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Abrahams Gerald - La Technika en Ajedrez, 1973 PDF
Abrahams Gerald - La Technika en Ajedrez, 1973 PDF
lA TECNICA EN AJEDREZ
Gerald Abrahams
EDITORIAL BRUGUERA, S. A.
IJARCELONA • BOGOTA • BUENOS AlflES • CARACAS. MEXICO
Título original: TECHNIQUE IN CHESS
© J. Espinosa • 1973
Cubierta
ISBN 84-02-03303-2
Depósito legal: B.· 36.009 1973 -
DESCRIPCION DE LA TECNICA
A menudo un comentarista de ajedrez concluye su
crítica de una partida o de una serie de jugadas con
la frase: « El resto fue un asunto de técnica». También
he visto comentarios como: «X demostró la superiori
dad de su técnica». A veces no he sabido comprender
lo que quería decir cuando empleaba este lenguaj e, si
es que quería decir algo, claro está. En otras ocasiones
(muy raras) he visto el término « técnica» (a mi enten
der) bien empleado. Pero es un término nunca fácil de
aplicar ni dentro ni fuera del ajedrez.
La dificultad semántica de la palabra, así como la
importancia de los rasgos que el ajedrez lleva consigo,
me animó a tratar, por radio, en varias conferencias los
puntos de la técnica. Una acogida bastante favorable
me hizo sentir el deseo de escribir un libro sobre dicho
tema; no un tratado definitivo que fuese de difícil com
prensión incluso para los mejor capacitados, sino un
ensayo para la presentación de varios métodos de juego
específicos, y algunas nociones de conocimiento y va
loración del juego, que fuesen útiles al conductor de la
partida en diversos momentos y planos de la misma.
Tuve cierta dificultad en el aislamiento entre lo que
puede propiamente ser llamado actividad técnica en aje
drez y de aquellos procesos de vista y pensamiento di
recto que son las operaciones esenciales de la mente
9
ajedrecista en acción. Pero al menos he quedado satis
fecho al comprobar que algunos procesos se hallan más
próximos a la técnica que otros. Un brillante estudio
de Reti ( diagrama 1) puede servir para ilustrar lo que
afirmo.
Este problema se soluciona por la percepción de una
posibilidad que no es fácil de ver por quien se halla
obsesionado por el valor convencional de las piezas.
1
Estudio de Reti. (Corregido
por Cheron.) Mueven blancas
y ganan.
10
En este punto las blancas no deben jugar 6RID porque
entonces 6. . .. P7A tablas (ejemplo: 7. TIT, R6A; 8. TIA,
R6R Y las blancas no pueden evitar la repetición de ju
gadas). Lo correcto es 6. TIRj.
O bien:
11
la jugada que él conoce, pero que no aprecia en su justo
valor (1).
En primer lugar esta serie de ejemplos de métodos
de juego está ideada para ayudar al principiante. Por
esto, muchos ejemplos y análisis son elementales. Pero
aún no he hallado a un buen jugador que no pueda
beneficiarse de insistir en lo relativamente elemental.
Claro está que también los buenos jugadores son ca
paces, especialmente en las complicaciones del medio
juego, de no ver las señales técnicas.
ASÍ, el diagrama 2 muestra una posición de una par
tida entre buenos jugadores.
Si:
Si:
12
2
Juegan blancas.
13
3
MarshalI-Schlechter. (San Se
bastián, 1911.) Juegan negras.
La jugada fue:
1. ... R5R; 2. R2A, R6D; 3. R3A, P4C; 4. RiA, R5R;
·
14
para valoraciones técnicas, ya que es posible elegir entre
muchas líneas de juego equivalentes.
En ninguno de los ejemplos he tratado de mostrarme
exhaustivo. Respecto a los finales de partida, existen
muchos manuales como Finales básicos de ajedrez, de
Fine, y el inestimable y brillante conjunto de Cheron,
Lehr�und Handbuch der Endspiele. Para los principios
de partida, Capablanca, Euwe, Znosk�Borovski, Tarrasch,
Tartakover y Nimzovitch (para nombrar unos pocos) han
compuesto una magnífica colección.
El nombre de Nimzovitch es particularmente impor
tante porque este nombre comporta un peligro. La gran
deza del· maestro consiste, claro está, en aquellos pode
res imaginativos que le convirtieron en el príncipe im
perial del ajedrez, incluso cuando Alekhine era su kaiser.
En sus escritos teóricos, sin embargo, sobreestimó la
utilidad de muchas -clasificaciones que había hecho de
tipos de maniobras, tanto de ataque como de defensa.
En esto siguió el grande pero :equívoco ejemplo de
Lasker, que también intentó hallar una lógica matemá
tica para el ajedrez, pero que, cuando en una ocasión
le preguntaron cómo había hallado cierto movimiento
victorioso, confesó: «Lo vi, esto es todo».
¿Cómo podría nadie realizar una jugada tan brillante
como la de Nimzovitch en la posición que muestra el
diagrama 4? (1. P3A, D X P; 2. C XD!)
4
Nirnzovitch. (Blancas.) Blancas
ganan.
15
Puede decirse que 1. P3A obstruye una línea de ac
ción, o se «interfiere», y que la captura crea una «agre
sión» en favor de las blancas. ¿Pero es que hablar de
agresiones e interferencias le ayudaría a un jugador cual
quiera a comprender lo que vio un genio del ajedrez?
La crítica a Nirnzovitch y Lasker se refiere a que no
siempre es una ayuda necesaria un «vocabulario». Ciertas
frases como «bloqueo», «superprotección», «Rey acorra
lado», «oposición», «Peón atrasado», «peones colgantes»,
«zugzwang», son útiles porque ayudan a evocar al ju
gador importantes métodos de juego. Expresiones tales
como «fuera de lugar» pueden ser o no útiles (no todas
son buenas). Pero muchas otras expresiones son evi
dentemente inútiles. Una frase como «avance restringido»
no ofrece ninguna guía para la selección de un movi
miento, como tampoco la ofrece «plena expansión», o
cualquier expresión equivalente. La «codicia de ensan
char» el Peón (un raro ejemplo de «patética apariencia
engañosa» en ajedrez) no ayuda a la decisión de si hay
que avanzar o no. A lo sumo estas frases describen mo
vimientos del modo que las clasificaciones en retórica
describen los efectos verbales. Pero el individuo que tie
ne que dar una orden a otros individuos no tiene nin
guna ayuda porque se le diga que hable en imperativo.
Es la situación la que le dice cómo debe conducirse. La
descripción es una auto consciencia innecesaria.
En este libro, por tanto, he evitado los términos que
meramente describen movimientos sin precisar ningún
método de juego útil al que pueda recurrirse. Por tanto,
me he concentrado en la exposición de métodos sin so
brecargar al lector con excesiva terminología.
De esto se deduce que, aun estando de acuerdo en
que el ajedrez puede jugarse metódicamente, debe ne
garse por completo que existe ningún sistema para el
ajedrez. El sentido común, en gran parte, o la lógica
dentro de ciertos límites, pero todo subordinado a lo que
exige la posición concreta del juego. Por este motivo
y también a fin de resaltar los límites de mi propósito,
16
no he denominado a este libro La técnica del ajedre�
sino La técnica en ajedrez. La selección de ejemplos ha
sido arbitraria, casi accidental. Sólo afirmo que todos
y cada uno de ellos pueden ser útiles para perfeccionar
se, del mismo modo que la buena labor, una vez vista
y estudiada, inspira a los estudiantes a realizar grandes y
provechosos esfuerzos.
17
y ahorá, no inmediatamente 4. D X P, D X P, sino 4. P3R, Y
el Peón negro debe caer.)
Más avanzado es el siguiente conocimiento técnico:
18
5
J'ieplov-Ba1kin. (Moscú, 1959.)
De donde sigue:
19
Esta posición es, incidentalmente, de interés técnico,
porque la situación de la Torre negrél es el resultado
de la indirecta conservación de un Peón. Las blancas
habían jugado AxP7T, y las negras, con TIT, reconquis
taron un Peón en 7TD. Pero más tarde, ASA logró que
aquella Torre quedara acorralada.
Sin embargo, lo sobresaliente del presente caso es la
jugada que tuvo lugar, a partir de la posición en Forsyth,
anotada anteriormente:
20
una maniobra elemental que es casi tan familiar corno
técnica: 26. TxCj, CXT; 27. TxCj, RxT; 28. C6Aj, R3D;
29. CxT.
y las blancas han ganado dos piezas menores por
una Torre. .
La continuación no dej a de tener cierto interés téc
nico: 29 . . T4AD; 30. C6T, P3A; 31. C4C, AXP; 32. CXPA,
. .
AxA.
6
Tal-Botvinnik.
21
confianza puede ser mal empleada, a menos que su sis
tema habitual sea maravilloso.
Así, en una exhibición de simultáneas en la BBC, el
excelente jugador Gligoric, jugando con las negras contra
un fuerte aficionado inglés, Littlewood, efectuó el movi
7
Littlewood-Gligoric. (De unas
simultáneasJ enero, 1960.) Jue
gan blancas.
22
noción de técnica; y tales cosas son posibilidades tácticas
que deben ser visualizadas con los ojos de la mente (1).
La finalidad de la técnica es que una labor sea más
fácil. El conocimiento de los métodos elementales y la
estrategia básica, ahorran mucho trabajo a un jugador
durante el largo proceso de movimientos. Dejémosle
saber al contrario lo que técnicamente es bueno y malo;
sepamos nosotros lo que técnicamente es posible y lo
que es imposible.
Tales cosas resultan particularmente importantes
cuando se está realizando la transición hacia el final
de partida.
Desde un nivel muy elevado,' aquí vemos a Tal reali
zando una maniobra que técnicamente puede tacharse
de mala, porque cambia una pieza que sería muy po
derosa en el final de' partida, por una pieza que resulta
tácticamente molesta en el medio juego (diagrama 8).
8
Botvinnik-Tal. (Campeonato
del mundo, 1960.1
23
La jugada es de gran interés:
24
gador, todos los ejemplos le resultan útiles. Ofrezco la
siguiente confirmación de la tesis:
16, 4p3, 4p3, 4P3, 4Tpr1, 2RS, 8. Este estudio de Pecko
ver muestra una aparente derrota. Cuando juega la Torre
blanca, la técnica indica que las blancas deben carecer
de defensa, pero aquel que ha visto finales, observa:
1. T3D, R7C; 2. T2Dj, P7A; 3. R3D, R8C; 4. T1Dj, P8A
{=D)j; 5. R3R!, R7C!; 6. TXD, RXT; 7. R3A Y tablas.
Esto demuestra, con tanta claridad como el estudio
de Reti del principio, la diferencia entre técnica e idea.
También demuestra cómo las ideas, si están bien asi
miladas, pueden ampliar la técnica.
En conclusión, yo repetiría que (en razÓn de la ri
queza del ajedrez) no existe un cuerpo unificado de
doctrina al que pueda llamársele técnica de aj edrez.
y no hay función de unidad que pueda hacer que la
selección de ejemplos no sea arbitraria. De acuerdo con
esto, con cualquier planteamiento que se intente, el re
sultado sólo puede ser una agregación de puntos técni
cos. Cualquiera que emprenda una búsqueda de ejem
plos, debe tratar de adquirir el mayor número posible
de detalles. Cuanto mejor es la visión en el ajedrez,
tanto menos necesario es el aprendizaje. Pero la adqui
sición . de ideas es una experiencia valiosa en todas las
posiciones y fases del ajedrez, porque en ese juego ob
servamos el milagro de la experiencia intelectual con
la que, gracias a la enseñanza de cosas antiguas, los
inteligentes hallarán inspiración para encontrar ideas
propias.
25
2
29
manantial de técnica. En este análisis radica la refuta
dón de la afirmación sugerida (más que definitivamente
formulada) por Emanuel Lasker, de que los excelentes
movimientos combinados pueden deducirse de las reglas.
Este tema queda ilustrado en el texto. Aquí bastaría de
cir que pueden formularse afirmaciones más modestas
con respecto a la técnica ajedrecística.
En ajedrez no hay fórmulas que correspondan a los
cálculos, mediante los cuales los jugadores de .damas
saben si un movimiento dado será o no el último ( 1 ).
A un nivel más bajo, en los juegos de cartas y en
los crucigramas, por ejemplo, se discierne el equipo
técnico con suma facilidad. El crucigramista, por ejem
plo, cuando ve la expresión «número romano elevado»,
ya sabe que tiene que poner uÍla M o una D. Los juga
dores de póquer conocen de memoria todas las técnicas
del descarte, el engaño o farol, el envite, etc., y lo hacen
casi automáticamente. En las actividades que involucran
al cuerpo -el atletismo y los aspectos manuales de mú
sica-, se aprenden y enseñan trucos. Pero donde la esen
cia de la actividad es el juego de las ideas, no puede
hacerse fácilmente la distinción entre la intuición del
dentífico o el artista y los auxilios que facilitan su tarea.
Sin embargo, en todas las actividades mentales pue
den discernirse ciertas reglas. En el caso' del ajedrez, la
dificultad estriba en discernir las reglas que, a la vez,
son adicionales a las leyes básicas del j uego, y distin
guirlas de las ideas en la partida. Para el jugador medio
de ajedrez, incluso para cualquier ajedrecista, que con
sidera dicho juego como algo más que un juego de suer
te, el esfuerzo y el proceso, es el de la «visión». Dados
los poderes formales de las piezas, se trata de ver lo
30
que puede conseguirse con ellas. Uno empieza a discutir
consigo mismo (ya que el único contrario en el ajedrez
es uno mismo) respecto a los efectos de los movimien- I
31
9
10
¿Detalle táctico o técnico? Las
negras pueden desclavarse con
I. . TDIR. Si 2. pXP, DXP,
..
5. TID, RIAI
32
11
dad.
12
¿Técnica o estrategia? Con 5.
P4D (replicado con P3R), las
bl ancas han preparado el ata
gue a la diagon81 con 6. r4Al
33
Los movimientos de apertura fueron:
34
pecie de aleluyas dan cierta experiencia. Como decisión
o estratégica puede ser una equivocación, ya que puede
ponerse a la Torre bajo una agresión enmascarada, o
puede colocársela donde tenga menor campo de acción
que en otro sitio. Un error bastante frecuente es el si
guiente:
Con TIR se clava a un Caballo (en SR contra una
Dama en 7R). Pero con C6Aj se pierde calidad. Pero
saber todas las ventajas que puede existir en la clavada
de las piezas menores, incluso remotamente, contra la
Dama, es (por lo que tiene de valioso) parte de 'la téc
nica. Pueden mencionarse otros postulados empíricos:
«no clavar al Cabillo de Rey del contrario antes de que
haya enrocado por el lado del Rey». Esto tampoco debe
ser considerado un principio dogmático. En una posición
específica, la clavada puede ser muy buena, incluso si
no se ha producido el enroque. (En algunas aperturas,
verbigracia, la Caro Kahn, ésta es la solución de las
negras al problema de desarrollar el Alfil de Dama.)
Por otra parte, el movimiento puede ser erróneo, aunque
el contrario haya enrocado. Otro dicterio es: «no perse
guir los peones del flanco de Dama, especialmente con
ésta». (La idea es que una pieza importante no se aleje
demasiado del centro o del flanco de acción del Rey.)
Existen numerosos ejemplos de la propiedad o impro
piedad' de esta proposición. También el difunto F. D. Ya
tes, gran valor del ajedrez británico, solía describir P4AR
como «un movimiento que siempre se hace demasiado
pronto». Pero esto no le impedía efectuarlo muy a me
nudo. lA veces también lo jugaba demasiado pronto
para su contrario!
Pueden multiplicarse las máximas. Steinitz decía:
«Convertid a vuestro Rey en una pieza de lucha» y «muy
a menudo los movimientos del Rey hacia el centro son
esenciales».
Un pensamiento peligroso es: «no dejéis escapar un
jaque, puede ser mate».
35
Lo anterior es valioso, aunque también resulta pru
dente reservar los jaques. El diagrama 13 muestra una
posición desde la cual Bobby Fischer no logró derrotar
a Tal, precisamente por haber dado jaque prematura
mente.
13
Fischer-Tal. (Del torneo de
candidatos, 1959.) Las blancas
efectúan su movimiento 22.
36
En esta categoría yo incluiría una parte de prudencia
que muchos novatos no aprecian en su debido valor:
cambiando una pieza, abandonan casillas que pasan al
indiscutible control del contrario. Así, si las casillas
negras de vuestro bando están libres en 4D, 3R, 2AR, etc.,
y un Alfil, Dama o Caballo del contrario pueden con
trolarlas, entonces resulta claro que no es deseable des
prenderse de vuestra pieza semejante (el Alfil situado
en las casillas negras), puesto que podría ser moVilizado
para actuar. en dichas casillas. Esto puede ser más un
punto de estrategia que de técnica. Pero es valioso como
un aspecto de la valoración general que debe hacerse
cuando se 'considera el cambio de piezas. Con la expe
riencia debe desarrollarse ·el conocimiento de qué piezas
'son más útiles en las configuraciones de peones. No
puede espeárrse obtener mucho consejo en forma de
reglas.
