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Algún día

Algún día le robaré a aquellas letras presumidas tu atención, dejarán de ser


tus musas de pasta dura para convertirse en tu dolor y yo tu amor.
Un día de estos mataré tus sueños literarios para escribir nuestra propia
historia.
Algún día seré la línea que siempre anhelas leer, redactar, vivir, soñar.
Algún día, escritor. Ese día me amaras; cuando tú seas parte de mi historia
y yo esté lista para olvidar.
}

Queda hacer de la sonrisa una mueca


Una absurda y tonta manera de calmar
El dolor, la ira, el desamor contrariado
esa impotencia de no poder retener
Al ser amado que decidió alejarse.

¿Qué es la poesía sin la llama votiva del amor?


Sólo palabras al aire vacías y triviales
Vagabundas de la noche en sombras
Buscando mitigar penas y soledades,
Nada traen, nada dicen, nada consiguen.

El verso se vuelve pueril y antojadizo


Atosigado de redundancias baladíes
Envueltas como regalo sin precio
En coloridos papeles embusteros
Que trajeron amor, pero dejaron dolor.
Lea más: http://www.latino-poemas.net/modules/publisher/article.php?
storyid=6059#ixzz1qYpfHKkx
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Para poder comenzar


es necesario olvidar
dejar atrás el pasado
y enterrar el dolor
Vivo en soledad
al recordar
lo que un día fue amor

Esto empieza cuando recuerdo


lo que alguna vez sentí por ti,
ahora este amor marchito
esta muerto así
Perdido en la oscuridad
con miles de preguntas acerca de ti
en un mar de olvido todo quedó
lamentar lo pasado no tiene caso
pues la tristeza a mi vida entró
pero entiendo que el tiempo no curará
pretendo volver a empezar
Escuchando este sonido
recordé el vacio y sobre todo lo herido
que dejaste mi corazón,
esta soledad jamás la había sentido
Miro con una gran desilusión
que día tras día
siguen en mi estas tristezas y heridas
¿Vivir con el recuerdo?
lo único que pretendo
es olvidar el oscuro pasado
al que mi alma esta atado
borrar todos los recuerdos
y sacarte por completo de mi vida, si
pues no creo que entiendas lo duro que es vivir
con el recuerdo que dejaste en mi corazón...

*(Rodolfo Marquez)*

Un sueño

Recuerdo cuando creía ver el cielo oscuro


era solo mi tristeza
Recuerdo cuando sentía vacio mi ser
era solo mi vida en soledad
como la pasión dentro del corazón
eras un sueño y te hiciste realidad

Hazme creer, que nada de esto es irreal


dime que no eres solo un sueño mas
no importa la distancia que tenga que cruzar
hazme creer, que entre tu y yo hay luz y amor
hazme olvidar lo que me hizo sufrir
borra de mi esta soledad

El sufrimiento era demasiado duro


mi corazón hecho piezas
No tenia en que creer
mas que en la oscuridad
como la luz rompe el silencio
tu voz la escuche
y me hiciste respirar

Hazme creer, que el amor es verdad


enséñame a amar
no importa cuantas veces tenga que luchar
hazme creer, que en mi ya no hay mas dolor
ven a mi y no me dejes morir
hazme de nuevo soñar

No mas mentiras, no mas heridas


nunca dudaré, tu eres mi verdad
No mas dolor, no diré adiós
luchare a tu lado pero no me abandones

*(Rodolfo Marquez)* Escrito por Chuchi Gonzalez

Cuando nos enamoramos, nos enamoramos. Mariposas en el estómago, nubes en el piso, sonrisas profundas,
ánimo distendido y alegre. Una hermosa etapa. Con el tiempo el envenenamiento del flechazo pasa y… el
dramaturgo español Jardiel Poncela diría:
“Los matrimonios entran en conflicto no cuando se pelean sino cuando bostezan”, pues la pregunta retórica por
excelencia es: ¿Qué nos ha pasado? ¿Dónde están todos los proyectos que teníamos? ¿Dónde están esas risitas
que me dedicaba? ¿Los poemas que me escribía? ¿Las escapadas que nos concedíamos? ¿Dónde? Y la respuesta
más sincera y dolorosa es en el OLVIDO. Un país que queda en el continente de los recuerdos, en el hemisferio
del pasado.

Ahí quedaron anidados las horas de miradas ininterrumpidas, las promesas, los pactos del alma, los besos
sabor a miel, las caricias cálidas. Todo ha pasado, y ha quedo atrás de nosotros mismos, tan atrás que si nos
volteamos a ver, no llegamos a distinguirlo. Pero de todo eso, ahora queda “esto”; un perfume añejado de un
amor que fue extraordinario y ahora sólo es común. Unas palabras indiferentes, y un saludo cordial, una
conversación sin vuelo, dos cuerpos cansados que cohabitan en la misma cama.

