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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA

AREA DE SALUD HUMANA

CARRERA DE MEDICINA

GASTROENTEROLOGÍA

“ESTUDIOS DE ANA, ANCA-P.AMA, ANTI KLM 123 EN


HEPATITIS AUTOINMUNE”

VERÓNICA ANDREA GUAYA GALINDO

MODULO VI

PARALELO “B”

Dra. Ximena Vázquez

LOJA-ECUADOR
ESTUDIOS DE ANA, ANCA-P.AMA, ANTI KLM 123 EN
HEPATITIS AUTOINMUNE

OBJETIVOS:

- Definir y conocer la etiología y las bases moleculares de la Hepatitis


autoinmune.
- Identificar los principales auto- anticuerpos presentes en las enfermedades
hepáticas, principalmente hepatitis autoinmune.

 CONCEPTOS Y GENERALIDADES
La hepatitis autoinmune (HAI), es un trastorno necroinflamatorio crónico generalmente
progresivo, con periodos fluctuantes de mayor o menor actividad del hígado.
Los auto-anticuerpos representan una manifestación no patogénica de reactividad
inmune que puede presentarse en las enfermedades agudas y crónicas del hígado y
parecen ser consecuencia más que causa del daño hepático, por lo que deben utilizarse
como herramientas de diagnóstico, más que marcadores etiológicos.
Los autoanticuerpos característicos que se encuentran en los pacientes con HAI
incluyen los anticuerpos antinucleares (ANA), contra el antígeno de la musculatura lisa
( AML), contra los microsomas hepatorrenales (anti-LKM), CONTRA EL ANTÍGENO
CITOSÓLICO hepático tipo 1 (anti-LC-1) y contra los antígenos hepáticos solubles
( SLA/LP). Al margen de estos anticuerpos típicos, en algunos pacientes también
pueden encontrarse anticuerpos atípicos como los anticitoplasmas de neutrófilos
(ANCA), los anti-membranas hepáticas (LM) o los anticuerpos anti- receptores de
asialoglicoproteína (ASGPR), anticuerpos antimitocondriales (AMA).
 ANTICUERPOS ANTINUCLEARES (ANA)
Los anticuerpos antinucleares (ANA) son autoanticuerpos circulantes contra antígenos
nucleares de las propias células del organismo. Su detección no implica necesariamente
la presencia de enfermedad, ya que pueden ser detectados a valores bajos en personas
sanas, sobre todo de edad avanzada y mujeres.
En la actualidad, la mayoría de los laboratorios emplean células HEp2 (Human
epithelial cell tumor Une) , estas células mejoran la sensibilidad de detección de
anticuerpos frente a antígenos nucleares presentes durante la división celular.
Para realizar el ensayo primero se incuban las células HEp2 fijadas con acetona con el
suero del paciente y, después, se expone esta mezcla con anticuerpos antiglobulinas
humanas marcados con fluoresceína. Posteriormente, se mira la preparación al
microscopio fluorescente; en caso de positividad (inmunofluorescencia indirecta) se
observa un patrón nuclear verde manzana. Se estudia el patrón de fluorescencia y la
dilución a la cual la fluorescencia desaparece (valor). Algunos anticuerpos específicos
pueden ser interpretados directamente, como los anticentrómeros. Sin embargo, para
determinar la presencia del resto de autoanticuerpos es necesario realizar otras pruebas
(ELISA, inmunofluorescencia).
La cuantificación de anticuerpos puede proporcionar información clínica relevante. La
presencia de valores muy elevados de autoanticuerpos (>1:640) es indicativa de un
proceso autoinmune, aunque nunca es diagnóstica por sí sola y requiere un contexto
clínico adecuado.
 ANTICUERPOS ANTICITOPLASMA DE NEUTRÓFILO (ANCA)