En la misma categoría puede mencionarse Id inope
rante 4ue resulta terier una columna abierta (las colum
nas de las. torres son frecuentes ejemplos) que el oponen
te puede controlar con su Torre, pero que vosotros no
podéis controlar con la vuestra porque su Alfil cubre
la casilla en la base. Esto puede ocurrir a partir del
desarrollo en fianchetto, después de haber cambiado un
Alfil por' un Caballo.
Existen muchas lecciones semejantes.
Al estudiante hay que aconsejarle que piense en 'la
técnica como en un conjunto de métodos a aplicar a pro
blemas prácticos que son frecuentes en el juego: mé
todos de manejo de piezas individuales, o grupos de
piezas, para propósitos que siempre son los mismos,
y van desde la defensa de una pieza atacada hasta la
explotación de pequeñas ventajas en los finales de par
tida.
Además, muchos procesos tácticos pueden ser des
compuestos en series de procesos técnicos elementales.
Esto no quiere decir que el equipo técnico ofrezca mu
cha habilidad en el juego táctico. Los factores de con-
37
centración y habilidad para ver algunos movimientos
venideros no pueden ser enseñados. Pero cierta dosis
de habilidad, el conocimiento de las clavadas, etc., dará
al jugador cierta ventaja en el aspecto táctico.
El diagrama 14 sirve para ilustrar lo antedicho. La
posición se presentó en una competición juvenil. (La vir
tud del ajedrez es que sus bellezas no se hallan ence
rradas en los enclaves de los todopoderosos.) Las negras
se hallan en una dificultad tan enorme como la que
podrían hallar en un campeonato mundial. Su mejor
movimiento es probablemente TID, tras lo cual P4CD
les molestaría. Sin embargo, jugaron 1. . CIR, y las
..
38
14
39
tácticas muy elementales, pero no todo aquel a quien
se le enseña la función de cada pieza (función o funcio
nes que son distintas de sus normales poderes ) aprende
la habilidad para explotar el conocimiento de las mismas.
La técnica es �saber cómo obrar» en los diversos gra
dos de ·dificultad.
Cite mos un ejemplo muy elemental. El 'aprendiz sabe
cómo se mueve el Rey y la Torre, y conoCe el significado
del mate. Pero, ¿Pllede fonar mate con un Rey y una
Torre contra un Rey solo? Dejemos que el ·aprendiz
coloque el R.ey negFo en la casilla SR de las blancas
(su propia casilla IR), el Rey blanco en 6R, la Torre
blanca en IR. El métodb es: 1. TIAD. Si las negras jue
gan lUD, entonces 2. T2AD3 (6 3, 4, 5, 6). El Rey negro
debe volver a IR, y 3. T81\. es mate. Esta maniobra ele
mental es un ejemplo del principio de «zugzwang», que
es una peculiaridad que se 'presenta especialmente en
los finales. de partida. Esto es un simple proceso táctico,
pero en la práctica esta parte de método se convierte
en una parte del conocimiento personal del moviIniento
de .las piezas, en parte de un conocimiento' de ,sus funcio
nes, además de sus poderes formales. El jugador cuyo
conocimiento del movimiento de la Torre es adecuado
para el proceso de mate antes descrito, será capaz de
forzar al Rey contrario desde cualquier hilera hacia la
posterior, mediante la repetición del proceso «zugzwang».
Ya no tendrá, al evaluar cualquier posición, ninguna
duda sobre el resultado de la partida si ésta se reduce
al final a un Rey y una Torre contra un Re y. En cierta
extensión ha adquirido técnica.
También forman parte de la técnica procesos tales
como el laborioso (aunque no difícil) mate con Alfil
y Caballo, y el hecho de que dos caballos no pueden
forzar el mate (1).- Los diferentes grados de dificultad
40
vienen ilustrados por el hecho de que dos caballos pue
den forza':" el mate en algunas situaciones en que el de
fensor posee un Peón. Este proceso, llevado a cabo (aun
que no inventado) por Troitzki, puede ser llamado téc
nico; pero para la mayoría de los jugadores requiere
toda la concentración . del · difícil juego táctico.
La técnica entonces se halla caracterizada por la ma
yor o menor dificultad. En un, nivel menos elevado hemos
visto procesos elementales de mate. Pero aunque todas
las pérdidas sean mates «de noción» (de la misma forma
que todas las muertes son un fallo del corazón), la ma
yoría de las partidas perdidas terminan antes del mate;
particularmente muchas en que la ventaj a de un Peón
se transforma en una Dama. Aquí, en el proceso de coro
nar y defenderse contra la coronación, existe gran can
tidad de técnica, poco difícil pero muy importante. Se
trata de la apreciación de la oposición, de las limitaciones
de los alfiles de distinto color, y de partes de conoci
miento como que dos peones en sexta púeden derrotar
a una Torre, y (como ya veremos más adelante) que
hay excepciones a esto. De modo similar, el extraño
poder de un Peón de Alfil para contrarrestar a una
Dama. También puede inc1uime en esta categoría la re
gla del Rey dentro del cuadrado (me siento inclinado
a mostrarme de acuerdo con mi llorado amigo y discí
pulo Gordon Crown, en que nadie confía en esto: «se
ve» si el Rey está o no situado dentro del cuadrado).
Más importante que una regla 'abstracta como ésta son
los estudios sobre las capacidades de las piezas menores
(y mayores) para contender con los peones que están
logrando la coronación. .
Muchos de estos procesos son fáciles, y algunos difí
ciles. A veces, una brillante idea (como la de Reti, dia
gramada con el núm. 52), una vez estudiada y compren
dida, se convierte en parte de la técnica. Pocas de tales
ideas son tan difíCiles como el jugar un Rey y dos caba
llos contra un Rey y un Peón, y pueden ser aprendidas
con facilidad. Por otra parte ahorran trabajo.
41
Muy interesante es una posición lograda por Bot
vinnik en una exhibición de simultáneas, en la que apre
ció la necesidad de una «ocupación de banda» totalmen
te desusada (diagrama 15).
15
Botvinnik. (De unas simultá
neas jugadas en Moscú, 1945.)
Las blancas juegan y ganan.
piezas.
42
En el diagrama 16 se presenta una simple ilustración
del tema.
16
Las blancas juegan y ganan.
1. R2A R7T
43
El lector puede deducir por sí mismo que este método
sería válido si el Peón blanco del diagrama estuviese
en 2CD, pero no estando en 2TD, 2D o 2R.
Así, las ideas se absorben y se convierten en «méto
do». No hay límite para la dificultad de los procesos
que pueden convertirse en técnicos y que, al ser absor
bidos, resultan más fáciles. Tal vez la esencia del «pro
cedimiento técnico» -distinto de la destreza en la téc
nica general (que es realmente un criterio adquirido por
la experiencia)- sea su facilidad de enseñanza. Y mu
chos puntos de "la técnica son suficientemente difíciles
para ver «a la luz de su naturaleza» que justifican su
enseñanza. Así, el jugador con Rey y Torre contra · Rey,
Torre y . Peón de Torre en el siguiente diagrama (núme
ro 17), puede requerir la enseñanza de cuál es la mejor
casilla para su Rey; lejos del Peón o muy cerca de él,
pero no en las casillas de en medio. (Así, si, en la posi
ción del diagrama, el Rey blanco estuviese ea SCR y el
peón negro en su casilla STD, el blanco debería pasar
a 2CR para hallarse a salvo.) Lo esencial es que si el Rey
se halla en, digamos, 2AR cuando el Peón negro está en
su casilla 7TD, las negras ganarán con T8T: si T X P,
T7Tj gana la Torre.
17
Las blancas juegan y entablan.
1. R2C. No 1. R2A (o R2R),
T8T I 2. TxP, J7Jj, y ganarían
las negras.
44
De esta categoría hay muchos estudios que muestran
duelos entre las piezas, e specialmente son interesantes
aquellos en que se produce la coronación de un Peón
o la frustración de tal coronación.
Algunos de tales métodos se demuestran en jugadas
maestras o por análisis y forman parte del stock técnico.
A modo de contraste, hay ideas que son difíciles, y no
forman parte del conocimiento ordinario, aunque sirven
para inspirar otras ideas. Muchas grandes composiciones
de finales de partida no tienen nada que ver con la
técnica a causa de sus individmilismos y dificultades.
'
Sobre este principio hay que ser circunspecto en aplicar
el término técnica a todo lo excesivamente difícil. Cuan
do Alekhine salvó una partida contra Reshevsky en un
final de torres, teniendo él dos peones separados de su
Rey, los comentaristas dijeron:
-Mit einer grossartigen technik gespielt (diagra
ma 18) ( 1 ).
18
Reshevsky Alekhine.
- CAvro,
1938.) Las negras efectúan su
movimiento 42.
(1) Del alemán: Jugado con una técnica magistral. (N. del T.)
45
Pero yo más bien afirmaría que halló los recursos
gracias a su gran visión. El juego es de sumo interés:
46
(No 60. P4T, T6Cj; 61. R4A, T5Cj; 62. RSC, T5T!
victoria para las negras.)
47
19
Estudio de Kasparian. Las blan
cas juegan y ganan.
La solución es:
1. A5C P6C (Io mejor) 6. D3Tj T7T
2. T2Dj R8T 7. T2D! TxD
3. P7A TxA 8. T2CD T7T
4. P8A=D T8Cj 9. TIC mate
S. T 1D T7C
(Amenazando mate)
Esta composición mereció el primer premio en una
competición rusa, en 1939.
Como contraste, en el diagrama 20 hay un bello es
tudio de Rinck; estudio que puede ser llamado práctico
20
Estudio de Rinck. Las blancas
juegan y hacen tablas.
48
porque precisa unos recursos que un jugador cualquiera
puede hallar útiles. Tal estudio es una contribución a la
técnica.
La solución es :
de «divertir e instruir».
Existen múchos estudios relevantes que, aunque no
enseñan un método, sirven para demostrar que pueden
efectuarse ciertas operaciones.
Así, aquí hay un estudio de Kopaev (diagrama 21)
que muestra que en una posición apropiada la Dama
y el Alfil pueden derrotar a la otra Dama.
21
Estudio de Kopaev. Las bIan..
eaa juegan y ganan.
49
1. D6D D7Tj 5. A3Rj R1C
2. R8A R2C 6. DSCj R1A
3. D7Aj R3T 7. R7R D7T
4. D6Aj R2T
22
Estudio de Keres. Las blancas
juegan y entablan.
50
Slclones, así como en sus jugadas. Así, el diagrama 22
es un estudio de Keres.
El punto instructivo es que las blancas no deben
jugar el « claro» R4A. Entonces pierden:
1. RSA
51
23
Bikova-Rubtsova. (M o s e ú ,
1958.1 Juegan las negras.
Si
S2
24
Keres-Gligoric. '(Torneo de
Candidatos, 1959.>.
25
Keres-Gligoric. (Torneo éle
Candidatos, 1959.)
miento.
53
La literatura ajedrecista es rica en maniobras muy
instructivas. Pero la mayoría se hallan caracterizadas
por algo más que técnica. Este es otro modo de afirmar
que la técnica no es suficiente. Empezaremos con un
ejemplo sencillo. Imaginemos que jugamos un final con
la ventaja de una pieza, en un lado del tablero el Rey
entre peones, dejando al Rey del contrario perdido en
tre peones en el otro extremo del tablero. Si la pieza
restante ( digamos un Caballo) puede sacrificarse por
un Peón peligroso, la partida puede quedar reducida
a un estudio competitivo en coronaciones. Pero puede
existir tal diversidad de variaciones (por ejemplo, en
el orden de captura de peones ) que la técnica queda
pospuesta hasta que se ha llevado a cabo el desarrollo
preciso de situaciones de los movimientos.
Un jugador puede haber situado sus piezas en las
'
mejores · casillas y estar en posición de ganar peones.
¿Pero qué Peón debe comerse? ¿Y qué sucederá des
pués?
En una de las · partidas del campeonato mundial
de 1958 (la 14), Botvinnik rechazó la oportunidad de
capturar un Peón del flanco de Rey, pero mantuvo la
presión en ambas alas, irrumpiendo eventualmente en
el lado de la Dama, mientras su contrario ganaba el
Peón del lado del Rey.
Si hay técnica en tal final de partida, reside en un
cono Cimiento temprano de las posibilidades del desarro
llo, de la clara apreciación de que la última posición del
Peón blanco será más eficaz que la del negro. Pero los
finales de partida de este tipo -y todas las difíciles
transiciones hacia los finales de partida del ajedrez ma
gistral- son demasiado sutiles para ser clasificados téc..;
nicamente. El factor común es un esfuerzo en conseguir
dos cosas: conservar las ventajas y convertirlas en vic
toria.
La variedad de los ejemplos ya citados sugiere una
distinción: que hay un elemento «patente» en la técnica,
y otro «latente». Es patente cualquier método explícito,
54
por ejemplo, forzar la coronaClOn de un Peón, ganar
con Torre y Alfil contra Alfil, etc. Es latente todo el co
nocimiento del método y de las funciones de las piezas,
que está dentro de la perspicacia del jugador. Ocasional
mente, esto puede ser instructivamente separado.
Así, colocando una Dama blanca en 6TR y el Alfil
blanco en 3D, y las negras el Rey en ICR, la Torre en
lAR, los peones en 2AR y 2TR, nos encontramos ante
una amenaza de mate en un movimiento. Moved la Torre
a IR y entonces es un proceso de amenaza de mate
por A x Pj , A6Cj descubierto, D7Tj y D x P mate. En el
siguiente diagrama ' (26 ) esta cIase de idea se halla la
tente.
La posición siguiente es de una partida jugada entre
Capablanca y Nimzovitch.
26
Capablanca-Nimzovitch. Jue
gan las negras.
55
Ahora puede efectuarse la misma serie de movimientos,
y las negras tienen que darse cuenta de que con 5 . ...Rle
no escaparán al mate (un mate sumamente elaborado),
pero en cada caso la distinción está clara. El proceso
de este mate es familiar: la familiaridad es un cónoci·
miento de las funciones de las piezas . Lo que requirió
visión fue la percep ción de una serie de movimientos
para forzar la situación de mate. Una técnica mínima
-el conocimiento de los poderes de mate de la Dama
y el Alfil- está latente; por otra parte, es básica.· Sin
tal conocimiento no empieza la idea táctica.
27
luegan las negras.
1. • •• A4D
56
Este particular proceso de mate debe ser conocido
por los jugadores, tanto si son capaces de verlo «a sim
ple vista», como si no. Es bastante frecuente que sea,
«técnico», un rasgo importante de la vida de los reyes
en las esquinas, y comparable al mate ahogado.
Tal cosa debe verse o debe conocerse. Si se la han
enseñado, un jugador puede llegar a verla. Debe ser
clasificada como una percepción táctica capaz de apren
derse; puede estar en la técnica latente
. del jugador bien
preparado.
En el ajedrez magistral, generalmente, existen innu
merables ejemplos de la suficiencia de la técnica (latente
y patente) en el juego práctico. En la posición del dia
grama 28 (por la que me hallo en deuda con un artículo
del gran maestro ruso Averbach) parece como si las
negras debieran vencer, pero permitió una liquidación
de material, ignorando algunos recursos del Rey en
finales.
28
Shelftz-Kholmov.
(Dresde, 1956.)
Juegan las negras.
57
(Movimiento que no hubiera podido realizarse si la
Dama negra hubiese estado en su casilla 4AD.)
58
·
29
Estudio de Del Rio. Juegan
las blancas y 5ólo pueden en
tablar.
30
Estudio de Von Guretzki-Cor..
nitz. Ganan las blancas.
59
La posición del diagrama 30 es sólo semitécnica de
bido a las muchas variantes tácticas que se hallan en
vueltas en la liquidación. Hay ventajas de las cuales
la explotación es meramente técnica, por ejemplo: Rey
y Peón contra Rey. Pero muchas ventajas técnicas -la
gran mayoría de las ventajas interesantes- requieren
explotación táctica. Sumamente elemental es la siguiente
posición lograda por el autor hace algunos años en un
torneo:
60
mismo que desobstruir líneas, el sacrificio de Peón
puede también creflr un bloqueo.
De desocupar una casilla. es un ejemplo excelente la
posición alcanzada entre el autor (blancas) y C. H. O. D.
Alexander en 1946, en Nottingham:·
61
Ganando un tiempo.
23. D x PC PsR
62
nes, si los peones doblados se hallan en la fila del Alfil
o la Torre. (El Peón que llega a se no debe ser tomado.)
Sobre esta base no debe suponerse que los cambios
sean buenos. (Dogmáticamente, no estoy afirmando que
sean malos.) Así:
63
Del mismo puede aprenderse: a) Algo sobre la velo
cidad de los reyes. b) Un factor característico del final
de partida: que una coronación puede llegar a ser inútil
debido a un mate. e) Un recurso aprovechable para co
ronar un Peón (éste es el recurso latente en la clave).
d) Cuando esto se aprecia, una bonita enseñaDza acerca
de los duelos entre Torre y Caballo. Aquí está la solu
ción: 1. R7 T!, PST; 2. R6C, P6T; 3. RSC, P7T; 4. R4C,
P8T(=D); 5. R3C gana. ¡Ahora hemos visto por qué el
primer movimiento no era RxPl
Sin embargo, las posibilidades no están agotadas.
