Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Eliza Knight - Serie Highland Jewel 01 - Warrior in A Box PDF
Eliza Knight - Serie Highland Jewel 01 - Warrior in A Box PDF
o modifiques nada en él. Esta traducción no OFICIAL esta hecha sin ningún
Proverbio escocés.
Sinopsis
Lainie Shaw, escribe sobre viajes, es adicta al trabajo y no tiene tiempo para
los hombres. Incluso si lo tuviera, nadie podía igualar al de su imaginación. Un
hombre que le hace arder la sangre, y que el corazón le palpite con amor.
Con la compra de una antigua caja, consigue al hombre de sus sueños. Sus fantasías
más salvajes se hacen realidad, Lainie siente una atraccion intensa hacia el sensual
guerrero, un hombre del pasado.
Inverness, Escocia
Unas pantorrillas musculosas daba paso a unos muslos bien definidos y justo
por encima de la rodilla, una falda escocesa cubría lo que Lainie anhelaba tanto ver.
El ejercicio había esculpido las piernas del highlander e hizo que su corazón
casi dejara de latir. Ella quería ver lo que había debajo de esa falda, Lainie se imaginó
pasando las manos por los muslos hasta encontrar una dura polla que estaba
esperando a que ella la agarrara y la acariciara. Mirando este hermoso espécimen de
pura masculinidad sentía cosas en su cuerpo que no había sentido en mucho tiempo.
¿Quién era? lo que daría si estuviera vivo y pudiera tenerlo para ella sólo por
unos días. Lainie dejaría pronto Escocia y regresaría a su casa, tal vez comprara la
pintura y se la llevaría de recuerdo.
Aparto la mirada del cuerpo del hombre, y estudió su rostro, una mirada
sorprendente verde capturo la de ella.
Lainie se sorprendió de lo bien que la pintura se había conservado a lo largo
de cuatrocientos años. La mirada del guerrero era tan intensa, que la sintió como una
caricia alterando sus sentidos, sus rasgos cincelados estaban enmarcado por un
ondulado cabello castaño oscuro, su nariz era recta como una flecha que llevaba a la
boca más sensual que ella hubiera visto alguna vez, la curva de sus labios carnosos la
hizo estremecer.
Quienquiera que hubiera sido, con esa sonrisa habría tenido las mujeres a sus
pies, se humedeció los labios y se alejó de la pintura y se unió al grupo.
– "Ahora vamos hacia las escaleras, les mostraré donde dormían los guerreros
y donde encerraban a sus prisioneros" – el guía turístico hablaba con un fuerte acento
escocés moviendo las cejas, provocando que parte del grupo se echaran a reír.
Agitó el folleto que contenía los datos sobre el Clan MacDuff, para enfriar su
piel caliente.
–"Ahora, sí me siguen, vamos a salir del castillo y tendrán tiempo libre para
ver lo que quieran y ver, más detenidamente lo que más les haya llamado la atención.
Hay muchas casas y pequeñas tiendas para visitar, están abiertas y ustedes podrán
ver cómo vivió el clan MacDuff”.
Lainie siguió al grupo fuera del castillo, se abrocho los botones de la chaqueta
y se puso la bufanda alrededor del cuello mientras iba por un camino. El aire era
fresco, sin ser demasiado frío, simplemente era perfecto, refrescante. Aspiró el aroma
embriagador de la turba ardiendo, que se notaba más en el aire al pasar por cada una
de las casitas.
De alguna manera, se sentía más a gusto, más en paz consigo misma en ese
ambiente, ella era descendiente del clan MacRae, que limitaba por el norte con los
MacDuff.
¿Cómo habría sido vivir en la época en la que existía su clan? Casi habían
pasado 400 años desde que alguien en su familia había sido un MacRae, por lo que
su padre le había dicho.
Hacía cuatro siglos una mujer MacRae se fugó con un Shaw de las tierras
bajas. ¿Era la vida en el clan tan dura que su antepasada MacRae había sentido la
necesidad de escapar?
Su pelo de color gris era rizado y caía por su espalda, sus ojos eran oscuros y
misteriosos.
–“Ven y veras, tengo muchas y buenas baratija para que una chica tan
encantadora la luzca “.
Sin duda, era inofensiva, no creía que fuera hacerle daño, probablemente, se
estaba dejando llevar por su imaginación.
