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Despejado este punto algo tedioso pero grávido de importantes consecuen-

COMENTARIO
cias, podemos proceder a examinar las vías mismas sin adelantar por el mo-
mento una interpretación del uso de la metáfora vial ni asignarle un sentido más
preciso al término parmenídeo correspondiente a "pensar" (noesai).
Cada una de las vías, que en lo sucesivo llamaré Vía A y Vía B, respectiva-
1\\ nte, es caracterizada mediante la conjunción de dos aserciones. El primer
.uiembro de la conjunción en el caso de la VíaA, formulado en discurso directo,
, la simple afirmación.

(A') "es"

B2.1-8
¡'¡I el caso de la segunda vía es la negación de (A'):
La diosa inicia su revelación exhortando a Parménides a que ponga atención al
(B ') "no es"
relato (mythos) que va a escuchar ya que después lo preserve y 10 lleve consigo
(komisai), probablemente para difundido, algo que Parménides de hecho hizo.
La diosa promete en seguida decide cuáles son lá's únicas (mounai) dos vías 1I segundo miembro de cada una de las conjunciones consiste en una aserción
1IIIIIIal en que se expresa la imposibilidad de la negación del primer miembro
que son pensables, que pueden ser pensadas, que son en principio concebibles.
La construcción griega que arroja aquí el sentido potencial implícito en las
palabras "pensables", "concebibles" es más o menos peculiar a la lengua grie- (A") "no es posible que no sea",
ga y conviene detenerse para examinarla en un verso sobre cuyo sentido hay (B") "no es posible que sea".
acuerdo generalizado, a fin de tener un criterio firme para identificarla cuan-
1 11 el texto (B") no aparece literalmente, pero es obvio que equivale lógicamen-
do reaparezca en versos que han sido objeto de acaloradas controversias, tales
l. (lo que tenemos en griego ("es necesario que no sea"). Conviene observar
como B2.3 y 5; B3; B6.1.
1.11 1\lIS que tanto (A") como (B") se pueden entender, en un sentido lato, como
En el original tenemos aquí un sujeto (que corresponde a "las únicas vías")
~ una forma finita del verbo "ser" ("son") + un infinitivo sin el artículo ("pen- 1111 uucs de la construcción con infinitivo final:
sar"), es decir, una frase que literalmente equivaldría a "las únicas vías que
son pensar". Dejando de lado por irrelevantes las complicaciones derivadas del (A") = "no es para no ser"
hecho de que hay aquí una subordinación ("te diré cuáles son las únicas vías (B") = "es necesariamente para no ser"
que ... etc."), hay dos cosas que llaman la atención: el que aparezca un infinitivo = "no es para ser".
dependiendo del verbo "ser" y el que dicho infinitivo vaya en voz activa. Am-
11, I 1 Vía A se dice en seguida que es la senda de la persuasión (una noción que
bos fenómenos son perfectamente normales en gramática griega. El infinitivo
debe ser tomado ~omo un infinitivo final, siendo vagamente análogo a un dati- I ¡\ V( v. debe entenderse como personificada, como la Persuasión) porque es una
vo. "Son pensar" debe entenderse en consecuencia en el sentido de "son para donde se encuentra la verdad, es decir donde la fuerza de la verdad conduce
1.(

pensar". Esto no significa que las vías piensen. Lo que ocurre -y esto también IIhr ' él .eptación de lo que uno encuentra al transitada. La Vía B es descrita
( 11
'1 , uuhio como un sendero donde no hay absolutamente nada que indagar
ha sido observado por los compiladores de gramáticas griegas- es que en griego
se acostumbra usar en estos casos la voz activa porque se tiende a suponer un ( 'JlIIIII/llf)('lIlhea), una afirmación que se justifica en los versos B2.7-8: lo que
sujeto. "Son para pensar" tiene un sentido equivalente a "son para que ulgui n '1" I vulc ti x.ir, uqu 110de lo cual son "verdaderas aserciones" (B ') y (B"), no
I

las piense". En castellano diríamos simplemente "SOJlP(·JlNllhles". 1"11di' (', ni l'(lIl0cido ni mostrado, por razones que aducirá el fragmento B3.

