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Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Huella hídrica: una mirada integral al uso del agua

Análisis comparativo entre la huella hídrica de la industria automotriz y


ciclista como una medida para incentivar la reducción del consumo de agua

César Alejandro Morales Aguilera

A lo largo de la historia, el ser humano se ha visto en la necesidad de movilizarse


de manera efectiva, ya sea por cuestiones laborales, como de abastecimiento y
entretenimiento. En la antigüedad, la única forma de transportarse era realizando
largas caminatas o mediante la utilización de caballos o camellos. Sin embargo,
con el paso del tiempo, los medios de transporte fueron evolucionando al ritmo de
la tecnología, haciendo que nuestra movilización fuese más sencilla, pero llevando
consigo un aumento en la demanda de recursos para poder fabricarlos.

Fue así como en el siglo XIX comenzó la fabricación de los primeros modelos de
automóviles y bicicletas, siendo el punto de partida hacia una extensa red de
preocupaciones, opiniones y discusiones acerca de sus ventajas, desventajas e
impacto hacia el medio ambiente.

La presente investigación tiene como objetivo que el lector conozca un poco más
acerca de la huella hídrica de la industria automotriz en el mundo, presentando
datos generales de la cantidad de agua que se utiliza en las diferentes etapas de
fabricación de un automóvil. Asimismo, busca hacer un análisis de sostenibilidad
comparando la cantidad de agua que se utiliza para la fabricación de una bicicleta,
identificando factores económicos, sociales y ambientales que incentiven a las
personas y tomadores de decisiones a la formulación de estrategias para cambiar
su estilo de vida por uno más saludable y amigable con el medio ambiente.

Industria automotriz

La industria automotriz es uno de los sectores económicos más importantes del


mundo debido a la gran cantidad de ingresos que genera. Cuenta con múltiples
organizaciones alrededor del mundo que se encargan del diseño, desarrollo,
manufactura y venta de vehículos.

Durante el siglo XX, Estados Unidos fue por mucho tiempo el principal productor
de automóviles en el mundo, hasta que fue superado por China y Japón.
Posteriormente se fueron unieron otros países tales como: Alemania, México,
Francia, España, Corea del Sur, Brasil, India, entre otros.

Se estima que para la época de la gran depresión (1929) habían 32,028,500


automóviles en todo el mundo. En la actualidad, hasta el año 2019, las
estimaciones marcan un dato cercano a los 1,400 millones de vehículos en todo el
mundo, y que para el año 2036 habrán aproximadamente 2,800 millones en
circulación.
Este crecimiento exponencial significará un aumento en la extracción de recursos
para su fabricación, y si tomamos en cuenta el aumento poblacional, todo apunta
que recursos vitales como el agua no se darán abasto para suplir todas las
necesidades de la población.

A pesar de que algunos países fabricantes de automóviles tales como: Brasil,


China, India y EEUU cuentan con una disponibilidad de agua anual bastante
elevada, este crecimiento en la demanda automotriz puede comenzar a significar
en el futuro un aumento de su huella hídrica, así como una posible escasez del
preciado recurso. Es posible que los recursos hídricos de países que no fabrican y
solo importan automóviles no se vean afectados por este sector, pero tienen la
responsabilidad de exportar otros productos esenciales que puedan desencadenar
sus propios problemas derivados del aumento de su huella hídrica.

El resultado final es una escasez global del recurso, ya que ante el crecimiento
poblacional la importación y exportación de agua virtual no reduce como tal el
consumo de agua, por lo que el implementar nuevas tecnologías y estrategias de
gestión integral del recurso hídrico será la clave para evitar diversas problemáticas
en el futuro.

Fabricación de vehículos

Se estima que para fabricar un vehículo particular de 1 tonelada se necesitan


aproximadamente 400,000 litros de agua. Esto es el resultado de sumar el agua
utilizada en la fabricación de los materiales (acero, plásticos, vidrio) y la del
proceso de manufacturación.

