecer a las generaciones futuras las mismas
opciones de las que hoy se dispone. En definitiva, «es necesario romper de una vez el
vínculo entre crecimiento económico y degradación ambiental.»
No hay que olvidar que las ciudades han tenido y siguen teniendo un gran impacto,
entendido éste no sólo de forma negativa, en la vida de los que en ella habitan; se han
convertido en algo cada vez más importante a la vez que han ido creciendo tanto en número
como en tamaño, y, teniendo esto en cuenta y en cualquier caso, sería conveniente avanzar
por el camino ya mencionado de la sustentabilidad, siendo requisito indispensable para ello,
en primer lugar, prevenir el daño y, en segundo lugar, «si no ha podido evitarse», garantizar
la corrección de los costes.

Existen por tanto dos lados de la ciudad, el positivo y el negativo, el beneficioso y el


perjudicial, el éxito y el fracaso. Seguramente nunca llegue a crearse la ciudad perfecta (la
perfección es algo demasiado subjetivo), pero pueden llevarse a cabo muchas mejoras,
pues, en todo caso, las ciudades tienen en sus manos los retos principales

que enfrenta esta civilización.


Objetivos.

El objetivo de este trabajo es mostrar la relación entre el modelo reciente de expansión


urbana y la evolución de las políticas ambientales en este sentido. Se comienza por aportar
algunas consideraciones teóricas sobre lo que ha representado en los últimos años y
continúa representando el crecimiento de lo urbano en el medio ambiente.

sobre como integrar ambos conceptos. A continuación, se analiza el desarrollo de políticas


y proyectos ambientales encaminados hacia la sostenibilidad urbana. A modo de
conclusión, se plantean algunas premisas sobre hacia donde sería conveniente dirigirse para
conseguir un resultado óptimo.

Así, el texto queda articulado en torno a tres cuestiones básicas: ¿qué ha sucedido hasta el
momento?, ¿qué medidas son las que se han empleado? y ¿qué podría o qué debería tenerse
en cuenta a la hora de la toma de decisiones?
La ciudad y el medio ambiente
Desde un punto de vista ambiental, las áreas urbanas son algo parecido a aspiradoras
gigantes, que succionan gran parte de la materia, de la energía y de los recursos vivientes
del mundo, y que expelen contaminación, residuos y calor. Como consecuencia de ello,
tienen una gran huella ecológica4 que se extiende más allá de sus límites.

La influencia de las ciudades sobrepasa sus límites geográficos con impactos a escala
regional y mundial mediante la demanda de recursos naturales, la generación de residuos y
las emisiones al suelo, al agua y al aire. La huella ecológica de una ciudad puede ser más de
cien veces superior al área que ocupa.

Cambios recientes: «Hacia un mundo urbano»


Después de la Revolución Industrial, tiene lugar la explosión demográfica o boom
demográfico más grande de la historia. A su vez, los centros urbanos crecen rápidamente y
en los últimos 50 años se produce también y consecuentemente una explosión en el
crecimiento de las ciudades en número y en tamaño; estamos ante el más largo y rápido
crecimiento de la población urbana en el mundo. En tanto que la economía se volvía
internacional e incrementaba su tamaño, las ciudades alrededor del mundo crecían a pasos
agigantados. A este fenómeno se le conoce como urbanización, aunque también se habla de
«urban sprawl»6 (COUCH y otros, 2007) o «desparrame urbano».

Población urbana por regiones, 1950-2000 y proyección 2010.

Pero las prisas, la emigración o la especulación han provocado la construcción urgente de


nuevas zonas prescindiendo de cualquier intención estética, es decir, de una forma
desorganizada y anárquica, sin una planificación previa. Territorios periurbanos han sido
considerablemente transformados y la ciudad ha perdido sus límites tradicionales. Nos
situamos ante un crecimiento urbano desordenado, discontinuo, de viviendas con un
número limitado de hogares que desplazan a una edificación en altura y que suponen una
mayor ocupación del territorio. Hablamos ya, por tanto, más que de ciudades, de áreas
metropolitanas, es decir, áreas muy extensas en las que los núcleos urbanos aparecen
conectados por vías rápidas.
Fenómeno de «urbanProceso
sprawl»de
enurbanización de Bélgica
Houston (Texas, EEUU),antes-
en undespués.
ejemplo de urbanización
«ciudad jardín»

El crecimiento de las ciudades provoca grandes efectos en sus regiones circundantes. Las
complicaciones en los cambios de uso de suelos, creadas por una expansión rápida y no
regulada, causan simultáneamente ineficiencia administrativa y perjuicios al medio
ambiente. Sin embargo, una acertada planificación basada en la forma en que se ocupa el
territorio, reduce los conflictos de usos de suelo y organiza la expansión urbana,
minimizando los efectos sobre el medio ambiente. Para la realización de este estudio se
tomará como caso a Ciudad Juárez, Chihuahua, sus políticas vigentes de planificación
urbana y sus antecedentes históricos de crecimiento urbano, uso de suelo y vegetación;
tomando como margen de tiempo de 1970 a 2007, por presentarse desde ese período, una
intensiva expansión de su mancha urbana. La interacción y dinámica que presentan las
ciudades industriales de la frontera norte les imprimen rasgos particulares de crecimiento
económico y demográfico que conforman sus tendencias de urbanización. Ciudad Juárez es
una de estas ciudades, en las que la contigüidad geográfica con la comunidad de El Paso,
Texas, ha definido un crecimiento urbano disperso y desorganizado, donde han aparecido
actores y procesos que crearon problemas ambientales.

Antecedentes del problema


El crecimiento de Ciudad Juárez ha sido marcado por sucesivas transformaciones. En el
período de 1966 a 1990, a consecuencia del Programa de Industrialización Fronteriza, hay
una expansión física con desfases de infraestructura, desigualdades de regiones y grupos;
además los nuevos usos de suelo promovidos por la industrialización, aumentan el
problema urbano. Después de 1990, la expansión urbana se basó en una vertiginosa
prosperidad económica y en las fuentes de empleo formal que hoy se han reducido. Sin
embargo, la dinámica de urbanización no ha disminuido: de las ciudades fronterizas del
norte del país, Ciudad Juárez fue la que tuvo mayor crecimiento de la superficie urbana en
el período de 1990 a 1995, con un 41.6%.

