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oportunidad de tener estos libros, ya que sin ellas no podríamos disfrutar de

estas maravillosas historias.


Warrior In A Box
By
Eliza Knight
❄"Tus pies te llevan donde tu corazón se encuentra."❄

Proverbio escocés.
Sinopsis

Lainie Shaw, escribe sobre viajes, es adicta al trabajo y no tiene tiempo para
los hombres. Incluso si lo tuviera, nadie podía igualar al de su imaginación. Un
hombre que le hace arder la sangre, y que el corazón le palpite con amor.

En cambio, cuando vio la pintura de un Higlander de las tierras altas,


mientras trabajaba en un documental sobre Inverness en Escocia, quedo seducida.

Con la compra de una antigua caja, consigue al hombre de sus sueños. Sus fantasías
más salvajes se hacen realidad, Lainie siente una atraccion intensa hacia el sensual
guerrero, un hombre del pasado.
Inverness, Escocia
Unas pantorrillas musculosas daba paso a unos muslos bien definidos y justo
por encima de la rodilla, una falda escocesa cubría lo que Lainie anhelaba tanto ver.

El ejercicio había esculpido las piernas del highlander e hizo que su corazón
casi dejara de latir. Ella quería ver lo que había debajo de esa falda, Lainie se imaginó
pasando las manos por los muslos hasta encontrar una dura polla que estaba
esperando a que ella la agarrara y la acariciara. Mirando este hermoso espécimen de
pura masculinidad sentía cosas en su cuerpo que no había sentido en mucho tiempo.

Sus pezones se endurecieron, y sentía un hormigueo en el vientre que iba


hacia su sexo, era como si el hombre de la pintura hubiera tendido la mano y
acariciara su cuerpo pasando suavemente la mano por su clítoris.

Temblando de excitación, Lainie continuó mirando asombrada la pintura del


guerrero de las tierras altas que había en el Castillo MacDuff, le miro desde la punta
de los dedos de los pies a la cabeza.

¿Quién era? lo que daría si estuviera vivo y pudiera tenerlo para ella sólo por
unos días. Lainie dejaría pronto Escocia y regresaría a su casa, tal vez comprara la
pintura y se la llevaría de recuerdo.

El guerrero tenía el pecho desnudo, apenas llevaba un trozo de tartán echado


encima del hombro, el pintor había hecho un excelente trabajo, había capturado con
su pincel todos y cada uno de sus músculo.

Lainie aflojó el pañuelo que llevaba al cuello, sentía un calor en el cuerpo


que nada tenía que ver con la calefacción del castillo, era como si unas manos
invisibles la acariciaran íntimamente.

Aparto la mirada del cuerpo del hombre, y estudió su rostro, una mirada
sorprendente verde capturo la de ella.
Lainie se sorprendió de lo bien que la pintura se había conservado a lo largo
de cuatrocientos años. La mirada del guerrero era tan intensa, que la sintió como una
caricia alterando sus sentidos, sus rasgos cincelados estaban enmarcado por un
ondulado cabello castaño oscuro, su nariz era recta como una flecha que llevaba a la
boca más sensual que ella hubiera visto alguna vez, la curva de sus labios carnosos la
hizo estremecer.

Quienquiera que hubiera sido, con esa sonrisa habría tenido las mujeres a sus
pies, se humedeció los labios y se alejó de la pintura y se unió al grupo.

– "Ahora vamos hacia las escaleras, les mostraré donde dormían los guerreros
y donde encerraban a sus prisioneros" – el guía turístico hablaba con un fuerte acento
escocés moviendo las cejas, provocando que parte del grupo se echaran a reír.

Lainie siguió a la multitud por la estrecha escalera de caracol, tratando de


ignorar el calor que sentía dentro de ella y la humedad entre sus muslos.

Agitó el folleto que contenía los datos sobre el Clan MacDuff, para enfriar su
piel caliente.

La imagen del impresionante guerrero aún persistía en su mente. ¿Cómo


diablos una pintura podía llevarla a ese estado de excitación? Debería sentir
vergüenza, pero no la sentía. El guerrero era impresionante y toco una parte de Lainie
que nunca había sido tocada, sentía necesidad de dejarse llevar.

Se mordió el labio mientras entraban en una habitación cuadrada, las paredes


estaban cubiertas con armas antiguas y unas esteras de paja cubrían el suelo.

–"Aquí es donde nuestros poderosos guerreros de las tierras altas dormían,


alineados a lo largo del suelo cubierto con esteras de paja. Y éste es...”–Lainie
desconectó el audio guía cuando empezó a describir las diversas armas que colgaban
de la pared.

Su mente la traslada en el tiempo, se imaginó a sí misma acostada en una de


las esteras de paja, con un musculoso guerrero encima. Su espesa barba le hacía
cosquillas en el oído mientras le susurraba dulces y pecaminosas palabras.
Oh, Señor. ¿Cómo iba a hacer un artículo sobre las Tierras Altas de Escocia,
sí todo en lo que podía pensar era en sexo?

–"Ahora, sí me siguen, vamos a salir del castillo y tendrán tiempo libre para
ver lo que quieran y ver, más detenidamente lo que más les haya llamado la atención.
Hay muchas casas y pequeñas tiendas para visitar, están abiertas y ustedes podrán
ver cómo vivió el clan MacDuff”.

Lainie siguió al grupo fuera del castillo, se abrocho los botones de la chaqueta
y se puso la bufanda alrededor del cuello mientras iba por un camino. El aire era
fresco, sin ser demasiado frío, simplemente era perfecto, refrescante. Aspiró el aroma
embriagador de la turba ardiendo, que se notaba más en el aire al pasar por cada una
de las casitas.

De alguna manera, se sentía más a gusto, más en paz consigo misma en ese
ambiente, ella era descendiente del clan MacRae, que limitaba por el norte con los
MacDuff.

¿Cómo habría sido vivir en la época en la que existía su clan? Casi habían
pasado 400 años desde que alguien en su familia había sido un MacRae, por lo que
su padre le había dicho.

Hacía cuatro siglos una mujer MacRae se fugó con un Shaw de las tierras
bajas. ¿Era la vida en el clan tan dura que su antepasada MacRae había sentido la
necesidad de escapar?

–“¿Quieres ver mí mercancía? "– Las palabras de la mujer saco a Lainie de


sus pensamientos, la mujer extendió los brazos e hizo una profunda reverencia.

Su pelo de color gris era rizado y caía por su espalda, sus ojos eran oscuros y
misteriosos.

–“¿Por qué? sí... ¿Qué tienes? “ – a Lainie le gustó la idea.

–“Ven y veras, tengo muchas y buenas baratija para que una chica tan
encantadora la luzca “.

A Lainie se le puso la piel de gallina, había algo raro en esta mujer.


El aire a su alrededor pareció volverse de repente más espeso, Lainie miro por
un momento a la vendedora antes de entrar en la casa. La mujer era mayor y le
recordaba a una adivina de las que leían la palma de la mano.

Sin duda, era inofensiva, no creía que fuera hacerle daño, probablemente, se
estaba dejando llevar por su imaginación.

El interior de la casa era pequeño, estaba iluminada por fuego de turba y


velas, Lainie se quitó la bufanda cuando el calor del hogar le llego al cuerpo. Las
pequeñas ventanas casi no permitían que entrara la luz del sol, y le llevo unos
segundos que sus ojos se acostumbraran a la penumbra.

Encima de la mesa, tenía las mercancías, cosas pequeñas, algunas parecían


muy antiguas mientras que otras se veían que estaban hechas recientemente.

Lainie dejó que sus dedos se deslizaran por algunas cosas, hasta que llego a
un broche con un intrincado tallado que estaba metido en una caja pequeña de
joyería.

La madera era de color caoba profundo, en la parte superior de la tapa tenia


tallado un símbolo celta muy antiguo, los mismos patrones y diseños se veían
alrededor en la parte inferior.

–“Esto es muy bonito ", – murmuró.

¡Qué recuerdo más bonito se llevaría de Escocia! Colocándolo en su tocador,


podría verlo cada mañana cuando se despertara. Le recordaría los olores y los
encantadores sitios que había visitado, serian recuerdos de su estancia en Escocia.

–“Esta es una caja muy especial”.–La mujer miró fijamente a Lainie. –"Está
destinada para alguien verdaderamente extraordinario."

¿Estaba tratando de decirle que ella no se merecía un tesoro así?

–"Ya veo”.–Lainie no pudo evitar el tono mordaz al contestar.