Lainie dejó que sus dedos se deslizaran por algunas cosas, hasta que llego a
un broche con un intrincado tallado que estaba metido en una caja pequeña de
joyería.
–“Esta es una caja muy especial”.–La mujer miró fijamente a Lainie. –"Está
destinada para alguien verdaderamente extraordinario."
Se dio la vuelta para irse, lo más probable es que encontraría una caja similar
en otra tienda.
–"Querida mía, es perfecta para ti”.–Lainie se quedó mirando a la mujer
boquiabierta.
–“Hay que tener mucho cuidado con un artículo tan valioso”.–La mirada de la
anciana estaba puesta en la caja.
–“Sí, tiene casi cuatrocientos años y fue tallada por el propio MacDuff “.
–“Muchacha, puedo ver en tus ojos que quieres cuidar del preciado cuadro,
con tanto cariño como lo he hecho yo."
Lainie pensó en la oferta, ella lo que realmente quería era la caja y no sólo
porque era preciosa, sí lo que la mujer decía era cierto, sería increíble tener tal objeto.
Se sentía muy atraída por la caja, las ganas de tenerla era casi abrumadora, tal
vez el deseo de tenerla tenía algo que ver con los intensos sentimientos que la
imagen del Laird MacDuff le había provocado...
La mujer fue detrás de una mesa y abrió otra caja, de donde sacó una vieja
llave con el mismo símbolo que tenía la parte superior de la caja.
–"Esta llave abrirá el cuadro para ti. Ten cuidado con lo que hay dentro, abre
solo la caja cuando estés lista... solo entonces”.–Lainie levantó una ceja y no pudo
evitar sonreír.
– "A menudo valoramos más lo que guardamos bajo llave, tú lo puede traer
siempre que quieras, para tu propio placer”
La mujer parecía creer que la antigua la caja de madera tenía poderes, Lainie
sacudió cabeza, recordándose a sí misma que sólo era una caja, cuando Lainie ya
salía de la tienda, la mujer la llamó.
–"Cuando lo que hay dentro deba irse y desaparecer, tócalo tres veces y se
ira."
–"¿Es un acertijo?”
Su parte supersticiosa le advirtió de que hiciera caso del consejo que le había
dado la mujer.
Lainie se rio de sí misma, de todos modos ¿qué podría haber dentro de una caja tan
pequeña?
****
Lainie disfrutaba del chisporroteo el fuego y del calor que la copa de Merlot
le proporcionaron.
Ya era tarde y en lugar de pasar la tarde trabajando en su artículo, estaba
tranquilamente recostada en el sofá bebiendo vino, y todavía tenía que abrir la caja.
Estaba relajada por el baño de burbujas que había tomado, y se había puesto
cómoda, una bata y unas zapatillas de seda.
No ocurrió nada, ni siquiera una brisa suave para aludir a algo paranormal.
Dentro de la caja había una tela a cuadros, que era muy familiar para Lainie.
Abrió los ojos como platos al recordar haber tenido la misma impresión
cuando había ido de excursión al Castillo MacRae unos días antes.
El trozo de tela lo podría haber puesto dentro la mujer, pero por qué un Laird
MacRae? podría haberse informado mejor sí lo quería vender como de los MacDuff.
Lainie levantó el trozo de tela escocesa, y sintió que había algo envuelto
dentro de ella, desenvolvió la tela con cuidado y vio que dentro había un broche,
puso la caja al lado de la tela escocesa y miro el broche.
Lainie quería ver mejor el bello diseño y fue a la cocina a por un paño
mojado, volvió al sofá, y con cuidado limpió la suciedad y la mugre acumulada de
años ,la plata comenzó a brillar frotó con suavidad el intrincado dibujo, admirando
el diseño antiguo .
¡Oyó un crujido!
¿Qué demonios estaba pasando? una fuerte brisa empezó a soplar delante de
ella, y el broche ya no estaba en su mano. ¿Dónde había ido a parar? ¿Tanto vino
había bebido que no recordaba donde lo había dejado?
****
Debo de haber seguir dormido, pero sí esto es un sueño está bastante bien,
solo ver a esta pequeña descarada hacia que el sueño fuera celestial, gruñó cuando el
trozo de tela se abrió y la curva cremosa de un pecho quedo al descubierto.