La planeación urbana basada en la voluntad política1 y en los procesos económicos y


productivos, ha provocado desde hace tiempo, una ocupación irregular del suelo, en la que
el problema del acaparamiento del suelo dentro de la ciudad y su consecuente
subutilización de infraestructura, agravan los problemas urbanos y siguen presionando la
expansión urbana hacia las zonas naturales de la región. Recientemente, el proceso de
ocupación del suelo se ha orientado a la compatibilidad de las políticas de crecimiento
vigentes; pero en las zonas de reciente ocupación ni la regularización de asentamientos, ni
la promoción de nuevas zonas de vivienda en la periferia suburbana han podido prevenir las
deficiencias en la calidad de vida, el acceso a infraestructura y servicios, la ambigüedad
rural-urbana o los impactos ambientales del cambio de uso de suelo. Los antecedentes de
Ordenamiento Territorial han marcado una tendencia que privilegia los beneficios
económicos sobre las necesidades de un desarrollo ordenado, perdiendo así la prioridad de
lograr una buena gestión de recursos. Actualmente, el hablar de Ordenamiento Territorial
incluye el factor ambiental y está “diseñado para caracterizar, diagnosticar y proponer
formas de utilización del territorio y de sus recursos naturales, bajo el enfoque de uso
racional y diversificado con el acuerdo de la población.” (Negrete-Bocco, 2007). Por tanto,
el Ordenamiento Ecológico Territorial resulta ser el instrumento ambiental básico para
regular la interacción entre la ciudad y las nuevas zonas de ocupación hacia áreas vecinas.
Los Fondos mixtos del CONACyT en coordinación con el Gobierno Municipal de Juárez,
promueven la elaboración de Zonificación y Ordenamiento Ecológico y Territorial para el
municipio de Juárez; y es precisamente en la programación de este documento, en donde se
sitúa el subsistema de procesos urbanos en el que se inserta el problema de la proliferación
de reservas territoriales con el aval gubernamental.

El Estudio de la Urbanización en Centroamérica ofrece una mejor comprensión de las


tendencias y las implicaciones de la urbanización, así como las acciones que los gobiernos
centrales y locales pueden tomar para obtener los beneficios previstos de esta
transformación. El estudio hace recomendaciones sobre cómo las políticas urbanas pueden
contribuir a abordar los principales desafíos de desarrollo identificados, es decir, la falta de
inclusión social, la alta vulnerabilidad a los desastres naturales y la falta de oportunidades
económicas y de competitividad. En concreto, el estudio se centra en cuatro áreas
prioritarias para las ciudades de Centroamérica: instituciones para la gestión de las
ciudades, acceso a una vivienda adecuada y bien ubicada, resiliencia a los desastres
naturales y aumento de la competitividad a través del desarrollo económico local. Este
Resumen Ejecutivo reúne los principales mensajes desarrollados a lo largo del Estudio de la
Urbanización, e incluye un capítulo de diagnóstico y cuatro capítulos sectoriales: El
Capítulo 1, “Cómo está transformando la urbanización a Centroamérica”, ofrece un
diagnóstico de las tendencias de urbanización actuales y futuras, incluyendo una visión
general de la velocidad y extensión de la urbanización, las características del sistema de
ciudades centroamericano y la concentración de la actividad económica en las ciudades.
También presenta los retos económicos y sociales que enfrentan las ciudades, los cuales son
analizados con mayor detalle en los cuatro capítulos sectoriales restantes.
¿Como la urbanización está transformando a Centroamérica?

Centroamérica es la segunda región de más rápida urbanización en el mundo, solo superada


por África. Cuando se comparan con la media global de urbanización y con países en etapas
similares de urbanización, los países de Centroamérica presentan altas tasas de crecimiento
de la población urbana

La Figura O.1 muestra que Costa Rica tiene la mayor proporción de población urbana (75
por ciento) en la región, y al mismo tiempo uno de los ritmos más rápidos de crecimiento
anual en el mundo para países con niveles similares de urbanización (2.5 por ciento en
2014). Por el contrario, Guatemala y Honduras tienen niveles más bajos de urbanización
con más de la mitad de su población viviendo en las ciudades, pero a la vez experimentan
dos de las mayores tasas de crecimiento de la población urbana de la región (a una tasa
anual del 3.4 y 3.2 por ciento, respectivamente en 2015). Panamá, El Salvador y Nicaragua
tienen niveles intermedios de urbanización, alrededor del 60 por ciento, con tasas de
urbanización superiores a la media mundial y comparables a las tasas de crecimiento de
Sudáfrica o Marruecos. Las zonas urbanas han crecido más rápido que la población urbana,
lo que contribuye al aumento de los niveles de expansión urbana de baja densidad. Con
datos de la Capa Global de Asentamientos Humanos (Global Human Settlements Layer,
GHSL), este estudio examinó el impacto territorial del proceso de urbanización en
Centroamérica entre 1975 y 2014. Los datos muestran que la superficie total urbanizada3
en la región se ha triplicado en los últimos 40 años.

Mientras que los aumentos


en la superficie construida y
de la población siguieron
una tendencia similar hasta el año 2000, la tendencia reciente muestra que el suelo
urbanizado ha ido aumentando mucho más rápido que la población. Esta expansión del área
construida se traduce en zonas urbanas en expansión más grandes, lo que aumenta el costo
de la prestación de servicios básicos y de la infraestructura de conexión. Un desarrollo
urbano más compacto y mayores densidades de población podrían reducir no solo los
costos de infraestructura, sino también los costos de mantenimiento. Dentro de la región, El
Salvador ha visto la mayor transformación al cuadruplicar su superficie construida desde
1975. Se necesita una mejor planificación del uso del suelo para gestionar esta expansión
de una manera más sostenible. Muchas áreas urbanas se extienden mucho más allá de los
límites municipales. Este estudio presenta los resultados de análisis hechos para identificar
las áreas urbanas más grandes en los seis países con el apoyo de diferentes bases de datos
espaciales. El análisis identificó 167 aglomeraciones urbanas con una población de más de
15,000 personas. El Mapa O.1 muestra la localización de las zonas urbanas identificadas en
un mapa regional. Muchas de las ciudades capitales y secundarias han superado sus límites
municipales. De las 167 aglomeraciones de la región, 72 abarcan tres o más municipios.
La extensión espacial de las aglomeraciones urbanas más allá de los límites municipales
constituye un desafío para la gestión de las ciudades. Sin los mecanismos de cooperación
intermunicipales apropiados, es difícil asegurar la adecuada y coordinada planificación y
prestación de servicios a nivel de aglomeraciones urbanas, sobre todo en las grandes
ciudades. Con la excepción de Tegucigalpa, todas las ciudades capitales se extienden más
allá de varios límites municipales (Mapa O.2). Aunque todos los países de la región tienen
delimitaciones metropolitanas oficiales para sus ciudades capitales –mostradas en azul
claro– algunas de ellas requieren ser actualizadas para reflejar los cambios en la dinámica
urbana y garantizar una gestión apropiada de las aglomeraciones. Vale la pena resaltar el
caso de San Salvador ya que la aglomeración urbana supera al doble el tamaño de los
límites metropolitanos oficiales. Las ciudades capitales concentran una mayor proporción
de la población urbana que la reportada por cifras oficiales. En las estadísticas oficiales,
alrededor de un tercio de la población urbana de Centroamérica vive en una de las seis
ciudades capitales, y se espera que éstas contribuyan menos del 15 por ciento del aumento
de la población urbana previsto para la próxima década. Sin embargo, al considerar que las
aglomeraciones urbanas se extienden más allá de los límites oficiales, el peso demográfico
y económico de la aglomeración de la capital en el país es más grande, a veces
dramáticamente más grande, como es el caso de San José.