IH
Hasta aquí me he limitado a una paráfrasis relativamente estricta del texto ( 1) Una segunda posibilidad consiste en postular que (A) y (B) tienen sujetos
pero. es claro que para entender este fragmento debemos despejar al menos diferentes. El sujeto de (A') y (A") sería "lo que es" y el de (B') y (B") "lo que
dos Importantes incógnitas: (a) ¿Cuál es el sujeto (o los sujetos) de las cuatro 1111 es", es decir, estaríamos ante aserciones estrictamente tautológicas. No me

afirmaciones (A') y (A"), (B') Y (B")? Y (b) ¿En qué sentido se está empleando "lIrcce que ésta sea una solución aceptable pues, en primer lugar, es significa-
aquí el verbo "ser"? t vo que Parménides a todo lo largo de los fragmentos evite cuidadosamente
111 tautologías (hay un aparente contraejemplo en B6. 1, pero mostraré que no
(a) El. sujeto. En .primer lugar debemos excluir la posibilidad de que no haya I trata allí sino de un error de traducción). En segundo lugar, tendríamos que
un sujeto gramatical, de que se trate de usos impersonales del verbo "ser". 111110 esta interpretación tanto (A') como (B') serían necesaria y simultánea-
En rigor, no existen, ni en griego ni en castellano, usos impersonales del ver- uu-nte verdaderas e~ circunstancias de que el texto, con su oposición tajan-
I bo "ser". Si decimos "hace frío" -una típica expresión impersonal- no cabe fI de afirmación y negación y la posterior conminación a elegir entre ambas
I1
preguntar ".¿quién (o qué) hace frío?", si en cambio decimos "es" la pregunta (1IK.15-16), parece sugerir que estamos ante uná disyunción excluyente: ambas
correspondiente es perfectamente natural ("¿Qué es?", "¿Quién es?"). Esto vale 1I unaciones no pueden ser verdaderas a la vez. Por último, si lo correcto fuese

también para el texto parmenídeo como puede verse claramente al observar que uplir dos sujetos diferentes ("lo que es", "lo que no es") no se explica el que
tanto la expresión "lo que no es" de B2.7 como la expresión "lo que es" de B8 1111 'parezcan explícitamente: se trataría de una revelación innecesariamente
=': indican ~ue Par~énides cuenta con un sujeto posible para el verbo y su lll1p .netrable por parte de una diosa que podría haberlos mencionado. Si no los
1111 11 .iona, debemos suponer que el contexto permite suplirlos.
negacron. No quiero decir con esto que estas dos expresiones sean de hecho los
sujetos que haya que suponer en B2.3 y 5. 1)escartada la posibilidad de suplir uno o dos sujetos a partir de las formas
Para decidir la cuestión planteada conviene fijar con antelación las condicio- 1 dudes de "ser", queda entonces por explorar la posibilidad de que el o los
nes que debe satisfacer una respuesta correcta a la pregunta por el o los sujetos 11 1 los nada tengan que ver con su o sus predicados.

de (A') - (B"), suponiendo por otra parte que (A') y (A"), es decir (A), tendrán el
mismo sujeto y que lo mismo vale para (B ') Y (B"), es decir (B). Ahora bien en 1111!,tI posibilidad que se abre ahora es que el sujeto tácito denote un objeto de-
m.i opinión, la ~espuesta satisfactoria debe (1) explicar por qué no aparece ex~lí- , 1 11 ¡¡liado, por ejemplo, lafysis o naturaleza. Pero como el contexto no permite

cItame~t~ el sujeto y debe además (2) dejar abierta la posibilidad de que las cuatro Ilpllrlo, esta salida debe ser también descartada por no satisfacer la condición
P~OposlclOnes sean verdaderas. La razón para dictaminar esto último es que la 1I 110 explica por qué no se lo menciona.

diosa somete a consideración lo que ocurriría si (B ') -y presumiblemente (B")-


fues~ verdadera: habría un uso posible para la expresión "lo que no es" y esto es I I 1,11 solución correcta, en mi opinión, es la que consiste en suplir un sujeto
precIsam~nte lo que se ca:acteriza en B2. 7-8 como incognoscible e inindagable. 1'11111 (1\) Y(B) a partir del contexto, más precisamente, a partir de B2.2. A estas
Examinernos ahora diferentes posibilidades de respuesta: .1111111/01 del poema se están estableciendo los parámetros fundamentales para
111111 lndugación racional (dizesis. B2.2) de cualquier objeto. Frente a cualquier