Se dio la vuelta para irse, lo más probable es que encontraría una caja similar
en otra tienda.
–"Querida mía, es perfecta para ti”.–Lainie se quedó mirando a la mujer
boquiabierta.

–“Hay que tener mucho cuidado con un artículo tan valioso”.–La mirada de la
anciana estaba puesta en la caja.

–"¿Es una antigüedad?”

–“Sí, tiene casi cuatrocientos años y fue tallada por el propio MacDuff “.

–"¿El MacDuff?”–¿Podría ser el mismo hombre de la pintura? se le aceleró el


corazón al pensarlo.

–“Laird MacDuff. El cuadro ha estado en mi familia durante muchas


generaciones”.

–“Ah, entonces, no puedo comprárselo. Usted debe de tener consigo un


artículo tan preciado”.

La decepción se apoderó de Lainie, probablemente el cuadro sólo era para


exhibirlo no estaba a la venta.

–“Muchacha, puedo ver en tus ojos que quieres cuidar del preciado cuadro,
con tanto cariño como lo he hecho yo."

Lainie pensó en la oferta, ella lo que realmente quería era la caja y no sólo
porque era preciosa, sí lo que la mujer decía era cierto, sería increíble tener tal objeto.

Se sentía muy atraída por la caja, las ganas de tenerla era casi abrumadora, tal
vez el deseo de tenerla tenía algo que ver con los intensos sentimientos que la
imagen del Laird MacDuff le había provocado...

–“Está bien, me lo llevo. "

Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la mujer y Lainie no pudo evitar


devolver el gesto. ¿Por qué estaba la mujer tan emocionada, porque ella iba a
comprar la cajita?

La mujer fue detrás de una mesa y abrió otra caja, de donde sacó una vieja
llave con el mismo símbolo que tenía la parte superior de la caja.
–"Esta llave abrirá el cuadro para ti. Ten cuidado con lo que hay dentro, abre
solo la caja cuando estés lista... solo entonces”.–Lainie levantó una ceja y no pudo
evitar sonreír.

–“Tendré cuidado”.– le prometió Lainie

– "A menudo valoramos más lo que guardamos bajo llave, tú lo puede traer
siempre que quieras, para tu propio placer”

– “Sí, gracias”.–Qué mujer más extraña. Lainie sonrió, y metió la caja en su


bolso.

La mujer parecía creer que la antigua la caja de madera tenía poderes, Lainie
sacudió cabeza, recordándose a sí misma que sólo era una caja, cuando Lainie ya
salía de la tienda, la mujer la llamó.

–"Cuando lo que hay dentro deba irse y desaparecer, tócalo tres veces y se
ira."

–"¿Es un acertijo?”

–“Sí, supongo si, esto ha sido transmitido de generación en generación a


quien esté en posesión de la caja, aunque nadie ha sido capaz de resolver el enigma,
quizás tú seas la primera”.–Dijo la vieja guiñándole un ojo.

A pesar del comportamiento extraño de la mujer, Lainie quería correr para


llegar a la casa que había alquilado en las tierras MacDuff, quería saber que era lo
que había dentro.

Su parte supersticiosa le advirtió de que hiciera caso del consejo que le había
dado la mujer.

Lainie se rio de sí misma, de todos modos ¿qué podría haber dentro de una caja tan
pequeña?

****

Lainie disfrutaba del chisporroteo el fuego y del calor que la copa de Merlot
le proporcionaron.
Ya era tarde y en lugar de pasar la tarde trabajando en su artículo, estaba
tranquilamente recostada en el sofá bebiendo vino, y todavía tenía que abrir la caja.

Estaba relajada por el baño de burbujas que había tomado, y se había puesto
cómoda, una bata y unas zapatillas de seda.

Se acurrucó en el cómodo sofá que había en la sala de la pequeña cabaña,


Lainie se alegró de que sus hermanas declinaran su oferta de venir con ella a
Escocia, las quería mucho pero necesitaba un tiempo lejos de su entrometida familia.

Se habían sentido decepcionados, porque había ante puesto el trabajo a la


familia, con la cantidad de trabajo que tenía, sería todo trabajo, nada de diversión esa
había sido la explicación que les había dado, dio un sorbo al vino, y cogió la llave
antigua, sí abría la caja y no había nada en su interior, se sentiría muy decepcionada.

Sacudiendo la cabeza, Lainie dejó la copa de vino y cogió la caja, el fresco de


la madera fue un alivio para sus ardientes dedos, Lainie metió la llave en la
cerradura y la giro.

El chasquido de la cerradura no sonaba demasiado misterioso, poco a poco se


abrió la caja y esperó.

No ocurrió nada, ni siquiera una brisa suave para aludir a algo paranormal.

–“Anciana Tonta”,– murmuró Lainie con una sonrisa.

La vendedora era buena en su trabajo y apostaba que la anciana había


vendido un millón de cajas como ésta, todos los años contaría la misma historia.

Dentro de la caja había una tela a cuadros, que era muy familiar para Lainie.

Abrió los ojos como platos al recordar haber tenido la misma impresión
cuando había ido de excursión al Castillo MacRae unos días antes.

El trozo de tela lo podría haber puesto dentro la mujer, pero por qué un Laird
MacRae? podría haberse informado mejor sí lo quería vender como de los MacDuff.
Lainie levantó el trozo de tela escocesa, y sintió que había algo envuelto
dentro de ella, desenvolvió la tela con cuidado y vio que dentro había un broche,
puso la caja al lado de la tela escocesa y miro el broche.

Estaba hecho de un tipo de metal que Lainie no supo identificar, el diseño de


símbolos era celtas y estaba sucio.

Lainie quería ver mejor el bello diseño y fue a la cocina a por un paño
mojado, volvió al sofá, y con cuidado limpió la suciedad y la mugre acumulada de
años ,la plata comenzó a brillar frotó con suavidad el intrincado dibujo, admirando
el diseño antiguo .

¡Oyó un crujido!

¿Qué demonios estaba pasando? una fuerte brisa empezó a soplar delante de
ella, y el broche ya no estaba en su mano. ¿Dónde había ido a parar? ¿Tanto vino
había bebido que no recordaba donde lo había dejado?

****

El Laird Donell MacDuff se quedó mirando a la mujer que estaba en el suelo


con solo un trozo de tela suave cubriéndole el cuerpo, tenía la boca y los ojos muy
abiertos con sorpresa e incredulidad.

Debo de haber seguir dormido, pero sí esto es un sueño está bastante bien,
solo ver a esta pequeña descarada hacia que el sueño fuera celestial, gruñó cuando el
trozo de tela se abrió y la curva cremosa de un pecho quedo al descubierto.

La mujer de su sueño le miró, sus ojos eran de un verde brillante, y gritaba


como una verdulera.

–“No tengas miedo, muchacha”.– Se acercó a ella y extendió sus manos.

Lainie lo miró con recelo, pero aun así tomó la manos que le ofrecía sus
manos eran suaves y femeninas, le gustaba ese sueño, todas las mujeres de su clan
tenían las manos callosas, y ásperas.

– "¿Quién... quién es usted?”– Preguntó ella con timidez, mordiéndose los


labios. Su piel brillaba, y su fino cabello le caía sobre la cara.
La sujetó de la cintura apreciando las curvas del cuerpo femenino,
presionándola contra su cuerpo.

– "Tú sabes quién soy”,–le dijo y la acerco más a su cuerpo.

Ella olía tan dulce, como las rosas y a vino, quería tomar un sorbo de ella,
saborearla.

–"¿Qué tengo que hacer?”– Su voz era femenina, con un extraño acento, pero
oh tan sensual.

Podía ver sus pezones duros como guijarros a través de la seda de la bata.

–“Estas aquí en mi sueño, me tienes que conocer”.–Una luz de entendimiento


brillo en sus ojos al oír sus palabras y comprenderlas.

–"Un sueño. Sí eso es.”

–"Ven a mí, deja que te pruebe”,–susurró, acercándola más hacia sí.

Su cuerpo se amoldo al suyo, la fina tela que llevaba le permitió sentir cada
curva de su cuerpo.

Debió de haber olvidado desnudarse antes de quedarse dormido, Donell se


inclinó y saboreó la exquisita boca de esta hada.

Ella sabía tan dulce como él se lo había imaginado, con un gruñido presionó
su boca con más fuerza contra la de ella, deslizo su lengua entre sus labios hasta el
terciopelo cálido y húmedo de su boca, sabía más dulce por dentro que por fuera.

Su cuerpo reaccionó violentamente a la pasión del beso y al roce de su cuerpo


contra el suyo.

