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EL SISMO DEL 19 DE SEPTIEMBRE DE 1985

Antecedentes
México es un país cuya historia ha estado ligada al fenómeno sísmico como lo
muestran los códices de las civilizaciones anteriores a la conquista.
Sin embargo, la información sísmica referente a los terremotos ocurridos en la
República Mexicana anteriores al siglo XX es casi nula.

El primer temblor de gran intensidad data del 7 de junio de 1911[1] conocido


como "el sismo de Madero" ya que éste se produjo paradójicamente cuando
Francisco I. Madero hacía entrada a la capital. Este temblor afectó la región
situada entre los estados de Jalisco y Colima. En esa ocasión se registraron
más de 45 muertos. A causa de este sismo desapareció del mapa el municipio
de Ciudad Guzmán.

El 28 de julio de 1957 se registró en la Ciudad de México, un temblor de


magnitud 7.7 cuyo epicentro se localizó frente a las costas de Guerrero,
alcanzó la intensidad de X en la escala de Mercalli. Se recuerda como "el sismo
del Ángel", porque a causa del movimiento se cayó dicha estatua que corona la
Columna de la Independencia. El saldo total de dicho terremoto fue de 52
muertos, 569 lesionados, más de 100 derrumbes y pérdidas materiales
calculadas en 100 millones de pesos de aquella época.

Pero el terremoto del 19 de septiembre de 1985 a las 7:17 am (hora local), fue
el más mortífero y destructivo que se ha registrado en la historia de la ciudad
de México. El epicentro se localizó en las costas de Michoacán y Guerrero, en
la desembocadura del río Balsas, en rotura del contacto entre las placas de
Cocos y de Norteamérica, en una extensión de 50 km x 170 km y unos 18 km
de profundidad. Su magnitud fue 8.1, según informó el Instituto de Geofísica de
la UNAM, con una duración de casi cuatro minutos, de los cuales, un minuto y
treinta segundos corresponden a la etapa de mayor movimiento.
Fue de tipo trepidatorio y oscilatorio a la vez, y liberó la energía equivalente a
1114 bombas atómicas de 20 kilotones a la vez.

Intensidad
La intensidad en la superficie directamente sobre la zona de ruptura, alcanzó IX
en la escala Mercalli Modificada (Daño considerable en estructuras de diseño
especial; estructuras con armaduras bien diseñadas pierden la vertical; daño
grande en edificios sólidos con colapso parcial. Los edificios se desplazan de
los cimientos. Grietas visibles en el suelo. Tuberías subterráneas rotas). A
pesar de la gran distancia focal (370 Km) que atenúa fuertemente las ondas en
roca, los efectos de sitio en la ciudad las amplificaron dramáticamente,
principalmente en ciertos rangos estrechos de frecuencia de vibración. Debido
a la estratigrafía profunda del Valle de México, las ondas que llegaron aquí a la
superficie superior rocosa tenían en comparación con temblores en otros sitios,
un contenido excepcionalmente alto de energía en un intervalo de frecuencias
que abarca justamente aquellas que más amplifican las arcillas del valle.

A su vez, las construcciones que, al experimentar grandes oscilaciones,


vibraban naturalmente en este intervalo de frecuencias (en general edificios de
7 a 15 pisos) sufrieron los máximos daños.

Características

Esa mañana, un trágico despertar dejó a su paso: muertos, heridos,


desaparecidos, damnificados, edificios públicos, privados y casas
habitacionales destruidas; inmuebles en peligro de caer; interrupción en el
servicio de agua, energía y teléfonos; fugas de agua y gas; múltiples rupturas
en el asfalto y la paralización total en el servicio de transporte colectivo.

Por todos lados surgieron brigadas de rescate de aquellos que


desinteresadamente ofrecieron algo más que sus propias manos. Crecía a
cada momento la incertidumbre y luego la desesperación, no había picos, ni
palas, ni marros, mucho menos maquinaría o aparatos especiales para las
labores de salvamento; hospitales y ambulancias no se daban abasto, mientras
que la escasez de medicamentos y sangre tuvieron como consecuencia la
pérdida de muchas vidas que pudieron ser salvadas.
El secretario de la Defensa Nacional, anunció minutos después del temblor que
el Ejército Mexicano había puesto en operación el Plan DN-III de auxilio a la
población civil. Para millones de capitalinos, entre las 7:19 y 7:22 todo terminó
para empezar dramáticamente.

