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EL ARTISTA SECULARIZADO Y A SU VEZ EN EL ENSUEÑO DEL AMOR

SENTIMENTAL DE LA NUJER, EN IBIS DE JOSÉ MARÍA VARGAS VILA.

Por: Linson Andrés Borja Viasus


Maestría en literatura Uptc
Literatura Colombiana
Tunja
2017

“EL amor es el vértigo, es el aliento malsano de la serpiente bíblica. Es la locura y el


Ensueño, la desesperación y la muerte”. (Vargas Vila, 1900)

INTRODUCCIÓN

Este escrito está basado sobre la novela Ibis del escritor colombiano José maría
Vargas Vila. El ensayo gira en torno a dos temáticas: en primera instancia se desarrolla el
tema del desprendimiento del artista de lo sagrado religioso, para desarrollar así, un
pensamiento artístico libre representado en Teodoro, personaje crucial en la narrativa. En
este personaje se refleja el alejamiento de las doctrinas del dogma de la iglesia. En el
desarrollo de esta temática se desprendes categorías que abordan la secularización,
referencias biográficas de Vargas Vila en Ibis y la intertextualidad bíblica para criticar lo
eclesiástico. La segunda temática plantea el problema del amor femenino sentimental y
conyugal, visto como un obstáculo para la claridad y lucidez del artista. Finalmente se
concluye con la contradicción del hecho del amor de la mujer en la vida del artista, es
decir, la mujer como ensueño truncador del arte, o la mujer como potencializadora de la
creación artística.

El ARSTISTA SECULARIZADO EN LA NARRATIVA DE IBIS

La secularización es un hecho importante en Ibis. Para tratar este hecho, se va a


partir de la definición denotativa de la palabra encontrada en diccionario de la lengua
Española (Espasa Calpe, 2005) que define la palabra como el “Proceso por el cual algo o
alguien pierde su carácter religioso para pasar a ser laico; y lo laico que a su vez es
independiente a toda confesión religiosa”. En este sentido, la novela de Vargas Vila le hace
un tratamiento especial a este aspecto. Teodoro, personaje crucial en la narrativa, es
formado en un pensamiento libre intelectual alejado del dogma religioso de la iglesia, como
se aprecia en la siguiente cita: “La parroquia es la tumba de los talentos a quienes no
acompaña un gran carácter. La parroquia no se conquista, se desprecia. Se le corta el odio
con la cabeza, o se le hace la limosna del olvido. De la parroquia se sale en asno y se vuelve
en mármol” (Vargas Vila, 1900, p.32). Estas frases del maestro evocando a Teodoro,
mostrando la fortaleza alcanzada por el discípulo al hacer el distanciamiento de la prisión
de la iglesia, una prisión que impedía el pensamiento claro de Teodoro, pero que al fin y al
cabo lo superó a través del proceso de secularización; para lograr un pensamiento libre y
elevado, como se puede apreciar en el siguiente apartado de la novela: “Alta la frente
inmutable, que nada haría inclinar ya, atalaya desafiadora del insulto, inaccesible a la onda
pálida del miedo, volvió la espalda a su parroquia hostil, principió su marcha triunfal a
través de los pueblos” (Vargas Vila, 1900, p.32).Teodoro forma un pensamiento crítico e
identifica la oscuridad de la iglesia ante nuevos pensamientos liberales. Teodoro se ubica en
las nuevas corrientes liberales propias de la Colombia de finales del siglo XIX y principios
del XX.

Referencias biográficas en Ibis

En Teodoro, el pensamiento liberal le lleva a atravesar diversos inconvenientes, y


estos altercados dialogan en suerte con el autor de la ficción de Ibis: Vargas Vila. En la
obra hay referencias de la vida de Teodoro que conversan con la vida de Vargas Vila, y con
la Colombia de finales del siglo XIX y principios del XX. Al igual que Vargas Vila que
tuvo problemáticas en Colombia por tener ideas liberales, Teodoro tuvo que vivir este
mismo impase por sus ideas. En la siguiente cita se puede apreciar este aspecto: “Había
nacido en un país y en una época pequeña, sin brillo y sin virtudes, y superior a ellos, era un
soñador incomprendido, un revolucionario odiado, un perseguido que iba el clima en clima
con el ruido de sus luchas, el brillo de su nombre” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.35, 36). A lo
largo de la novela podemos encontrar referencias que dialogan con el autor de Ibis. Así
como Vargas Vila es un revolucionario, Teodoro lo asemeja. En esta referencia textual se
aprecia: “Llenó el colegio con el escándalo de sus negaciones, con el rumor de sus
protestas, con la exaltación dolorosa de sus dudas. Asombró a sus viejos maestros con el
indomable poder de su herejía” y reafirma el diálogo con el autor de Ibis con lo siguiente:
“Y surgió ante él la palabra que había de sintetizar su vida toda: la lucha” (Ibis, Vargas
Vila, 1900, p.57). En datos de la biografía de Vargas Vila indagada en la edición que se
analizó para plasmar este intento de ensayo, se obtuvo la información que el autor de Ibis
tuvo que abandonar Colombia por sus ideas radicales de tinte liberal. Vargas Vila viajó por
muchos lugares del mundo, para finalmente sucumbir ante la muerte en Barcelona en 1933;
no es casualidad que Teodoro tenga que abandonar su lugar, que en este caso es su pueblo,
de acuerdo con lo siguiente: “ Como un viajero, que al partir, fija su vista en la última isla
florecida, en el último celaje de crepúsculo que invade y borra la ola montante de la noche,
su recuerdo se detuvo en un acontecimiento ya casi olvidado y que había precedido solo un
año al abandono absoluto de su pueblo” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.59). Ambos, Vargas
Vila y Teodoro, dejan atrás sus lugares de origen para no volver jamás.