Probemos 4. P4C!; 5. R3C, P8T(=C)j una «subcorona
ción». Las variaciones son numerosas. Baste aquí una
línea principal: 6. R3A, PSCj; 7. R X P, C7Aj; 8. R3A, C6D;
31
Estudio d e Moravec. Juegan
las blancas y ganan�
9. TST!, C8Rj; 10. R2R, C7C; 11. T1Tj, R7T; 12. R3A, C5Tj;
13. R4C, C7C; 14. T2T, R8C; 15. R3C, C6R; 16. R3A, C4D;
17. T2Cj, R8T; 18. T2D, C3A; 19. T6D, C1R; 20. T6R, C2A;
21. T6AD, C4D; 22. R3C o 2A fuerza el mate.
64
SEGUNDA PARTE
LA EXPLOTACION DE LAS
VENTAJAS MATERIALES
. (
3·AJEDREZ
El ajedrez puede quedar dividido, aunque inexacta
mente, de un modo útil, en dos fases: a) la lucha por
la ventaja, y b) el intento de convertir las ventaj as ad
quiridas en victoria. Esta segunda fase, la explotación,
puede terminar la partida en un período relativamente
breve; a veces la partida termina en una fase que lla
mamos desenlace. (Por paradoja, el uso del término
«final de partida» no es equivalente al de «desenlace».)
Si hay una fase en el ajedrez en que la técnica se
torne evidente, patente más que latente, es la del desen
lace, a causa de que en el mismo se ÍInponen las carac
terísticas de las piezas y grupos de piezas, y los rasgos
de la geometría del tablero (tal como los rasgos y ca
racterísticas especiales de las columnas de Torre, las
diagonales de Alfil, etc.) son únicamente perceptibles
y apropiadas gracias a su aislamiento. Estudiaremos
primero algunas' de tales características. Para los pro
pósitos de los jugadores que no vencen muy pronto o que
'dan vencidos, el margen más frecuente de ventaja clara
es el Peón solitario y Rey contra Rey. La habilidad en
saber aprovechar esta ventaja es vital, porque la mayor
parte del juego queda dominada por la presunción de
que la posesión eventual de un «Peón de más» es la
justificación de todo el planteamiento. La ventaja resul
tante no siempre es suficiente para la victoria. Pero
67
la destreza en apróvechar la posición es a menudo W1
factor decisivo.
Primero hay que decir que Rey y dos peones contra
Rey y un Peón es frecuentemente un sólido fundamento
para la victoria, mucho mejor que Rey y un Peón contra
Rey solo. En cambio, puede resultar peligroso afirmar
que, generalmente, en la dinámica del ajedrez, las ven·
tajas claras parecen reducirse con la disminución de las
piezas. (Esto sobre la presunción de que la fuerza re·
ducida es menos activa que la grande.)
32
Ganan las blancas, juegue
quien juegue.
68
33
Ganan las blancas, juegue
quien juegue.
69
otros debéis mover RIR, y ahora P7R os fuerza a 7A
o 7D y vuestro contrario, con R7D o R7A fuerza la
coronación. ( Incidentalmente, puede ocurrir que el lector
piense que esta situación es una de las que «un Peón
doblado» puede ser útil. El Peón que se halla detrás en
la misma fila puede hacer un movimiento en vez del Rey,
y las negras se ven obligadas a ir a una casilla «mala».)
En la posición del diagrama, las blancas pueden
jugar
1. P4D
70
En este caso
1. P4D R4C 3. R X P
2. P4R PxP
34
Juegan las negras. Ganan las
blancas..
3. R3A 5. R6A
4. RSD RlR
Si ahora
S. RID
71
y el Rey negro en 8R. ¿Cómo forzaríais una victoria?
Si lo intentáis, descubriréis que se falla si se mueve el
Peón. El método de las blancas es: 1. R2A o R2D seguido
del avance del Rey. Así:
72
blancas pueden con facilidad equivocarse, ya que 2. P4R
es tentador porque PXPj; 3. RxP le da la ventaja de
un Peón alejado.
Pero en respuesta a
2. P4R·
2. • .• R3A!
y si entonces
3. P xP R4R
Así:
1. R4C 3. R4T
2. R3C R4A
73
P4Rj , Y si entonces el Rey negro se mueve vía 5A a 6R,
el Peón blanco se toma inmune, corona y puede parar el
Peón negro.
La posición resultante de esta línea de juego sería
similar a una planteada en el diagrama 35.
El proceso victorioso es una importante lección de
técnica.
35
Las blancas juegan y ganan.
1. D2R
(también puede e�pezarse con jaque)
l. RSA 3. D3Dj RSA
2. D4Aj Rse 4. D3Aj
Esto es la clave de la solución. Las negras deben
bloquear el Peón . durante una jugada para darles un
-
74
Ahora obsérvese una de las excentricidades del ta
blero. Muévase la posición del diagrama 35 una casilla
a la izquierda (véase diagrama 36).
36
Blancas juegan y sólo enta
blan.
75
gar al lector que coloque los peones blancos en 6CR
y 7AR, el Peón negro en su 2CR, el Rey blanco en 6R, el
Rey negro en su lAR. Las blancas no pueden forzar la
posición, pero si ésta se traslada una casilla' a la iz
quierda, ganan, porque el Rey puede pasar al otro lado
del Peón negro. Para volver al tema de la coronación,
muévanse las piezas del diagrama 33 una casilla, a la
izquierda (diagrama 37).
37
Juegan las negras. ¿Cuál es el
resultado?
'
Existe una sutil diferencia con la posición del dia
grama 33, y es que el Peón negro es un Peón de Alfil.
Probemos:
76
estudio de Troitski (diagrama 38), siendo en realidad
una exposición de técnica.
38
Estudio de Troitski. Blancas
juegan. ¿Cuál es_ el resultado?
3. A3Aj 5. P8R=Dj
4. RxA P6A
77
Volvamos, no obstante, al momento antes de que la
Dama aparezca en el tablero. El lector no debe inferir,
de mi proposición sobre el Rey y dos peones contra Rey
y Peón, que estas posiciones sean normalmente fáciles.
¡Lejos de ello!
El diagrama 39 muestra una posición ventajosa, pero
la victoria no es fácil.
39
Las blanc� juegan y ganan.
78
i Sin embargo, las blancas pueden ganar! El método
es el sacrificio.
1. R6A RID 3. R7A
2. P7D! RxP
y las blancas tienen la oposición, y una casilla libre
muy útil.
3. RlD 8. RxP RlA
4. R6R R2A , 9. R6D RID
5. R7R RlA 10. ,P6A R lA
6. R6D R2C 11. P7A gana.
7. R7D RlC
40
Las negras juegan y ganan.
79
El diagrama 41, no obstante, muestra algo más difí
cil, que no puede solucionarse con un sacrificio.
1. P6Aj es muy bueno si las negras lo aceptan.
41
Las blancas juegan y ganan.
Así:
Si:
2. RI D 3. RIA
3. R6D 4. RxP
(amenazando P7C)
3. PxP 4. R xP RIA
80
Con las sencillas tablas ya vistas. No obstante, hay
un acercamiento más sutil.
1. RSR R3A
81
4-AJEDREZ
42
Marshall-Leonhardt. <Hambur
go, 1911.) Las blancas juegan
y ganan.
2. l»4C
82
coronación en ocho. Las negras no pueden igualar esta
marcha.
10. P5TR
10. • •• P4T
Un ensayo desesperado.
83
Sin embargo, esto no lo comprenden todos los princi
piantes_ Más sofisticada es la situación siguiente: Un
Peón está compitiendo en velocidad con otro Peón, y
uno de ellos se halla más próximo al objetivo. Pero hay
los movimientos del Rey como posibilidades_ La técnica
normal re quiere en esta situación separar los movi
mientos del Rey de los del �eón, de acuerdo con la
perspectiva de movimient os que se prevén.
84
Pero un jugador que contemple a di stanci a una p os i
ción como 24, lp6, 4P2R, 2rS, 16, tiene que asegurar el
movimiento que hará. Las negras mueven y juegan RSD;
su Peón puede esperar. Una línea de juego es:
85
Obsérvese que las blancas no tienen otra manera de
ganar. No pueden confiar en una «puñalada por la es
palda». Así: 1 . P6A, P6C; 2. P7A, P7C; 3. P=D, P=D;
4. D8Tj, R6C; 5. D8Cj, R7T, que preserva a la Dama.
El diagrama 44 es ligeramente más difícil. Si en la
carrera de peones las blancas comienzan antes, éstas
ganan a causa del recurso de la «puñalada por la es
palda».
44
Blancas 'mueven. ¿Cuál es el
resultado?
86
del Peón con P5C. y ahora, cuando ambos han corona
do, no hay «puñalada por la espalda» contra el Rey
negro, como en la primera variante.
Pero ahora alteremos la posición muy ligeramente
(diagrama 45). El Rey blanco se halla en ST, en vez
de 4T.
45
Las blancas juegan y ganan.
Si ahora:
87
46
Juegan las blancas. ¿Cuál es el
resultado?
1. · A x Pj
1. RXA 3. P8A=D
2. P7A P7A
Si
88
47
Estudio de Troitski. Mueven
las blancas. ¿Cuál es el resul
tado?
48
Las blancas juegan y ganan.
89
Las blancas tienen elección en los movimientos de
peones. El PTR se halla fuera del alcance del Rey negro.
El PTD puede ser alcanzado, puesto que se halla «den
tro del cuadrado».
Sin embargo el PTD tiene una ventaja: amenaza co
,
1. PSTD
90
49
Las blancas juegan y ganan.
1. P5T RIR
2. P6T
50
Las blancas juegan y ganan.
91
1. P4TR no puede ser contestado con P4TD porque
eventualmente P8T da jaque. Por t anto, l.. . PX P e s ne
.
51
Las negras juegan y. ganan. \
1� ••• P4T 2. Rx P
2• • .. PxP 3. R4Cl
92
(Si 6. P6T, PxP y corona, dominando la casilla h8. )
52
Estudio de Reti. Las blancas
juegan y hacen tablas.
93
tablas. El Rey se halla terriblemente lejos del Peón ne
gro, y es demasiado lento para atraparlo en la forma
ordinaria; pero hay algo en la posición que parece ace
lerarle tremendamente.
Lo cierto es que si el Rey llega a 6R, el PAD puede
ser promocionado a Dama. Por tanto,
2. . •• R3C 3. RSR!
3 .
.
.•• RXP
53
Estudio de Reti. Las blancas
juegan y entablan.
94
La solución de este estudio, con el difícil movimiento
clave R7R (obstruyendo su propio Peón), es buen aje
drez . (1. R7R, P4C; 2. R6D, PSC; 3. P7R, A4C; 4. R5A, ta
blas.) Pero el sencillo planteamiento de la idea original
es clásico en su belleza y perfect o sin necesidad de em:.
bellecimiento$.
La. normalidad en ajedrez de una batalla final entre
peones, con participación de los reyes, queda clara en
el vocabulario ajedrecístico, y algo convencional
. en las
nociones de ajedrez.
-Convertid a vuestro Rey en una pieza de batall�"
-aconseja Steinitz.
Este es un consejo valioso a mitad de partida, y lo�,
ejemplos de ello son frecuentes. Pero, particularmente,
en el buen ajedrez se observará que a medida que se�
aproxima el término de la fase media de la partida,' con
la «limpieza del tablero» (quitar madera, o «Abholiung»,
como lo llaman los alemanes), los jugadores se esfuer':
zan en centralizar al Rey, o en llevarlo cerca del. grupo
.
95
Peón útil. Digamos que tienen un Peón en SeD, con un ,
54
Rey' interceptado.
96
,5 5
El Rey rescatado.
56
Técnica Lucena.
97
Volvamos al tema del diagrama 54. Si el Rey contra
rio se halla interceptado suficientemente lejos, el Rey
y el Peón pueden maniobrar para conseguir la victoria.
1. TST
4 • • •• T BAj 5. R5D!
98
57
Jorre interceptada.
58
Juegan las negras.
99
Aquí las negras juegan: . 1. . . . T8TR. Pero las blancas,
con 2. T4Rj Y 3. T4T, interceptan a la Torre negra para
la defensa. Esto, incidentalmente, es uno de los pocos
trucos que pueden hacerse con una Torre. El diagra
ma 58 muestra una defensa aparente. No 1. . . . TID, a
causa de 2. R7A, que pone al Rey en acción con dema
siada rapidez, sino 1. . . . T5A, que parece admirable. Sin
embargo, la réplica es :
59
Estudio de Lasker. Las blan
cas juegan y ganan.
100
Torre blanca. Las blancas demostraron diestramente que
la doble función de la Torre negra (guardar su casilla
7TR y cubrir la lAD) es más difícil de desempeñar.
1. R7C T7Cj
(No hay opción.)
2. R6T
(No hay protección «Lucena» en el otro bando por
que la Torre blanca está' frenada.)
101
piece la carrera de peones, el que se halle más allá
del Rey defensor tiene ventaja, aunque no esté necesa
riamente inmunizado de verse cogido, pues sí puede
serlo, pero en tal caso, los tiempos empleados para ello
por parte de la defensa resultarán fatales en otros sen
tidos� El siguiente diagrama 60 es un buen ejemplo.
60
Juegan las negras.
102
Otro fácil, aunque estupendo, ejemplo del Peón pasa
do remoto se muestra en el diagrama 6 1 . Como el Rey
negro se halla atado al peligroso PTn blanco, las blan
cas tienen tiempo para capturar los dos peones negros.
61
Las blancas juegan y ganan.
62
Ganan las blancas, juegue
quien juegue.
103
Obsérvese, en passant, que dos peones desligados pue
den detener a un Rey con la misma eficacia que dos
peones unidos. En cambio, hay situaciones en las que
dos peones desligados son superiores. Tal ocurre en el
cliagrama 62.
Al mover las blancas pueden jugar RIC. Entonces las
negras, al mover, pierden. Si RIT o 2T, P7A gana. Si R2A
o lA, P7T gana. Si los peones están más abajo del tao
blero, por ejemplo en ST y SA, la partida acaba en
tablas. El Rey negro en 2C puede jugar sencillamente
RIC y las blancas no pueden avanzar. Las negras pue
den incluso jugar R3A(3T). Si R3A; 2. P6T, las negras
no pueden, naturalmente, capturar, sino que deben vol·
ver a 2A. Desde ahora en adelante su juego debe ser:
R2A, R3A, R2A, etcétera.
63
Si juegan las blancas, ganan.
Si juegan las negras, entablan.
Así:
104
capturando el Peón de Alfil y, eventualmente, dando su
Alfil por el Peón de Torre. Pero si las blancas mueven,
ganan mediante:
1. A X Pj
1. A x Pj R3T 3. A x P RXP
2. A1T P3A 4. A7D gana
105
gras no han tenido tiempo de jugar P3A. Esto habría
sido un típico «bloqueo». En su ausencia, las blancas,
al mover, juegan:
1. P6A
64
Jugado e n 1922. Las blancas
juegan y ganan.
106
La posición también ilustra otras verdades, por ejem
plo, que la cantidad de peones (las blancas tienen me
nos) es de menor importancia que su cualidad dinámica.
Así, omitamos los alfiles del diagrama 64 y traslade
mos el Peón de Alfil blanco a 4R, y tendremos un tipo
de amenaza muy frecuente: P5R gana con sencillez. Esto
podría ser impedido con P3A por parte de las negras, y
sería un interesante ejemplo de superprotección. En la
práctica este movimiento sería jugado como una nece
sidad táctica, pero la descripción técnica es útil para
situaciones en que no existe inmediata necesidad táctica.
Otra verdad, que debemos recalcar antes de abando
nar esta posición, es que las fórmulas son poco dignas
de crédito. En el diagrama 64, el Peón en 3CR es un
«Peón atrasado», uno de los «intocables» del ajedrez, pre
cisamente porque es tan fácilmente atacable por su con
trario. En esta posición, no obstante, su potencia diná
mica no es menor que la' de los peones adelantados.
La moraleja es que en ajedrez se juzga, no por las
formas, sino por las funciones.
Posiblemente, el ejemplo más espectacular de lo que
los peones pueden realizar contra peones sea el dia
grama 65.
65
Si juegan blancas, ganan. Si
mueven negras, tablas.
107
El movimiento vencedor es 1. P6C. Este amenaza a
P x PA y P X PT. y elagresor debe ser capturado. Pero
si PT X P, las blancas
avanzan P6A. Este Peón debe ser
tomado. Por tanto, P6T vence con claridad.
Si �n el primer movimiento las negras juegan PAXP,
se tiene a mano un proceso interesante: 2. P6T, P x P ;
3. P6A, gana. '
(Obsérvese que un Rey negro más próximo a ia es
cena de la acción podría tomar esta línea imposible de
jugar.)