La fabricación de un vehículo se divide en 9 etapas, y en cada una de ellas se


consume un variado porcentaje de agua. Estas etapas son:

Prensa: Un troquel es alimentado con rollos de acero y se encarga de cortar,


perforar y dar forma al acero según la pieza deseada.

Ensamblaje: Montaje de carrocería del auto y soldado de partes.

Pintura: se divide en dos partes: la primera capa protege de la corrosión y la


segunda da el acabado final al automóvil.

Instalación del motor: se coloca en el espacio dispuesto, acoplándolo con el


resto de los sistemas previamente instalados, dígase el sistema de escape,
transmisión, dirección, ejes, entre otros.

Montaje: instalación de elementos interiores y exteriores como asientos, espejos,


empaques, vidrios, cinturones de seguridad, llantas, entre otros.
Revisión: inspección y sometimiento a pruebas de pista y lluvia.

Las estimaciones indican que, hasta el año 2019, China produjo 25.7 millones de
vehículos, EE. UU. 10.8 millones, Japón 9.6 millones, Alemania 4.6 millones, India
4.5 millones, México 3.9 millones, Corea del Sur 3.9 millones, Brasil 2.9 millones,
España 2.8 millones y Francia 2.2 millones. Tomando en cuenta que se consumen
aproximadamente 400,000 litros de agua para fabricar un vehículo, al multiplicarlo
por la cantidad de ejemplares producidos en cada país se obtiene la siguiente
huella hídrica:

China: 12,280,000,000 m3, EE. UU.: 4,320,000,000 m 3, Japón: 3,840,000,000 m3,


Alemania: 1,840,000,000 m3, India: 1,800,000,000 m3, México: 1,560,000,000 m3,
Corea del Sur: 1,560,000,000 m3, Brasil: 1,160,000,000 m3, España:
1,120,000,000 m3 y Francia: 880,000,000 m3. Esto significa que, para el año 2019,
la huella hídrica solo por los 10 principales fabricantes de autos en el mundo fue
de aproximadamente 30,360,000,000 de m3 de agua.

Se pudo encontrar información que indica que solamente la fabricación del acero
que conforma un automóvil puede llegar a requerir hasta 165,000 litros de agua.
Cabe destacar que a esto se le suma el agua utilizada para la fabricación del resto
de las piezas que conforman el vehículo, la cual puede significar un consumo de
agua de más de 100,000 litros.

El taller de pintura es contemplado como uno de los procedimientos que más agua
consume, ya que en el proceso de pintado el vehículo es sometido a un proceso
de cataforesis, con el objetivo de crear una capa de protección contra la corrosión.
Este proceso utiliza agua desionizada para realizar una serie de lavados que
eliminará sólidos o restos de pintura, un proceso que puede llegar a requerir hasta
60,000 litros de agua. Además, la prueba de lluvia es otro de los procesos que
más agua utiliza, el cual simula una tormenta de 150 litros de agua por cada metro
cuadrado con una duración de aproximadamente 10 minutos.

Está comprobado que, en la industria automotriz, aparte del agua utilizada para
proceso y fabricación de piezas, otra parte se utiliza en torres de enfriamiento y
producción de vapor en planta, perdiéndose una parte por evaporación y
demandando agua de reposición.

Con el objetivo de ser más eficientes, la industria automotriz ha empleado


tecnologías de captación de agua lluvia, reutilización y tratamiento de aguas
residuales, las cuales han logrado reducir únicamente sus gastos económicos,
pero no su consumo de agua. La huella hídrica azul sigue siendo la misma,
únicamente ha cambiado la fuente de la que están obteniendo el agua. Si antes
era solamente extraída de capas superficiales y subterráneas, ahora una parte es
obtenida por medio de la lluvia.
Sin embargo, aunque la huella hídrica azul no ha disminuido, el proyecto si ha
logrado reducir la huella hídrica gris, ya que toda el agua de lluvia que adquiría un
grado de contaminación al caer ahora es aprovechada en el proceso. Por otro
lado, el agua de rechazo es enviada a plantas de tratamiento para posteriormente
ser reutilizada en los procesos de cataforesis y pruebas de lluvia.