Dio las gracias a los santos por haberse quedado dormido, pues estaba seguro
que iba a disfrutar de este sueño.

****

Lainie chupó la lengua que le metió en la boca, sus manos recorrían de arriba
abajo la musculosa espalda y luego fue más abajo, agarrando las tensas nalgas
cubiertas por la áspera tela escocesa.
Esta fantasía era tan real, no podía dejar de pensar que el hombre de la
pintura, había vuelto a la vida en sus sueños, tendría que comprar más Merlot y beber
un poco cada noche.

El sabor del dios que tenía en sus brazos era intoxicante, era pura
masculinidad, dulce y picante.

Lainie cerró los ojos de éxtasis, y gimió en su boca, sus manos estaban en
todas partes, le acaricio la espalda, las nalgas y los brazos. Sus dedos le hacían
cosquillas en su camino hasta su vientre, la carne se le puso de gallina cuando
encontró el lazo que mantenía la bata cerrada y él tiró dejándola abierta, cada
milímetro de su cuerpo estaba en llamas, pidiendo más y más de su tacto.

No podía recordar cuando fue la última vez que la pasión la envolvió con tal
intensidad, le dolía el cuerpo por satisfacer la necesidad que sentía, era algo
abrumador, su mente y su cuerpo le decía que tenía que encontrar un hombre tanto
era así, que ahora estaba teniendo esta fantasía con un hombre pintado en un cuadro

No aparto su boca de la de ella, profundizo más el beso, Donell le quito la


bata, dejándola caer al suelo, su cuerpo se estremeció con anticipación.

El hombre la estrecho en sus brazos apretándola más contra él, Lainie se


sobresaltó al sentir que sus pechos desnudos tocaban la piel de su poderoso pecho, el
vello que tenía le hacía cosquillas en los pezones e hizo que se endurecieran,
enviando espirales de éxtasis por todo su cuerpo causándole escalofríos .

Sus ásperas manos se deslizaron alrededor de la cintura hasta la parte inferior


de sus pechos.

Él, los levantó como si los sopesara, sus dedos le acariciaron los duros
pezones, fue una caricia suave, como una brisa, sobre los pezones endurecidos, jamás
habría pensado que un hombre de su tamaño pudiera ser tan delicado.

Pero esto era un sueño, ¿verdad? y los sueños siempre eran de la manera que
uno quería que fueran.

Si esto es lo que su subconsciente deseaba, estaba más que dispuesta a


dárselo, los sentidos los tenía a flor de piel.
Lainie gimió, le temblaban las rodillas, el hombre puso los brazos alrededor
de su cintura y le besó el cuello los hombros hasta llegar a sus pechos.

Los besó suavemente, su lengua rozo su piel, su aliento acarició sus pezones
hasta que por fin se metió uno en la boca.

La sensación de su boca en su piel envió ondas de placer desde sus pechos


hasta el mismo centro de su ser.

Su coño se contrajo necesitado de atención, sus pliegues, estaban húmedos,


calientes, lista para él.

Él sostuvo sus caderas mientras besaba el camino iba a su vientre, su lengua


rodeo su ombligo.

Le temblaban tanto las rodillas que Lainie no sabía si sería capaz de seguir de
pie.

Su cabeza cayó hacia atrás y un gemido animal brotó de sus labios cuando su
ardiente lengua acaricio los pliegues de su coño.

Lainie se agarró a su cabeza cuando olas de placer recorrieron su cuerpo, su


lengua era mágica, sintió que su cuerpo ardía cuando le acarició el clítoris y luego
se sumergió en su húmedo interior, las manos en sus caderas la acercaron más a su
boca.

Lainie deslizó las manos por el oscuro y ondulado cabello, le acaricio los
hombros, sus músculos ondulaban bajo sus dedos.

El placer ardiente que le provoco su boca amenazaba con consumirla


llevándola al borde, ningún hombre había sido capaz de despertar tanto placer en ella
con solo su boca.

Claro que esto solo era un sueño, si fuera un hombre de verdad sería
increíble...

–"Tu sabor es celestial",–dijo Donell contra su sexo.


Sus palabras dichas sobre su clítoris retumbo en todo su ser, sentía los huesos
como mantequilla líquida, se le doblaron las rodillas y se aferró a sus hombros con
fuerza clavándole las uñas gimiendo de nuevo por la fuerza de su orgasmo.

Deslizo las manos por su cuello y le agarro la cabeza apretándola contra ella
hasta que las olas de su clímax se fueron calmando.

El sexy guerrero besó lánguidamente el camino que llevaba a su cuello antes


de besar sus labios con los suyos.

Su olor almizclado la envolvió mientras él metía su lengua dentro de su boca,


Lainie lo besó con fiereza, sentía que nunca tendría suficiente de este hombre tan
sexy.

Él aparto su boca de la de ella, sus ojos verdes ardían con pasión mientras la
miraba fijamente.

–“Tu nombre",–exigió.

–“Lainie",–dijo atragantándose, el deseo corría por sus venas robándole el


aliento.

–“Lainie, llámame Donell".

–“Donell”,–susurró ella, mientras él la besaba desde el cuello hasta la


clavícula.

Su aterciopelada lengua recorrió su piel, su cuerpo pedía más, quería sentirlo


en lo más íntimo de su ser empujando en su interior, latiendo de deseo.

–"Te deseo, Donell. "

Él le dio la vuelta, froto sus musculosos muslos y su polla dura como una roca
contra ella.

La sensación de sentir su erección a través de la falda mientras se restregaba


contra sus nalgas hizo que su sangre corriera como lava ardiente por sus venas.

–“Estas tan caliente",–susurró lamiendo el lóbulo de la oreja.


Sus dedos recorrieron sus caderas, la curva de sus nalgas, cuando llego a su
sexo metió los dedos en su palpitante coño.

–“Tan húmeda... "

Ella se echó hacia atrás, quería sentirlo más adentro, sus dedos se deslizaron
dentro y fuera.

–“Dime que me deseas de nuevo",–le ordenó contra la piel de su espalda


mientras la acariciaba.

–"Por favor, Donell tómame”.

Donell saco los dedos de su interior, y le mordió el labio, deseando entrar en


ella de una vez.

Lainie sintió su ardiente polla en sus nalgas, y se dio cuenta que estaba
desnudo.

–“Lainie",–gimió.

Deslizó la punta de su pene en su interior y se detuvo Lainie contuvo el


aliento, Donell sujeto sus caderas cuando ella trató de moverse para llevarlo más
adentro.

–“Poco a poco, amor”.–La suavidad de su aliento envió escalofríos arriba y


abajo por su columna vertebral, Donell se sumergió en ella, llenándola y
deteniéndose de nuevo.

–“Oh es tan bueno”,–gimió Lainie, echando la cabeza hacia atrás.

Donell la sujeto del cabello con una mano, mientras con la otra bajo por su
abdomen para acariciar el clítoris.

–“Estas tan caliente, eres tan estrecha”,–gruñó Donell en su oído.

Se retiró dejando solo la punta en su interior, Lainie podía sentir todos y cada
uno de los pliegues de su polla al deslizarse en su interior una y otra vez mientras
con sus dedos hacia presión en su clítoris con cada golpe de su polla.
Lainie cubrió sus manos con las suyas, el tacto de su cuerpo tan real, lo sentía
tan caliente, tan vivo.

Él gimió en su oído mientras seguía con el mismo ritmo, sacando centímetro a


centímetro y empujando de una vez en su interior.

Lainie movió sus caderas, apretando sus nalgas contra su cuerpo mientras él
continuaba empujando en el centro de su dolorido ser profundo y duro.

Donell se detuvo y saco la polla del interior de Lainie, girándola hacia él,
Lainie sonrió a Donell agarro su mano y le llevó al dormitorio.

Lainie caminó hacia atrás, sin apartar la vista de su cuerpo se acostó en la


cama y le hizo señales con el dedo.

Donell se puso encima de su cuerpo, rozando cada centímetro de su piel


caliente por su piel, era muy guapo, se inclinó y la beso suave lánguidamente, como
si tuviera toda la noche besarla.

Su espeso cabello le hacía cosquillas en los pechos, Lainie arqueó la espalda


no podía esperar más para sentirle dentro de ella otra vez.

Rezó por no despertar antes de que ese alucinante sexo hubiera terminado,
abrió las piernas y las puso alrededor de sus caderas.

–"Quiero ser muy malo”,–gruñó Donell, agarrando sus nalgas y rozando su


clítoris con la punta de su polla.