Si en la posición del diagrama las negras mueven,
tienen que jugar 1. . . . P3C. Esto hace tablas, pero no las
consigue 1 . . . . P3T, que se replica con 2. P6A! Y no
1. . . . P3A; 2. P6T!.
La lección de este diagrama es la siguiente: aunque
los peones se hallen en su mejor situación, cuando están
alineados (debido a que no están retrasados), si quiere
que su posición sea completamente segura, la estruc
tura debe ser triangular con el Peón central , en punta
hacia atrás. Así, los, peones en 3TD, 2CD, 3AD pueden im
pedir cualquier avance de tres peones directamente en
carados. Esperan a su contrario para proceder a su
captura. También se hallan a salvo si el contrari,o tiene
cuatr9 o cinco peones en estas tres filas, siempre que
los otros peones estén en la fila del Alfil o de la Torre.
Pero cuatro peones formados por Peón d e Alfil, Peón de
Torre y dos peones de Caballo podrían, con un manejo
'adecuado, romper la configuración debido a que serían
dos las puntas de lanza.
Incidentalmente, la siguiente posición artificial es di
vertida:
108
Se ha sugerido que el primer movimiento, sea el que
fuere, gana, pero pienso que esto no ha quedado debi
damente demostrado.
La sugerencia es: 1. R2R, R2D; 2. R3A, R3A; 3. P4T,
P4T' 4. P4A, P4A; 5. P4C, P4C; 6. R3R, R3D; 7. R4D, con
�
opo ición. Esto no se presenta aquí como una línea vic
toriosa.
Contra los peones dinámicos, un · Rey puede ser sor-
prendentemente bueno y sorprendentemente débil.
Es interesante el diagrama 66.
66
Si juegan blancas, ganan. Si
juegan negras, ganan.
109
Si 1. . P6T; 2. R2T; en cualquier caso se tiene que
. .
67
Ed. Lasker-Moll. Mueven las
negras.
110
Es correcto:
1. P3A
Si luego:
2. P4A P3T
Pero si en cambio:
111
corto alcance se hallan seriamente comprometidas (re
yes y peones y, hasta cierta extensión, los caballos),
y algunas posibilidades vitales son movimientos irrever·
sibles, la semejanza con las damas (un juego de piezas
de corto alcance) crece de punto, y el juego queda do
'minado por la aversión del jugador a ,encerrar sus pie
zas irreparablemente. Así hemos visto, en Rey y Peón
contra Rey, la operación de un principio de «zugzwang».
Vence o hace tablas aquel cuyo contrario se encierra
a sí mismo.
Esta es la lÓgica de la característica técnica llamada
;«oposición».
, La oposición en , su forma simple se ve en un tablero
;abierto cuyas únicas piezas , sean los dos reyes. Colocar
los reyes en 4R y 6R. Ahora el blanco en 4R quieré al·
canzar una casilla de la quinta o sexta fila. Teniendo el
turno de juego no puede conseguirlo. Si juega a 4D, el
Rey adversario se le opone con R3D. Por otra parte, si
se moviese el contrario, éste se vería obligado a jugar
3D o 3A, y el Rey desde 4R puede alcanzar la quinta,
sexta, séptima u octáva fila.
Habiéndolo conseguido, puede verse impedido en su
retorno.
ASÍ, el Rey negro se traslada a 3D. Ahora 2. RfS, Rd5
y el Rey negro ha recobrado la oposición. El blanco
utilizó su ganancia de oposición para llegar a la casilla
que deseaba. De haberse preocupado sólo de restringir
al Rey negro, se habría encontrado en Rd6 con Rd4, etc.
La oposición existe asimismo en dlagonal. Coloque
mos los reyes en d4 y f6; el blanco, al moverse, puede
verse impedido al menos de llegar a cualquier lugar del
amplio cuadrado, cuyos lados son eS a eS y eS a hS.
En el ajedrez práctico, el principio usualmente se
aplica a una lucha entre reyes con respecto a peones
contiguos. Así vemos el sencillo diagrama 68�
112
68
Si mueven blancas, entablan.
Si mueven negras, pierden.
113
y su progreso ha finalizado.
1 14
cierto. Entre peones, la idea importante es más empíri
ca: ¿ debo ser llevado a una posición desde la que deba
retroceder? Véase el diagrama 69.
69
Juegan blancas. ¿Qué resulta
do? Juegan negras, ¿qué resul·
tado?
1 15
sición. Lo que se re quiere es : jugar de forma que vues
tro movimiento cree el «zugzwang». No hay leyes, reglas
ni fórmulas, pero la técnica ' se caracteriza por una re
presión. «Cuidado con amenazar con excesiva rapidez.
Puede existir una buena rép li ca.»
Incidentalmente, la posición del diagrama 69 es va
liosa también si se llega a su final. Ciertamente, no hay
que saltar a la conclusión de que quien efectúe el mo
vimiento, gana.
116
En las posiciones en que hay un cerco de peones, etc.,
impidiendo jugar la oposición, se ve con frecuencia este
paso lateral del rey.
El planteamiento del diagrama 70 ilustra este proce
so. Hagamos que el primer movimiento de las blancas
sea 1. R3R. Ahora si las negras juegan R3R han perdido
en razón de 2. R4R. Las matemáticas de la oposición
70
Juegan las blancas.
1 17
doro Pero R4R no es fatal. En respuesta a 2. . . . R4R, las
blancas juegan 3. R3R, Y ahora la situación es de nue:vo
crítica. Si 3. . . . R3R; 4. R4R gana. Pero 3 . . . . R3D permIte
a las negras enfrentarse a 4. R4R con R3R. Por tanto, a
su vez' las blancas no se atreverán a jugar 5. R3R a cau
sa de 5 . . R4R, penetrante, sino que deben triangular
..
71
Juegan las blancas.
118
72
Las blancas ganan el PD, mue
va quien mueva.
1. R2D
1 19
73
Juegan las blancas y entablan.
120
las blancas tienen líneas de entrada en el campo de'
los peones negros, en bS, gS y hS. De manera igualmente
obvia, las negras pueden impedir el acceso, eficazmente,
en cualquier dirección. Pero, ¿puede la maniobra de las
blancas impedir que las negras tengan a su Rey a mano
para ambos peligros? Si el Rey blanco se halla en 3D
y mueve primero, sólo existe una casilla segura para
el Rey negro. Si éste se halla en 2AD, el blanco no puede
hallar una vía de avance por 4AD, y puede también en
contrarse el negro con el Rey blanco en ' buen terreno
si el último lo intenta por gS. De ahí se sigue que si el
Rey blanco está en 3D, y el Rey negro en 2AD moviendO'
las negras, éstas deben perder.
74
Estudio de Em. Lasker y Rei
chelm. Las blancas juegan y
ganan.
121
Con la mejor continuación, las negras, al mover, se
gún la posición del diagrama, entablan como "si�e:
5. R2D RIA
122
75
Estudio de T. R. Dawson. Las
blancas juegan y ganan.
1. RID
'
Las negras pueden elegir entre dos principales líneas
de juego (otros movimientos conducen a tina variante
similar.) Tienen que elegir entre R3A o R4A. Si:
1. R4A 2. R2R
Si luego::
Si:
Si (otras variantes):
123
(R4D se replica con R3R)
3. R2R R3A
4. R3A
Ahora si:
4. R4D 5. R3R
Si:
y si:.
124
Coloque el lector peones blancos en 2AR, 2CR y 2TR,
Y negros en sus 4AR, 3CR y 2TR.
Con P4AR las blancas reducen las opciones negras
a dos : P3T y P4T.
Si se juega P4T, entonces P3C reserva dos opciones
a las blancas, 4T reserva una. En ambos casos, las ne
gras no tienen movimiento: si se juega h6 viene h4, de
jando sólo h5 para jugarse, y a continuación g3 crea
«zugzwang».
Imaginemos ahora que una situación de oposición
se ha obtenido en otras partes del tablero; resulta que
la naturaleza de los peones negros probará ser un factor
para la pérdida de la partida�
Para ilustrarlo utilizo una pQsición por la que me
hallo en deuda con míster Joseph, el maestro de Man
chester. El diagrama 76 es de manifiesto interés.
76,
125
mano, aparte del normal beneficio del turno para mover;
también tienen propósitos positivos que pueden cum·
plir. En particular, pueden alterar la posición de los
peones, en su favor, antes de los cambios y del duelo
de oposición.
1. A4R
Así:
3. P4A
El proceso no es sencillo.
126
convencional' con 3. ASe, P3T; 4. A7T, porque la libertad
del Caballo torna difícil la victoria.
El siguiente movimiento de las blancas es con el Rey.
Después de:
sigue
7. P4A
(Para parar P4C)
127
atreverán a arriesgar P5A, que le da al Rey blanco una
casilla. Lo mejor es 8. P3C.
Ahora el lector puede averiguar las dificultades de
las negras.
8. . . . P4T replicado por P4A o P3A; 8. . .. P5A es com
prometedor. Las blancas podrían ganar ignorándolo con
P4C.
La victoria, no obstante, es difícil. Las blancas irían
a por el PTD. (La captura, 9. P x P, también vencería,
aún más difícilmente, como puede descubrir por sí mis
mo el lector.)
Otra vez:
128
Un estudio dinámico de Grigorieff ilustra esto para
el ajedrez. En el diagrama 77, la característica práctica
importante es que con P4D, las blancas están amena
zando coronar con jaque.
77
Estudio de Grlgorieff. Las
blancas juegan y gan�
Por tanto:]
Por tanto:
129
y corona a tiempo de impedir la transformación del
Peón negro .
78
Estudio de Grigorieff. Las
blancas juegan y ganan.
La solución es:
R6C, R6T; 14. RST gana. Si 13. . . .R6A; 14. P3T, RSA; 15.
RST gana.
El diagrama 79 se soluciona con la siguiente ma
niobra:
130
79
Estudio de Grigorieff. Las
blancas juegan y ganan.
131
, 80
Las blancas juegan y ganan.
81
Estudio d e Reti. Las blancas
juegan y ganan.
1. T2D
132
(T3D también gana, pero lo importante es: no TID,
que sólo hace tablas: 1. TID, P5D; 2. R7D, R4D! )
Después:
1. P5D 2. TID!
133
82
Thomas-Alekhine. (Hastings,
1922.)
3. . . . T2A 6. R I C P7C
4. T4C T2T (amenazando P7Tj )
(obviamente no T x P) 7. R2T
5. RIA P6T
134
(Obsérvese que la partida de las negras todavía no
es sencilla. Si ahora: 10. . . . T8A; 11. Torre da jaque y cap
tura el Peón.)
y si éste es capturado!"
135
jugaba las negras y en la que el reconocimiento de
«zugzwang» lleva necesariamente a la victoria; el ataque
directo era menos satisfactorio.
83
Juegan las negras.
Así:
3. ClC C4C
1. T6TR
es menos satisfactorio.
136
Una posición semejante se le presentó al autor (que
tenía las blancas), y fue publicada en el New Statesman,
es la del diagrama 84. Resulta divertida porque dos to
rres están sujetas de modo desusado.
84
Juegan las blancas.
1. P6Cj R3A
2. TID P6D
\ 137
4
141
por detrás, el amenazado avanza, o su compañero, in
distintamente. Al ' siguiente movimiento es el más atra
sado el que avanza.
85
Juegan las blancas y entablan.
Sustituyendo el Caballo por
una Torre, pierden las blan
cas.
3. • •• R6R
142
86
Keres-Eliskases. (Noordwjik,
1938.) Las negras juegan y
entablan.
143
- - -
_ 8 - -
- 8 8. -
8. '8 )1_ -.
8 -- 8. -
_ _ . _ _1 87
1. T2Dj R8C
2. R3A
144
Volviendo al Caballo, el diagrama 85 muestra al mis
mo en una posición de preferencia. El Cab allo no siem
pre es tan ventajoso.
Si ponernos un Caballo en IR del blanco, entonces
un Alfil contrario en SR del negro lo paraliza. (Es fácil
olvidar que durante este período el Alfil también está
sujeto a una casilla, pero solamente a la manera que
un capataz de esclavos tiene que estar atento a un
esclavo.) En este caso, el Caballo parece una pieza muy
poco eficaz; ,sin embargo, hay muchas posiciones en las
que un Caballo puede hacer más que un Alfil. Un Ca
ballo puede ayudar a coronar el Peón de Torre, mientras
que un Alfil de distinto color (no el del color de la casi
lla de coronación) no puede desalojar a un Rey ocu
pante. A propósito del Alfil de diferente color, no debe
afinnarse dogmáticamente . que el Alfil falla al ayudar
a un Peón de Torre a coronar. La regla así establecida
es. demasiado es trecha Al siguiente diagrama lo <;leno
.
88
Las blancas juegan y ganan.
145
Las blancas ganan con 1. A7T!, bloqueando momen
táneamente al Peón. Pero esto le da al Rey blanco tiem
po para acercarse y gentilmente rechazar al Rey negro.
Obsérvese que si el Rey blanco estuviese más alejado,
por ejemplo, situado en 2TR, las negras todavía podrían
hacer tablas por 1. . R3A, amenazando R4C. Esto hace
. .
89
Blancas mueven y ganan UD
Peón. Mueven las negras y
:cercan al Caballo.
146
90
. Las blancas no pueden ganar.
147
Contrastad con el diagrama 91. Aquí el Caballo do
mina tanto terreno, que captura al Peón de Rey. Sus
tituid el Caballo de SCR por un Alfil en 4CR, y el Peón
puede defenderse (mediante R2A).
No es en balde que los jugadores fuertes no miran
como malo el cambio de un Alfil por un Caballo. Fre
cuentemente, el primero es tácticamente superior al Ca
ballo. Creer que la ganancia depende de la superioridad
que se deriva del mayor radio de acción del Alfil (13 ca
sillas contra 8 del Caballo) debe ser desechado, cuando
se considera que la victoria se deb e al hecho de que el
Caballo puede operar en casillas que el Alfil no puede
controlar. El diagrama 92 muestra el gran poder de un
Alfil cuando sus diagonales están libres, especialmente
en combinación con una Dama.
,<Blancas.)
92
(Negras.)
Juegan las negras y. ganan.
tación buena.
Debe observarse que un Caballo tampoco es inútil
en una diagonal. Supongamos un Rey enrocado (flanco
de Rey) con Peón habiéndose movido a 3CR y $guna
pieza en 2CR. Entonces, poniendo una Dama contraria
en su 4R o 5D y un Caballo en 4CR o 4R se amenaza el
mate en 6T o un jaque en 6A.
148
93
Grob-Abrahams. :cI948.>. I�e
gan las negras.
13. P4A, C4A; 14. T3A, P4CD; 15. A3C, D1R; 16. C1A, CSD;
17. T3R, D2A, Y las negras ganan un Peón.
94
Juegan las negras y pierdeli¡
149
Por otra parte, el diagrama 94 muestra una posición
en la que un Caballo está completamente desamparado.
Las negras tienen un Peón útil, pero lo pierden con un
«zugzwang». Si, verbigracia, 1. . . . P4CD ; 2. P5T. Por tanto,
cuando los movimientos de peones se hayan agotado, el
Caballo caerá. En el ajedrez «cada perro tiene su día»:
la apreciación de los valores entre el Caballo y el Alfil
depende siempre de la situación particular de cada uno.
95
Lupi-Abrahams. (1946.>.
150
tal poder que sea deseable eliminarlo a toda costa. Es
pecialmente, una formación de flanco de peones, o los
espacios libres detrás de peones centrales avanzados,
dan margen a los caballos adversarios (sin mencionar
las piezas más pesadas), si al defensor le faltan uno o
dos alfiles. Por otra parte, puede obtenerse una posición
que no ofrezca tales líneas abiertas al contrario. Los
detalles de la posición particular forman siempre el
factor decisivo.
Aparte de los puntos tácticos, si queremos comparar
Caballo y Alfil, ciertas consideraciones nos demostrarán
que la diferencia no es grande: primero, en los finales
con Rey, pieza menor y Peón, la pieza menor de la de
fensa, sea Caballo o Alfil puede, usualmente, sacrificarse
por el Peón, dejando al contrario sin una fuerza capaz
de dar mate.
Calculando el poder de control sobre el Peón de la
pieza menor, hallamos posiciones en las que el Alfil es
superior, y otras en que lo es el Caballo. Cada cual pue
de ser capaz de detener algún Peón, con el que la otra
pieza no puede contender. Un Caballo puede bloquear
el paso de un Alfil, interceptándole del Peón que intenta
capturar. Un Alfil, por otra parte, puede conseguir echar
al Caballo de alguna casilla crucial o de un cuadrado
interesante. Pero, en general, puede decirse que un Rey
y Caballo contra Alfil (o Caballo) y Peón, y . el Rey y . el
Alfil contra un Alfil (o Caballo) y Peón, pueden entablar
con bastantes probabilidades. Por otra parte, la Torre
y Peón contra, bien Rey y Caballo o Rey y Alfil, ganan
en una gran mayoría de casos. De nuevo, Rey y Torre
contra Rey y Alfil hacen tablas, usualmente. Rey y To
rre contra Rey y Cab-:tllo se considera como tablas, a
menos que el Caballo se halle mal situado. El diagra
ma 96 presenta, a este respecto, un excelente estudio de
Auerbach.
