Está en la página 1de 39

Christian Camilo Hurtado Suarez

RECONOCIMIENTO Antropólogo U. Nacional


CASAMOTOR SAS
IBAGUÉ - 2016

ARQUEOLÓGICO
EN SAN LUIS,
TOLIMA.
PROSPECCIÓN Y PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO EN
EL ÁREA DE INTERES DEL TÍTULO MINERO JC5-08121
RECONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN SAN LUIS TOLIMA
PROSPECCIÓN Y PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO EN LAS ÁREAS DE
INTERES DEL TÍTULO MINERO JC5-08121

Contenido

Planteamiento del Problema y Justificación ........................................................... 2


Planteamiento ............................................................................................... 2
Justificación .................................................................................................. 3
Antecedentes y Marco Conceptual ....................................................................... 4
Trayectorias de Investigación ............................................................................. 4
Antecedentes ................................................................................................ 6
Marco Conceptual .......................................................................................... 17
Objetivo ........................................................................................................ 18
Objetivo General ........................................................................................... 18
Objetivos Secundarios .................................................................................... 18
Metodología ................................................................................................... 19
Cronograma del Proyecto .................................................................................. 21
Presupuesto ................................................................................................... 22
Bibliografía ...................................................................................................... 24
Anexos.......................................................................................................... 29
Cartografía .................................................................................................. 29
Propuesta de Manejo del Patrimonio ................................................................... 34
Propuesta de Arqueología Pública ...................................................................... 35

1
Planteamiento del Problema y Justificación
Planteamiento

Esta investigación se desarrolla la vereda La Meseta, Municipio de San Luis, departamento del
Tolima. En esta área se hará explotación de arcillas ferruginosas. La explotación del área se hará
por parte de la empresa CASAMOTOR Minería SAS mediante terrazas escalonadas, sin el uso de
explosivos. El área a intervenir consta de 116 has.; al interior del título de concesión JC5 – 08121.
No se intervendrá la totalidad del polígono en concesión sino el área con enriquecimiento mineral
para explotación y obras; un área importante del título se excluye de intervención por tratarse de una
reserva forestal no declarada.

El municipio de San Luis se ubica en el centro del Departamento del Tolima, en las estribaciones del
borde oriental de la cordillera Central. La vereda la Meseta, se ubica al suroccidente del municipio,
en límites con el municipio de Ortega en el margen derecho del rio Cucuana. El área general de la
vereda y el área de interés a intervenir dentro del título minero se caracteriza por dos micro unidades
de paisaje: a) Laderas estructurales fuertemente inclinadas a muy escarpadas con erosión
moderada, y en los enriquecimientos de calizas con erosión severa; suelos superficiales y algunos
moderadamente profundos, excesivamente drenados. Esta micro unidad refleja suelos con
vegetación de Bosque Seco Tropical, relictos de bosques secundarios cerca de caños; potreros,
cultivos de maíz y aguacate, explotaciones de pequeña minería, terrenos rastrojados y tierras eriales
(Alcaldía de San Luis 2001, 34 - 35). b) Paisaje de vega y sobrevega, con suelos profundos a
moderadamente profundos, bien drenados; sin erosión, cuyos usos son pastos, ganadería, rastrojos,
cultivo y bosque secundario (Alcaldía de San Luis 2001, 39). Ambas micro unidades mantienen
temperaturas que oscilan entre los 24ª C. y 26ª C, siendo la misma provincia climática: Cálido
Semihúmedo (Alcaldía de San Luis 2001, 20).

Las estribaciones de la cordillera central han sido un área poco explorada arqueológicamente. A
diferencia del plan cálido del valle del Magdalena tolimense y la Cordillera Central han sido pocas
las intervenciones arqueológicas en el área; de allí que sus problemáticas empiecen a consolidarse.

Una de ellas es el alcance regional de los periodos culturales del periodo temprano al tener en cuenta
la presencia de cerámica Montalvo, del Periodo Formativo Tardío en ambos márgenes del rio
Cucuana (Pescador, Navas y Barranco 2007; Romero 2010). En el caso del Clásico Regional, se ha
indicado su alcance geográfico como limitado al area plan cálido del Valle del Magdalena tolimense.
Sin embargo, en el municipio de Valle de San Juan ha sido reportada cerámica Guamo Ondulado,
asociada a este periodo, lo cual ampliaría dichos limites geográficos a las inmediaciones de la
Cordillera Central (Carvajal 2004). Para el periodo tardío, se haenfatizado la diversidad de las
inmediaciones de la Cordillera Central respecto a la zona plana del Tolima; identificadas en pautas
funerarias – tumbas de camara con pozo lateral y simples -; y producción alfarera (Pulido 1996;
Rodríguez, 1997; Carvajal, 2004; Nivia, 2015). Estas diferncias han dado lugar a discutir el alcance
y naturaleza de la organización social y polìtica, asì como los limites, de la etnia Pijao, y/o la diferencia
etnica entre comunidades del valle y la sierra.

En el periodo tardío se identifica una ampliaciòn territorial cubriendo un vasto territorio (Salgado, Et.
Al. 2008). No se cuenta aún con información que permita comprender dicho proceso de ampliaciòn,
ritmos y causas. Para el caso del municipio de San Luis se ha identificado un tipo cerámico
denominado como Complejo Caimital por su distribución geográfica que abarca los municipios de
San Luis (Pulido, 1995, 1996; Nivia, 2015), Ortega (Rodríguez, 1997) Valle de San Juan (Carvajal,
2004) y cerámica reportada en Espinal (Rodríguez, 1997; Pulido, 1996). La alfareria Caimital, datada

2
entre el 1520 – 1750 dC, ha sido hallada sin asociación con otros tipos cerámicos, salvo en Valle de
San Juan, dónde fue asociada a los tipos Tocaima Inciso y Guamo Ondulado, periodos Tardío y
Clásico Regional, respectivamente (Carvajal, 2004). Este “Complejo Caimital”, ha sido incluido en el
Complejo Magdalena Inciso (Salgado, 2006; Salgado Et Al, 2008). Por su periodizaciòn y
particularidad geográfica se puede incluir en la llamada segunda fase de dicho Complejo (Llanos,
2001, 2009); de lo cual se desprende su importancia en la comprensión del proceso etnico
desarrollado en el Periodo Tardío para la zona central del departamento del Tolima.

Se ha reconocido la importancia de los cuerpos de agua en las dinámicas prehispánicas del


departamento dado el déficit hídrico de la zona (Llanos, 2001, 2009; Salgado, 2006; Salgado, Et Al.
2008). La ubicación del área de interés, bordeada por el Rio Cucuana, y atravesada por varias
quebradas y caños que desembocan en éste último, es de importancia para recabar información que
aporte en la comprensión de las dinámicas territoriales de los grupos prehispánicos en las
estribaciones de la Cordillera Central. El estado de la cuestión exige en primer término identificar y
caracterizar el material arqueológico presente en el área, así como correlacionarlo con las unidades
de paisaje del área, ello como paso previo a problematizar arqueológicamente aspectos más
específicos.

En el área de interés del proyecto juega un papel central el río Cucuana que bordean el área de en
alturas que van de los 470 msnm a los 730 msnm desprende la hipótesis de trabajo: esta área a lo
largo de las inmediaciones de la Cordillera Central, fue ocupada desde el Periodo Temprano hasta
el Tardío al tener en cuenta sus características fisiográficas y la información arqueológica reportada.
Dichas ocupaciones respondieron a estrategias de construcción social del espacio diferenciadas: en
el Periodo Formativo Tardío fueron ocupadas como áreas de aprovisionamiento dentro de las
dinámicas estacionales de asentamiento; en el Clásico Regional, como zonas provisionales durante
las épocas de inundaciones en la zona plana; mientras que en el Periodo Tardío fueron áreas de
ocupación permanente que permitían el aprovechamiento de recursos del clima templado; áreas de
resguardo y reubicación en la etapa Colonial. Su ocupación tardía es resultado de mayores niveles
de integración poblacional con bajos niveles de centralización política, lo cual explica la diversidad
alfarera y funeraria. La caracterización del registro arqueológico en relación con la altitud y unidades
de paisaje presentes en el área de interés, serán las variables para contrastar dicha hipótesis.

Justificación

Este proyecto aportará información de las dinámicas sociales en la vertiente occidental de la


Cordillera Central aplicando el corpus teórico de la Arqueología Social Latinoamericana,
complementado con los planteamientos metodológicos de la Arqueología del Paisaje. Ésta última es
la puerta de entrada que permite superar las limitaciones metodológicas y epistemológicas de la
primera; la ASL es una escuela poco trabajada en el país, con potenciales aportes a las
problemáticas arqueológicas del área y nacionales.

Se establecerá un dialogo con los resultados obtenidos de la investigación con las problemáticas de
la región construidas en 60 años de investigación; en especial, las referidas a los procesos de
construcción social del espacio, periodización cultural, y dinámicas tardías hasta el periodo colonial.
Su relevancia radica en ubicarse en un sitio de tránsito del paisaje de Cordillera al plan cálido del
valle del Magdalena tolimense; siendo un área de especial atención para comprender el alcance de
las propuestas construidas hasta el momento, de las cuales las estribaciones de la cordillera Central
pueden entenderse como áreas de frontera, contacto, y en todo caso, poca investigación.

3
Un aporte relevante tendrá que ver promover la construcción intersubjetiva del valor patrimonial de
las entidades arqueológicas; asumiéndolas como bienes culturales y sociales que permiten que las
comunidades construyan y cuestionen su historia, forjen su identidad y por tanto reformular la
convivencia al reconocer el valor constructivo de la diversidad y la diferencia en la historia del País.
Ambos aspectos son de importancia en un momento en que el país parece acercarse a la
reconciliación y la paz entendidas como un tratamiento no violento a la diferencia. El momento del
estudio, enmarcado en las discusiones municipales de Planes de Ordenamiento Territorial, generan
un momento propicio para la revalorización y pedagogía acerca de la importancia del patrimonio
arqueológico; al menos a nivel institucional.

Para el desarrollo de la investigación se propone una caracterización de las entidades arqueológicas


del área de interés dentro del título JC5 – 08121, mediante una prospección de cobertura total. El
área a intervenir se ubica cerca de caños que desembocan en el rio Cucuana, lomeríos entre los 470
msnm y 730 msnm. En dicha morfología del terreno es posible hallar diferentes entidades
arqueológicas asociadas a formas de construcción social del territorio y modos de vida, entendidos
como la manifestación de una sociedad en un momento concreto y de acuerdo a su nivel de
desarrollo técnico, forma de organización social, relaciones sociales internas y externas con otros
grupos y su entorno. Explorar la relación de dichas entidades caracterizadas espacial y
temporalmente con la altitud de sus ubicaciones nos lleva a preguntar: ¿En los procesos de
construcción social del territorio de los ocupantes prehispánicos de las áreas de interés, cuál es la
relación entre altitud y modos de vida?

Antecedentes y Marco Conceptual


Trayectorias de Investigación

Lleras y Socarrás indican que en la región predomina la investigación de rescate. En el periodo 2000
– 2010 es mayor el número de intervenciones arqueológicas en el Tolima que en el Huila, impulsadas
por los proyectos de A. preventiva (Llerás y Socarrás 2010) los cuales representan el 71.4% del total
(Óp. Cit. P 11). El informe refiere 317 estudios en la región, de los cuales 171 ofrecen resultados
negativos (Óp. Cit. P 10); 224 sitios identificados y contenidos con contextos de 241 (Óp. Cit. P 14).
Se indica una secuencia de estudios por década: 1949: 5; 1959: 1; 1969: 1; 1979: 1; 1989: 5; 1999:
31; 2010: 50 (Óp. Cit. P 13). Las preocupaciones investigativas en los 60 años de investigación
también reflejan una dinámica interna:

1945 – 80’s, Reconocimiento y estudios esporádicos: Trabajos de reconocimiento asociados a


labores de salvamento (Cubillos 1954), trabajos independientes (Torres 1978), o enmarcados en
problemáticas de periodización nacional (Reichel, 1946). Durante las década del 70 - 80 serán
esporádicos (Salgado, 2006).

La década del 90: impulsada por una generación de tesistas y la conformación del grupo de
arqueología de la Universidad del Tolima en 1996 (H. Salgado 2006). Los intereses investigativos
son: tipos y grupos cerámicos (Cifuentes 1986, De Hernández y Cáceres 1989, Cifuentes 1994,
1996,1997); relaciones y dinámicas con áreas vecinas (Rozo 1990); patrones de asentamiento (C.
Rodríguez 1990, 1991, Chacín 1993); “zonas de periferia” del plan cálido del Tolima según Pinto
(2009) y propuestas de periodización (Cifuentes 1991, 1993, 1997).

Las síntesis 2000 – 2008: Se propone la periodización para la región del Tolima, y se simplifica la
tipología cerámica a 3 complejos asociados: Complejo Montalvo (Formativo Tardío); Complejo
Guamo Ondulado (Clásico Regional); Complejo Magdalena Inciso (Tardío).

4
Para la cordillera central la primera propuesta de periodización plantea: periodos Formativo Tardío,
Clásico Regional y Tardío por parte de Gómez y Salgado en un estudio típico de la ecología cultural
(1999). Esta periodización será ratificada por Salgado en sus trabajos en Cajamarca aplicando la
arqueología del paisaje (2000). Estos tres periodos también se aplican en la planicie Cálida.

Cifuentes (2000), intenta a partir de su trabajo en Coello y Totaré, regionalizar el tipo Tocaima Inciso
y establecer una periodización asociada a unidades fisiográficas y altitud. Llanos refina la
periodización regional propuesta por Salgado y Gómez. Incorpora el tipo Tocaima Inciso en el
Complejo Magdalena Inciso; define una delimitación territorial para el Complejo Guamo Ondulado, y
una relación entre dinámicas de asentamiento y desarrollo poblacional (Llanos 2001). Argüello
criticará la definición del Complejo Magdalena Inciso, a la luz de su relación con la Cordillera Oriental
y su imprecisión (Argüello 2004).