Lainie se aferró a sus caderas, le acaricio los duros músculos de su culo, y lo


acerco más a ella.

Un fuerte gemido escapó de sus labios mientras empujaba con fuerza, sus
cuerpos se movieron al unísono, su polla larga y gruesa la llenó completamente.

Lainie agarró sus nalgas, siguiendo el vaivén de sus caderas, deslizó las
manos arriba y abajo de la espalda, él le chupo un lado del cuello, mientras gemía
en su oído enviado una espiral de placer por su columna vertebral.
Ella le imito y le acaricio el lóbulo de la oreja con la lengua y fue
recompensada cuando su boca se apoderó de la de ella una vez más.

Su lengua profundizo en el interior de su boca, imitando los movimientos de


su polla, el calor que sentía en su interior se intensificó, y apretó más las piernas,
metiéndolo más profundamente.

El cuerpo de Lainie se puso rígido y a continuación convulsiono cuando


estalló en un millón de fragmentos, gritando debajo de él.

Nunca en su vida se había corrido tan violentamente como ahora en este


mágico sueño.

–" No te detengas, no quiero que esto termine..."–le rogó.

****

El olor almizclado a sexo impregnaba el aire, Lainie gimió y se dio la vuelta,


agarrando la almohada que tenía a su lado.

Sus ojos se abrieron de golpe y se sentó en la cama, ¡su dormitorio olía a


sexo! Aparto la manta y vio que estaba desnuda.

Miro alrededor de la habitación y comprobó que estaba vacía, suspiró en voz


alta y se volvió a cubrir con la manta.

Todo había sido un sueño, casi era su fantasía echa realidad, Lainie no podía
recordar un momento en que hubiera tenido un sexo tan bueno, ni en sueños, no
recordaba nunca el haber tenido un sueño tan real, ni de haberse tocado a sí misma
en un sueño .

Esa era la única explicación que se le ocurría para explicar el olor tan
embriagador que había en la habitación.

Se recostó en la almohada y sonrió, ah, Donell, era aún mejor en persona que
en la pintura.
Deseaba más que ninguna otra cosa que él fuera real, o al menos que lo fuera
durante un tiempo, empezó a sentir un hormigueo en su coño sólo de pensar en su
tórrido sueño.

La puerta de su habitación se abrió de golpe, y un medio desnudo Donell se


quedó allí de pie, Lainie con los ojos y la boca abiertos de par en par grito como
loca.

–“¡Mierda! ".

–“Esto no es un sueño",–declaró.

–“Al parecer, no”.–Sabía qué otra cosa decir.

No era una fantasía, sin duda estaba despierta, Donell se plantó justo en
frente de ella.

Alzo la cabeza para mirarlo y de repente se le quedo seca la garganta, agarró


las sabanas y se tapó los pechos. ¿Qué demonios estaba pasando?

–"Esta es mi tierra, el castillo que está en la cima de la colina es mí castillo,


sin embargo, todo es tan diferente ",–exclamó Donell, su voz era rápida, sus manos se
movían a la vez.

–“¿Qué?"–Su mente no podía asimilar esa realidad. ¿Qué estaba tratando de


decir?

–“Lainie, ¿dónde estoy? "

–“Estamos en la tierra MacDuff. Esta es la casa de campo que he alquilado”.–


¿Necesitaba este tipo ayuda o qué?

Ella debía de haber bebido mucho para no haber notado que un extraño, un
Highlander había entrado en su casa de campo.

–"Esto es una pesadilla en la que estoy despierto. ¿Qué magia es esta? "

–"¿Magia?”– Lainie frunció la nariz.

–“¿Qué has hecho?”–Él la miró fríamente.


Él parecía bastante irritado, y su mirada era muy fría, no era tan agradable
como la de la noche anterior.

Entonces Lainie cayó en la cuenta. ¡La caja! ¿Podría ser que lo hubiera
llamado, y hubiera venido desde el pasado, cuando abrió la caja?

Se levantó de la cama y se acercó a Donell, poniéndose la sabana alrededor


del cuerpo, le puso la mano en el brazo y lo miró a los ojos.

Él la miró por un momento, la ira que había en su cara fue reemplazada por
una sonrisa muy sensual y le guiñó un ojo.

–“Ya he visto tus partes íntimas, bueno un poco en realidad, así que no hay
necesidad alguna de que te cubras".

Lainie puso los ojos en blanco, y a pesar del sofoco que sentía apretó más la
sabana contra sus pechos.

–“Donell esto es algo serio. "

–"Creo que no te entiendo, lo siento".– No la miró pero ella sintió como


miraba su cuerpo de arriba a abajo.

Ese hormigueo que era tan familiar ya, comenzó de nuevo, pero lo aparto de
su mente, primero tenían que resolver esto.

–“¿Qué año es?" –le pregunto Lainie

Él la miró, desconcertado antes de contestar. –"Es el año de nuestro Señor


1647, por supuesto”.

Lainie bajó la mirada por un segundo, y mordiéndose el labio le contesto.

–“No, Donell, estamos en el 2008".

Sus ojos se abrieron como platos y su cuerpo se tambaleo por un momento.

–"Te estas burlando de mí”.

Lainie negó con la cabeza, y tuvo el impulso de abrazarlo y consolarlo, pero


se apartó de ella cuando levantó la mano para acariciarle.
–"Tengo que sentarme".– Dijo Donell sentándose en el borde de la cama y
dejando caer la cabeza entre las manos.

–“¿Cómo ha podido ocurrir esto? "– Su voz sonaba desolada.

–"No estoy muy segura, pero creo que puede ser culpa mía, espera un
momento”.– Lainie salió de la habitación y trajo la caja.

–“Donell, compre esta caja ayer y por la noche la abrí".– dijo Lainie
entregándole la caja.

–“Esto es mío".– Abrió la caja y sacó el tartán. –“No, estos no son mis
colores, esto son los colores del MacRae".– Donell se quedó perplejo, Lainie asintió,
sin saber qué decir.

–"¿De dónde has sacado esto?”– Su mirada era acusadora.

–“Se lo compré a una vieja que vendía antigüedades".

Pero él ya no la miraba, su rostro estaba nublado por la ira, y los labios


apretados en una fina línea.

–“¡MacRae! Ese hijo de puta. Lo voy a matar ",– dijo con los dientes
apretados. –"Él ha hecho esto para vengarse de mí, cree que secuestre a su hija, lo
pagará caro".

–“¿Secuestrado a su hija? "

–“Sí, una mocosa, mis hombres me dijeron que se fugó con un Lowlander y ahora
su padre pretende echarme a mí la culpa. Tengo que volver”.

Los ojos de Lainie casi se le salían de las órbitas, su antepasado había


culpado de la desaparición de su hija a Donell?

–“Lainie, tengo que volver, envíame de vuelta a mi casa."– Él, parecía estar
presa del pánico.

Lainie tragó saliva. ¿Qué iba a hacer?

–"Yo no sé qué tengo que hacer".


***

–“¿Qué? ¡Infierno sangriento!". El pánico fue sustituido por la rabia, y le


lanzó una mirada que heló hasta el más cálido de los sentimientos que se vivió allí la
noche antes.

Lainie dio un paso atrás, pensando en que podía hacer resolver la situación,
tenía que haber algo.

–“Donell, tal vez te enviaron aquí por una razón, quizás tienes que terminar
algo y luego podrás volver".– Ella se sentó a su lado.

–"No hice nada, no te llame, simplemente apareciste. Tal vez es el destino”.

Él la miró un momento. –"No logro comprender el por qué”.

–“Tal vez deberíamos esperar a ver”.

***

–"¿Qué demonios ha sido eso?"– La mirada en el rostro de Donell no tenía


precio y Lainie no pudo evitar reírse.

–"Eso es un coche, en vez de montar a caballo y en carros, tenemos coches.”

–“¡Dios mío! ese artefacto casi me mata".

Lainie pensó que jamás había visto a un hombre saltar como lo había hecho
Donell, cuando el coche pasó a su lado.

–"Pueden ser muy peligrosos",– le dijo Lainie limpiándose las lágrimas de los
ojos.

Donell la miro de reojo, y una sonrisa apareció en sus labios.

–“Estos no son nada cómodos me están apretando los bienes de hombre”,–


dijo Donell con un gruñido, tocándose los pantalones, de hecho, se le ajustaba a sus
partes privadas.

Los pezones de Lainie se endurecieron y el calor de su vientre la humedeció


entre sus piernas, con sólo mirar el bulto en sus pantalones vaqueros.
–“Es así es como hay que ir vestido por aquí".