Lainie lo miró con recelo, pero aun así tomó la manos que le ofrecía sus
manos eran suaves y femeninas, le gustaba ese sueño, todas las mujeres de su clan
tenían las manos callosas, y ásperas.
Ella olía tan dulce, como las rosas y a vino, quería tomar un sorbo de ella,
saborearla.
–"¿Qué tengo que hacer?”– Su voz era femenina, con un extraño acento, pero
oh tan sensual.
Podía ver sus pezones duros como guijarros a través de la seda de la bata.
Su cuerpo se amoldo al suyo, la fina tela que llevaba le permitió sentir cada
curva de su cuerpo.
Ella sabía tan dulce como él se lo había imaginado, con un gruñido presionó
su boca con más fuerza contra la de ella, deslizo su lengua entre sus labios hasta el
terciopelo cálido y húmedo de su boca, sabía más dulce por dentro que por fuera.
Dio las gracias a los santos por haberse quedado dormido, pues estaba seguro
que iba a disfrutar de este sueño.
****
Lainie chupó la lengua que le metió en la boca, sus manos recorrían de arriba
abajo la musculosa espalda y luego fue más abajo, agarrando las tensas nalgas
cubiertas por la áspera tela escocesa.
Esta fantasía era tan real, no podía dejar de pensar que el hombre de la
pintura, había vuelto a la vida en sus sueños, tendría que comprar más Merlot y beber
un poco cada noche.
El sabor del dios que tenía en sus brazos era intoxicante, era pura
masculinidad, dulce y picante.
Lainie cerró los ojos de éxtasis, y gimió en su boca, sus manos estaban en
todas partes, le acaricio la espalda, las nalgas y los brazos. Sus dedos le hacían
cosquillas en su camino hasta su vientre, la carne se le puso de gallina cuando
encontró el lazo que mantenía la bata cerrada y él tiró dejándola abierta, cada
milímetro de su cuerpo estaba en llamas, pidiendo más y más de su tacto.
No podía recordar cuando fue la última vez que la pasión la envolvió con tal
intensidad, le dolía el cuerpo por satisfacer la necesidad que sentía, era algo
abrumador, su mente y su cuerpo le decía que tenía que encontrar un hombre tanto
era así, que ahora estaba teniendo esta fantasía con un hombre pintado en un cuadro
Él, los levantó como si los sopesara, sus dedos le acariciaron los duros
pezones, fue una caricia suave, como una brisa, sobre los pezones endurecidos, jamás
habría pensado que un hombre de su tamaño pudiera ser tan delicado.
Pero esto era un sueño, ¿verdad? y los sueños siempre eran de la manera que
uno quería que fueran.
Los besó suavemente, su lengua rozo su piel, su aliento acarició sus pezones
hasta que por fin se metió uno en la boca.
Le temblaban tanto las rodillas que Lainie no sabía si sería capaz de seguir de
pie.
Su cabeza cayó hacia atrás y un gemido animal brotó de sus labios cuando su
ardiente lengua acaricio los pliegues de su coño.
Lainie deslizó las manos por el oscuro y ondulado cabello, le acaricio los
hombros, sus músculos ondulaban bajo sus dedos.
Claro que esto solo era un sueño, si fuera un hombre de verdad sería
increíble...
Deslizo las manos por su cuello y le agarro la cabeza apretándola contra ella
hasta que las olas de su clímax se fueron calmando.
Él aparto su boca de la de ella, sus ojos verdes ardían con pasión mientras la
miraba fijamente.
–“Tu nombre",–exigió.
Él le dio la vuelta, froto sus musculosos muslos y su polla dura como una roca
contra ella.
Ella se echó hacia atrás, quería sentirlo más adentro, sus dedos se deslizaron
dentro y fuera.
Lainie sintió su ardiente polla en sus nalgas, y se dio cuenta que estaba
desnudo.
–“Lainie",–gimió.
Donell la sujeto del cabello con una mano, mientras con la otra bajo por su
abdomen para acariciar el clítoris.
Se retiró dejando solo la punta en su interior, Lainie podía sentir todos y cada
uno de los pliegues de su polla al deslizarse en su interior una y otra vez mientras
con sus dedos hacia presión en su clítoris con cada golpe de su polla.
Lainie cubrió sus manos con las suyas, el tacto de su cuerpo tan real, lo sentía
tan caliente, tan vivo.