Carvajal en sus trabajos en Valle de San Juan, reportará una mayor expansión del Complejo Guamo
Ondulado, y advierte la complejidad arqueológica de las estribaciones de la Cordillera Central
(Carvajal y Velandia 2004), (Carvajal 2004). A 10 años de la creación del grupo de arqueología
regional, se publica el estudio de Héctor Salgado en Espinal; en dicha obra se agrupan los tipos
Montalvo en el Complejos Montalvo, e igualmente con el complejo Guamo Ondulado, con la intención
de tener una cronología relativa. Se ofrecen algunas dataciones para los periodos y se indica que el
paso de Montalvo a Guamo Ondulado se puede datar para el 1000 – 1600 aC (H. Salgado 2006).
Llanos y Gutiérrez (2006), retoman a Salgado, ratifican los complejos cerámicos, y los periodos
Formativo Tardío, Clásico Regional y Tardío. Éste último lo problematizan a la luz del Complejo
Magdalena Inciso, del cual sugieren 2 fases.

Cesar Velandía retoma sus estudios en la Cuenca Baja del Rio Cabrera, asociados a un complejo
funerario tardío en Dolores, y precisa la perspectiva de la arqueología del Paisaje, llama la atención
sobre el estudio del arte rupestre (Velandia, Carvajal, y otros 2007). Salgado y López refinan la
propuesta de periodización para el plan cálido del Magdalena, señalando un periodo temprano con
dos momentos y uno tardío. Asociaran el complejo Montalvo Inciso con la cuenca del río Bogotá y el
norte del Tolima, en el valle del Magdalena; indican un carácter específico regional para el Complejo
Guamo Ondulado, al igual que el horizonte urnas funerarias tolimense, éste último dentro del
Complejo Magdalena Inciso del periodo tardío. Advierten los autores la complejidad del Complejo
Magdalena Inciso, al tratarse de 1000 años cerámica tardía (Salgado y Llanos 2007)

Sánchez establecerá las regiones asociadas a la orfebrería Tolima y sus características estilísticas
(E. Sánchez 2008); en el mismo año Salgado, Llanos y Gómez publican su investigación en el
Guamo. Dicho estudio indica el carácter semipermanente de la ocupación del Formativo Tardío y un
carácter permanente a partir del Clásico Regional que se mantiene en el Periodo Tardío. Refieren
una tendencia al aumento de producción alfarera y mayor aprovechamiento de recursos. Este estudio
caracteriza la industria lítica asociada a las ocupaciones agro alfareras: actividad de molienda
generalizada y no especializada; en el caso de lítico tallado, la búsqueda por bordes activos más que
formas asociadas a funciones específicas (H. Salgado, y otros 2008). Llanos, Salgado y Gómez
refieren residuos de metalurgia asociados al Complejo Guamo Ondulado y formula asociaciones
entre complejos cerámicos y hallazgos de orfebrería. Distinguen practicas funerarias tempranas de
las tardías; y se plantea el paso del Clásico Regional al Tardío como uno sociopolíticamente
caracterizado por una sociedad de tipo Cacical ante una sociedad jerarquizada sedentaria (Llanos,
Salgado y Gómez 2008).

Llanos en 2009, ratifica la periodización construida con Salgado y el Grupo de Arqueología y


Patrimonio (GRAPA), beneficiado por las investigaciones precedentes y reitera la agrupación de
complejos cerámicos ante las propuestas de diferenciar sus tipos basados en características
5
estilísticas (Llanos 2009). Velandia concluye sus estudios en la parte Alta del rio Cabrera,
incorporando el análisis del arte rupestre en la discusión, asociando algunos de sus grafemas al
complejo Montalvo e identificando patrones paisajísticos en Cabrera (Velandia 2014).

Arqueología de Rescate, 2005 – 2010: La mayoría de estos estudios estan asociados a exploración
petrolera y construcción vial, constituyen la mayoría de las fuentes consultadas. Sus intereses se
centran en pautas de asentamiento y arqueología del paisaje. Se resalta para esta investigación los
estudios de Pulido (1995, 1996), Nivia (2015), Rodríguez (1997), Rodríguez Buitrago y Pinto (2008)
y Pescador, Navas y Barranco (2007) al estar asociado con las problemàticas de este proyecto.

Otras fuentes revisadas son: Botiva 1996, Garcia 2003, Romero 2006, Floréz 2007, Del Cairo y
Arango 2008, Gutierrez, Beltrán y Valero 2008, Rodriguez Buitrago y Pinto 2008, Ordoñez y
Rodríguez 2008, Ospina 2009, Restrepo 2010, Cifuentes y Gutierrez 2010a, 2010b, Romero 2010a,
2010 b, Sánchez, Cifuentes y Gutierrez 2010.

Arqueología Histórica 2000 - 2004: impulsada por el Grupo de Arqueología y Patrimonio (GRAPA),
en particular por Jhony Carvajal, quien adelanta investigaciones en Valle de San Juan. La primera
de ellas identifica un complejo fabril asociado a la explotación de plata (2001). En una posterior
investigación en Valle de San Juan, el autor confronta la idea de homogeneidad de las sociedades
prehispánicas a la llegada de los españoles al Tolima (Carvajal 2004) y (Carvajal y Velandia 2004);
este estudio reportará la presencia de cerámica del Complejo Guamo Ondulado en las estribaciones
de la Cordillera Central, ampliando su alcance regional; este hallazgo se encontrará asociado al
Complejo Caimital, vinculado a la segunda fase del Complejo Magdalena Inciso.

Arqueología del Paisaje 2000 - 2015: la corriente teórica metodológica dominante en la última
década. Salgado hará la primera formulación metodológica de esta perspectiva en su trabajo sobre
Cajamarca, (H. Salgado 2000, 2006); planteamientos que retoman Llanos, Carvajal y Gómez, y
Velandia (Carvajal 2001, Llanos 2001, 2009, Llanos y Gutierrez 2006, Velandia, Carvajal, y otros
2007, H. Salgado, y otros 2008). Esta perspectiva se incorpora en los estudios de rescate, resaltando
las contribuciones de Rodriguez Buitrago y Pinto (2008), Nivia (2015). La formulación más
sistemática, teórica y epistemológicamente de esta corriente será la ofrecida por Cesar Velandia en
su texto Barbaduos (Velandia 2014).

Antecedentes

70 años de investigación, dinamizados en las últimas dos décadas por el Grupo de Arqueología y
Patrimonio de la Universidad del Tolima, arrojan una serie de problemáticas, líneas a explorar y
debates abiertos en la investigación arqueológica en el Departamento, se indican algunas de ellas:

Periodización: Se identifican 4 periodos culturales, Holoceno Temprano, o Precerámico; Formativo


Tardío; Clásico Regional y Tardío. Dicha periodización no está exenta de polémicas; se distingue
entre la Cordillera Central y el Valle del Magdalena Tolimense:

PERIODIZACIÓN Y CRONOLOGÍA CORDILLERA CENTRAL TOLIMENSE


Autor Periodo 1 Periodo 2 Periodo 3 Periodo 4
(Salgado, 2000) Holoceno Formativo Tardío Clásico Regional Tardío 900 dC –
Temprano 1000 – 400 aC 400 aC – 400 dC 1500 dC

6
(Gómez y Precerámico Formativo Tardío Clásico Regional Tardío 1250 dC –
Salgado, 1999) 13000 – 3000 ap 3000 ap 300 aC – 1250 1450 dC
dC
(Cifuentes, 2010) Holoceno Temprano 1200 Medio 400 aC – Tardío 400 dC –
Temprano 9650 aC – 400 aC 400 dC 1500
– 3650 aC

PERIODIZACIÒN Y CRONOLOGÍA VALLE DEL MAGDALENA TOLIMENSE


Autor Periodo 1 Periodo 2 Periodo 3
(Llanos, 2001) Formativo Tardío Clásico Regional. Tardío. Siglo X dC –
1000 aC – 400 aC Siglo V dC 1620 dC
(Salgado 2007) Formativo Tardío. Clásico Regional. Tardío. Siglos IX dC –
Fines siglo VII aC – Siglos II dC – XV dC
inicios V aC mediados siglo VII dC
(Llanos, 2009) Formativo Tardío. Clásico Regional. 600 Tardío. Siglos X dC –
1000 aC aC – 800 dC XVI dC

En el valle del Magdalena tolimense, Salgado (2006) sugiere una periodización general: un Periodo
Temprano y un Periodo Tardío, de los cuales el primero se subdivide en dos periodos culturales:
Formativo Tardío, y Clásico Regional. El Periodo Temprano abarca del siglo X aC hasta los siglos VI
– VII dC, mientras el Periodo Tardío inicia en los siglos VII – VIII dC hasta el siglo XV dC. Esta
periodización será la adoptada por el estudio, habida cuenta la inexistencia de referencias del
Periodo Precerámico en el Valle del Magdalena tolimense – como se trata más adelante - y la
ubicación del área de interés en las estribaciones de la Cordillera Central, la cual según las
referencias consultadas guarda estrecha relación con el Valle, sin negar por ello su relación dada su
ubicación, con las problemáticas de la Cordillera Central. No está demás referir la propuesta de
Salgado y Llanos (2008) al sugerir una periodización para todo el departamento del Tolima,
incorporando la Cordillera Central, el Valle del Magdalena y la cuenca baja del rio Cabrera:
Precerámico 13000 – 10000/5000 ap que desaparece en el Tolima para el 3500 ap; Formativo Tardío
1000 aC – siglo I dC; Clásico Regional, siglo I dC - 800 dC; Tardío, siglos VIII – XVIII. Dicha
periodización tiene dos dificultades: a) adscripción “Cazadores Recolectores” a todo el Precerámico
al tener en cuenta el estudio de Rodríguez en el Limón que reporta evidencias de horticultores (1991);
b) incompatibilidad con los estudios específicos de cada región en relación a fechas.

A nivel de los complejos y tipos cerámicos, no es menor la polémica. Las propuestas de Llanos,
Salgado y Gómez son las que han venido ganando terreno ante las de Cifuentes. Dicha polémica se
puede graficar en la siguiente tabla:

Periodos y Periodos Culturales / Complejos y Tipos Cerámicos


Autor Periodo Temprano Periodo Tardío
Periodo Formativo Periodo Clásico
Tardío Regional
(Cifuentes, 1997) Tipos Montalvo Inciso Tipos Montalvo Inciso Tipos Cañaveral,
y Negro sobre Rojo y Negro sobre Rojo Tocaima Inciso,
Jabonera, Magdalena
Inciso

7
(Llanos, 2001) Tipos Montalvo Inciso Tipos Guamo Complejo Magdalena
y Montalvo Pintado Ondulado y Guamo Inciso. Incluyendo
Pintado Tocaima Inciso y
Friable.
(Salgado, 2006) Complejo Montalvo: Complejo Guamo Complejo Magdalena
Agrupa Montalvo Ondulado. Inciso.
Inciso y Montalvo
Pintado (Pp. 66)
(Llanos y Gutiérrez, Complejo Montalvo Complejo Guamo Complejo Magdalena
2006; Salgado, Llanos Ondulado Inciso: Se presumen
y Gómez, 2007; dos fases: Siglos VIII –
Salgado y Llanos, X dC; siglos XIII – XIV
2007; Salgado Et. Al, dC.
2008; Llanos, 2009) Urnas Funerarias:
Con manifestaciones
específicas en el
Tolima VIII – IX dC,
persiste hasta el siglo
XVI.

A nivel de la industria lítica de los periodos culturales referidos, se anota como constante la baja
formalización estilística de la misma; privilegiando la obtención de bordes activos en la talla antes
que formas específicas (Salgado, Et. Al. 2008).

La construcción de esta periodización responde al interés de autores como Llanos, Gómez, Salgado
y Gutiérrez, por construir una periodización y secuencia cultural del plan cálido del Magdalena
Tolimense, mediante una periodización relativa para el área asociada a los complejos cerámicos
como indicadores (Salgado, 2006; Salgado, Llanos y Gómez, 2007). Conforme a dicho propósito se
agrupan los tipos Montalvo Inciso, Montalvo Negro sobre Rojo y Montalvo Esgrafiado, sugeridos por
Cifuentes (1991, 1993, 1994,1996, 1997, 2000) en el Complejo Montalvo, asociado al Formativo
Tardío; del mismo modo, los tipos Guamo Ondulado, Guamo Pintado, Guamo Corrugado en el
Complejo Guamo Ondulado, Periodo Clásico Regional. Los autores referidos indican que las
diferencias estilísticas no son concluyentes para diferenciar los tipos, al encontrarse en algunos
casos combinadas, así como al no estar asociadas a contextos de uso específicos – funerarios,
rituales y/o domésticos (Salgado, 2006). En el caso del Complejo Magdalena Inciso, es reconocida
su variedad tipológica; se trata de un periodo de casi mil años de alfarería tardía. Llanos, teniendo
en cuenta críticas como las de Velandia (2007, 2014), Argüello (2004) sobre la ambigüedad de dicho
complejo a nivel tipológico y estilístico, reconozca se trata de una agrupación basada en criterios
temporales, sin negar semejanzas al nivel formal, de estilo y tipología (Llanos, 2009. Pp. 36). Por
ello se sugieren las dos fases del complejo Magdalena Inciso (Salgado, Et. Al, 2008; Llanos, Salgado
y López, 2008; Llanos, 2009; Salgado, 2006), las cuales siguen siendo objeto de debate.

PERIODO TEMPRANO. FORMATIVO TARDÍO, COMPLEJO MONTALVO: El periodo se caracteriza


por ocupaciones semipermanentes, de pequeños grupos en áreas despejadas en medio de áreas
boscosas. A nivel de industria lítica se reportan artefactos pulidos que indican actividad de molienda
generalizada, no especializada; en el caso de artefactos tallados, se caracteriza por la búsqueda de
bordes activos antes que formas asociadas a funciones específicas, así como el poco
aprovechamiento de núcleos (Salgado, Et. Al., 2008). Inicia la consolidación de las pautas de
asentamiento, agricultura permanente, y construcción de viviendas observando aspectos como
altura, estabilidad, y aptitud de los suelos para cultivo (Salgado, 2006; Llanos, Salgado y Gómez,
8
2008; Salgado, Llanos y Gómez, 2007). En lo referente a prácticas funerarias se identifican las
tumbas de pozo con cámara lateral (Salgado, 2006; Salgado, Et. Al, 2008; Llanos, 2001; Llanos,
2009) como predominantes, y tumba de pozo simple como la reportada en Suarez por Álvaro Botiva
(1996).