(i) ~ay quienes han sugerido que el sujeto tácito en los versos B2.3 y 5, es 11111111) de indagación hay que tomar una decisión inicial, la decisión de soste-

decir tanto para l~ Vía A como para la Vía B, tiene que ser lo que más adelante 11I1 l/lit' 's o que no es (cf. B8.16). Si no es -algo que en principio debería ser
(B8) será llamado "lo que es" (o "lo ente" o :el ente", Ge~. Esta solución 1" 1III'IIIIncnte posible- no habrá ulterior indagación. El sujeto gramatical no
fracasa frente a la c~ndición (2), pues cierra en principio la posibilidad de que '1'"1t (,t' .xprcsamente, pues la elipsis sirve a menudo en griego para expresar

(B') sea verdadera. Esta sería lisa y llanamente una contradicción o a1innaci6n 111 I ti irlnd, s decir, funciona como lo que hoy llamaríamos una variable cuyo

necesariamente falsa que impediría asignarle un rol preciso a la expr si6n "lo 1IIIIillllo~'NI¡í d terminado por el contexto. A diferencia de otros presocráticos
que ~o es", porque esta expresión, construida a partir el l predicado, d 'lIolmfll tlll 1 111'''-/1 n tnrdias in res a investigar la constitución del sol, la luna, las
lo ml.sm? ~ue la expresión "lo que es". Tarnpo o cnhr u l'oll/olid'/'11)', ni Niqllip"1l 111 111 1I 111 cnusu d la lluvia o de los eclipses, Parrnénides es impelido a

n prm npio, '61110 s rclacionn lo (jlll' no l'/oIcon (·1('II/IClI111111110 Iunuuuu, 11 ," «mu 111m' 1'11plinto el' purtidu y II disc 'mil' .rfticarncnt una condición