Lainie movió sus caderas, apretando sus nalgas contra su cuerpo mientras él
continuaba empujando en el centro de su dolorido ser profundo y duro.
Donell se detuvo y saco la polla del interior de Lainie, girándola hacia él,
Lainie sonrió a Donell agarro su mano y le llevó al dormitorio.
Rezó por no despertar antes de que ese alucinante sexo hubiera terminado,
abrió las piernas y las puso alrededor de sus caderas.
Un fuerte gemido escapó de sus labios mientras empujaba con fuerza, sus
cuerpos se movieron al unísono, su polla larga y gruesa la llenó completamente.
Lainie agarró sus nalgas, siguiendo el vaivén de sus caderas, deslizó las
manos arriba y abajo de la espalda, él le chupo un lado del cuello, mientras gemía
en su oído enviado una espiral de placer por su columna vertebral.
Ella le imito y le acaricio el lóbulo de la oreja con la lengua y fue
recompensada cuando su boca se apoderó de la de ella una vez más.
****
Todo había sido un sueño, casi era su fantasía echa realidad, Lainie no podía
recordar un momento en que hubiera tenido un sexo tan bueno, ni en sueños, no
recordaba nunca el haber tenido un sueño tan real, ni de haberse tocado a sí misma
en un sueño .
Esa era la única explicación que se le ocurría para explicar el olor tan
embriagador que había en la habitación.
Se recostó en la almohada y sonrió, ah, Donell, era aún mejor en persona que
en la pintura.
Deseaba más que ninguna otra cosa que él fuera real, o al menos que lo fuera
durante un tiempo, empezó a sentir un hormigueo en su coño sólo de pensar en su
tórrido sueño.
–“¡Mierda! ".
–“Esto no es un sueño",–declaró.
No era una fantasía, sin duda estaba despierta, Donell se plantó justo en
frente de ella.
Ella debía de haber bebido mucho para no haber notado que un extraño, un
Highlander había entrado en su casa de campo.
–"Esto es una pesadilla en la que estoy despierto. ¿Qué magia es esta? "
Entonces Lainie cayó en la cuenta. ¡La caja! ¿Podría ser que lo hubiera
llamado, y hubiera venido desde el pasado, cuando abrió la caja?
Él la miró por un momento, la ira que había en su cara fue reemplazada por
una sonrisa muy sensual y le guiñó un ojo.
–“Ya he visto tus partes íntimas, bueno un poco en realidad, así que no hay
necesidad alguna de que te cubras".
Lainie puso los ojos en blanco, y a pesar del sofoco que sentía apretó más la
sabana contra sus pechos.
Ese hormigueo que era tan familiar ya, comenzó de nuevo, pero lo aparto de
su mente, primero tenían que resolver esto.
–"No estoy muy segura, pero creo que puede ser culpa mía, espera un
momento”.– Lainie salió de la habitación y trajo la caja.
–“Donell, compre esta caja ayer y por la noche la abrí".– dijo Lainie
entregándole la caja.
–“Esto es mío".– Abrió la caja y sacó el tartán. –“No, estos no son mis
colores, esto son los colores del MacRae".– Donell se quedó perplejo, Lainie asintió,
sin saber qué decir.
–“¡MacRae! Ese hijo de puta. Lo voy a matar ",– dijo con los dientes
apretados. –"Él ha hecho esto para vengarse de mí, cree que secuestre a su hija, lo
pagará caro".
–“Sí, una mocosa, mis hombres me dijeron que se fugó con un Lowlander y ahora
su padre pretende echarme a mí la culpa. Tengo que volver”.
–“Lainie, tengo que volver, envíame de vuelta a mi casa."– Él, parecía estar
presa del pánico.
Lainie dio un paso atrás, pensando en que podía hacer resolver la situación,
tenía que haber algo.
–“Donell, tal vez te enviaron aquí por una razón, quizás tienes que terminar
algo y luego podrás volver".– Ella se sentó a su lado.
***
Lainie pensó que jamás había visto a un hombre saltar como lo había hecho
Donell, cuando el coche pasó a su lado.
–"Pueden ser muy peligrosos",– le dijo Lainie limpiándose las lágrimas de los
ojos.
Él levantó una ceja y esta vez fue ella la que le guiñó un ojo.
