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1) Enunciar los ejes fundamentales.

 
2) Etapas de la lectura y la escritura.Sintesis
3) Proponer una secuencia basada en la bibliografia expresada en las
progresiones. 
Fecha de entrega , 29 de junio de 2020.

Fundamentación:

Desde una propuesta que fomente una alfabetización de calidad es importante tener en
cuenta qué sentido le damos a la lengua escrita y si reivindicamos el carácter social de
éste. Con estas actividades de lectura se pone en juego el trabajo con los portadores de
identidad (Mirta Torres) que son los nombres propios de los niños, mientras se los
reconoce como lectores plenos aún cuando estén en distintos puntos de este largo
proceso que continúa incluso cuando se avanza más allá de la unidad pedagógica de los
primeros grados. Es importante legitimar desde el comienzo este estatus incluso al saber
que lleva años constituir una matriz sólida que facilite la adquisición de los quehaceres
del lector como son: comentar sobre lo leído, discutir con otros, compartir una lectura,
confrontar y discutir, anticipar, releer para corroborar, entre otros.  
Al darle un sentido social a la actividad y tener un propósito compartido con los
alumnos es viable que se acerquen a la adquisición de la lengua escrita por medio del
nombre propio y de aquellos actores que son importantes en su cotidiano, sus
compañeros, con quienes comparte largas horas y puede vivenciar experiencias de
intercambio de ideas y trabajo cooperativo.
Aquí se pone en juego el lenguaje que se escribe, es decir, a los usos y funciones de los
textos o palabras escritas. Sumado a los aportes de Kaufman (2010) los alumnos tienen
referentes reales para realizar estas actividades.
El uso de los ficheros con su particular confección, siguiendo los aportes de
Nemirovsky (1995), resultará muy útil para que cada niño pueda compararlos y que sólo
varíe lo escrito. De esta manera se prioriza el análisis sobre los cambios que nos
importan, cuantas letras se usan, en qué orden y cuáles son. Lo cual permitirá una
comparación y profundización en el conocimiento del lenguaje que se escribe.
El ambiente alfabetizador es de vital importancia para que los alumnos estén en
contacto con los textos escritos y logren apropiarse de ellos, sentirse herederos legítimos
de la cultura letrada y potenciar la interacción con el lenguaje escrito que los rodea.
Considero que el ambiente alfabetizador del aula fomenta que los niños se interesen por
las distintas fuentes escritas que están presentes fuera de la escuela, como los volantes,
los carteles, las publicidades, entre otros. 
Desde los aportes de Cuter  puedo mencionar la importancia de “.. poner a disposición
de los niños materiales escritos que sirvan como seguras fuentes de información y que
generen una creciente autonomía en su proceso lector y escritor.” (2008:1) Así como
fomentar el uso cotidiano de los carteles para favorecer el intercambio y reflexión
constante con el sistema de
escritura y el lenguaje escrito. Como fuente de información segura utilizarán carteles
con el propio nombre, abecedario, la agenda semanal y los carteles con los días y los
meses del año.
No es menor aclarar que todos los materiales deben estar al alcance de los alumnos y
que es conveniente que al comienzo del año se organice la disposición espacial de
algunos de los carteles del ambiente alfabetizador.

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