Aparecen entonces las primeras respuestas a la desgracia: se desborda la


generosidad y el apoyo internacional. El presidente de Cuba, Fidel Castro, fue
uno de los principales; le siguieron dirigentes de la ONU y los presidentes de
Argentina, Colombia, Estados Unidos, España, Nicaragua y Venezuela (entre
otros).

La noche del jueves miles de habitantes del Distrito Federal, atemorizados ante
la posibilidad de un nuevo temblor, durmieron fuera de sus casas en albergues
improvisados y campamentos ubicados en parques, camellones, aceras y, en
menor medida, en instalaciones públicas.

Viernes 20 de septiembre

La noche del viernes sucede lo peor: vuelve a temblar a las 19:38 hrs, con
magnitud de 7.6, duración de un minuto y medio en las coordenadas
epicentrales 17.4 latitud norte 102.0 longitud oeste. Como consecuencia, se
derrumbaron 20 edificios más y el pánico fue inevitable. Hora y media después
del temblor, el Presidente de la República dirigió un mensaje a la población a
través de la TV y la radio, en el que expresó su reconocimiento a la población
por su "extraordinaria solidaridad".

Este sismo causó alarma en la región epicentral y el colapso de estructuras


dañadas por el evento principal del día anterior. Ocasionó también un tsunami
en la zona de Ixtapa con una altura de 1.5 m, cuando menos. El gobierno de la
Ciudad, dio cifras preliminares del desastre: aproximadamente mil personas
atrapadas entre los escombros; cinco mil heridos y tres mil damnificados; 250
edificios caídos y otros 50 en peligro de derrumbarse. Entre los edificios
colapsados y que por su importancia destacan, están: El Hospital Juárez de 11
pisos, donde se encontraban, se dice, unas 700 personas; la unidad de gineco
obstetricia del Hospital General, con más de 500 pacientes y un número
indeterminado de niños recién nacidos; el edificio "Nuevo León" en Tlatelolco,
donde vivían 185 familias; un multifamiliar de la Unidad Juárez; los hoteles:
Regis, Montreal, De Carlo, Romano, Principado y Versalles con un número
indeterminado de huéspedes.

Los edificios de gobierno derrumbados fueron el de la Secretaria de Trabajo,


FONACOT, SECOFI, el recientemente estrenado Instituto Mexicano de la
Radio, una de las torres del conjunto Pino Suárez, tres pisos del ala norte del
conjunto de la Secretaria del Consumidor. También se anunció el derrumbe del
edificio ocupado por la Policía Judicial Federal. Múltiples viviendas populares
de las colonias Roma, Morelos, Guerrero y Tepito también se vinieron abajo.

Sábado 21 y Domingo 22 de septiembre

Treinta mil efectivos militares del Plan DN-III continuaron con las labores de
rescate. Es dramática la cifra de personas fallecidas: 2,822 según la Secretaría
de Protección y Vialidad.
El Servicio Médico Forense, manifestó el riesgo de epidemias por
contaminación del agua ya que "no se había establecido un programa sanitario
debido a la magnitud del problema". Por su parte, la Secretaría de Salud, pidió
tranquilidad a la población ante la eventualidad de complicaciones de
contaminación y epidemias, ya que "todo estaba bajo estricto control".

Lunes 23 de septiembre

Este día, los pacientes encamados de la Cruz Roja de Polanco fueron


reacomodados en salas que fueron adornadas con flores, muñecos de peluche
y hasta televisión. Los convalecientes, muchos de ellos con indicación médica
de reposo absoluto, recibieron la visita de distintas damas distinguidas entre las
que destacaron la primera dama del país y la de Estados Unidos, quien recorrió
la zona afectada en medio de un aparatoso, estorboso y prepotente equipo de
seguridad.

Paulatinamente la ciudad comenzó la reconstrucción, a cerrar la herida cuya


cicatriz quedará en la memoria histórica con la bandera Nacional a media asta
todos los 19 de septiembre, a partir de 1985.

