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PRINCIPIO DE CONFIDENCIALIDAD

Este principio es unos de los más importantes en la práctica, los auditores deben ejercitar la
discreción en el uso y protección de la información adquirida en el curso de las labores. La
información de la auditoria no debe ser usada de manera inapropiada para ganancia personal del
auditor tal que vaya en detrimento de los intereses legítimos del auditado. Este concepto incluye el
adecuado manejo de información confidencial sensible.

Esta reserva implica el compromiso de no revelar ninguna información confidencial obtenida


durante un desempeño profesional, excepto cuando se lo soliciten judicialmente o por el cliente
auditado.

Dentro de mi organización se tiene como lecciones aprehendidas y lo pongo como ejemplo lo


ocurrido en años anteriores, cuando por parte de la Contraloría hicieron una auditoria a nuestra
organización para el área administrativa al proceso del manejo del combustible, donde se pudo
encontrar varios hallazgo como el haber vehículos de la institución fuera de servicio durante mucho
tiempo por mantenimiento y aun así seguían figurando que a diario estaban siendo provisionado
con combustible en muy alto valor, cuando se sabía que se encontraba en mal funcionamiento y
fuera de servicio. Se fugó la información antes de llegar la auditoria y trataron de formalizar o
vulgarmente legalizar facturas de consumos de combustible, pero fue tanto el derroche de
combustible que no alcanzaron y fueron evidenciados muy fácilmente dando como resultado
personal destituidos y en compañía con los de la estación de servicio por prestarse para estos
hechos ilícitos.

Cuando se ejerce la Auditoría, el cliente debe tener la seguridad de que este principio es aplicado
por el auditor, pues para realizar el examen, la empresa debe desnudar hasta sus más íntimos
secretos, y no se puede ocultar ninguna información a quien debe elaborar el diagnóstico sobre la
misma.

Los profesionales tienen la obligación de respetar la confidencialidad de la información relacionada


con los negocios de los clientes, obtenida en el desarrollo de servicios profesionales. El deber de
confidencialidad permanece aún después de terminada la relación entre el profesional y el cliente
o la organización, ellos tienen la obligación de asegurar que el personal bajo su control y las personas
de quienes se obtiene consejo y asistencia respetan el principio de confidencialidad.

La confidencialidad no es solamente un asunto de revelación de información. También requiere que


un profesional que está adquiriendo información en el curso del desempeño de los servicios
profesionales ni usa ni parece que usa esa información para ventaja personal o para ventaja de una
tercera parte, estos profesionales de auditoria tienen acceso a mucha información confidencial
respecto de los negocios de un cliente o empleador, la cual de otra manera no es revelada al público.
Por consiguiente, el auditor profesional debe asegurarse de no hacer revelaciones no autorizadas a
otras personas.

Es de interés público y de la profesión que los estándares de la profesión relacionados con la


confidencialidad definan y orienten sobre la naturaleza y extensión de la obligación de
confidencialidad y de las circunstancias en las cuales se debe permitir o requerir la revelación de
información adquirida durante el curso de la prestación de servicios profesionales.

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