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TRATAMIENTO DEL PROBLEMA

La corte constitucional Mediante la Sentencia T-434 de 2008, la persona que se


encuentra disfrutando del periodo de incapacidad, o que trabaja bajo ciertas
condiciones médicas recomendadas por la ARP para asegurar su recuperación física, o
que padece una discapacidad permanente, es considerado como un empleado en
condición de debilidad manifiesta. En consecuencia, debe protegerse su estabilidad
laboral y seguridad social por lo que no puede ser despedido por esta causa, a menos
que obre autorización previa de la Oficina del Trabajo. De lo contrario, la Corte aceptará
la acción de tutela impuesta como mecanismo transitorio de protección y ordenará el
reintegro de dicho trabajador de esta forma el empleador o empresa deberán
gestionar y suministrar a las personas con limitación.

 Aparecer calificadas como tales en el carné de afiliado al Sistema de Seguridad


en Salud, ya sea el régimen contributivo o subsidiado
 El Carnet especificará el carácter de persona con limitación y el grado de
limitación moderada, severa o profunda de la persona.

El ciudadano Ángel María Sierra Ibáñez interpuso acción de tutela en contra de la


empresa Brinks de Colombia S.A., con el propósito de obtener amparo constitucional a
sus derechos fundamentales al trabajo, a la estabilidad laboral reforzada y a la igualdad
que considera vulnerados por la entidad accionada. Prestó sus servicios como escolta a
la compañía durante 8 años y su vinculación se produjo por la modalidad de contrato de
trabajo a término indefinido. El siete (7) de marzo de dos mil siete (2007) sufrió un
accidente (“trauma en mano izquierda, diagnosticada como fractura del escafoides”),
por el cual recibió atención inicial por la EPS Famisanar, y luego fue remitido a la ARP
Seguros Bolívar S.A

El médico tratante estableció ciertas restricciones al trabajo físico, relacionadas


especialmente con actividades que involucran movimientos repetitivos, o esfuerzo
focalizado sobre la muñeca de la mano izquierda, por período de 90 días. La ARP envió
un informe de tales restricciones a la entidad accionada. El treinta y uno (31) de agosto
de dos mil siete (2007) fue despedido por la demandada sin justa causa, con el pago de
sus prestaciones sociales y de la indemnización legal por despido injustificado.

La entidad accionada solicitó denegar la acción de amparo, con base en los siguientes
argumentos: El contrato de trabajo que vinculaba a las partes fue terminado legalmente
sin vulnerar ni amenazar ningún derecho fundamental; la compañía desconocía las
recomendaciones de reubicación efectuadas por la ARP Seguros Bolívar pues “no le
fueron ni notificadas ni infirmadas (sic); sólo se le informó sobre el particular a la
terminación de la relación laboral y de forma extemporánea”;  la entidad actuó de buena
fe, pues dio aviso oportuno del accidente de trabajo a la ARP Seguros Bolívar; además,
Canceló al demandante la totalidad de la indemnización a que tuvo derecho; por último,
expresa que la acción interpuesta es improcedente pues existen otros medios de
defensa judicial, como el proceso ordinario laboral.
Por su parte la ARP Seguros Bolívar S.A aseguro Sobre la comunicación entre la ARP y
Brinks de Colombia indica que esta se lleva principalmente a través de Internet, y
mediante correo certificado, por la empresa Domesa S.A. Las atenciones médicas son
otorgadas mediante nuestra central de autorizaciones donde el paciente o familiar 
reclama cada solicitud de orden prescrita por los médicos tratantes, etc… Las
recomendaciones laborales. Son formalizadas  por un documento emitido por esta ARP
y se envían al jefe de Recursos Humanos de la empresa Dr. Luis Alfredo Moreno y al
Jefe de Salud Ocupacional, Ingeniero Carlos Pachón… Lo  relativo al estudio de
incapacidades, igualmente es notificado al empleador Brinks mediante comunicaciones
enviadas por esta ARP y remitidas por la empresa de mensajería.