Honduras se distribuye entre las dos áreas metropolitanas más grandes (San Pedro Sula y
Tegucigalpa). Del mismo modo, Managua metropolitana concentra el 55 por ciento de la
población urbana en Nicaragua, mientras que San José y sus ciudades satélites representan
casi el 85 por ciento de la población urbana en Costa Rica. Esto pone de relieve la
importancia de gestionar estas grandes aglomeraciones, debido a sus funciones actuales y
futuras dentro de sus respectivos países. Las ciudades secundarias han crecido
significativamente durante la última década y representan entre el 15 y el 65 por ciento de
los sistemas urbanos nacionales. De acuerdo con cifras censales oficiales, las ciudades
secundarias representaron casi dos tercios del crecimiento de la población urbana en
Nicaragua y Guatemala durante la última década. Las ciudades con un tamaño de población
entre 15,000 y 100,000 habitantes representaron entre el 20 y el 30 por ciento del
crecimiento de la población en las zonas urbanas, lo que hace más importante su papel en
los sistemas urbanos nacionales. Mientras que las grandes áreas metropolitanas
representaron al menos el 40 por ciento del crecimiento demográfico en las zonas urbanas,
las ciudades secundarias y las pequeñas aglomeraciones están creciendo rápidamente. En
Guatemala y El Salvador, por ejemplo, las remesas contribuyen al crecimiento y expansión
de las ciudades secundarias. Estas ciudades secundarias representan una parte muy
importante de la población, e incluso en países pequeños las ciudades secundarias y
pequeñas que funcionan correctamente juegan un papel importante. Este estudio aboga por
políticas que puedan apoyar la gestión de las ciudades secundarias y pequeñas. Mientras
que la mayor parte de la literatura existente se centra en la gestión de las grandes ciudades
capitales –que requieren una mayor coordinación metropolitana para garantizar la
conectividad de servicios como el transporte, manejo de aguas residuales y recolección de
residuos– la mejora de la prestación de servicios básicos y de la infraestructura de conexión
en las ciudades pequeñas y medianas pueden potenciar su papel como centros comerciales
y logísticos de conexión de los agricultores en las zonas rurales con los mercados
industriales.

Impactos sociales y ambientales de la urbanización en América


Latina.
El rápido crecimiento de la población urbana y la expansión física de las ciudades en todos
los países de la región han tenido impactos variados para la población humana y el medio
ambiente de los países latinoamericanos. Algunos indicadores sociales, como la esperanza
de vida, los niveles educativos y el ingreso per cápita son por lo general más altos entre
residentes urbanos que entre sus compatriotas rurales. Sin embargo, y particularmente entre
los habitantes más pobres de las ciudades, la urbanización está cada vez más asociada a
problemas sociales significativos y persistentes. Por ejemplo, la población de áreas urbanas
y periurbanas sufre de severo déficit habitacional, subempleo, falta de servicios básicos,
problemas de salud y ruptura de la familia y las normas sociales. Sin embargo, y a pesar de
la dura realidad de la ciudad, la población de las áreas urbanas continúa creciendo, lo que
sugiere que aún las condiciones a veces miserables que ofrece la vida urbana son más
atractivas para muchas personas que la vida empobrecida en el campo.

En términos del impacto ambiental, las ciudades latinoamericanas presentan también un


cuadro variado. Puede argumentarse que, al igual que en cualquier área urbana, la
concentración relativamente alta de un gran número de pobladores reduce la extensión de la
tierra dedicada a asentamientos y concentra la generación de basura y el consumo de
recursos, facilitando así la mitigación del impacto. Por otro lado, el impacto ambiental
causado por la urbanización puede ser mucho mayor que el causado por la mayoría de usos
del suelo en el sector rural. Las ciudades latinoamericanas se parecen a otras en que sus
ciclos naturales están severamente alterados, su diversidad biológica está disminuida y
requieren grandes aportes externos a fin de sostenerse. La pobreza contribuye a la
degradación de los ecosistemas metropolitanos, en tanto que el insuficiente énfasis puesto
en la planificación y el manejo ambiental provoca la prevalencia de problemas de
contaminación de aire y agua, eliminación de vegetación y suelos inestables (Letimann,
1993).

Finalmente, muchos impactos de las áreas urbanas se extienden hacia afuera de los límites
citadinos, a las áreas periféricas cercanas y distantes que sirven al núcleo urbano, aunque
estos impactos son en su mayoría invisibles para muchos planificadores urbanos. Es claro
que muchas de las condiciones sociales citadas son tanto causas como efectos del estado de
los recursos naturales, la calidad ambiental u otros aspectos de la «naturaleza» presentes en
la región metropolitana.

En los últimos años, la calidad del ambiente urbano ha recibido creciente atención en
América Latina, así como en otras regiones, conforme aumenta el reconocimiento de las
implicaciones de la urbanización para el futuro de las poblaciones humanas y para el medio
ambiente en general. Las preocupaciones dominantes acerca de la contaminación industrial,
la contaminación del aire y el agua, el abastecimiento de agua, el manejo de desechos, la
salud y el saneamiento en la ciudad (asuntos «cafés» o «grises») han sido complementados
por otras más recientes - aunque todavía secundarias - sobre el ecosistema: vegetación
urbana, suelos, vida silvestre, microorganismos y espacios abiertos (asuntos «verdes») en
las agendas públicas de las municipalidades, y en las acciones de actores privados de la
comunidad. En este último conjunto de asuntos «verdes», la silvicultura urbana y
periurbana ha sido un punto focal emergente en las iniciativas, tanto de las comunidades
como de funcionarios públicos.

Amenazas de la urbanización

La promesa de trabajo y prosperidad, entre otros factores, atrae a la gente a las ciudades. La
mitad de la población mundial ya vive en las ciudades, y se espera que antes de 2050 dos
tercios vivan en zonas urbanas. Pero en las ciudades se combinan dos de los problemas más
acuciantes del mundo actual: la pobreza y la degradación medioambiental.

