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Mentalidades, representaciones ...

comparación:
SUSANA B. MURPHY - RAÚL O. FRADKIN
U:--':IVERSIDAD NAOONAI DE LUJÁN
U"'IVERSIDAD Busxos A tRES

Siglo veinte, cambalache


problemático yfebril .

así al fin del milenio la historia como verdadera hija de su tiempo evoca. registra e interroga
lodos los cambios y perspectivas que afectaron a nuestra disciplina a lo largo del siglo y hoy
... ", recrea en una nueva coyuntura los cambios que se han instalado y que afectan el centro de
las representaciones. las ideas. las maneras de ser y las rnerualidadcs. La histona misma no
es más una resultante de fuerzas sino un rumbo interrumpido. una memoria que vaga. un misterio de
los orígenes o una dramaturgia oculta. Esta postura por discuuble que SC<.l justiñca plenamente que la
historia de los historiadores al fin del milenio sea predom inamernente cultural,

Las circunstancia" han precipitado una evolución historiográfica que las ciencias sociales lleva-
ban sin duda en ellas pero que estas nuevas tendencias han contribuido a clanficar-. Esta recreación
de las representaciones ha relanzado hacia la mvesugación histónca todas las acepciones universales
SOCialese individuales de la palabra (cultura»: una más ontológica. que disungue la existencia hu,
mana de un estado de naturaleza. con los signos distintivos y marcas simbólicas. SISH..mas de funcio-
nes y prácticas. apropiación colecuva 'f estados de crvíhzacrón. otra más aruropolégica. que hIZOde
la cultura el ensamblaje de hábitos y representaciones mentales de un grupo específico en un mo-
mento dado con su conejo de costumbres) creencias. de leyes y técnicas. de artes y lenguajes. de
pensamientos y mcdiacicnes. es la cultura que esclarece el proceso en el curso del cual el sujeto
pensante ejercita las facultades de su espíritu' y su expresión es la sOCICd:.HJde nuestro tiempo. en
OlTOS térrnmos la necesidad de rescatar la dimensión Individual de lo sociar'.

Consideramos apropiado rastrear los indicios de las mcutalués con el lin de abordar el debate
instalado acerca de las representaciones y 1a nueva hístona cultural. La hrstoria de las memalidades
constituyó una «marca» en la historiografía francesa que ha sido diffcrl de definir y codificar por
constituir un campo de prácticas y versiones heterogéneas.

A pnncrpios de Siglo el vocablo no pertenecía al vocabulano de la disciplina mstérica su signifi-


cado expresaba formas de «comportamiento». «actitudes» de carácter colccuvo reflejado en la

Susana B :-'Iurph~ • I{aul (), Fradkm. "\lcnl¡¡I".I8UC~. rCJlre~cnLaLII"IC'. comparacron" • prohlJtorlo. Año 11. numero 2.
1998 pp 23·3-1.
I El presente Ir.¡bdjo Iue presentado en el .J9 Congreso l nternucumul de Arncru antstu» (E, uudor}, en el slmposlo
.Hi,loria de las ment.didadcv •v nueva historia cultural ». Julio de 1997 .