DAÑOS CAUSADOS POR EL SISMO


Muertos
Inmuebles
[3] Afectados
Daños Materiales
[4]
20 mil 2831 5 MMD

Los daños totales se estimaron en 8 mil millones de dólares estadounidenses: 250.000


personas sin hogar, 900.000 damnificados y labores de rescate prolongadas durante
más de un mes. La remoción de los escombros se prolongó hasta diez años después
del sismo.

Las labores de rescate se extendieron hasta semanas después del sismo inicial,
pudiendo extraer gente con vida de las edificaciones derruidas hasta 10 días después
del terremoto. El total de sobrevivientes rescatados oscila las 4.000 personas.

Los cuerpos recuperados, en cambio, fueron tantos y tan prolongadas las labores que
a partir del 22 de septiembre fueron destinados a fosas comunes en los cementerios
locales. Inicialmente habían sido trasladados a las instancias federales, totalmente
colapsadas por el número de víctimas, y luego al Parque Delta, en donde se usaba
formol, cal y hielo para intentar retrasar la descomposición de los numerosos cuerpos
sin reconocer.
La colaboración de diversos países fue numerosa: 220 vuelos provenientes de 37
países distintos con alimentos, enseres, carpas de rescate y personal voluntario. El
material de rescate sumó entre el 20 de septiembre y el 9 de octubre unas 1mil 336
toneladas.

No obstante, la administración de la ayuda humanitaria por parte del gobierno de


Miguel de la Madrid Hurtado fue motivo de sospecha y críticas, así como acusaciones
de distribución irregular, mala administración e incluso corrupción. Tanto así, que el 3
de octubre se crea el Comité Supervisor de los Donativos Destinados a la Atención de
los Damnificados y Reconstrucción de las Zonas Afectadas, para velar por el correcto
destino de los numerosos donativos.

Se reportaron numerosas “epidemias” de depresión, psicosis


colectiva, estrés postraumático y actitudes violentamente neuróticas que ameritaron la
intervención de más de mil capacitadores de la Coordinación de Psiquiatría y Salud
Mental del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Consecuencias jurídicas del terremoto de


México

Muchas estructuras eran inadecuadas para erigirse sobre un terreno arcilloso.

Los análisis posteriores al sismo permitieron determinar que la mayoría de los


edificios colapsados eran de fabricación reciente (30 años), mientras que las
principales estructuras de siglos anteriores soportaron el embate.

Muchas de las edificaciones caídas mostraban estructuras inadecuadas para


erigirse sobre un terreno arcilloso como el que mostró los mayores daños
durante el sismo (en la Ciudad de México), lo cual expuso no sólo la ausencia
de reglamentos específicos para la previsión de este tipo de desastres en la
construcción, sino numerosas irregularidades en el área que apuntaban a
coimas y planificación deficiente.

Sin embargo, no hubo un juicio verdadero a los constructores, ni siquiera ante


casos escandalosos como el de la compañía constructora estatal, responsable
de un sinfín de escuelas y colegios desmoronados durante el sismo, dejando
numerosos estudiantes heridos y muertos.

Sitios conmemorativos
En la actualidad se conmemora a las víctimas del terremoto de 1985 en tres sitios en
Ciudad de México: la Plaza de la Solidaridad, ubicada en un predio cuyos
edificios todos se vinieron abajo; el Parque del Sol, construido en el lugar donde
estuvo el Edificio Nuevo León en Tlatelolco; y el Monumento a la Costurera, contiguo al
local de la Asociación de Costureras y Costureros 19 de septiembre.

Referencias

EL SISMO DEL 19 DE SEPTIEMBRE DE 1985. 18 de Enero del 2020, de centro


de instrumentacion y registro sismico Sitio web:
http://www.cires.org.mx/1985_es.php

"Terremoto de México de 1985". Autor: Julia Máxima Uriarte. Para: Caracteristicas.co.


Última edición: 20 de agosto de 2019. Disponible
en: https://www.caracteristicas.co/terremoto-de-mexico-de-1985/. Consultado: 18 de
enero de 2020.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/terremoto-de-mexico-de-
1985/#ixzz6BQ46gLMU

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