A nivel cerámico, la alfarería se caracteriza por paredes delgadas y peso liviano asociado a movilidad
(Llanos, Salgado y Gómez, 2008); se sugiere a partir de identificar rasgos formales y estilísticos del
Complejo Montalvo en el Complejo Guamo Ondulado, una posible transformación entre ambos
periodos, y continuidad o relación entre los mismos. Dicha transformación pudo iniciar en el siglo VII
aC (Salgado, Et. Al, 2008). Aún sigue abierta la pregunta acerca de los factores que determinan
dicho cambio y la dinámica que tuvo.

El Complejo Montalvo recoge su denominación por la cerámica identificada por Cifuentes en el


Municipio de Espinal, vereda Montalvo (1986). El mismo autor, en sus trabajos en el Norte del valle
del Alto Magdalena, señalará la diversidad del Formativo Tardío al identificar el Complejo
Arrancaplumas (1993). Ambos complejos serán asumidos como manifestaciones locales del
Formativo Tardío en el Tolima (Salgado y Llanos, 2008). Esta cerámica Montalvo sería diferenciada
en 3 tipos, Montalvo Inciso, Montalvo Negro sobre Rojo y Montalvo Esgrafiado. Cifuentes la agrupará
con los tipos Tocaima Inciso y Guamo Ondulado en un Complejo Inciso (1996); sin embargo, dicha
propuesta será desvirtuada por las fechas e investigaciones posteriores. Igual suerte corre la
asociación del tipo Montalvo Negro Sobre Rojo como indicativo de diferenciación social y de uso
ritual y funerario (Cifuentes, 1997, 2010). Este planteamiento será superado por Llanos al reportar
que no existe diferenciación en el contexto de uso de los “tipos” Montalvo; así como al indicar que
sus diferencias estilísticas se hallan combinadas. Bajo esas consideraciones ratifica la propuesta de
Salgado (2006) de agrupar los tipos cerámicos Montalvo bajo el Complejo Montalvo (Llanos, 2009.
Pp 66). Por último, es importante referenciar la relación que Velandia encuentra entre las grafías de
algunos petroglifos en Ambicá con la iconografía de la cerámica Montalvo, relación que no ha sido
explorada a profundidad (Velandia, 2014). Este Complejo se asocia regionalmente con el Norte del
valle del alto Magdalena, en particular con la cerámica Arrancaplumas; así como con la cuenca del
Rio Bogotá, con los tipos Salcedo Arena de Rio; Mosquera Roca Triturada y Mosquera Rojo Inciso
(Salgado, Llanos y Gómez, 2007; Llanos, 2009; Salgado, 2006).

Cerámica asociada a este complejo será reportada por Pescador, Navas y Barranco en el Municipio
de San Luis, y en ambas orillas del rio Cucuana (2007) al igual que Romero (2010) dentro del área
de interés de este proyecto. Otros reportes en estudios de rescate: Del Cairo y Arango, 2008;
Rodríguez y Pinto, 2008; Restrepo, 2010; Cifuentes y Gutiérrez, 2010 quienes sugieren un tipo
adicional, Montalvo Baño Rojo.

PERIODO TEMPRANO. CLÁSICO REGIONAL. COMPLEJO GUAMO ONDULADO: Se caracteriza


por asentamientos permanentes y aumento de la densidad poblacional. Registra mayor producción
alfarera y mejor aprovechamiento de recursos vegetales y animales; en este periodo se encuentran
registros asociados al trabajo en metalurgia (Salgado, Et. Al, 2008; Llanos, Salgado y Gómez, 2008).
A nivel de asentamientos, se identifican actividades de adecuación de los sitios, tanto en el valle del
Magdalena Tolimense (Llanos, Salgado y Gómez, 2008) como en la Cordillera central (Gómez y
Salgado, 1999; Salgado, 2000). La pauta de asentamiento es dispersa; se diferencian sitios para uso
funerario y doméstico, siendo la tumba de pozo con cámara lateral la característica (Salgado, 2006).

En la industria lítica se evidencian artefactos asociados a la apertura de bosques; así como retoques
y reavivamientos en algunos artefactos tallados. Los artefactos pulidos asociados a molienda indican
molienda generalizada y no especializada (Salgado, Et. Al, 2008).

9
El Complejo Guamo Ondulado debe su nombre a la cerámica hallada por Cifuentes en la Vereda la
Chamba, del Municipio del Guamo (Cifuentes, 1994). En este estudio, fue fechada entre el 400 dC y
la Conquista. Investigaciones posteriores del mismo autor, identificaron dos tipos, Guamo Pintado,
Guamo Ondulado y una referencia a un tipo Guamo Corrugado (Cifuentes, 1996, 1997); Cifuentes
sugerirá una relación de los tipos Guamo con el Periodo Ilama del Formativo Tardío del Cauca (1997.
Pp 36). Sin embargo, Llanos (2009) retoma el llamado de Salgado (2006) de simplificar con fines de
secuenciar y periodizar los tipos cerámicos y agrupa dichos tipos en un solo complejo, Guamo
Ondulado, al no considerar sus diferencias estilísticas impliquen la diferenciación de tipos. Este
periodo, y el Complejo Guamo Ondulado, reflejan cierta estabilidad, y especificidad regional o
temporal. Salvo la presencia de cerámica Yotocó reportada en un sitio, no se ha podido establecer
relación con las regiones adyacentes (Salgado, Et. Al, 2008; Salgado, Llanos, Gómez, 2007). Su
distribución se delimitó en el centro del Tolima, el plan cálido del mismo Departamento y la cuenca
del rio Saldaña (Salgado y Llanos, 2008; Salgado, Llanos y Gómez, 2007). Carvajal reporta la
presencia de cerámica asociada a dicho complejo en las inmediaciones de la Cordillera Central, en
Valle de San Juan, ampliando dicha distribución (Carvajal, 2004). Este hallazgo es de importancia,
pues se ubica cerca al área de interés de este proyecto, además de estar asociado al “Complejo
Caimital”, hallado en el Municipio de San Luis (Pulido, 1995, 1996; Nivia, 2015).

Se desconoce el ritmo y dinámicas del paso del Complejo Guamo Ondulado al Complejo Magdalena
Inciso; se reconocen las notables diferencias entre ambos complejos, y periodos, no sólo a nivel
cerámico, sino a nivel funerario - Urnas Funerarias -; las cuales marcan un cambio de gran alcance,
que diferencia los periodos Temprano y Tardío (Llanos, Salgado, Gómez, 2008). Otros reportes en
estudios preventivos: Del Cairo, Arango, 2008; Rodríguez y Pinto, 2008; Restrepo, 2010; Romero,
2010, que identifica dicho Complejo en ambos márgenes del rio Cucuana; Cifuentes y Gutiérrez,
2010a; Rodríguez, 1997.

PERIODO TARDÍO. COMPLEJO MAGDALENA INCISO: Se mantienen las pautas de asentamiento


y patrones de localización del Clásico Regional; aunque se reportan algunas aglomeraciones hacia
el siglo XVI, las cuales son excepcionales (Gómez y Salgado, 1999). La ocupación será más intensa
y la densidad poblacional mayor (Llanos y Gutiérrez, 2006). Llanos reporta en la cuenca baja del rio
Saldaña, asentamientos conjuntos de entre 3 y 4 viviendas, los cuales se encuentran dispersos entre
sí (Llanos, 2001). En la Cordillera Central, los asentamientos se observan más dispersos y más
grandes (Salgado, 2000). Llanos plantea en sus trabajos en Natagaima que las comunidades
Coyaimas y Natagaimas no modifican sus patrones de asentamiento durante el periodo de presencia
y consolidación española en la Conquista como resultado de una alianza con España que les permite
autonomía y supervivencia (Llanos y Gutiérrez, 2006; Llanos, 2009). Se trata de una interesante vía
de análisis por explorar y que refiere al paisaje cultural durante el proceso de invasión española,
tema no tratado aún en la región.

Se identifican urnas enterradas en viviendas, con rasgos de cerámica matada y sin restos humanos,
las cuales indican según Llanos, actos propiciatorios asociados a la adecuación de los sitios para
asentamiento (Llanos, 2009; Llanos y Gutiérrez, 2006). En lo referente a prácticas funerarias, se
reportan entierros primarios, y enterramientos secundarios en Urnas y en sitios de vivienda, lo cual
marca una ruptura con las prácticas del periodo temprano (Gómez y Salgado, 1999). Esta ruptura se
caracteriza por la presencia de Urnas Funerarias, un complejo ritual que se extiende por el Bajo,
Medio y Alto Magdalena durante los siglos VIII – XVI dC; el cual consiste en enterramientos
secundarios en urnas. Dicha manifestación extendida regionalmente, propia del ´Tardío, tiene una
marcada identidad en el Tolima, la cual le da especificidad regional (Salgado y Llanos, 2007). Se
sugieren tres momentos asociados a las Urnas Funerarias en el Tolima: a) Magdalena Medio y
Espinal: caracterizada por figuras humanas. Siglos VII – XVI; b) Guamo, Espinal, Ricaurte, poco
10
estudiada; se caracteriza por rostros en alto relieve. Siglos IX – XVII; identificada en tumbas de pozo
simple y pozo con cámara lateral; c) urnas con un acabado deficiente, halladas en tumbas de pozo
simple con una sola vasija. Siglos VIII – pos conquista (Salgado, Et. Al, 2008).

La orfebrería del Periodo de acuerdo con Llanos, será una actividad cotidiana, no especializada y
generalizada al reportar cerámica friable, asociada al trabajo de fundición de metales, en contextos
domésticos (Llanos, 2009).

A nivel de dieta, se refiere una estrategia de aprovechamiento de recursos que denota su


diversificación; aumentando la dieta vegetal y disminuyendo la dieta animal (Llanos, Salgado,
Gómez, 2007). El uso estable de peces indica estabilidad en las condiciones climáticas y ambientales
del Periodo Tardío respecto al Periodo Cultural Clásico Regional. La industria lítica del periodo
reporta artefactos expeditivos y asociados a producción metalúrgica (Salgado, Et. Al, 2008).

Este periodo se asocia al Complejo Magdalena Inciso, cuya agrupación tiene un énfasis temporal sin
prescindir de elementos formales y decorativos comunes (Llanos, 2009. Pp 36). Cubre un amplio
territorio del departamento del Tolima, ampliándose del valle del Magdalena Tolimense a las
estribaciones de la Cordillera Central, y el sur del departamento. Es un complejo cerámico con
marcadas diferencias respecto al Complejo Colorados del Magdalena Medio y Pubenza de la cuenca
del rio Bogotá (Llanos, Salgado y Gómez, 2008; Salgado, Llanos y Gómez, 2007; Llanos, 2009).

La problemática de los tipos cerámicos, y el Complejo Magdalena Inciso ha sido la de mayor


dinamismo en las investigaciones del Departamento: Los primeros reportes de tipos cerámicos
asociados a este complejo serán los de Cubillos (1954); Rodríguez (1990, 1991) y Chacín (1993);
Juan Manuel Rozo en 1990, será el primero en reportar el tipo Magdalena Inciso asociado al tipo
Cañaverales (Rozo, 1990); Cifuentes asocia estos tipos con el periodo II de Arrancaplumas
(Cifuentes, 1993). Las investigaciones de Cifuentes en el Guamo reportan un complejo cerámico
tardío, Complejo la Chamba, con dos tipos: Chamba Rojo Pulido, con un subgrupo Chamba Negro
Pulido, y Chamba Café Presionado, el cual asocia con los reportados por Chacín, Rodríguez y
Cubillos en el Sur de la Cordillera Central tolimense, la datación que obtiene para dicha cerámica es
de 1540 – 1640 aC. Las investigaciones de Botiva, en Suarez, reportan asociado al contexto
funerario que interviene, el tipo Tocaima Inciso (1996).

Cifuentes, asociará los tipos Magdalena Inciso, Cañaverales y Tocaima Inciso con el periodo Tardío
aunque los distinguirá tipológica y espacialmente, al afirmar el Tipo Tocaima Inciso tiene una
delimitación regional entre el rio Bogotá y el rio Coello (Cifuentes, 2000). A estos tipos cerámicos se
suma el tipo Friable que Llanos reporta en la cuenca baja del rio Saldaña; al basarse en las
investigaciones de Sáenz y Cardale (1990) en el área Calima, asociado al trabajo de metal (Llanos,
2001). En el área de interés de este proyecto, se resalta el Complejo Caimital, reportado por Rene
Pulido en sus estudios en el Municipio de San Luis y fechado en 1520 – 1700 dC (Pulido, 1995,
1996). Dicho complejo se define en tanto tal al considerar su distribución regional (Espinal, Ortega,
San Luis).Investigaciones posteriores reportan este Complejo en Valle de San Juan ampliando dicha
distribución (Velandia y Carvajal, 2004; Carvajal, 2004).

Las asociaciones con otros tipos y Complejos Cerámicos a nivel regional, indican una intensa
dinámica de relaciones sociales y geográficas. Similitudes y relaciones que se interpretan como
circulación de ideas y conceptos, antes que de objetos (Salgado, Et. Al, 2008). Se identifican
relaciones con el Cauca Medio, y Yalcones de San Agustín (Llanos, 2009); Complejo Pubenza de la
cuenca del rio Bogotá y Zipaquirá Desgrasante de Tiestos (Argüello, 2004; Llanos, 2009; Cifuentes,
2000). En este caso, como en el periodo temprano, falta detallar la naturaleza de las interacciones
entre regiones, pues se sugiere intercambio, guerra, contacto, tráfico de objetos e ideas, pero más
11
allá de determinar similitudes y presencia de determinados rasgos u objetos, no se ha logrado un
conocimiento detallado al respecto. De ello se desprende determinar el ritmo y dinámica de dichas
relaciones regionales.