, 23 '
novelística de Proust o formas de «ingenio» que evocaban la cosmovisión alemana. Para 13 misma
época la palabra mentalidad se incorpora al vocabulano científico de otras disciplinas como la psico-
logía. la etnología, Lévy-Bruhl la utiliza para referirse a comportamientos emocionales prclógicos.
En general observamos que su uso designa algunos comportamientos que han sido tradicionalmente
despreciados por el análisis cultural por considerárseJos residuales. En los años J920-1930 la noción
de mentalidad es incorporada por los historiadores franceses M. Bloch y L. Févbre, con matices
parucularcs. influidos por la sociología durkhcimíana'. Marc Bloch consideraba que la historia era el
resultado de un juego de interrelaciones de los tres niveles de la realidad histórica: el económico.
social y mental y al abordar los problemas de las «formas de sentir y de pensar» lo hacía desde una
opuca antropológica y SOCIOlógicaatendiendo a la diferenciacrón SOCIalde los comportamientos
culturales. A su vez L. Févbre entendía que las grandes transformaciones históricas debían ser com-
prendidas en el marco de la psicología, en consecuencia. las ideas, las obras y los comportamientos
debían analizarse en el contexto social en que aparecen y para ello crea la noción de «utillaje mental»
que perrnue Indicar que las formas de pensar de una época dependen de los «instrumentos mentales»
de la misma.
Durkheim se refiere a las representaciones colectivas como el modo en que el grupo piensa de sí
mismo en su relación con objetos que lo afectan y establece como la premisa necesaria premisa de
considerar la naturaleza de la SOCiedady no la de los individuos". Esta construccrón durkheimiana
fue decisiva en ~1.Bloch y es en este sentido que una de las obras mstéricas que a nuestro JUicio pone
claramente en evidencra el mundo de las representaciones colectivas en dos sociedades comparativa-
mente ducrcrucs fue el estudio de Bloch sobre Los reyes taumaturgos. donde profundizó en las
lógrcas que gohiernan los comportamientos colectivos menos voluntarios y menos conscientes. En
este libro bajo la influencia de L. Gernet. ~1.Mauss y M. Granet se manifestó la preocupación de M.
Bloch por concebir al hecho social en su totalidad anticipando así la antropología histórica y poste-
normente la historia de las mentalidades.
La preocupación creciente en el marco de esta nueva comente francesa era de que forma se podía
conjugar lo Individual y lo colectivo en la historia cultural. y de que fonna SI.! podía aunar en una
misma historia órdenes de componamieruo tan distintos. Sin embargo es preciso recordar que hacia
fines de siglo cinc luso para la misma época esta inquietud se había planteado en otros ámbnos. En el
caso de Aby Warburg", histonador del arte en Alemania. oportunamente señaló que era necesario
reconstruir a través de una documentación heterogénea el \ ínculo entre las representaciones y las
exigencias prácucas, los gustos, la mentalidad de una sociedad determinada. y lo definía tomando
una palabra de Burkhardt. «la vida». Al mismo tiempo se lamenté de que la historia del une no
hubiese puesto sus materiales a disposición de la psicología histórica de la expresión humana. Cario
Ginzburg quien considera a la historia como «ciencia de 10vivido» en un estudio realizado hace tres
décadas analizó los aportes de Warburg! destacando que su programa de fines de siglo pasado con-
sistió en el estudio de las continuidades, fracturas y sobrevivencias de la tradición clásica y su meto-
dología fue la utüización de los testimonios figurativos, pi nturas , como fuentes históricas De Warburg,
Ginl.burg destaca una noción clave: la pathosformeln a través de la cual. las representaciones de
milos legados por la anuguedad eran entendidas como «tcsumomos de estados de árurno convenidos
en Imágenes», en los que «las generaciones posteriores ...buscaban las huellas permanentes de las
conmociones más profundas de la existencia humana». Posteriormente Panofsky dentro dc la misma
disciplina Intentó identificar los habitus mentales y las «fuer/as formadoras de hábitos» en la cultura
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de la Edad Media estableciendo una interesante relación entre la arquiteci ura géuca y el pensam lento
escolástico. Ese concepto de habltus permitía la comprensión de las homotogfas estructurales exis-
tentes entre las producciones intelectuales de un tiempo dado. Anticipando el uso mucho más retina-
do que hará posteriormente P. Bourdieu". Por su parte E. Cassirer hizo hincapié en la «la historia de
los síntomas culturales o símbolos en general. como marco o «ámbito correctivo» de la Interpreta-
cién iconológica. A su vez N. Elias consideraba que si bien era conveniente pensar las homologías de
la sincronía también debía considerarse las evoluciones a largo plazo y Frcud había planteado In-
quietudes de esta índole en su artículo «El malestar de la cultura».
A pesar de que encontramos similitudes en relación al objeto de las formas de pensar el proble-
ma. sin embargo para aquel momento no se logró establecer una corriente de comunicación entre los
investigadores de las distintas disciplinas y países. lo que hubiera permuido un mayor enriqueci-
miento metodotógico y CIentífico. Es atinado señalar que en la década del 50 se consagra entre los
historiadores de Anuales la preocupación centrada fundamentalmente en el campo de lo económi-
CO-SOClaJ produciéndose en consecuencia un desplazamiento en el quehacer hrstonográfico de lo
psicológico y cultural.
Los años sesenta y setenta marcaron la etapa más fecunda y el resurgimiento en Francia de una
producción muy diversa que abarca desde la sociología cultural del pasado a la antropología históri-
ca y al ensayo psicológico. Este cambio se explica a partir de la expansión de la historia social y de
los obstáculos que se presentaron al muluplicar tendencialrnente los objetos de estudio cuya máxima
expresión fue la «tristona de las mentalidades». Se asentaba en una concepción de lo cultural como
«historia serial en tercer nivel» y esta historia cultural adopta en un principio la forma de psicohistoria".
Posteriormente esta nocrón entra en una crisis paulatina según J. Revel entre muchas razones. por su
carácter holísuco pues su plasticidad metodológica era infinita. Otro problema que hizo estallar la
nocién de mentahdad fue cuando el historiador se planteó como pensar la noción de subjetividad. y
3 ello se sumó una amphacrén Sin Iímncs del campo de lo que puede consrdcrarsc hrstónco". Y el
corolario de esta declinación de las mentalidades condujo como se esbozó a otra forma de hacer
hisrona.la histona SOCIO cultural. que poco a poco se reconvierte en histona cultural. cuyo objeto es
la psique colecuva y el conflicto entre cl mundo marerial. «real» '! el mundo \'h Ido. «irucrpretado».
En Francia.Ia exuosa y versátil historia de las mentalités se fue transformando en una historia de las
representaciones. en algunos casos confundida con la totalidad de la historia de las mentalidades.
Esta «nueva» forma de desarrollo historiográfico condujo a un verdadero giro metodológico.
pues es Importante denotar la transmutación que se produjo en el paso de las estructuras a las redes.
de los sistemas de posiciones a las süuacrones vividas. de las normas colccuvas a las cstratcgras
individuales. L:J historia cultural según Rogcr Chanier cambió por la mtroduccién de dos cunceptos
que se articulan: prácticas sociales y represen/ación. Las prácticas sociales gozan de una regulari-
dad de una lógica y de una razón que le son propias y que responden aJ patrón de cada SOCiedad en
panicular en lo que atañe a las expcnencias vividas a sus insutuciones ya sus relaciones de domina-
ción. Esto no implica de ninguna manera un corte o un desplazamiento de las construcciones intelec-
tuales que conocemos como rcprcscmacioncs".