Por mucho que le gustara la idea de quedarse en casa y hacer el amor durante
el resto de la eternidad, necesitaban un poco de aire fresco.
–“No, ellos no se creerían que tu fueras él, no se les pasaría ni por la mente“.
Lainie pensó que incluso si se vestía con un kilt a nadie se le ocurriría pensar que
Donell, era el Laird de MacDuff, que ha venido al futuro.
–“Tal vez debería dar media vuelta y marcharme ",– se río entre dientes.
Atraída por esos seductores ojos verdes, ella siempre estaría dispuesta a hacer
lo que le pidiera, cualquier cosa que él quisiera enseñarle, estaría más que feliz de
verlo.
–“Esto, belleza mía, es lo que quería mostrarte”.– Sus ojos brillaban de alegría
y entusiasmo, Lainie no podía dejar de ser excitado con él.
–“¿Una cueva? ¿Has estado aquí antes? ¿Cómo era posible...?”–casi 400 años
más tarde, aún pudiera localizarla.
Supuso que la tierra no había cambiado mucho, pero los jardines si debían de
haber cambiado aunque fuera un poco.
–“No sólo la conozco, he estado muchas veces aquí, estoy seguro de que
nadie ha encontrado esta cueva en todo estos años. Ven”.
Lainie no sabía por qué confiaba tanto en este extraño, aunque después de la
noche pasada y esta mañana, no era exactamente un extraño.
¿Qué extraño poder tenía sobre ella? Estaba completamente embobada. ¿Era
porque había aparecido en un momento de debilidad en el que ella le necesitaba? O
¿era porque le gustaría vivir en esa época?
En realidad, la vida en aquella época era más brutal que romántica, pero era
tan diferente que no podía imaginarla de otra manera.
–"Aquí".– Se detuvo, y su mano apretó la suya con suavidad, ahora el sol caía
a plomo sobre ellos desde una abertura que había en el techo.
Una nube de vapor salía en espiral hacia arriba del pequeño lago de agua
clara que había en el centro de la cueva, era realmente un espectáculo mágico, tenía
un aire de encanto.
La cueva y el agua tenían aspecto de no haber sido tocado por la mano del
hombre en cientos de años.
–“Sí, la primavera. Nadie más que yo conocía esta cueva, yo venía aquí a pensar.”–
Él apartó la mirada de ella.
–“Tal vez el venir aquí a un lugar que es tan importante para mí, me ayude a
volver con mí gente.”
Estaba en un lugar muy romántico con el hombre más sexy que había
conocido y no iba a dejar que se arruinara el momento con reflexiones de ningún
tipo.
Donell se puso detrás de ella, y coloco sus fuertes manos sobre sus hombros,
dándole un masaje en sus rígidos músculos, y le dio un tierno beso a un lado de su
cuello.
–“Mmm..."– Ella no podía hablar, sus manos bajaron por los hombros y
acariciaron sus pechos, pellizcando sus pezones.
–“Quiero recordarte cuando venga aquí”.– Su voz era suave, llena de deseo,
ella se volvió hacia él.
Donell le acarició las mejillas y los labios con los dedos, Lainie cerró los ojos
y contuvo el aliento abrió la boca y se metió el dedo dentro, lamió la punta de su
dedo, y paso la lengua alrededor.
–"Quiero recordar todos los momentos que pase contigo".– Su voz era ronca,
y hacia que vibrara su cuerpo de deseo. –“A partir de ahora. "
–“Déjame a mí ".
Ella deslizó la mano por la abertura del pantalón y gimió al tocar la larga y
gruesa polla que parecía rogar para que la liberarse. El pene estaba caliente y latía en
su mano, paso el pulgar por la cabeza y Donell gruñó.
Lainie puso las manos en sus caderas y le bajo los pantalones hasta los
tobillos.
Atrapado por los pantalones, ahora no podía escapar, Lainie pasó los dedos
por sus muslos, como había deseado cuando estuvo de pie delante de su retrato.
Los muslos, estaban cubiertos de suave vello rizado y piel dorada, debía de
tomar el sol sin ropa, no tenía una sola marca en su piel. Pasó los dedos por el vello
oscuro y rizado, por sus bolas y por la polla que pedía a gritos que la probaran. Y
eso fue lo que hizo probarla, se inclinó y paso la lengua por la punta y se rio cuando
le oyó que respiraba de forma entrecortada.