La propuesta del Complejo Magdalena Inciso tiene dos problemáticas: a) la ambigüedad e


indefinición tipológica que algunos autores le critican (Velandia, 2014; Argüello, 2004); b)
transformaciones que refleja la alfarería entre los siglos XIV – XVI caracterizada por una
simplificación de estilo, reducción de formas y menor decoración (Llanos, 2009). Se han sugerido
dos fases del Complejo Magdalena Inciso: Fase I entre los siglos VIII – X dC; Fase II durante los
siglos XIV – XVI. Arguello afirma que tipos como Chamba Café Presionado, Cañaverales, Guaduas,
Habano Liso harían parte de un Tardío II marcando diferencia con el complejo Magdalena Inciso. El
panorama es más complejo si se toma en cuenta propuestas como las de Cifuentes, quien afirma
hay una diferencia entre los tipos tardíos del Norte y Sur del Valle del Magdalena (Cifuentes, 2000).
Pulido, Rodríguez y Romero basan sus investigaciones en la premisa de que existe una diferencia
entre los tipos tardíos del Valle del Magdalena y la Cordillera Central (Pulido, 1995, 1996; Rodríguez,
1997; Romero, 2006). No se puede dejar de señalar la problemática asociada a los límites y alcances
del área Pijao, menos claros aún (Velandia, 2014) y que pasan por la relación entre la vertiente de
la Cordillera Central y el Plan Cálido del Magdalena Tolimense. La naturaleza de dichas diferencias
- políticas, sociales, ideológicas – (Llanos, 2009), sus ritmos y dinámicas de desarrollo; reflejos
locales y regionales son las cuestiones que alude el debate sobre el Complejo Magdalena Inciso, la
relación de éste con el Periodo Tardío, y las dinámicas sociales, políticas, culturales y ambientales
que inciden en la diversidad, o variación presente en la evidencia arqueológica. Más allá de ser
suficientes para distinguir complejos cerámicos adicionales, o nuevos tipos, la diferenciación es un
signo de procesos sociales, que en este caso reflejan diversidad, relación y sinergia, reclamando
explicación.

Se reporta en los siguientes estudios de arqueología preventiva: Flórez, 2007; Restrepo, 2010;
Cifuentes y Gutiérrez, 2010; Gutiérrez, 2010; Romero, 2006; Nivia, 2015 en San Luis.

Problemática del Precerámico: La investigación del Precerámico se ha concentrado en la Cordillera


Central. Los primeros estudios serán desarrollados por Camilo Rodríguez en Chaparral y Rioblanco
(1990) y Herrera y Planadas (1991). Rodríguez identifica horticultura, por lo cual cuestiona la idea
de cazadores recolectores para estas sociedades. Cifuentes (2010) presenta los hallazgos y fechas
asociadas al periodo: Roncesvalles – El Jordán: 12910 ± 60; Fresno – El Pomo: 10220 ± 120;
Roncesvalles – El Jordán: 9760 ± 160; Chaparral – El Prodigio: 5600 ± 90; Roncesvalles – El Jordán:
2850 ± 90; Cajamarca – Córcega: 2570 ± 150. Gómez y Llanos indican que el precerámico,
caracterizado por Cazadores y Recolectores, tuvo un periodo de entre el 13000 – 10000 aC y el 5000
aC; desapareciendo por completo hacia el 3500 aC (2007). En el caso del Valle del Magdalena no
se dispone de fechas asociadas al periodo, lo cual responde a la dinámica volcánica y los
movimientos de suelos que sepultan las ocupaciones a altas profundidades (Cifuentes, 2010. Pp 4).
Una problemática asociada a ello es la escala de denominación del periodo: Holoceno Temprano
desde una perspectiva de la ecología cultural, o Precerámico, Cazador Recolector, asociada a los
rasgos sociales de dichas ocupaciones.

Regiones con baja investigación: La investigación se concentra en el Valle del Magdalena Tolimense.
Áreas como el sur del Departamento, la Cordillera Central, y la vertiente occidental de la Cordillera
Oriental han sido poco exploradas:

SUR DEL TOLIMA: Sus principales referencias están vinculadas a orfebrería, sin contextos, lo cual
limita su interpretación y análisis. Dicha orfebrería se asocia con rasgos Yotocó y Calima (Sánchez,
2008). Precerámico y pautas de asentamiento (Rodríguez, 1990, 1991; Chacín, 1993). Los estudios
12
de Rodríguez, Chacín y Cubillos (1954) reportan cerámica del periodo Tardío, asociada al Complejo
Chamba Café Presionado (Cifuentes, 1994) o Magdalena Inciso (Salgado, Et. Al, 2008).

VERTIENTE OCCIDENTAL CORDILLERA ORIENTAL: Se le reconoce su importancia como área de


frontera y contacto con la zona andina, y la cuenca del rio Bogotá (Rozo, 1990; Argüello, 2004), así
como con la Amazonía y alto Magdalena (Velandia, Et. Al, 2007; Velandia, 2014).

En esta área se ha identificado cerámica del Periodo Tardío, asociada al Complejo Pubenza (Rozo,
1990). Tiene una significación especial las investigaciones de Velandia en el alto rio Cabrera, de las
cuales se referencia un complejo funerario tardío, compuesto por estatutaria lítica que el autor asocia
al Alto Magdalena y la Amazonía antes que el Valle del Magdalena tolimense (Velandia, Et. Al, 2007;
Velandia, 2014). En esta área se ha identificado arte rupestre en Melgar, Alpujarra, Dolores. Velandia
establece asociaciones entre sus grafías con Piedra Pintada en San Agustín y el arte rupestre de la
serranía del Chiribiquete, así como con diseños de la cerámica Montalvo.

CORDILLERA CENTRAL: Ha sido referida en la problemática del Precerámico. Se sugiere una


diferencia entre los tipos cerámicos con respecto al Valle del Magdalena tolimense en el Periodo
Tardío (Rodríguez, 1997; Cifuentes, 2010); y en Roncesvalles, con el Periodo cultural Formativo
Tardío (Salgado, 1998). En esta zona se han desarrollado estudios de Arqueología histórica
(Carvajal, 2001, 2004). Dada su diversidad en cerámica tardía, y la información asociada a las
crónicas, se ha convertido en el centro de la polémica por delimitar el área Pijao, así como
aproximarse a su beligerancia, antropofagia y resistencia ante las huestes españolas (Rodríguez,
1997; Pulido, 1995, 1996; Carvajal, 2001). Estos temas como señalan Ordoñez y Rodríguez, aún no
han sido contrastados suficientemente por la vía empírica para resolverlos (Ordoñez, Rodríguez,
2008).

Dinámicas del Paisaje: En el caso del Valle del Magdalena tolimense, el déficit hídrico es
determinante en las dinámicas de uso del espacio (Llanos, 2001, 2009; Salgado, Llanos y Gómez,
2007). En la Cordillera Central, lo será la actividad volcánica y los movimientos de suelos (Gómez y
Salgado, 1999).

Dicho déficit hídrico implica un patrón de uso de espacios cercanos a cuerpos de agua – riberas del
Magdalena en el Periodo Temprano principalmente; tributarios y quebradas en el Periodo Tardío -,
en zonas no inundables (Cifuentes, 1996, 1997; Salgado, Et. Al, 2008; Llanos, 2009). Algunos
autores sugieren un patrón de uso de las zonas altas como lugares de resguardo en periodos de
inundación y sitios de aprovisionamiento de recursos y por tanto, con uso estacional (Pescador,
Navas y Barranco, 2007; Rodríguez, 1997; Pulido, 1995, 1996).

Un aspecto no tratado en las investigaciones en la región, refiere a las dinámicas de poblamiento


“interno” al Valle del Magdalena Tolimense, las vertientes cordilleranas y cordilleras. Existen
propuestas de rutas internas y dinámicas tempranas y tardías que asignan un valor especial a los
ríos Luisa, Saldaña, Cabrera, Coello, Bogotá y Magdalena, así como a sus tributarios – incluido el
Cucuana, en el área de interés de esta investigación. Se trata de indicios no estudiados
sistemáticamente. Menor investigación se ha desarrollado respecto al poblamiento temprano del
área, salvo el consenso de una ruta proveniente del Norte. Se señala incluso el Urabá y el Chocó
como punto de origen de dichos primeros pobladores (Cifuentes, 2010). La cronología y el proceso
de poblamiento temprano se encuentra en discusión a partir de las propuestas de Rivet y Reichel –
Dolmatoff (Cifuentes, 2010).

En lo que respecta a distribución del espacio, se puede señalar la diferenciación en los sitios
Tempranos entre lugares de uso doméstico y de uso funerario. Dicha pauta se modifica en el Periodo

13
Tardío, dónde se reportan Urnas Funerarias en suelos de vivienda; así como rituales propiciatorios
asociados al establecimiento de asentamientos (Llanos, 2001; Llanos, 2009; Salgado Et. Al, 2008;
Salgado, 2006). Será notable, el hallazgo de restos de fauna en ajuares funerarios reportados en el
Espinal, los cuales indican que labores de importancia económica, como la pesca y la caza son
considerados en los rituales funerarios (Peña, Gómez y Salgado, 2007). Pese al poco estudio de
prácticas funerarias, Salgado sugiere entender las lajas en la entrada de las cámaras de tumbas con
cámara lateral, como signos de diferenciación del espacio simbólico entre lo vivo y lo muerto, lo
sagrado y lo profano (2006).

Las labores de adecuación para asentamientos, que marcan una diferenciación entre ocupantes y
naturaleza, inician en el Clásico Regional, y se mantienen en el Periodo Tardío, pese a que se
mantiene la pauta dispersa, salvo algunos reportes de aglomeraciones (Salgado, 2006, 2000; 1998,
; Salgado, Et. Al, 2008; Chacin, 1993; Rodríguez, 1991; Llanos, 2001, 2009; Gómez, Salgado, 1999;
Salgado, Llanos y Gómez, 2007). Debe tenerse en cuenta que no todos los sitios que cumplen
condiciones de estabilidad, altura, aptitud agrícola y no inundación son ocupados, lo cual sugiere la
existencia de algún tipo de criterio o restricción en el uso de los mismos (Llanos, 2001; Llanos, 2009).

Autores como Rodríguez Buitrago, han sugerido vías interesantes de análisis paisajístico: una de
ellas, la relación entre ocupaciones de montaña y altura con respecto a ventajas bélicas y resguardo
por parte de las etnias Pijaos, como sugieren las crónicas; la disponibilidad de recursos, y la relación
de esta con el supuesto estado de guerra interno que se asigna a los pobladores tardíos en las
fuentes españolas de la conquista y resistencia indígena y explorar sí aspectos como el parentesco,
la tradición en la posesión, o una búsqueda de autonomía política inciden en el patrón de uso del
espacio (Ordoñez y Rodríguez, 2008; Rodríguez y Pinto, 2008; Rodríguez y Villada, 2009). Nivia y
Pulido, por su parte, han sugerido en sus estudios en las estribaciones de la Cordillera Central,
explorar la relación entre altitud y ocupación (Pulido, 1995, 1996; Nivia, 2015). El estudio de Nivia
que se ubica en el área de interés de este proyecto, concluye no existe tal relación; a lo cual habrá
que decir que su estudio cubre un muy bajo rango de altitud, 700 msnm – 750 msnm lo cual no es
representativo para sustentar su afirmación. La relación entre patrones de uso del espacio, o
construcción del paisaje, puede ofrecer información de importancia para valorar los procesos de
complejización y centralización política, como lo sugieren algunos investigadores (Argüello, 2004;
Salgado, Et Al, 2008; Cifuentes, 2010). Esta es una vía no explorada.

Orfebrería: La principal dificultad con la orfebrería del denominado estilo Tolima, es la ausencia de
contextos asociados a los objetos; conociéndose apenas su procedencia en algunos casos. Las
investigaciones desarrolladas en la región han logrado construir un marco inicial de trabajo, el cual
no cuenta con datos suficientes en el Periodo Tardío (Salgado, Et. Al, 2008).

Sánchez indica las áreas de procedencia de objetos orfebres en el Tolima: Rio Saldaña; Rioblanco;
Ataco; Chaparral; Guamo; Venadillo; Armero; Líbano; Mariquita; Villahermosa. Por su parte, la
información asociada a la secuencia cultural del área la propone Llanos (2009): En el Periodo
Formativo Tardío, se toma en cuenta la presencia dentro del ajuar de piezas de oro, y cerámica
asociada al Complejo Montalvo (Botiva, 1996) – aunque las formas podrían coincidir con el Complejo
Guamo Ondulado -, de lo cual se asocian las piezas halladas en Ortega y Suarez con dicho Periodo.
Se asocia, en este mismo periodo para el norte del Alto Magdalena, las piezas halladas en Armero
con el complejo Arrancaplumas. Para el Clásico Regional, se toman en cuenta similitudes estilísticas
entre la decoración de la cerámica del Complejo Guamo Ondulado, y pectorales hallados en Coello
y Chicoral. En el caso del Periodo Tardío, la asociación más importante se establece con la cerámica
Friable que se asocia a trabajos de fundición de metales.

14
La orfebrería del estilo Tolima se caracteriza por pectorales, narigueras y cuentas de collar. Su
técnica de elaboración es la de cera perdida y martillado. A nivel estilístico, se identifican elementos
básicos de dibujo: líneas rectas, ángulos rectos, formas semicirculares representando cabezas, y un
efecto reflejo entre las extremidades superiores e inferiores; se destaca la presencia de seres
híbridos (Sánchez, 2008). Se resaltan los rasgos Yotocó de las piezas halladas en Ortega; así como
los rasgos asociados al periodo Malagana Temprano y Yotocó en Chaparral, y relaciones con
orfebrería Muisca. Estas relaciones se caracterizan por la circulación de ideas antes que de objetos,
pese al estilo común que se puede identificar y que no niega una identidad local entre áreas (Salgado,
Et. Al, 2008).