Des-ilusión; gime en cada quién como el llanto de un niño con hambre. Él no hizo lo que esperaba que hiciera.
Ella no dijo lo que esperaba que dijera. Ninguno de los dos sostuvimos en el tiempo los sueños anhelados. Nos
rendimos a la fragilidad de lo conocido, a la costumbre de saber que nadie se irá para siempre, que más allá de
las peleas y los desentendidos siempre volveremos. El sentido de “pertenencia” – ese otro es mío- es tan
poderoso que no es necesario hacer nada para “cuidarlo”, siempre será mío.

Des-ilusión; se murieron las ilusiones, la expectativas que habíamos hecho de nuestro futuro, no corrimos el
riesgo suficiente para volverlas realidad y ahora vemos que no hemos hecho nada con nuestras vidas.

Resentimiento; Tú no me has hecho feliz, siempre creí que me harías feliz, y no lo has logrado ¿Para qué perdí
tanto tiempo contigo? Ahora tú haces todo mal, no te preocupas por mí, ni por nosotros.

En esta etapa de la relación, los cónyuges viven en un gran contexto de escasez, se focalizan en los aspectos
negativos del otro, y siempre se sienten insatisfechos; no importa que cosa haga cada uno, siempre estará mal
hecho.

Las mismas actitudes que antes admiraban, ahora son las criticadas. Su cabello, su forma de comer, sus gustos,
sus palabras; todo es un lugar usual, vacío, carente de sorpresa.

Desde la ontología del lenguaje, se establece que el resentimiento es un estado de ánimo que surge a partir de la
omisión o de una acción diferente que esperábamos del otro.
Es un espacio en el que se genera una infinidad de emociones tóxicas como el enojo, la ira, la tristeza, la bronca,
el deseo de venganza. Quién lo siente “RESISTE” lo que sucede, es decir se niega a ACEPTAR que eso que pasa
es REAL, surgen las preguntas ¿Cómo ha podido pasar? Las afirmaciones ¡Esto no puede estar pasando! Y en
pos de la espera de una realidad diferente uno se centra en lo que falta el 100% de las veces.

¿Por qué llegamos a esta instancia en la vida amorosa? Porque nos gobernamos con dualidades, todo o nada,
bueno o malo, blanco o negro; en lugar de observar nuestra vida de pareja como una totalidad, y sentirnos
parte del problema para encontrar una solución.

Cuando las circunstancias no son las deseadas, en lugar de generar empatía, creamos reclamos; evitamos
comprender desde dónde el otro actúa y causamos nuestra desesperanza hacia la queja.

Si tú y yo nos paramos en la queja, la relación que tenemos se detiene, se encapsula en sus recuerdos, y poco a
poco se marchita.

Para dirigir nuestros deseos hacia otras aguas deberemos aprender a entender que nosotros los de antes no
somos los mismos – la experiencias nos han transformado-, la esencia es la misma, y sí alguna vez juntos
sonreímos, aún nos sobran los motivos para
volver a hacerlo.

Sólo falta guardar el falso orgullo, y reconquistar el lenguaje de un NOSOTROS.

Escrito por Chuchi Gonzalez

Coach de Vida- Escritora- Tallerista Motivacional

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viernes 19 de junio de 2009

POEMA DE LA DESILUSIÓN
Mi vida no fue

Mi vida no fue la novela que había soñado


ni siquiera comedia.
Vulgar, como todas las almas que viven de sueños,
que crean fantasmas,
que inventan personas, lugares, historias.
Fui despreocupado en amores, en juego, en amigos.
Me amaron diez veces, amé sólo una.
Miraba las cosas que cambian al hombre
sin ningún reproche, sin decir palabra,
sin buscar la causa.
En invierno tenía mis penas, en otoño
pesares y en verano algún llanto
olvidado en la playa.
Mi eterna alegría fue la primavera,
buscando algún árbol, la sombra, el arroyo
y cantarles mi tedio.
En un libro perdía mis ojos
y leyendo y leyendo olvidaba una ausencia,
algún rostro, unos labios, la noche, la luna,
promesas, mi pena.
Mi cara tenía sonrisas,
mi alma puñales.
Mi pecho sincero albergaba ilusiones,
después cementerios.
Mi vida no fue la novela que tanto soñaba.
Fue un largo vacío, fue nube que pasa,
tormento de hastío.
Mañana habré muerto, ni triste, ni alegre,
cantando una copla, así, indiferente,
y me iré muy lejos.
Tal vez llegue al cielo. Tal vez al infierno.
Mañana habré muerto.
Sobre mi tumba habrá un epitafio sencillo.

“La muerte lo entienda.


La vida no pudo. Fue un ciego
que buscando rosas encontró misterios.”

Mañana habré muerto. ¡Estoy tan cansado!


La vida…los hombres…el mundo..
Mañana habré muerto perdido en los años.

Pablo Buchholtz.

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