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REVISTA LITERARIA ANUKET – CONVOCATORIA 2019 – EDICIÓN FEBRERO/2020

TEMARIO

3/ LA DIRECTORA DE ORQUESTA
Octavi Franch (España)
7/ LA PSICÓLOGA
MOTIVADORA
Juan Pablo Goñi Capurro (Argentina)
10/ ASQUEROSO
Garaudy R. Ordoñez Huaringa (Perú)
12/ HABITACIÓN 29
Sebastián Meresman (Argentina)
15/ GEOGRAFÍA DEL AMOR
Galvarino Orellana (Suecia)
18/ EL ÁNGEL DE MIS DESEOS
Rodolfo Macías Cosio (México)
19/ ¿A DÓNDE SE FUE

R
DICIEMBRE?
evista Literaria ANUKET es una
Zara Leone (México)
publicación periódica perteneciente a
21/ CAPRICHOS DEL AMOR
la Editorial ANUKET, con sede en la
Y LA MUERTE
República Argentina, y de alcance
Karina Piriz (Argentina)
internacional a través de plataformas
24/ VIRGEN VELO
digitales.
Y CASTIDAD IMPURA
Sus objetivos abarcan: la
Fernanda Gaviglio Orozco (Argentina)
identificación de nuevos talentos
25/ BRAVO
literarios, el asesoramiento a
Samuel Carvajal Rangel (México)
escritores, y la difusión de obras
28/ LAS DUDAS DE ROSAURA
inscriptas en los universos eróticos y
Iván Santamaría Pampliega (España)
LGTB, sin ánimo de lucro.
31/ CONFESIONES
DE ALMOHADA
AVISO LEGAL. Los textos son Yohana Anaya Ruiz (España)
de propiedad exclusiva de los autores, 33/ OJOS CASTAÑOS
que conservan todos los derechos
Mayerlys Redondo (Colombia)
literarios; y que estando de acuerdo a
36/ LLUVIA
las bases de la convocatoria 2019, Gabriel Rouco (Argentina)
han aceptado difundirlos a través de
37/ ENZA Y ALEXANDRINA
la presente revista. Sin embargo, los Juan Manuel Labarthe (México)
derechos sobre el conjunto de la
40/ CONCIERTO PARA
Revista Literaria ANUKET, su logo y
TRES DEDOS
su formato pertenecen a la Editorial
Mario López Espinosa (México)
ANUKET. Queda terminantemente
42/ EL JARDIN DE
prohibida la venta o manipulación de
DOÑA MARINA
ésta revista literaria; salvo que se la
Gonzalo Ríos (Chile)
copie, preste o comparta de manera
46/ LOS MUNDOS DE CHLOE
íntegra, sin alterar su contenido.
Inmaculada Linares Sillero (España)
49/ AMOR SIN GÉNERO
CONTACTO Maira Luna (Argentina)
editorialanuket@gmail.com 52/ MATILDE Y QUINTERO
Cesar Augusto Montilla Jelambi
(Venezuela)

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La
directora
de
orquesta
por Octavi Franch

V
irginia Folla pudo
ver, por fin, cómo el
trabajo pesado de
los últimos años daba sus
frutos: se había convertido en la al principio, afinaba los instrumentos
primera mujer que dirigía la Orquesta de sus alumnos, sin importarle ni la
Sinfónica del Liceo. medida, ni el color, ni la forma. Así,
Respecto a los instrumentos una vez que el instrumento en
elegidos para conseguir el título de cuestión estaba en condiciones de
directora, habían sido el órgano -de interpretar la primera lección,
cuerda-, la flauta travesera –metal- y Virginia Folla se desnudaba, todo
el triángulo –percusión-; durante más armonía. Invitaba seguidamente a sus
de diez años se había dedicado, con alumnos, mayoritariamente hombres,
pasión desmesurada, a improvisar a imitarla. Se justificaba explicando
vías alternativas de afinación para que aquella era la única manera de
perfeccionar su arte, tanto con las que la música se introdujera por el
manos como con la boca. conducto correcto en sus cuerpos y,
Para poderse pagar los estudios así, llenarse totalmente del placer en
en el Conservatorio, daba clases mayúsculas de una melodía bien
particulares en su céntrico interpretada. Después del primer día
apartamento, concretamente situado de clase, los estudiantes le
en el Barrio Chino. En su pobre pisito, imploraban que les dejase volver

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antes de la fecha prevista para una La noche que la declararon


segunda lección. Pero ella siempre se ganadora, el jurado se reunió un fin
negaba y les mandaba ejercicios para de semana entero en el Hotel Arts.
practicar en casa, solos y en la más Allí, los candidatos y las candidatas
estricta intimidad, con el fin de no tenían que demostrar quién era el más
perder el ritmo del curso. Por su parte, cualificado o cualificada para
los discípulos siempre volvían con los desarrollar esa tarea de tanta
deberes hechos y deseosos de recibir importancia dentro del panorama
una nueva demostración de la musical actual. Con mucha
experiencia de su maestra. diferencia, Virginia Folla fue la mejor
Incluso, tenía alguna alumna; le y además en todos los aspectos: sopló
hacían cierta gracia los duetos la flauta con aquel giro de lengua que
femeninos. tanto y tanto satisfizo a los grandes
Virginia Folla era así: no tenía maestros presentes, acarició los
nunca un no para nadie: sus manos y mayores, los menores y los sostenidos
su boca siempre estaban en encima del piano, y se tocó el
disposición del que lo necesitara. triángulo ante todo el mundo sin
En cambio, cuando estaba triste pudor ninguno. La votación fue
porque alguno de sus alumnos no unánime: inmejorable.
aprendía tan rápido como ella Y por fin, llegó la noche de su
deseaba, se quitaba de encima la estreno en el Liceo. Al concierto
angustia de su intérprete interno con acudiría lo mejor de lo mejor de la
un solo dedo, una serie de solos. Eso ciudad: miembros de la aristocracia,
la transportaba a su infancia, época políticos de lengua afilada, militares
durante la cual se dio cuenta, de alta graduación y eclesiásticos con
el cirio en la mano. También estaban
invitados otros músicos de prestigio,
la mayoría de los cuales ya habían
compartido un momento que otro con
Virginia Folla, interpretando
cualquier pieza que les apeteciera
tocar. Todos habían coincidido: era
insuperable.
Aquella noche el guardarropa no
daba abasto. Todo el mundo se
desprendía de los vestidos con el fin
de fluir, con más intensidad, en aquel
espectáculo del cual narraban los
entendidos que convulsionaba tanto
el cuerpo como el alma.
Así pues, cuando Virginia Folla
se presentó en el escenario desnuda,
balanceándose por la alfombra, le
cayeron sobre su cuerpo un puñado
de florecillas de punta. Incluso un
fanático le rogó que le afinase el
definitivamente, de que su vida iría instrumento, en directo; ella, con una
encaminada a la música y que se sonrisa tan peliaguda como pastosa,
ganaría la vida como una de las le pidió que esperara a finalizar el
mejores profesionales. concierto, que después se instalarían

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en su camerino y lo
probaría con mucho gusto.
El recital, por otro
lado, tuvo una duración de
unas cinco horas. Fue un
éxito rotundo, sin ningún
error, ni uno, tal y como ya
se preveía. Después del
repertorio inicial, hizo
tantos bises como su
público, entregado desde
la primera nota, le
suplicaba. Siempre
actuaba de la misma
manera, y por esta y otras
muchas razones era
conocida en todo el
mundo: se escupía en las
manos y frotaba la batuta
hasta que le quedaba dura
y brillante, la apretaba con
delicadeza y seguridad a la
vez, y la movía arriba y
abajo. Inmediatamente, el
público se rendía ante ella:
tanto hombres como
mujeres querían más y
más.
Al cabo de un rato,
Virginia Folla se dirigió a
los espectadores y les
anunció que tenía
preparada una sorpresa: como colofón Seguidamente, los cinco violistas
del recital interpretaría su pieza rodearon a la maestra. Virginia Folla
favorita, una obertura de cinco violas. dio las órdenes a seguir: el francés a
Para llevar a cabo esta tarea de la altura de la boca, el griego entre las
exhibición, había seleccionado a un piernas, el búlgaro de espaldas, y el
violista -instrumentista de viola-, un tailandés y el afrodisíaco uno en cada
francés, un griego, un tailandés, un mano. Estaban preparados para llevar
búlgaro y otro proveniente de un a cabo aquella melodía con una
paraíso africano, un afrodisíaco. Los composición original y arriesgada. La
cinco, a la vez, enseñaron al suavidad del tempo relajó a los
respetable público sus instrumentos. miembros del auditorio, pero no
Curioso, como mínimo, que las tardaron mucho en volver a levantarse
mujeres asistentes aplaudieron hasta de aquel relax: la directora ordenó el
echar humo y, paralelamente, los cambio deseado a crescendo.
hombres comentaron que tampoco Entonces, los cinco intérpretes
había para tanto, a excepción de un aceleraron sus instrumentos con
par muy depilados y perfumados que extrema virilidad; Virginia Folla lo
se emocionaron de sobremanera. aprobó con la mirada. La gente

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todavía quería más y la directora no podía acabar de una forma: el trío


tuvo otro remedio que aceptar aquella finiquitó con un forte fortissimo, el
propuesta: presto. ¡Qué alegría cual llenó de felicidad tanto la platea
reflejada en las caras de todos y todas, como los balcones.
tanto espectadores como músicos! Por Durante una hora bien larga, los
otro lado, el violista francés se retiró, cinco violistas y su diva, abrazados y
exhausto por su interpretación, pero besándose cada dos por tres, hicieron
contento por saber que había dejado, reverencias con la totalidad del
sin lugar a dudas, un buen sabor de público en pie.
boca a su maestra. Ella, ya libre de Pero mira por dónde, aquel calor
aquel instrumento francófono, acumulado durante demasiado
anunció un nuevo cambio de ritmo: tiempo se convirtió en cortocircuito y
forte. El resto de violistas ya no podían el cortocircuito en espira y la espira en
más. Le suplicaron con los ojos que se llama y la llama en incendio y el
incendio en una tragedia en la ciudad.
No hace falta preocuparse, porque el
nuevo Liceo ya está a punto de
inaugurarse. Y cuenta con la
participación, para esta ocasión, con
la mejor directora de orquesta de
todos los tiempos, la única capaz de
dirigir con maestría a cinco violistas
tan diversos■

Octavi Franch (Barcelona,


1970). Escritor de todos los géneros
en todos los formatos, ha publicado
75 libros y ganado 100 premios
literarios. Retirado de las letras por
motivos laborales durante 7 años, en
2015 resurgió de la penumbra. Desde
entonces, está reeditando su obra en
catalán y publicándola en castellano e
inglés. Además, es dramaturgo,
guionista audiovisual y articulista.
También lleva a cabo, por encargo,
cualquier función dentro del sector
editorial.
acabase, lo más rápido posible, la
interpretación; exigía alcanzar el
clímax del tema. Con muchas ganas
como pocas veces, Virginia Folla
concedió a medias el deseo:
fortissimo. No transcurrió ni un
minuto para que el tailandés y el
afrodisíaco cayeran, reventados y
empapados en un sudor como
gelatina, sobre la alfombra del
escenario. Esta obra maestra sólo

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Debí ponerme rojo porque ella


puso cara de pasar a otro tema; me
trataba de ignorante cuando podía
darle clases. No de cunnilingus, claro.
La Psicóloga Imbécil, ¿por qué me avergonzaba
hablar de mi novio con una
motivadora profesional? Pasó de tema, o enfocó de
otra manera el tema, refiriéndose a mi
por Juan Pablo Goñi Capurro turbación como al pasar.
—No te preocupes, nuestra
primera sesión puede ponerte un poco

—¿H as probado
practicarle
cunnilingus?
nervioso. Bien, si hablamos de
aburrimiento, de falta de variedad en
el sexo, si tu pareja no te propone algo
Me desconcertó. Esas nuevo, lo que trato de darte a
complicaciones siempre aparecen entender es que la iniciativa debe
cuando te atiende un psicólogo provenir de tu parte, no podés esperar
suplente, cuando sos tan enfermizo siempre que sea el otro, ¿entendés?
que no podés esperar a que regrese de Entendí sí, que no podía
las vacaciones tu terapista habitual. continuar tratándome con alguien
Dije «mi pareja», dando por hecho que que desconocía los componentes de
ella sabía que hablaba de la persona nuestra relación. ¿Proponerle algo a
con la que había estado yendo y Jaime? Conservador absoluto,
viniendo por dos años. ¿Cómo le bastaba cambiar de marca de pan de
aclaraba el punto, cómo le decía que molde para que hiciera un escándalo.
me era imposible practicárselo? Su segundo nombre era control. Pero
—Cunnilingus es el sexo oral ella lo ignoraba, ella no había estado
practicado a una mujer. escuchando mis quejas por dos años.

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Así que le dije que sí, deseando huir Y lo dijo, y me fui sin responderle,
de la consulta; algo hallaría para dejándola con los labios separados y
calmar mi neurosis. Algo que no fuera las pupilas perdidas. Esperé el
una charla con mis compañeras de la ascensor, ¿vendría por mí? Claro que
peluquería; sólo sabían darme una no, había cobrado por adelantado los
respuesta, «déjalo». cuarenta minutos, emplearía el
—A veces, el aspecto sexual no tiempo sobrante en hacerse una paja.
es más que una manifestación de un Porque era de las que se masturbaba,
hastío general ante la vida, la seguro, pura fantasía. Sólo le faltaron
sensación de estancamiento personal, unas medias de red para actuar como
de no ir a ningún lado. una seductora barata, justo conmigo.
No íbamos a ningún lado, Era su estilo, obvio, dejar caliente al
literalmente; otra cara del problema. paciente que no podía encarársela,
Me la monté, injustamente, por cierto, cosa que está siempre claro con los
pero en ese momento me la monté. terapistas.
Jaime me escondía con más celo que
a sus contraseñas. Decía que su vida
recién empezaba cuando llegaba a
casa, que no quería contaminar ese
mundo privado haciéndolo entrar en
contacto con el insoportable ámbito
laboral o el detestable ámbito familiar.
El licenciado Vargas lo sabía, pero esa
mujer empeñada en mostrarme cada
vez más porciones de una pierna,
onda jamón ibérico, hablaba idioteces
sin tener idea de lo que sucedía. Pobre
de sus pacientes, pensé.
—Creo que deberías analizarte
más a fondo vos mismo, en vez de
pensar la relación. Siento que hablás
de tu relación como si la relación fuera
una persona. ¿Tenés ganas de que
exploremos esa idea?
Ganas tenía de coger un
picahielos e introducírselo por la
nuca. La maldita fobia a abandonar
algo por lo que he pagado, aunque me
haga sufrir -fobia que me llevó a
recibirme de profesor de flauta dulce, Me dieron ganas de denunciarla
entre otros inútiles logros- me hizo por mala praxis, calentaba tipos para
quedar en el asiento y asentir. La solucionar sus problemas de frigidez,
mujer cruzó los brazos y esperó; o conyugales, vaya a saber. El
¿pretendía que le dijera que tenía mal licenciado Vargas estaba rebueno
gusto para escoger bombachas? pero no me atendía con una
—Entiendo que no estás musculosa ajustada o con esos
poniendo todo para que esto funcione, pantalones con las costuras tirantes
Marcos. por el poder de los músculos. No
Decidí que, si insinuaba que señor, saco y corbata, pantalón de
hacía lo mismo con mi pareja, me iría. vestir, ocultando más que exhibiendo

