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En esta ponencia trataremos acerca de la teoría de la lectura y de la interpretación de

Leo Strauss, pero no lo haremos desde la perspectiva del propio Strauss, sino que

utilizaremos los conceptos desarrollados por Gadamer en su obra principal, Verdad y método.

Sostendremos aquí dos tesis, una más general, que Strauss elabora una hermenéutica, y una

más concreta, que la hermenéutica de Strauss cabe dentro de lo que Gadamer llama

‘hermenéutica tradicional’ o ‘hermenéutica romántica’. Mostraremos entonces que todas las

críticas de Gadamer a las hermenéuticas valen también para Strauss. Con ello, se verá que, si

bien Strauss es muy hostil al historicismo de finales del siglo XIX y principios del XX,

comparte con él sus principales presupuestos epistemológicos y metodológicos. Finalmente,

indicaremos que esta determinada hermenéutica, en combinación con su rechazo del

historicismo, delinean de antemano algunas de las tesis políticas a las que llega Strauss.

La hermenéutica romántica se caracteriza y se diferencia de la hermenéutica de

filiación heideggeriana por dos aspectos que nos interesan destacar. En primer lugar, está

acotada a la teoría del conocimiento o a la lógica de las ciencias, más específicamente, se la

concibe como la teoría del conocimiento adecuada para las ciencias históricas, entendiendo

esta separación como una crítica al monismo epistemológico del positivismo. En pocas

palabras, intenta ser una fundamentación de las ciencias del espíritu o su órganon. En

segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, la hermenéutica tradicional es

reproductiva, trata de reproducir el acto de pensamiento que dio origen a una expresión, o

bien, se trata de repetir un fragmento de vida, entendido como el origen del sentido de aquello

que hay que interpretar. De este modo, la hermenéutica romántica preserva presupuestos

modernos y cartesianos, puesto que el arte de la comprensión y de la interpretación se vuelve

el encuentro con otra subjetividad. Decimos entonces que Strauss comparte todos estos

supuestos bajo el título de lo que él llama ‘enseñanza esotérica’ y ‘lectura entre líneas’.
En Strauss hay la pretensión de que ciertos textos tienen un significado no literal,

oculto por su autor por su importancia política. El papel del filósofo sería el de acceder a ese

significado perdido de los textos. Comprender un texto equivale para él a comprenderlo tal

como su autor lo comprendió. La consecuencia es exaltar un retorno a un sentido originario

perdido, y ello repercute en una tendencia conservadora en sus tesis políticas.

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