Él sabía tan bien e incluso olía mejor, era un aroma masculino y limpio, su
sabor era dulce y salado a la vez.
Lainie le acaricio con la lengua, una vez y otra vez más a lo largo del pene.
Con la otra mano ahuecaba sus bolas masajeándola, Lainie no creía que fuera
posible que creciera aún más pero así fue.
Sus caderas empujaron hacia adelante y luego hacia atrás, ella levantó la vista,
sus ojos verdes estaban entrecerrados.
Su coño se estremeció, sabiendo que había sido ella la que lo había encendido
de esa manera, sonrió de forma maliciosa y se lamió los labios.
Él tiró de ella y la acerco más a su cuerpo hasta que estuvo pegada a él, puso
sus labios sobre los de ella.
Saqueo su boca, y con sus manos la fue desnudando tirando la ropa al suelo,
para ser un hombre de otro siglo, Donell no tenía ninguna problema a la hora de
quitar la ropa moderna.
–“¿Es seguro bañarse aquí? Mmm..."– Su cabeza cayó hacia atrás cuando su
boca acaricio sus pechos, paso la lengua en un pezón y luego en el otro.
–“Oh, sí".– Lainie apretó más las piernas alrededor de su cintura, frotando su
sexo contra su pelvis.
Sus cuerpos encajaban perfectamente uno con el otro como, ella seguía con
sus caderas los movimientos rítmicos de Donell.
Estar en sus brazos era exquisito, era la felicidad. Lainie sabía que ningún otro
hombre podría hacer que su cuerpo ardiera de esa manera.
Donell aceleró el ritmo, dando un último empuje que la llevo a lo más alto.
– "¡Donell!”– Sus labios absorbieron sus gemidos cuando el placer atravesó
sus cuerpos como un rayo.
A medida que la fuerza de sus orgasmos se fue calmando, el beso se hizo más
tierno, Lainie se echó hacia atrás y miró a Donell a los ojos.
– "No quiero que te vayas de mi vida, esto es mucho mejor que un sueño ",–
susurró Lainie.
–“Si, dulzura.”
****
Lainie hizo girar el vino en la copa y luego tomó un pequeño sorbo, que le
calentó la garganta y el vientre.
–“Gracias, Don".
–"Ha habido muchas cosas que hacer en el clan, luchar contra los MacRae
que toma mucha energía. Y no he tenido tiempo para buscar otra esposa”.
Lainie dejó la copa de vino y se acurrucó más cerca de él, estaba tan cómoda
en sus brazos, que deseaba con toda su alma que pudiera quedarse aquí con ella...
pero ella era consciente de que cualquier tipo de relación que mantuvieran
obstaculizaría sus planes para su carrera.
Lainie frunció el ceño. Ella era de las que pensaba que no se mezclaba el
trabajo con el placer.
–"Yo trabajo mucho y por mi trabajo estoy viajando casi todo el tiempo,
nunca he querido imponer a un hombre nada de eso, sería demasiado duro.
–“A menos que tenga el suficiente dinero para vivir que no tenga que
trabajar, y así poder venir conmigo”,– dijo en tono de broma.
–“Hmm... Tus costumbres son muy diferentes a las mías, todo esto es tan
extraño para mí, el trabajo y viajar en un coche”.–Sus dedos le acariciaron
suavemente la espalda, y Lainie se estremeció con el roce tan delicado de sus dedos.
–"Lo sé".– Lainie cerró los ojos, y dejo que su cuerpo se sumergiera en el
placer del momento.
¿Por qué no había recordado las palabras de la mujer antes? Lainie se sentía
como una idiota, estaba segura que esa era la solución. Tal vez parte de su
subconsciente se negaba a recordar, necesitaba estar con Donell.
–"Cuando lo que hay dentro deba irse y desaparecer, tócalo tres veces y
desaparecerá".– Lainie inclinó la cabeza hacia un lado para darle mejor acceso.
Donell inclinó la cabeza, y rozo con su boca la de ella, paso la lengua por sus
labios, probando el vino en su boca.
Cuando se separaron los dos estaban jadeando, su pasión era tan intensa, que
se sentía embriagados el uno del otro.
Lainie deseaba hacer el amor con Donell, pero sabía que tenían que resolver
esto, posponerlo inevitable sólo haría que el dolor fuera más fuerte.