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esa masculinidad que te volteaba Jaime se esforzaba en evitar,


apenas cruzabas la puerta. obligándome a tomar una ducha
Estaba en la calle; irónico, la antes y después. Música de jadeos y
terapia había resultado, ya no estaba monosílabos, apenas audibles sobre
angustiado. Estaba caliente, muy el ruido del proyector girando detrás
caliente. Y no de la linda forma de de mi cabeza.
estar caliente. Me revienta que me Estuve detenido en el pasillo,
saquen la plata de la mano y eso había tanteando para no chocarme con la
hecho la meretriz esta, metida a fila de asientos de madera. Ya no tenía
psicóloga. Saqué el celular dispuesto quince, ni veinte ni veinticinco años,
al llamar al licenciado Vargas; no lo ignoraba si podía representar aún el
hice, me había advertido contra los papel que siempre había preferido.
llamados innecesarios. Volví a Por un instante me vine abajo,
guardar el aparato en el bolsillo de la temiendo que mi aventura tuviera
campera, me quedaba una hora hasta final trunco. Pero no fue así. Un
regresar al trabajo. ¿El cine Zeta? chistido canchero me guió; avancé
Estaba cerca, según el artículo de la hasta tropezar con unas piernas
«Pelvis». Jaime jamás me llevaría a un anchas. El señor me tomó de la nuca
cine porno, últimamente ni al y no precisé más instrucciones.
orgasmo me llevaba. Se merecía que Salí con la boca enjuagada
me lo buscara por otro lado. porque debía presentarme en el
Volví a sentirme el adolescente trabajo; me hubiera encantado cargar
que espiaba tras la puerta de la disco con ese gusto hasta la hora del arribo
supuestamente gay. Al caminar noté de Jaime a casa. Fui por la avenida
el hormigueo en las piernas, el culito como si estuviera oyendo una balada
ansioso -aunque en un cine no de George Michael, con ganas de
tendría actividad-, la respiración abrazarme a los postes del
agitada y los latidos con eco. El cine alumbrado. Nada sería igual. Gozaría
Zeta se encontraba al fondo de una de las caricias de Jaime en el jardín,
galería venida a menos, destino de bajo la luna, me ducharía y vestiría
iniciados. Estaba a tiempo de dejar para él, pero ya no padecería un
todo y gastar la hora en un café, acuciante deseo insatisfecho. La
mirando chongos desfilar por la psicóloga tenía razón, me tocaba a mí
avenida de la peluquería. ¿Cuánto dar el paso■
había pasado?; diez años, no menos,
de mi última incursión entre butacas Juan Pablo Goñi Capurro (Lomas de
desvencijadas y películas desteñidas. Zamora, argentina, 1966). Escritor y
Estaba más para paseos bajo la luna actor, ganador de "Premio de novela
que para meterme en una cochambre corta La Verónica Cartonera",
y tener unos minutos de sexo Barcelona, España, años 2015 y
incómodo. Pero bastó recordar a la 2019, entre otros galardones.
psicóloga para decidirme; ¿yo tenía Participante en antologías y
que activar? Activaría. colaborador en revistas de
Las salas eran más oscuras o mi hispanoamérica, con más de
vista se había deteriorado más de lo quinientos textos publicados.
que creía. Para peor, no había llevado https://www.facebook.com/jua
los anteojos; me tentó pensar que no npablo.gonicapurro
podría leer los subtítulos. Me sentí
envuelto en mi perfume favorito, esa
mezcla de vahos malolientes que

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Lentamente va recorriendo su cuerpo,


línea arriba para hundir sus ojos en el
escote de su blusa roja que exhibe sus
prominentes senos.
¿Qué miras, asqueroso? –le

ASQUEROSO reclama la mujer hastiada de ese


acecho visual.
por Garaudy Roger Ordoñez A ti, cosita rica –le responde sin
Huaringa ocultar su descaro–. ¿Cuánto cobras
por una noche?
¡Quién querría acostarse con un
1 cerdo como tú! –le responde

E
l bar, como de costumbre, desdeñosamente.
albergaba sudores y Él interpreta sus palabras de
olores desagradables que forma contraria y se le aproxima.
no eran percibidos por la ¿Por qué tan a la defensiva,
concurrencia que se reunía cada fin preciosa?, si nos la podemos pasar
de semana. De un momento a otro, un muy bien los dos esta noche –le dice
hombre entra y se acomoda en la mostrando su larga lengua.
baranda. Pide una cerveza y en la Por favor, que diversión me
espera, sus ojos recorren el interior puede dar un cerdo como tú.
del establecimiento encontrando a los El hombre sonríe mostrando su
borrachos y a las mujerzuelas de escasa e imperfecta dentadura.
siempre. Sí aceptas, lo comprobarás –y se
A la cuarta botella, escucha el toca su sexo para ser más explícito.
taconear de una mujer. Voltea para La mujer siente repugnancia y
echar un vistazo a la recién llegada y cuando el tipo intenta besarla, lo
su mirada se pierde en sus piernas escupe.
que se exponen libremente por debajo ¿Con qué derecho te me acercas,
de la diminuta minifalda negra. inmundo ser?

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Con la manga de su camisa, se mientras sus manos arrugan con


limpia la cara sin inmutarse. fuerza las sábanas. Siente que está al
¡Dame tu precio! –le dice límite y al no soportar más grita:
mostrándole un fajo de billetes. “¡¡¡Oh, síiii!!!”; y un líquido caliente
El semblante de la mujer cambió atraviesa su interior.
al observar el dinero. Le dice algo al El tipejo, con una sonrisa de
oído y a una señal salió sigilosamente satisfacción, se separa de ella e inicia
con su nuevo cliente. a cambiarse. Cuando termina de
alistarse, saca de sus bolsillos unos
2 cuantos billetes y los deja a un lado de
El hombre, a todo galope, la cama, donde aún la mujer está
relinchaba a su gusto haciendo sonar desnuda.
el catre en un compás desentonado. Estuvo bien rico, lindura, otro
En tanto que la meretriz, a gatas, día la seguimos –le dice antes de irse.
soportaba sus embestidas ¡Con lo repugnante que eres!, lo
insultándolo. dudo –le responde conteniendo el
¡Qué gruesa la tienes, bazofia aliento
humana! El hombre cierra la puerta y ella
Mientras lo insulta, se sentía se queda unos minutos más
excitada y contrariada por el placer contemplando la oscuridad de la
que le provocaba ese repugnante ser habitación alquilada.
que está a su atrás.
En un descuido, el feo retira el 3
preservativo y ella en vez de Enciende, cuanto antes, el motor
recriminarle, prefiere seguir para dirigirse a su casa, dejando atrás
disfrutando. Su cuerpo se contrae y se el bar y el hostal. Por la carretera,
muerde los labios para no gemir, mientras tararea la canción What´s Up
de 4 Non Blondes, tira el
dinero por la ventana e
intenta olvidar lo que ese
hombre le hizo sentir, pero
al recordar la humedad de
aquellas sábanas, se
avergüenza de sí misma.
Al llegar a casa, sube
a su habitación y
encuentra a su adonis
marido y a su bello hijo
durmiendo. El esposo se
despierta, al sentir sus
pasos dentro de la
habitación, y le pregunta:
“¿Cómo te fue?”. “Igual
que siempre”, le responde
y se acuesta a su lado”■

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encontré cruzando Rivadavia, hacia


Yerbal. El semáforo titilaba y tuve que
correr para llegar a la otra esquina
antes de que los autos arrancaran.
Caminar para ella era fácil, tenía
zapatillas. Yo llevaba unos zapatos
con taco que detesto por su
incomodidad pero que estoy obligada
a usar en el trabajo.
La alcancé a mitad de cuadra.
Cuando estaba a su lado, ella me miró
entre enojada y ofendida, pero me
guiñó un ojo y aceleró el paso. Entendí
que quería que la siguiera a una
distancia prudencial. Caminamos
HabitacióN durante tres cuadras y entró a un
hotel alojamiento.
El sueño se estaba poniendo
interesante.
Ella pagó una habitación y sin
mirarme ni hablar, agarró la llave y
caminó por el pasillo. Habitación 29,
mi nuevo número favorito.
Apenas entré, ella se acercó y se
paró enfrente de mí. La tenía cerca y,
por Sebastián Meresman como soy más alta que ella, me
miraba para arriba, con todo el cuello
extendido. Su cuello me llamaba,

E
ntré al subte y me sorprendió quería besarla ahí. Ante sus ojos me
que hubiese tanta gente, todos volví incapaz de ocultar cuánto la
los asientos estaban ocupados. deseaba. Sin dejar de mirarme, y creo
Pensé que podía ser una pesadilla, que, sin pestañear, se sacó las
pero no, había una razón por la cual zapatillas pisándose el talón de un pie
soñaba con un subte repleto en hora con el otro. Miró mis zapatos, volvió a
pico. mirarme a los ojos y levantó una ceja.
Ella. “Dale, te toca”, me dijo con la mirada.
Alguien me empujó y golpeé sin Me descalcé y sonrió, satisfecha.
querer el libro que ella leía. Levantó la Entonces se levantó la remera y se la
vista y le pedí disculpas con una sacó por encima de la cabeza. Yo hice
sonrisa. Desde entonces, no nos lo mismo. Ella tenía puesto un
sacamos los ojos de encima. Pasamos corpiño negro, de encaje. Yo, en
por Castro Barros y Río de Janeiro cambio, llevaba uno deportivo,
conversando sólo con nuestras gastado y ajustado.
miradas, pero cuando el subte llegó a Su panza era chata y sus pechos
Acoyte ella, sin hablarme ni firmes, del tamaño perfecto: ni muy
explicarme por qué, se escabulló y se grandes, como los míos, ni muy
bajó. chicos. Se desabotonó el pantalón y
La seguí. me miró, desafiante. Yo luchaba
Salimos en Acoyte y Rivadavia. contra la tentación de tocarla y
La perdí en el tumulto de gente y la destruir ese momento. Me desabotoné

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el pantalón y ella empezó a bajar el temperatura corporal había


suyo, lenta, suavemente. Hice lo aumentado.
mismo y nuestros jeans cayeron al Era mi momento. Me quité el
piso al mismo tiempo. Hicimos lo que corpiño deportivo con velocidad y mis
pareció ser un pasito de baile para pechos rebotaron por su peso al
desenroscarlos de nuestros tobillos. quedar libres. Podía sentir los pezones
Entrecerró los ojos y juntó las cejas, firmes, erectos, apuntándola y
desafiante, retándome, y un segundo señalándole cuánto la deseaba. La
después entendí por qué. Sin desviar sensación de calor que sentía en mi
la mirada llevó las manos atrás de su pecho se empezó a extender por todo
espalda, hizo un rápido movimiento y mi cuerpo. Primero los brazos, luego
los breteles perdieron firmeza. Pero el vientre y, finalmente, la
ella, experta en el arte de la entrepierna.
seducción, no se quitó el corpiño. Lo Yo estaba hipnotizada con su
dejó ahí, sólo sostenido por los figura, con su cuerpo. De repente sus
breteles y sus pechos. Yo hice un ojos empezaron a agrandarse. Su boca
esfuerzo sobrehumano para mantener también crecía. Temí que se
la mirada en sus ojos. Ella valoró mi transformara en un monstruo enorme
esfuerzo y, lentamente, se bajó los que quisiera comerme, y que el sueño
breteles. Ahora, lo único que impedía fuese en realidad una pesadilla. Pero
que el corpiño cayera al piso eran sus no.
tetas. Tardé solo un segundo en darme
Nos quedamos así un rato, cuenta de que sus ojos y su boca no
mirándonos. Su pecho subía y bajaba se estaban agrandando, era yo, que
me estaba acercando a ella. Estaba a
centímetros de sus labios y ya no
podía detenerme. Extendí mis manos
para tomarle la cara y finalmente
besarla y crear ese bellísimo cíclope
del que habla Cortazar, pero ella se
inclinó lentamente hacia atrás y
sonrió como diciendo: “Todavía no”.
Dio media vuelta y caminó rumbo al
baño.
Fui detrás de ella… pero
levemente al ritmo de su respiración. lentamente. Quería disfrutar de cada
A pesar de que mi vista estaba clavada paso. Entré y vi su diminuta tanga en
en sus ojos noté como el corpiño el piso, en el medio del baño,
empezó a resbalar, a resbalar, a anunciando su desnudez. Ella estaba
resbalar, y luego cayó al piso en en el fondo, en la ducha, detrás de
cámara lenta. Un segundo después una mampara empañada que sólo
sus mejillas se encendieron y se dejaba ver su silueta. Me saqué mi
pusieron rojas, delatando su bombacha y caminé aún más lento
vergüenza. Sin embargo, su mirada para saborear cada centímetro.
seguía firme, desafiante. Me excité y Entré a la ducha y aunque su
sentí un leve ardor en las mejillas, cuerpo desnudo estaba borroso,
que, al igual que las suyas, tapado por el vapor, me pareció lo más
evidenciaban que nuestra bello que vi en toda mi vida. Ella
estaba de espaldas a mí. El agua
chorreaba por su pelo, bañaba su

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espalda y acariciaba sus muslos, que me avisaba que el sueño llegaba al


parecían brillar. Yo, entonces, por fin, final.
di un paso adelante, me puse debajo No quería despertar. No me
de la lluvia y la abracé, tomándola por quería ir. Me quería quedar ahí,
la espalda y apoyando su cuerpo abrazando su cuerpo, aunque no
contra el mío. pudiera sentirlo. Me arrodillé en el
piso, cerré los ojos y la abracé por la
espalda. Apoyé mi cabeza en su
cuerpo y empecé a rezar. No sé si a
Dios o a ella, pero rezaba. Repetía
como un mantra: “No te despiertes,
quédate un rato más, no te despiertes,
quédate un rato más”. Ella, sin que yo
la soltara, se dio vuelta. Mi cabeza
quedó apoyada en su ombligo y mis
brazos abrazaban sus rodillas. La
miré y me hizo un gesto con la cabeza
hacia el costado. "Ya está, ya me
disfrutaste, andá”, parecía decir. Pero
no me quería ir. La apreté fuerte, la
agarré, pero su piel se hundía, era
blanda, como si no tuviera huesos.
Resignada, abrí los ojos y
confirmé lo que ya sabía: estaba en mi
habitación, acostada en la cama y
abrazando una almohada.
Abrazándola con furia y
desesperación. Me aferraba a la
almohada como se aferraría un
náufrago a un salvavidas. Cerré los
ojos, hice fuerza, quería volver a ella,
Pero no sentí nada. Ahí, en ese quería seguir soñando, pero no pude.
preciso momento, me di cuenta de que Noté que la almohada estaba húmeda.
no escuchaba el ruido del agua La toqué, estaba empapada.
cayendo. Es más, no escuchaba nada. Ese día descubrí que se podía
Había un silencio extraño, un silencio llorar dormida.
tenso, total, un silencio de entierro. Y que el amor existe■
Tampoco sentía el agua, no me sentía
mojada, ni sentía frío ni calor. Y Sebastián Meresman. (Buenos Aires,
empezó a sonar un ruido horrible. Lo Argentina, 1989). Periodista, trabaja
oía salir de todos lados, de las en medios desde 2011. Ganó el
paredes, del techo, del piso. Ella premio Sudaca Border 2017 de la
estaba inmóvil y yo seguía editorial Eloisa Cartonera, que
apretándola contra mi cuerpo, pero no publicó su primer libro: "13 horribles
podía sentirla. Ella, lógicamente, no microrrelatos". Tiene tres cuentos
se daba cuenta de ese ruido horrible publicados en antologías de diversas
que me taladraba los tímpanos. El editoriales y escribió y dirigió cuatro
ruido no salía de ningún lugar, estaba obras de teatro.
dentro de mí, sonaba en mi cabeza y Contacto:
sebastianmeresman@gmail.com