La estabilidad laboral a pesar de tratarse de un derecho constitucional, su correcta


interpretación no implica que el trabajador tenga un derecho subjetivo a permanecer
indefinidamente en un determinado puesto de trabajo. a pesar de tratarse de un
derecho constitucional, su correcta interpretación no implica que el trabajador tenga un
derecho subjetivo a permanecer indefinidamente en un determinado puesto de trabajo ,
la relación laboral está compuesto por un sujeto para quien el constituyente consagró
un deber especial de protección o, cuando se trata de una persona que se encuentra en
un estado de debilidad manifiesta, el derecho a la estabilidad laboral adquiere el
carácter de fundamental, en virtud de diversas razones de carácter constitucional.

La Corte Constitucional sentencio en La Ley 361 de 1997, que la facultad de dar por
terminado el contrato de trabajo de forma unilateral en los casos en que el trabajador
padezca una enfermedad por término superior a los 180 días, no es absoluta, ni puede
ejercerse de manera indiscriminada, como quiera que el empleador, para darle
aplicación, tiene que, previamente, dar cumplimiento a las normas sobre reintegro
laboral"

En dicha ley se encuentra tipificado en el artículo 26 una protección especial en


materia laboral consistente en que “ninguna persona limitada podrá ser despedida o su
contrato terminado por razón de su limitación, salvo que medie autorización de la oficina
de Trabajo. Señala la norma que quienes fueren despedidos o su contrato terminado
por razón de su limitación, sin el cumplimiento del requisito previsto en el inciso anterior,
tendrán derecho a una indemnización equivalente a ciento ochenta días del salario, sin
perjuicio de las demás prestaciones e indemnizaciones a que hubiere lugar de acuerdo
con el Código Sustantivo del Trabajo y demás normas que lo modifiquen, adicionen,
complementen o aclaren.
De otra parte, y también con base en el análisis de la prohibición consagrada en el
artículo 26 de la Ley 361 de 1991, la Corte ha precisado el alcance de la protección
laboral reforzada en relación con los sujetos amparados por ésta. Es decir, ha señalado
quiénes se consideran discapacitados y, por tanto, son merecedores de la protección
especial prevista en el ordenamiento jurídico.
Es por ello, que en materia laboral, la protección especial de quienes por su condición
física están en circunstancia de debilidad manifiesta se extiende también a las personas
respecto de las cuales esté probado que su situación de salud les impide o dificulta
sustancialmente el desempeño de sus labores en las condiciones regulares, sin
necesidad de que exista una calificación previa que acredite su condición de inválido
así mismo el derecho a la protección laboral especial de los discapacitados no se agota,
empero, en la prohibición impuesta al empleador de dar por terminado el contrato de
trabajo, o en el condicionamiento de esta facultad a la obtención de una autorización del
Ministerio de la Protección Social. En un desarrollo íntimamente ligado con este
derecho, el Legislador estableció en el artículo 8º de la Ley 776 de 2002, que un
trabajador parcialmente incapacitado debe ser reubicado cuando sus condiciones de
salud puedan verse afectadas por las funciones de su cargo, debiendo el empleador
realizar los ajustes pertinentes en su planta de personal.
El alcance constitucional de la protección especial depende de la exigibilidad de la
carga impuesta al empleador.  En situaciones como éstas, en principio corresponde al
empleador reubicar al trabajador en virtud del principio constitucional de solidaridad,
asegurándole unas condiciones de trabajo compatibles con su estado de salud, para
preservar su derecho al trabajo en condiciones dignas, el empleador puede eximirse de
dicha obligación si demuestra que existe un principio de razón suficiente de índole
constitucional que lo exonera de cumplirla. Para tales efectos resultan determinantes al
menos tres aspectos que se relacionan entre sí:
El tipo de función que desempeña el trabajador, la naturaleza jurídica y la capacidad del
empleador.  Si la reubicación desborda la capacidad del empleador, o si impide o
dificulta excesivamente el desarrollo de su actividad o la prestación del servicio a su
cargo, el derecho a ser reubicado debe ceder ante el interés legítimo del empleador.  
Sin embargo, éste tiene la obligación de poner tal hecho en conocimiento del
trabajador, dándole además la oportunidad de proponer soluciones razonables a la
situación”.
Por lo tanto, la Corte Constitucional amparará transitoriamente los derechos
fundamentales del peticionario y ordenará el reintegro del señor Sierra Ibáñez a un
cargo igual o similar al que ocupaba antes de su despido, sujetándose en todo caso, al
acompañamiento de la ARP en su reingreso y acogiendo, de ser necesario, las
recomendaciones relativas a la reubicación del accionante, a partir de su reintegro, la
Sala recuerda que el empleador, para dar por terminado el contrato del peticionario,
deberá demostrar la ocurrencia de una causa legal de despido o solicitar y obtener
autorización por parte del Ministerio de la Protección Social o demostrar que su
incapacidad ha desaparecido por completo, con base en el concepto de los organismos
de calificación de la capacidad laboral legalmente constituidos.
La Corte Constitucional resolvió ORDENAR a la Empresa Brinks de Colombia S.A., que
en el término de cuarenta y ocho (48) horas contadas a partir de la notificación de esta
providencia, si aún no lo hubiere hecho, proceda a reintegrar y de ser necesario
reubicar al señor Ángel María Sierra Ibáñez dentro de la planta de personal de la
empresa en un cargo apto para lograr un desempeño laboral adecuado y compatible
con su estado actual de salud.   Con ese propósito, deberá contar con la asistencia en
forma permanente de la Administradora de Riesgos Profesionales del Seguro Social
-ARP-.
Así mismo, le deberá cancelar el equivalente a ciento ochenta días (180) días de
salario, por el hecho de haberlo despedido sin autorización del Ministerio de la
Protección Social en armonía con lo previsto en la normatividad vigente.  Lo anterior,
sin perjuicio de las sumas ya reconocidas y de los valores que llegaren a ordenarse por
salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones no canceladas, si a ello hubiere
lugar.
De igual forma advertir al señor Ángel María Sierra Ibáñez que de no interponer la
acción laboral dentro de los cuatro (4) meses siguientes a la notificación de esta
sentencia cesarán los efectos del reintegro ordenado en el numeral primero de la parte
resolutiva de esta providencia.
Resulta de especial importancia resaltar, por una parte, existen motivos que ameritan la
intervención del juez de tutela para conocer sobre el reintegro de un trabajador
discapacitado, de acuerdo con las consideraciones consignadas en los precedentes.
Pero, en virtud de la existencia de acciones judiciales idóneas para la discusión de tales
reintegros, el operador judicial debe examinar, bajo una óptica ampliada, la procedencia
de un amparo transitorio, con el fin de evitar un perjuicio irremediable.
 
