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Reflexión semana 2:

Estas semanas pudimos aprender que el padre en sus manos cobija,


transforma, une, eleva y entrega.

Nos cobija como azucenas, como pequeñas Marías, como niñas, nos
toma de la mano, y con su amor, sus enseñanzas, la muestra de su
profunda entrega nos ayuda a entender a través de él al Dios de la
vida, y así conducirnos a su paternidad.

Contengámonos en el Padre, confiemos ciegamente en él que nos


conduce a Dios, para depositar nuestras vidas en él, en una eterna
unión entre padre e hijas.

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