11
básica que debe satisfacer toda investigación: ésta debe optar radicalmente en- I.~garla cópula .c,omo sign~ de la predicación puede representar la fuerza gené-
tre suponer que el objeto sometido a consideración es o que no es. Pero ¿qué se 1tea d.e la aserción, es decir, la aseveración de que la afirmación es verdadera.
quiere decir con esto? en gnego la forma verbal puede ser puesta en este caso antes de la oración total
que ahora funciona como un sujeto, omitiendo por lo general la cópula de pri-
(b) El verbo "ser" en griego (einai, emmenai, pelenai). Como indiqué en el l~lero segundo ,tipo. El ejemplo en castellano que más se le asemeja es: "es (el '
prólogo, el verbo einai, y sus variantes, ha sido cuidadosamente estudiado en aso de qu~) Socrates (es) un ateniense". Este uso (el primer "es" del ejemplo)
la última década, obteniéndose así una mejor comprensión de su sintaxis y de S l1~mado hoy el uso veritativo, pues equivale a expresar que 10 dicho en la
sus valores semánticos. No es éste el lugar para hacer una exposición extensa oración subordinada ("Sócrates es un ateniense") es verdadero. Sintácticamente
de esos resultados. Me limitaré a discutir sólo aquellos aspectos del tema que 'orre.sponde a una predicación de segundo orden, pues su sujeto no es un térmi-
tienen una relevancia directa para el problema de decidir en qué sentido está 110(singular o genérico), sino una oración completa.
siendo usado este verbo en el fragmento B2 y en otros pasajes parmenídeos. . ~ste último ~so nos permite hacer la transición a los usos existenciales de
Una peculiaridad de einai, que las lenguas romances han perdido casi total- rtnai pues, en CIerto modo, representa ya el matiz existencial al permitir ex-
mente, es que en sus formas finitas puede ser usado no sólo como cópula ("SÓ- pr~sar que un hecho, p. ej., el hecho de que Sócrates sea un ateniense, se da
crates es un ateniense"), sino también como predicado existencial ("Sócrates l xrste. '
es" = "Sócrates existe"). Como lo pone de manifiesto el ejemplo, el uso de ser , ~l primer uso existencial que cabe considerar es entonces aquel en que
en sentido existencial es sumamente artificial en castellano, pues tenemos otros ruuu se emplea para comunicar la existencia de hechos. Muy cercano a este
verbos que han asumido la tarea de expresar esa idea ("existir", "haber"). 11,() es la afirmación de la existencia de un acontecimiento ("fue [hubo]
1 "f un gran
La cópula, por otra parte, representa un tipo genérico que subsume cuatro I umor .' e .. Odisea 11.605). Tanto los hechos como los acontecimientos tienen
usos diferentes que se relacionan entre sí en forma compleja. En primer lugar I1 p cuhandad de que su forma primaria de expresión es la proposición. "Hubo
está la simple subsunción de un objeto bajo un predicado ("Sócrates es un ate- 1:11rran clamor" deri.va, en el pasaje de la Odisea, de "los muertos clamaron".
niense"), donde la cópula -que puede ir tácita en griego- señala que el sujeto 1pasamos en cambio al uso existencial en conexión con expresiones incorn-
pertenece al. conjunto de cosas que poseen la propiedad expresada por el predi- pll'las, vale decir, con términos, tenemos otros dos tipos de uso. Si el término
cado. En segundo lugar está la subordinación de un sujeto bajo un predicado I '~n.érico estamos ante un uso existencial de segundo orden. Con esta última
("un ateniense es un griego"), un caso cuya similitud sintáctica con el caso 1111 'lsI~n se quiere indicar que la existencia no es aquí un predicado de indivi-
anterior lleva a menudo a confundirlos, pero en este caso no hay un sujeto ex- dIlOS,s~no un predicado de predicados. De un predicado dado se dice que está
tralingüístico que corresponda al sujeto gramatical. Lo que el ejemplo dice es 11IlInclad~, que es verdadero al menos de un individuo. "Hay cisnes negros"
que el conjunto de los atenienses es un subconjunto de los griegos, es decir que t I ti un ejemplo de este uso, teniendo presente que en griego aparecería el
si x es un ateniense, entonces será un griego, sin que esto se afirme de ningún 1rbo "ser" e~ lugar del verbo "haber". Pero también es posible atribuirle (o
individuo determinado. Las relaciones lógicas entre las denotaciones de "SÓ- 111 "~I.rle)la ~xlsten.cia a un i~di~idu~ determinado en cuyo caso el sujeto de la
crates" y "ateniense" por una parte, y de "ateniense y gríego" por otra, son muy '1IIItIÓ.11 sera, por Cierto, un término singular, Si es posible decir "Sócrates ya no
diferentes. En tercer lugar la cópula se puede emplear para expresar la identidad I (existe)", es también posible atribuirle la existencia mientras está vivo. Este
("Sócrates es el marido de Jantipa"). Este uso tiene la peculiaridad sintáctica 111I . S un uso existencial de primer orden, pues la existencia es en este caso un
de requerir dos términos singulares con la cópula, entendiendo por "término 1'11di .udo de individuos y no de predicados.
singular" una expresión que uno puede usar para referirse a un individuo. A este A .xtas distinciones semánticas hay que agregar una observación sin táctica.
tipo de término se oponen los términos genéricos que son los que sirven para 1'1" lo • '11'ral los usos existenciales son usos absolutos. El verbo aparece sin
caracterizar uno o más individuos previamente r f ridos, Nót s qu los dos I 1"I~plt'llI»uos, p. ej., "hay (= son) dioses". Hoy, empero, se divisa con mayor
primeros usos de la 9ópula rcqu rían las 'OlllhillHriOIH' ti 111Ii110sin '111111' ttl'llli- , IHI ulld qll . cn 1pasado que hay instancias de uso copulativo que son sintácti-
no re 11irico, t(-l'I11ino1'c.'1I'rÍt'o t(-l'Il1illOPl'l\l'l h o 1 1" t t '111\1'1111',
11111111110 '"1111'1111'IIhsolllllls d -hido 11 una 'Iipsis del pr 'di .ado. liando n cast llano
queremos decir que Sócrates tiene una serie de atributos o que en general posee Además de rechazar la sugerencia de que las formas de "ser" representan
atributos, decimos "Sócrates es esto o aquello". En griego la locución equivalen- III'!matrices de la predicación (trátese de subsunción, subordinación u ~tros
te sería "Sócrates es", en el entendido de que hay un espacio sintáctico vacío 11,11',), resulta tentador el tratar de discernir en su lugar el uso veritativo, pues

después de "es". La conclusión -algo alarmante- de esta constatación es que 1I permite eludir el escollo que resultó fatal para esa posición. Si el uso es
aquello que parecía ser un indicio claro para determinar si en un caso deter- 1llllIlivo, la negación "no es" no representará las proposiciones negativas (de
minado estamos ante un uso existencial o copulativo, como en el caso de la Inl l'lildes muchas pueden ser verdaderas), sino lisa y llanamente las proposicio-

afirmación "es" en Parménides, se desvanece. lulsas. Bajo esta interpretación, la Vía B se opondría claramente a la vía de
No debe extrañamos, entonces, que exista una amplia variedad de opiniones li' \ "!'dad, pues enunciaría hechos inexistentes o acontecimientos no acaecidos.
mutuamente excluyentes acerca del uso de einai en Parménides. Este estado de, I 111111 éstos los que no pueden ser objeto de indagación, algo mucho más plau-