y esto nos conduce a formularnos una pregunta: cómo se incorporó :JI vocabulario hrstónco el
término «representación»? Es conocidc que el vocablo llene una larga trayectoria en el ámbito de la
histona del arte. En el diccionario de Furctiére en la edición de 1727 existen dos acepciones del
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vocablo representación. Una de ellas se refiere a perrmur «ver el objeto ausente» a través de la
representación de palabras y gestos. figuras. marcas, señales, En su segunda acepción indica la pre-
sentación pública de una persona o de una cosa cuyo referente e imagen constituyen una totalidad.
Según Max Weber la noción de representación se vinculaba con la formas histriónicas y «estilizadas»
mediante la cual los individuos. los grupos y el poder coustruycn e imponen una imagen de sí. P.
Bourdicu incorporó una Interesante reflexión al sostener que la noción de representación que los
grupos transmiten están estrictamente ligadas a sus prácticas sociales"

Natalie Zernon Davis en la década de los ochenta se cuestionaba: "(,'Qué es la historia SOCial ?"
y en los intentos de proporcionar una respuesta sostenía que como mínimo es. además, historia
cultural. La histona sociaJ clásica mantenía estrechos vínculos con la sociología y la economía; la
nueva historia social parece mantenerlos más bien con la antropología y la literatura A través de su
respuesta evidencia una de las transformaciones decisivas operadas en la historia social y encontraba
una de sus razones básicas en Jos campos disciplinarios con los que la historia privilegia su diálogo.
Es así que N. Z. Davis nos presenta un tipo nuevo de historia social que se interesa por las formas
diversas de agrupamiento social. las redes y las interacciones y. en especial los factores culturales
que en lugar de ser analizados en forma cuantitativa o de correlaciones son ahora «leídos», «traduci-
dos». «interpretados» a través de una perspectiva analística etnológica que aborda esencialmente las
dimensiones locales. Pero como ella misma advierte. estas novedades no son -SIn embargo- tan re-
cientes y tienen noiabtcs precedentes. en primer lugar la obra de Marc Bloch entre las que destaca-
mos en pnmer lugar Los reyes taumaturgos y el Libro Segundo de La sociedad feudal titulado «Con-
diciones de VIda y atmósfera mernal». En la actualidad existe un amplio consenso en situar a la
primera obra como un ejemplo precoz de antropología histórica que será retomado por la historia de
la" mentalidades aunque sin el afán totalizante de M. Bloch".
Las últimas décadas han visto el desplazamiento de buena parte de la histonograña hacia las
investigaciones antropológicas. la atracción por el cualitativismo, la interpretación. la reintroduccrón
de la subjetividad y el individuo, de la reaJidad vivida y lo local. Sin embargo. Pcter Burke" conside-
ró que esta nueva historia es más antigua de lo que su nombre sugiere y ha estado en circulación
desde principios de siglo por lo menos en la obra de autores como J. Burckhardt y J. Huizinga.
Probablemente su rasgo más distintivo sea el intento de fusionar la sociedad y la cultura }'así rebatir
los supuestos uadícronales de la relación cultura y sociedad. El mapa de estas orientaciones es múl-
tiple y diverso: en Alemania. se expresa en la "la historta de lo cotidiano" y en Inglaterra. los
estudios históricos culturales han tenido una fuerte influencia de la tradición marxista. A través de
ella el vocablo «cultura» se incorporó al discurso historiográfico con matices marcadamente socio-
lógicos y contextuares y por tratarse de Inglaterra con un fuerte contenido empírico. En consecuen-
cia. estos estudios se centraron en el estudio de los símbolos y su relación con los conflictos sociales.
Sin duda, se destaca. la obra de E. P. Thornpson" y el Hlstory worksnop orientado por R. Samueí".
En un horizonte lejano como es la India surgió una dinámica historiografía en tomo a los llamados
"estudios subalternos':". En Italia. la expresión de las nuevas orientaciones puede verse claramente
en 13 microhistoria y especialmente en la obra de Cario Ginzburg.
En Estados Unidos, un ambiente rico y abierto a las combinaciones y experimentaciones ha per-
mitido un replanteo de la historia de las mentalités a la francesa. Influida directamente por la antro-
pología de C. Geen/ y es precisamente en Princeton que esta Inquietud fue recogida por L. Stone y
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R. Darnton ( 1979-1980) quienes se inclinaron por la antropología para acercarse a la cultura. recha-