La deficiente calidad del aire y del agua, la insuficiente disponibilidad de agua, los
problemas de desecho del agua y el alto consumo energético son multiplicados por la
creciente densidad de población y las demandas de los entornos urbanos. Conforme las
áreas urbanas del mundo crezcan, será esencial desarrollar sólidos programas de
planificación urbana para resolver estas y otras dificultades.

Amenazas

 El crecimiento intensivo de las ciudades puede generar más pobreza e impedir


que los gobiernos locales ofrezcan servicios a todas las personas.
 El consumo concentrado de energía aumenta la contaminación del aire, con un
notable impacto en la salud humana.
 Las emisiones de los automóviles producen elevados niveles de plomo en el aire
urbano.
 Grandes volúmenes de residuos no recogidos suponen múltiples riesgos para la
salud.
 El desarrollo urbano puede magnificar el riesgo de desastres medioambientales,
como las inundaciones súbitas.
 La contaminación y las barreras físicas que impiden el crecimiento de las raíces
fomentan la pérdida de masa forestal urbana.
 La fauna se ve perjudicada por sustancias tóxicas, vehículos y la pérdida del
hábitat y las fuentes de alimentos.
Soluciones
 Combatir la pobreza fomentando el desarrollo económico y la creación de
empleo.
 Fomentar la participación de la comunidad local en el gobierno local.
 Reducir la contaminación del aire mejorando el uso de la energía y los sistemas
alternativos de transporte.
 Crear consorcios públicos y privados para ofrecer servicios como el desecho de
residuos y el alojamiento.
 Plantar árboles e incorporar el cuidado de los espacios verdes de las ciudades
como elemento clave de la planificación urbana.

Cambio climático y salud humana.

Urbanización y salud

La urbanización es un proceso a escala mundial que está cambiando el paisaje social y


ambiental de todos los continentes. Es el resultado de la inmigración de grupos humanos
desde las zonas rurales, además del crecimiento natural de la población urbana. En 2007,
la población del mundo que vivía en pueblos y ciudades pasó del 50% por primera vez
en la historia, y la proporción sigue aumentando.
Las modalidades de urbanización acelerada, sin planificar e insostenible están
determinando que las ciudades de los países en desarrollo sean el foco de muchos
nuevos peligros ambientales y sanitarios.
A medida que las poblaciones urbanas crezcan, la calidad de los ecosistemas mundial y
locales, así como el medio ambiente urbano, desempeñarán un papel cada vez más
importante en la salud pública por lo que respecta a cuestiones que van desde la
eliminación de residuos sólidos, el abastecimiento de agua potable y saneamiento, y la
prevención de traumatismos hasta el punto de contacto entre la pobreza, el medio
ambiente y la salud urbanos.
El empobrecimiento de las tierras y la desertificación.

¿Qué es el empobrecimiento de las tierras?

El empobrecimiento o degradación de las tierras está causado por múltiples fuerzas, en


particular las condiciones climáticas extremas, sobre todo la sequía, y las actividades
humanas que contaminan o menoscaban la calidad de los suelos y la utilidad de las
tierras, con lo cual perjudican la producción de alimentos, los medios de ganarse el
sustento y la producción y suministro de otros bienes y servicios de los ecosistemas.

Las amenazas a la integridad de las tierras


El empobrecimiento de las tierras se aceleró durante el siglo XX debido a las presiones
en aumento y combinadas de la producción agrícola y ganadera (cultivo excesivo,
pastoreo excesivo, reconversión forestal), la urbanización, la deforestación y los
fenómenos meteorológicos extremos como las sequías y el avance del mar sobre las
costas, que impregna de sal las tierras. La desertificación es una forma de
empobrecimiento de las tierras fértiles.

¿Qué significa la degradación de las tierras para la salud?

Estos procesos sociales y ambientales imponen una carga excesiva a las tierras
cultivables y los pastizales que son esenciales para el suministro de alimentos y agua, así
como aire de buena calidad. La degradación de las tierras y la desertificación pueden
afectar a la salud humana por vías complejas.
A medida que las tierras se empobrecen y los desiertos se expanden en algunos lugares,
la producción de alimentos disminuye, las fuentes de agua se secan y los grupos
humanos se ven obligados a desplazarse a zonas más hospitalarias. Estas son las
posibles repercusiones de la desertificación:
 mayores amenazas de desnutrición por la mengua del suministro de alimentos y
agua;
 aumento de las enfermedades transmitidas por el agua o por los alimentos como
consecuencia de la mala higiene y la falta de agua limpia;
 enfermedades respiratorias causadas por el polvo atmosférico generado por la
erosión eólica y otros contaminantes atmosféricos;
 propagación de enfermedades infecciosas cuando los grupos humanos emigran.

La urbanización puede traer beneficios y a la vez perjuicios para la sociedad entera que
habita en este planeta.

La urbanización es el cambio de una sociedad rural a una urbana, que genera una mayor
concentración de personas en los pueblos y ciudades. Este proceso regularmente ocurre
cuando una nación está aún en desarrollo. La tendencia hacia la urbanización es un
fenómeno mundial. La principal causa de la urbanización global son las nuevas
oportunidades económicas que ofrece a las personas y gobiernos; sin embargo, tiene
efectos positivos y negativos en la sociedad.

Causas económicas

Los trabajadores se mudan a los centros urbanos para encontrar mejores oportunidades
económicas. La revolución industrial y el cambio subsecuente de los trabajos de agricultura
a los trabajos de fábrica hicieron beneficioso que las compañías instalaran sus fábricas en
ciudades grandes con muchos trabajadores locales. Frecuentemente existe una falta de
recursos en las áreas rurales, como tecnología médica, lo que hace que más personas vayan
a las ciudades. En los países en desarrollo, como los que se encuentran en África, el
incremento en la población natural y la migración han sido grandes factores para la
urbanización. Las personas son llevadas lejos de la pobreza rural y entran a las áreas
urbanas a medida que tienen menor capacidad de cuidar a sus crecientes familias, ya que las
ciudades ofrecen empleo, alimentos, refugio y educación.

Efectos sociales negativos

La urbanización tiene muchos efectos


adversos en la estructura de la sociedad
como, por ejemplo, las gigantescas
concentraciones de personas que
compiten por recursos limitados. La
construcción de hogares rápidos
conduce a la sobrepoblación y al
surgimiento de barrios pobres, que
experimentan problemas principales
como pobreza, sanidad deficiente,
desempleo y tasas criminales altas.
Adicionalmente, son afectados los recursos naturales importantes, como el suministro de
agua, lo que conduce a precios más altos y problemas de sostenibilidad ambiental general.

Efectos psicológicos negativos.