Donell debió de sentir su tristeza, cuando la miro su propio dolor estaba
reflejado en sus ojos.
Lainie se estrujó el cerebro, que lo sentía como jalea por su tacto, recordó que
estaba bebiendo vino y abrió la caja.
–"¿Mi broche? Tal vez sea eso el broche, que haya que tocarlo tres veces."
En algún momento, tendría que irse, pero ella no estaba lista todavía, y se le
llenaron los ojos de lágrimas. –“Donell, yo"
Esto no podía durar para siempre, Lainie lo sabía, ella tenía una vida en el
presente, y él tenía una vida en el pasado, además dejaría Escocia en una semana.
Ella se echó hacia atrás, y lo miro a los ojos.–" ¿Reunirnos de nuevo? ¿Qué
quieres decir? "
–"Si has podido llamarme una vez, ¿por qué no vas a poder hacerlo otra vez?”
Lainie abrió los ojos de par en par, sus palabras le trajeron recuerdos de las
profundidades de su mente...unas extrañas palabras que había dicho la mujer de la
tienda.
–“La señora de la tienda dijo lo que había en la caja, podría estar a mi alcance
cada vez que yo lo deseara " –su voz se fue apagando.
–"Un encuentro que esperare con ansia”.–Sus labios capturaron los de ella, su
lengua empujo en su boca mientras sus dedos bombeaban en su coño Lainie se
arqueó contra él, gimiendo cuando un orgasmo empezó a construirse dentro de ella.
****
De diciembre de 2008
Maryland
La nieve caía en grandes copos blancos, cubriendo los árboles y el suelo que
rodeaba la casa de Lainie.
Había pasado un mes desde que había enviado a Donell de vuelta a su tiempo,
se había refugiado en su trabajo durante ese tiempo, pero ahora estaba en las
vacaciones de Navidad y empezaba a sentirse muy sola.
Por él, ella buscaría tiempo para estar con él, ella quería que alguien que no fuera
parte de su familia y amigos estuviera orgulloso de ella, Lainie quería un hombre,
quería a Donell.
Pero, con toda la emoción por el éxito de su carrera, se sentía vacía por
dentro, Lainie bebió el vino, mirando distraídamente la película que estaba viendo,
encima de la televisión en un estante de la pared estaba la caja que se había traído de
Escocia y el cuadro de Donell.
Su mirada iba de la película a la caja, ¿no sería estupendo tener a Donell con
ella por Navidad, o tal vez un poco más? Le había dicho que le llamaría pasado un
mes, tal vez ahora era el momento.
Lainie fue a por la botella y volvió a llenar la copa, se puso las gafas y dejo la
botella sobre la mesa de café, encendió la chimenea y apagó la televisión.
Cuando volvió de nuevo a la sala, se le ocurrió que esta sería la primera vez
que Donell vería su casa, en realidad eran extraños, pero ella sentía que lo conocía
de siempre.
Dentro estaba la tela a cuadros con los colores de los MacDuff, y el broche,
Donell enfadado había cambiado los colores de los MacRae por los suyos, sin dejar
de preguntarse el por qué habían terminado allí.
Al saber qué esperar esta vez, observó con asombro como el aire a su
alrededor se convertía en niebla y fue como si el tiempo se detuviera.
Dejaran de temblar.
–“Te ruego que Donell venga a mí”.–Fascinada, vio que no tenía nada entre
las manos que había desaparecido el precioso broche.
Un familiar Swoosh! sonó en el aire, nerviosa se lamió los labios, abrió los
ojos y vio como el espeso aire se arremolinaba, parecía que había un tornado frente
a ella. El aire se volvió más y más borroso, con vivos colores, y luego el cuerpo de
Donell comenzó a tomar forma.
Apareció allí, justo delante de sus ojos, Donell era tan magnífico como ella lo
recordaba.
Él se quedó de pie, casi desnudo a excepción del kilt que llevaba alrededor
de sus caderas y sobre su hombro.
Ella apretó más su boca contra la de él, abriéndose paso entre sus carnosos
labios con la lengua.
Su boca sabía dulce como a fruta madura, y el terciopelo de su lengua casi era
más de lo que podía manejar.
Lainie se apartó de su boca para darle besos por la cara, para volver de
nuevo a sus labios.
El vino se quedó allí olvidado, lo único que quería hacer era tocarlo,
abrazarlo, besarlo.