zando los presupuestos durkheimianos de Annales. La crítica de Darnton se fundamentó en que los
estudios sobre la mentaltté no lograron dar una dimensión coherente de la cultura I~. La histona
cultural se definió como una historia antropológica.
Estas nuevas modalidades historiográficas llevan la «marcan de la antropología. de la
fenomenología de Husserl y sin embargo debemos destacar que ha) un reverdecer de posturas que
recuerdan a Dilthey en lo que respecta a su valorización de la comprensión mtuiuva y de la empana
con el propósito de enfrentar la expencncia ajena. recuperando así cienas termas de individualismo
metcdolégico". De esta manera. puede decirse que la quiebra episternolégrca de las disciplinas
humanas y sociales operada en la actualidad. estaba contenida en el origen )' en la trama misma de la
historia de estas disciplinas. Junto a ello. las perspectivas estéticas han cobrado renovado vigor yen
ellas reconocemos las huellas de Simmel y Warburg quienes a fines del Siglo pasado buscaron lo
típico en lo singular. lo sistemático cn lo fortuito. la esencia y el significado cn lo superficial y tran-
sitorio y el rechazo de las leyes y la explicación causal". En la historiografía se ha operado una
quiebra de certezas que sustentaron un modo de hacer historia seguro de su CIentificidad. inclinado a
la lógica de la explicación y reduciendo al mínimo los intentos dc comprensión e interpretación. Ese
método explicativo se caracterizó por la acumulación de conocimientos como vía para delectar y
comprobar regularidades y frecuencias seriales, La quiebra afecta a las diversas formas de
estructuralismo, al cuanutauvisrno. al marxismo. El retorno del sujeto sigruüca un restablecimiento
de Jo particular. lo privado y lo concreto.
El nudo de la cuestión es la vuelta del sujeto que implica un cambio drástico dc método: la
narración frcmc a la comprensión. significado frente a explicación. fusiona lucrano-antropológica
(cultural) frente a historia cconomico-social y la revalorización creciente de lo cualnaiivo. lo cont in-
gente> lo accidental. Metodolégicamerue implica desplazarse a través de fragmentos y no de tota-
lidades y expositivameme Significa la aceptación del discurso hrstoriogrüfrco en su calidad de relato
como señalaban de Cencau y Ricocur- '.
Este desarrollo replantea la tensión que ha recorndo durante más de un slg lo a las e icncues huma-
nas: ¡.cxplicaclón o Interpretación'?
Para analizar este problema examinamos comparativamente: las propuesta mcrodológrcas que
unhzaron Cario Grnzburg y Roben Darnion y verificaremos las mñucncias que recibieron las fuen-
tes que seleccionaron para el desarrollo de 'iU'" obras y su uulización de la perspecuva comparativa.
R. Chartier". en su respuesta a los plantees críticos dc R. Darmon a la noción rmsrna de mentalités
pone en claro la diferencia de Darnton frente a Annales:

"Comprender una cultura entonces es. sobre todo. recorrer las significaciones rcvcsudas
por las formas simbólicas que la cultura utiliza. Sólo hay un camino para hacer esto: ir
'nuera atrás y hacia adelante entre textos y contextos': comparar cada uso específico y
localizado de un símbolo u otro con el mundo de significación que le otorga significado.
Tal programa es diferente al de '" tradición de Annales, que C(H1SIStcesencialmente en un
tratamiento histórico de objetos antropológícos y que se apoya en 10 que Darnton denorru-
na una 'concepción coherente' de la cultura que lleva 13 firma de Gccnz."

La cua nos permite advertir un aspecto importante: cn cste enfoque que se orienta a comprender
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e interpretar antes que a explicar. aparecería un uso del método comparado como medio para el
desciframiento específico del significado de los símbolos. Esta posibilidad. no es especulativa sino
que es formulada por el mismo Darnton y nos permite ubicarlo en el enfoque radicalmente
Interpretativo. Dice Darnton:

"Si se compara sistemáticamente estos cuentos con sus análogos alemanes. italianos e
mgleses.Ias diferencias saltan a la vista .... He empleado el térmlnofrellchnesscomo una
boutade . una provocación y una interrogación: ¿existe una larga duración cultural? ¿Se
puede trazar sus grandes corrientes gracias al folclore comparativo? La cosa me parece
posible y no incompatible con la noción de opacidad o de alteridad. ¿No es concebible
que un cieno estilo perviva más allá de ciertos usos que lo acompañan?'?'