La urbanización hace que las personas sean dependientes de otros para sus necesidades
básicas, ya que, por ejemplo, los que
viven en una urbe deben confiar en las
tierras rurales para la producción
agrícola, porque los residentes de la ciudad no tienen suficiente tierra para cultivar su
propia comida. También sufren de degradación psicológica proveniente de la dependencia a
otras personas para cumplir las actividades de la vida diaria, desde el transporte y la
educación hasta el entretenimiento. Escribiendo en el «Anatolian Journal of Psychiatry» en
2008, M. Tayfun Turan y Asli Besirli encontraron que los problemas asociados con las
sociedades urbanas, el tráfico de problemas y la ansiedad general sobre el futuro
contribuyen a incrementar los desórdenes de la salud mental.

Efectos positivos.
La urbanización ofrece oportunidades económicas reales a las personas que de otra forma
estarían destinadas a
subsistir sin esperanza
de una mejora
económica. Existe un
crecimiento general en
las oportunidades
comerciales con la
urbanización, lo que da
como resultado más
beneficios y más
empleos. A medida que
la economía aumenta,
toda la sociedad se
beneficia de las mejoras internas, ya sea a través de una base de impuestos más rica o de la
competencia entre organizaciones privadas. Otro beneficio de la urbanización es que el
agrupamiento ajustado de las personas permite la integración social y cultural en un nivel
no disponible para las poblaciones extendidas en las áreas rurales.
La adaptación en los asentamientos humanos
La adaptación al cambio climático en los asentamientos humanos es crucial para que el
desarrollo humano no se vea en peligro y para que la población mundial, cada vez
mayor, tenga la
oportunidad de
prosperar allá donde
viva. El presente
informe, en el que se
presentan
conclusiones clave,
buenas prácticas y
lecciones aprendidas
sobre la adaptación
en los asentamientos
humanos, se basa en comunicaciones de las Partes y organizaciones y en conocimientos
especializados fruto de las investigaciones y experiencias más recientes. Asimismo, en el
informe se proporcionan ejemplos, orientación y herramientas en relación con la
participación coordinada a escala local de los gobiernos nacionales y subnacionales para
fomentar la resiliencia al clima en colaboración con las comunidades, las organizaciones
de la sociedad civil, los centros de investigación y el sector privado.

Sinopsis
1. Evaluación de la sensibilidad y la vulnerabilidad al cambio climático
 El cambio climático está exacerbando la vulnerabilidad de los asentamientos
humanos a los peligros naturales y antropogénicos en todo el mundo,
especialmente en los países en desarrollo, las regiones de deltas fluviales y las
zonas costeras y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).

 La vulnerabilidad depende de la sensibilidad de la población a los efectos del


clima y de su capacidad de adaptación. La vulnerabilidad varía de un grupo a
otro (es elevada, por ejemplo, entre los niños pequeños, las personas de edad, los
heridos, las personas con discapacidad y los grupos marginados) y según la
ubicación geográfica, ya sea a escala mundial, regional o, incluso, entre
asentamientos individuales.

 En las evaluaciones de los asentamientos humanos deben tenerse en cuenta los


factores de tipo económico, social, ambiental, político y cultural específicos del
lugar que inciden en la vulnerabilidad. Deben recopilarse a nivel local datos
sobre vulnerabilidad desglosados por género para determinar y abordar mejor las
causas fundamentales de la vulnerabilidad diferenciada por género.

 Los gobiernos nacionales y locales tienen a su disposición un gran número de


conjuntos de instrumentos para la evaluación de la vulnerabilidad y la
planificación de la adaptación, que abarcan desde ciudades hasta pueblos y
asentamientos informales. Algunos de esos conjuntos de instrumentos van
destinados a quienes carecen de recursos o experiencia en planificación de la
adaptación.

 La evaluación inclusiva y los procesos de planificación participativos pueden


fomentar la implicación a nivel local y facilitar la formulación y la aplicación de
medidas de adaptación. En los procesos de planificación de la adaptación a nivel
local deben intervenir las mujeres y los residentes de los asentamientos
informales, junto con organizaciones de la sociedad civil, investigadores y el
sector privado. Para dar solidez a la planificación de la adaptación deben tenerse
en cuenta los conocimientos indígenas y tradicionales, así como los
conocimientos científicos convencionales.
2. Integración de consideraciones a corto y largo plazo relacionadas con el clima en la
planificación de la adaptación

 La integración de consideraciones a corto y largo plazo relacionadas con el clima


en la planificación de la adaptación puede contribuir a evitar la mal adaptación,
minimizar las pérdidas y los daños relacionados con el clima y desarrollar la
capacidad de adaptación a largo plazo.

 La adopción de una perspectiva a largo plazo de la adaptación debe incluir la


elaboración de planes de uso de la tierra para gestionar la expansión geográfica
de las actividades humanas. Los recursos naturales y ecosistemas tales como los
humedales y los bosques pueden actuar como amortiguadores ante fenómenos
meteorológicos extremos y deben conservarse. Los enfoques para una
planificación integrada a nivel regional contribuyen a evitar que la adaptación de
las ciudades aumente accidentalmente la vulnerabilidad de los asentamientos
vecinos. La inquietud por la seguridad alimentaria puede llevar a la promoción de
la agricultura en las zonas urbanas y periurbanas, contribuyendo así a fomentar la
creación de ciudades más verdes y la planificación de la adaptación.

 La adaptación basada en los ecosistemas brinda una solución. Tiene un objetivo a


largo plazo, comporta numerosos beneficios secundarios y puede combinarse con
soluciones basadas en la ingeniería. No obstante, la integración de
consideraciones a largo plazo en la planificación requiere una reflexión que
trasciende a las soluciones de infraestructura y exige que se centre la atención en
los cambios sistémicos, incluidos los de las conductas individuales, comunitarias
y organizativas.

 La adaptación debe ser un proceso dinámico, abierto e iterativo. La visualización


anticipada de una serie de medidas de adaptación puede resultar útil para ofrecer
a los encargados de la adopción de decisiones nuevas opciones a medida que
cambian las circunstancias.
 El reasentamiento de las comunidades solo debe considerarse en última instancia;
se necesitan salvaguardias suficientes para asegurarse de que la vulnerabilidad de
las poblaciones desplazadas no aumente de ningún otro modo. En cambio, la
planificación para mejorar los asentamientos informales puede ofrecer una
respuesta eficiente ante los efectos actuales y futuros de los fenómenos extremos
y de evolución lenta.

3. El papel de los gobiernos nacionales para apoyar la adaptación a nivel local

 Los gobiernos nacionales deben poner de relieve los asentamientos humanos en


las estrategias nacionales de adaptación, incluidos los planes nacionales de
adaptación (PNAD), vincular la planificación de la adaptación a nivel nacional y
local, y apoyar el papel de las administraciones locales en la planificación y
aplicación de medidas de adaptación en los asentamientos humanos.