Él levantó una ceja y esta vez fue ella la que le guiñó un ojo.

Después de la sorpresa inicial la ira de Donell había desaparecido, habían


pasado la mañana haciendo el amor.

Paso el tiempo en un abrir y cerrar de ojos, y todavía no tenían ni idea de por


qué estaba allí. Lainie había ido a comprarle algo de ropa moderna y con unos
pantalones vaqueros y un jersey parecía un modelo que había saltado de las páginas
de una revista, sólo que más sexy y mucho más musculoso.

Por mucho que le gustara la idea de quedarse en casa y hacer el amor durante
el resto de la eternidad, necesitaban un poco de aire fresco.

–“¿Crees que me reconocerán?"–Dijo Donell señalado hacia el castillo


MacDuff.

Sus pasos crujieron mientras caminaban por el sendero de grava hacia la


enorme estructura.

–“No, ellos no se creerían que tu fueras él, no se les pasaría ni por la mente“.
Lainie pensó que incluso si se vestía con un kilt a nadie se le ocurriría pensar que
Donell, era el Laird de MacDuff, que ha venido al futuro.

–“Tal vez debería dar media vuelta y marcharme ",– se río entre dientes.

Su tono suave le acarició el alma, sabía que cuando él ya no estuviera, no


sería capaz de olvidar la manera en la que pronunciaba su nombre, o las palabras que
le susurraba en los oídos.

Lainie se río, e imagino a Donell haciendo de guía en un recorrido turístico.

–“¿Sabes qué? eso no es mala idea. "

Donell detuvo con el ceño fruncido como si estuviera pensando algo.

–“¿Qué pasa?"–Lainie no podía adivinar que le estaba pasando por la cabeza.


–“Ven, quiero enseñarte algo”.–le dijo guiñándole un ojo, con una pícara
sonrisa en su cara.

Atraída por esos seductores ojos verdes, ella siempre estaría dispuesta a hacer
lo que le pidiera, cualquier cosa que él quisiera enseñarle, estaría más que feliz de
verlo.

Donell la cogió de la mano, y eso fue completamente devastador le vinieron


recuerdos de donde había puesto sus manos sólo unas horas antes...

La llevó hacia el bosque, caminaron con rapidez hasta que llegaron a un


claro, Donell miró a su alrededor un momento, como si tratara de recordar dónde
estaba y luego continuó.

La sonrisa en su rostro se fue haciendo más amplia a medida que se fueron


acercados a la entrada de una cueva.

–“Esto, belleza mía, es lo que quería mostrarte”.– Sus ojos brillaban de alegría
y entusiasmo, Lainie no podía dejar de ser excitado con él.

–“¿Una cueva? ¿Has estado aquí antes? ¿Cómo era posible...?”–casi 400 años
más tarde, aún pudiera localizarla.

Supuso que la tierra no había cambiado mucho, pero los jardines si debían de
haber cambiado aunque fuera un poco.

–“No sólo la conozco, he estado muchas veces aquí, estoy seguro de que
nadie ha encontrado esta cueva en todo estos años. Ven”.

Lainie lo siguió dentro de la oscura caverna, la luz del exterior apenas


entraba, la cueva olía a rancio y a humedad, la temperatura en el interior era más
caliente que fuera, miro a su alrededor y vio una luz brillante en el interior.

–“Por allí",– la indico como si notara su vacilación.

Lainie no sabía por qué confiaba tanto en este extraño, aunque después de la
noche pasada y esta mañana, no era exactamente un extraño.
¿Qué extraño poder tenía sobre ella? Estaba completamente embobada. ¿Era
porque había aparecido en un momento de debilidad en el que ella le necesitaba? O
¿era porque le gustaría vivir en esa época?

En realidad, la vida en aquella época era más brutal que romántica, pero era
tan diferente que no podía imaginarla de otra manera.

–"Aquí".– Se detuvo, y su mano apretó la suya con suavidad, ahora el sol caía
a plomo sobre ellos desde una abertura que había en el techo.

Una nube de vapor salía en espiral hacia arriba del pequeño lago de agua
clara que había en el centro de la cueva, era realmente un espectáculo mágico, tenía
un aire de encanto.

–“Ah la primavera",– suspiró ella.

La cueva y el agua tenían aspecto de no haber sido tocado por la mano del
hombre en cientos de años.

–“Sí, la primavera. Nadie más que yo conocía esta cueva, yo venía aquí a pensar.”–
Él apartó la mirada de ella.

–“Tal vez el venir aquí a un lugar que es tan importante para mí, me ayude a
volver con mí gente.”

–“Sí”.–Lainie ocultó la decepción de su voz.

Estaba en un lugar muy romántico con el hombre más sexy que había
conocido y no iba a dejar que se arruinara el momento con reflexiones de ningún
tipo.

Donell se puso detrás de ella, y coloco sus fuertes manos sobre sus hombros,
dándole un masaje en sus rígidos músculos, y le dio un tierno beso a un lado de su
cuello.

–“Si regreso a casa, quiero tener un lugar al que poder ir y recordarte“.

–“Mmm..."– Ella no podía hablar, sus manos bajaron por los hombros y
acariciaron sus pechos, pellizcando sus pezones.
–“Quiero recordarte cuando venga aquí”.– Su voz era suave, llena de deseo,
ella se volvió hacia él.

Donell le acarició las mejillas y los labios con los dedos, Lainie cerró los ojos
y contuvo el aliento abrió la boca y se metió el dedo dentro, lamió la punta de su
dedo, y paso la lengua alrededor.

–"Quiero recordar todos los momentos que pase contigo".– Su voz era ronca,
y hacia que vibrara su cuerpo de deseo. –“A partir de ahora. "

Saco el dedo de su boca, y lo reemplazo con sus labios, la besó


profundamente, devorando su boca, sus manos le acariciaron el pelo, y la espalda.

Hacía que se conocían menos de veinticuatro horas, y se preguntaba por qué


llevaba una vida tan solitaria.

–“Quiero verte, desnudo”,– susurró Lainie.

Ella le desabrochó el primer botón de los vaqueros, Donell se quitó el suéter


dejando al descubierto su pecho.

–“Quiero enseñártelo todo”,–le susurro de nuevo.

Donell abrió la cremallera de sus pantalones vaqueros y Lainie negó con la


cabeza.

–“Déjame a mí ".

Ella deslizó la mano por la abertura del pantalón y gimió al tocar la larga y
gruesa polla que parecía rogar para que la liberarse. El pene estaba caliente y latía en
su mano, paso el pulgar por la cabeza y Donell gruñó.

Lainie puso las manos en sus caderas y le bajo los pantalones hasta los
tobillos.

Atrapado por los pantalones, ahora no podía escapar, Lainie pasó los dedos
por sus muslos, como había deseado cuando estuvo de pie delante de su retrato.

Los muslos, estaban cubiertos de suave vello rizado y piel dorada, debía de
tomar el sol sin ropa, no tenía una sola marca en su piel. Pasó los dedos por el vello
oscuro y rizado, por sus bolas y por la polla que pedía a gritos que la probaran. Y
eso fue lo que hizo probarla, se inclinó y paso la lengua por la punta y se rio cuando
le oyó que respiraba de forma entrecortada.

–“Oh, Lainie”.–Sus manos acariciaban su pelo, y lo agarro con fuerza.

Sus gemidos era todo lo que necesitaba, su lengua se movió alrededor de la


punta, y luego deposito besos húmedos a lo largo de su polla. Lainie lamió la punta, y
sonrió al oír sus fuertes gemidos, puso sus labios alrededor de la cabeza y empezó a
chupar lentamente.

Él sabía tan bien e incluso olía mejor, era un aroma masculino y limpio, su
sabor era dulce y salado a la vez.

Lainie gimió mientras lo llevaba más profundamente en su boca, para luego


sacarlo casi por completo, él se resistía, pero ella le sujeto firme por las caderas.

–“Oh, Dios",– gimió él, y le agarro el pelo.

Lainie le acaricio con la lengua, una vez y otra vez más a lo largo del pene.

–"Por favor, Lainie...”–gimió Donell.

Su cuerpo palpitaba y vibraba de necesidad Lainie lo introdujo una vez más


en su boca y luego dejó que se deslizara hacia afuera.

Agarro su polla con la mano y lo acarició mientras su boca iba de arriba a


abajo, aumentando su ritmo aumentando cada vez más.

Con la otra mano ahuecaba sus bolas masajeándola, Lainie no creía que fuera
posible que creciera aún más pero así fue.

