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ACERCA DEL PERFIL OCUPACIONAL DEL HERBOLOGO

La herbología es una vocación, no un “negocio” o una “carrera”. (Hacia dónde?)

Es cierto que en este momento de la historia el sistema nos obliga a necesitar el dinero para
sobrevivir. Pero es solo un medio, no un fin. El fin es sobrevivir, es decir, obtener los medios de
vida, disfrutar plenamente la vida. La herbología como tal representa todo ello en sí misma. Un
herbólogo está capacitado para reconocer, cultivar, procesar, saber obtener y aprovechar los
recursos de la naturaleza para preservar la salud, es decir la vida. Las plantas representan nutrición
y salud, dos pilares fundamentales de ésta.

Así como un herbólogo puede ser útil en una sociedad donde el dinero recompense su labor para
sobrevivir, también posee los medios y conocimientos necesarios para ser una entidad biólogica
autosuficiente, que se alimenta y sana en armonía con las leyes de la naturaleza obteniendo sus
recursos de manera directa, lo que garantiza la supervivencia de la especie humana.

En tiempos donde el dinero es necesario para la supervivencia, pero también donde el regresar a
la tierra y las prácticas armoniosas con su funcionamiento son esenciales para ello, surge la
dicotomía ¿Que hacer? Dinero vs Ambiente-Salud-Armonía.

La mayoría de los herbólogos responden a ello como solución “dedicarme a impartir terapias
naturales y ganar dinero con ello para sobrevivir, así cumplo los dos objetivos”, es una buena
respuesta, pero no es la única. La herbología proporciona tantos campos y herramientas con los
cuales cumplir ambos objetivos, que representan opciones ilimitadas de campos de acción y
modos de vida diferentes.

Muchas de las disciplinas y campos que menciono a continuación son descritas por nuestro
fundador Isidro Cardozo MH a lo largo del curso, las retomo y añado algunas con el ánimo de
ampliar la comprensión entre los herbólogos de las posibilidades que éstas entrañan.

Un primer punto que debemos tomar es que la herbología, en cualquiera de sus campos, cumple
en uno u otro sentido con el objetivo principal, volver a la tierra y las prácticas armoniosas con
ésta. Si usted hace herbología, en cualquiera de sus fases, usted ya cumplió éste objetivo. Bueno, y
¿cómo vivo en un mundo en el que necesito ganar dinero? ¡Tengo que hacer terapia y ganar
dinero con ello! Es la respuesta común de todos los herbólogos. Repito nuevamente, es una de las
opciones, pero no la única.

La herbología se compone de varias fases de producción y desarrollo que comprenden múltiples


campos. Usted decide en cuáles de ellos desempeñarse, en la combinación que usted decida
conveniente, según sus capacidades, recursos y gustos.

Dentro de la herbologia podemos identificar varias fases en las cuales todos los herbólogos
pueden desempeñarse y generar recursos con ello.

Para identificar la primera fase, podemos partir del punto en que la base de la herbología son las
plantas, y éstas como tal, nacen de la tierra. Éstas pueden ser recolectadas silvestres, o cultivadas
de manera orgánica. Acá surgen los dos primeros oficios, a la recolección silvestre, que es llamada
“Forrajeo”, la cual, si es realizada de una manera adecuada, con técnica y manejo precisos, es
amigable con el ambiente y proporciona buenas ganancias económicas. La segunda actividad es el
cultivo orgánico, del cual no sólo puede ser comercializado el fruto de su cosecha, sino que está la
opción de ser productor de insumos como abonos, lixiviados, pesticidas, entre otros, todo con un
enfoque orgánico.

Luego de haber obtenido las plantas, viene la segunda fase de producción, la conversión de éstas
en infinidad de productos útiles en lo que respecta a la terapia herbal y salud en general. Para el
ejercicio de la herbología es necesario disponer de numerosos productos, como son las tinturas,
ungüentos, maceraciones, decocciones, y tantas otras fórmulas aprendidas a lo largo del curso y
fuera de éste. La producción de estas fórmulas entraña posibilidades de negocio que permiten
obtener ingresos a modo de empresa, a la vez que permiten a las personas el acceso al
conocimiento y uso de las plantas medicinales.