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interior. Cada baile enerva su sangre,


sin pensarlo le manifiesta:
—Tú me gustas mucho y sé que
Geografía yo a ti también
Ella no dice nada, se pega a su
del amor cuerpo, dejándose llevar por la música
que los atrapa. El aire se viste de
por Galvarino Orellana erotismo parece que se conocieran
hace mucho tiempo. Son el uno para

R
el otro.
odrigo observa por la
ventana la cordillera de
los Andes con su
majestuoso sombrero blanco.
Cuántos años fuera de su país,
piensa, mientras fuma un cigarrillo
que se extingue con sus recuerdos.
Termina de arreglarse, es la hora que
unos amigos lo pasen a buscar para ir
a conocer un restaurante/disco de un
familiar.
El sonido de una bocina lo saca
de sus pensamientos. Mira por la
ventana, Nicolás y Marta le hacen
señas. Sin prisa cierra la puerta y se
dirige al auto.
—Hola, cómo les va
—Bien, sube rápido para que
aprovechemos el tiempo
En la parte de atrás va Angélica,
a quién conoce hace pocos días. La
saluda con un beso. En el camino
conversan de todo, no se dan ni
cuenta cuando el vehículo se detiene.
Han llegado.
A Rodrigo le gusta el local. Tiene Rodrigo nunca había sentido
una pequeña pista de baile, lo cual nada igual. Las parejas los dejan solos
después de conversar y servirse unos y los aplauden por la sensualidad que
tragos, invita a Angélica a bailar una mueven sus cuerpos. Durante un par
salsa. de horas se dedican a bailar y
—No sé bailar, le responde conversar con sus amigos. Pasada la
—No te preocupes, yo te enseño. medianoche, él se anima y la besa,
La toma en sus brazos y le dice: cierra ella le corresponde apasionadamente.
los ojos y déjate llevar por la música. Luego sin pensarlo dos veces se
Su aroma de hembra apasionada y despiden de ellos.
sensual cruza el umbral de su vida. Al Salen del Bohemia, cogen un
cabo de varios temas, ella baila como taxi que los lleva a un Motel apartado
una pluma. Rodrigo percibe en su de la ciudad. Allí se dejan llevar por el
mirada la tristeza. Algo pasa en su embrujo del baile, sus manos se
desnudan con frenesí, él recorre con

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su mirada su geografía como si fuera su canción, sus cuerpos galopan en el


un ángel divino. Las bellezas de sus universo entregándoles el estallido de
montes seducen sus labios, bebe el un orgasmo celestial que sólo el amor
néctar de sus uvas que se yerguen en y la pasión pueden construir. Las
la oscuridad, camina por los pasillos horas pasan, el silencio pierde su
del Olimpo, se detiene en la virginidad pudor, la oscuridad disfruta de sus
santa del ombligo que vive sólo en un cuerpos desnudos y la fogosidad que
rincón, saborea cada centímetro de se desgrana bajo la noche estrellada y
las torres gemelas que dividen su la luna que se cuela por la ventana.
figura latina. El embrujo de esa noche se
La modela repite cada día,
como un escultor, su no hay rincón ni
mano atrapa el cáliz lugar de la
sagrado que se abre ciudad que no
al cielo en una conozcan la
ofrenda celestial. Ella pasión de sus
gime del placer que la cuerpos, parecen
invade y sin pensarlo dos locos
sus palomas de desesperados por
terciopelo lo acarician el amor y la
sin pudor, los tormenta que se
cuerpos se desata en los
estremecen, los labios queman la piel. pliegues de la piel.
La lujuria los envuelve, parecen aves Los días pasan sin notarlo.
de rapiña tratando de comerse los Nunca en su vida habían sido tan
secretos que sus cuerpos sudorosos felices. Parecen dos adolescentes que
entre quejidos y caricias tratan de descubren el primer amor. El tiempo
escribir en la oscuridad. Son dos seres se ha hecho corto, Rodrigo debe volver
hambrientos de amor, la boca al país que lo acogió, pero le promete
sedienta besa y muerde la carne, regresar por ella.
disfrutan de las caricias y besos Angélica le dice, te esperaré todo
desatando la pasión de los poros que el tiempo que haga falta, sólo quiero
se erizan y marchan al compás del que me escribas y me llames cuando
corazón. Angélica coge su cabeza con puedas.
sus manos y la hunde Él, se lo
en su matriz, que promete y le
ardiente y húmeda lo dice, crees que
embriaga, él gira para es posible poder
beber con olvidarte cuando
tranquilidad y placer has cambiado el
el zumo divino que rumbo de vida,
brota de su volcán, la hoy anhelo vivir
sangre hierve tan sólo para ti.
calcinando las venas. En el
El silencio devora sus aeropuerto las
gemidos, la lujuria horas pasan
crece, se poseen con volando, la hora
la suavidad de los de la partida se
ángeles entrando al acerca con el filo
paraíso, el lecho canta del minutero.

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Una angustia terrible los consume, lamidos. Sin pensarlo nos damos
sus labios ateridos sólo balbucean su vueltas, coges mi espada de doble filo,
nombre, robando los últimos vestigios lo acaricias, lo besas, lo muerdes,
de la figura amada que se aleja. como sólo tú sabes hacerlo, recorres
Los días pasan por el calendario el polo norte de mis limites fronterizo
y Rodrigo cada día sueña con ella. La y yo el polo sur de los tuyos desatando
llama y escribe cartas de amor que un temporal. La marea nos recorre, no
nacen de su corazón enamorado. aguantas, me exiges que penetre,
La última carta le gusto tanto a quieres sentir que te invado, me
Angélica, que la lee y relee cada tomas de mis almohadas, me
noche. introduces con fuerza desgarrando la
oscuridad con nuestros gemidos. Te
corres como cascada, y yo como río,
siento el líquido caliente derramarse
en los pliegues de las sábanas. Así son
mis noches sin ti, pero vives como una
musa inmortal dentro de mí.
Chao amada mía, hasta que
nuestros corazones partidos se
vuelvan a unir
Siempre tuyo. Rodrigo”
Angélica aprieta la carta contra
su corazón, y un orgasmo sacude su
cuerpo y lo más íntimo de su ser■
“Amada, flor de mi pasión
Cuántas cosas quisiera Galvarino Orellana fue Preso
confesarte que fluyen como un Político durante la Dictadura de
tornado, pero se esconden en el Pinochet. Tiene doble nacionalidad,
laberinto de los dientes. Decirte que chilena/sueca, radica en Suecia.
cada noche cuando tu recuerdo llega Ha publicado dos libros y 8 por
la luna entra en la habitación y publicar. Incluido en más de 140
escribo para ti. No hay nada más antologías de amor, sensual, medio
hermoso que esculpir tu figura en mi ambiente, la paz, denuncia social y
alma con las fantasías que nacen del narrativa en: Chile, Argentina,
corazón. Hay veces que me cuelo bajo Uruguay, Perú, Venezuela, El
las sábanas y te acurruco en mis Salvador, México, Estados Unidos,
brazos, aspiro el aroma de tu cuerpo, España, Italia, Rumania, Marruecos,
al compás de las sensaciones mis Australia, Suecia y China.
manos caminan por tu piel, montes y Ha obtenido más de 100 premios
cúpulas cantan su libertad, te recorro en Festivales y Concursos
con mis besos saboreando la soledad Internacionales de poesía y narrativa
de tu sudor que escapa por los poros en Argentina, Chile, Uruguay,
como oasis que esperan al sediento. Venezuela, México, Estados Unidos,
Camino por tu carretera, beso el España e Italia.
centro de tu universo que se excita
alumbrando la virginidad de su
soledad. Navego por el mar
embravecido, tu ostra me espera entre
las algas, muerdo tus labios, acaricio
tu perla negra que se excita con mis

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Las velas alumbrando muy


tenue la habitación se convierten en
cómplices de una noche ansiosa de
El lujuria y pasión, del loco frenesí que
se vendrá con el vibrar de tu vientre
Ángel sobre el mío.
No aguanto las ganas de hacer

de mis deseos mis ropas a un lado. En sensuales


movimientos provoco e incito a tu
por Rodolfo Macías Cosio miembro a mostrarse ante mí; está
fuera de control, que rica enormidad.
No dudo en ningún momento, y
me hinco sobre la cama, y con
mis manos te atraigo, y
traviesamente, al venir a mí,
resbalas la sábana.
Me abrazas, te pegas a
mí. Siento tu piel tan caliente,
y como se eriza al sentir mis
brazos rodeando tu cintura,
cuando choca en mi vientre tu
hombría.
Buscas mi boca, y tu
lengua provocativa entra con
la mía, juega presuntuosa,
diciéndome como sólo tú me
haces sentir lo que nadie, con
sólo palabras ¿Cómo puedo
aguantar estos deseos que me
brotan cada vez que me
regalas tus letras?
Sólo no quiero negarme
a sentirte, eres el ángel de mis
deseos, el que provoca
milagros, el milagro de
desbordar mis ganas, de
mojar mis ansias y ahogarlas
en la humedad de mi cereza.
Ese pequeño botón que
cada noche, en mi cabeza,
tocas con la delicada punta de
tus dedos, ese toque que me
hace temblar, llevarte más allá de mi

C
ierro mis ojos y te dibujas mente, creerme que de verdad estás
en mis pupilas, te miro aquí conmigo, cómo espero y deseo
allí sobre mi cama, con el alma se haga realidad.
desnudo, enredado entre una sábana No tardes, ángel mío, en venir
de seda roja, tu boca entre abierta me hasta mí, que mi realidad te espera
invita a compartirte mi piel. como mi fantasía ya te tuvo un millón
de noches, sin tenerte aquí■

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¿A dónde
se fue
diciembre?
por Zara Leone

N
unca te llamé por tu
segundo nombre. Nunca
te vi con un suéter rojo.
Nunca te dije cuál era mi tercer color
favorito. En la obscuridad del asiento
trasero, pienso en todo lo que no
hicimos, te observo y estás distante, pienso. Alzas mi vestido y tus manos
ni siquiera me miras. Me tratas como descubren la tierra una vez
a una extraña; peor, como a un conquistada. Mi cuerpo recuerda al
enemigo. Busco tu mano, pero la tuyo, sé dónde colocar mis brazos
alejas, me ves con repudio. Cuando para que acomodes los tuyos, sé cómo
estuvimos juntos éramos amigos, debo inclinar mi cabeza y me arrullo
éramos mágicos, la clave está en el en tu pecho para que acaricies mi
“éramos”. Sé que no debería estar cuello. Conozco la distancia que hay
aquí, contigo, pero quiero saber que entre tus brazos y tus labios, sé más
no la amas. de una ruta para llegar a ellos.
El camino al hotel es demasiado Entramos en la habitación, sin
largo. No llevo ropa interior y tú lo hablarnos, me quitas el vestido y con
sabes. Pongo mi mano sobre tu la mirada me pides que me acueste.
pierna, la hago bailar, te provoco Me besas y mueves tu cadera, ubico
acercándome y alejándome. Tus mis piernas para que llegues a mí sin
manos son una red que atrapan todo fronteras. Escondo mis manos en tu
lo que tocan. Tus labios son anzuelos. cabello y busco tus ojos, me miras y
Tu espalda es el cielo, corrijo, es el suspiro tu nombre. Aceleras y en una
camino que se recorre para llegar ahí. ola cubres mi cuerpo. Conozco tu
Lo que siento por ti es mucho más respiración y me ajusto a ella, tú
fuerte que yo o mis principios e marcas el ritmo que yo sigo sin
ideales, me asusta tenerte cerca. Al preguntar. Por unas horas soy tuya.
bajar del taxi, el conductor sonríe, Sin el sentido simple de
creo que lo sabe todo. propiedad,
En el elevador no resistes más y soy tuya mientras me miras,
me tomas entre tus brazos. "Odio sin pertenecerte en lo absoluto,
sentir que mi cuerpo te pertenece", tuya mientras me tocas.

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Te desprendes de mí, enciendes impaciente, lo noto por la forma en la


el televisor y me ignoras. Me desprecio que aprietas tus labios, un taxi pasa y
por hacerme esto. Eres veneno y te me pides irte, tienes un compromiso y
necesito. Estoy sedienta y bebo de tu estás demorado. Asiento e intento
boca. Soy un monstruo. Somos dos darte un beso en la mejilla,
bestias que juegan y se destruyen. Te obviamente te niegas y te vas. Espero
levantas de la cama y tomas tu unos minutos, llamo a un taxi, es el
mismo en el que llegamos, no podría
olvidar su sonrisa, como de cómplice.
De nuevo, en el asiento trasero, me
sorprende estar en el mismo sitio.
Ya no puedo, ni quiero seguir
robándonos el tiempo de esta manera.
Sé feliz allá y sonríe un nombre muy
distinto al mío. No quiero seguir
lastimándome. No sé si la amas, tal
vez lo haces de una forma que yo no
puedo entender, pero si sigo
haciéndome esto, algo es seguro, yo
nunca me he amado■

Zara Leone (Ciudad de México,


México, 1993) Ilustradora y
celular, probablemente le escribes. productora ejecutiva. Tomó su maleta
Que idiota es, al menos, yo sé la con sueños dentro para realizar un
verdad. Sé que me hiciste lo mismo, sé intercambio en la UNC, Argentina.
que no me gusta cómo me miras. No Egresada de la Licenciatura en
quiero verme a través de tus ojos. No Literatura Dramática y Teatro, UNAM.
quiero ser la persona que tú ves. Ha publicado en Revista Pliego 16 y
Le pusiste tu nombre al azul, a Revista la Masa Literaria. Ganó el
los libros que compartimos, a las tercer premio en el Concurso de
calles que recorrimos. Le pongo mi Microrrelatos "100 Palabras Para
nombre al viento, cuando quieras Mamá", su microrrelato se publicó en
verme, alza la mirada y obsérvalo una antología y los beneficios fueron
bailar con las nubes, esa será mi voz destinados a Aspandle.
que dirá lo muchísimo que alguna vez Instagram:
te quise. https://www.instagram.com/mala_s
Vuelves a la cama y me recuesto uerte_mala/
a tu lado, quitas mis manos de tu
pecho y me das la espalda. Muerdo tu
lóbulo, tomo tu mano y la llevo hacia
mí. Giras lentamente y miras a tu
enemigo. Me siento tu presa, eres un
cazador que le pregunta al zorro si lo
puede matar.
Nos duchamos. Recuerdo
cuando bailábamos bajo el agua, sin
importar que fuera diciembre y
tuviéramos frío, recuerdo que yo no
me sentía sola. Al salir estás

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marcaba debajo de la nuca. El


despertador sonó, él lo apagó y se dio
vuelta para apoyarse con vehemencia,
con la necesidad que su cuerpo se
fusionara al amor de su vida. Ella se

Caprichos abría, lo recibía contenta, tranquila,


en paz de tener sobre su espalda el
cobijo del amor, del cuerpo y su calor
del amor que podía alejar todos los males de
este mundo. Él, a su lado, rosaba

y la muerte dulcemente sus partes en las carnes


blandas que le ofrecía. Dulce
por Karina Piriz decrepitud de las almas que no
pueden doblegarse al momento en que
candentemente el deseo las llama a
sentir la penetración, el contacto de
las pieles desplegadas, las arrugas
frotándose histéricamente para
finalmente sonrojarse de emoción
ante el encuentro. La violencia de su
miembro clavándose entre la carne y
la jugosa abertura la hacía sentir
incómoda así que no dudó. Se trepó
ansiosa al encuentro del todo, de
aquello que lograba llenar su alma, su
vida, su paz interior. A horcajadas se
deslizó intentando encontrarlo,
auscultar su ser que imperiosamente
necesitaba estar dentro de sí. Su lecho
se abría, lo recibía candente, ansiosa,
jugosa y latente, lo recibía. Descansó
sus manos sobre el pecho robusto del