–"No pares querida mía”,– gimió Donell.

Sus caderas empujaron hacia adelante y luego hacia atrás, ella levantó la vista,
sus ojos verdes estaban entrecerrados.

Su coño se estremeció, sabiendo que había sido ella la que lo había encendido
de esa manera, sonrió de forma maliciosa y se lamió los labios.
Él tiró de ella y la acerco más a su cuerpo hasta que estuvo pegada a él, puso
sus labios sobre los de ella.

El beso no fue tierno, era áspero, exigente, haciéndola ver su necesidad, el


deseo que había despertado en él.

Saqueo su boca, y con sus manos la fue desnudando tirando la ropa al suelo,
para ser un hombre de otro siglo, Donell no tenía ninguna problema a la hora de
quitar la ropa moderna.

Lainie se echó a reír al ver su prisa por desnudarla.

–"Me estas provocando, pequeña descarada”.– Le mordió el labio, y la


levanto en el aire, Lainie puso sus piernas alrededor de sus caderas, y los brazos
alrededor del cuello y dejo que él la llevara al borde del pequeño lago.

–“¿Es seguro bañarse aquí? Mmm..."– Su cabeza cayó hacia atrás cuando su
boca acaricio sus pechos, paso la lengua en un pezón y luego en el otro.

Se metieron en el lago, el agua caliente contra su piel aumento aún más la


sensualidad y el placer que Lainie estaba experimentando.

–“Donell, esto es el paraíso".– Ella se mordió el labio inferior mientras


frotaba su pelvis contra la de él.

–“No, esto es el cielo ",– le susurró mientras movía sus caderas y la


penetraba, Lainie se aferró a sus hombros, clavándole las uñas en sus músculos
tensos.

–“Oh, sí".– Lainie apretó más las piernas alrededor de su cintura, frotando su
sexo contra su pelvis.

Sus cuerpos encajaban perfectamente uno con el otro como, ella seguía con
sus caderas los movimientos rítmicos de Donell.

Estar en sus brazos era exquisito, era la felicidad. Lainie sabía que ningún otro
hombre podría hacer que su cuerpo ardiera de esa manera.

Donell aceleró el ritmo, dando un último empuje que la llevo a lo más alto.
– "¡Donell!”– Sus labios absorbieron sus gemidos cuando el placer atravesó
sus cuerpos como un rayo.

A medida que la fuerza de sus orgasmos se fue calmando, el beso se hizo más
tierno, Lainie se echó hacia atrás y miró a Donell a los ojos.

– "No quiero que te vayas de mi vida, esto es mucho mejor que un sueño ",–
susurró Lainie.

–“Si, dulzura.”

****

La tormenta golpeaba la tierra fuera de la casa, era como un mal presagio


para Lainie, como una señal de que sus días con Donell estaban contados, habían
pasado la última semana en un glorioso éxtasis.

–"Aquí estas”.– Su sonrisa la derritió y le dio un beso mientras le entregaba


una copa de vino.

Lainie hizo girar el vino en la copa y luego tomó un pequeño sorbo, que le
calentó la garganta y el vientre.

–“Gracias, Don".

Él la miró serio, y le pregunto. –“¿Qué te pasa? "

–“Tenemos que hablar”.– Lainie hizo una pausa y respiro profundamente.


–"Tenemos que hablar de nosotros, de lo que vamos hacer”.

–“Sí, tenía la esperanza de que se fuera solucionando esto.”–Le tomo la cara


entre sus manos, y la besó suavemente en los labios.

–"¿Tienes una familia que te esté esperando?”–.Lainie no se lo había


preguntado antes, con la esperanza, de que no tuviera una esposa esperándolo en
1647.

–"Tengo mi clan y a mi hermano”.– Su rostro se puso aún más serio.–“Mi


esposa murió hace tres años de fiebre y yo no tengo hijos.”
–“Oh, Don lo siento mucho. "

–“No tienes que preocuparte, muchacha eso ya paso”.–Él le acarició la


mejilla. –“Nuestra relación no estaba basado en el amor, era por deber.”

–“¿Cómo es que no te has vuelto a casar otra vez? "

–"Ha habido muchas cosas que hacer en el clan, luchar contra los MacRae
que toma mucha energía. Y no he tenido tiempo para buscar otra esposa”.

Lainie dejó la copa de vino y se acurrucó más cerca de él, estaba tan cómoda
en sus brazos, que deseaba con toda su alma que pudiera quedarse aquí con ella...
pero ella era consciente de que cualquier tipo de relación que mantuvieran
obstaculizaría sus planes para su carrera.

Lainie frunció el ceño. Ella era de las que pensaba que no se mezclaba el
trabajo con el placer.

–“¿Tienes familia? –Lainie sintió la tensión en su voz, sabía que temía la


respuesta tanto como ella había temido la suya.

–“Sólo mis hermanas y mis padres. "

–“¿Por qué no estás casada ? "

–"Yo trabajo mucho y por mi trabajo estoy viajando casi todo el tiempo,
nunca he querido imponer a un hombre nada de eso, sería demasiado duro.

–“A menos que tenga el suficiente dinero para vivir que no tenga que
trabajar, y así poder venir conmigo”,– dijo en tono de broma.

–“Hmm... Tus costumbres son muy diferentes a las mías, todo esto es tan
extraño para mí, el trabajo y viajar en un coche”.–Sus dedos le acariciaron
suavemente la espalda, y Lainie se estremeció con el roce tan delicado de sus dedos.

–“Sí, nuestros mundos son muy diferentes. "

–“Lainie, ¿sabes que no puedo alargar mi estancia aquí?"–Sus dedos


dibujaron pequeños círculos en la parte baja de la espalda, se le puso la piel de
gallina, y duros los pezones que empujaban contra la tela de su camisa, la besó con
ternura en las mejillas y luego en el cuello.

–"Lo sé".– Lainie cerró los ojos, y dejo que su cuerpo se sumergiera en el
placer del momento.

De repente un recuerdo se le vino a la mente. –“La señora a la que compré la


caja de me dijo algo unas palabras para pronunciarlas en ese momento, pero no las
entendí”,– susurró Lainie.

¿Por qué no había recordado las palabras de la mujer antes? Lainie se sentía
como una idiota, estaba segura que esa era la solución. Tal vez parte de su
subconsciente se negaba a recordar, necesitaba estar con Donell.

–“¿Qué era? “–Donell le acarició el oído, y le mordisqueo el lóbulo.

–"Cuando lo que hay dentro deba irse y desaparecer, tócalo tres veces y
desaparecerá".– Lainie inclinó la cabeza hacia un lado para darle mejor acceso.

–“¿Qué quiere decir? "

–"No lo sé.”– Dijo Lainie recostándose contra, su pecho, le besó en la


clavícula, y sonrió cuando él inhaló bruscamente.

Donell inclinó la cabeza, y rozo con su boca la de ella, paso la lengua por sus
labios, probando el vino en su boca.

El viento aullaba fuera, el fuego en el interior parpadeó y crujió un madero, su


cuerpo vibraba con su toque.

Donell atrapo su lengua suavemente con los dientes, chupándola dentro de su


boca, se besaron sin prisa, se saborearon y se sintió el uno al otro.

Cuando se separaron los dos estaban jadeando, su pasión era tan intensa, que
se sentía embriagados el uno del otro.

Lainie deseaba hacer el amor con Donell, pero sabía que tenían que resolver
esto, posponerlo inevitable sólo haría que el dolor fuera más fuerte.
Donell debió de sentir su tristeza, cuando la miro su propio dolor estaba
reflejado en sus ojos.

–"¿Que estabas haciendo cuando aparecí? "– le preguntó Donell.

Lainie se estrujó el cerebro, que lo sentía como jalea por su tacto, recordó que
estaba bebiendo vino y abrió la caja.

–“Yo estaba limpiando el broche, y se me cayó, empecé a buscarlo y... y tú


estabas allí.

–"¿Mi broche? Tal vez sea eso el broche, que haya que tocarlo tres veces."

A Lainie se le hizo un nudo en el estómago, aun no estaba preparada para


que él se fuera, no estaba preparada para que su sueño llegara a su fin.

En algún momento, tendría que irse, pero ella no estaba lista todavía, y se le
llenaron los ojos de lágrimas. –“Donell, yo"

–“Calla, amor, lo sé”.– Él tiró de ella acercándola a su cuerpo y apoyo su


cabeza sobre su pecho y le acaricio el cabello.

Esto no podía durar para siempre, Lainie lo sabía, ella tenía una vida en el
presente, y él tenía una vida en el pasado, además dejaría Escocia en una semana.