La problemática de la orfebrería Tolima, además de las dificultades asociadas a su contextualización


y datación, se enmarcan en las señaladas por Langaebeck quien crítica el análisis orfebre al basarse
en tres premisas generales a) el establecimiento de áreas culturales basados en rasgos estilísticos
específicos, determinados arbitrariamente; b) la asociación de orfebrería y sociedades complejas;
pese a la evidencia de la variedad de formas sociopolíticas de las sociedades orfebres; c) la relación
entre orfebrería y chamanismo, cuando no toda la orfebrería refiere dicho tema. En síntesis
Langaebeck llama la atención sobre el analizar la orfebrería a la luz del cambio social, siendo está
un reflejo del mismo. Ello implica incorporar la orfebrería en los procesos de cambio social, por
ejemplo como dato e indicador de las dinámicas socio temporales de las sociedades prehispánicas.
Para el autor la orfebrería está asociada al surgimiento y desarrollo de sociedades cacicales, sin
considerar por ello sea orfebrería y cacicazgo señales univocas o reductibles entre sí. El desarrollo
estilístico y el acceso / restricción al objeto orfebre se asocia a la institucionalización del liderazgo y
marca la diferencia entre Cacicazgos Tempranos – asociados a liderazgos individuales – y
Cacicazgos Tardíos – con liderazgos institucionalizados, asociados a grupos o facciones de grupos
que detentan el poder y control político (Langaebeck, 2000).

Procesos de complejización social y política: Cifuentes retoma la idea de Reichel sobre el Valle del
Magdalena como área propicia para el desarrollo de Cacicazgos (Cifuentes, 1994). La discusión
acerca de los procesos de complejidad política, y la incidencia o evidencia en el registro arqueológico
se ha centrado en el periodo Tardío.

En el caso del Periodo Formativo Tardío, la problemática ha sido planteada por Cifuentes. El autor
toma la cerámica hallada por Botiva en Suarez (Botiva, 1996) que denomina tipo Montalvo Negro
sobre Rojo, para asociarla a contextos funerarios y rituales; al notar su ausencia en sus excavaciones
en el Guamo, sugerirá indican que dicho lugar tiene un carácter periférico de un centro con jerarquía
donde dicho Tipo Montalvo Negro sobre Rojo ha sido reportado (Cifuentes y Gutiérrez, 2010). Esta
apreciación se ha señalado imprecisa, habida cuenta de hallazgos funerarios asociados al Complejo
Montalvo con evidencia de otros ·”tipos”; así como la relación entre formas cerámicas, similares a
las del Complejo Guamo Ondulado, pese a tener un estilo característico del Complejo Montalvo.

Especial atención requiere el paso del Periodo Temprano al Periodo Tardío. Como se ha señalado
el Complejo Guamo Ondulado es específico y geográficamente delimitado en el plan Cálido del
Magdalena Tolimense, y algunas evidencias en la vertiente occidental de la cordillera Central.
Mientras que el Complejo Magdalena Inciso tiene un alcance mayor a nivel geográfico, y se vincula
a una práctica funeraria de gran alcance regional – Urnas Funerarias. Se señala dicho paso como
uno de una sociedad sedentaria y jerarquizada, a una sociedad de tipo Cacical (Salgado, Llanos y
Gómez, 2007; Llanos, Salgado y Gómez, 2008). Esta afirmación no ha sido desarrollada hasta el
momento. Vale la pena tener en cuenta la afirmación al respecto que hace Llanos, de que las
diferencias entre las fases del complejo Magdalena Inciso, pueden responder a diferencias políticas
o procesos de diferenciación social (Llanos, 2009); así como la afirmación del mismo autor, referente

15
a que en el Periodo Tardío la alfarería no es una actividad especializada, y al contrario tiene un
carácter cotidiano y generalizado (Llanos y Gutiérrez, 2006).

Otro aspecto importante son los criterios, que inciden en la definición de sitios de asentamiento: se
han sugerido pueden ser políticos, en búsqueda de autonomía; en función de obtener ventajas
defensivas, en alturas y sitios resguardados; asociadas a parentesco; o relacionadas con mejores
condiciones económicas (Ordoñez y Rodríguez, 2008; Rodríguez y Pinto, 2008; Rodríguez y Villada,
2009).

Las crónicas sugieren para la etnia Pijao un estado de guerra permanente. Al respecto, la evidencia
arqueológica parece descartar la presión por recursos como detonante de dicha confrontación; lo
cual implicaría que de existir responda a cuestiones de unidad política; esta afirmación tiene
implicaciones a la hora de definir las fronteras de dicha etnia así como explicarlas (Ordoñez y
Rodríguez, 2008).

A nivel productivo, algunos autores sugieren que el intercambio incide en la definición de ocupación
de espacios (Ordoñez y Rodríguez, 2008). Sin embargo Salgado afirma que en el Periodo Tardío las
sociedades buscan controlar los recursos, antes que acumular excedentes; ello desvirtúa la tesis del
intercambio, al ser condición del mismo el excedente. No han sido reportado sitios que puedan
asociarse a talleres, o lugares de intercambio, o indicar excedente.

La problemática de la Fase II del Magdalena Inciso, puede interpretarse a la luz de procesos de


complejidad política: al tener en cuenta la diferenciación de dicha etapa en las vertientes
cordilleranas, e identificar dos “Complejos” cerámicos asociados al Complejo Magdalena Inciso –
Caimital y la Chamba – se puede sugerir un momento de débil unidad política, que permite
competencia alfarera, la cual se refleja en la diversidad de tipos, producidos a una baja escala
(Drenan, 1989). La ampliación territorial de prácticas funerarias como el enterramiento secundario
en Urna, aun reconociendo sus diferencias locales, puede ser indicativo de procesos de integración
poblacional, vinculados a una intensificación de la producción alfarera, dado el aumento de la escala
mínima del grupo. Esta sería la Fase I del Complejo Magdalena Inciso.

Las crónicas refieren una dinámica intensa de guerra hacia la invasión española (Bedoya 1953). Este
hecho, de ser verídico, refiere a cómo se libra dicha resistencia; Pues las acciones de guerra
requieren recursos y niveles de integración y subordinación mínimos en caso de tratarse de una
resistencia coordinada de la etnia Pijao. Este lleva a la última problemática identificada: la Etnia Pijao.

La Etnia Pijao: Una de las problemáticas de la etnia Pijao, cuya relación con el área de interés ha
sido establecida, tiene que ver con su naturaleza organizativa: Pulido y Rodríguez refieren un
carácter segmentario o de parcialidad con autonomía (Pulido, 1995, 1996; Ordoñez y Rodríguez,
2008), también se sugiere un carácter centralizado (Gómez, Salgado y Llanos, 2007; Llanos, Salgado
y Gómez, 2008).

Otra de las problemáticas refiere la relación entre Pijaos de la Sierra y Pijaos del Plan (Chacin, 1993),
que es la misma de la relación y/o diferencia entre la Etnia Pijao con los Coyaimas y Natagaimas.
Algunos autores refieren esta diferencia, sin indicar por ello externalidad entre los grupos o regiones
(Llanos, 2001; Nivia, 2015). En otros casos, se propone que los ocupantes del Plan, Coyaimas y
Natagaimas, son comunidades distintas a los Pijaos (Pulido, 1995, 1996). Cifuentes y Gutiérrez,
sugieren se trata de una sola etnia (Cifuentes y Gutiérrez, 2010. Pp 4). Este aspecto es de especial
importancia, pues la diferencia entre parcialidades del pueblo Pijao y/o grupos externos entre sí,
incide en la interpretación del Complejo Caimital, ubicado en el área de interés (Pulido, 1996).

16
La denominada resistencia Pijao, requiere mayor análisis para comprender el proceso allí
desarrollado. Temas como la no evidencia de antropofagia; eventuales alianzas de parcialidades
Pijaos con España, o grupos externos del Valle del Magdalena Tolimense (Llanos, 2001; Llanos y
Gutiérrez, 2006) sugieren una dinámica más compleja que la de resistencia total y exterminio
generalizado (Triana, La Colonización española del Tolima 1993). Integrar al análisis el proceso de
consolidación colonial en la zona es importante: hechos como los reales de minas, los latifundios de
frontera, pueblos de indios, ofrecen pautas de análisis para reconocer la dinámica de la colonización
española y la resistencia indígena.

Estas problemáticas determinan los límites del territorio Pijao y/o de los grupos que habitaban el
departamento a la llegada de las huestes españoles. Las distintas propuestas formuladas serán
fiables siempre y cuando tengan en cuenta los criterios anteriores a la hora de delimitar las
territorialidades prehispánicas en tiempos de conquista.

Marco Conceptual

La validez de la arqueología preventiva está determinada por sí se enmarcan en intereses de


investigación generales de largo plazo. Así las limitaciones de tiempo y recursos son superadas
como obstáculos para la generación de conocimiento (Aceituno, 1998).

Esta investigación propone una aproximación al paisaje del área de interés. Entiende paisaje como
la síntesis de 3 dimensiones del espacio: a) en tanto entorno; b) como medio construido socialmente,
lugar de las relaciones sociales; c) como entorno pensado o simbólico (Velandía, 2014). Se busca
reconocer las pautas de conducta plasmadas en el entorno desde una visión general que supera al
yacimiento arqueológico como unidad de análisis (Salgado, 2006. Pp 14). Esa transformación social,
a nivel material, simbólico, económico, consciente o no, hace del espacio un paisaje.

Integrar el entorno bajo la categoría paisaje deriva en integrar en el análisis propuesto diversos tipos
de actividades sociales espacializadas, y la relación que mantienen entre sí. Se trata del mundo
mediatizado por la experiencia, del cual el paisaje es una expresión (Anchuetz, Wilshusen y Sheick,
2001). La construcciòn social del espacio, por tanto, alude a la construcción social de la
realidad(Criado, 1991. Pp 7). Esta perspectiva establece una compatibilidad entre naturaleza y
cultura, y promueve su interacción y mutua transformación: el grado de transformación del espacio
reflejado en cada paisaje, es indicador del nivel de diferenciaciòn entre el sujeto social y la naturaleza
(Criado, 1991). Esta afirmaciòn encuentra su potencial explicativo siempre y cuando el analisis se
complejice integrando aspectos propios de la dinámica social superando su enfasís en la relación
sujetos – entorno como entidades ya dasdas, proponiendo en lugar de ello la dinámica social que
construyen determinado paisaje.

Dichas dinámicas aluden a una arqueología centrada en las transformaciones entre sucesivas
formaciones sociales – sucesivas más no lineales o unidireccionales. Lo que determina que el objeto
de estudio es la sociedad concreta en tanto totalidad y hecho histórico; propuesta que desarrolla la
Arqueología Social Latinoamericana (Bate, 2010, 2012; Olivo del Olmo, 2012). La propuesta articula
los conceptos de formación social: la manifestación del modo de producciòn material y espiritual de
la sociedad; modo de vida: aquella singularidad o especificidad técnica y social dada por el medio,
la dinámica de la organizaciòn social y política, la influencia del contacto interno y externo, y la
totalidad de la sociedad en el ámbito de vida o espacio vivido. Dicho modo de vida se establece
como puente entre la Formación Social y la Cultura, siendo está última una categoría problemática,
pues se asume como la correspondencia entre técnica y desarrollo social (Bate, 2010), o referida a
homogenidad y armonía social (Anchuetz, Wilshusen y Sheick, 2001). Ambas persepectivas son
17
insuficientes y reducen en exceso la complejidad de lo cultural, que si bien no niega una relación con
la técnica y el desarrollo social, tampoco puede asumirse exenta de conflictividades (Hurtado, 2014).

De acuerdo a lo anterior, el modo de vida reflejado en el espacio vivido es la categoria operativa


propuesta desde la Arqueología Social Latinoamericana. Al reconocerse los ritmos de cambio de
cada una de estas dimensiones, se establece la periodizaciòn tridimensional para integrar dichos
ritmos en un momento concreto del proceso històrico (Bate, 2010, 2012). El regstro arqueológico se
asume entonces como contexto momento: un segmento espacial y temporal de la totalidad de
relaciones sociales que constituyen la existencia de la sociedad (Bate, 2010. Pp 130). Se dira que
dicho contexto momento enmarcado en tal marco conceptual permite inferir las transformaciones del
material arqueológico y sus contextos, así como las relaciones sociales que les dan origen. Hay acá
una limitaciòn metodològica referente al cómo abordar el modo de vida en el registro arqueológico,
es decir, el paso del contexto momento, a un dinámico espacio vivido y modo de vida.

Dicha limitación puede ser resuelta si se integra la propuesta de la arqueología del paisaje. Está,
tiene la característica de ser un paradigma constructo, cuyo potencial se complementa al vincularse
con otras perspectivas teóricas, pues su principal característica es de orden metodológico (Anchuetz,
Wilshusen y Sheick, 2001). En este orden de ideas, aproximarse a la sociedad concreta, tendrá un
primer nivel de estudio en el analisis arqueológico del paisaje, entendido como puerta de entrada a
recontruir el modo de vida, y a un nivel mayor de abstracción determinar la formaciòn social y cultura
de sociedades concretas en permanente trasnfomación. Esta perspectiva, entonces, vincula
abstracciones de un orden temporal – periodización tridimensional – (Bate, 2010), con abstracciones
de orden espacial – construcción de paisajes (Criado, 1991).

El concepto operativo de entrada es el de visibilidad: refiere a la forma de exhibir y destacar, las


razones de dicha exhibición - o su ausencia – y las estrategias a las cuales responde. Se trata de
comprender y explicar la intención de hacer o no hacer conspicuo los elementos materiales de la
sociedad y las relaciones sociales que les producen. Estas estrategias son de un orden social,
polìtico, cultural y medioambiental (Criado, 1991). Al vincular los conceptos visibilidad y paisaje como
constituyentes del modo de vida, se puede superar la dificultad operativa y epistemológica que limita
la aplicación de los conceptos formación social y cultura en arqueología. Dificultad, que dicho sea de
paso, es menos acuciante en el ejercicio etnográfico, lo cual alude a la naturaleza del dato
arqueológico antes que a la potencia explicativa de las categorias en cuestión (Hurtado, 2014). La
identificación del modo de vida y su explicación sólo es posible mediante el analisis arqueológico
del paisaje, o los paisajes, en un espacio - tiempo determinado.

Objetivos
Objetivos Generales
 Caracterizar los modos de vida del área de interés del proyecto a nivel temporal – cronología
relativa-, espacial –altitud a partir el grado y naturaleza de las estrategias de visibilidad.
 Formular un plan de manejo arqueológico para la adecuada apropiación social del patrimonio
arqueológico, su gestión, manejo e investigación.

Objetivos Secundarios
 Identificar los hallazgos, yacimientos, sitios y localidades arqueológicas mediante una
estrategia de prospección de cobertura total en las áreas de interés del proyecto.
 Identificar las unidades de paisaje en las áreas de interés del proyecto.
 Identificar las estrategias de visibilidad de las entidades arqueológicas en las áreas de
interés del proyecto.