De lo expuesto emerge la comparación orientada a precisar y enfauzar las diferencias antes que
las semejanzas. Se partiría de elementos que ofrecen analogías aparentes y por medio de la compara-
ción se develarían las especifidades.
La comparación le permite acercarse a descifrar las opacidades y afrontar la alteridad pues supo-
ne la comparación con el universo cultural del investigador. En términos de Darnton:

"Confrontar estas contradicciones no es un asunto de definiciones ni de un simple va y


viene entre texto y contexto. Es un esfuerzo por pensar al otro. por trasladarse a un sistema
cultural en el que el sentido de las palabras y de las cosas se nos escapa conunuarnente"

El enfoque de Darmon de acuerdo a la postura de P. Benedict es "exquisitamente hcrmcnéuuco'?'.


En su opinión. las récmcas y las aproximaciones que Darnton postula como contrapuestas tienen una
"sustancial complementanedad de naturaleza" y en realidad lo que hace es retornar una dicotomía
que recorrió durante SIglos la historia de la cultura: por un lado. una que prov lene de Vico y Herder
y que tiene su exponente más alto en Dilthey: es la tradición que sostiene que la esencia de las
ciencias humanas estaría en la comprensión sirnpatérica de las formas culturales. el proceso de la
Yerstehen. El enfoque de Geertz tiene así una deuda profunda con esta tradición como con Weber.
Collingwood y Parsons. Por otro. la tradición que postula una indagación más objetiva y que se
remonta a los aritméticos políticos y pasa por Comte y que recorre la historiografía francesa contem-
poránea. Ante ello. Benedict. post ula la necesidad de ..reconocer los lími tes de ambos y su sustancial
complementanedad ..

¿Pueüe verse \;11 estas líneas la raíz de una oposición entre las formas uortcamericanas y france-
sas de la hístona cultural? En principio. parecería que sí si se piensa que la crítica de Darnton se
dirige a dos conceptos claves de la tradición francesa (representación colectiva y utillaje mental). La
insatisfacción de Darnton con las nociones de representaciones colectivas (Durkheim y Mauss) y
utillaje mental (Févbre) alude a que ven a la cultura como algo inerte no como un fenómeno activo.
Lo importante es que para Bourdieu la geneaJogía de estos conceptos en ambos países tiene los
mismos antecedentes. Por un lado Kant-Durkheim y la noción de mentalidad: por otra Kant-Cassirer-
Langer-los antropólogos norteamericanos contemporáneos. "se introduce 11110 diferencia allí donde
no la hay. Di' hecho desde el Plinto de "isla de la historia de las Ideas. la diferencia me parece
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minima o nula". Gecrtz se mueve en el ámbito de la reílexión hermenéutica. una "rico corriente de
filósofos que pone en el centro de su Interés el [enámeno de la interpretación" y que remite a
Schleiermacher. Dilthey, Heidegger, Gadamer. Ricoeur. Su programa es suscepuble de interpretarse
como un movimiento de restauración del ideario humanista de K.roeber o de Boas. A diferencia de
Lévi-Strauss. Geenz propone un conjunto politético de acutudes para encarar una antropología con-
cebidacomo acto mterpretauvo". Geenz es lo suficientemente perspicaz en relación a la tensión que
oportunamente planteamos en tomo al problema de la ¿explicación o interpretación? y lo expuso en
Blurred Genres de 1980 estos conceptos no presentan disyuntivas insuperables ni desgarramientos
CataJes.C. Reynoso sosuene al respecto que -la explicacián interpretativa es, de todos modos expli-
cación, y 110 glosografla exaltada o lmaginacíán en libertad. lo que necesua 110 es renunciar a
meuforas sino revitolizar nuestros mecanismos de comprensián y nuestra sensibilidad incorporan-
do nuevos analogías. preferentemente las de carácter estético que son más expresivas y oportunas.

