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Caso

Femenina de 47 años, vive sola con sus esposo, tiene tres hijos ya casados, ama de casa llega a
consulta junto con sus esposo refiriendo que hace ya 7 años. Su esposa empezó con un miedo
intenso a las ratas, pero tal miedo comenzó con algo sin relevancia para los dos, pero de un año
para acá empezó a preocuparse por su esposa ya que ese miedo empezó a incrementarse más.
Refiere que su esposa empezó a dejar la despensa o cosas que regularmente se guardaban en
la alacena afuera de ella. Por motivo de pensar que los ratones se escondían en la alacena,
empezó a decir que no quería salir de la casa a recoger las correspondencias del buzón porque
decía que iban a salir ratones de ahí, el solo hecho de ver una fotografía o imagen de ratas le
producía mucha ansiedad. Le empezaban a sudar las manos y su corazón empieza a palpitar
cada vez más fuerte. La esposa refiere que su miedo a los ratones le empezó desde niña, cuando
un día iba a ponerse unas botas para lluvia y al querérselas poner salió una rata de una de las
botas desde ese momento ella mantuvo en su mente que las ratas podían esconderse donde
sea.
DX: Zoofobia específica a los ratones

Técnica de afrontamiento y exposición : En psicología, el afrontamiento ha sido definido como


un conjunto de estrategias cognitivas y conductuales que la persona utiliza para gestionar
demandas internas o externas que sean percibidas como excesivas para los recursos del
individuo.
Se puede considerar como una respuesta adaptativa, de cada uno, para reducir el estrés que
deriva de una situación vista como difícil de afrontar.
La capacidad de afrontar no se refiere solo a la resolución práctica de los problemas, sino
también a la capacidad de la gestión de las emociones y del estrés delante de la situación-
problema. Modificar las propias estrategias de afrontamiento para afrontar con eficacia los
eventos estresantes depende, entonces, sea de la manera de evaluación de los eventos, sea de
la capacidad nuestra y de la posibilidad de captar informaciones, buscar ayuda y apoyo social en
el contexto donde se vive.
Las principales estrategias de afrontamiento
Los estudios de psicología resaltan tres grandes características de las estrategias de
afrontamiento, a partir de las cuales se pueden clasificar así: (1) La valoración, búsqueda del
significado del evento crítico; (2) el problema, intenta confrontar la realidad, manejando las
consecuencias que se nos presentan; y (3) la emoción, regulación de los aspectos emocionales e
intento de mantener el equilibrio afectivo. En este orden de ideas, podemos identificar que las
estrategias de afrontamiento se identifican en tres clases:
Las estrategias centradas en el problema
Las estrategias centradas en las emociones
Las estrategias basadas en la evitación.
Las estrategias centradas en el problema suelen ser utilizadas en condiciones de estrés visto
como controlable: son estrategias orientadas hacia la tarea, para alcanzar la resolución y/o
modificación del problema. En cambio las estrategias centradas en las emociones tienden a ser
utilizadas cuando percibimos el evento estresante como incontrolable, como lo que se puede
experimentar ante el peligro: se intenta afrontar el problema centrándose en las emociones y
liberarlas e intentar relajarse.
Por último, las estrategias basadas en la evitación tienden a manejarse en aquellos momentos
en los que la persona asume aplazar el afrontamiento activo por la necesidad de ordenar y
hacer acopio de sus recursos psicosociales antes de afrontar activamente la situación: son
estrategias centradas en la evasión, en la distracción, en tomar distancia del evento estresante,
o volcarse en otra actividad para no pensar.
Técnica desensibilización sistemática:
Es una técnica que tiene como objetivo terminar tanto con las respuestas de ansiedad como
con las conductas de evitación propias de los trastornos ansiosos.

Dado que estas conductas son especialmente importantes en el mantenimiento de los


trastornos fóbicos, se trata de una técnica muy empleada en su tratamiento.