N
o podía abandonar la amado, incrustando esos dedos
cama, sitio de segura
oscuridad frente al brillo
intenso de la vida que se despierta y
la desafía. Lo único que la ataba a este
mundo se sostenía de las pocas horas
en que previo a dejarnos abandonar
por el cansancio, su corpulenta
humanidad se arrimaba a ella para
darle el calor de la vida, la presencia
de un más allá de las colchas.
Siempre presta a hacer el amor en las
cálidas mañanas setembrinas,
despertó, olió su espalda, se agarró
fuertemente a su pecho como si
estuviera a punto de ser arrancada de
este universo y mordisqueó
dulcemente el promontorio que se le

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regordetes, dejando las marcas de la universo. Como un encastre


escena insidiosa. El torso tatuado de finamente lijado, aceitado y
moretones, momentos de un amor meticulosamente medido los cuerpos
eternizado por el encuentro, era se insertan en un viaje de placer
prueba de las pendencias de la vida. obsesivo. La boca se humedece, las
Se entregaron a un vaivén rítmico, glándulas salivales quieren hincar esa
sincronizado y fugaz. La respiración piel dulce, esa fruta jugosa que exuda
acelerada de los amantes maduros un aroma adictivo. Comerse la lengua,
confirmaba la lucha por resistir la morder la espalda que sigue haciendo
muerte y el relajo final, la paz que presión, buscando la abertura, la
embarga, embriaga, acecha. Ambos entrada húmeda del éxtasis. Las
despiertos a la degustación y los partes se encuentran y se hinchan
sabores del sexo se entregaron a sus hasta explotar.
aromas reconfortantes, narcóticos. Es tu dedo rítmico que me toca
Ella abandonó la posición haciendo despertar el rudimentario
dominante para rendirse a la vestigio de Adán. Un resabio de
sumisión de los cuerpos. Metieron la masculinidad oculto a la mirada,
cabeza bajo las sábanas, suspiraron y dormido entre los labios, esperando
volvieron a la calma, a mirarse en el aflorar. No pasa nada, ni nadie pasa,
brillo de unos ojos que transmitían se escucha de fondo. Imaginar que el
verdad. Pendencieros los amantes que mundo allá afuera pasa. Pasan los
se entregan a la batalla certera de no años, pasan las personas
doblegarse al yugo de vivir. curiosamente tan distintas a lo que
La matriz eran, pasan.
vuelve a contraerse Instrumento del amor
rítmicamente que punteas sin
intentando olvidar pensar en el hastío, sin
los momentos pensar en el tiempo
embargados por la que pasa y como
miseria del sentir y pasajera en tránsito
el menoscabo perpetuo... pasaremos
diario. Él, erguido y hasta poder ver la
apoyado sobre la supernova que venga a
cola, relajado, fracturar el continuum
descansando, del tiempo. ¿Viviremos
siente el latir del una vida que ya está
refugio; la bulla del siendo observada o
corazón que vivida en otra estrella?
emocionado, preso Dime tú, si estás ahí,
del bienestar, del qué es lo que esperas.
calor de la piel, de Orgásmica estalla
sentirse cuidado y la vida, el universo y el
querido, hace más allá oprime el
nacer la emoción. pecho, te arranca el
Ella insiste con su sexo hambriento, corazón y baja hasta mi sexo
voraz, hace presión para sentir detrás desprendiendo las penas para instalar
cómo se agita la vida, cómo su el vacío y la esperanza. Tus ojos
miembro va cobrando fuerza, transparentes brillan de felicidad y los
despertando del letargo para desear hoyuelos confirman con su gesto
penetrar en la vía del origen de

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parentético que este cuerpo respira, felicidad y orgullo dejando las marcas
vive, transpira sexo. pegajosas del grabado del amor.
Infundada tristeza inconcebible No pudo ser amarse en la
del desencanto queda lejos cuando el felicidad del compartir porque el
kármico reencontrarse de los cuerpos compartir era demasiado para ella que
desenfunda el dolor. ha vivido en la desesperanza y la
Y entonces ellos se levantan, soledad. No puedo ser el reconciliarse
sonríen frente al espejo, evalúan esas con la vida porque la dureza de los
masas anafóricas que ya pretenden golpes ya había creado una llaga
ser arte barroco y se besan demasiado grande para ser
entregados, regodeándose del cicatrizada con felicidad. No pudo ser
momento pasado, admirándose el uno y pareciera no será jamás, porque ya
al otro, despreciando un mundo sin es muy tarde, porque pasó el tiempo
amor. ¿Cómo se podría amar sin de aprender a amar. Sólo quedan
llegar a esa comunión perfecta de los lamentos, recuerdos, reproches de lo
fluidos, a esa entrega subyugada de que hubo. Cuando él se coló entre las
vida, ese renacer en el contacto? Se sábanas, como siempre, al encuentro
acariciaron mientras se duchaban, la del amor, de la vida, de la entrega
mano rozando suavemente la espalda profunda, lo único que encontró fue el
provocó una sacudida eléctrica. Su cuerpo inerme que yacía en la cama
piel se erizó de placer, como un que no pudo dejar, bajo las sábanas
mecanismo insólito de dar señales de narcóticos elixires■
amorosas. Bajo el agua tibia se
comieron el sexo desaforadamente. El Karina Piriz (Buenos Aires,
bajó hacia su maja, separó sus Argentina, 1971). Licenciada en
rodillas y la invitó a sentarse al borde Letras (UBA). Directora de escuela
de la bañadera mientras su lengua primaria. Profesora de Literatura en
jugueteaba incansable. Ella escuelas secundarias del conurbano
acariciaba su cabellera bonaerense. Desarrolla actividades de
frenéticamente hasta que no aguantó coordinación de talleres de lectura y
más y se retorció para bajar un poco escritura y ha sido seleccionada en
más, encontrarse con el pene erecto diversas colecciones literarias en
de su amado y deleitarse saboreando Argentina (Ed. Dunken, Galpón
su miembro viril entregado al placer. cultural Talpiales, Itaú cuento digital,
Se vistieron, se perfumaron y Revista Extrañas noches) y España
salieron a la vida con la armonía del (Ed. Letras con Arte). Selección del
encuentro y la alegría de estar juntos. cuento “Alfonso y el nacimiento de la
Pasó la noche sola, enlutada escritura” para antología 2019
bajo las sábanas fúnebres, las “Disidencias”. Municipio de La
mismas que exudaban los encantos Matanza.
de la pasión. Las sombras la Blog
envolvían, el cuerpo sentía aún el https://locuazmudez.blogspot.com/
cincel erótico entre sus piernas. Él
apareció tras una noche de trabajo se
coló entre las colchas buscando el
remanso de un día difícil. Ella estaba
allí, como siempre, estaba allí con el
calor habitual de sus carnes
maltrechas y el ansia de recibirlo. Se
acariciaron y se infló henchido de

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Impulsos musculares y
dolores vergonzosos. Su
sexo hinchándose
deliciosamente y
chorreando gozo sobre mi
pantalón. Latentes y
hambrientas, sudando y
con sed.
La fusión de
nuestros vientres.
Ardiente amor sacro de
manos lúbricas de
pecado y sus piernas
abiertas húmedas de vino
sagrado.
Era dulce y
profundo el goce de mi
musa y el claustro no le
quitaba su condición de
hembra. En gemidos teológicos al
cielo la frotaba espumosa y erecta.
Virgen velo Fue acción osada y rebelde
infectarnos del germen del placer. Y
y castidad saberla de Dios, y hacerla mía, y
descubrirla impura desde otras vidas.

impura A veces recuerdo con la carne


temblorosa, mis paseos por su ciudad
por Fernanda Gaviglio Orozco de carne suave.
Que la muerte lave mis pecados,
-ruego- religiosa de besos

“H
ay plegarias que no insistentes… Que después de aquello,
llegan ni hasta el equilibrarme en la vida, no ha
tacho de la basura. resultado■
Y me ha tocado luchar cuerpo a
cuerpo con Satán para moralizar ese Fernanda Gaviglio Orozco
amor.” (Balnearia, Córdoba, Argentina,1983)
Altiva sombra la de sus trapos Licenciada en Enseñanza de Ciencias
largos, -pensé-. Y me senté a estudiar del Ambiente, Consultora en Recursos
sus carnosos labios con el Dios Humanos, Profesora de Arte e
crucificado detrás de mí y la biblia Instructora en Arte Terapéutico. Sus
entre mis manos. obras literarias han sido publicadas
Consciente de su fresco y juvenil en medios masivos de comunicación a
andar, me salí de mi ermitaño nivel provincial, nacional y
pantano y con vuelo de halcón la latinoamericano. “LUNAS ENTRE LA
perseguí. ESPUMA”, su nuevo Poemario
Presa de mi fe, o libre de mi fe, y Ilustrado, publicado por Editorial de
devota de sus ojos claros, -¿qué los Cuatro Vientos (Buenos Aires,
realidad prediqué?-, haciendo de mi Argentina).
posesión su cuerpo, una y otra vez. https://fernandagavigliorozco.bl
Otra vez, y otra vez. ogspot.com/

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ella tiene que marchar por un


intercambio escolar a una
universidad de Italia. Yo, claro, me
quedo a extrañarla. Nuestras madres
nos han traído, a ella para que se
marche, a mí para que me despida de
ella. Su vuelo sale dentro de cuatro
horas, sé que le piden estar tres horas
antes, por ser vuelo internacional,
pero su madre es bastante obsesiva
con la puntualidad y aquí estamos
matando el tiempo antes de que pase
a la sala de abordar.
Bravo Nos conocimos en la facultad,
me da pena decirlo, pero ella fue quien
por Samuel Carvajal Rangel
me habló a mí. Empezó por halagar
mis tareas en clase de dibujo de la

L
figura humana; debo reconocerlo:
os besos más sentidos se
dan en las estaciones de extrañamente los desnudos
masculinos siempre han sido mi
ferrocarril, en los funerales
o, en nuestro caso, en los baños del fuerte. El desnudo femenino no se me
aeropuerto. da tan bien, tal vez por falta de
No me malinterpretes, Claudia y modelos, fue mi explicación. A lo cual,
yo tenemos tres meses de andar, pero entre broma y en serio, se ofreció a

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resolverlo, posando para mí. Reí al su espalda se delinearon perfectas, la


tiempo que tragué saliva. ausencia de sostén me embelesó.
El semestre avanzó y nuestra ¡Pero dibuja! Me había olvidado de mis
cercanía se hizo evidente para el resto instrumentos, pero no de mi pulso
de la clase, para nuestras amistades y acelerado. Hice esbozos rápidos sin
en nuestras casas. Disfrutaba de su ver su rostro. Su cabello caía lo mismo
extraño negro sentido del humor que que el sol. Lentamente fue
repartía a diestra y siniestra y puntos desabrochando su pantalón que
circunvecinos; del color de sus ojos; discurría por sus caderas afiladas y se
de su compañía en las tardes sin nada entretenía en sus nalgas perfectas. El
qué hacer; de la suavidad de su lápiz se deleitaba en el detalle de sus
cabello; de sus clases de cocina curvas, mi vista de su cuerpo al papel.
quemada y afirmativamente de su Mi deseo del papel a su cuerpo.
ayuda como modelo para mis clases Muslos, corvas, pantorrillas, pies
de dibujo al natural. Muy al natural. desnudos como mi deseo habitaron
Mis manos no saben qué hacer mi papel. Se giró para encender la
con el peluche que le he traído de suave lámpara de pie, ante mi vista y
regalo y que le estoy cuidando mi lápiz quedaron sus pechos ya bien
mientras los minutos reptan como formados. Un calor húmedo en mí. Su
tráfico en periférico. Snoopy ya me pose terminó en una mirada, cubierta
odia. Ella se ha dado cuenta. Me sabe a medias por su cabello, directa a mis
leer y sabe lo que mis manos ojos, tragué saliva sin dejar de mover
necesitan. Ven, vamos a ver las el lápiz, su boca carnosa en un rictus
tiendas. Nuestras madres que me llamaba, su lengua… en la
enfrascadas en sus pláticas mía. Esa tarde probé lo que siempre
presenciales y virtuales nos dejan había deseado: miel y carne. Pecado y
hacer, sólo recordándonos el tiempo deseo. Efluvios en mezcla. Palmas
justo para pasar a la sala de abordar bordeando dermis. Ella fue mía, la
una vez que hemos documentado sus tarde nuestra, yo de ella.
maletas. Ándale, que se nos acaba el
Mira. En una librería duty free tiempo.
un libro enorme y bello de dibujo de la Sabes que odio entrar a los
figura humana, en su portada una baños de mujeres. Calla y sígueme.
mujer de bella espalda posa desnuda. Una dama sale, la señora toallas de
Su sonrisa cosquillea en mi libido. Me papel no dice nada. Me jala a un
muero por abrazarla y robarle un cubículo vacío, me mira a los ojos y…
beso. Lo sabe y se da a desear. Sé que un baño no es el mejor
Sígueme. Eso me dijo la vez que se lugar para besos apasionados, pero
ofreció de modelo y me invitó a su conoce de mi pena y resistencia a que
casa. Su padre no estaba, la alguien nos vea besarnos. Me come a
muchacha que les ayuda tenía día besos. No quiero que nadie lo sepa. Le
libre, el chofer había llevado a su paso mis dedos entre su pelo. Me da
madre a no sé dónde. “Tu lugar” y vergüenza y nuestras madres no lo
señaló un sofá cómodo en el estudio saben. La siento húmeda. Tenía
de su casa. “El mío”, dijo, un nido de tantas ganas. No sé cómo nuestros
cojines y almohadones. Nuestra luz, pechos terminan tocándose. No hagas
cerró las persianas para que el ruido. La estrecho con todo lo que
atardecer se suavizara y nos diera puedo. No quiero que te vayas. El cielo
intimidad. Su blusa negra voló por los está cerca. No hagas ruido, calla. Todo
aires y cayó a mi lado. Las líneas de se eleva, es voraz, es un huracán,

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nuestra húmeda tormenta. El a sus lugares usuales. Nos lavamos y


desbordamiento mutuo y esos suaves salimos corriendo. La señora toallas
"ah" hondos y simultáneos que se de papel tan amable como discreta.
dedican nuestras bocas. Benditos Regresamos después de varios
paneles de acero inoxidable, sin ellos mensajes a nuestros celulares, es casi
hora de abordar. Se forma en
la fila asfixiando a Snoopy.
Sonríe y gira a verme. Una
madre a cada flanco me
limita a demostrar más de lo
que aquí le he demostrado.
Mi mirada enganchada a la
suya le llama, me obedece y
regresa corriendo. Señorita,
no se salga de la fila. Me
planta un beso en la boca. Me
muero de vergüenza. Mi cara
aprisionada por sus manos.
Escucho un “Bravo” y el
nacimiento de unos
aplausos. Ambos han
brotado de la boca y manos
de nuestras madres. El
“Bravo” y los aplausos
aumentan. Toda la sala,
bueno, hay que ser honesta u
optimista, se une al aplauso
y a la ovación. Bravo. Te amo,
Claudia. Te amo, Sofía. Si no
te aceptas tú jamás esperes
que los otros te vayan a
aceptar. Beso. Bravo. Mi
sorpresa envuelta en silencio
le libera los labios y las
manos, pero no las miradas
ni las sonrisas. Madre y
suegra me abrazan por los
hombros. Bravo■

Samuel Carvajal
Rangel (Monterrey, Nuevo
León, México, 1968).
Diseñador industrial, coedita
el semanario “El ojo de UK”, y
ha recibido diversas
menciones y premios por su
estas despedidas no serían posibles. trabajo en certámenes literarios de
Un suavecito "Te amo" en el oído de ámbito regional.
cada una. La ropa, la decencia, la
temperatura y nuestra libido vuelven

