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Pese a que en el mundo de la investigación existe una amplia variedad de
autores con enfoques, métodos y diseños particulares; todos ellos parecen
coincidir que el inicio de este proceso está en la formulación del problema.
Otras formas de nombrar a esta etapa son: planteamiento del problema o
simplemente problema de investigación. Cualquiera de los nombres que
usemos, les propongo pensar en la problematización como una tarea de
descripción, análisis y contextualización de una situación problemática del
mundo educativo empleando herramientas teórico-conceptuales y datos
empíricos (como estadísticas de diagnósticos, informes o reportes).
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Pero antes les invito a pensar en lo problemático. Para ello, recordemos
aquellos problemas cotidianos, como el haberse quedado atrapado en el
tráfico, haberse olvidado las llaves en algún lado o haber perdido algún
documento valioso. Estas situaciones y las que ustedes recuerdan son ese
conjunto de hechos que vivimos y que nos alejan, dificultan o impiden
conseguir algún objetivo planteado. Esta idea de problema podemos llevarla al
contexto educativo.
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A partir de esa definición podríamos pensar que en un escenario educativo
cualquiera; como un salón de clase, un grupo de docentes o incluso una
institución educativa; diversas circunstancias y factores podrían dificultar o
impedir que consigamos nuestros objetivos educativos, sean estos de
aprendizaje o institucionales. Así que tómese un momento para pensar en
alguna de estas situaciones en las que alguno de nuestros objetivos del
ámbito educativo nos es esquivo. Piense detenidamente en él y prepárese
para iniciar un ejercicio de problematización.
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Esa situación en la que ha pensado es nuestro punto de partida. Sin embargo,
en el mundo de la investigación educativa la situación problemática suele
tener una de estas tres formas:
A) es una necesidad del conocimiento, es decir, una situación que ha llamado
nuestra atención, se sabe poco y nos motiva a conocer más.
B) es una situación contradictoria, donde se enfrentan una situación ideal, o
de lo que debería ser, con una situación real, o lo que realmente ocurre.
C) es una situación que ocurre, que no debería ocurrir y que por su urgencia,
importancia o relevancia nos convoca a hacer algo como intentar
solucionarlo.
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Entonces, deberíamos tener en mente una situación que hemos observado y
que consideramos que no debería ocurrir y que, además, nos convoca a
intervenir.
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Para definir una situación problemática se necesita describir, analizar y
contextualizar la situación.
Describir nos exige dar cuenta de aquello que hemos observado, señalar
quienes son los actores y cuál es su escenario apoyándonos en datos
objetivos y conceptos. Así, una cosa es decir que los estudiantes de cuarto de
primaria no aprenden a leer y otra cosa es señalar que según la última
evaluación censal del 2016 solo el 31% de estudiantes de cuarto de primaria
comprenden lo que leen. Mientras que en el primer caso es una afirmación
vaga y sin sustento, la segunda está apoyada en estadísticas fiables y el uso
de un lenguaje teórico.
Analizar nos exige mirar más allá de la situación para encontrar factores que
intervienen para que, aquello que observamos y describimos, se de en la
forma en como se da, ya sea favoreciéndolo o precipitándolo, o más bien
evitándolo o disminuyendo su gravedad. En el ejemplo anterior podríamos
decir que para que solo el 31% de estudiantes comprendan lo que leen han
podido intervenir las políticas educativas previas, la formación de los docentes
y los hábitos de lectura en casa, por citar algunos ejemplos.
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Finalmente, Contextualizar implica que veamos si aquello que hemos
observado en nuestro contexto ocurre de igual forma o no en otras
instituciones, regiones o países así como señalar como es que se ha
abordado dicho problema en otros lados.
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Al realizar la descripción, análisis y contextualización apoyada en evidencia y
conceptos de una situación problemática tenemos un problema de
investigación. Pero ahí no acaba la cosa porque aún es necesario plantear las
preguntas y los objetivos de investigación. Pero eso lo veremos más adelante
en el desarrollo del curso.
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Recuerda.
Que todo problema de investigación surge de observar el mundo como si
fuera la primera vez. Es decir, que para ser un buen investigador por un
momento hay que olvidarse de todo aquello que creemos saber porque si
creemos saber algo ya no sentimos la necesidad de preguntarnos e investigar
algo sobre ello.
Pero que no basta con observar. Hay que ser metódicos y rigurosos porque,
como hemos visto, en investigación toda afirmación que hacemos debe estar
sustentada por algún dato o teoría.
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