151
96
Estudio de Auerbach. Juegan
las blancas y. ganan.
97
Estudio de Auerbach. Las blan
cas juegan y ganan.
152
1. C6D C2C 6. R7A C4A
2. C4R CIR 7. C4R C2C
3. R8A C2C 8. C6D C4A
4. R7R Rle 9. R8A gana
5. C6Aj RIT
98
Las blancas ju egan y ganan.
153
baIlo, y que estas pequeñas diferencias no pueden ser
tema de ningún pronunciamiento dogmático ( 1 ).
Hay que considerar que una Torre y un Peón pueden
incluso derrotar a un Alfil y un Caballo juntos, si la
Torre puede atacar, en un movimiento al Alfil y al Ca
ballo en casillas de diferentes colores. Verbigracia, una
Torre se mueve a 6AD, apuntando a la vez a un Alfil en
4AD y a un Caballo en 3TD. Si los reyes y los . peones
están separados caerá una pieza (2).
Cuando un bando tiene un Peón bien situado, el Alfil
es frecuentemente un aliado mejor y un contrario más
potente. Pero no se debe subestimar el poder de un Ca
ballo para impedirle la coronación a un Peón.
El diagrama 99 muestra cómo puede lograrse esto.
El procedimiento, muy sencillo, es como sigue:
154
99
Las blancas juegan y entablan.
Si:
1. R8R 2. C3Aj
, 155
1 00
Las blancas juegan y hacen
tablas.
Si:
1. C3D P6T 3. C 1T
2. C2A P7T
156
Si:
1. P6C 2. C4A
y se hace fuerte en 3T ( 1 ). . . .
El siguiente diagrama 101 es uil fmal de Gngone�,
que resulta muy instructivo para aprender el manejo
del Caballo.
AB
�. � •� ��
�
- - - -
- _ ,. l -
.� . �..� .
�
J: _ _ _ _
1 01 _ _ _-_
Estudio de Grigorieff. Las
-.______. _
blancas juegan y entablan.
_
El primer movimiento es:
1. C7A
(1) La importancia del poder de� �aballo para Controlar un Peó!1 '
que avanza se deja sentir en el m�o Juego y en las fases de transI
.
ción hacia ' el final. Así, en la pOSICIón:
16, PR6, 2C2tpl, 2TS, t6r, 16,
las blancas pueden permitir el cambio de torres; lueg?, el R�y y el
Peón sujetarán -a la Torre opuesta y el Caballo atendera al Peon.
1. T4TD, T3Aj; 2. RSC, T X T; 3. C XT, P5C; 4. P7T. TIA;
5. C3A, P6C; 6. C2R, P7C; 7. R6C, tablas.
157
Si:
1. P6T 3. C4Dj
2. C5e P7T
3. • •• RSR 4. C2A
158
Si:
� � � �
5. C5C RSC 7. C2A R6A
6. C4D (¡Frenando aún 8. C3T (Dándole vuel-
a! Peón ! ) tas a l o mismo.)
Un interesante efecto de los poderes del Caballo que
da patente en el diagrama 102. En él, las negras a! mo
ver, pierden. Es sencillo:
102
Juegan las negras y pierden.
Juegan las blancas y entablan.
1. C2R P7T
159
Si 1. C3Cj, R7T, y el Caballo puede vagar por donde
le plazca, pero (si las ,negras no �e han aprove�h��o
de P7T) ,siempre volvera a 3C con Jaque, que es mutilo
«En otras palabras, un Caballo no puede perder un
tiempo». '
Este interesante hecho es explotado en el diagra-
ma 103, un estudio del maestro checo Bron.
1 03
Estudio de Bron. Las blancas
juegan y ganan.
1. R7A C3Tj
160
Desdichadamente, el Caballo no puede forzar este des
enlace porque no puede perder un tiempo. ¡Pero un Rey
sí puede perderlo! Por triangulación, como hemos visto.
Por tanto, debemos situar el Caballo donde cubra -todas
las salidas, sacando al Rey para la triangulación, luego
volverlo a su sitio y empezar de nuevo, habiendo per
dido un tiempo.
161
B __ 11
� - - -
_ _ B _
--- -
m _ _ _
_ _ _ _ 1 04
� _ _ _ Juegan las negras. ¿Con qué
_ _ _ :� resultado?
162
Entonces si mueven las blancas:
1. ASC RIA 6. C7R RIT
2. A7Rj RIC, 7. C6Cj R2T
3. R6A R2T 8. C8Aj RIT
4. R7A RIT 9. A6A mate
S. ASC R2T
El mate con dos Alfiles es mucho más fácil y no
necesita estudio particular.
Nadie debe avergonzarse de tener dificultades en
forzar un mate con. Alfil Y Caballo contra Rey en un
número razonable de movimientos. Con suma facilidad,
un ligero error puede añadir, media docena de movi
mientos a la solución.
Las combinaciones que acaban en mate son más fá
ciles, dada la imaginación del que las ve, que los largos
procesos técnicos.
El siguiente diagrama ( lOS) es un estudio que pre
senta una clara explotación del poder combinado de
Alfil y Caballo. Las blancas ignoran las operaciones de
las negras mientras, a su vez, organizan el mate.
1 05
Estudio de Ratnér. Las blan
cas juegan y ganan.
163
a 8AD. Este estudio constituye, asimismo, un asombroso
ejemplo de una victoria con «alfiles de distinto color».
El diagrama 106 ofrece una brillante salvación con
Caballo contra Alfil.
107
Las blancas juegan y entablan.
164
1. C6Aj RIA 3. C6Aj etc.
2. C7Tj RIR o IC
108
Abrahams-Christoffel. (1946.)
Juegan las blancas.
165
seguirla. Debe conseguirse, además, cuando el bando
superior tiene que mover.
Si mueven negras, pueden aliviar la presión median
te jaques, y entablar. Si mueven las blancas deben mos
trarse muy precisas. Por ejemplo, no A6A o A6R, a causa
de 1. ...T2Dj, ti po de sacrificio a menudo muy propicio
a la Torre.
109
Estudio de Philidor. Si juegan
las blancas, ganan. Si jue
gan las negras, entablan.
3. T8R 5. A3C
4. T7C T8AD
(El primero de tres precisos movimientos.)
166
(Si 7 .. .R1A; S. T7RD gana.)
.
8. T7Dj R1A
167
d5, Rey negro en eS, Torre en b2, entonces las blancas
ganan.
Así:
110
Estudio de Lasker. Juegan las
blancas y ganan.
168
(El propósito del movimiento anterior queda claro:
las blancas quieren llevar su Rey a SR.)
169
color. Es típico el diagrama 1 1 1. Las negras, obviam�nte,
con la ventaja de un Peón, no pueden lograr nada con
tra un Alfil establecido en 4R y el Rey en 2CR.
Añada el lector un Peón negro en eS. Ahora las negr as
tienen dos peones más, ¿y qué pueden lograr ? Nada.
111
Juegue quien juegue, tablas.
.
170
El diagrama 1 12 presenta una pOSIClon lograda en
1938. Las negras no podían vencer, pero el j uego inferior
del contrario 10 permitió. Obsérvese que las negras ti�
nen un Peón pasado, habiendo sacrificado un Peón a
fin de llevar su Rey a una posición agresiva.
112
(1938). Juegan las blancas, pu
diendo hacer tablas.
El j uego siguió:
l.! A6R
1. A7D 2. R2R
2. ASC
171
(Indiferente.)
(No es buena.)
172
113
(1946),. Las negras juegan y
ganan.
173
114
Las negras juegan y ganan.
174
1. ASR ASD 3. A4A e intercepta el
2. ASe A4T Alfil con A7A
116
Estudio de Horowitz y Kling.
Las blancas juegan y sólo en
tablan.
175
1. A8R A8D 2. ASe A4T
rio da fruto. Por tanto:
2. A6C A5T
176
En otras palabras: Rey y dos caballos no pueden forzar
mate contra Rey solo, pero Rey y dos caballos sí pueden
forzar mate en algunas circunstancias contra Rey y
Peón. Obviamente, forzar un mate contra un jugador
que posee un Peón es muy difícil. Uno de los caballos
tiene que ser empleado en el bloqueo del Peón, impi
diéndole moverse. o que pueda coronar forzando su
. .
captura.
Un siglo de indagaciones ha escudriñado todas las
posibilidades, y el gran maestro ruso Troitsky ha hecho
mucho para poner en claro las condiCiones en que el
proceso es. posible.
177
Si mueven las negras:
178
118
Ias blancas juegan Y' sólo ha
cen tablas.
119
Las blancas juegan y ganan.
179
Así :
1. D7Aj R3A
2. D7TD T4Dj 7
• D8Aj
. R4D
3. R4R T4Rj 8. D7D T5Aj
4. R4A T4AD 9. RSA ·T4A
5. D7R T4R 10. R6A
6. D8D T4A
120
Las blancas juegan y ganan.
1. D3C T8R
180
(Moverse a otra columna pone en peligro la Torre, a
causa de los jaques.)
181
121'
Juegan las blancas.
Si
1. R6R T3AI
Por lo que el. Rey debe jugar 1. R6C. Ahora 1 ..T2Cj, . .
1 22
Estudio de Ponziani. Las blan
cas sólo hacen tablas.
182
1. ... T2Tj; 2. R2C, T2Cj; 3. R3A, T2Aj (y está claro que
las blancas no pueden cruzar la columna de Rey);
4. R4C, T2Cj; 5. R5A, T2Aj; 6. R6C, T2Cj. y ahora, si
7. R6A, T3Cj , y si 7. R6T, T2Tj, en cada caso imposible
de capturar.
y ahora tomemos el caso normal (que es ganado)
del diagrama 123. Este es bastante difícil. La técnica es
mantener al Rey en las casillas más favorables de la
fila posterior.
123
Juegan las blancas y ganan.
183
y ya no queda el recurso de tablas por ahogo.
Esta forma particular de jugarlo ha sido copiada de
una partida, y parece muy chapucera.
En este estudio existen innumerables variaciones, in·
cluyendo las dobles amenazas en las filas de CR y TR.
Baste decir: 1.0 Que la Dama contra Torre constituye
una victoria y no tablas. 2.° La técnica· consiste en se
parar al Rey y la Torre. 3.° Las hileras y filas del borde
del tablero pueden resultar muy ventajosas para el de
fensor a causa de los recursos en forma de. tablas por
ahogo.
El factor decisivo es el poder de jaque de largo al
cance de la Dama.
Con la Dama entramos en un reino en que el radio
de acción de la táctica es tan grande que la técnica pa
rece trivial e inútil. Sin embargo, unas cuantas observa.
ciones sobre el poder de la Dama y los límites del mismo
pueden proporcionar una nueva corrección a la natural
tendencia de sobrevalorarlo.
Una Dama no es materialmente equivalente a dos To
rres. Una simple prueba es que si una Dama ataca a un
Peón, otra Dama puede . defenderlo completamente. Si
dos Torres atacan a un Peón, la Dama no puede defen
derlo.
Sin embargo una Dama puede, en la posición apro
piada, hacer tablas contra Dama y Torre, incluso contra
dos Damas (rliagrama 124). El Rey no puede escapar de
los jaques en 6AD y SR.
184
124
Partida tablas.
125
Ganan las blancas.
185
1. T2A
126
Mieses-Abrahams. (1939.) Jue
gan las blancas.
Después :
186
Se malogra por:
187
127
Juegan las negras y ganan.
Ahora:
1. .. . TxT 2. DxT T1D
128
Juegan las blancas y hacen
tablas.
188
1. ASDj entabla porque si D x A; 2. C4A j aque doble.
Si 1 . . R X A; 2. C3R jaque doble.
. .
129
Estudio de Rinck. Las blancas
juegan y ganan.
189
1. T8T
130
Botvinnik-Minev �(Amsterdam
• .
1954.)
190
El juego siguió:
191
Las negras abandonaron. Evidentemente, Minev se
hallaba demasiado agotado para intentar 10 siguiente:
Si ahora:
37. • •• D7Aj
131
Estudio de Cheron. Juegan las
negras y entablan.
192
1. . .• D6Aj 2. R4T
132
Las blancas juegan y hacen
tablas.
193
S·AJEDREZ
Sigamos ahora algunos conflictos tácticos. El primero
(diagrama 133) revela una idea que, al ser asimilada, en·
riquecerá el bagaje técnico. Se ha descrito como una
composición de Saavedra, y como e l final de una par·
tida entre los dos potentes jugadores londinenses Fenton
y Potter, que no vieron el último detalle.
El lector verá que si el Rey va a la fila del Alfil, que
dará reducido por T8D, capturando el Peón que corona.
Tampoco puede el Rey ir a 7C por causa de T2D, ni a la
fila de la Torre.
Un rasgo �e carácter menor es el control de la octava
fila por el. Peón. Las torres se ven frecuentemente derro
tadas en esta forma. La jugada es:
133
Las blancas juegan y ganan.
4. . TSD
Si:
S. P8A=O TSAj
194
que forzará las tablas por ahogo. Sin embargo, las blan
cas también poseen sus recursos.
5. P8A=T
5. TST
y ahora viene:
6. R3C
134
Estudio de Troitski. Las blan
cas juegan y ganan.
1. P x P T3A 3. C x P
2. P7R T3R
195
(Custodiando el Peón.)
2. TxT 3. P7R
196
(Una de las bellezas de este movimiento es que si
ahora 16 ... TIT; 17,C7Dj y 18. C8A!.)
.
'16. . .. TxCj
135
Mueven las blancas. ¿Con qué
resultado?
197
Pero las negras, sencillamente, juegan 2. .. .R6A, ame
nazando mate. Las blancas deben jugar 3. RIC. Entonces,
A6Rj (o incluso A4C) soluciona el problema de las negras.
El diagrama 136 es un buen ej emplo. En esta posi
ción, P7AD se replica con TSA y luego P7AR por ASe,
con lo que ambas casillas de coronación quedan cubier
tas por piezas defensoras.
Pero las blancas juegan:
136
Juegan las blancas.
1. ASD
1. TxA 3. P7AR
2. P7AD T4A
198
Si en el movimiento 1. T6D; 2. P7AD provocará que
...
137
1. AxT 3. P8C=Dj
2. P8T=Dj Ax D
Si:
1. DxT 2. P8C=Dj
199
El diagrama 138 es un e studio que compendia gran
parte de la enseñanza de estos capítulos, y sirve de in·
troducción al siguiente. Es de Bimov y muestra cierta
moderna técnica de Peón contra Peón, y también de
Dama contra Dama, y una antigua demostración de
mate que deriva· del antiguo Lolli.
138
Estudio de Birnov. Juegan las
blancas y ganan.
200
Es muy espectacular el estudio siguiente de Kaspa
rian, uno de 10,s diagramistas más hábiles de Rusia:
201
S
139
Estudio de Horowitz y Kling.
Mueven las blancas. ¿Cuál es
el resultado1
205
y si ensayan 1. P7R, T3Aj; 2. R7C, T3Cj (no 2. ...R3R;
3. T8AR! ); 3. R7T, R3A amenaza T2Cj y puede T8Aj ser
replicado con RxP.
La solución (el reconocimiento de que la partida ter·
mina en tablas) trae consigo la percepción de las posi.
bilidades del jaque y la captura, no la aplicación de
mnguna fórmula.
Si esta posición se traslada una casilla a la izquierda,
las blancas triunfan con T8TR, porque el Peón blanco
ahora es tabú.
206
Una característica técnica de la posición es que el Rey
negro está excelentemente bien colocado (lo que no que
da claro a la primera ojeada). Asimismo, el Peón es un
Peón de Torre, de forma que los movimientos del Rey
pueden dejar oprimidas a las blancas. Las negras, al
mover, harían tablas, así:
1'. P6T
Si ahora:"
1. T8Aj 2. R7C
Hay muchas variantes, pero para adoptar la línea de
juego que emplean las negras cuando mueven, probe
mos:
207
Por tanto:
4. T8Cj 8. R6C RIA
5. T7C T8AD 9. T2TR o P7T, indis-
6. T2C TIAj tintamente, gana
7. R7C T2Aj
Intentar sacar de aquí una f6nnqla, postulando los
reyes en oposici6n con el Pe6n en 6T, sería inútil.
Lo que puede aprenderse es la idea del poder defen
sivo del Rey negro, incluso muy alejado del Pe6n. Evi
dentemente, Alekhine no estaba considerando esto cuan
do jug6 1. T7TR. Las negras podían haber replicado:
1. •. . T8TD
Ahora, un punto interesante es que si 2. TST, T8Aj, la
Torre no puede interponerse, por ejemplo:
3. T5A TxTj 4. RxT R2D
atrapa al Pe6n o fuerza al Rey a frenar su avance. Uri
ejemplo interes·ante de la velocidad del Rey.
Si los reyes están a salto de Caballo, el Rey más avan
zado no puede ser adelantado por el más retrasado.