 Los gobiernos nacionales tienen la responsabilidad de crear un entorno de


políticas, jurídico y reglamentario propicio para que los gobiernos subnacionales
cuenten con el mandato y los recursos necesarios para elaborar y aplicar planes
de adaptación. Para ello quizá sea necesario delegar las competencias pertinentes,
entre otros medios a través de una descentralización efectiva, y velar por que las
administraciones locales tengan capacidad suficiente.

 Para dotar a los gobiernos subnacionales de recursos financieros se requieren


transferencias fiscales fiables y suficientes, y las autoridades locales deben tener
potestad para recaudar impuestos, tasas o gravámenes y/o la posibilidad de
desarrollar mecanismos de financiación innovadores. La adaptación de los
asentamientos humanos requiere un apoyo internacional de carácter técnico y
financiero más amplio y accesible, en particular para los gobiernos
subnacionales.

 Los gobiernos nacionales desempeñan un papel fundamental para apoyar la


producción de datos fiables, así como la educación, el fomento de la capacidad y
la investigación. Un respaldo a las universidades y centros de investigación
locales puede facilitar la labor de los “mediadores” (es decir, los centros de
investigación o los grupos integrados por múltiples interesados) que proporcionan
información útil y asistencia sobre la adaptación y la resiliencia a los encargados
de la formulación de políticas y la toma de decisiones.

 Los gobiernos nacionales deben apoyar la integración estratégica de las políticas


y medidas de adaptación en todos los niveles de gobernanza. Esa gobernanza en
múltiples niveles debe incluir a los gobiernos nacionales y subnacionales, así
como a las comunidades locales, y comprender responsabilidades claramente
definidas para los actores en todos los niveles.

4. Asociaciones entre ciudades

Las asociaciones entre ciudades, incluidas las que se llevan a cabo a través de
redes de ciudades, han ayudado a los asociados a comprender mejor los riesgos
climáticos y los métodos de adaptación y pueden acelerar el ritmo de innovación
y aplicación. Por lo general, mediante las redes de ciudades se trata de conectar
centros urbanos que afrontan circunstancias o riesgos similares para que puedan
beneficiarse de un proceso de “aprendizaje compartido”.

Existen numerosas redes de administraciones locales y redes de múltiples


interesados centradas principalmente en la resiliencia urbana, así como redes
sectoriales que facilitan la orientación o el apoyo entre pares en aspectos tales
como la seguridad alimentaria y el suministro de agua. No obstante, se necesitan
más redes de ciudades Sur-Sur.

Entre los desafíos asociados al mantenimiento de las asociaciones entre ciudades


existen:

1) problemas de capacidad (personal muy escaso y elevada rotación).

2) falta de conexión entre los ámbitos político y técnico (no hay sintonía entre los
ciclos políticos y las necesidades de quienes participan en asociaciones de
colaboración técnica).
3) no se ha hecho suficiente hincapié en la vigilancia y la evaluación.

5. Siguientes medidas conjuntas con los asociados

 En el diálogo técnico y el 11º Foro de Funcionarios de Enlace del programa de


trabajo de Nairobi sobre los efectos, la vulnerabilidad y la adaptación al cambio
climático, ambos dedicados a los asentamientos humanos y la adaptación, se
señalaron diversas medidas de respuesta.

 El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-


Hábitat) manifestó interés por coordinarse con organizaciones y expertos
pertinentes para la elaboración de materiales complementarios de orientación con
objeto de fortalecer el examen de los asentamientos humanos en los procesos de
planificación nacional para la adaptación y la aplicación. ICLEI – Local
Governments for Sustainability expresó su interés por apoyar el desarrollo de
nuevas asociaciones Sur-Sur entre ciudades aprovechando las iniciativas
existentes y por prestar más apoyo a la vigilancia y evaluación de las medidas de
adaptación a nivel local.

 Se invitó a los gobiernos nacionales y a la comunidad internacional a apoyar las


actividades encaminadas a reforzar la capacidad de funcionarios públicos e
investigadores y a facilitar el acceso de los gobiernos subnacionales y otros
actores locales pertinentes a la financiación para la adaptación.

 Se invitó a la secretaría a que señalara las necesidades específicas en materia de


conocimientos de los responsables de la adopción de decisiones en el ámbito
nacional y subnacional, así como de los encargados de la formulación de planes
de adaptación (incluidos los PNAD), para ayudar a alinear la oferta con la
demanda de conocimientos sobre la adaptación en asentamientos humanos, en el
contexto del programa de trabajo de Nairobi.
Procesos de urbanización

Se llama proceso de urbanización al hecho de que un porcentaje cada vez mayor de


población resida en ciudades, mientras que se reduce el que lo hace en el mundo rural.
Actualmente casi la mitad (47,5%) de la población mundial vive en ciudades.

La población mundial manifiesta una tendencia creciente a vivir en ciudades, reduciéndose


el porcentaje de la que lo hace en el medio rural. Esta circunstancia se da tanto en el
mundo desarrollado como en el subdesarrollado. Las regiones con mayor población
urbana son América del norte (80,7%) y del sur (81,6%), Europa (72,2%) y Oceanía
(70,8%); y las que tienen un porcentaje menor son el África subsahariana (35,2%) y Asia,
excluyendo Oriente Medio (38%), aunque también es cierto que las zonas que en la
actualidad tienen un menor porcentaje de población urbana son las que presentan un
crecimiento mayor de este tipo de población; mientras que las zonas que tienen un
porcentaje mayor presentan cifras de crecimiento mucho más reducidas.

Fases del proceso de urbanización.

En general, puede decirse que el proceso de urbanización presenta tres grandes fases:

1. Una fase inicial de fuerte crecimiento, en la que una zona, una región o un país
dejan de ser considerados rurales y pasan a serlo urbanos. Las causas de este fuerte
desarrollo urbano son dos:
La existencia de una potente corriente migratoria que lleva población del
campo a la ciudad. Esta población es adulta joven y busca mejores
condiciones de vida.
La acumulación de población joven (en edad de tener hijos) en las
ciudades, como resultado de la emigración del campo a la ciudad, hace
que su crecimiento natural sea mayor; mientras que el mundo rural
envejece (quedan los más mayores, los que no tienen edad para emigrar) y
tiene tasas de crecimiento menores o, incluso, negativas. 