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y combinó el trabajo en un bufete con


el de abnegada madre de tres hijos.
Rosaura debería ser feliz, al
menos eso marcaban los cánones.
Todo para lo que su madre la había
educado y deseaba para ella había
Las dudas sido un éxito. Familia, prestigio social
y éxito laboral, sin embargo, una
de Rosaura angustia vital le ahogaba causándole
temblores en sus sueños y
por Iván Santamaría Pampliega desasosiego en la mañana. Ella se
sentía incapaz de encontrar la raíz del

R
problema, y esto empezaba a afectar a
osaura siempre fue, lo la vida conyugal.
que denominan “una Su marido, que la amaba con
chica bien”. Estudió locura, no consiguió ayudarla y le
internada con las Hermanas Clarisas. sugirió que lo mejor era acudir a un
En ese centro se creaban vínculos especialista. Tras varias sesiones con
más allá del término sororidad para una terapeuta, ésta concluyó que
sobrevivir a la dura disciplina de las todos sus problemas eran relativos a
religiosas. Su itinerario fue siempre el los cambios hormonales de la
esperado; buena alumna de premenopausia recetándole unos
bachillerato, de las mejores de su fármacos. No obstante, las pastillas
promoción de la Facultad de Derecho, no lograron deshacer esa sensación
se casó con el futuro fiscal del distrito en sus entrañas.
El día a día empezaba a ser
insostenible hasta que un pequeño
suceso afortunado llegó a su vida. A
través de un programa de inserción
social, Silvia empezaba a trabajar en
el bufete de abogados como su nueva
secretaria. Sus modales eran
exquisitos, pero con un aire de
artificialidad que sembraba dudas.
Rosaura se convenció a sí misma de
que era el resultado de algún curso de
protocolo para la reeducación de
toxicómanos. A pesar de todo, las dos
mujeres generaron unos lazos de
amistad muy fuertes.
Esta nueva relación la retrotrae
a esa infancia tan añorada, donde se
escabullía por la noche por un
ventanuco, escapando de la vigilancia
de Sor Dolores para reunirse con sus
amigas. Rosaura intentó sonsacar a
Silvia sus orígenes, pero ella
permanecía hermética, como si
hubiese una capa de cristal que no se
pudiera traspasar. Se imaginó que era

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debido a una infancia humilde y llena habitación de hotel. Su corazón latía


de abusos, afortunadamente ahora con fuerza y notaba una sensación de
había conseguido prosperar. quemazón en la entrepierna. Su ropa
Un viernes por la noche todos los interior se adhería con fuerza a su
compañeros salieron a celebrar la sexo. En ese momento no sólo no
victoria en un caso importante. rechazaba los besos de Silvia, sino
Botellas de champán francés eran que se mostró increíblemente
abiertas sin demasiados miramientos proactiva, desabrochando la blusa de
y el alcohol empezó a hacer mella en la joven y liberando unos pechos
los de otro modo comedidos letrados. duros y turgentes dignos de una diosa
Con el pasar de la noche, poco a poco griega.
el equipo comenzó a retirarse a sus Cuando bajó su mano a la falda,
domicilios. Más allá de medianoche Silvia la interrumpió, cogió sus manos
sólo Rosaura y Silvia permanecían en de manera firme, pero, acercó su boca
el reservado del club. Desinhibida por a la oreja y susurro con ternura:
la confianza en su amiga, sumando el “Cariño, te apreció muchísimo.
efecto del alcohol, la
mujer de mediana edad
empezó a soltar sus
confidencias a la joven de
un modo mucho más
crudo y sincero del que
fue capaz con la psicóloga.
Consiguió derribar todas
sus barreras mentales y
expresar de una manera
vehemente lo que sentía,
lamentablemente no
podía articular sus
sentimientos de un modo
coherente, le faltaba
alguna pieza para
completar el puzle. Agradezco la oportunidad que me han
Silvia, conmovida por la dado en el despacho. Todo lo que pase
sinceridad de su jefa, la miró hoy en esta habitación quedará entre
profundamente a los ojos, la agarró de nosotras.”
la cintura y la besó. Rosaura se sintió Rosaura asintió con el rostro de
fuertemente violentada al principio, una adolescente. Su deseo era tan
sin embargo, una vez que aceptó el grande que hubiese firmado con
beso cerró los ojos y se sometió a una sangre delante del mismo diablo para
sensación profunda de liberación poder continuar. Se desnudó
mezclada con excitación. rápidamente con la urgencia de quien
Muchas preguntas acudieron a se siente necesitado, sin importar
su cabeza: ¿Era ese el problema? ¿Era todas las inseguridades propias de un
ella en realidad una desviada? ¿Era la cuerpo de una mujer de su edad. A
negación de su sexualidad el origen de Silvia no le importó en absoluto,
sus males? manejando con maestría experta los
Al sentirse profundamente puntos erógenos de la mujer. Los
turbada, dejó a Silvia la iniciativa, gemidos entrecortados de placer
dejándose llevar de la mano hasta una dieron paso a unos gritos ahogados

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antes de una calma posterior a un anterior, abriéndose paso con


intenso orgasmo. Después los facilidad. Usó la experiencia de años
temblores se transformaron en como trabajadora sexual para llevar a
tranquilidad mientras se abrazaban. Rosaura a cotas de placer que jamás
Rosaura volvió a tomar la había imaginado, enlazando un
iniciativa y Silvia se dejó hacer clímax tras otro. Cuando sintió que
mientras su falda y su ropa interior era suficiente dejó a Rosaura
eran arrancadas de una manera más extasiada a un lado de la cama. Tras
bien torpe. Los ojos de Rosaura unos instantes se vistió en silencio y
parecían platillos, en vez del sexo abandonó la habitación con cara de
depilado de mujer que ella esperaba pena. Rosaura echó un último vistazo
apareció un miembro viril de a ese cuerpo híbrido a medio camino
considerables dimensiones. Ante su de una transformación completa,
estupefacción, Silvia le explicó que como si de una larva de mariposa se
ella había nacido mujer atrapada en tratase.
un cuerpo de hombre. Ejerció la Rosaura abandonó el hotel una
prostitución buscando recursos para hora después. Su cuerpo y su mente
llevar a cabo una operación de cambio eran un hervidero de sensaciones e
de sexo hasta que una asociación la inseguridades. A la mañana siguiente
sacó de la calle para proponerle un no había ninguna nueva certeza en su
puesto dentro del bufete. camino, lo que sí que tenía claro es
que nada ni nadie le iban a impedir
experimentar hasta que encontrase la
respuesta para desenredar los hilos
de su interior. Ese nudo en el
estómago parecía haber desaparecido
para dar paso a la excitación por el
descubrimiento de un mundo nuevo.
La siguiente vez que se encontró
con Silvia en el despacho, se dirigió a
ella con determinación y le dio un
suave beso en la mejilla, antes de
susurrar una sincera palabra a su
oído: “Gracias”■

Iván Santamaría Pampliega (Burgos,


España, 1983). Ingeniero de
profesión, por vocación o
Rosaura se derrumbó y empezó equivocación. Tomó la decisión de
a llorar. Demasiadas emociones para dejarlo todo y dar la vuelta al mundo.
una sola noche. Sentimientos de Definitivamente el destino tenía otro
culpa encontrados, descubrimiento propósito para él y hundió su barco.
de nuevas experiencias y algo que Tras sobrevivir 10 horas a la deriva en
creía real resultó que no lo era. ¿Qué el Pacífico y salvar la vida de un bebé,
estaba pasando? Silvia la abrazó de decidió buscar el sentido de la vida
un modo reconfortante, un abrazo de viajando esta vez con la imaginación.
esos que sólo se consiguen cuando la Sigue en una denodada lucha para
piel humana se une. Sin previo aviso, decidir si se gana la vida
se deslizó entre sus piernas que aun honradamente… o como escritor.
conservaban los restos de la actividad

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N
o puedo dormir. Llevo
más de media hora dando
vueltas en la cama, pero
mi imaginación no deja relajarme. Él,
sin embargo, ya estaba dormido antes
de tocar la almohada con su cabeza.
¿Cómo puede estar tan tranquilo
Confesiones cuando nuestro matrimonio se
desploma? Antes, escuchábamos
de sonar el reloj toda la noche,
durmiéndonos cuando se hacía de

almohada día. Ahora, a las diez ya estamos


cenados y en la cama, tumbados cada
por Yohana Anaya Ruiz uno en una esquina y sin beso de
buenas noches.
Siento que él se ha enfriado, que
ya no siente el mismo deseo que
antes, pero yo sigo teniendo las
mismas ganas que el primer día y
estoy agotada de sentirme rechazada.
Cuando me siento con más ánimo,
busco su cuello con los labios hasta
encontrarme con su boca. Entonces él
me mira y el invierno invade la
habitación.
¿Qué quieres? -me dice con una
media sonrisa.
Tengo ganas… -le contesto
mientras acaricio su pecho con mi
mano.
Estoy cansado Carmen…
Entonces, me da un beso en la
frente y se duerme a los pocos
segundos. Hoy lo he intentado de otra
manera, pero el resultado ha sido el
mismo. Él ha llegado del trabajo y yo
le he esperado en la cama, con
algunas velas encendidas y un
incienso sobre la mesita de noche.
Hola, cariño -le he dicho
mientras me quitaba la sábana
lentamente.
Hola.
¿No vienes a la cama? -le
pregunto mientras le muestro que no

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llevo puesto ni un solo centímetro de agolpan en la garganta, formando un


tela sobre mi piel. nudo que me quema. Cojo aire y me
Carmen, llevo ocho horas atrevo a ser valiente, a enfrentarme
trabajando y vengo sudado y cansado. por fin a mis miedos y a la realidad
Ya lo sabes -me contestó él mientras que quizás no soy capaz de ver porque
se marchaba por el pasillo y se dirigía aún conservo demasiadas
a la cocina. —¿Qué quieres cenar? esperanzas:
Comimos en silencio y nos
vinimos a la cama sin apenas mediar
más palabra. En días como hoy me
planteo si realmente me quiere, si
tiene un problema de salud debido a
su exceso de cansancio, si ha
encontrado a otra persona, si ya no
me desea… Noches como esta siento
que mi cuerpo arde. Echo de menos
unas manos apretando mis muslos, Carlos… -espero unos segundos
unos labios besando y mordiendo mis y como veo que no reacciona le muevo
pezones o simplemente un beso que el hombro con la mano —¡Carlos!
me haga cerrar los ojos. ¿Qué pasa ahora? -me pregunta
sin moverse.
¿Tú me deseas?
Espero su respuesta
escuchando el ritmo de mi corazón en
mitad del silencio de la noche. Pasan
los segundos, pero no me responde y
temo a que no sepa cómo decirme que
Acaba de girarse y me ha mi cuerpo ya no es especial para él,
abrazado por detrás. Noto su que ya no echo de menos mis besos ni
respiración en mi cuello, siguiendo el mis caricias, pero me doy cuenta de
mismo ritmo y erizando mi piel. que se ha vuelto a dormir.
Llevamos más de un mes sin tener Carlos, ¿me deseas? -le pregunto
relaciones y siento que con cualquier de nuevo alzando la voz.
caricia podría estallar. Me giro y busco Laura, ¿no te he dicho que no me
su boca y le beso muy despacio, para despiertes, que tengo que descansar?
despertarle sin asustarle. Y, entonces, lo entiendo todo■
—¿Qué pasa? -me pregunta aún
con los ojos cerrados. Yohana Anaya Ruiz: Graduada en
—Tengo muchas ganas… Carlos, Filología Hispánica. Actualmente
por favor… cursa un máster de gestión del
—¡¿Para esto me despiertas?! Te patrimonio en Málaga. Cuatro libros
he dicho antes que estaba muy publicados: "La última lágrima"
cansado. Sabes que mañana madrugo (Bohodón Ediciones), "Mi reflejo"
de nuevo y luego me paso el día (Punto didot), "Resiliencia" (Poesía
agotado si no duermo bien. eres tú Ediciones) y "Lo que ha
Siento que las lágrimas se me quedado de mí (Esdrújula Ediciones).
acumulan en las pestañas y me giro. Redes sociales: Instagram
Intento calmar mi respiración. A los @yohana_anaya_ruiz
pocos minutos siento que se ha vuelto
a dormir y todas las preguntas se me

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Tengo treinta años recién


cumplidos; cuando tenía trece
descubrí que no sentía ninguna clase
de atracción hacia los niños, por el
contrario, a medida que iba creciendo
Ojos observé que nunca sentía la
necesidad de que los chicos se fijaran

castaños en mí. Era bastante femenina, pero


aun así no actuaba para ellos,
por Mayerlys Redondo actuaba para ellas. Siempre me
decían que no debía estar con otra
nena, que debía estar con los niños y

E
que éstos debían estar con las niñas,
xisten ciertos mitos entre la pero, aun así, algo en mí seguía
población heterosexual, la rechazando esa ‘orden’.
mayoría de ellos han sido originados Pensé que era una etapa, que
por hombres, esos hombres que sería algo del momento, sólo una
piensan que el mundo gira entorno a situación pasajera. Cuando cumplí
eso que tienen en medio de las los dieciséis entendí que estaba
piernas. ¿De qué estoy hablando? equivocada, jamás me atrajeron los
Pues sencillo, estoy haciendo varones, mi mente estaba enfocada
referencia al sexo lésbico. sólo en conseguir una linda chica y

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llevarla por la vereda tomada de su razones, sólo quedamos Annie, Drake


suave mano. el de seguridad y yo. Había dejado la
Me llevó mucho tiempo aceptarlo ventana de mi carro abierta así que fui
por completo, y ni hablar de mi corriendo a cerrarla para evitar que
madre, jamás pude contárselo puesto siguiera entrando agua a través del
que sabía que entraría al borde de una vidrio.
crisis existencial, ¿Por qué su hija era Regresé a la tienda y mi
lesbiana? ¿Por qué no pudo tener una uniforme estaba empapado de agua,
hija normal? ¿Por qué su hija era mis pezones estaban rígidos puesto
lesbiana si nadie en la familia tenía que el agua de lluvia estaba fría. Ella
inclinaciones parecidas? Y un montón me quedó mirando fijamente, me sentí
de preguntas clichés que suelen tan incómoda que pude sentir la
hacerse los padres en cuanto sangre acumulándose en mis orejas.
descubren que sus hijos tienen una Luego de eso, sin decir palabra, salí
orientación sexual diferente a la con paso rápido rumbo a mi oficina.
‘normal’. ─Soy una estúpida -musité
Mi vida cambió cuando conocí a mientras me quitaba la camisa para
Annie, una linda chica de cabello intentar secarla frente al ventilador.
castaño y ojos color moca; cada vez Sentí como si la puerta de mi
que me dirigía la palabra mi cara se oficina se hubiera abierto lentamente,
tornaba roja, casi como el color de una no me percaté de quién, pensé que a
fresa madura. lo mejor pudo ser sólo mi imaginación.
Los ojos de Annie eran Luego de unos segundos sentí
bellísimos, jamás me cansaba de esa extraña sensación de que alguien
decírselo, estoy segura de que el cielo me estaba observando, al instante que
tenía envidia de su tan inigualable quise girarme, Annie ya me tenía
belleza. tomada del cuello con firmeza
Nos conocimos en el trabajo, mientras besaba mis labios con
ella era la encargada de una de las frenesí.
cajas del autoservicio en el cuál yo era No tuve tiempo de decir una
gerente. Solía ofrecerme a trabajar palabra, sólo le correspondí el beso
horas extras sólo para poder estar dejando que la situación fluyera por sí
junto a ella. sola.
El aroma de Annie era
totalmente delicioso, era como una
combinación entre menta fresca y
coco, cada vez que se me acercaba el
olor que emanaba su uniforme
penetraba mi nariz dejándome sin
aliento por unos cuántos segundos.
La primera vez que estuve con
Annie la recuerdo como si hubiera
sucedido hace tan solo unos minutos;
era mi primera vez y ella lo sabía, era
como si mi cuerpo disparara rayos
virginales en todas las direcciones
posibles.
Había una tormenta, la mayoría
La castaña me empotró contra la
de las personas se quedaron
pared para luego levantar mi pequeño
refugiadas en sus hogares por obvias