Se debe tomar en cuenta que la huella hídrica generada por la utilización de un


vehículo no termina solo en su proceso de fabricación, sino significa un constante
consumo de agua por extraer, refinar y transportar el combustible que utilizará por
cada milla que avance, el cual está estimado en ¾ de galón de agua por milla.
Además, también demandará otro porcentaje de agua para la fabricación de
repuestos, materiales u otros productos específicos que demande durante toda su
vida útil.

Industria ciclista

La bicicleta es un vehículo de dos ruedas que es impulsado por el propio viajero.


El desplazamiento se da por medio del esfuerzo muscular de la persona, utilizando
un par de pedales que generan tracción para movilizarse.

Su desarrollo inicio durante el siglo XIX, pero se popularizó durante el siglo XX. En
la actualidad, se estima que ya existen más de mil millones de bicicletas en el
mundo, siendo un medio de transporte sano, ecológico, sostenible y económico

Se ha determinado que entre los principales fabricantes de bicicletas figuran


países como: Taiwán, Italia, Francia, Japón, China, España, Rumania, Túnez,
Alemania, EE. UU., Portugal, Canadá, Austria, Bélgica, entre otros. Muchos de
ellos mencionados anteriormente como principales fabricantes de automóviles
también.

Sin embargo, por diversos factores como el tamaño, la cantidad de materiales,


piezas, pruebas, entre otros, las bicicletas exigen una considerable y menor
cantidad de agua para su fabricación, siendo una opción más sostenible para
disminuir la huella hídrica de los países fabricantes en el futuro.

El proceso de fabricación de una bicicleta se puede resumir en 5 pasos:

Formación de la estructura: en esta etapa una maquina realiza los cortes y


curvaturas de los tubos de acero que formarán parte de la mayor parte de la
estructura de la bicicleta. Los tubos son calentados para posteriormente soldarlos
y unir el marco.

Sector de acabado: se asegura que la estructura sea aerodinámica y luego se


pulen los bordes irregulares para evitar imperfecciones, asegurándose que el
marco este correctamente alineado.
Pintado: se pinta la estructura rociándola con mangueras neumáticas para lograr
una cobertura delgada y pareja, agregando finalmente una capa transparente para
asegurar la pintura.

Prueba de estrés: se pone a prueba la estructura sacudiéndola con un cilindro


neumático para probar la resistencia de esta.

Preparación de marcos: se colocan todos los accesorios restantes tales como


las ruedas, los frenos, los pedales, el sillín, entre otros.

No se tiene muchos datos acerca de la huella hídrica total que se requiere para
fabricar una bicicleta, pero se estima que se necesitan aproximadamente 2,040
litros de agua para fabricar el acero que conformará la mayor parte de la
estructura. Asimismo, se necesitan aproximadamente 70 litros de agua para la
producción de los neumáticos que utilizará.

Cabe destacar que otro porcentaje de agua, como cualquier industria, será
destinada para enfriamiento de maquinaria o producción de vapor, pero la huella
hídrica de la industria ciclista continúa reduciéndose al no tener que utilizar agua
para la realización de pruebas de lluvia, lavados o cualquier otra actividad
compleja que se lleva a cabo dentro de la industria automovilística.

También resulta importante decir que la bicicleta exige una menor cantidad agua
para producción de materiales o repuestos, así como una nula demanda de agua
por extracción, refinación y transporte de combustible.