2. Una larga fase posterior en la que las ciudades siguen creciendo, pero de forma
más lenta. En esta fase la corriente migratoria desde el mundo rural se suaviza y, a la
vez, el porcentaje de población joven, en edad de tener hijos, de la ciudad tiende a
estabilizarse.
3. Una fase reciente en la que las grandes ciudades dejan de crecer, haciéndolo las
localidades más pequeñas que se encuentran en la zona rural próxima y bien
comunicada con la gran ciudad. En esta fase las corrientes migratorias cambian: 

Sigue saliendo lentamente población desde una gran parte del mundo rural
hacia el urbano, pero ahora lo hace hacia ciudades de tamaño medio o
pequeño.
Comienza a salir población desde las grandes ciudades hacia las zonas
rurales que se encuentran próximas a ellas, donde la población joven
encuentra residencia precios más razonables o donde se ofrecen puestos
de trabajo de fábricas, almacenes, etc. cuyas sedes empresariales se
encuentran en las ciudades, pero cuyas factorías, fábricas, naves de
almacenaje, talleres, etc. se alojan en ese mundo rural. 

La mayor parte del mundo desarrollado ya ha pasado por la primera y segunda fase,
mientras que el mundo en desarrollo se encuentra en la primera o segunda, y el
subdesarrollado, especialmente las zonas más pobres de Asia o del África subsahariana se
encuentran en la primera.
Las

causas del proceso de urbanización.

En cuanto a las causas de este proceso de urbanización, también podemos hablar de


diferencias entre el mundo desarrollado y el que no lo está.

 Países desarrollados.

En las regiones y países desarrollados o que están alcanzando este nivel (los que hoy
llamamos países emergentes) la fase inicial de fuerte crecimiento de la población urbana se
debió a la aparición en las ciudades de:

 Nuevos empleos vinculados con el desarrollo industrial y el de los


servicios (transportes, comercio, etc.), mientras que la utilización de máquinas y
otras tecnologías en las tareas agrarias hacía innecesaria a mucha población rural.
 Un nivel de renta mayor que en el mundo rural.
 Una oferta de servicios (sanitarios, educativos, comerciales, de ocio, etc.) muy
superior a la existente en el mundo rural, que hace que la calidad de vida en las
ciudades aparezca como algo mucho más atractivo.
El progresivo vaciado de población del mundo rural y la llegada de servicios al mismo
fueron poco a poco debilitando este proceso. En la actualidad, las causas de los
movimientos de población en los países desarrollados o que están alcanzando este nivel han
cambiado gran parte del mundo rural sigue presentando un nivel de rentas y una oferta de
servicios menores que el urbano, pero las grandes ciudades ya no resultan
atractivas para la población por:

 Sus elevados precios del suelo y de la vivienda.


 Los problemas asociados a la aglomeración de población y actividades en las
grandes ciudades: problemas de tráfico, pérdidas de tiempo, problemas en la calidad
de vida, proximidad a actividades molestas, etc.
 El mundo rural, mucho más próximo a la Naturaleza y menos congestionado, ofrece
una imagen de mayor calidad de vida.
 Las redes de transporte (carreteras de alta capacidad, ferrocarriles de cercanías,
redes de autobuses, etc.) y la difusión del automóvil privado permiten la realización,
en poco tiempo y con bajos costes, de movimientos diarios entre las localidades
próximas y las grandes ciudades de población que va de su lugar de residencia a su
trabajo, a su lugar de estudios, de compras o a obtener algún servicio (estudiar, ir al
médico, etc.)

 Países subdesarrollados
 
Las fuertes corrientes migratorias que llevan población desde el mundo rural a las ciudades
no obedecen, la mayor parte de las veces a estas causas. La población sale de sus lugares
tradicionales de residencia en el mundo rural expulsada por la miseria. La mayor parte de
la población de las grandes ciudades de los países subdesarrollados, o en fases iniciales de
desarrollo, albergan a importantes porcentajes de población que viven en unas condiciones
miserables, dedicadas a la mendicidad o a subempleos miserablemente pagados, en unas
condiciones de acceso a los servicios básicos (agua potable, calidad de la residencia, etc.)
incluso inferiores de las que tendría en su localidad rural de procedencia. Las causas de esta
expulsión del mundo rural tienen que ver con tres causas básicas:
 Desastres naturales (sequías, inundaciones, tornados, etc.) o con origen humano
(guerras, etc.) que arruinan completamente a las familias.
 El crecimiento demográfico asociado al mantenimiento de una alta Tasa Bruta de
Natalidad y al descenso de la de Mortalidad hacen que el mundo rural de los países
atrasados económicamente no ofrezca empleo y rentas para esas nuevas y crecientes
generaciones.
 El desarrollo de la globalización ha ocasionado la entrada en crisis de las
actividades agrarias (agricultura y ganadería) tradicionales, que producen menos
y a unos precios más altos que aquellas que utilizan las tecnologías importadas de los
países desarrollados y que se orientan a ese mercado mundial en el que se fijan los
precios. Además, los países desarrollados siguen manteniendo un altísimo nivel de
subvenciones en sus actividades agrarias, de tal forma que los precios de sus
producciones compiten de forma desleal con las de los países subdesarrollados.

Las

funciones urbanas en los países menos desarrollados

Tradicionalmente se ha asociado al mundo rural con las actividades agrarias y al urbano


con las de los sectores secundario y terciario. Esto ha sido válido para las ciudades de las
regiones desarrolladas hasta los años setenta del siglo XX.
En los países del llamado Tercer Mundo, que se encuentran lejos o muy lejos de un cierto
nivel de industrialización, las ciudades acogen a un importante porcentaje de población que
se dedica a actividades agrarias, destinadas a abastecer a la población de la propia ciudad o
a la venta para un mercado más amplio (nacional o internacional). El escasísimo desarrollo
industrial da trabajo a un reducidísimo grupo de sus habitantes y lo que diferencia
funcionalmente a estas ciudades de las localidades rurales es la existencia de otro
porcentaje importante de población que se dedica al sector terciario, y que podemos
clasificar en dos grupos:

 Aquellos que ejercen profesiones reguladas, como comerciantes, funcionarios,


trabajadores y empresarios de la hostelería, los transportes, etc. y que dependen de
la doble función que ejercen las ciudades en estos países:
o Organizan y administran un territorio rural (son la sede del gobierno
provincial, tienen la estación de autobuses que conecta a los diferentes
pueblos, tiene el mercadillo provincial, etc.)
o Se relacionan con otras ciudades para formar la red administrativa nacional
y el mercado nacional que articula la economía del país.
 Aquellos que ejercen profesiones irregulares, como servicios personales a tiempo
parcial (recaderos, trabajos ocasionales, etc.), servicios domésticos con
dependencias personales (a cambio de educación, de comida, de tutela, etc.), o
como la mendicidad. Este grupo acoge a todos aquellos que acuden a la ciudad
expulsados del mundo rural por la miseria, pero que no han encontrado trabajo y no
pueden volver a sus localidades de origen.