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cuerpo haciendo que encuentro con una dama, sin


automáticamente mis piernas juguetes, sin arneses, sin
quedaran envueltas en su cintura. absolutamente nada, sólo su cuerpo
Pude sentir sus manos desnudo incitando al mío. Sin duda
deslizándose suavemente por mi alguna fue uno de los mejores
espalda hasta desabrochar mi momentos de mi vida.
sujetador, mis pechos saltaron libres El día de hoy estoy casada, tengo
frente a su cara e inmediatamente ella dos hermosos hijos y un buen esposo
comenzó a besarlos con suavidad. que dice amarme. Aparentemente mi
Mi flor estaba húmeda, quería vida es buena, no tengo problema
que alguien acariciara los pétalos de alguno salvo los que tienen las
mi rosa, y quién mejor para hacerlo familias y personas normales, pero
que Annie. aun así sé que hay algo malo en mí.
El beso tomó aún mayor Todas las noches en la oscuridad de
intensidad cuando me tiró sobre mi mi habitación me pregunto cómo
escritorio, el brillo en sus ojos me hubiese sido mi vida si estuviera con
hacía arder en lujuria. ella, incluso cuando estoy sola
De un momento a otro ambas acaricio los pétalos de mi flor
estábamos totalmente desnudas, imaginando que mis manos son las
ambas estábamos a punto de suaves manos de ella, las manos de
convertirnos en una sola. esa castaña de ojos color moca. Sí,
Pude sentir la pierna de Annie ella. Annie, mi buena chica Annie.
posarse en mi entrada, la sensación Casi diario la recuerdo con
era tan exquisita que mis caderas lágrimas en los ojos deseando verla,
como por arte de magia comenzaron a aunque sea una última vez, pero hoy
moverse de abajo hacia arriba en un ella es feliz al lado de Sonia, su
movimiento uniforme y a la vez esposa. Se casaron la semana pasada
desesperado. Me sentía tan bien que en una isla de Colombia, lo sé porque
un pequeño quejido salió disparado recibí la invitación, lastimosamente
de mi boca lo cual hizo que ella no pude asistir, estaba ocupada
aprovechara la invitación para poner fingiendo ante todos que soy feliz con
a su lengua a jugar con la mía. una vida que me imaginé durante
tantos años, pero no con Carlos, mi
marido, si no Annie, mi amante y al
parecer… el amor de mi vida■

Mayerlys Jineth Redondo Bolaño


(Colombia- 2001) “La sensación
que recorre tu cuerpo cuando notas
que a alguien le gusta lo que escribes,
algo que sale única y exclusivamente
de tu imaginación, realmente no tiene
comparación alguna con nada. Amo
escribir, porque la lectura puede
Sentí como si una presión se
conectar mundos totalmente opuestos
liberara de mi cuerpo, estaba en la
y convertirlos en uno solo''.
sima del éxtasis y fue allí cuando mi
https://www.facebook.com/MR
espalda formó un perfecto arco y mi
edondo4
pelvis comenzó a temblar como loca;
https://www.instagram.com/pa
fue allí cuando tuve mi primer
ssionn18/

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Tu rabia trepanó la habitación,


creíste que los enemigos eran
aún más. Pero no entendiste
que te elegí a ti, cuando tenía
más elecciones. Cerraste la
puerta, dejando un ruido seco
que siguió nadando en la casa,
cada noche pegajosa de verano
y con el pecho ardiendo y el
viento helado colándose por la
ventana
A veces el recuerdo de ti,
buceando entre mi piel me
despierta, entrando por los
cortes, a veces lo dejo junto al
cuerpo de él, sólo para ver
como ambos juegan. Pelean
para ver quién se queda conmigo,
Lluvia cuando en realidad fuiste la elegida.
Te cuento también que siempre
por Gabriel Rouco ocupo tu lugar, en ocasiones

R
durmiendo entre sus brazos que
rodean mi pecho o mi cintura, en
ecuerdo cuando disfrutaba otras colocando mis uñas y dientes
que tu largo pelo acariciara donde estaban las tuyas, en la
mi cuerpo por completo. almohada y en el colchón, me hundo
Sólo me molestaba cuando en ellos, me cubro de sudor mientras
encontrabas en mi cara una pequeña siento la vibración de su voz
herida bajo mi barbilla. reverberar en mi nuca. Luego,
Insidiosamente preguntabas de cansado, comienzo a llorar sobre esos
dónde provenía. Lograba evadirte a surcos que dejaste, dejando lagrimas
veces, en otras inventaba historias, recalcitrantes.
cuanto más épicas, más las creías. Hoy me levanté raro, no te
La tapé con una barba tupida, recordé a la mañana, no ocupé
aun así, sentía un leve dolor cuando ninguno de tus lugares. Solo me dirigí
tu perfume cruzaba por mi piel. al escritorio, escribí esto y pensé en la
Mordía mis labios para disfrazar la lluvia. Aún queda un vidrio
mueca. incrustado en mi pecho, quizás lo
"La lluvia viene a llevarse los presione. La lluvia vino a llevarse a los
amores muertos", soltaste, cuando un amores muertos■
viento helado en una noche pegajosa
de verano ingreso a la habitación. Ricardo Gabriel Rouco (Belén
Reímos en sincronía, locos y ebrios. de Escobar, Buenos Aires, Argentina,
Afuera había empezado a llover. 1992): Actualmente soy un escritor en
Meses después mi pecho se llenó formación en el taller literario
de vidrio. Te confesé que los gestos "Parole". Soy el propietario del blog
angulosos y su barba dejaron huellas literario "Una horca a la medianoche"
en muchas partes de mi torso, pero la donde subo cuentos del género terror.
que permaneció fue la de mi cara. Y se También llevo 5 años trabajando
fue extendiendo hasta ese momento. como librero.

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oscuras como ellas, que también


disfrutaban de un inusual clima
brumoso en plena primavera. Todas
estaban maquilladas con eyeliner
negro y labios negros. Vestían
Enza y atuendos también negros, altas botas
acordonadas, largos sobretodos que
Alexandrina cubrían sus cuerpos como sudarios.
¿Qué o quién las llevó a encontrarse?
por Juan Manuel Labarthe
Quizá fue el destino, pero quizá algo
más, tal vez un antiguo Daimon, al

E
que alguna vez se le rindió culto y
nza era una bajista de
sacrificio, fue quien las juntó y las
rock gótico y artista
llevó a descubrirse mirando el mismo
gráfica que pintaba el
disco compacto: Mystica Sexuali de
alma de la desolación citadina en
Umbra et Imago en un puesto de
paisajes metafísicos a dos tintas;
música.
Alejandrina o Alexandrina que era
—Es lo mejor del mundo ¿no? -
como le gustaba escribir su nombre,
dijo Enza señalando el compacto cuya
una poeta vertical que hacía versos
portada eran los miembros del grupo
espirales.
emergiendo de una profundidad
cavernosa que bien podría ser el
infierno.
—Lo escuché en una fiesta, sí,
está bien -dijo Alexandrina-. Pero el
que me rifó más fue Infantile Spiele.
—¿De verdad? A mí me encanta
Infantile Spiele, lo he escuchado como
mil veces -dijo con entusiasmo Enza-
¿Qué tal “Endorhpin?
—Es una pirada ¿No?
—Caught in a dark and sterile
world, Life fading like a withered leaf,
lonely like an empty lake. I'm walking
through the fields -recitó Alexandrina
con absoluta exactitud, aunque no
podía decirse lo mismo de su
pronunciación, que era obra más del
esfuerzo y amor por la música que de
dominio de la lengua de Shakespeare.
—Sigue, sigue -la animó Enza a
quien le tenían sin cuidado aquellos
detalles de incorreción fonética.
—Now the black coldness
reaches me, too, merciless and against
my will, thoughts on the edge of
Se conocieron, mejor dicho, se madness. Pictures of unimaginable
reconocieron, una mañana gris y force. And I see my own heart getting
lluviosa en el tianguis del Chopo harder an colder. Endorphin deadens
donde había docenas de chicas my senses, more and more.

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—¿Sabes qué? Te regalo el disco ya antes se le había aparecido en


-ofreció Enza, casi con lágrimas en los sueños.
ojos, causadas por la emoción de Dos horas después, salían
encontrar un alma afín. abrazadas y riendo del tianguis. Era
—¿Cómo? como si hubieran llegado juntas,
—Sí. Te lo regalo. como si se conocieran de toda la vida.
—¿Estás segura? Alexandrina no sabía mucho de Enza
La verdad es que no era barato, pero no le importaba. Podría
como era importado de Alemania acompañarla con los ojos tapados a
costaba el triple de lo que un disco donde fuera; tal era la emoción y
normal. confianza que sentía. Resultó que
—No hay problema. Si te parece, Enza vivía bastante cerca, en un
me lo prestas luego, cuando quieras cuarto de azotea en Santa María la
claro, no hay prisa. Puedo grabarlo en Ribera. No había mentido sobre su
un casete -ofreció Enza. profesión. Las paredes estaban
—Bueno, pues gracias. Pero aún tapizadas con docenas de dibujos a
me da pena -se disculpó Alexandrina- tinta y posters de las tocadas en las
Tú lo pagas y yo me lo quedo. que había participado. En un rincón
Aún no sabían sus nombres, de la habitación reposaba un bajo
pero ya se habían dado un regalo. Fender en acabado negro, con mástil
¿Qué mejor manera de empezar una de arce, y golpeador de carey en color
amistad? rojo sangre. Para Alejandrina, entrar a
ese cuarto, era como habitar en el
alma de Enza y hasta cierto punto en
su propia alma. Enza puso el disco
recién adquirido en el aparato de
sonido, luego se acercó a su nueva
amiga y la beso en el cuello.
Alexandrina vaciló levemente, se puso
tiesa. Se tomaron de las manos;
Alexandrina sintió las de Enza suaves
y delicadas. Paso las yemas por los
nudillos de ella, Enza gimió y apretó a
Alejandrina fuertemente contra sí,
Se sentaron en la banqueta y
sus pechos medianos se frotaron
comenzaron a platicar. Pronto se
contra los de ella que eran un poco
reveló que sus afinidades tiraban muy
más pequeños. Enza era demasiado
profundo, que eran tan similares
apresurada, Alexandrina habría
como dos gotas de aceite, petróleo,
querido que todo fuera un poco más
fraternales, dici-góticas o gametos
despacio, pero poco a poco también
fundidos de un mismo molde. A
comenzó a sentir un impulso
Alejandrina le fascinó saber que Enza
descontrolado que le hacía perder el
era bajista en una banda de música
gobierno de su cuerpo. Se entregó
gótica, y además pintaba; Enza, al
finalmente y se dejó hacer. Hicieron el
escuchar un poema de Alexandrina,
amor sobre la cama destendida de
aseguró que había dibujado algo muy
resortes rechinantes. Tal era la
similar, utilizando los mismos
necesidad, tal la urgencia, que ni
elementos. Alexandrina no le dijo,
siquiera se quitaron la ropa.
pero estaba segura de que había
Alexandrina se mojó, se humedeció su
tenido una premonición de Enza, que
sexo como nunca antes le había

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sucedido, y Enza al ver lo que reencontrado. Zapote de carne negra


provocaba, sonreía. Poco a poco se como el corazón de la noche, dulce
introducía en ella al tiempo que como la miel de los besos de Enza,
repetía, como un mantra: “te he pulposo como la ternura que ambas
deseado toda mi vida, sin conocerte, se profesaban, fruto esplendente que
te he deseado, y ahora que estás colgó alguna vez de un árbol de ramas
conmigo sé que nunca amaré a nadie torcidas, erguido en el centro de un
como te amo a ti ahora”. Las palabras páramo hermosamente gris y
que decía Enza era un eco externo de desolado■
lo que Alejandrina también pensaba y
sentía, ya que con Enza se dejaba Juan Manuel Labarthe (Ciudad
llevar por sus sensaciones y por sus de México, 1974). Escribe poesía,
deseos como nunca lo había hecho… cuento y teatro. Sus obras han sido
ni siquiera consigo misma. La música premiadas en diversos concursos
del disco seguía sonando, pero literarios y publicadas en varias
parecía apagarse, perderse en la antologías. Destacan el poemario
profundidad del abismo, mientras que “Salto de Gato” ganador del primer
los gemidos, las palabras tiernas, el lugar del Premio de Poesía
latido unísono de sus corazones Hispanoamericano “Rostros”, “El otro
tomaba el centro del escenario. me interroga” ganador del Cuarto
Alexandrina supo entonces, con Premio “José María Mendiola" en
entera claridad, lo que desde unas poesía, y la obra de teatro “Hotel
horas antes, cuando conoció a Enza, Alkar” galardonada con diferentes
sólo había intuido, que aquello era un reconocimientos y representada en
milagro, que eran las dos mitades México, Perú y España.
extraviadas de un fruto que se habían

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conducía me dejé envolver por la


magia del instrumento musical. Volví
mi mirada hacia ti, y tu figura me
sedujo, me excitó bruscamente. Tu
falda corta me incitó a mirar tus
Concierto piernas encantadoras, que libres de
defensa plástica mostraban su
para tres delicada tersura e invitaban a la
caricia. Obedecí casi de inmediato,

dedos pero lo hice muy despacio, muy, muy


despacio. Tu mirada dulce no se
por Mario López Espinosa inmutó, volaba en la lejanía. Mis
latidos se aceleraron al sentir la
delicadeza de tus muslos de seda que

M
i más reciente sueño se estremecían ligeramente al sentir el
contigo se suscitó contacto de mi mano. Tus ojos se
durante un viaje en cerraron con suavidad discreta en
auto rumbo a una comunidad lejana, clara respuesta de complicidad y
cuyo nombre no importa. Fue el aceptación. Inclinaste el respaldo y
Concierto de Violín No. 1 de Haydn el abriste muy ligeramente las piernas,
que te trajo hacia mí. Surgiste de otorgándome tu venia para
repente sentada a mi lado como una incursionar más cerca de tu laberinto.
aparición de hechicería. No me Mis dedos continuaron avanzando al
hablaste, sólo mirabas el horizonte y ritmo del concierto y brincaron al
escuchabas atenta. Adopté una percatarse que tus labios íntimos se
actitud semejante y mientras presentaban sin defensa alguna. Mi

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mano dejó de acompañar penetración de una de ellas hasta lo


simplemente las notas para comenzar más profundo de tu esencia. Al
a dirigir el concierto con la orquesta incursionar en las paredes de tus
de tu sensualidad ardiente. De reojo, labios internos, un leve quejido salió
vi como tu sonrisa complaciente de tus labios, para acompañar el
respondía a la instrucción musical inicio del “Finale Presto”, y a mi dedo
que recibía el indicador delicado de tu aventurero que acariciaba con ritmo
sexualidad, ya húmedo y caliente; enardecido tus rincones más
mientras mis dedos, sabiéndose sensibles. En tanto… mis otros dos
instigadores de la armonía de tus dedos directores frotaban
sentidos, se agitaban con viveza, frenéticamente el dispositivo de
control de tu sensibilidad
deliciosa, erguido con la sutileza
de notas sublimes. Tu sonrisa
apareció nuevamente, agitada,
aún más ante el regreso
repentino del primer violín. Las
extremidades de mi mano
comenzaron a moverse
enardecidas al darse cuenta que
tu cuerpo, todo, estaba imbuido
del concierto de Haydn,
estremeciéndose con
impresionante armonía. Tu
sonrisa se agrandaba y tu
mirada crecía y anunciaba un
desenlace desenfrenado. Al
lanzarse con la mayor fuerza, los
violines, todos, tus gritos de
placer estallaron como un coro
erótico y celestial, “¡delicioso!, y
festejando cada nueva señal de tus ¡rico!”. Exclamaron tus labios, y
ojos, que se abrían intensos, mis manos no dejaban de moverse
respondiendo al mandato. Mis dedos como una batuta delirante, mientras
penetraron con alegría un poco más, la orquesta de cuerdas, completa,
reaccionando tu cadera con ligero acompañaba tu éxtasis grandioso.
brinco, mientras tus muslos Fue en ese momento preciso en que
aprisionaban mi mano, ordenándole sentí que toda tú comenzabas a
no retirarse. Al iniciar el “adagio” mis derretirte entre mis dedos,
dedos se expresaron con lujuria dulce precisamente en el clímax del
y se conectaron con todas las fibras concierto. Tu cuerpo adorable, en una
sensibles de tu desnudez. El violín contorsión ardorosa y rítmica nos
principal y tus senos bailaron al enseñó a Haydn y a mí, que tan
unísono durante un prolongado sensual, intensa y expresiva puede
encuentro, mientras tu lengua se ser la explosión suprema de una
asomó para despedir el “solo” de mujer, brutalmente sensible y
violín, justo cuando mis falanges apasionada.
conducían cada vez con mayor Y ya no te vi más pues
dominio a todos los instrumentos de efectivamente te habías derretido de
cuerdas que festejaban en conjunto la placer entre mis dedos■

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del siglo XX, asentada por


generaciones en un punto remoto de
la antigua provincia de Valdivia, más
allá del borde sur del río Calle-Calle, y
El jardín unido a su capital territorial por una
pequeña estación ferroviaria. Allí
de doña pasaron sus mejores días, con
algunas angustias, pero felices.