18
 Establecer la correlación cultural de las entidades arqueológicas identificadas a partir de la
periodización y problemáticas arqueológicas del área.
 Determinar la relación entre la altitud con las entidades arqueológicas identificadas.

Metodología

Este proyecto busca reconocer los modos de vida a partir de la construcción social del espacio en el
área. Para dicho propósito se proponen la siguiente secuencia para resolver la pregunta de
investigación:

 Documentación del proyecto: Mediante la revisión de literatura secundaria que aportó a


identificar los antecedentes, problemáticas arqueológicas, marco conceptual. Dicho proceso
se acompañó de la revisión de la cartografía de la zona y dos visitas preliminares a la misma
para en un recorrido perimetral constatar la fisiografía de la misma. En dichas visitas se
estableció dialogo con los vecinos del área para consultarles de hallazgos en la zona, con
resultados positivos. Esta etapa de documentación se acompaña de algunas consultas a
pares, reconociendo ser este el primer proyecto presentado ante el ICANH. Dichas consultas
se realizaron con los Docentes Hellen Hope Henderson, Virgilio Becerra, Carlos Sánchez y
Víctor Gonzales; también se consultaron arqueólogos con experiencia en proyectos de
arqueología preventiva, Samir Enríquez, Diego Jaramillo, Constanza Carrera y Juan Carlos
Rodríguez. Por último, se hizo contacto y visita al Museo Antropológico de la Universidad del
Tolima, para conocer el material arqueológico de la zona, y precisar criterios metodológicos
para la futura entrega en custodia del material a dicho museo. Esta etapa culmina con la
formulación del presente proyecto.
 Ejecución del proyecto: El cual se divide a su vez en tres etapas relacionadas con la pregunta
de investigación:
 Prospección: Entendida como el medio metodológico para lograr conocimiento
específico del material arqueológico y el potencial del área (Salgado, 2000). Acá se
aplica, de acuerdo a la perspectiva de la arqueología del paisaje, una estrategia de
cobertura total en tanto logra integrar los hallazgos aislados en una perspectiva
global del área de interés, ofrece datos generales de la misma, y supera las
dificultades estadísticas de los muestreos; así mismo, sus conclusiones ofrecen un
marco general, a nivel paisajístico, que va más allá del yacimiento como unidad de
análisis (Cerrato 2013). Sus propósitos son dos, entendidos como pasos para la
resolución de la pregunta:

Identificación del material arqueológico: Para ello se siguen 4 pasos: a) Ubicar los paisajes del área
desde puntos específicos de la misma determinados por la altitud y cercanía a recursos hídricos)
dividir el polígono en tres áreas de interés (AI) teniendo como criterio los cuerpos de agua del área;
b) dividir cada área de interés (AI) en unidades mínimas (um) de 80 x 80 mts; c) aplicar la estrategia
de prospección.

La estrategia de prospección tiene dos técnicas: 1) En áreas despejadas, sin vegetación o


erosionadas, se aplica transectos en zigzag a partir del vértice Noroccidental hacia el vértice
Suroriental; los transectos corren paralelos entre sí, para lo cual se establecen mediante GPS puntos
de control cada 10 mts al interior de la unidad mínima; cada transecto será recorrido por un
profesional y un auxiliar (baquiano) previamente instruido en la estrategia.

2) En áreas con vegetación, cuyo suelo no es visible, se aplicaran pruebas de pala cada 20 mts.;
para los cuales los puntos GPS de control serán su referencia. La intensidad de las pruebas de pala
19
se define teniendo en cuenta los rescates realizados en el municipio cubren un diámetro menos a 50
mts.

Las pruebas de pala permiten acceder a información relacionada con la estratigrafía, estado de
conservación (del yacimiento y el material) y densidad del registro arqueológico; en el caso de los
transectos, se aplicaran cortes de 1 x 1 mts en las zonas dónde se identifique densidad de material
arqueológico superficial para obtener información de dichas tres variables. Para lograr información
detallada de la estratigrafía de la zona, así como de procesos de remoción de suelo dada la elevación
de la misma, se harán cortes estratigráficos en perfiles expuestos.

Esta estrategia se considera más eficiente que la aplicación indiscriminada de pruebas de pala. Se
tiene en cuenta se busca la caracterización e identificación del potencial arqueológico en el área; la
propuesta permite ganar tiempo sin perder rigor en el momento actual de investigación.

La información recabada será diligenciada en fichas de registro de um y AI atendiendo aspectos del


paisaje, vegetación, y altitud; estratigrafía, densidad, conservación y tipo de entidad arqueológica.
Dicha información se acompaña de fotografía, georreferenciación mediante GPS y dibujo tanto de
perfiles, como de pruebas de pala y planos de las áreas con material superficial. El resultado de esta
etapa es la identificación de los tipos de paisaje, y la identificación del potencial de cada AI utilizando
las siguientes categorías: a) hallazgo, material aislado, sin contexto; b) yacimiento: material
concentrado con contexto; c) sitio: dos o más hallazgos y/o yacimientos adyacentes en una um; d)
localidad: dos o más sitios adyacentes en varias um (Salgado, 2000; Salgado, Et. Al. 2008).

 Laboratorio: Procesando la información recogida en campo, convirtiéndola en datos; para


ello se desarrollan labores de limpieza, estabilización, registro, siglado y caracterización.
Dicho proceso observa dos ejes de análisis, un eje espacial o paisajístico, y un eje
cronológico cultural. Ambos ejes darán como resultado la caracterización arqueológica del
área de estudio y la zonificación de potencial arqueológico.

Caracterización de la información a nivel espacial: Una vez obtenida la información se hará un primer
nivel de análisis aplicando el concepto de visibilidad (Criado, 1993; Velandía, 2014). Se asume que
el grado de visibilidad corresponde al grado de apropiación, identificación y diferenciación entre el
grupo social con la naturaleza. La visibilidad refleja, por tanto, relaciones sociales espacializadas,
las cuales determinan las estrategias de visibilización. Para determinar la visibilidad se atienden tres
variables: a) Según la intencionalidad: directa, indirecta; b) según su naturaleza: cultural, ecológica;
c) según su temporalidad: reversible, irreversible.

Establecida la visibilidad, se procede al análisis de sus estrategias, las cuales pueden ser: inhibición;
ocultación; exhibición; monumentalización (Criado, 1993).

Caracterización de la información a nivel cronológico cultural: En este punto se atiende al objeto


arqueológico en sí mismo como indicador de información asociada a su cronología, contexto de uso,
y relaciones internas; con otros materiales y contextos. En este punto, es de especial importancia la
cronología y periodización cultural construida para el área. Para el análisis cerámico se aplica la
metodología referida por Llanos y Salgado en investigaciones precedentes, la cual consiste en
agrupar la muestra cerámica por sus rasgos técnicoformales, identificando aquel rasgo que distingue
los tipos cerámicos, antes de proceder al análisis de los rasgos estilísticos y decorativos de la misma
(Llanos, 2009; Salgado, 2006). Para el análisis lítico, se acoge el criterio de Salgado, de privilegiar
la funcionalidad del artefacto por encima de su morfología, dadas las características de la industria
lítica en el área (Salgado, Et. Al 2008).

20
 Elaboración del informe final: En esta etapa se presentan los resultados del proyecto, con la
respuesta a la pregunta de investigación y la formulación del plan de manejo arqueológico
basado en la zonificación de potencial arqueológico y la caracterización del área. Esta etapa,
además del informe y PMA, arroja como resultado la presentación a arbitraje de los tres
artículos propuestos dentro del programa de arqueología pública del proyecto (experiencia
de arqueología pública; resultados de investigación; balance de estudios de arqueología
preventiva en el Tolima). La estructura del informe final es la misma de las secuencias de
investigación: a) contextualización del proyecto; b) prospección; c) caracterización de la
información; d) problematización de los resultados; e) PMA; f) Arqueología Pública; e)
Manejo del patrimonio.

Cronograma del Proyecto


CRONOGRAMA DEL PROYECTO
Etapa Tareas de la Etapa Duración en meses Producto
Revisión de 0.75
antecedentes y
problemáticas de
1) Formulación investigación
proyecto de Análisis de cartografía 0.25 Proyecto de
intervención y visita preliminar al intervención
arqueológica sitio arqueológica
Consulta a pares 0.125
académicos
Redacción del 0.125
proyecto de
intervención
DURACIÓN TOTAL ETAPA 1 1.25
2) Tramite licencia Radicación proyecto 0.50 Licencia de
intervención ante el de intervención intervención aprobada
ICANH por el ICANH
DURACIÓN TOTAL ETAPA 2 0.50
3) Trabajo de Campo Ejecución 3.0 Zonificación de
prospección potencial
arqueológica e arqueológico en el
identificación de área de interés
patrimonio
arqueológico
DURACIÓN TOTAL ETAPA 3 3.00
Embalaje y 0.125
estabilización del Registro e
4) Laboratorio material arqueológico interpretación de la
Caracterización 0.375 información
arqueológica del área arqueológica.
de interés
DURACIÓN TOTAL ETAPA 4 0.50
Formulación de Plan 0.125 Informe final
5) Elaboración de Manejo prospección y plan
Informe Final Arqueológico

21
Redacción de los 0.125 manejo aprobado por
resultados de el ICANH
investigación
DURACIÓN TOTAL ETAPA 5 0.50
Arqueología Pública Ejecución programa Permanente Soportes actividades
Arqueología Pública programa arqueología
pública
DURACIÓN TOTAL PROYECTO 5.75 MESES

Presupuesto
PRESUPUESTO PROYECTO
Etapa Rubro Costo unitario Costo total Fuente
PERMANENTE: Honorarios 2.700.000 / mes 13.500.000 CASAMOTOR
Honorarios y Arqueólogo ($) SAS
logística Honorarios 2.080.000 / mes 6.240.000 CASAMOTOR
Arqueólogo SAS
auxiliar ($)
Auxiliares ($) 1.120.000 / mes 1.120.000 CASAMOTOR
SAS
Alimentación ($) 2.700.000 2.700.000 CASAMOTOR
SAS
Alojamiento ($) 500.000 500.000 CASAMOTOR
SAS
Programa Impresiones Galería: 470.000 CASAMOTOR
Arqueología material de trabajo 300.000 SAS
Pública ($) Folletos:
60.000
Materiales
Talleres:
100.000
Registros
asistencia:
10.000
Etapa I Fotocopias e 400.000 400.000 Christian
impresiones Hurtado
bibliografía ($)
Elaboración 150.000 150.000 Christian
Cartografía ($) Hurtado
Impresión 50.000 50.000 Christian
proyecto final ($) Hurtado
Transporte Ibagué 500.000 500.000 CASAMOTOR
– San Luis, visita SAS
preliminar ($)
Alimentación 100.000 100.000 CASAMOTOR
Visita preliminar SAS
($)
Etapa II Radicación 0 0
ICANH ($)
Etapa III Herramientas de 1.000.000 1.000.000 CASAMOTOR
campo ($) SAS

22
Equipos de 1.500.000 1.500.000 CASAMOTOR
trabajo ($) SAS
Materiales 200.000 200.000 CASAMOTOR
almacenamiento SAS
material
arqueológico ($)
Materiales registro 1.000.000 1.000.000 CASAMOTOR
en campo y SAS
laboratorio ($)
Etapa IV Materiales trabajo 500.000 500.000 CASAMOTOR
en laboratorio SAS
Materiales 200.000 200.000 CASAMOTOR
embalaje SAS
laboratorio ($)
Etapa V Impresiones ($) 400.000 400.000 Christian
Hurtado
Cartografía 250.000 250.000 CASAMOTOR
Zonificación SAS
potencial
arqueológico ($)
Entrega material Por establecer1 CASAMOTOR
Museo SAS
Universidad del
Tolima ($)
COSTO TOTAL DEL PROYECTO $30.780.000

1
El Museo Antropológico de la Universidad del Tolima establece una contribución económica proporcional a la cantidad y calidad del material
entregado. Dicha contribución, no puede establecerse de ante mano ni aproximarse según comunicación establecida con dicho Museo.
23
Bibliografía

Aceituno, Francisco Javier. «Arqueología y desarrollo sostenible en Colombia.» Complutum 9, 1998:


335 - 344.

Anchuetz, Kurtz, Richard Wilshusen, y Cherie Sheick. «An Archaeology of landscapes: Perspectives
and directions.» Journal of archaeological research Vol. 9 # 2, 2001: 152 -197.

Argüello, Pedro Maria. «Patrones de asentamiento prehispánico en el municipio de Tocaima,


Cundinamarca.» Boletín de Arqueología Nª 19, 2004: 3 - 23.

Barreiro, David. Arqueología y Sociedad: Propuesta epistemológica y axiológica para una


arqueología aplicada. Santiago de Compostela: Laboratorio de Arqueoloxía del Paisaxe,
2005.

Bate, Luis Felipe. «Teorías y métodos en arqueología: ¿Criticar o proponer?» Cuadernos de historia
marxista Año 2 #5 Enero, 2010: 114 - 151.

Bate, Luis Felipe. «Una nota sobre dialéctica en "arqueología social".» En La arqueología social
latinoamericana. De la teoría a la praxis, de Henry Tantaleán y Miguel (Comp) Aguilar, 85 -
103. Bogotá: Ediciones Uniandes, 2012.

Bedoya, Victor. «Los Pijaos si habitaron el Valle del rio Magdalena.» Boletín de Historia y
Antiguedades Vol. 49 Nª 459 - 461, 1953: 34 - 40.

Botiva, Alvaro. «Registro de una tumba prehispánica en el municipio de Suaréz (Tolima).» Boletín
de Arqueología Vol 11 N 1, 1996: 3 - 34.

Cardale, Marianne, y Paul de Paepe. «Resultados de un estudio petrológico de cerámicas del periodo
herrera provenientes de la sabana de Bogotá y sus implicaciones arqueológicas.» Boletín
Museo del Oro; Núm. 27, 1990: 98 - 119.

Carvajal, Jhony. «Excavaciones arqueológicas en el Municipio de Valle de San Juan Tolima.»


Informe de Investigación, Ibagué, 2004.