Suelen demostrarse mediante inmunofiuorescencia sobre neutrófilos humanos e


identifican antígenos localizados en sus gránulos primarios. También pueden detectarse
con técnicas de ELISA, que son más exactas y permiten la identificación de los
antígenos asociados a los autoanticuerpos.
Tipos de ANCA
- c-ANCA: los anticuerpos tiñen el citoplasma de manera difusa. En la mayoría
de los casos se dirigen contra la proteinasa 3 (PR3).
- p-ANCA: es un patrón periférico que reconoce en la mayoría de los casos al
antígeno mieloperoxidasa (MPO). Al realizar esta técnica, los gránulos
citoplasmáticos de los neutrófilos con carga positiva se reordenan alrededor de
las cargas negativas de la membrana nuclear. Por tanto, es preciso diferenciar los
p-ANCA de los anticuerpos antinucleares. Para ello suelen emplearse fijadores,
como la formalina, que impiden dicho reordenamiento. Debido a la dificultad en
distinguir el patrón inmunofluorescente de ANCA-P del patrón causado por los
FAN (factores antinucleares), los individuos con FAN tienen frecuentemente
ANCA-P “falsos positivos” en la inmunofluorescencia. Rigurosos testeos en la
inmunofluorescencia para ANCA incluyen el uso de neutrófilos fijados con
formalina y etanol como sustrato. Esto es debido a que los neutróflos fijados con
formalina previene el reacomodamiento de los componentes cargados
eléctricamente alrededor del núcleo. El uso de ambos sustratos permite la
distinción entre anticuerpos que causan un patrón ANCA-P “verdadero” de
aquellos dirigidos contra antígenos nucleares (FAN). Los tests de
inmunofluorescencia fijados tanto con formalina como con alcohol deben ser
hechos rutinariamente.

Los pacientes con hepatitis autoinmune y aquellos con colitis ulcerativa generalmente
expresan la inmunoglobulina isotipo G1 de p-ANCA, mientras que la mayoría de los
pacientes con colangitis esclerosante primaria expresan las inmunoglobulinas isotipos
G1 y G3.

 ANTICUERPOS ANTIMITOCONDRIALES (AMA)

Los anticuerpos antimitocondriales (AMA) del subtipo M2 reconocen la subunidad E2


de los autoantígenos mitocondriales, una familia de enzimas compuesta por la piruvato
deshidrogenasa, la deshidrogenasa de aminoácidos de cadena ramificada y la
ketoglutárico deshidrogenasa. Los anticuerpos antimitocondriales inhiben la actividad
in vitro de las enzimas a las que reconocen.
Son característicos de la cirrosis biliar primaria (CBP), y se detectan con las técnicas
más sensibles en el 95% de los pacientes, con un 98% de especificidad. El anticuerpo
que se detecta con más frecuencia es el dirigido contra la subunidad E2 de la piruvato
deshidrogenasa. Esta enzima normalmente se expresa en la membrana interna de las
mitocondrias, pero en los pacientes con CBP se expresa de manera aberrante en la cara
luminal del epitelio de los conductos biliares.
Los AMA pueden presentarse en las fases tardías de la enfermedad o desaparecer
durante su curso, especialmente en aquellos pacientes con hallazgos de sobreposición
con hepatitis autoinmune.

 ANTICUERPOS ANTIMICROSOMALES DE HÍGADO-RIÑÓN

Los anticuerpos antimicrosomales de hígado-riñón se detectan por inmunofluorescencia


indirecta sobre portas de triple tejido murino. Los anti-LKM-1 son anticuerpos dirigidos
contra un epítopo de la enzima citocromo P450 (CYP2D6). Son característicos de la
hepatitis autoinmune tipo 2, aunque también pueden detectarse a valores más bajos y
frente a epítopos distintos en la hepatitis C, hepatitis inducida por halotano o en la
enfermedad injerto contra huésped. Se han descrito otros anticuerpos anti-LKM, menos
frecuentes. El anti-LKM-2 se dirige contra otro epítopo del citocromo P450 (CYP2C9),
pero no se ha descrito en la hepatitis autoinmune. Se detecta en la hepatitis por
ticrinafen. El anti-LKM-3 se dirige contra la uridina difosfato-glucuronosiltransferasa.
Se ha detectado en algunos casos de hepatitis autoinmune
tipo 2 y de hepatitis 5.

BIBLIOGRAFÍA:
- Prieto, J.M., Yuste, J.R. (2010).La clínica y el laboratorio. Barcelona, España.
Elsevier Masson.
- Montaño, Aldo. (2007). Auto-anticuerpos en las enfermedades hepáticas.
Revista mexicana de gastrenterologia, 72(1).
- Morillas, Rosa. (2013). Hepatitis autoinmune.Barcelona,España. Recuperado de
https://www.aegastro.es/sites/default/files/archivos/ayudas-
practicas/51_Hepatitis_autoinmune.pdf

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