Marina Hilarión, parco en lo suyo, remolón


con el verbo; Marina expresiva, como
por Gonzalo Ríos las flores del canelo sagrado.

Hasta que, cerca de cumplir los


cuarenta años, aquel manifestó

D
oña Marina había ciertos signos de desacomodo social.
quedado viuda muy Ocurrió desde el día en que empezó a
joven y llevaba más de frecuentar una sociedad secreta que
tres años viviendo en la soledad de la lo alejó de sus relaciones habituales.
quinta que le dejó su marido don Con este vínculo que nunca nadie se
Hilarión de la Cuadra al momento de preocupó de investigar, se dio inicio al
su muerte. Situada en el sur del país, lento deterioro de su salud mental, a
la quinta era lo que quedaba de la lo que se sumó la inhibición
fortuna de los de la Cuadra. Dato sin prematura de su sexualidad. Dicen
importancia si no fuera porque nos quienes conocieron a la pareja, que
informa de la decadencia de una don Hilarión era infértil, y que,
familia tradicional de la sociedad durante la primera etapa de su
chilena de finales de la primera mitad matrimonio, y a pedido de su mujer,

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aceptó someterse a tediosos principal de la quinta; más


tratamientos de medicina natural con precisamente, en un quiosco en forma
la vana esperanza de engendrar un de pagoda, cuyo techo, durante los
hijo, lo que no fue óbice para que el veranos, producía sobre la pared que
resplandor del deseo iluminara, la separaba del campo, una sombra
intenso, el lecho del matrimonio. ondulante, a semejanza de una
En contra de la opinión de sus serpiente, mientras el sol transitaba
cercanos y por el amor que le tuvo a por el lugar.
su marido, nunca pasó por la mente Tal cual quedó evidenciado,
de doña Marina volver a casarse; al durante el largo luto que llevó doña
contrario, guardó penoso silencio y Marina, no se le conoció ningún
acomodó su libido a la abstinencia interés que la distrajera de sus
con una valentía cavilaciones, siendo
encomiable. la forma de rendirle
Después de amoroso tributo a su
su conversión, don marido. Secundada
Hilarión había por Leontina –su
dejado de asearse ama de llaves–, se
con regularidad, recogía temprano en
se había dejado invierno y nunca
una barba que muy tarde en verano,
nunca quiso salvo cuando recibía
recortar y empezó visitas que, de tarde
a vestir como su en tarde, se
jardinero, al que le asomaban para
cambiaba la ropa hacer recuerdos de
por la suya. Su su esposo.
desapego fue tan Necesario, para
grande por todo lo redondear con
que le rodeaba que fidelidad esta
cayó en historia, es informar
melancolía, lo que que el jardinero que
a la postre lo le pasaba su ropa a
condujo a la don Hilarión, empezó
muerte, dejando a a manifestar
doña Marina llena de aflicción, también signos inequívocos de
incapaz de comprender sus motivos. alteración de su personalidad: vagar
Es menester hacer presente que los desnudo por las cercanías de la casa
restos de don Hilarión fueron cuando se encontraba fuera de su
reducidos a cenizas, y cumpliendo al horario de trabajo, u orinar o
pie de la letra un mandato expreso masturbarse en presencia de
suyo –suscrito, por cierto, cuando aún Leontina; hasta, incluso, insinuar
gozaba de buena salud–, estas fueron avances indecorosos a doña Marina,
guardadas en un pequeño contenedor quien finalmente debió tomar la
de amazonita, cuyos brillos verdes, decisión de prescindir de sus
contrastados de estrías amarillas, le servicios. Por esta razón, los
daban al ánfora, una sensación arrayanes plantados en los exteriores
fosforescente de estallido lúdico. Fue de la casa se fueron quedando casi
colocada, de acuerdo con su sepultados bajo los helechos por falta
testamento, en el centro del patio de poda, y las florecillas de los

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alrededores dejaron de brillar. Pero, cubría la pared frente a su cama;


según los dichos de algunos vecinos, enseguida se vistió con su desabillé de
cuyo único crédito es la unanimidad verde ágata y admiró su anatomía,
de sus versiones, el patio donde agradecida de su linaje; en tanto,
reposaban los restos de don Hilarión, había dejado abierta la gran ventana
permaneció con sus jardines y sus que daba al patio de la pagoda donde
prados intactos, como si nunca brillaba contra la inmensidad del cielo
hubieran dejado de ser atendidos por el ánfora con los restos de su marido,
la mano experta de un jardinero; en a la vez que la acariciaba un aire
tanto, la vida de doña Marina limpio y sereno sobre las suaves
transcurría más rodeada de paz que extensiones de su piel. Se tocó los
de pesar; y bajo la inevitable glúteos y se miró el ombligo para
aceptación de su destino, incluido el
abandono cruel de sus apetencias
sexuales.
Sin embargo, cuando la
primavera de principios de la década
del 40 del siglo pasado se asomaba
desparramando la vida a borbotones
en aquellas latitudes feraces, doña
Marina amaneció llena de una
energía nueva y sustancial. Se miró al
espejo y se reconoció en la plenitud
de sus atributos y no sintió ninguna
clase de frustración que la hiciera
renegar de su soledad; al revés, la
prodigiosa virtud del espectáculo de
la creación, la llenaba ahora de una
sensación de vital alegría. Fue
entonces cuando una suave brisa
que, de pronto le rozó las mejillas, la
llevó a imaginar la presencia de un
ángel travieso que bien podría estar
mirándola desde algún rincón de su
jardín. Era tal el gozo suyo que, a la
hora del desayuno llamó a Leontina y
le dijo que ese día no almorzaría,
bastaba con unas frutas y ensaladas;
también le pidió preparar su baño
con diligencia para la noche. La
mujer, conocedora de los gustos de
su señora, se lo ordenó con agua de seguir con la vista la línea apenas
rosas y aceite de avellanas y se perceptible que bajaba para unirse a
preocupó de dejar a su alcance lo la oscura rosa de su bajo vientre. Un
mejor de su vestuario íntimo. En la estremecimiento llenó sus mejillas de
tarde, doña Marina se recogió un rubor flamígero para iniciar un
temprano en su habitación, y luego de viaje al centro indecible del deseo;
un baño reparador, se paseó desnuda entre las turgencias ardientes de sus
y se miró detenidamente en el gran senos y las ensoñaciones púbicas;
espejo de molduras barrocas que desde las escápulas temblorosas de

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su espalda, hasta las calientes un ángel proscrito, alcanzó la cámara


erupciones del placer en cada del vino para clavarle a ella la bandera
dimensión cúbica de su cuerpo. suya entre las piernas que, abiertas
Luego de tenderse en la gran como alas de mariposa, temblaron
cama de la habitación, de espaldas bajo ese goce eterno que los amantes
contra el cielo raso, doña Marina saben está inscrito en la memoria
sintió el poder de sus piernas y se universal de la libido.
palpó el pubis, luego se acarició las Dilatados sus tímpanos,
trepidantes aristas húmedas de su envuelta en el frenético bufar de un
clítoris ardiente y cerró los ojos. tren al llegar a la estación, y a ratos,
Agitados sus senos, conmovidos sus oculta por la densa ebullición de unas
sentidos, de pronto sintió el peso de enormes nubes de vapor, doña Marina
un afecto viril hecho sombra, similar se dejó llevar hasta el andén de losas
a los desbordes de sus antepasados amarillas donde ella solía esperar a
en el delirio del poder. Cual, si se Hilarión cuando volvía de la ciudad y
tratara de una promesa incubada en ambos abrazados corrían a casa
el inframundo, la sombra se abalanzó desnudándose en el camino
sobre ella, pronto a saciarla, igual que desesperados por alcanzar las
sacia el deseo animal de la posesión. estrellas■
Enseguida, amantísimo, el ente
retuvo el aliento, como si se (*) Obra revisada, está incluida
dispusiera a lanzarse desde lo alto de en blog:
una montaña; y con la certidumbre de https://lapatatatórrida.blogspot.com
Gonzalo Ríos Araneda
(Santiago de Chile, 1951)
Escritor, poeta, pintor. Con
Desnudos vesperales,
segunda mención nacional
concurso El memorioso de
Chiloé (2011), e incluido en
antología poética, Camino al
sur. Diploma de
picapedrero, revista La oca
loca, de España, por el
poema finalista “La premura
olvidada”. Autor de El
misterio del Aposentador, 15
narraciones de pintura
ficción, ed. Forja 2015
(reedición traducida al
inglés en proceso de
revisión) y de la novela de
ciencia ficción, El sollozo de
la gárgola, ed. Forja, 1018.

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en el filo de mi cama. Espero ansiosa


a que abras la puerta con ese ímpetu
tan característico tuyo cuando te
enojas. Estoy deseosa por verte, por
poder besarte, por poder oler ese
suave perfume que de manera natural
desprende tu suave piel, por acariciar
los rizos de tu pelo que ya sabes que
es algo que me encanta, te echo de
Los mundos menos y deseo que llegues cuanto
antes para poder disfrutar de ti. Los
de Chloe recuerdos de lo que vivimos la pasada
noche, amándonos como nunca antes
por Inmaculada Linares Sillero habíamos hecho, hace que comience a
excitarme. El sabor de tu boca, palpar
la humedad de tu entrepierna, oprimir

O
igo como me llamas tus senos turgentes y redondeados
según avanzas por el pellizcando levemente los pezones
pasillo. La dulzura de tu haciendo que se ericen y endurezcan.
voz torna a principio de enfado debido La reminiscencia de tu cuerpo pegado
a mi silencio, pero es que quiero que al mío dándonos amor y placer hace
todo sea una sorpresa. que mi sexo palpite de deseo y pasión
Acabo de salir del baño y aún por ti.
con la toalla liada al cuerpo, espero Al abrir la puerta preguntas
que entres en mi habitación sentada qué hago, qué sucede, por qué no

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contesto, pero mi mirada de deseo te con mi saliva notando como tu deseo


deja bastante clara mi intención. va en aumento.
Como respuesta recibo esa pícara Sentada a horcajadas sobre tus
sonrisa con la que conseguiste piernas desabrocho el pantalón.
enamorarme desde el primer Quiero quitártelo y tú me ayudas a
momento en que te vi. Las dos hacerlo elevando ligeramente tus
sabemos lo que queremos… y cerrar caderas. Te dejo completamente
la puerta tras de ti es la contestación desnuda y me regodeo contemplando
a que ambas deseamos lo mismo. tu hermoso cuerpo. Humedeces tus
Me pongo de pie y con un labios con tal sensualidad, que
insinuante y leve movimiento de provocas que un tremendo latigazo de
hombros consigo que la toalla que me placer recorra mi cuerpo encendido,
cubre, caiga al suelo ofreciéndote mi deseándote más que nunca.
cuerpo desnudo. Me acerco a ti y con Vuelvo a masajear tus pechos y
suma delicadeza agarro tu mano y te los cubro de pequeños y rápidos besos
guío hasta mi cama. Hago que te abriendo camino hacía tu sexo que
tumbes y como a cámara lenta te voy ardo en deseo de probar y conseguir
desnudando. Desabrocho tu blusa, que explotes en un intenso orgasmo.
esa que sueles ponerte y que te sienta La punta de mi lengua es como
tan bien. Asoman tus pechos que me la punta roma de una flecha que va
enloquecen y no puedo evitar las directa a saborear el sabor de tu flujo,
ganas de besarlos, lamerlos y que mi lamer el dulzor de tu sexo
lengua juguetee con tus erectos deteniéndome todo el tiempo del
pezones. Sé que te gusta por el gesto mundo en producirte el máximo
de placer de tu cara, lo que me excita placer excitando tu clítoris. Sé que lo
aún más y me provoca más ganas de que estoy haciendo te gusta por los
continuar saboreándolos. Los mojo gemidos que salen de tu garganta y no

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puedes, ni quieres controlar. Tu ¿Has terminado ya en el baño?


espalda se arquea por el placer de Tengo una cita en media hora y tengo
notar mi lengua dentro de tu sexo, que arreglarme.
recorriendo de arriba abajo tu Sí. Ya he terminado. Perdóname
empapado tajo. Me separo un poco por no decírtelo. Es que...estaba
para poder ver bien como introduzco pensando en mis cosas.
mis dedos en tu vagina, lo que me Tú y tus mundos -sentencia
resulta bastante fácil gracias a tu alejándose hacía el aseo.
humedad. Entro una y otra vez en ti. La quiero, la amo como nunca
A cada movimiento el gozo y el deleite he sido capaz de amar a ninguna otra
nos inunda por igual. La excitación es mujer, pero...ella no lo sabe. No he
máxima. Me pides que siga, que sido capaz de decírselo. Moriría de
continúe con el meneo, gimes, pena y dolor si por el hecho de
suspiras, la habitación se llena de contárselo ella me rechazara, si por
hechizo, de magia, de placer. contarle que estoy enamorada de ella
Comienzo a sentir que el calor se va desde el primer momento que vino a
acumulando sobre mi sexo. Quiero casa para compartir piso conmigo,
explotar de gozo y hacerlo en el mismo dejase de querer ser mi amiga. No he
momento que tú lo hagas, por lo que sido capaz de abrirme y contarle mi
al mismo tiempo que continúo condición sexual, ni a ella, ni a nadie.
entrando en ti me giro ofreciéndote mi Me da miedo el aislamiento, el
sexo, colocándome sobre ti para que rechazo, las burlas, la incomprensión,
tú hagas lo mismo conmigo. El el repudio. Sufro en silencio y vivo
momento álgido está llegando, el escondida en mi interior, donde
movimiento a cada segundo que pasa únicamente soy capaz de dar rienda
es cada vez más rápido, el gozo me suelta a mis necesidades, anhelos y
invade, el placer te envuelve. Ya no pasiones. Martina tiene razón, vivo en
puedo más, tú no puedes soportarlo mis mundos, el único lugar donde
por más tiempo y un inmenso, titánico consigo ser feliz, siendo yo misma■
y placentero orgasmo me recorre todo
el cuerpo, cierro los ojos para poder (*) Obra incluida en el blog
sentir aún más profundo esa literio:
satisfacción que ahora mismo siento. https://inmaculadalinaressillero.blog
Noto como si flotase, como si el cuerpo spot.com/2019/12/los—mundos—
no me pertenece, estoy de—chloe.html
completamente enamorada de ti, te Inmaculada Linares Sillero
quiero, te deseo y nada me gustaría (Granada, España, 1970). Licenciada
más que poder tenerte siempre a mi en Bellas Artes. Sus relatos, cuentos y
lado y hacerte sentir como ahora, microrrelatos han ganado premios en
hacer que miles de orgasmos llenen tu diversos concursos literarios, tanto a
hermoso cuerpo... nivel nacional como internacional. Ha
¿Se puede saber qué te pasa? publicado varias novelas unas en
¡Chloe! ¿Te encuentras bien? - solitario y otras formando parte de
pregunta Martina enfadada desde el una antología. Su última obra (2019),
quicio de mi habitación. es una novela erótica, titulada "Red de
¡Eh! ¡Ah, perdona! ¿Para qué me mentiras", publicada en la biblioteca
querías? -intento disimular mi web Freeditorial.
actitud. Twitter: ADALSI@adalsi8