La tercera fase la constituye la terapia, es decir, el contacto con el paciente, la administración de


plantas medicinales en base a la interpretación de la historia clínica del médico alópata y las
ayudas diagnósticas. Para el ejercicio de ésta fase es necesario que el herbólogo sea un estudiante
concienzudo, que vaya hasta el fondo del estudio tanto de las plantas, como de la interpretación
de los exámenes o ayudas diagnosticas en base a la anatomía, fisiología y patología humanas.

Es muy importante que en el ejercicio del sanar, hay un principio rector, en palabras de Hipócrates
“Primum non nocere”, “Primero no hacer daño”. Todos los herbólogos somos un equipo, no
competidores, por lo tanto debemos apoyarnos unos en los otros. Cuando algún herbólogo se
enfrente a un caso en el que tal vez tenga dudas, recurra siempre a un compañero que le asesore.
Es vital difundir un uso responsable y consciente de la herbología.

Existe incluso una cuarta fase de la herbología, la cual es vital en nuestro proceso de certificación y
regulación ante el gobierno. El herbólogo está llamado también a ser educador. Impartir y difundir
el conocimiento de la terapia herbal es vital para la supervivencia de la especie humana.

Bueno, y como gano dinero con ello? Es la pregunta general que surge entre los herbologos. La
respuesta es más amplia de lo que cualquiera se imagina. En nuestros tiempos la difusión de
conocimiento no es solo como se hacía en los tiempos de antaño, con la relación maestro-alumno.
Los medios de comunicación y la era digital han revolucionado este concepto. Partamos de la
sencilla relación maestro-alumno a lo más complejo. El herbólogo puede desempeñarse como
maestro en una institución o incluso formar una nueva, puede también impartir talleres, cursos,
seminarios, entre otros, puede trabajar con comunidades o grupos de niños, jóvenes o adultos,
impartiendo conocimientos especiales sobre las plantas. A través de medios digitales se pueden
crear páginas, blogs, redes de intercambio, videos en youtube y redes sociales, y todo tipo de
material que transmita conocimientos sobre la herbología, todos ellos altamente monetizables.

La quinta fase se compone de investigación y producción de literatura científica. A esta fase se


dedican las personas dispuestas a dedicarse a la recopilación o elaboración de proyectos y datos
científicos acerca del conocimiento y uso de las plantas medicinales. De esta fase depende que la
herbología se consolide como ciencia. En esta fase los ingresos pueden provenir del pago de
instituciones por el trabajo realizado, difusión libre y/o monetizada del conocimiento a través de
internet, impresión de folletos, revistas y libros, entre otros.

Luego de hacer este recuento, tal vez en la mente de los herbólogos están surgiendo tanto ideas
como dudas, la principal de éstas: Bueno, y ahora ¿a cuál de todas me dedico?

El sistema actual nos ha inculcado que una persona debe dedicar su vida a una sola tarea, pero la
realidad es otra. Desde la neurología sabemos que los cerebros de los seres humanos varían de
uno a otro infinitamente, todos disponen de configuraciones únicas que les dan diferentes
talentos y capacidades, y todo ser humano es un universo que puede realizar múltiples tareas si
sabe ordenar su tiempo. La respuesta es sencilla: Usted no debe dedicarse a una sola tarea,
encuentre cuales le llaman la atención, se desempeña bien y dispone de los recursos y
conocimientos necesarios para realizarlas. Con todo ello encuentre su propia fórmula.