Análisis comparativo

Tomando como referencia los datos que se lograron obtener de la investigación,


es posible realizar el siguiente análisis comparativo acerca de la cantidad de agua
que se utiliza para la fabricación de un automóvil y una bicicleta:

Tabla 1. Cuadro comparativo huella hídrica


Aspecto Automóvil Bicicleta
Fabricación de acero 165,000 litros 2,040 litros
Lavados para eliminación
de solidos o restos de 60,000 litros N/A
pintura
Prueba de lluvia 150 litros por m2 durante N/A
10 minutos
Agua relacionada con
extracción, transporte y ¾ de galón por milla N/A
refinación de combustible
Ante la ausencia del dato de la huella hídrica total que implica la fabricación de
una bicicleta, se realizó la comparación mediante la cantidad de agua que se
utiliza para producir el acero de cada transporte, tomando como base el promedio
de producción anual de bicicletas y automóviles, el cual corresponde a 100
millones para las bicicletas y 50 millones para los automóviles.

Considerando que se consumen 165,000 litros de agua para la producción del


acero de un automóvil, la huella hídrica seria de 8,250,000,000 m 3 de agua
anuales. Por otro lado, si la producción del acero para una bicicleta corresponde a
2,040 litros, la huella hídrica sería de 204,000,000 m 3 de agua anuales. Es decir,
una diferencia de 8,046,000,000 m3. Esto es un claro ejemplo del ahorro de agua
que implica para los países apostar más por el uso de las bicicletas como medio
de transporte, ya que aun cuando las estadísticas marcan que la producción de
bicicletas anualmente es el doble que la de automóviles, la huella hídrica sigue
siendo menor.

En términos financieros, a la industria también le resultaría más económico


producir más bicicletas que automóviles, ya que debería invertir una menor
cantidad de dinero para extracción de agua. Incluso, para la sociedad, el apostar
por el uso de bicicletas antes que automóviles significará una reducción de su
huella hídrica, así como un ahorro económico bastante elevado por utilizar un
medio de transporte más sostenible y barato.

Podemos recalcar que, aparte de la disminución de la huella hídrica de los países


fabricantes de automóviles, el apostar por el uso de bicicletas significará una
disminución de la huella de carbono, el tráfico, accidentes, el ruido y mejorará la
salud de las personas, así como también en los países que importan estos medios
de transporte.

Este análisis de ventajas y desventajas insta a los tomadores de decisiones a


cambiar el modelo de vida actual por uno más sostenible, demostrando con
números la diferencia entre gastar elevadas cantidades de agua para producir un
automóvil en lugar de una bicicleta, una alternativa que en el futuro será más
utilizada debido a la escasez de los recursos para satisfacer las necesidades
básicas de todas las personas.

Conclusión

Considerando que para el año 2036 la cantidad de vehículos se duplicará, el


recurso hídrico se encontrará seriamente comprometido. Por ello, se busca que,
mediante la intervención de los gobiernos, las empresas, el Estado, las
instituciones y la población, se implementen medidas integrales para frenar las
diversas problemáticas que comprometen la disponibilidad de los recursos en el
futuro. Además, debido a la ausencia de espacio que sufrirán las grandes
ciudades en el futuro, el colocar limitaciones e impuestos para el uso de automóvil
incentivará a las personas a dejar de utilizarlo o comprarlo.
El cambio de automóvil a bicicleta en los países debe ir acompañado de un
adecuado plan de ordenamiento territorial, con el objetivo de que la movilización
ciclística sea llevada a cabo de manera eficiente y segura, teniendo como ejemplo
la construcción de carriles exclusivos para el ciclista.

El estudio no trata solo de fomentar el uso de la bicicleta para reducir la huella


hídrica mundial, sino también para demostrar que es una alternativa que tiene
otros beneficios importantes para el planeta. Entre estos: la reducción en la
extracción recursos en general, accidentes, contaminación sonora y atmosférica
(1,730,000,000 de toneladas métricas), tránsito, demanda de combustibles, ahorro
de espacio, aumento en la esperanza de vida de las personas y beneficios
económicos por cambiar el estilo de vida a uno más sostenible.
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