Donell era un Laird, y tenía que cuidar de su gente, cientos de personas


dependían de él, buscaban orientación, y protección.

–“Tengo que volver, Lainie”.– Le dijo Donell besándola en la frente. –“Pero


es posible que nos reunirnos de nuevo”.

Ella se echó hacia atrás, y lo miro a los ojos.–" ¿Reunirnos de nuevo? ¿Qué
quieres decir? "

–"Si has podido llamarme una vez, ¿por qué no vas a poder hacerlo otra vez?”

Lainie abrió los ojos de par en par, sus palabras le trajeron recuerdos de las
profundidades de su mente...unas extrañas palabras que había dicho la mujer de la
tienda.
–“La señora de la tienda dijo lo que había en la caja, podría estar a mi alcance
cada vez que yo lo deseara " –su voz se fue apagando.

¿Podría ser cierto ? se le aceleró el corazón sólo de pensar en la posibilidad de


poder traer a Donell una y otra vez para hacer el amor con él cada vez que quisiera ,
esto parecía más un sueño que una realidad .

–“Ah, ¿tú me deseas?"–Su mano se deslizó por su espalda, su estómago, y


luego más abajo, abarcando su sexo.

–“Sí”.– Lainie gimió, moviendo sus caderas contra su mano.

–"Entonces seremos capaces de continuar con esta apasionada relación y


vernos siempre que queramos”.–Él desabrochó el botón de los pantalones. –"Tú en tu
tiempo y yo en el mío."

Poco a poco abrió la cremallera de sus pantalones vaqueros. –"Nos


encontraremos y disfrutaremos de nuestro amor". Sus dedos se deslizaron dentro, de
sus bragas, y acaricio su clítoris.

–"Un encuentro que esperare con ansia”.–Sus labios capturaron los de ella, su
lengua empujo en su boca mientras sus dedos bombeaban en su coño Lainie se
arqueó contra él, gimiendo cuando un orgasmo empezó a construirse dentro de ella.

–"Mmm..." –Su guerrero en una caja, de cuantos placeres disfrutarían en los


años venideros.

****

De diciembre de 2008

Maryland
La nieve caía en grandes copos blancos, cubriendo los árboles y el suelo que
rodeaba la casa de Lainie.
Había pasado un mes desde que había enviado a Donell de vuelta a su tiempo,
se había refugiado en su trabajo durante ese tiempo, pero ahora estaba en las
vacaciones de Navidad y empezaba a sentirse muy sola.

El tiempo había pasado volando cuando había estado ocupada, su apretada


agenda era parte de la razón por la que no podía involucrarse en una relación, pero
nunca había conocido a un hombre como Donell.

Por él, ella buscaría tiempo para estar con él, ella quería que alguien que no fuera
parte de su familia y amigos estuviera orgulloso de ella, Lainie quería un hombre,
quería a Donell.

A pesar de que su artículo sobre la región de Inverness, se había publicado


hacia sólo un par de semanas, había tenido muy buenas críticas incluso había sido
nominada para un premio. Era su mejor trabajo, pero se lo debía todo a Donell, él
había inspirado su lado más creativo, un lado que no sabía que poseía. La gente
comentaba que había hecho parecer mágica a Escocia, y estaba muy emocionada
porque en el 2009, parecía que iba a viajar muy a menudo allí.

Pero, con toda la emoción por el éxito de su carrera, se sentía vacía por
dentro, Lainie bebió el vino, mirando distraídamente la película que estaba viendo,
encima de la televisión en un estante de la pared estaba la caja que se había traído de
Escocia y el cuadro de Donell.

Su mirada iba de la película a la caja, ¿no sería estupendo tener a Donell con
ella por Navidad, o tal vez un poco más? Le había dicho que le llamaría pasado un
mes, tal vez ahora era el momento.

Bebió un buen sorbo de vino, y fue a por la caja, la acarició suavemente, se


podía ver que la madera había sido cuidada con amor durante todo ese tiempo.

La caja estaba caliente, y Lainie sonrió al recordar la calidez de la piel de


Donell, sentía mariposas revoloteando en su estómago y tenía las manos húmedas.

Estaba muy nerviosa, ¿y si ahora no funcionaba? ¿Y si le había ocurrido


algo? Él había dicho que estaban en guerra con los MacRae... ¿Y si los momentos
que habían pasado juntos era realmente su pasado?
Respiro profundamente y puso la caja en el suelo, no quería llamarle hasta
que no estuviera totalmente preparada.

Lainie fue a por la botella y volvió a llenar la copa, se puso las gafas y dejo la
botella sobre la mesa de café, encendió la chimenea y apagó la televisión.

Mirando a su alrededor, observó que su casa estaba tan limpia como la de


cualquiera podría estar. La casa estaba perfecta ¿y ella? Lainie se echó a reír a
carcajadas al recordar lo mucho que le gustaba a él que estuviera desnuda debajo de
su bata de seda, así que subió corriendo las escaleras para lavarse y cambiarse de
ropa.

Cuando volvió de nuevo a la sala, se le ocurrió que esta sería la primera vez
que Donell vería su casa, en realidad eran extraños, pero ella sentía que lo conocía
de siempre.

Lainie se sentía preparada, cogió un trapo de la cocina y lo humedecido con


agua, se sentó en el sofá y con suavidad abrió la caja.

Dentro estaba la tela a cuadros con los colores de los MacDuff, y el broche,
Donell enfadado había cambiado los colores de los MacRae por los suyos, sin dejar
de preguntarse el por qué habían terminado allí.

Sonrió al pensar en él, y de nuevo el temor de que no viniera la embargo


revolviendo le el estómago, haciéndola sentía mareada, lo mejor sería acabar de una
vez y averiguarlo.

Lainie sacó con cuidado el broche y lo limpió frotando suavemente con el


paño húmedo.

Al saber qué esperar esta vez, observó con asombro como el aire a su
alrededor se convertía en niebla y fue como si el tiempo se detuviera.

El corazón de Lainie revoloteó en su pecho, y tuvo que controlarse para que


sus manos

Dejaran de temblar.
–“Te ruego que Donell venga a mí”.–Fascinada, vio que no tenía nada entre
las manos que había desaparecido el precioso broche.

Un familiar Swoosh! sonó en el aire, nerviosa se lamió los labios, abrió los
ojos y vio como el espeso aire se arremolinaba, parecía que había un tornado frente
a ella. El aire se volvió más y más borroso, con vivos colores, y luego el cuerpo de
Donell comenzó a tomar forma.

Un sollozo ahogado mezclado con la risa escapó de su garganta y se puso las


manos en la cara. ¡Funcionó!

Apareció allí, justo delante de sus ojos, Donell era tan magnífico como ella lo
recordaba.

Él se quedó de pie, casi desnudo a excepción del kilt que llevaba alrededor
de sus caderas y sobre su hombro.

–“¡Donell!"– grito Lainie, saltó del sofá y corrió hacia él.

–"Ah, Lainie muchacha."

Abrió los brazos, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura la levanto en


el aire, con los labios sobre los de ella.

Su ardiente beso encendió la pasión en su interior, un mes había sido


demasiado tiempo para estar sin sus besos, y sin sus caricias.

Ella apretó más su boca contra la de él, abriéndose paso entre sus carnosos
labios con la lengua.

Su boca sabía dulce como a fruta madura, y el terciopelo de su lengua casi era
más de lo que podía manejar.

Lainie se apartó de su boca para darle besos por la cara, para volver de
nuevo a sus labios.

Lainie no podía creer que estuviera de vuelta, su cuerpo y su mente zumbaba


con el entusiasmo.

–"Te he extrañado mucho",– dijo entre besos.


–"Yo también te he extrañado.”– Se separaron para mirarse el uno al otro.

–"Estaba muy asustada, tenía miedo de que no funcionara”.– Lainie lo llevó


al sofá, con las manos entrelazadas en la suya.

El vino se quedó allí olvidado, lo único que quería hacer era tocarlo,
abrazarlo, besarlo.

–"Te he extrañado muchísimo. Cuando volví a casa, todo lo que podía hacer
era pensar en cuando me llamarías, he ido a la cueva todos los días, mi clan ha
estado muy preocupado por mí, porque estaba pensativo como ausente, estaba
deseando poder volver contigo”.

–"Oh, Donell, ¡he deseado tanto que volvieras!",–Lainie puso la mano en su


muslo y se estremeció al sentir su piel caliente bajo sus dedos.