208
Volvamos al tema original (diagrama 140). En res
puesta a
1. T7T
209
Así, el diagrama 141 revela frustración, como vere
mos:
210
El Rey negro no puede ser 'mantenido fuera de acción.
Este largo análisis de Cheron muestra las dificultades
latentes en la aparente facilidad.
Otros peones son más útiles que el Peón de Torre,
porque en la aproximación final a la coronación, el Rey
agre s,ivo no se halla apretujado contra el borde del
tablero.
Veamos, a continuación, el diagrama 142.
,, - �
- - - - ,
- _ _*a
- _ _ R
- - - -
142 ' _ _ _ _
Estudio de Cheron. Juegan las �
� • •
d d D
_
negras y hacen tablas.
_ __ _ It _
El Rey negro se halla separado cuatro columnas , del
Peón; no o'I;J stante, puede entablar.
.
(RSD es contestado con 7 . . . T6C.)
211
1. ...R4C; 2. T3A, RSC;. 3. T6A, R4C; 4. T6TD, R4A;
5. R2A, R4R; 6. R3A, R4D; 7. P4C, T1Aj; B. R3C, T3A;
9. T7T, T8A (si 9. T8T, T2A). En cualquier caso, las blan
cas nada pueden conseguir.
Moviendo las blancas, según el diagrama, triunfarían.
1. T3A T1TR
212
Según el ejemplo anterior, queda claro que el poder
del Rey defensor al aproximarse es vital, aunque en la
mayoría de casos requiere mucha precisión su manejo.
El diagrama 143 presenta unas tablas que pueden
sorprender al lector.
1. . .. R3e
213
2. Dicha Torre sale de la columna del Peón para dos
propósitos específicos:
a) Para dar jaque al Rey agresor en un bloqueo tem
poral del Peón, y
b ) Para atacar lateralmente al Peón.
3. La Torre atacante se sitúa para cumplir varias
funciones, de las cuales son las más importantes:
a) Actuar como sombrilla del Rey atacante (como
en la posición Lucena), y
b) Interceptar al Rey defensor.
144
Las blancas juegan y ganan.
214
1. R6A
1. R2D 2. R7A
145
Juegan blancas. ¿Cuál es el re
sultado?
215
El diagrama 145 resulta sumamente útil. Las blancas
mueven, y sólo pueden entablar contra una buena de
fensa. Pero la mejor defensa no es la más fácil.
Supongamos que:
2. T3T
Si :
2. T3T 3. TICD
3. RIC s. R7A
4. T8Cj R2T
3. TIT
Ahora con:
4. TIC
las blancas han conseguido cierta ventaja. Las negras
deben ganar tiempo con:
4. ... TIA
216
Entonces viene:
5. T7Aj RIC
6. T7Cj RIT
Después:
7. TIC
Después de:
4. T7A
217
El siguiente estudio (diagrama 146) de Cheron, es uno
de los mejores modelos de Torre y Peón, revelando las
sutilezas que envuelven a menudo dichos finales.
146
Estudio de Cheron. Si juegan
las negras, pierden. Si juega.n
las blancas, entablan.
1. TITD
Ahora, si:·
2. R6D RSR
Si en cambio:
2. TSA
(TIA perdería.)
2. T3T
'
y se impide el avance.
218
Si las blancas tratan:
1. T7T TIDj
Si:
4. TIT 5. T6R
219
(Obsérvese la importancia de la colocación de la Torre
para poder dar j aque al Rey negro apartándole de la co
lumna de Rey.)
220
la banda (incluyendo el Peón de Alfil, aunque éste a ve
ces posibilita variantes especiales debidas a las amena
zas de mate).
El diagrama 147 presenta un Rey interceptado a dos
columnas de Peón, pero . el final termina en tablas.
1 47
Estudio de Cheron. Tablas,
juegue quien juegue.
Y:
5. PSC
permite T2A con cambio y tablas.
221
Ahora traslademos todas las piezas una casilla a la
derecha. Las blancas triunfan, mueva quien mueva. El
juego de las blancas es suficiente para ilustrar este
punto.
222
ceptación por una columna sea suficiente para la vic�
toria depende de la eficacia de la Torre que defiende el
Peón y de la distancia que éste se halle de la corona
c ión .
148
Si mueven las blancas, ganan.
Si mueven las negras, enta
blan.
1. T3Tj
223
Ahora no 2. R7R (o D) a causa de R4A, sino
Si ahora:
3. T3Tj
224
Esto se pone de evidencia cuando se considera que
dos peones pasados unidos en las columnas de Torre
y Caballo frecuentemente no consiguen proporcionar la
victoria. ( Existen casos respecto a las demás columnas,
pero son muy raros.)
En 1851, Horowitz y Kling publicaron un estudio que
mostraba las posibilidades y las imposibilidades de esto
(diagrama 149). El ensayo más sencillo es:
149
Estudio de Horowitz y Kling.
Juegan las blancas y sólo ha
cen tablas.
y el forcejeo es inútil.
Obviamente, pues, Rey, Torre y dos peones no ganan
solamente cuando el Rey defensor se halla excelente·
mente colocado y, además los dos peones mal situados.
,
225
150
Juegan las bllincas y ganan.
l. . .. T5CD 2. R3e
Lo mejor es:
226
5. P7T j RIT 7. RSC T4Aj
6. R4C TSAj 8. R6T T4Tj
227
1. T7Tj 4. T8T P5A
2. RIA RSA 5. T8Cj R6A
3. T x Pj R6C 6. RIC
228
1 52
Juegan las blancas. ¿Con qué
resultado?
229
153
Ganan las blancas, juegue
quIen juegue.
230
TERCERA PARTE
6
I
233
a un Alfil en el ala de la Dama, y dicho Alfil se con
vierte en una pieza desplazada cuando las blancas en
rocan corto, por 10 que las negras no deben perder
tiempo con ello. Flohr desperdició tiempo con aquel
Alfil antes de cambiarlo, y también con su Dama para
reconquistar un Peón. Luego cambió un Alfil por un
Caballo en f3, dándoles a las blancas una línea libre, en
lugar de desafiar el centro en e4. Las blancas tuvieron
tiempo de situar en una buena casilla a la Torre me
diante lCD, SCD, SCR a 2CR, y colocar los alfiles en
diagonales excelentes. En otras palabras, pensando ga
nar un final con la mayoría de un Peón del flanco de
Dama, Flohr se encontró con que había cedido a su
contrario tiempo suficiente para ejercer la presión ne
cesaria atacando triunfalmente por el flanco del Rey.
,
I
154
Landau-FIohr. (Boumemouth,
1939.) Juegan blancas.
La continuación fue:
234
( Era definitivo 33. T7T doble jaque, R X A; 34. T8T
mate.)
155
Mueven las blancas.
235
1. T1R (a fin de impedir C7Rj ) es replicado por C6Aj.
De ahí sigue:
1 56
Broadbent - Bogoljubov. (CheI
tenham, 1 951.) Mueven las
blancas.
236
tado contra la correcta defensa llevada a cabo por un
jugador provisto de la ventaj a técnica de un centro
mejor.
1 57
Broadhent Bogoljubov.
- Mue.
ven las negras.
237
1 58
Nimzovitch-Behting.
238
159
Landau-Klein. Juegan las ne
gras.
239
El diagrama 160 es muy distinto. Aquí, como ocurre
a menudo en la defensa Francesa, las blancas ocuparon
mucho espacio, pudiendo maniobrar más libremente. Las
negras no efectuaron las mejores jugadas posibles, pero
aún no estaban perdidas.
1 60
Alekhine-Nirnzovitch. (San Re
mo, 1930.) Mueven las negras.
240
(Para contestar A4T con P4C.)
241
161
Van Scheltinga-Alexander.
(Cheltenham, 195 1 .)
1 62
Purdy-Abrahams. Mueven las
blancas.
242
31, TRID T4CR 36. T8TD D6AR
32. T( I )5D \ T2C 37. DxD PxD
33. P5T T3R 38. TID T x Pj
34. D3TR T3CR 39. RIT T5R
35. T8Dj R2T
163
Auerbach-Kotov. (Z u r i c h .
1953.) Mueven las blancas.
Sin embargo
· Auerbach, indudablemente fatigado, jugó
30. �2R permitiendo:
243
(No 33. RSC, TICj ; 34. R x T, T x T, amenazando AlA
mate.)
TIADITRl
244
En respuesta a 13 . .A3T, el autor jugó 14. D4C, con
..
14 . .. • P4T
y siguió:
245
En la clasificación de los motivos para las pérdidas
y las victorias (y los medios de anticiparse), deben men
cionarse asimismo aquellos movimientos, vistos por uno,
no vistos o inevitables para el otro, que, cuando se han
realizado, amenazan dos procesos, ninguno de los cuales
puede ser impedido. Las amenazas pueden . ser inmedia
tas o constituir la refutación de un movimiento que el
contrario desea o necesita efectuar. El efecto es igual
mente importante. Veamos el diagrama 164.
1 64
(Exhibición simultánea.) Abra
hams. (Blancas.) Juegan las
blancas. .
Si ahora:
Si luego:.
246
Si en cambio:
20 . ••0 AxT
247
1 65
Penrose y Clarke. <B.B.e.,
1961.) FisCher.
8. C3e
8. O - O
248
Entonces:
B. CSCR
y si:
O si:
249
1 66
Mueven las blancas.
250
Esta es la clase de peligro contra la que se debe
ejercer vigilancia. Esta expresión «doble función» no
ayuda, en realidad, al jugador de ajedrez a ver tales
cosas. Es un nombre dado a un rasgo que tiene que ser
antes visto que nombrado. Nadie mira el tablero pre
guntándose qué piezas pueden o no realizar funCiones
.dobles. Pero si el jugador sabe que cierta pieza está
trabajando con exceso, debe pensar en su futuro des
canso, aunque no exista inmediato pelig�o. En este pun
to hay que afirmar que nadie puede establecer una serie
de reglas para el ataque. Los escritores lo han expresado
como «puntos avanzados», «puntos fuertes», «puntos dé
biles», etc. Pero en la práctica, el reconocimiento de la
fuerza y debilidad de las casillas y las piezas, es táctico.
El diagrama 167 presenta a Yates descargando su cólera
sobre Tarrasch por la oposición del último a entrar en
lucha. Las negras jugaron . 1. . . . C X P. Si 2. P x C, D4C da
un ataque vencedor. No hay fórmula para describir esta
combinación. El hecho de que la movilización de las
blancas sea menos dinámica que la de las negras, des
cribe la posición cuando uno ha visto las posibilidades.
Así, variemos . ligeramente la posición, poniendo al · Rey
blanco en 1 T; las negras todavía continúan bien, pero
la línea específica para sacrificar falla.
1 67
Tarrasch - Yates. (Harnhurgo,
.19 1 1 .) Mueven las negras.
251
Aún más demostrativa de la ausencia de fórmula es,
si puedo afirmarlo, el diagrama 168. Rubinstein ( 1 ), ju
gando simultáneas, no vio por qué (en respuesta a
D( 1A)3A de las negras) A2T era un movimiento mejor
que A3C. Geométricamente, A3C le concede al Peón de
Alfil una doble función difícil de ver, porque todavía
no hay ninguna pieza atacando al Alfil, y una de las
casillas custodiadas está vacante. . Las negras jugaron
C6R! Este movimiento no fue ejecutado por razones téc
nicas. (Incidentalmente, los movimientos importantes en
casillas libres son más difíciles de ver y clasificar que
las capturas.) Se previó que seguiría un vigoroso y eficaz
1 68
Rubins1ein-Abrahams. (Simul
táneas, 1925.) Juegan las blan
cas.
252
gaje técnico no proporciona la VlSlOn de lo que puede
hacerse. Naturalmente, al profesor de ajedrez le es posi
ble decir:
-Observad esta idea desusada -y un alumno apren
de algo · al respecto. Pero, en general, la enseñanza y la
técnica presentan métodos de conquistar ciertos obje
tivos conocidos. Dejan a la sensitiva mente del jugador
la tarea del reconocimiento. Clasifican ideas, pero no las
crean.
Mencionamos todo esto porque ciertos grandes juga
dores, entre ellos Lasker, han hablado de la posibilidad
de establecer reglas para las combinaciones en ajedrez.
El diagrama 169, que muestra una posición de Ru
binstein, es famoso en la literatura del ajedrez. La con
tinuación fue:
1 69
Rubinstein-Hromadka.
(Mahrisch-Ostrau, 1923.)
Juegan las blancas.
253
miento que le llevara más adentro en la posición del
adversario, en términos d e di stancia e sto es un ab surdo.
Hay muchos movimientos largos de la Dama en muchas
partidas que son completamente inútiles, y movimientos
muy eficaces que se efectúan a cortas distancias.
Lo cierto es que, cuando se consideran los movimien
tos tácticos, · las adecuadas reglas técnicas no sirven de
nada. Lo importante para el atac�te es la sensación
de poseer cierta ventaja de tiempo, cierta mayor movi-'
lidad que su contrincante. Pero tiene que buscar líneas
de juego, tener bien presente que puede estar obligando
al contrario a poner en práctica los últimos recursos
de su posición. Por esta razón, salvo en las generalida
des relativas al tiempo, al espacio y a la conveniencia,
no hay reglas que regulen un fructífero ataque o una
eficaz defens a. Es asunto de conocimiento, visión, ima
ginación, pero no de técnica.
El conocimiento no puede ensefiarse. Sin embargo, en
la práctica nos enfrentamos con hechos que nos hacen
más sensibles a las posibilidades. Así, todo el mundo sabe
algo respecto a los sacrificios de Alfil en 7A Y las dobles
amenazas con el Caballo. Pero nadie está completamen
te enterado de todas las posibilidades de los momentos
cruciales. (Y además, ¿quién está enterado de que un
momento dado es crucial?) Oportuna es la siguiente
corta línea de juego de una apertura:
254
Si piensan que esto está bien replicado con 7. C2R
están equhrocadas, porque el Peón en 4D todavía sigue
sin estar defendido. Así:
7. AxP 9. D x D C7Aj
8. CxA DXC
El saber lo referente a la doble amenaza por un Ca
ballo, no permitiría que un principiante viese esto. Su
pongamos que lo ha visto y confía en 7. D4Tj. (O más
probablemente, que no ha visto esto porque no ha con
siderado CSC, pero ahora ve el movimiento · de la Dama
como un recurso.) ,
255
que, afortunadamente, no es muy terrible para las
blancas.
256
(Amenazando ganar un Peón.)
257
sin pérdida de tiempo, y sigue o - o. (Las negras no han
temido que 8 . CD2D pudiera ser replicado con 9. P4R!?,
...
1 70
Collé-O'Hanlon. (Niza, 1930.)
11. . •• PxP
D e ahí siguió:
258
Obsérvese ahora que de haber estado la To rre negra
en lAR, la partida podía ser sostenida con R1C y C3A.
En cambio, R1C parece natural aquí. (Pierden con 14.
D5T, C3A; 15. D x Pj, R1 T y 16. T4R! ) Sin embargo, las
negras jugaron: 13 . . . . R3C. Un simple movimiento como
D4C ganaría ahora. Pero Colle jugó:
16. PsTj Tx P
1. A x Pj RxA 3. PT x Pj RIC
2. CsCj PxC
4. T8Tj Rx T
259
(R2A es replicado por 5. DSTj , P3C; 6. T7Tj .)
171
Tylor-Koltanowski. �Ha�tings,
1930.)
8. TIR
260
172
Abrahams-Herrick. (Manches ..
ter, 1948.>.
261
Las blancas (Simagin) mueven y parecen estar per
didas sin esperanza. Si juegan T7Tj, sus jaques cesarán
rápidamente. Pero existe una idea posible.
10. AxPj
262
(Una de las distintas formas de sacrificio que ocurren
en esta débil casilla, casilla que en este momento parece
estar bien fuerte.)
263
7
267
duciendo a las blancas a PSD, luego con P4TD y P3 CD
han edificado una casilla protegida para su Caballo.
Obsérvese que las blancas no pueden molestar rápida
mente al Caballo con P3TD y P4CD. El Peón tarda tres
movimientos, no dos, para llegar a 4CD. (Si 11. P3TD,
PSTD paraliza al Peón de Caballo, por lo que el métod o
apropiado sería antes P3CD, luego P3TD y finalmente
P4CD.)
173
Juegan las blancas.
268
algo más que zapa. Hay gran cantidad de juego en esta
variación alternativa.
17. P4TR
16. P4CR
269
(no A X T, porque PxA deja a dos piezas amenazadas)
y las negras, no las blancas, se hallan ante serios pro
blemas.
El interés técnico de esta jugada es considerable. En
la posición del dia�, un Peón que parece bastante
firme no es una roca.
Algunos jugadores invocarían un movimiento como
11. C2D. Esto se llama «superprotección», y entonces
podrían continuar con P3A. Así no sentirían graves du
das sobre el movimiento de . cualquiera de las piezas
defendidas.
Ahora bien, en el diagrama 173 hay otros rasgos a
discernir, si el lector quiere volver a él.