Para Giovanni LeYI en "Los peligros del geertzismo"," para quien el hbro de Damton es una
"sintesu extrema de IIn CIerto modo de imaginar la antropologla de Geert:" . que traslada mecánica-
mente a la historia los problemas originados para la antropología. Según Levi en Gccnz y Darnton el
contexto de referencia se toma rígido como un fondo inmóvil. Es para él un enfoque irracionalista y
estetízame que impide formular un criterio para escoger interpretaciones válidas o no. A su vez. la
interpretación esta cerrada en sí misma y falta un criterio de validez y relevancia por lo cual la inves-
ligación no agrega nada y sólo lo confirma débilmente y de manera superflua. Sin embargo. Geertz
sostieneque en sus Investigaciones busca la explicación. interpretando expresiones sociales. que son
enigmáticas en su supcrñcic".
¿Cuálesson las fuentes de inspiración de Darnton? ¿las que descifra Lcv I? Sin duda Gccnz. En un
reportaje reahzado por Pamcia Neuel". se observa que Darnton se nutre de la mfluencia de Evans-
Pritchard. Burckhardt. Huizinga. Foucauh.
La perspectiva de Damton apunta a delinear no una "metodologia bien definida SIlla 1111 1'"1110 de
"isla"

«el método antropológico cn mi opinión es leer el código. desenterrar la gramática de un


Sistema que es otro. y de comunicarse. de traducir, Y veo el trabajo de Interpretación cul-
tural como un trabajo de traducción: el ir y venir entre yo ) el otro. Es (;O~ que pide tacto,
olfato ... irnpatía por los otros. pero que no dispone de una metodología muy precisa ..

En otras palabras propugna una leCIUrJ del quehacer humano como texto y de la acción simbóli-
ca como drama. reivindicando la capacidad expresiva de una retórica autoconsciente".
En una entrevista posterior realizada por Jeremy Adclman." Darmon no descarta que su obra sea
vista como «unaforma diJIIIIIO de mlcrohistoria», En este punto aparece una cuestión central relau-
va a los problemas metodológicos que afronta la historia cultural desde su ópuca. Darnton sostiene
que.
"13 rnicrohrstoria o la historia aruropológica han abordado el estudio del poder de una
manera más sustancial que la historia política convencional. Pero. por otro lado. creo que
el peligro reside en que hemos hecho demasiada rrucrolustona ...la gente puede preguntar-
se si la histona es sólo una coleccrón de pequeñas piezas de un mosaico que no pueden ser
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Juntadas de manera lal de ofrecer una visión de conjunto. De este modo podríamos tener
una visión macro del poder. Yo creo que podemos hacerlo. pero será un argumento difícil
de desarrollar,»

Es en este punto que podemos situar mejor las posibilidades de los usos del método comparativo
para este tipo de historia cultural. L1S perspectivas microanalíticas no le son ajenas pero existe la
firme preocupación por encontrar modos controlados de generalización que hace menos light la
imprecisión metodológica que se postula.
Para ello puede verse el propio balance que Darnton realiza del campo de los estudios del libro
devenidos en historia de la lectura ,~.Allí revisa las dos grandes perspectivas desarrolladas macro y
microanalfucas. En ella es interesante registrar la visión que ofrece de la obra de Ginzburg porque
ella revela fuerte convergencias:

«Al comparar los textos y los comentarios. Ginzburg descubrió que Menocchio había
leído una gran cantidad de relatos bíblicos, crónicas y libros de viaje del tipo de los que
existían en muchas bibliotecas patricias. Menocchio no se limitaba a recibir los mensajes
uunsrnitidos a través del orden social. Leía con beligerancia. transformando los conteni-
dos del material que tenía a su disposición en una visión del mundo radicalmente no
cristiana. Se discute SI esta visión puede remontarse. como pretende Ginzburg. a una anti-
gua tradición popular: pero Ginzburg demuestra. sin duda. la posibilidad de estudiar la
lectura como una actlvídad practicada por la gente común hace cuatro siglos.»

El pasaje es importante pues señala la convergencia de las perspectivas de Darnton y Ginzburg y