En síntesis, el despido de un discapacitado conlleva a considerar la procedibilidad de la
tutela como mecanismo transitorio de protección con alguna flexibilidad, pero no hace la
tutela procedente de forma inmediata, pues el grado de afectación del peticionario
puede darse en grados diferentes, y las actitudes asumidas por el empleador pueden
ser más o menos razonables, así como las cargas exigibles a uno y otro. Se trata de
aspectos que deben ser consultados, en cada caso, se repite, sin que se pueda
establecer un parámetro fijo para determinar a priori la procedencia del amparo.
En lo que toca a la impostergable y la urgencia de la intervención, deben ser tomadas
en cuenta, a título de ejemplo, situaciones como las posibilidades laborales futuras del
afectado, y si la espera de un juicio laboral resulta razonable, a partir de un análisis de
las obligaciones económicas del empleado.

Por ultimo podemos afirmar luego de observar y leer algunos casos como es común en
la sociedad encontrar enfermedades relacionadas con el trabajo las cuales provienen
de múltiples causas, donde los factores en el ambiente de trabajo pueden desempeñar
un papel, junto con otros factores de riesgo.  Dichas enfermedades son el resultado de
una variedad de factores biológicos, químicos, físicos y psicológicos que están
presentes en el ambiente de trabajo, Además, existen distintos problemas de salud que
pueden llegar a ser graves y que cabe atribuir a malas condiciones de trabajo, entre
ellos: enfermedades cardíacas, las alergias, problemas de la función reproductora,
trastornos provocados por la tensión y las enfermedades del sistema osteomuscular,
por ejemplo, lesiones permanentes de la espalda o trastornos musculares.