cosas no debe llevamos, sin embargo, a un escepticismo prematuro. Es posible, lid" que la exclusión de las oraciones negativas.
a mi juicio, argumentar en favor de una respuesta correcta debido en gran parte, unque esta interpretación tiene esa innegable ventaja sobre la anterior,
como lo he sugerido, a los progresos obtenidos en la caracterización de einai. jljl'dllen pie la dificultad de que supone al auditor capaz de imaginar no ya una
Podemos descartar de partida la sugerencia de que estamos ante el "es" de la lil'~is de uno o más términos, sino de una proposición completa después de
identidad. No encontramos ningún indicio en el fragmento B2 de dos términos 1" rxpresión "es". Puesto que ni siquiera en Aristóteles encontramos algo así
que ligados por el verbo "ser" aparezcan por ende denotando un mismo objeto. '111111 variables proposicionales -que sería la forma más adecuada de señalar
Por el contrario, aquello de lo cual es verdadera la afirmación "es" resultará ser 111111 olipsis de este tipo- me parece muy improbable y anacrónico el que Par-
diferente de todo objeto con el cual estemos familiarizados. Se podría sostener, Hllllldes haya podido tener esa posibilidad in mente. A esto habría que agregar
quizás, que se trata de una identidad analítica y de que por tanto no cabe esperar ,1111 urgumento adverso. El fragmento B8, como veremos, hace una serie de
dos términos diferentes, pero tampoco encontramos indicios en el texto de afir- I1 11 1uiciones que difícilmente podrían aplicarse a lo que genéricamente podría-
maciones con la forma lógica "a = a". Además, esto es válido para cualquier cosa IIIII'!llamar lo verdadero o lo falso. Se dice allí que no se genera ni se corrompe
y por ende difícilmente podrá caracterizar a una posición filosófica determinada. i IIH \), que no es más denso en un punto que en otro (B8.44-45), que no cambia
¿Representan tal vez el "es" y el "no es" de B2 la subsunción o la subordi- d, hlgar o de color (B8.141). Todas estas son propiedades que sólo tiene sentido
nación? Dado que estas formas verbales no van flanqueadas por términos que 1!,llillrle o negarle a una cosa que tenga el estatus de un objeto singular, a un
pudiésemos clasificar como términos singulares o generales, 'resulta imposible 111111'10 que en principio podría poseerlas.
,.
hacer una distinción entre estos dos tipos de uso predicativo dentro del'fragmen- I(si o nos lleva por último a los usos existenciales y entre ellos al uso exis-
to. Cabría suponer más bien que "es" y "no es" representan algo así' como la !I 11II¡¡I de prime! orden. En efecto, las propiedades deducidas en B8 son todas
matriz de toda proposición afirmativa o negativa, lo cual a su vez obliga a su- J'IIIJlltldadesno de un concepto atribuible a uno o más individuos, sino, como se
poner que el auditor del poema tendría que imaginar espacios sintácticós vacíos 1'111, Nonatributos de un sujeto singular de la afirmación "es". En consecuencia,
en t amo a Ias f armas ver b a 1es d"e ser " (" ... es ... " , " ... no es... ") ,a 1go que diin-
ff 111111111 ineludible la conclusión de que la única interpretación adecuada del ver-

cilmente podría esperarse del público que escuchó estos versos por vez primera 1" I 'xcr" en B2 es la que lo entiende en el sentido en que este verbo se emplea
en el siglo v a.e. Pero incluso haciendo caso omiso de esta dificultad, está el jilllll hublar de la existencia de individuos.
problema de que la Vía B representaría la matriz de toda proposición negativa. 1(1 tenor general del fragmento es entonces que hay dos y sólo dos vías para

, La totalidad de las proposiciones negativas serían entonces las. que constitui- 1,1 tuvcsiigación de cualquier objeto: una toma como punto de partida el hecho de
rían la vía inindagable, la vía opuesta a la verdad. Es obvio, sin embargo, que !fll!' ,·S\.:objeto existe, la otra que no existe. Esta segunda manera de iniciar la in-

muchas proposiciones negativas son verdaderas y que pueden jugar un papel iI,,¡¡¡¡rión es improcedente. ¿Por qué? Lo veremos al examinar el fragmento B3.
positivo en una investigación filosófica. Parrnénidcs mismo no vacila en hacer
abundante uso de tales proposiciones (el'. entre olros puslljes B2.7-H; A4.2; B7.
1; E8.5, f 3- f 4, zo, 22-21\, )6,46.47).

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