Las posibilidades son casi infinitas, a continuación algunos ejemplos:


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HERBOLOGIA
OBTENCIÓN INVESTIGACIÓN
4
PLANTAS
2 i) j)
a) b) Cultivo EDUCACION Investigación Producción
Forrajeo Orgánico PROCESAMIENTO Remunerada Literatura
(Recolecc Científica
ión de g) h)
plantas c) Producción Maestro- Medios
silvestre) Fórmulas Alumno
3
naturales
(empresa)
TERAPIA

d) Terapia e) Centros f) Sistema


Privada terapéuticos de Salud
Personal Privados
(Una vez la
(Equipo regulación
terapeutico) este lista)

Ejemplos: a) + b) = Una mujer que se dedica al forrajeo y cultivo orgánico, además es


la herbóloga de su comunidad.

b) + c) = Un hombre que se dedica al cultivo orgánico y la producción de


ungüentos, toda su familia se beneficia de sus conocimientos.

c)+ d) = Un hombre que tiene una empresa de productos medicinales y tiene


un consultorio en herbología.

f) + g) = Una mujer que es terapeuta en una entidad estatal e imparte cursos


sobre plantas medicinales.

h) + j) = Un joven que es youtuber de un canal en herbología, tiene un blog y


escribe artículos que envía a revistas científicas para su publicación junto con
un grupo de investigación de su universidad.

a) + i) = Un investigador de un instituto que cada semana en su tiempo libre,


viaja a lugares remotos a recolectar plantas medicinales.

b) + c) + d) = Una mujer que se dedica al cultivo orgánico en su granja, en la cual


además tiene un laboratorio donde elabora productos que comercializa y un
centro de consejeria en herbología.

Y las combinaciones son casi infinitas... Haga su propia fórmula.


Y como difundo o comercializo mis plantas, productos, servicios o lo que quiera hacer? Es la
siguiente duda que surge.

Recuerde, los herbólogos somos un equipo, no competidores, por lo tanto, aproveche la red de
compañersos de los que dispone. La unión hace la fuerza.

Luego de hacer este recorrido por las áreas o fases de la herbología, queda claro que la terapia, a
pesar de ser el punto central de donde se desprenden hacia atrás y adelante las otras fases, no es
la única área donde un herbólogo tiene cabida.

Debemos ser conscientes que la herbología es una ciencia en fase de redescubrimiento, estamos
en la tarea de recuperar muchos conocimientos perdidos en el tiempo y las comunidades remotas,
y en su estudio racional y científico para su aplicación en nuestros días. Ningún herbólogo es
dueño de la verdad, de hecho ningún ser humano lo es. Debemos reconocer nuestra ignorancia
para poder ser dignos de acceder al conocimiento.

Cuando nos enfrentamos a un paciente, tenemos su vida en nuestras manos. En ese momento no
importa nada más que la vida del paciente, nuestro “ego”, “reputación”, o cosas similares no
deben existir. Si tenemos dudas es mejor reconocer que no sabemos y consultar con alguien más.
Si usted reconoce ante un paciente que no sabe algo, consulta con otro herbólogo y entre ambos
llegan a la solución y lo sanan, quedará mucho mejor usted, el paciente y la herbología, ciencia
que usted representa.

Recuerde, es mejor 50 pacientes sanados al año sin ninguna queja y mucha satisfacción, que 1000
pacientes en un año, 500 sanos y 500 con quejas o reclamos. Haga cuentas y piense en la
publicidad que eso representa, no solo para usted, sino para la herbología en sí misma. Debemos
actuar con cautela, serenidad, calma y paciencia, y con la seguridad de que el tiempo y la
naturaleza aplicada con sabiduría y conocimiento, demostrarán por sí solas la validez de nuestras
terapias. El afán por demostrar a veces es más perjudicial, pues lleva a errores. “Vístanme
despacio que voy de prisa” decía el rey Ricardo Corazón de León.

Si usted como herbólogo no centra la terapia como su fuente principal de ingresos, sino que la
deja como una vocación, un momento sagrado para compartir y sanar al otro, los resultados son
mejores. La terapia debe dejar de ser un medio de “producción” a ser un modo de vida, algo que
se hace por el otro (Obviamente remunerado, pero sin afán).

Si la producción económica se reparte en diferentes áreas o en una diferente a la terapia, el


contacto humano y la calidad de la atención mejoran en todos los aspectos posibles, y la imagen
de la herbología se ve fortalecida para lograr la certificación y regularización tan anheladas.

Ricardo Campuzano S.

Estudiante FUNIBA

Comité cientifico FUNIBA

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