Mirad el Peón blanco en 3TR. En general, no se acos
tumbra a mover los peones de Torre una casilla. Pero
ello puede ser necesario para prevenir ASC o CSC. Pero
si no lo es, estrictamente, el movimiento es una pérdida
de tiempo para un propósito de poca importancia, y el
contrario dispone de un movimiento extra que. puede
utilizar si desea poner la pieza en cuestión en una casilla
donde quedará, también, correctament� desarrollada.
P3TR, cuando es innecesario, o sin propósito, se llama
«movimiento provinciano» (presumiblemente por los ju
gadores londinenses que nunca oyeron hablar de Black
bum, Yates o Atkins, u otros distinguidos no londinen
ses). En la posición del diagrama ha sido un movimiento
útil, primero ha capacitado al Alfil a situarse en 3R sin
verse amenazado con el cambio por CSC; segundo, en
una estrategia que intenta neutralizar a las piezas ne
gras, este movimiento ayuda a mantener al AD fuera
de juego. Además, puede llegar un momento en que las
blancas jueguen P4CR. En muchas partidas, cuando el
'
centro está cerrado, las negras pueden lanzar ciertos
ataques mediante maniobras como C4TR (lR si está
libre esta casilla) y P4AR. Técnicamente, este proceder
270
es adecuado si es tácticamente posible. Puede resultar,
del mismo, otro avance a' SAR, o para atacar a lo largo
de la diagonal al abrirla. Además, P4CR impedirá la ma
niobra C4T seguida de CSA. Si el Caballo se cambia
en SA, la gran diagonal queda abierta al Alfil negro.
Claro está que si, en la posición del diagrama, las blan·
cas juegan 1 1. P4CR, han efectuado un buen movimientol
haciendo más seguro, entre otras cosas, un futuro P3CD.
Asimismo puede ir seguido de un movimiento de Rey
y la ocupación de la columna de Caballo con una Torre.
Otra posible maniobra, en conjunción 'con P4CR, es un
giro del Caballo por lAR a 3CR. Eventualmente, cuando
las torres se hallan situadas en la columna CR, CSA
puede ser un sacrificio útil.
También hay que tener presente que en la batalla
por 4AR negro, las blancas pueden cambiar el Alfil 3R
por el Caballo 4AD de las negras, para jugar A3D. Al
considerar esto se ve que este Alfil es ligeramente mejor
y más libre que el Caballo que 10 captura, pero dicho
Caballo no está inerte. Hay que hacer algo para alejarle
de su casilla y entonces se convertirá en activo. Por
ejemplo: después que las blancas han jugado P3CD,
P3TD y P4CD, y tras los cambios de peones, las negras
pueden jugar C3T, atacando al Peón eD de las blancas.
Otro detalle interesante es que si ahora AxC, una
pieza que se ha movido una vez se cambia por otra que
se ha movido dos. En algunas partidas, en las que el
tiempo es esencial, esto tiene importancia. Aquí, donde
la posición ha adoptado una forma relativamente rígi
da, la ganancia de un solo tiempo no se halla entre las
consideraciones estratégicas.
Otra línea de reflexión de esta posición es que si las
blancas pueden liberar a su Dama de su tarea de guar
dián del PR, entonces podrán jugar D2D y capacitar a su
Alfil para llegar a 6TR. Al menos esto impedirá P3TR de'
las negras, con movimientos como R2T y siguientes.
271
AXC no entra en este esquema, y C2D tampoco casa
en él. El problema de las blancas es fonnar un plan
-no una manera de vencer, sino la forma de que todas
las piezas integren una actividad- y llevar a cabo dicho
plan mientras se emparejan con -la actividad de las ne
gras sea cual fuere. Esto, sin embargo, nos conduce más
allá de la técnica.
Una característica técnica del diagrama y que debe
mos considerar, es el centro cerrado. Esto no es exclu
sivo de las aperturas de Peón de Dama: la posición del
diagrama 174 se ha desarrollado de la Ruy López, des
pués de 14 o 15 jugadas. Las negras, que han efectuado
un diestro cronometraje de sus movidas, están amena
zando con (se hallan en posición de) retrasar su Caballo
a 1C (no una mala casilla, aunque en la hilera posterior)
y jugar P4AR. Si lo consiguen tendrán un dominio su
perior de todo el tablero (resultado que considero nor
mal en las- normas cerradas de la Ruy López). Las blan
cas pueden jugar P4CR y C3C. Presento este diagrama
a fin de mostrar, entre otras cosas, que la estrategia
de las aperturas de Peón de Rey no es fundamentalmen
te diferente de la estrategia de las aperturas con Peón
de Dama. Uno de los rasgos técnicos más importantes de
las dos posiciones vistas es· el centro cerrado, con el
que va unida la idea de un ataque de flanco a cargo
del PAR. Una difyrencia técnica entre las aperturas Ruy
López y Peón de Dama es, paradójicamente, que las
segundas apuntan al control del centro, con vistas a un
ataque al lado del Rey. En la Ruy López, las blancas
frecuentemente consiguen uD. potente centro con ataque
al PAD negro que, en muchas variaciones está en peligro
de quedarse atrasado. Por 10 tanto, en la Ruy López, las
negras deben guardarse de cambiar PR por PD en 4D;
usualmente es erróneo realizarlo así, si su PAD está
atrasado y es atacable por la columna abierta.
272
174
Juegan las blancas.
273
Es típico el gambito Evans aceptado. (Una apertura
abierta.)
8. D3C C4T
Ahora:
274
175
275
lleva a considerar una segunda actitud: «no comprome
ter el centro para ganar un Peón». Volvamos al gambito
Evans.
Por ejemplo:
fuerza el mate.
Una forma más simple de esta trampa es:
276
(no eternamente), o puede ser aceptado y el Peón de
vuelto inmediatamente con P4D, o puede ser declinado
con el agresivo 2. ... P4D (Falkbeer), o el más sosegado
2 . ... A4A.
Tal vez el más. decidido de los primeros ataques en
el centro sea el del sistema Escocés.
1. P4R P4R 2. P4D
Si:
3. DxP C3AD 4. D3R
271
que no conduce a nada para las blancas. Las negras, en
cambio, quedan mejor desarrolladas. En cierta época
estuvo muy en boga el gambito Danés. (Se halla muy
lejos de su· extinción.)
4. A4AD
Si ahora:
278
(Con la amenaza de CxA seguida de D5Tj.)
9. D4D
10. CD3A
11. • •• AlAR
Permitiendo:
279
Partida jugada en 1909 por el difunto doctor Holmes.
Debido a las posibilidades «impensadas», las negras
pueden realizar movimientos como P3D, en vez de A4A.
Asimismo, las blancas pueden llevar el ataque a un paso
más lento. Pero la lentitud de un movimiento puede ser
engañosa. Muy potente es una serie de movimientos
como la Moller:
280
Los cambios no son adversos para las negras, y un
movimiento. como PSD lleva de nuevo al Caballo a la
movilización por ID y 2A: esto no es desventajoso. En
general, las negras pueden siempre hallar alguna forma
de no quedar demasiado comprometidas.
La naturaleza del ajedrez, por fortuna, es tal, que
ningún jugador puede conseguir una gran ventaja por el
mero hecho de mover primero o segundo. Los ataques
que comienzan ferozmente están, contra una defensa
adecuada, destinados a ser anulados. Se extinguen con
prontitud. Lo que el defensor debe procurar siempre es
efectuar movimientos pertinentes y no perder tiempos.
La siguiente variante resulta 'sumamente instructiva:
6. CSC
7. RlD
281
Obsérvese ahora que si:
282
176
Juegan las blancas.
283
Los métodos técnicos de la defensa Francesa consis
ten, principalmente, en el ataque al centro blanco en s u
4D. Antes o después, el Peón de Rey va a SR. Esta casilla,
ocupada o vacía, es durante cierto tiempo el poder de
las blancas, pero las negras tienen mucho trabajo útil
que realizar en el ala de Dama. Dicho trabajo puede
iniciarse después de:
4. P5R P4AD
3. PSR
284
pierde, únicamente, por la elección de una apertura. Sin
embargo, algunos jugadores prefieren desarrollar sus
alfiles de Dama cuanto antes. Así, la Caro Kahn (1. P4R,.
P3AD; 2. P4D, P4D) pretende asegurar el -juego en las
casillas qlancas para el Alfil de Dama. negro. Aquí dire
mos, empero,· solamente que la iniciativa de las blancas
contra esta jugada no dura siempre.
285
Considerado como importante porque induce a:
5. C3AD
286
Las blancas desarrollan el Alfil y la Dama sobre la
diagonal, apuntando a 7TR y, eventualmente, después del
movimiento de Torre, puede avanzarse su Peón desde
3R a 4R. Los cambios les conceden a las blancas mucho
juego.
Una línea interesante para el aprendizaje puede ser:
2. C3AR 4. ASC
3. P4AD P3R
4. P3TR
Es:
287
que no puede ser contestado con P3R debido a ASCj, se
guido de PXP. Pero 4. P3TD les da un buen j uego a las
blancas; las negras tienen que perder tiempo recapturan
do el Peón.
Para evitar tales cosas, muchos jugadores juegan
2. C3AR, contentándose con una forma más pasiva de
apertura. Este movimiento también puede ejecutarse des
pués de 2. P4AD Y 3. C3AD. Incluso, en una época, estuvo
de moda (antes de que Pillsbury popularizase 4. ASC).
También fue popular antiguamente la siguiente apertura:
177
Juegan las negr�
288
8. PxPR 10. AxC
9. CxP CxC
10 • ••• P4R
Porque sigue:
289
las negras han iniciado un proceso estratégico, que es
muy importante teóricamente, porque revela la debilidad,
así como la fortaleza del centro.
Si:
118
290
Ahora, 7. A3R es preferible a C3AR. ¿Por qué? Porque
7. C3AR puede ser contestado con ASC y A3R, protegien
do el Peón de Dama, por lo que en respuesta a 7. A3R,
las negras no tienen otra cosa mejor que 7 •A4A, Y
. . .
291
Para esto hay dos actitudes:
4. P3TD
4. ASC
se replica con:
5. P5R,
Y:
5. C5R
29:"
Por:
6. D4C
6. C xC 8. RID
7. PXC A x Pj
293
para prevenir P4R, y l as negras se disponen a defender
la casilla e4 con movimientos como A4A, o con el fian
chetto de Dama.
Vale la pena mencionar que los antiguos sistemas de
fianchetto (el nombre italiano ya da cuenta de su edad)
han conquistado de nuevo el favor público en la actua
lidad; y jugar los alfiles desde 2CR y 2CD es normal. El
método es eficaz, tanto en el soporte de los peones cen
trales como para la lucha contra los mismos. Ademá�,
la experiencia enseña que incluso un Alfil encerrado tras
una diagonal de peones, eventualmente desarrolla una
'
auténtica actividad. Por otra parte, ocurre en muchas
aperturas que' los alfiles han salido vía 2R-3D o la 2D-3R,
que más tarde vuelven a lA y vuelven a surgir en 2C.
Esto se ha hecho incluso en la Ruy López.
Respecto a los fianchettqs es bueno mencion� que,
contra uno de Rey, los peones en 4D y 3AD llevan, a
cabo una buena defensa; por otra parte, un jugador debe
poder contraatacar el centro con P4AD. Digamos, pues,
que elPeón defensor en 3AD no es un artículo de fe.
Si ideas vigorosas sugieren P4AD"el jugador que .las
abandona debido a un Alfil con fianchetto, le concede
poder a la pieza, capacitándola 'para apoyar un movi
miento a 4R u otra maniobra.
Para resumir: la. experiencia de unas cuantas genera
ciones de ajedrecistas sugiere que el centro no es nada
en sí. Debe ser considerado y vigilado funcional y no
formalmeD¡te. La prueba es que si se . tienen líneas de
juego y casillas donde apostar las piezas, éstas pueden
cooperar. Si se tiene todo esto, entonces no importa qué
peones se hallen en las casillas centrales.
Técnicamente, si se quiere tener peones en el centro,
es preferible que estén unidos más que aislados.Pero un
jugador como Tarrasch llegó a emplear un sistema que
permitía tener unPeón aislado.
294
Si ahora:
6. PxPA
4, ... P4AR
295
plicaciones son la sal del j uego. Si no se malgasta el
tiempo se está siempre dispuesto a combatir tácticamen
te por la libertad, ocurra lo que ocurra.
El diagrama 179 muestra una posición procedente de
la Siciliana, en que la barrera de peones blancos de
muestra ser menos formidable de lo que aparenta.
179
Lupi-Ahrahams.
(Londres, 1946.)
Juegan las negras.
296
el d e su contrario, aquel que lo planea a la luz de ideas
que su adversario no puede o no sabe ver, eventual
mente, se asegura cierta ventaja.
Steinitz y Lasker dijeron del ajedrez que estaba go
bernado por los principios de Causa y Efecto, y por
leyes comparables a las de la Física Newtoniana (que
cada acción tiene su equivalente y opuesta reacción, et
cétera). Todo esto puede ser cierto, pero se halla tan
distante de ,la práctica del ajedrez como del silencio en
una sala de baile. Algunos movimientos se hacen con
más propósito que otros, o son más efectivos que otros,
debido a su efecto estratégico. Otros movimientos son
menos eficaces porque no ayudan a los propósitos tácti
cos de atacar o defender, o son inútiles estratégicamente.
Pero en cada caso esto no es un juicio a priori. El efecto
de un movimiento depende de las circunstancias en que
se ha efectuado, de la posición que se desea crear o al
terar, y de las posibilidades de tiempo-espacio de la
partida.
Sin embargo, los buenos jugadores se guían en sus
partidas por cierto sentido común (por ejemplo, una
clara inteligencia en todas las jugadas) que puede, par
cialn:lente, ser enunciado con palabras.
. 1. A un buen jugador le gusta tener el control del
espacio; no del espacio vacío, sino de las líneas en que
es posible desarrollar cierta actividad.
2. Le gusta controlar los tiempos. Esto significa que
desea que su posición esté lo mejor integrada posible,
en los movimientos de que ha dispuesto.
3. Un corolario de estos dos teoremas es que un
buen jugador desea que el equilibrio tiempo-espacio se
halle a su favor, o al menos nivelado. Quiere ser capaz
de tanta acción como la de su oponente en el desarrollo
de los combates de' la partida. Esto es. y no es esencial;
son cuestiones empíricas que dependen de la posición.
Por ejemplo, unos peones muy adelantados pueden ejer
cer amenazas eficaces y presión, o pueden merodear sim
plemente, esperando realizar una captura. Incluso pue-
297
den estar defendiendo al contrario. De modo semejante,
el tiempo ganado en los movimientos nunca es tiempo
perdido.
Dicho esto, es útil preguntarse a veces:
-¿Estoy atrasado en mi desarrollo? ¿He desperdi
ciado algún movimiento particular?
Estas preguntas son una guía muy útil en las aper
turas. Y hay otra pregunta igualmente pertinente:
-¿Estoy ejerciendo en el centro tanta presión como
mi contrincante?
'
Las dos primeras preguntas subrayan el factor tiem
po; la otra e xpresa el factor espacio. Esta última puede
ser difícil de contestar debido a que el control del cen
tro no es una sencilla q.¡estión de tener allí los peones.
Sin embargo, todas estas preguntas son útiles y expre
san parte del correcto sentido del buen jugador.
Este cuestionario puede. quedar ilustrado por la ca
racterística de la normal apertura de juego: las blan
cas emplean vigorosos movimientos, y las negras des
arrollan su juego con iguales propósitos. ¿Pueden las
últimas ser arrolladas?
Muchos jugadores tienen la impresión, que el autor
halla completamente injustificada, de que las negras
están en peligre. Este es el error de confundir la inicia
tiva temporal con la ventaja.
Una manifestación de esta sensación de inferioridad
es el obs·esivo
Alfil contra Caballo), y hay jugadores que ejecutan mo
vimientos como P3TR para prevenirlas. Ciertamente, hay
veces en que se debe emplear tal movimiento porque
es esencial para el plan del jugador mantener una ca
silla libre. Pero el movimiento citado no debiera ser uti
lizado como mera profilaxis. En ajedrez no hay tiempo
para tales lujos.
Naturalmente, si un Alfil se halla en SeR, puede ser
difícil de desalojar. Movimientos como P3TR, seguido de
P4CR, delante del Rey enrocado, invitan al sacrificio del
Caballo (diagrama 180).
298
180
Juegan las negras.
Aquí:
299
En la: posición del último diagrama, las negras tienen
buenos movimientos a realizar : ASCR ( azaros o ) o A3R
(más seguro ); el movimiento C2R permite jugar a las
blancas A X C, que estratégicamente es muy bueno. Por
tanto, hay que impedir que las blancas establezcan un
Caballo en su SAR, dond� sería muy poderoso. Pero hay
un Alfil a este respecto que puede impedirlo.
Estas consideraciones demuestran que no hay que
sentir tem9r por los movimientos agresivos, ni existe
necesidad de perder tiempo en prevenirlos.