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Sus ojos no podían dejar de


contemplarla, admiraba su piel, su
belleza interior y exterior. Poco a poco
se despertó su deseo, pero su mente
necesitaba pensar en la amistad, en el
Amor sin vínculo que a lo largo de los años
había tomado fuerza como una raíz.
género El miedo era el principal protagonista,
el rechazo podía ser cruel.
por Maira Luna Un día llamó llorando, su novio
la había dejado, ella estaba triste y

E
perturbada, dolida, sufría y se
n el lugar acordado la desesperaba porque nada podía
encontró, se acercó y hacer. La contuvo por la entrañable
suspiró levemente en su amistad y no podía dejarla sola, aun
oído cuando fue a saludarla, pero no sufriendo por su amor no
se animó a más. Le dio un beso en la correspondido.
mejilla, rieron y pasaron una linda —¡Gracias por estar a mi lado
tarde en la playa. cuando más lo necesito! -
le escribió en un mensaje.
—¡No me agradezcas! -
respondió de inmediato
Sandra.
Griselda de a poco
se estaba recuperando
del desconsolado
momento que su ex novio
la había hecho padecer.
Pero las palabras no se
las llevaba el viento y la
seguían lastimando de tal
forma que creía no
enamorase nunca más.
En sus recuerdos
rondaban las situaciones
más lindas que habían
vivido juntos, los planes,
los sueños, los viajes y la
futura convivencia. Pero
se preguntaba ¿por qué
habían llegado a esa
instancia?, si era un
noviazgo próspero, donde
había confianza y largas
charlas, también respeto,
cariño y amor. Se
reprochaba los siete años
tirados a la basura. Pero
volvía a pensar en el

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posible motivo que a él lo llevó a tomar La fiesta recién empezaba, las


esa decisión. luces de colores encandilaban, el
Dos años más tarde su corazón humo artificial, la música, la alegría y
galopaba por esa amistad que logró ese abrazo incitaba a la fogosidad de
confundirla. Griselda prefería cariño que se tenían.
ocultarlo, pero a veces se El miedo se escapó, Sandra tomó
intranquilizaba y cuándo la invitaba a nuevamente de la mano a Griselda,
un café o a charlar como tantos años posó su dedo en la boca y subieron las
de amistad compartida, evitaba escaleras juntas, ingresaron a la
asistir. De a poco se iba alejando. Se biblioteca, cerraron con llave y no
aferró a su trabajo, al gimnasio y tardaron en unir sus labios para
comenzó a ayudar en los hogares del sumergirse en los besos más
barrio para que no le sobrara tiempo. profundos. Los vestidos cayeron al
Hasta que, por medio del círculo de suelo, desnudas las dos, no podían
amigos, concurrió a la fiesta de fin de dejar de admirarse y vagar en cada
año en una casa quinta para enfrentar una. Griselda con sus manos recorrió
eso que sentía. todo el cuerpo de Sandra.
Griselda se relajó, antes de salir Sandra desplazaba su lengua
se propuso pasarla
bien y olvidarse del
miedo, se dirigió en
su auto muy
contenta, bebió unas
copas de entrada y
después de la cena
llegó el brindis. A
cada invitado le
tocaba atestiguar
acerca de los deseos
para el año nuevo y
dejar aquello que no
sumaba en la vida.
De pronto Sandra se
puso de pie y miró a
Griselda, los ojos de
ambas brillaban más
de lo normal y expresó: por el bello cuerpo de punta a punta,
—¡Brindo por tu amistad, sin como si fuera un largo camino que
vencimiento, Griselda! Hace dos años transitar, como si el tiempo se hubiera
estuviste muy mal, pero hoy te veo paralizado. Besaba sus pechos al
brillar ¡Te amo amiga! -Sonrieron, compás de una hermosa poesía
chocaron las copas y se abrazaron. musical que sonaba sólo en su mente.
Pero en ese preciso momento se Los dedos se dirigían al teclado
olvidaron de la gente presente y ese corporal para recorrer los lugares más
abrazo duró más de veinte segundos, intrínsecos estimulando la fluidez de
luego no podían soltarse las manos, y los orgasmos en silencio.
ambas pensaban en todo lo que Se olvidaron del miedo, el género
podían vivir juntas, la temperatura se y el amor renació en las dos vidas. Sus
elevó hasta que alguien propuso otras corazones desnudos se encontraron
palabras. para que la piel se erizara.

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Al poco tiempo se fueron a vivir Maira Luna (Mar del Plata,


juntas, como amigas, el resto Argentina 1986) Estudió y trabajó
prefirieron ocultarlo, no podían darle como Analista de calidad. Escribe
la oportunidad al miedo, a la desde muy corta edad. En el año 2013
desesperanza. Proteger sus derechos emprendió una gran aventura,
estaba primero antes que cualquier pedaleó por tres países por los sueños
discriminación. y la unión familiar, que la inspiró a
Un día, olvidándose de los escribir y publicar su primera crónica:
prejuicios, Sandra y Griselda “Un viaje en bicicleta”. Dio sus
decidieron pasear juntas: primeros pasos de formación de
—Mirá -dice Sandra a Griselda- escritura creativa en talleres
¿Ese no es Tabo? literarios. Participó en antología y
—Sí, es él. publicó: “Dejate llevar por un taller de
—Cuando te dejó y finalizó con el escritura” (KDP). En el 2019 fue
noviazgo, ¿te explicó el por qué? premiada en la 4º edición Valijas con
—No, eso es lo que más me historia, por su relato de inmigrantes.
desconcertó. Actualmente asegura que disfruta
—Bueno ahí está la respuesta, escribir, que lo hace con pasión y
observá detenidamente. libertad.
—Sí, lo veo. Veo que sus labios https://www.facebook.com/criy
acarician los labios de otro hombre■ mai
https://www.instagram.com/m
aii_lunna/

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Matilda
y Quintero
por Cesar A. Montilla Jelambi

A
pesar de las repetidas
embestidas nocturnas
de Matilda, Quintero,
ojeroso y demacrado, se mantenía
allí, dispuesto a complacerla. Pero
todo en la vida de los humanos
encuentra un límite, así que, luego de
intensas horas circenses, tenían que
parar. Y no por ella o por Quintero,
sino por los vecinos que no toleraban
tanta insania. Matilda pensaba que
podrían resolver la situación
cambiando de colchón, pues cuando
lo hacían sobre los de muelle
reforzados, que hasta el momento
habían sido sus preferidos -el ruido
estrepitoso que hacían los resortes enramado de uvas. Pero después de la
cuando saltaban destartalados les tercera vuelta, la marcada escoliosis
resultaba infinitamente excitante-, de Quintero no se los permitía. De
desvelaban a la comunidad. Probaron manera que no les quedó otra
también modelos de otros fabricantes: alternativa que parar.
desde los de viscolátex -Quintero A fin de no caer en el desespero
transpiraba al punto que después de durante las semanas que siguieron,
dos horas desmayaba-, hasta los de Matilda se abocó al arte culinario, la
gel -no aguantaban la corpulencia o pintura y la jardinería. Exploró la
las uñas de Matilda-. Lo intentaron cocina turca, aprendió el acuarelismo
sobre la gruesa alfombra persa que les hiperrealista y se especializó en el
había regalado su abuela Fecunda, cultivo de suculentas. Quintero, por
sobre el césped japonés (pensado su parte, se convirtió en un devorador
especialmente por su poder de libros. Casi todas las noches
antiséptico y amortiguador), o entre el llevaba a casa un ejemplar que ambos

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leían mientras armonizaban sus Matilda había elaborado una


energías sentados en una palangana lista que adosó a la heladera. En ella
de agua fresca. Por suerte compartían detallaba los momentos propicios
gustos similares. Les apasionaban los según las rutinas del vecindario. El
viajes de Marco Polo, las novelas Sr. Jorge, por ejemplo, podaba el
policíacas y la vida de los dinosaurios. césped de todo el barrio con una
Otras noches hacían largas escandalosa cortadora a gasoil.
caminatas, llenaban crucigramas o se Dedicaba tres horas por la mañana y,
entretenían jugando al billar. Sin en ocasiones, 50 minutos adicionales
duda, el secreto estaba en evitar por la tarde, según la estación. El
cualquier contacto sensorial y para chofer del camión del aseo que pasaba
lograrlo enfocaban la atención en la día por medio lavando calles y
lectura, la plantita o la pelota. Así veredas, era fanático del regaetón. La
transcurrían sus horas... Sra. Rosa hacía sus prácticas
Pero al poco tiempo, la piel de habituales de canto lírico cuando al
Matilda comenzaba a arder. Su Sr. Jorge le fallaba la máquina -que no
sensibilidad se disparaba cada vez eran pocas veces- o al chofer del
con más frecuencia. Bien fuera que se camión por no se sabe que motivo se
descalzara en la huerta, le sacara la le ocurría poner boleros. Y a la Sra.
cáscara a un banano o degustara un Rosa le servían.
cucurucho, no podía no recordar su El cambio de horario hizo que el
galope sobre Quintero. Entonces, en cabalgar de Matilda se tornara en algo
un momento de especial lucidez, se le bestial y fue notorio para Quintero
ocurrió una idea: si a Quintero lo cuyo metabolismo cambió
cambiasen para el turno de la noche radicalmente. De pronto, comenzó a
(trabajaba como cajero en una sentir rechazo por la carne, el queso y
farmacia), podían quizá probar suerte los huevos. Decidió hacerse vegano.
y conseguir momentos para hacerlo Pero el pobre literalmente se vio
durante el día sin que nadie se despellejado. Estaba perdiendo 1 kilo
enterase. Por suerte, la petición a su por día.
jefe fue concedida en menos de una Quintero adoraba a Matilda y no
semana y en los días siguientes no podía no verla radiante, aunque fuera
sólo retomaron su ritmo habitual, a costa de su salud. Su formación
sino que lo duplicaron en intensidad. cristiana se lo permitía. El placer
llevado de la mano del sufrimiento
hacía santos los encuentros
y más en estos tiempos que
se pensaban como
apocalípticos. Sin embargo,
necesitaba de alguna
manera reponer fuerzas por
lo que aceptó aplicarse
acupuntura con un médico
chino que seguía el
tratamiento de la
inmortalidad prescrito hace
2500 años por el médico de
la corte. Sus pacientes eran
verdaderamente longevos.
Pero el apetito de Matilda era

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El efecto era sorprendente,


tanto así que una empresa
Suiza se interesó
ofreciéndole una
importante suma de
dinero con comisión por
ventas, suficiente para
que Matilda y Quintero
adquiriesen una buena
propiedad y viviesen el
resto de sus vidas en la
tranquilidad del hogar.
Por primera vez soñaron
en conformar una familia.
Aceptaron la oferta y en
unos meses se
establecieron en una
paradisíaca isla caribeña
de las costas venezolanas.
Adquirieron una hectárea
de terreno, bien alejados
del vecindario, y
construyeron una
hermosa casa de doble
cada vez más voraz. Entonces decidió pared de adobes. Sin embargo, aquel
hablarle a Matilda y explicarle que paraíso alborotaba aún más la
quizá debían realizar algunos brutalidad de Matilde así que
cambios. Quintero le detalló su plan y Quintero tuvo que repensar la
Matilda dulcemente aceptó dosificación para su cachorra. Y en
disponiéndose a colaborar con él. Ya esta ocasión, para llevar un orden de
se habían adentrado en el estudio de los efectos del tratamiento según la
la endocrinología aplicada a los dosis usada, registró los resultados en
animales salvajes. El proyecto su diario...
conjunto lo iniciaron ensayando una Día uno. Se administró dosis
fórmula homeopática con gallinas y normal según peso corporal en jugos
conejos. Este tratamiento debía de frutas, una vez a la semana.
regular eficazmente el deseo de éstas Primera semana. No se observan
en períodos de sobre procreación. Era cambios. Se aumentará la frecuencia
una fórmula que aprovechaba la a dos veces por semana.
cualidad vibratoria de un fragmento Segunda semana. Salta en la
del plumaje o del pelaje de éstos cama. Son saltos ligeros... como de
durante el período de menor deseo, y pluma que tiembla. La transpiración
a través de un proceso de atomizado es escasa. Hay minutos de calma. Se
al vacío, los convertía en materia mantendrá la dosis.
comestible. Bastaba con ponerle un Tercera semana. Sigue dando
toque de azúcar para hacerlo saltos, pero vienen acompañados de
agradable. Dosis pequeñas de esta eventuales mordiscos que parecen
preparación, aplicadas sobre el picoteos y DUELEN. Se aplicará la
alimento en tiempo de apareamiento misma dosis tres días a la semana
reducía significativamente su deseo.

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acompañándola con un manojo de por doquier, hay arrebato


zanahorias crudas. permanente. Me convida con
Cuarta semana. Se registran zanahoria y la degusta sin ansiedad
saltos intensos con picoteos por todos pidiéndome además que tomáramos
lados del cuerpo. Los guardias de la una siesta. Se acabaron los picoteos...
playa tocaron la puerta. Se le dará la He aumentado medio kg por día. Se
misma dosis, pero diariamente. mantendrá la dosis indefinidamente
Conseguí zanahoria orgánica. intercalando zanahoria cruda con
Quinta semana. Hay más calma, guiso de zanahorias, por supuesto:
muerde menos y besa más. ¡Son más todas orgánicas■
minutos de reposo! Curiosamente se
sonroja al comer zanahoria. Se César Augusto Montilla
mantendrá la misma dosis con la Jelambi (Venezuela) Ingeniero
misma frecuencia. Químico y Ceramista de profesión,
Sexta semana. Salta sin parar aficionado a la escritura y
como una pluma y le excitan las profundamente vinculado con el arte
zanahorias. Los picoteos han bajado. y la sanación. Ha participado en
Desaparecieron los mordiscos. Se diversos concursos literarios logrando
duplicará la dosis con un día de la publicación de algunos de sus
descanso. Le preparé zanahorias microrrelatos en varias ediciones
orgánicas guisadas. publicadas por Diversidad Literaria en
Séptima semana. Los saltos son España.
espectaculares, se perciben plumas

Editorial
Anuket
Córdoba- Argentina
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