sitúa de manera evidente uno de los usos de la comparación en la historia cultural: ante Iodo es 11110
de sus técnicas básicas de trabajo para el desciframiento del stgnlficado cultural contenido en los
textos. A su vez. cómo por ese camino. se llega a otro uso: el de la ubicación de esos textos en sus
tradiciones culturales. Las crrucas que Darnton menciona como recibidas por Ginzburg no son -en
este sentido- muy diferentes de las que recibió su Gran Motan:o ele galos. Darnton compara las
experiencias de los dos lectores estudiados -Menocchio por Ginzburg y Ranson por Darnton- y pro-
pone una hipótesis acerca del lugar de la lectura en el sentido de la vida en la Edad Moderna. Pero
advierte que antes de «saltar a las conclusiones, necesitamos revisar más archivos, comparar los
irformes de las experienctas de los lectores con las retaciones de lecturas que aparecen en sus libros
y. ruando sea posible. con su conducta». Nuevamente. entonces. aparece la comparación como
recurso metodológico asociado directa e intensamente en esta perspectiva interpretativa a la crítica
textual.
Es importante pues reconocer que la comparación aparezca tan asociada a dos perspectivas
historíográñcas arni-cuantitivistas: la hermenéutica de Damton y la rnichohistoria de Ginzburg. Y.
justamente, una de las críticas de Darnton a las perspectivas macroanalíticas y cuantitativistas de la
historia de la lectura se encuentra la necesidad de afinar sus categorías de clasifícacién y que «sus
logros serian aún más impresionantes si tncrementaran sus esfuerzos por establecer comparaciones
entre 1111 país)' otro. pues «Las comparaciones estadísticas proporcionan también ayudas para
trazar el mapa de las corrientes culturales ....Entonces. podemos decir. que la perspectiva de historia
cultural de Darnton no rechaza por completo los métodos cuantitativos sino que los usa en función
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de rastrear las pistas que le interesan. Lo importante. yen cierto sentido paradójico. es que la pers-
pectiva que aparece como menos rigurosa metodológicamente reconozca un uso más posiuvo de la
comparación que la hrstona sociocultural más dura.
En relación a Ginzburg en 1979 publicó junto a Cario Poni un artículo metodológico en el que
intentan situar la mícrornsroria en relación al conjunto de la histonogruffa". Este desafío de los
historiadores uahanos encuentra en la antropología los cuadros de referencia pero. al mismo tiempo
reconocen que la convergencia no es sencilla. ante todo. por la diversidad de la documentación y que
se manifiesta en una fragmentación de la disciplina y que trae como consecuencia el riesgo de «per-
der la complejtdad de relaciones que ligan un individuo o lino sociedad .. El método que se postula
se inspira y asimila al de la antropología al circunscribir el ámbito de la Investigación y superponer
lasseries documentales en el tiempo y en el espacio «de mollera que nos permita encontrar al mismo
mdividuo o grupos de mdtviduos en contextos sociales diferentes". El hilo de Ariadna que guía al
investigador es el nombre rechazando así como instrumento significativo el estadísuco y es de esta
forma que emerge la clave de la obra de Ginzburg "Los cosos marginales palien en discusián el
vieio paradigma funcionan como pruebas o indicios de una realidad escondida «, El análisis
microhistórico permite una" reconstrucción de lo rindo" y «se propone tuve stigar las estructuras
invisibles en CII)'O interior se articulo lo vivido». Esta metodología Jleva Implícito el método lingüís-
rico que se expresa en la relación entre lengua y palabra formulado por Saussure. En ese «molde»
convergen las nociones que había lomado de la perspectiva estética de Warburg y se lamenta el lugar
que por entonces ocupa la historia comparada.

«En ningún caso la microhistoria podrá lirnuarse a venficar, en la escala correspondiente.


reglas macrohistéricas (o macro-antropológicas). elaboradas en otra parte. Una de las pri-
meras expencncias del estudioso de rnicrohistoria es. de hecho. la escasa y a veces nula
relevancia de las divisiones (empezando por las cronológicas) elaboradas a escala macro-
histórica, En este scnudo. se puede Observar que la historia comparada. impopular en
Italia por motivos conocidos. incluso Francra. a pesar de todo está en sus comienzos»."

Es sugestivo que al escribir Historia nocturna. se planteara el problema de que los mitos y obras
pictóricas tienen en común por un lado. el hecho de haber nacido y sido uunsmiudos en contextos
culturales y SOCialesespecíficos y. por el otro. sus dimensiones formales. Ello permitiría realizar una
indagación a través del contexto y a partir del análisis formal. Los mitos y ritos esbozaban un contex-
to simbólico en los que se insertaban los elementos folklóricos en el estereotipo del aquelarre. La
justificación teórica se fundamentaba en las reflexiones de Wittgenstein sobre la obra de Frazer Lo
rama dorado: «La explicación histórica. la explicación como hipotésis de desarrollo es sólo un modo
de recoger los datos. su sinopsis. Es igualmente posible ver los datos en su relación recíproca y
recogerlos en una imagen general que no tenga la forma de un desarrollo cronológrco». Esta «repre-
sentación perspicua». «mediatiza la comprensión. que consiste cabalmente en ver las conexiones»,
es así que cobra magnitud la necesidad de hallar eslabones Intermedios. Sin embargo. este enfoque
tenía el peligro de sustraer el ámbito temporal por lo cU31a invcstigacron morfológica no puede
sustituir la rcconstruccién histórica pero si se puede acudir a cIJo cuando hay lagunas de documenta-
ción> utilizarla como una sonda para catar estratos profundos y es en esta dirección que se relaciona
con la metáfora de interpolación de curvas de M. Bloch. Lévi-Strauss. en su obra Lo crudo \ lo
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cocido. invierte la tesis de Wittgenstein: en histona la relación formal puede ser concebida como
genéuca, formulada de modo disunto.