La DS, se basa en el condicionamiento clásico. El principio consiste en que la intensidad de una


respuesta como la ansiedad puede ser reducida a través de la emisión de una respuesta
incompatible, como podría ser la relajación. La aparición de ciertos estímulos fóbicos produce
respuestas de ansiedad. Determinados estímulos produce de forma automática respuestas de
ansiedad. De forma conjunta, se pretende provocar una respuesta automática de relajación que
interfiera con el malestar del estímulo aversivo.

¿Cómo funciona la desensibilización sistemática?


Entrenamiento en relajación
La respuesta de relajación que el paciente usará para combatir la ansiedad será preferiblemente
alguna que ya conozca. Es posible utilizar cualquier procedimiento, pero si es posible mejor
utilizar algún tipo de relajación que el propio paciente pueda poner en práctica de forma rápida
y eficaz.
En caso contrario se pueden enseñar técnicas como la relajación progresiva o el control de la
respiración, que son técnicas fáciles de aprender. Lo fundamental es que ante la situación
ansiosa, estas respuestas incompatibles de relajación puedan ser aplicadas de forma fácil,
rápida, y reduzcan la ansiedad con eficacia.
Jerarquía de ansiedad:
Para elaborar la jerarquía lo hacemos a través de una tormenta de ideas (brainstorming) donde
el paciente genera situaciones que le provoquen ansiedad. Estas situaciones se anotan, se
precisan y se les pone un número en la escala del 0 al 100. Muchas veces puede ser difícil
comenzar a asignar números. Una buena forma de empezar es utilizar anclajes. Generar
primero los ítems que menos y más ansiedad generen, que serán el 0 y el 100 respectivamente,
y un ítem intermedio que será el 50. A partir de aquí los ítems son más fáciles de ordenar.

Práctica en imaginación:
Como utilizaremos la exposición en imaginación, deberemos evaluar la capacidad del paciente
para imaginarse escenas. Se pedirá al paciente que imagine una escena y, a continuación, se
preguntarán los detalles de la misma para ver hasta qué punto es vívida la visualización en
imaginación.

La desensibilización propiamente
Una vez asegurado esto, se procederá la presentación de las situaciones que causan ansiedad.
Esta presentación puede ser en imaginación o bien en vivo. Se comenzará por la situación que
cause ansiedad cero y se irá subiendo por la jerarquía de ansiedad gradualmente. Las primeras
presentaciones se hacen de forma breve, pero se irá aumentando cada vez más el tiempo de
exposición. Al mismo tiempo que se presenta el ítem ansiógeno, se ponen en marcha las
estrategias de relajación que se han aprendido previamente para interferir con la ansiedad y
desaprender la respuesta ansiosa.

Naturalmente, cuanto más tiempo pase el paciente en exposición, mayor desensibilización.


Además, cuando se consigue reducir la ansiedad que produce una situación, esta se generaliza a
las situaciones que están por encima de esta. Los ítems se dan por superados cuando producen
cero ansiedades. Es decir, hasta que una situación no genera absolutamente nada de ansiedad,
no se puede pasar a la siguiente.

Aplicaciones de la desensibilización sistemática


La desensibilización sistemática es un tratamiento apropiado cuando el terapeuta dirige sus
esfuerzos a la eliminación de fobias y ansiedades siempre que se cumplan una serie de
condiciones. Para que una respuesta condicionada sea susceptible de ser modificada a través de
desensibilización sistemática debe ser una respuesta a una situación o un estímulo específico,
que no se deban a creencias irracionales o ideas sobrevaloradas, que se trate de un miedo
irracional y que exista una adecuada respuesta incompatible con la de ansiedad.

Además de su uso en fobias y trastornos de ansiedad, también puede ser adecuada para tratar
ansiedad a estímulos específicos sin que sean fóbicos. Por ejemplo en disfunciones sexuales,
alcoholismo, otras adicciones, parafilias o insomnio.

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