El resultado de esta funcionalidad es la existencia de extensísimas barriadas de las


llamadas infraviviendas, chabolas o autoconstrucciones, en las que se hacinan millones
de personas sin servicios ni infraestructuras alguna (carecen de agua corriente en las casas,
de calles asfaltadas, de servicios de recogida de basuras, de alcantarillado, de red de
telefonía, de servicios médicos, etc.), en viviendas que ellos mismos han construido con
materiales de desecho, formando barrios surgidos espontáneamente, sin planificación
alguna (no se han trazado calles previamente, ni avenidas, ni aceras para los peatones?).
Estas barriadas se denominan favelas en Brasil, slum en la India, ciudad perdida en
Méjico, etc.

Niveles y tendencias de la urbanización


A nivel mundial, actualmente, más personas viven en zonas urbanas que en zonas rurales.
Por primera vez en la historia, la población urbana mundial superó a la población rural
mundial en 2007; a partir de entonces, la población del mundo tiende a permanecer
predominantemente urbana. El proceso de urbanización global ha avanzado rápidamente
durante las últimas seis décadas.
En 1951, el 79 % de las personas en todo el mundo vivía en asentamientos rurales y el 21 %
en los asentamientos urbanos. En 1967, la mitad de la población mundial era urbana. En
2014, el 54 % de la población mundial era urbana. Todo parece indicar que la urbanización
global continuará, por lo que, en 2050, el mundo será un tercio rural (34 %) y dos tercios
urbano (66 %), más o menos a la inversa de la distribución de la población rural-urbana de
mediados del siglo XX.
El número de países que se consideran altamente urbanizados ha aumentado en las últimas
décadas y se prevé que seguirá aumentando en las próximas. De entre 233 países o áreas
más de la mitad de su población urbana y un tercio de los países considerados tenía más del
75 % de su población urbana. Una proyección de la ONU señala que en 2050 más del 80 %
de los países tendrá al menos la mitad de su población urbana; y, poco menos del 50 %
tendrá al menos el 75 % de su población urbana.

Ventajas de la urbanización

Las ventajas se centran en los beneficios que trae la urbanización a los individuos.
En cuanto a la relación con los individuos citan que los ingresos tienden a ser más altos en
las ciudades que en las áreas rurales;5 la calidad de vida es mejor pues los gobiernos pueden
aplicar eficientemente programas en gran escala en áreas como comunicaciones, transporte,
agua potable, sanidad y tratamiento de residuos.
También se hace mención a sus consecuencias positivas a la economía pues la ciudad atrae
negocios y empleos, que a la vez incrementa la productividad; es posible el comercio
intraindustrial debido a la especialización del trabajo; las empresas urbanas pueden
aprender de otras de las misma industria o de sus proveedores; estar cerca de sus clientes
les permite responder mejor a la demanda cambiante; las cercanía de las empresas con sus
clientes y proveedores combinado con medios de transportes baratos reducen los costos de
transacción; las ciudades incuban las ideas y las tecnologías que aceleran el progreso
económico.
En cuanto a los efectos en relación a las áreas rurales: las personas que migran a la ciudad
mandan remesas para las familias de áreas rurales; debido a menor mano de obra que
quedan en el campo, los sueldos pueden aumentar allá; se tiende a disminuir la tasa de
pobreza en las zonas rurales, aunque esto acaece debido a que los pobres se trasladan a las
ciudades aumentando la pobreza urbana.
Empero, no hay ninguna evidencia de que eleven el PBI per cápita, aunque si existe una
positiva pero débil correlación.

Desventajas de la urbanización

Bombay es la ciudad más poblada de la India, y la cuarta ciudad más poblada del mundo,
con una población total en el área metropolitana de aproximadamente 20 millones de
habitantes.

Los que están en contra citan a su vez el impacto en el ambiente y la calidad de vida: la
contaminación en las ciudades es mayor debido al tráfico, la congestión de vehículos y la
recolección deficiente de residuos; las ciudades muchas veces exceden la capacidad natural
de absorber los desechos lo que perjudica la salud; las ciudades demandan tierra, agua y
recursos naturales que son desproporcionadamente altos que la superficie que ocupan
debido a los altos ingresos y consumos y al gran tamaño de la población.

También citan efectos sobre la pobreza, pues la urbanización está vinculada con el aumento
de la pobreza urbana; la gran desigualdad en las ciudades; los pobres viven en
asentamientos informales hacinados y en malas condiciones debido a que los costos de
vivienda son elevados y además en estos lugares existen problemas relacionados a la salud,
a la malnutrición, la mortalidad infantil, la escolaridad primaria. Por último; los
asentamientos informales son más vulnerables a catástrofes y a la contaminación. En
cuanto a la relación negativa con las zonas rurales es que la emigración a gran escala tiende
a causar un deterioro a largo plazo de la infraestructura física y humana.5

En cuanto a los problemas sociales, se menciona existe mucha delincuencia debido a la


gran cantidad de jóvenes y las menores oportunidades de empleo; debido a la fuerte
concentración ciudadana se genera gran cantidad de conflictos.
En una encuesta de la ONU a líderes gubernamentales, sólo el 14% estuvo de acuerdo con
el índice de urbanización y con el tamaño de las ciudades, mientras que el 83% inició
medidas para frenarlas y el 3% inicio medidas para acelerar el crecimiento de sus ciudades.

Conclusión

En conclusión, lo que toda esta información nos viene a decir es que la urbanización es uno
de los mayores causantes de nuestros problemas. La urbanización masiva hace que
perdamos ecosistemas (flora y fauna) lo que hace que cada vez haya zonas menos verdes,
por lo tanto, menos oxígeno, lo que repercute directamente en nuestra vida.
Agradecimiento.

Quiero aplaudir a todos los docentes por el ingente esfuerzo y especial y singular atención a
cada uno de sus alumnos intentando en esta complicada situación compensar las
desventajas existentes y que ellos bien conocen.
Ojalá en este país sepamos valorar la importancia y la trascendencia del papel de los
maestros y de la docencia en general para la existencia de una sociedad más justa,
equitativa y comprometida con un crecimiento sostenible.

Que Dios lo siga bendiciendo y alargando su vida para que siga enseñando y asi crear
nuevos profesionales que necesita de mucha urgencia en este país.

A pesar de las dificultades hemos concluido este curso con mucha información que nos
servirá más adelante, para poner en practica lo que nos vino inculcando en cada tarea, en
cada informe, ensayo, etc.

Me despido cordialmente de usted.

¡Saludos!

También podría gustarte