Es `por ello que el Gobierno Nacional ha expedido el Decreto 1477 de 2014 mediante el
cual se establece la  nueva tabla de enfermedades laborales, que evidencia  cinco
factores de riesgo ocupacional:

 Los químicos
 Físicos
 Biológicos
 Psicosociales
 Agentes ergonómicos

Además algunos cambios, entre ellos  la creación de la categoría de enfermedades


directas, que no exige  exámenes previos  para que las Administradoras de Riesgos
Laborales realicen el pago de las prestaciones del afectado. Teniendo en cuenta lo
anterior podemos observar Las enfermedades laborales que se presentan con más
frecuencia:

 Fatiga visual, por una exposición a lo largo del tiempo a las pantallas de
ordenadores, tabletas, televisiones, etc., los síntomas pueden ser pesadez
y picor de los ojos, dolor de cabeza, entre otros.
 Dolor de espalda, después de muchas horas sentado la mala posición puede
afectar a la espalda, provocando dolor de cuello, cervicales, hombros, etc.
 Estrés, primera causa de absentismo laboral y como consecuencia responsable
de la disminución de la productividad, entre los síntomas más habituales se
encuentra la cefalea y las migrañas.
 Síndrome de fatiga crónica, se trata de un cansancio prolongado que no se alivia
con el descanso, como sintomatología se puede encontrar la pérdida de
autoestima, abandono de tareas, insomnio, pereza, etc.
 Síndrome de túnel carpiano, pérdida de fuerza en las manos causada por la
flexión reiterada de la muñeca, produce dolor en muñeca y codo pudiendo
derivar en tendinitis.

Es difícil determinar la causa de las enfermedades relacionadas con el trabajo, entre


otros motivos por el período de latencia (es decir, el hecho de que pueden pasar años
antes de que la enfermedad produzca un efecto patente en la salud del trabajador).
Cuando se detecta la enfermedad, puede ser demasiado tarde para tratarla o para
determinar a qué riesgos estuvo expuesto el trabajador en otros tiempos. Otros
factores, como el cambio de trabajo, o el comportamiento del personal, cabe resaltar
que nuestros comportamientos o hábitos (fumar o ingerir bebidas alcohólicas) agravan
aún más la dificultad de vincular las exposiciones acaecidas en el lugar de trabajo a la
aparición de una enfermedad.

Aunque hoy día se conocen mejor que anteriormente algunos riesgos laborales y
causas de las enfermedades profesionales

Se pueden considerar 3 factores:

 AGENTE CAUSAL: ruidos, trepidaciones, radiaciones, ionizantes.


 FALTA DE HIGIENE: falta de eliminación de los vapores o polvos nocivos, falta
de desinfección, no lavarse las manos, no cambiarse la ropa, ingerir alimentos en
un lugar polucionado.

 SUCEPTIBIIDAD INDIVIDUAL: cuando una persona realiza una actividad física


que requiere un esfuerzo mayor al que su cuerpo puede dar. Se puede concluir
que la exposición a los tóxicos es lo que más problemas acarrea, afectando
órganos como el hígado, pulmones y riñones. (DESOILLE).

Todos los años aparecen nuevos productos químicos y tecnologías que presentan
riesgos nuevos y a menudo desconocidos para los trabajadores y la comunidad. Estos
riesgos nuevos y desconocidos constituyen graves problemas para los trabajadores, los
empleadores, los instructores y los científicos, es decir, para quienes se ocupan de la
salud de los trabajadores y de las consecuencias que los agentes de riesgo tienen en el
medio ambiente.

https://actualicese.com/normatividad/2008/05/07/sentencia-t-434-de-07-05-2008/

http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2008/T-434-08.htm#_ftn5

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