Carvajal, Jhony. Real de Minas de Nuestra Señora del Rosario, Cerro del Sapo. Valle de San Juan,
Tolima. Informe de investigación, Ibagué: Universidad del Tolima, 2001.

Carvajal, Jhony, y Cesar Velandia. «Prospección arqueológica en el Municipio de Valle de San Juan
.» Informe de Investigación, Ibagué, 2004.

Cerrato, Eduardo. «La prospección arqueológica superficial: Una técnica no destructuva para una
ciencia que sí lo es.» Arte, arqueología e historia 18, 2013: 151 - 160.

Chacín, Regina. «Asentamientos prehispánicos en la cuenca del rio Ambeima (Cordillera Central,
Chaparral Tolima).» Cespedesia 20 (64 - 65) (1993 - 1994), 1993: 149 - 170.

Cifuentes, Arturo. «Arqueología del Municipio de Suárez (Tolima).» Boletín de Arqueología Vol 11 N
1, 1996: 35 -60.

Cifuentes, Arturo. «Arqueología del municipio de Suarez (Tolima). Dos tradiciones alfareras.» Boletín
de Arqueología Vol 12 N 3, 1997: 3 - 74.

24
Cifuentes, Arturo. «Arrancaplumas y Guataquí. Dos periodos arqueológicos en el Valle del rio
Magdalena.» Boletín de Arqueología. Vol 8 N 2, 1993: 3 - 88.

Cifuentes, Arturo. «Dos periodos arqueológicos del Valle del Rio Magdalena en la región de Honda.»
Boletín de Arqueología Vol 6 Nª 2, 1991: 1 - 13.

Cifuentes, Arturo. Prospecciones y excavaciones arqueológicas en la Vereda Montalvo, El Espinal,


Tolima. Tesis de Grado, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1986.

Cifuentes, Arturo. «Reconocimientos arqueológicos en las subcuencas de los rios Coello y Totaré.»
Boletín de Arqueología Vol 15 N 3, 2000: 3 - 82.

Cifuentes, Arturo. «Reconocimientos arqueológicos en las subcuencas de los ríos Coello y Totare.»
Boletín de Arqueología, Vol 15 Nª 3, 2000: 3 - 82.

Cifuentes, Arturo. «Tradición alfarera de la Chamba.» Boletín de Arqueología Vol. 9 No. 3, sep.,
1994: 3 - 76.

Cifuentes, Arturo, y Javier Gutierrez. Reconocimiento arqueológico del área de perforación


exploratoria VSM-10 y los tres prospectos de las plataformas multipozo Balkanes. Informe
presentado al ICANH, Hocol, 2010.

Cifuentes, Arturo, y Javier Gutierrez. Reconocimiento arqueológico para la modificación de la


Licencia Ambiental del Campo Abanico, municipios de El Espinal, Flandes y Coello - Tolima
y Girardot - Cundinamarca. Informe presentado al ICANH, Bogotá: Pacific Rubiales Energy,
2010.

Criado, Felipe. «Construcción social del espacio y reconstrucción arqueológica del paisaje.» Boletín
de antropología americana # 24 , 1991: 5 - 19.

Cubillos, Julio Cesar. «Arqueología de las riberas del Río Magdalena, Espinal-Tolima.» Revista
Colombiana de Antropología Vol 2, 1954: 116 - 144.

Curtoni, Rafael Pedro. «Acerca de las consecuencias sociales de la arqueología. Epistemología y


política de la práctica.» Comechingonia 11, 2008: 29 - 45.

De Hernández, Cecilila, y Carmen Cáceres. Excavaciones arqueológicas en Guaduero


Cundinamarca. Bogotá: Fundación de Investigaciónes Arqueológicas Nacionales - Banco de
la República, 1989.

Del Cairo, Carlos, y Viviana Arango. Informe final estudio arqueológico Pozo Santana 1 vereda
Montalvo - Espinal, Tolima. Informe presentado al ICANH, Bogotá: S.E, 2008.

Drenan, Robert. Cacicazgos prehispánicos del Valle de la Plata. Pitsburg, Bogotá: University of
Pitsburg - Universidad de los Andes, 1989.

Fernández, Braian. «Los planes de manejo en zonas arqueológicas como herramienta para el
desarrollo local.» Encrucijada. Treceavo número, Enero - Abril, 2013: 1 - 17.

Floréz, David. Programa de prospección arqueológica para la variante al municipio de Natagaima-


Tolima. Informe presentado al ICANH, Bogotá: Consorcio Solarte Solarte, 2007.

Garcia, Juan Carlos. Plan de manejo ambiental pozo de perforación exploratorio Villarrica-D. Informe
presentado al ICANH, Bogotá: Nexen, 2003.

25
Goméz, Alba, y Héctor Salgado. «Procesos culturales y eventos naturales en la Cordillera Central
del Tolima.» En Simposio Pueblos y Ambientes: Una Mirada al Pasado Precolombino, de
Gaspar (Ed) Morcote, 242 - 273. Bogotá: Academia de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales, 1999.

Gonzáles, Victor. «El manejo del patrimonio arqueológico en Colombia.» Turismo y Sociedad. Vol 7,
2006: 34 - 43.

Gordones, Gladys. «¿Arqueología para qué?» Boletín Antropológico. Año 26 Nª 72, Enero - Abril,
2008: 7 - 24.

Gutierrez, Javier, Guillermo Beltrán, y Andrea del Pilar Valero. Prospección y plan de manejo
arqueológicos de los pozos Pacandé 3 sur y Ortega este 1 (Ortega-Tolima). Informe
presentado al ICANH, Bogotá: Hocol, 2008.

Hurtado, Christian. Hacer mercado en una lógica de mercado: Las dimensiones culturales del
mercado en la plaza de mercado de Mesitas del Colegio. Bogotá: Monografía de Pregrado
en Antropología. Sin Publicar, 2014.

Langebaek, Carl. «Cacicazgos, orfebrería y política prehispánica.» Arqueología del área intermedia,
Nª 2, 2000: 11 - 45.

Llanos, Juan Manuel. La "Dulce Coyaima Indiana": aproximacion a la historia prehispánica del Valle
del Magdalena Tolimense. Ibagué: Universidad del Tolima, 2009.

Llanos, Juan Manuel. «Pautas de asentamiento prehispánicas en la cuenca baja del río Saldaña
(Saldaña-Tolima).» Boletín de Arqueología, Vol. 16, 2, 2001: 3 - 66.

Llanos, Juan Manuel, Héctor Salgado, y Alba Gómez. «Una aproximación al proceso histórico
prehispánico de la planicie cálida del Valle del Magdalena Tolimense, Colombia.» En
Ecología Histórica. Interacciones sociedad - ambiente a distintas escalas socio - temporales,
de Carlos López y Guillermo Ospina, 185 - 209. Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira
- Sociedad Colombiana de Arqueología - Universidad del Cauca, 2008.

Llanos, Juan Manuel, y Sandra Gutierrez. «Bajo el Sol abrazador de las llanuras de Coyaima.»
Maguaré, 20, 2006: 177 - 200.

Llerás, Roberto, y José Luis Socarrás. Proyecto Atlas arqueológico de Colombia ICANH. ICAC, ANH:
Componente departamentos de Huila y Tolima. Informe final. Informe presentado al ICANH,
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2010.

Nivia, Luis Maria. Informe final de prospección arqueológica de las áreas de explotación de la mina
La Esmeralda, municipio de San Luis, Tolima. Informe presentado al ICANH, Bogotá:
CEMEX, 2015.

Olivo del Olmo, Omar. «Cultura como categoria de la arqueología social latinoamericana: de la
negación política a la negación científica.» En La arqueología social latinoamericana. De la
teoría a la praxis, de Henry Tantaleán y Miguel (Comp) Aguilar, 179 - 195. Bogotá: Ediciones
Uniandes, 2012.

Ordoñez, Hernan, y Julio Cesar Rodríguez Buitrago. Vía de acceso al Pozo Sanjuanero 1,
prospección arqueológica, análisis de asentamientos prehispánicos. Informe presentado al
ICANH, Bogotá: Carbopetrol, 2008.

26
Ordoñez, Hernan, y Julio Cesar Rodríguez. Vía de acceso al Pozo Sanjuanero 1, prospeccióon
arqueológica, análisis de asentamientos prehispánicos. Informe presentado al ICANH,
Bogotá: Carbopetrol, 2008.

Ospina, Diana Marcela. Informe de campo diagnóstico arqueológico área de interés de perforación
exploratoria Guadual, municipios de Dolores y Prado, departamento del Tolima. Informe
presentado al ICANH, Bogotá: Petrobras, 2009.

Peña, Germán, Alba Nelly Gómez, y Héctor Salgado. «Restos faunísticos en contextos funerarios
prehispánicos del valle del Magdalena tolimense (Espinal, Colombia).» Caldasia 29 (1),
2007: 1 - 17.

Pescador, Lenin, Leonardo Navas, y José Barranco. Labor de redimensionamiento arqueológico del
proyecto "Estudio de impacto ambiental para la línea de conducción de gas estación Santa
Rita (Municipio de Ortega) - Subestación Saldaña (Municipio de Saldaña): ocupaciones
humanas preshispánicas... Informe presentado al ICANH, Bogotá: Hocol, 2007.

Pinto, Oscar. Arqueología preventiva para el área de mayor interés Guadalupe t prospección
arqueológica del pozo exploratorio Torrontes-1, Carmen de Apicalá (Tolima, Colombia).
Informe presentado al ICANH, Bogotá: Ecopetrol, 2009.

Pulido, Rene. Análisis del material arqueológico recuperado durante las excavaciones del punto
K4+750 del gasoducto Montañuelo-Gualanday. Informe presentado al ICANH, Darién:
Ecopetrol, 1996.

Pulido, Rene. Monitoreo y rescate arqueológico Gasoducto Montañuelo, Gualanday. Informe


presentado al ICANH, Darién: Ecopetrol, 1995.

Restrepo, Carlos. Rescate y monitoreo arqueológico a los yacimientos (K4+073 al 4+545) (K2+200
al 2+600; K2+700 al 3+000 y K3+300 al 3+600), de la variante El Guamo-Tolima. Informe
presentado al ICANH, Bogotá: Consorcio Solarte Solarte, 2010.

Rodriguez Buitrago, Julio Cesar, y Oscar Pinto. «Variante a Chicoral; variante a Picaleña.» Informe
presentado al ICANH, Bogotá, 2008.

Rodríguez, Camilo. «Asentamientos y Alfarería prehispánica del alto Río Saldaña (Cordillera Central-
Sur del Dpto. del Tolima).» Boletín de Arqueología Vol 5 Nª 2, 1990: 45 - 59.

—. Patrones del asentamiento de los agricultores prehispánicos en "El Limón", municipio de


Chaparral (Tolima). Bogotá: Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales -
Banco de la República, 1991.

Rodríguez, Camilo. Rescate y monitoreo arqueológico línea de transmisión Betania-Mirolindo.


Informe final: diversidad cultural precolombina, homogenidad étnica colonial: el caso del
tolima grande y la guerra de los piajos. Informe presentado al ICANH, Bogotá: Interconexión
Eléctrica, 1997.

Rodríguez, Julio Cesar, y Diana Villada. Variante Gualanday. Informe presentado al ICANH, Bogotá:
Concesionaria San Rafael, 2009.

Romero, Yuri. Programa de arqueología preventiva y plan de manejo arqueológico para el estudio
de impacto ambiental para la explotación del Bloque Guásimo, municipio de el Guamo,

27
departamento del Tolima. Informe presentado al ICANH, Bogotá: Pacific Rubiales Energy,
2010.

Romero, Yuri. Programa de arqueología preventiva y plan de manejo arqueológico para la


perforación de los Pozos Visure-1 en El Espinal y Tuqueque DXSUP, Tuqueque-1 y
Tuqueque BX en Coello, departamento del Tolima. Informe presentado al ICANH, Bogotá:
Pacific Rubiales Energy, 2010.

Romero, Yuri. Programa de exploración sísmica Pechui 2D: informe final de prospección. Informe
presentado al ICANH, Espinal: A. R. Geophysica, 2006.

Rozo, Juan Manuel. «Una aproximación al conocimiento arqueológico de la zona de confluencia de


los Ríos Bogotá y Magdalena.» Boletín del Museo del Oro Nª 27, 1990: 84 - 97.

Salgado, Héctor. Antiguos pobladores en el valle del Magdalena Tolimense, Espinal - Colombia.
Ibagué: Universidad del Tolima, 2006.

—. Exploraciones arqueológicas en la cordillera Central. Roncesvalles - Tolima. Bogotá: Fundación


de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, 1998.

—. Pautas de asentamiento prehispánico en Cajamarca, Tolima. Bogotá: Fundación de


Investigaciones Arqueológicas Nacionales, 2000.

Salgado, Hector, Juan Manuel Llanos, Alba Nelly Gómez, Maritza Varón, Yeimy Carranza, y Deisy
Sabogal. Estrategias de ocupación prehispánica en la Cuenca Baja del Río Luisa, Guamo-
Tolima. Ibagué: Universidad del Tolima, 2008.

Salgado, Héctor, y Juan Manuel Llanos. El Tolima milenario : un viaje por la diversidad. Ibagué:
Universidad del Tolima, 2007.

Salgado, Hector. Sabogal, Deisy. Llanos, Juan Manuel. «Las colecciones arqueológicas del Museo
Antropológico del Tolima.» Boletín de Antropología. Universidad de Antioquía, Vol. 25 Nª,
2011: 268 - 286.

Sánchez, Ancizar, Arturo Cifuentes, y Javier Gutierrez. Programa de seguimiento y acompañamiento


arqueológico preventivo del Pozo Exploratorio Ensueño 1 y Plan de Manejo Arqueológico de
los Pozos Monserrate SW 1, Papaya 1, Don Pedro 1 y Mantaraya 1 (antiguo Tetuán),
municipio de Ortega, Tolima. Informe presentado al ICANH, Bogotá: Hocol, 2010.

Sánchez, Efrain. Tolima. Bogotá: Museo del Oro, 2008.

Triana, Adolfo. La colonización española del Tolima: Siglos XVI - XVII. Bogotá: Cuadernos del Jaguar
- FUNCOL, 1996.