7(Era preciso intentar. por medio de la comparación. traducir en términos históricos la


dístribución de los datos. presentados hasta el momento sobre la base de afinidades inter-
nas, formales. Así pues. habría sido la morfología. aunque acrónica la que fundamentara ...Ia
diacronfa»

Para Ginzburg el desciframiento de los muos y ritos requiere seguir el camino trazado para el
ámbuo lingürsuco por E. Bcnveniste quien proponía combinar comparacion y análisis diacrónico
para que emerja un significado donde sólo había una designación. De esta manera la dimensión
temporal se conviene en cxplicauva y gracias a la comparación retrospectiva se accede al significado
primario es decir el más antiguo a1canzable. En el libro de Ginzburg el núcleo primario está consti-
luido por el viaje del vivo al mundo de los muertos. El autor manifiesta explícitamente que se mueve
en una perspectiva al mismo tiempo diacrónica y comparada y como acaba de verse apela al método
retrospectivo: la influencia de Marc Bloch no puede ser más evidente.
La Historia nocturna de Ginzburg nos pone frente a frente con una de las posibilidades del méto-
do comparativo y su utilización en historia cultural. Esto es. frente al desc.Iramiento de mecanismos
y procesos históricamente producidos de contacto, difusión y/o reclaboración cultural que resultan
opacos u oscuros a la observación empírica y, con ello. al dcscríramieruo histórico de su significado.
La relación entre continuidades y permanencias. por un lado. y significado tnstórico cultural en
contextos específicos es en este sentido crítica y constituye uno de los nudos más problemáticos del
método comparanvo. Este puede caer rendido ante dos tentaciones": dc un lado. una perspectiva
evolucionista; de otro. una perspectiva esencialista que rescate una supuesta universalidad humana
básica e inmutable.
En este punto conviene volver a las conclusiones de Darnton en La gran matanza de gatos . y
retener dos de sus reflexiones. Por un lado. las preocupaciones metodológicas sobre las que no en-
cuentra soluciones plenamente satisfactonas: ...mi fracaso ('1/ resol, el el problemas de las pruebas )'
el problema de la representatividad» 10 inclina a una posible solución «buscar las portes oscuras de
los textos ". Se presenta así una fuerte analogía con los indicios de Ginzburg: estos son igualmente
fragmentarios oscuros. opacos. profundos ....La clave para Darruon parece residir en una premisa que
como el mismo adviene no llega a ser una metodología y Sin embargo tiene sus ventajas: «trabajar
una y otra \'e: COII los textos y los contextos». En tales condiciones Darnton sostiene que no está de
acuerdo con las palabras definitivas pero es significativo que postule que si las hubiera ellas serían
las de Marc Bloch ... El historiador debe confiar en su Instinto y su olfato como el ogro de la leyenda
tras la carne humana. Encontramos así en ambos autores las mismas metáforas (01 historiador como
cazador, la historia como viaje) y la misma fuente de inspiración central: Marc Bloch.
Lo notable es observar que el término representación que tiene una larga historia que se vincula
estrechamentc al universo estético ya las prácticas sociales haya sido incorporado por historiadores
de la talla de R. Charucr, Cario Ginzburg. R. Damton en sus obras con el mstrumcrual metodológico
de la comparación. Se retomó así la experiencia irucial francesa de la escuela de Annales cuyo expo-
nente más destacado en este aspecto fue Marc Bloch. Es a.'ií que tanto Ginzburg como Darnton han
seleccionado y analizado fenómenos aparentemente residuales y es posrble observar que han reco-
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nido un cammo común que conduce a la búsqueda de las '<marcas..... huellas .._«señales .. que evo-
can el mundo de las rcprcscnraooncs mentales de las sociedades analizadas pero que al mismo
tiempo les permitió vincularlo con las formas de exhibición del poder social o político. Con esto
queremosseñalar que estas nociones y la metodología empleada llenen una antigua dala y que hoy
se actualizan de manera renovada en contextos diferentes dando lugar a un mayor enriquecimiento
de lo que fue la noción de mcntahdad ya una mejor comprensión de este uernpo largo cultural en el
quepuedeobservarse la conformación. la transformacrón y la larga VIda de las estructuras mentales
deuna soctcdad específica .•

Notas
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acerca del culturahsmo
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~~ eHAKTIf-R. R "Texto. vuuholo- ~ F'CII.Jlllt·_I\ 1..'0' hl~tunn), de la anlrl'pí,I"I·I" ,"110011<..1en 1I0LRC,\DI:.. t...
0,

C,OOOy (; y HOT,\II..\.II t»: \ r",:II"I,,~ di' 11110 htuorur (/n'fiIf'0lól!uo.)\, '\'. BIt>II',. I\)Cl5.rp. ~5,~9
!~. DAR:'\10':\, K. La eran nuuun:a (le flO("1 I otros episodio: {'II la JIISlolIU di' la 1IIIIIIru trunrcsu, fCr:. ~1e\I(;".
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- 33 -
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noviembre de 1990.•

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