Ahora las negras, con A4A han hecho tanto como las
blancas. Pero antes de considerar si las blancas pueden
atacar examinemos una alternativa:
4. cse
300
resulta tan terriblemente efectivo, entonces quizá esté
mal empleado. Y las negras juegan vigorosamente:
4. P4D
5. P xP
( Evidentemente, A x P, C x A, P x C, D xP desarrollaría
a las negras enormemente.) ¿ Pueden recapturar las ne
gras ? Debido a la peculiar debilidad de 7AR, no es pru
dente que las negras jueguen C X P. Esto lleva al Rey
a · una variante que se llama ataque Fegatello.
Si:
5. CxP 6 . C x PA!
6. RxC 8. C3AD
7. D3Aj R3R
8. CD2R
301
En respuesta a la mejor línea (CD2R), las blancas
continúan su desarrollo:
9. P4D P3AD
10. O-O
5. C4TD
302
y ahora las negras parecen tener compensación por
la pérdida del Peón, pero la partida es difícil (9
• A4AD;
...
303
8
ADQUISICION DE VENTAJAS
Gran parte del ajedrez entra de lleno en los pequeños
latrocinios, para no mencionar el aprovechamiento de
las gangas, y la preparación de bromas desconsideradas.
Un elemento de la técnica es estar familiarizado éon ar
timañas que lo logren, aunque sea subrepticiamente.
El estudiante debe saber algo con respecto a agre
siones enmascaradas. Este conocimiento le tomará cons
ciente de los peligros que rodean a piezas que en un
momento dado no están atacadas directamente (aunque
sí de forma disimulada). Tenemos un Caballo en 4T, en
diagonal con la Dama contraria, que se halla . en su ID.
El adversario tiene un Caballo en su 3AR; ¿sabemos que
el contrario puede capturar nuestro Peón de Rey con
su Caballo, y que si nosotros recapturamos dicha pieza
con un Peón, él se apoderará de nuestro Caballo?
Antes se mencionó que un jugador de ajedrez gusta
de amenazar dos o más puntos con un movimiento. Más
que esto, le agrada efectuar movimientos que consigan
dos efectos. La táctica mencionada -capturar con una
pieza camuflada- lo consigue.
Puede ocurrir que el enmascaramiento no resulté evi
dente a primera vista. Podemos tener un Alfil en SCR
cuando juguemos nuestro Caballo a 4T. Pero suponga
mos que el otro juega P 3T , y que nosotros no deseamos
307
cambiar el Alfil por su Caballo. Retrocedemos el Alfil.
Ahora puede jugarse C X P.
Este ejemplo ilustra lo que antes se ha dicho: que
los rasgos técnicos están íntimamente relacionados con
las trayectorias de juego tácticas.
La técnica puede poner en guardia contra la coloca
ción de piezas en casillas contra las cuales pueda des
encadenarse un rápido ataque. Pero si el jugador quiere
anticipar exactamente cuándo se desarrollará la agresión
enmascarada, debe tener bien presente más de un de
talle.
Así, supongamos que el contrario tiene un Caballo
en su 5D, vuestro Rey se halla en teR y vuestros Peón
Alfil Rey y Peón Rey en su cuarta fila. El adversario,
con D3CD, puede atacar a vuestro Peón Caballo Dama y
amenazar explotar, la agresión disimulada que ha creado
contra el Rey. Vosotros podéis, o no, tener movimientos
para contender con los del oponente: A3R o C4TD (aun
que el último no impedirá un j aque doble). Lo impor
tante de esto es comprender que no os halláis suficiente
mente bien enterados de lo que vuestro contrincante
puede hacer con su Dama. La técnica os capacita a po
nerle un nombre a · 10 que él ha hecho. La táctica, con
su penetración visual (junto con la experiencia técnica),
sirve para evitarlo.
El aspecto táctico del ajedrez queda sugestivamente
ilustrado con el siguiente ejemplo:
7. C4TR
308
Han movido su Caballo bajo una agresión enmasca
rada.
7. C X PR 8. CXC DxC
9. ASCR
309
movimiento, como las dobles amenazas con peones u otras
piezas. El conocimiento de los poderes de la doble ame
naza hace posible tempranas demostraciones en la par
tida, tanto si es debido a una casilla que está ocupada,
o a una pieza custodiada o tomada, porque la captura o
recaptura del contrario puede quedar contrarrestada
con una doble amenaza.
No todas las maniobras son buenas. Lo son, general
mente, para el jugador que ya ha obtenido cierta ven
taja. Pero pueden ser útiles incluso al principio de la
partida.
Así, en la apertura:
Sin embargo!
S. CxC P4D
6. P4D
310
Si entonces:
6. PxC 7 . esc
es muy bueno.
Si:
6. PxA 7. P5D
Si:
6. PxP
sivo.
La l�cción de todo esto es que el mérito . de la explo
tación de las posibilidades técnicas debe ' siempre ser
considerado táctica y estratégicamente. Un pequeño sa
crificio, realizado porque parece hábil y por saber que el
material podría 'ser reconqui stado puede proporcionar,
,
311
1 8 1.
312
como alfiles y caballos. Incluso la amenaza de un avance
a la séptima u octava fila puede sujetar a la Torre con
traria a su segunda o primera filas.
Por esto los ajedrecistas conceden gran importancia
a las columnas abiertas, y prefieren doblar las torres
en ellas.
Todo esto se halla sujéto a la consideración de la
posición en conjunto. Si el contrario está organizando
sus operaciones de mate, vuestra columna abierta no
puede ayudaros.
Sin embargo, las grandes ventajas centrales usual
mente impiden una movilización contraria. Además, estas .
ventajas; una vez adquiridas, tienden a durar, y pueden
ser calculadas con poca dificultad. Pueden doblarse las
torres, usualmente . sin tener que elaborar muchas com
plejidades; nonnalmente, puede poseerse una columna
abierta. Trabajando con columnas abiertas y peones
atrasados, reconocidas aquéllas como relativamente bu�
nas, y relativamente malos éstos, es como los técnicos
deciden con facilidad, mientras que los tácticos, reflexio
nando arduamente, tienen que emplear el tiempo con
tendiendo con el detalle técnico.
El diagrama 182 ilustra algunos elementos técnicos. y
una complicación táctica.
182
Mueven las negras.
313
Las blancas acaban de jugar A(3D)5C. Si ahora mo
viesen las blancas, TID conseguiría una clara ventaja
técnica. Sin embargo, mueven las negras. ¿Cómo defen
der la columna abierta, que por un momento está en su
posesión? 1. . . . P3CD acude a la mente, pero la respuesta
es 2. A6A, forzando TIC.
Entonces, 3. TDID hace que A2e sea imposible por el
momento. Lo que evidentemente es mejor, es:
1. A2D
1. T7D
2. TDID T x PA 3. T8D
pierden.
Ahora bien, veamos cuál es el propósito de las blan
cas al jugar 3. T8D. ¿Amenazan A7D? Si las negras ju
gasen después de A7D:
4. T7D 5. T X A ganaría
314
Hagamos que las negras jueguen:
3. P3CD 4. A6A
4. TIC 6. A x A! T xA
5. TRID A2e! 7. T8R
31 5
1 83
Mueven las negras.
1. P4A 3. T x T DX T
2. P4D D XP 4. P x P
316
Un Caballo situado en SA, o cualquier buena casilla
central, SD, SR, 6D, 6R, 4A, e iricluso 3R, pu,ede controlar
tanto espacio que su estableclmiento allí parece intrín
sicamente deseable. Pero un Caballo en SAD es de poco
valor si las operaciones se realizan en la columna Caballo
Rey. Al evaluar el valor de la casilla hay que meditarlo de
dos maneras, y hay que penSar en el final. A tal propó
sito, el centro es, usualmente, valioso. Pero también hay
que pensar en él en el medio juego.
317
5. A5C A2R 7. D2A
6. P3R CD2D
9. A3D P3TR
318
nado a las blancas, al menos, un buen tiempo de de
sarrollo.
14. PxC
14. . •• P3CD
15. O-O
185
Abrahams. (Blancas.) Mueven
las negras.
319
Las blancas han jugado:
10. D4T
10 . . •• D2A
11. PSA
320
Ahora se añade una clavada lateral a la clavada dia
gonal.
321
peligro existente. Así, las negras en la posición del dia
grama 186 no se quedarían muy sorprendidas con 1 .
T X P por parte d e las blancas. Si capturan, entonces
2. D X P demuestra a las negras el significado de las
líneas abiertas. Pero ésta no es toda la historia. En la
partida en cuestión (Auerbach en una exhibición de
simultáneas), las negras continuaron 1. . . . P4CD. Siguió 2.
TDIAR, P X A. y ahora las blancas efectuaron un mate
en tres con:
186
1. •. . A7Aj 2. RIA
322
187
¿Y ahora qué?
y capturan la Dama.-
No hay leyes con respecto al bloqueo ·de peones y ca
sillas libres que preparen a un jugador contra tales
movimientos. Estos deben ser vistos. Sin embargo, la
enseñanza o la experiencia pueden familiarizar a un
jugador con algunas extrañas posibilidades, y dicha ex
periencia toma sensible a la mente con respecto a la
atmósfera de las posibilidades técticas, y dispuesta para
las tormentas del embravecido mar.
El elemento sorpresa, el shock que sobrecoge a un
jugador cuando ocurre algo que no · ha previsto, es acep
tado animosamente por jugadores que se hallan en
malas posiciones; Pero los jugadores que pierden tenien
do · buenas posiciones, frecuentemente dicen de sus con
trarios que son unos «fulleros», y este térmii:to puede
parecer exacto, ateniéndose a mi anterior concepto de
las pequeñas raterías del ajedrez. Pero en la práctica,
el término «fullero» es empleado con excesiva asiduidad.
Si el jugador que se halla bien situado comete una
323
equivocaclOn, no es culpa del otro, aunque la explota
ción sea «chocante» en el sentido de « sorprendente».
Así, el contrario del autor en la posición del d iagra
ma 188, sólo pudo reprocharse su propia avidez cuando
jugó R x P (en vez de R7A) y fue aporreado al instante
con D4Dj.
1 88
1 89
Mueven las blancas.
324
Digamos que las trampas y las tretas s.on peligros
no vistos o previstos que debieran haberlo sido. Por
tanto, no hay ninguna finalidad en hacer distinciones,
como hacen ciertos expertos americanos entre trampas,
de creación propia, y tretas (preparadas por el adver
sario). Experimentemos. El Rey de mi adversario se
halla en 1 TR Y sus peones en 3R, 4AR, 2CR, 2TR y tiene
otras piezas. Yo tengo la Torre en '1 TR (columna abier
ta), el CaballQ en 4TR, Alfil en 3CD y Dama en 2AD.
Juego diestramente D X P (f5) esperando P X D, permitien
do C6C mate. Pero, en cambio, utilizando una pieza que yo
había ignorado, las negras, capturan mi Alfil, dando jaque.
¿Puedo ahora distinguir útilmente entre dos aspectos
de mi conducta?
l. He construido una trampa para él; si capturaba
mi Dama se encontraría con mate.
2. Construí Una trampa para mí mismo.
La distinción es académica. El único término útil
que puede ser aplicado a un jugador que no efectúa el
mejor movimiento creyendo que su contrario ejecutará
una mala réplica, es el de abuso. Pero esto es muy raro
entre los buenos jugadores. Se halla presente un ele
mento de psicología cuando se declina una simplifica
ción a fin de conceder ocasiones de combate contra un
'adversario poco imaginativo. Pero nadie efectúa movi
mientos a ese fin que puedan ser claramente rechaza
dos. Sólo en malas posiciones efectúan «fullerías» los
buenos jugadores. En tales casos' es cuando ejecutan mo
vimientos que puedan ocasionarle al contrario la opor
tunidad de un error. Pero si éste no comete la equivo
cación requerida, si no cae en la trampa, entonces
aquéllos se hallan en peoÍ' situación. Sin embargo, si
la partida va ya por malos derroteros', no se pierde nada
intentándolas.
La posición del diagrama 190 muestra a las blancas
bien situadas; Es difícil hallar el inejor movimiento de
las negras, que posiblemente sea P3A; sin embargo, és
tas jugaron 1. . PSC, esperando un error.
. .
325
Las blancas pudieron capturar el Peón de Caballo
o jugar D7D, pero fueron tentadas por
' 2. D x PA.
De ahí siguió:
gana la Dama.
Haber visto esto era meritorio, y se justifica. la ju
gada sólo al pensar que otros movimientos más perfec
tos habrían sido inútiles.
En cuanto al resto, el tablero proporciona abundan
tes oportunidades de error; las configuraciones inespera
das se manifiestan constantemente. Incluso en un cam
peonato mundial de ajedrez se pierden de vista muchos
detalles. Veamos la posición de la partida 17, jugada
entre Tal (blancas) y Botvinnik (negras ) en 1960:
326
D x PTj, a lo que sigue un mate. Sin embargo, ello no
es posible aquí, aunque de. todos modos el ataque blan
co es muy potente.
327
Ahora tenemos la posición del diagrama 184, cons e
guida por las blancas porque han tenido mucho tiempo
espacio para su desarrollo.
20. P5A
22. • •• AXT
23. PR xA
328
(Obsérvese como ahora nada puede detener al Peón.)
6. C4A
329
Con la amenaza de:
330
rocado por el ala de Rey) intentan sacar un Alfil o un
Caballo contrario de su S CR con P3T, se produce P4TR
y, si la pieza se captura, P X P pone a una Torre en te
rrible actividad. A veces el sacrificio falla, pero hay que
tener siempre presente tal posibilidad. Por esto, los
movimientos de las p iezas más pesadas deben ser tan
'Sutiles como P9tentes: habéis dejado que la Torre de
vuestro contrario vague por la columna Torre de Dama
porque vuestra Torre puede atacar a su aislado PTR
desde 4TR. ¿Os habéis dado cuenta de que su Torre
puede defender desde detrás de vuestra Torre su 7T,
guardada por un Alfil? Similarmente, los ataques de
Alfil o Dama, desde d4 a b2, quedan · minimizados por
la entrada de un Alfil o una Dama en eS, custodiando la
pieza o el Peón atacados desde detrás del atacante.
¿Apreciáis plenamente las clavadas? Puedo exponer
un triste ejemplo de una desdicha que le ocurrió a un
jugador muy apreciado por mí. Tenía las torres en al
y b l , y su Dama · en b6, atacada por la Dama contraria.
Lo que trastornó a las blancas fue un jaque de Torre
en el del adversario. Cubrió el j aque, con otra pieza, en
lAR (la Torre se halla ligada a la defensa de la Dama),
entonces D X D reveló el horrendo hecho de que la Torre
en b l estaba «clavada» contra la Torre en al. Así T x D
llevó a l a pérdida de una Torre; una clavada muy inusi
tada. Pero la técnica se nutre con la asimilación de lo
inusitado.
Un consejo final: no hay que ser autómatas. Quiero
decir que no hay que capturar y, aún más difícil, recap
turar automáticamente. Supongamos que estamos en
trando en , el final con un Peón en 4TR. El contrario
tiene peones en 2CR y 3TR. Su último movimiento fue
la captura de un Peón. Antes de que decidamos que la
recaptura es «ahora o nunca», hagamos un gran esfuer
zo analítico. Parece entonces como si PhS tuviese una
prioridad mucho más elevada.
En todo caso, si tenéis presente todo lo expuesto, os
habréis apartado de la técnica más elemental, que es el
331
ataque directo y la defensa de piezas y peones, y os
hallaréis en mejor situación de captar la sutil valoración
de la posición en su conjunto.
En conclusión, no es el propósito de este libro expo
ner todos los recursos, usuales o desusados, que se em
plean en ajedrez.
Es de esperar que el ' lector, apreciando lo que an
tecede, en el futuro no se dejará sorprender con tanta
facilidad, ni quedará ante su adversario sin recursos.
INDICE
, Aclaración . ,- 5
PRIMERA PARTE :-
1. Descripción de la Técnica . 7
n. Alcance y empleo de la Técnica: Ejemplos de
método 27
SEGUNDA PARTE:
TERCERA PARTE :
AJEDRE Z
t ítu los que usted encontra rá
en esta col ección
24 PR I ME R L I B RO DE AJ ED REZ
1 . A. Horow i tz y F. Rei nfe l d
26 S EGUNDO LI B RO D E AJ ED REZ
F. Rei nfel d
29 TE RCE R L I B RO D E AJ EDREZ
F. Rei nfe l d
3 1 CUA RTO L I B RO DE AJ ED REZ
F. Rei nfel d
63 SPASSKY - F I SC H E R
L. Ponce
66 EST RATAGEMAS EN AJ ED REZ
F. Rei nfe l d
6 9 C I EN M I N I ATU RAS RUSAS
.
P. H . C l a rke
72 1 .00 1 SAC R I F I C I OS Y COMB I NAC I ONES
B R I LLANTES
F. Rei nfel d
7 5 LA TECN I CA E N AJ EDREZ
G. Abra h a m s
78 1 .0 0 1 COM B I NAC I ON ES D E MATE
F. Rei nfe l d