Torres, Edgar. Tolima Arqueológico. Inedito, S.E: S.E, 1978.

Velandia, Cesar. Barbaduhos. Exploraciones arqueológicas en el alto rio Cabrera. Ibagué:


Universidad del Tolima, 2014.

Velandia, Cesar, Jhony Carvajal, Maritza Varón, y Yeimy Carranza. Exploraciones arqueológicas en
el Alto Rio Cabrera. Ibagué: Universidad del Tolima, 2007.

28
Anexos
Cartografía Base Título JC5 – 08121 y área de intervención

29
Cartografía con Coordenadas Título, área de intervención

30
Coordenadas Título Concesión; Polígono de Interés; Área Adicional
COORDENADA
PUNTO COORDENADA ESTE

Titulo minero
NORTE

alinderación
Polígono de
1 874.120 942.000
2 874.420 943.000
3 875.625 944.000
4 875.625 940.000
5 874.120 940.000

ZONA DE EXPLOTACION

PUNTO COORDENADA ESTE COORDENADA NORTE

1 875223 943215
AID

2 875632 943516
3 875622 941330
4 874646 941236
5 874992 942193

ZONA DE EXPLORACIÓN ADIONAL


Área de exploración adicional

PUNTO COORDENADA ESTE COORDENADA NORTE

1 874.120 942.000
2 874.420 943.000
3 875.625 944.000
4 875632 943516
5 875223 943215
6 874992 942193
7 874646 941236
8 875622 941330
9 875.625 940.000
10 874.120 940.000

31
Cartografía área de intervención, detalle áreas de interés en prospección.

32
Cartografía áreas de interés, detalle Unidades Mínimas

33
Propuesta de Manejo del Patrimonio

Para garantizar el acceso a los bienes arqueológicos intervenidos, su protección, investigación y


disfrute se trabajará en las siguientes estrategias:

a) Valoración: en tanto bien científico, el valor original del objeto intervenido; y en tanto bien
social a proteger, el valor que adquiere de cara a la sociedad actual. El encuentro de ambos
procesos, deriva en la valoración del objeto arqueológico a nivel académico y sociocultural,
público.
b) Construcción intersubjetiva del sentido patrimonial de los bienes arqueológicos: de acuerdo
al desarrollo del programa de arqueología pública, que enfatiza la apropiación y significación
del objeto arqueológico en tanto patrimonio, como resultado de un proceso de diálogo y
construcción colectiva con la Empresa, Sector Público, y comunidad.
c) Documentación del material arqueológico: del cual la propuesta de intervención acá
presentada será su segunda etapa. El informe de la misma una vez realizada y construida
la caracterización, valoración, y problematizada a nivel académico y social, será su tercera
etapa. Con ello se pasa a formular el PMA, cuarta etapa.
d) Estabilización del material, clasificación, siglado, embalaje y entrega: Conforme a las
características del material identificado y los objetivos del proyecto. Prestando atención
especial a la conservación del material, información contextual accesible,
georreferenciación, su seguridad y manejo adecuado que permita a futuro su
contextualización, investigación y disfrute colectivo. En el contrato suscrito con
CASAMOTOR SAS se acuerda la confidencialidad y manejo ético y responsable de la
información recogida en campo con fines de preservación y seguridad de la misma.
e) Tenencia: Durante las labores de campo se dispondrá de un lugar seguro para ubicar el
material arqueológico; dicho lugar estará bajo acceso y control exclusivo del Arqueólogo en
tanto custodio del patrimonio. En la etapa de prospección se propone asignar la tenencia al
Museo Antropológico de la Universidad del Tolima dada su importancia y aporte regional en
el acceso y conservación del patrimonio arqueológico mediante la construcción de su
colección de referencia. Se tendrán en cuenta en el embalaje del material las fichas de
información que el Museo maneja (Salgado, et. al. 2011. 278) para su contextualización y
sistematización. El material será entregado con copia del informe una vez aprobado por el
ICANH.
Por último, se documentará, registrará y anexará la información de bienes arqueológicos en
posesión de los habitantes del área de interés, sugiriendo medidas de conservación y
promoviendo la legalización de su tenencia, o donación.
f) Dialogo institucional: Al revisar la información del POT del Municipio de San Luis se
evidencia la ausencia de información en materia arqueológica dentro del documento. Se
dirigirá una carta a la alcaldía municipal al respecto, acompañada de una síntesis de las 4
investigaciones desarrolladas en el Municipio, así como insistiendo en la labor que les asiste
en la preservación y gestión del patrimonio arqueológico. Ello se acompaña del programa
de arqueología pública que busca un diálogo con la administración municipal en ese sentido.

34
Propuesta de Arqueología Pública

La protección mediante la divulgación del patrimonio arqueológico va más allá de su exigencia legal
e institucional (ICANH, 2010). Refiere a la dimensión social y política de la Arqueología. La propuesta
de arqueología pública para este proyecto se basa en 6 estrategias de impacto:

1. Pasar de la visión de objeto a testimonio: el objeto arqueológico es algo más que su


materialidad, o valor comercial clandestino por la guaquería. El objeto arqueológico, en tanto
evidencia material del pasado de una comunidad, esconde tras de sí relaciones sociales
para quienes lo produjeron y desecharon, como para quien lo reproduce y apropia
actualmente (Hurtado 2014): aproximarse a la cultura y la historia a través de objetos
(Aceituno 1998).

Esta redimensión del objeto arqueológico, implica una labor de pedagogía que enfatiza el
valor social del objeto dada su importancia más allá de la antigüedad, materialidad y
cualidades estéticas. El objeto arqueológico significa, y la unidad de su materialidad y
significación es la fuente de su importancia social, histórica, política y cultural; el objeto por
sí mismo es insuficiente (Gonzáles 2006). Dada la legitimidad de la guaquería en la zona,
esa redimensión del objeto arqueológico como testimonio de la diversidad histórica y
sociocultural es esencial. Ello marca la diferencia entre el trabajo de la arqueología y la
guaquería, legitimando la primera; como afirma Barreiro, “se debe destruir un poco el
patrimonio para conservar la memoria; se debe reivindicar la arqueología como practica
constructora de conocimiento (2005, 121)”.

2. Promover la intersubjetividad en la construcción del patrimonio: insertar nuestra práctica


científica en el tejido social (Aceituno 1998). Superar la idea de la divulgación como
transmisión de información, por la construcción de conocimiento que dota de significado e
importancia al patrimonio (Curtoni 2008), incorporando a las comunidades, empresa e
instituciones. Reconocer a la empresa, y la comunidad del área de interés como aliados
naturales de la protección y construcción del patrimonio; lo cual previene de separar los sitios
arqueológicos de su entorno y territorio socio cultural (Fernández 2013). Dichos entornos o
paisajes, son contextos significativos de aprendizaje para la comunidad y la empresa
(Gordones 2008), que potencian la valoración del patrimonio y sus implicaciones: entender
que la historia presente en el registro arqueológico es de un nosotros antes que un otros.
Esta promoción a la intersubjetividad entre el investigador y su entorno, son aspectos
enfatizados por la arqueología del paisaje, y derivan en lo que Barreiro denomina
arqueología aplicada (Barreiro 2005). Gordones, es ilustrativa en este aspecto: “(…) no
basta con la designación dada por el arqueólogo /a, para definir que es patrimonio cultural
(…) son los hombres y mujeres donde el patrimonio se encuentra que van a contribuir en la
interpretación de lo que es patrimonio histórico cultural (…): la redefinición de los procesos
históricos y de identificación de estas comunidades con su historia (2008, 18)”.

3. Evidenciar el papel del conocimiento arqueológico en la reconstrucción de la historia local,


regional y nacional: reconociendo la hegemonía de la historia homogénea de la Nación: Una
representación presente en ideas como descubrimiento, civilización, y gesta independentista
(Aceituno, 1998. Gordones, 2008).
35
Promover la historia prehispánica como componente esencial de la formación histórica de la
actual Colombia, y de ello, el reconocimiento de la diversidad sociocultural que ha emergido
en nuestro territorio, pasando de una historia de Colombia, a un encuentro de historias en la
historia general del País, campo del cual se ocupa la arqueología a partir del estudio de las
evidencias materiales de dichas otras comunidades. Ello tiene una limitación dado el
momento de las investigaciones arqueológicas en el Tolima. Lo cual no niega la posibilidad
de utilizar los conocimientos construidos hasta el momento con dicho propósito.

4. Enfatizar el carácter del conocimiento arqueológico referido a procesos históricos antes que
monumentos o tesoros: la importancia en términos de identidad social y cultural de
reconstruir el pasado en todas sus formas; un pasado que adquiere valor social en tanto
permite extraer aprendizajes e ideas como la diversidad, interculturalidad, y auto
reconocimiento de cara al futuro (Aceituno 1998). Se trata de problematizar la noción de
historia presente en el sentido común de los integrantes de la empresa y la comunidad,
enriqueciéndola a partir de dicha crítica y construcción intersubjetiva (Gordones 2008).

5. Legitimar la arqueología como práctica social y científica ante la comunidad y la empresa:


La reflexión de esos pedacitos de historia que constituyen el patrimonio arqueológico, cuya
recuperación logra incidencia si logra ser puesta en contexto. La articulación de la Empresa
– Alcaldía – Instituciones Educativas y JAC comunal en un proceso de dialogo, valoración y
revaloración del patrimonio y la historia del área de interés son determinantes; derivan la
legitimidad e importancia de la arqueología para la sociedad, hecho importante para su
consolidación social como rama de conocimiento científico y útil (Aceituno 1998). Evidenciar
la arqueología como un discurso que permite situarnos en la historia, emplazarnos en el
proceso general de cambios y permanencias de la región, el departamento y el país
(Gordones 2008). Busca poner en dialogo los intereses y saberes particulares de los distintos
profesionales, políticos, vecinos y habitantes del área implicados directa o indirectamente en
el proyecto y relacionados con el patrimonio arqueológico que se va a determinar y
caracterizar (Barreiro 2005). La implicación de ello según Gonzales es significativa: “exigir a
la sociedad el respeto que merece un patrimonio cultural (…) y {gestionar} los recursos para
poder estudiar científicamente ese patrimonio sin ponerlo en venta (2006, 43) ”. Ello depende
de la capacidad de inclusión y persuasión que se logre mediante el programa de arqueología
preventiva.

6. Promoción de una cultura de participación basada en el reconocimiento de la diversidad


como pilar de la paz, sustentados en la apropiación del patrimonio: el ICANH y la comunidad
arqueológica ha mostrado un interés creciente por la construcción de paz desde nuestro
saber. Conforme a las reflexiones anteriores, la promoción de una construcción colectiva del
patrimonio, a partir del reconocimiento de la diversidad de saberes e historias, implica
reformular la coexistencia (Aceituno 1998). Esta implicación, es determinante en la etapa
que abre el país en el posconflicto, al arraigar la interculturalidad, la conciencia de sí mismo
y del otro, y un tratamiento no violento de la diferencia al reconocer el lugar de cada uno en
la historia, a partir de las historias propias que se reconstruyen desde la investigación
arqueológica. Dicha reflexión desde la arqueología permite un aporte, modesto pero
esencial, en una nueva conciencia política que haga lugar a la paz.

36
Estos aspectos se basan en la arqueología pública como una dimensión de la gestión cultural
(Fernández 2013). Un proceso que podemos representar así (Barreiro 2005):

Constrir el valor en su Reconstruir el valor patrimonial Bien Social Revaloralizado


origen de la entidad en la actualidad EVALUACIÓN
patrimonial

• BIEN CIENTTÍFICO • BIEN SOCIAL A • BIEN CULTURAL


PROTEGER

CADENA VALORATIVA DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

ACTIVIDADES ARQUEOLOGÍA PÙBLICA

ACCIONES ACTOR RESULTADOS


Taller 1 La Historia a través de Instituciones Elaboración colectiva de la
Objetos.(Definición de Patrimonio) Educativas – JAC Galería sobre Patrimonio
Taller 2 Nuestra Historia, Nuestro Patrimonio. Vda. Mesetas Arqueológico e Historia
(Legislación y Protección del Patrimonio) Prehispánica del Tolima y
Taller 3: ¿Qué sabemos de los antepasados San Luis.
de aquí? ¿Qué saben los arqueólogos?
(Procesos históricos prehispánicos en San Dicha Galería se instalara
Luis y Tolima) en: Instituciones
Taller 4: ¿Qué falta en esta historia? Educativas; Alcaldía; Sede
(Encuentro de saberes históricos, JAC Vda Mesetas y
presentación de resultados de investigación Campamento
etapa prospección) CASAMOTOR SAS.
Charla 1: ¿Guacas o testimonios? Campamento
(Patrimonio, Arqueología en explotaciones CASAMOTOR SAS
mineras)
Charla 2: ¿Por qué es importante?
(Legislación e importancia social del
patrimonio)
Cine foro: Lo que no se debe hacer con el
patrimonio arqueológico. (Acciones a
desarrollar en casos de hallazgos fortuitos)
Taller 1: ¿Cómo reconocemos el patrimonio
arqueológico? (Reconocimiento tipos de
material hallados en la zona)
Folleto 1: Legislación sobre patrimonio y Dirección del
conceptos claves de arqueología y Proyecto y
arqueología preventiva profesionales del
Folleto 2: Patrimonio. Definición e mismo
importancia: ¿Para qué nos sirve como CASAMOTOR
sociedad? ¿Cómo y que hace con él un SAS.
arqueólogo? ¿Qué podemos hacer nosotros?
Folleto 3: Ocupaciones prehispánicas en el
área de interés de la Concesión.

37
Actividad Final: Presentación e instalación de CASAMOTOR Presentación de la
la galería de Patrimonio e Historia SAS. Galería.
Prehispánica del Tolima y San Luis. Alcaldía Municipal Foro Diversidad, Historia,
Diversidad, Historia, Patrimonio y Paz Instituciones Patrimonio y Paz
Educativas
JAC
Publicación de un artículo sobre la Comunidad
experiencia de Arqueología Pública en San Académica
Luis, Tolima
Publicación de un artículo con los resultados
de la etapa de prospección y las
problemáticas arqueológicas relacionadas
Elaboración de un artículo de balance de los
informes de arqueología preventiva
consultados en los antecedentes

38

También podría gustarte