–"Lainie, hay algo que tenemos que hablar”.–Su mirada era seria, y su
corazón se hundió un poco.

¿Quería que ella lo enviara de vuelta? ¿Y si nunca más quería volver con
ella?

–"Oh, cariño, que te pasa, ¿por qué lloras?”.

Los dedos de Donell limpiaron con suavidad las lágrimas que empezaron a
caer de sus ojos, le cogió sus manos y se las beso.

–"He tomado una decisión, y espero que lo aceptes”.

Lainie cerró los ojos por un momento, y respiro profundamente.

–"Entiendo, Donell”.–Lle dijo preparándose para oír sus palabras.

–"Mi hermano y yo estamos muy unidos."

–"¿Ian?"

–"Si, Ian. Él es mi gemelo, fui nombrado Laird porque nací doce minutos
antes que él. "

Donell se rio entre dientes.


–"Puedo ver que tú eres mucho más viejo y más sabio”.– Se rio Lainie, y se
preguntó cómo sería su vida como Laird.

–“Es todo bastante ridículo. Lo que yo quiero saber es sí aceptas que me


quede a tu lado, dejé a Ian a cargo del clan, él no me creía cuando se lo conté, pero
cuando tú me llamaste estaba hablando con él, estoy seguro de que ahora si me
cree”.

–"Oh, Donell!".–Lainie no sabía qué decir, muchas cosas pasaban por su


mente.

¿Él quería quedarse? ¿Para estar con ella?

–"¿Y qué pasa con tu hermano?, ¿no estará preocupado por ti? Puedes volver
una vez más, por lo menos para terminar lo que estabais hablando ¿no creerá el
MacRae que te fugaste con su hija? "

–"Ah MacRae, zanjamos nuestra disputa. Después de lo que me contaste de


mi antepasado, le dije a MacRae que había oído rumores y él confirmó la historia, y
quedo todo aclarado”.–Donell se inclinó y besó la punta de su nariz.

–"Mi hermano lo entiende, hemos hablado mucho de eso desde que volví. Yo
sabía desde el mismo momento en que hicimos el amor en la cueva, que tenía que
volver contigo”.

Lainie estaba encantada con sus palabras, creía en el poder de la caja que le
había traído a Donell, y sabía que no podía vivir sin tener a Donell en su vida, Lainie
puso sus brazos alrededor de él, y le abrazo con fuerza.

–"¿Así que puedo quedarme?",–le preguntó, acariciándole la espalda.

–"Yo no podría vivir sin ti, Donell."

–"Tengo algo para ti, he estado esperando para dártelo que desde que volví a
mi tiempo”.–Él metió la mano en una bolsa que colgaba de sus caderas.

Saco la mano llena de brillantes, amatistas, esmeraldas y perlas, eran más


grandes que ninguna de lo que hubiera visto nunca, Lainie se quedó con la boca
abierta.
–"Donell, ¿de dónde has sacado esto?"– tenía miedo de que las hubiera
robado.

–"Son míos, Lainie, de mí Claymore, no la voy a necesitar aquí, no estoy


muy seguro de su valor ahora, o si me pagaran mucho o poco, pero creo que
ayudara. También tengo algunas moneda de oro”.– Acarició la bolsa de nuevo, que
sonó con las monedas que había en el interior.

–"Me dijiste que un hombre en tu vida necesitaría mucho dinero para poder
viajar contigo”.

Lainie se le quedó mirando con los ojos muy abiertos, todavía no podía creer
lo que estaba viendo y oyendo, ¿se había creído eso? ella estaba bromeando, su
corazón se derritió, sólo de pensar en lo mucho que debía querer estar con ella.

–"Hará mucho más que ayudar por un tiempo, Donell, creo que puede
durarnos toda la vida”.

–"¿En serio? entonces ¿puedo viajar contigo? te prometo no entorpecerte en


tu trabajo”.

Lainie estaba mirando las piedras preciosas que tenía en la mano, y asintió
con la cabeza, quería saltar de alegría.

–"Oh, sí, tienes libertad para hacer lo que te plazca”.

–"Me gustaría mucho pasar la vida contigo, Lainie”.–Sus ojos brillaban con
fuego en su interior cuando la miró.

–"Sería todo un honor para mí que aceptaras pasar el resto de tu vida


conmigo".– Donell se llevó la mano a los labios y se la beso, le abrió la mano, y puso
un rubí en la palma.

–"Esto es una muestra de mi amor."

Lainie miro el rubí que tenía en la mano, era del tamaño de una nuez, y luego
al hombre que acaba de darle un giro a su vida.
Nunca se había sentido tan amada, acariciada, o tan llena de placer por un
hombre, como lo estaba por Donell.

Viajar por todo el mundo y contar a sus lectores los secretos de los lugares
más exóticos sin Donell a su lado era impensable.

–"Sí, sí, sí",– exclamó Lainie, echándose en sus brazos y poniendo sus labios
sobre los suyos.

Donell puso a Lainie en su regazo y la estrecho en sus brazos mientras su


boca devoraba la suya. La habitación dejó de existir, y todo lo que Lainie sabía,
sentía, olía era Donell, la exquisita sensación de sus labios y su lengua la llevaron a
alturas que sabía que sentiría todos los días por el resto de su vida.

–"Llévame a la cama, guerrero mío”,– le susurró al oído, mordisqueando el


lóbulo de la oreja, él gruñó, mientras le acariciaba el cuello con la lengua y con los
labios.

Lainie se sentía ligera como una pluma cuando su fuerte highlander la llevó
en brazos por las escaleras hacia su dormitorio.

La acostó sobre la cama, y él se echó a su lado, le dibujo el contorno de la


cara con un dedo mientras la miraba a los ojos.

–"Eres la mujer más hermosa que este guerrero ha visto en su vida”.–Las


palabras de Donell eran dulces, pero el ardor que había en su mirada hablaba de
pasión más que de dulzura.

Lainie pasó sus dedos por la mejilla, el mentón y cuello, y el dejo sobre su
hombro, pero antes de que pudiera contestarle, tenía la boca de él sobre la suya otra
vez.

Sus labios eran cálidos, suave, su lengua caliente y muy exigente, Lainie no
quería que el beso terminara, su boca sabía a vino dulce, y su olor era tan masculino.

Las manos de Donell estaban por todo su cuerpo, por sus brazos, su abdomen,
sus piernas.
No supo cuando el suave camisón desapareció de su cuerpo, o cuando su
falda escocesa cayó al suelo.

Estaba en un mundo de éxtasis, donde solo existía su deseo por Donell. Su


boca se unió a sus manos, la beso desde la cabeza hasta los pies, luego besó el
camino de regreso hasta su seductora boca.

Su boca caliente y húmeda mordisqueó, chupó todas la partes sensibles de su


cuerpo Lainie no podía soportar más el tormento.

Deslizó sus dedos por su musculoso abdomen y agarro su dura polla, sus
dedos no abarcaban la circunferencia.

Él gimió en su oído, y casi se derrumbó encima de ella cuando paso, el pulgar


por la sensible punta.

– "Ven a mí, Donell”.– suspiró ella, pasando la lengua por la curva de su


hombro hasta el hueco detrás de su oreja.

–"Te deseo, Lainie."

Con un rápido movimiento de sus caderas, su gruesa polla rozo su clítoris y


luego la penetró.

Lainie arqueó la espalda y abrió más las piernas, lo quería más profundo, y él
se metió en ella una y otra vez.

Sus movimientos eran frenético, Lainie clavó las uñas en los hombros de
Donell, y su boca ansiosa le chupo un pezón.

Podía sentir la exquisita tensión de un orgasmo construyéndose en su interior,


sus músculos le apretaron y ella gritó mientras ola tras ola la llevó a un apoteósico
clímax, Donell empujo más y más en su interior, sus gemidos de placer resonaban en
la habitación Donell se desplomó la mitad encima de ella y la otra mitad en la cama.

Lainie sonrió, y le acaricio el hombro. Incluso en medio de la pasión, Donell era


considerado, procuro no aplastarla con su peso.
Lainie se puso a su lado, frente a él, con la pierna sobre su cadera, Donell
acarició su mejilla, aún tenía los ojos vidriosos por la pasión.

–"El destino me envió aquí. No hay otra razón para que nuestros cuerpos se
fundan de esta manera”.

Lainie suspiró, abrazándolo para tener más cerca de su cuerpo caliente, sus
dedos acariciaron su pecho.

–"Te amo."

–"Yo también te amo, muchacha."

Fin
Staff

Traducción

Peny More
Corrección

Lola Luna

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