–"Te he extrañado muchísimo. Cuando volví a casa, todo lo que podía hacer
era pensar en cuando me llamarías, he ido a la cueva todos los días, mi clan ha
estado muy preocupado por mí, porque estaba pensativo como ausente, estaba
deseando poder volver contigo”.
–"Lainie, hay algo que tenemos que hablar”.–Su mirada era seria, y su
corazón se hundió un poco.
¿Quería que ella lo enviara de vuelta? ¿Y si nunca más quería volver con
ella?
Los dedos de Donell limpiaron con suavidad las lágrimas que empezaron a
caer de sus ojos, le cogió sus manos y se las beso.
–"¿Ian?"
–"Si, Ian. Él es mi gemelo, fui nombrado Laird porque nací doce minutos
antes que él. "
–"¿Y qué pasa con tu hermano?, ¿no estará preocupado por ti? Puedes volver
una vez más, por lo menos para terminar lo que estabais hablando ¿no creerá el
MacRae que te fugaste con su hija? "
–"Mi hermano lo entiende, hemos hablado mucho de eso desde que volví. Yo
sabía desde el mismo momento en que hicimos el amor en la cueva, que tenía que
volver contigo”.
Lainie estaba encantada con sus palabras, creía en el poder de la caja que le
había traído a Donell, y sabía que no podía vivir sin tener a Donell en su vida, Lainie
puso sus brazos alrededor de él, y le abrazo con fuerza.
–"Tengo algo para ti, he estado esperando para dártelo que desde que volví a
mi tiempo”.–Él metió la mano en una bolsa que colgaba de sus caderas.
–"Me dijiste que un hombre en tu vida necesitaría mucho dinero para poder
viajar contigo”.
Lainie se le quedó mirando con los ojos muy abiertos, todavía no podía creer
lo que estaba viendo y oyendo, ¿se había creído eso? ella estaba bromeando, su
corazón se derritió, sólo de pensar en lo mucho que debía querer estar con ella.
–"Hará mucho más que ayudar por un tiempo, Donell, creo que puede
durarnos toda la vida”.
Lainie estaba mirando las piedras preciosas que tenía en la mano, y asintió
con la cabeza, quería saltar de alegría.
–"Me gustaría mucho pasar la vida contigo, Lainie”.–Sus ojos brillaban con
fuego en su interior cuando la miró.
Lainie miro el rubí que tenía en la mano, era del tamaño de una nuez, y luego
al hombre que acaba de darle un giro a su vida.
Nunca se había sentido tan amada, acariciada, o tan llena de placer por un
hombre, como lo estaba por Donell.
Viajar por todo el mundo y contar a sus lectores los secretos de los lugares
más exóticos sin Donell a su lado era impensable.
–"Sí, sí, sí",– exclamó Lainie, echándose en sus brazos y poniendo sus labios
sobre los suyos.
Lainie se sentía ligera como una pluma cuando su fuerte highlander la llevó
en brazos por las escaleras hacia su dormitorio.
Lainie pasó sus dedos por la mejilla, el mentón y cuello, y el dejo sobre su
hombro, pero antes de que pudiera contestarle, tenía la boca de él sobre la suya otra
vez.
Sus labios eran cálidos, suave, su lengua caliente y muy exigente, Lainie no
quería que el beso terminara, su boca sabía a vino dulce, y su olor era tan masculino.
Las manos de Donell estaban por todo su cuerpo, por sus brazos, su abdomen,
sus piernas.
No supo cuando el suave camisón desapareció de su cuerpo, o cuando su
falda escocesa cayó al suelo.
Deslizó sus dedos por su musculoso abdomen y agarro su dura polla, sus
dedos no abarcaban la circunferencia.
Lainie arqueó la espalda y abrió más las piernas, lo quería más profundo, y él
se metió en ella una y otra vez.
Sus movimientos eran frenético, Lainie clavó las uñas en los hombros de
Donell, y su boca ansiosa le chupo un pezón.
–"El destino me envió aquí. No hay otra razón para que nuestros cuerpos se
fundan de esta manera”.
Lainie suspiró, abrazándolo para tener más cerca de su cuerpo caliente, sus
dedos acariciaron su pecho.
–"Te amo."
Fin
Staff
Traducción
Peny More
Corrección
Lola Luna