Intertextualidad Bíblica para hacer crítica a o eclesiástico

Es vehemente la prosa la del autor de Ibis para atacar a la iglesia, y es aún más
suspicaz al hacerlo desde la principal arma de la Iglesia: La Biblia. Vargas Vila establece
un diálogo intertextual bíblico para hacer crítica a las posturas del catolicismo. En los
siguientes apartados de la obra se muestra ese diálogo con la biblia y como a partir de ello
se asume una postura crítica ante esa religión monoteísta. En la siguiente cita, se hace
alusión al personaje bíblico Ezequiel, y como se le toma de referente a las ideas liberales
de Teodoro, algo contradictorio a la ideología religiosa dogmática de la iglesia: “ Como
Ezequiel, apostrofaba las multitudes, queriendo infundir soplo de vida sobre las osamentas
de esos pueblos, diezmados por el hierro de las guerras, devorados por los leones salvajes
del despotismo, roídos en la noche de su ignorancia, por los sucios chacales de la
religiosidad y de la fe” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.28)

En otros apartados fundamentales de la estética del amor en Ibis, se aprecia el


constante diálogo bíblico para constatar la postura misógina de la narrativa de la obra. En
las siguientes citas de la novela, se usan referentes bíblicos para mostrar a la mujer como
un impedimento hacia la luz: “El amor es Alfa y Omega: principio y fin de la existencia. Es
la maldición. Es Eva y Jetzabel, Judit y Dalila, Raab y Magdalena. Es seducción en el
paraíso; destrucción bajo la tienda; mutilación en el lecho; delación en la muralla; tentación
al pie mismo de la cruz” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.25). La anterior cita, muestra a la mujer
como lo débil del hombre. La postura de Ibis es misógina, porque señala a la mujer como
responsable de la oscuridad en el hombre, como reafirmando en las siguientes citas de Ibis:
“Ama el placer. No ames el amor. Ama a la mujer, diosa de carne. Amala por su carne
solamente. Ella es la Sara de Tobías, habitada de los siete espíritus, engendrados por el
deseo” y lo sigue afirmando con lo siguiente “Es la ardiente sulamita del Cantar de los
Cantares, obscura como la noche, más terrible que el arma en la batalla.” Humilladora de la
sabiduría. ¡Humíllala! La mujer es más amarga que la muerte, dice Salomón” (Ibis, Vargas
Vila, 1900, p.25, 26). Estas palabras son leídas por Teodoro, que al final toda su luz es
oscurecida por el amor de una mujer y termina quitándose la vida a causa del engaño de
Adela.

EL AMOR SENTIMENTAL DE LA MUJER EN IBIS

La mujer es un eje fundamental en la estructura de la novela, ella es producto de la


gran tensión, de la dicha y del infortunio. Adela es una mujer que ha sufrido desamparo
por el padre y por la madre. Luego de un tiempo, Adela se reencuentra con su madre. La
progenitora de Adela tiene una vida turbulenta. Después del encuentro entre madre e hija,
en un hecho infortunio, la madre muere a causa de una fiebre amarilla. Y Adela queda
desamparada. En la narrativa se cita la desdicha de Adela por motivos genealógicos y
además se sigue atacando el discurso religioso, como se aprecia en lo siguiente: “Honra a
tu padre y a tu madre. Porque tu madre te dio sangre corrompida, germen de histeria,
levadura de vicios. Porque tu padre te dio temperamento sensual, su cerebralidad dolorosa,
todo el hastío de su alma insaciable” y sigue en la misma tónica con lo siguiente “Honra a
tu padre y a tu madre. Porque tu madre te hizo vil. Porque tu padre te hizo triste. Honra a tu
padre y a tu madre. Porque ambos te hicieron flor de pecado, morbosa, enferma y sensual”
(Ibis, Vargas Vila, 1900, p.80).

El amor sentimental en Ibis es algo arduo para Teodoro, ya que a menudo en la


novela ese amor aparece como lo antagónico a la liberación del artista, algo que lo detiene
en su camino liberador. Teodoro se muestra fuerte ante el amor sentimental, y se fortalecía
en el amor de los sentidos, en lo hedonista, como se muestra a continuación “Él sabía que la
costumbre es la mitad de las pasiones. La vida del placer matando el culto ideal de la mujer,
libra de los amores románticos. Y él había cultivado el placer como un artista” (Ibis, Vargas
Vila, 1900, p.41). Pero Adela apare, y aparece primero el idilio y después el dolor y la
tragedia, como se afirma en lo siguiente: “Saboreó el gesto de la muerte en los labios de la
vida. Y aprendió esta verdad de la escritura, que: hay tres cosas insaciables, y una cuarta,
que no dicen nunca; basta. El infierno, el fuego y la mujer” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.61).

El destino de Teodoro se pierde a la llegada de Adela: de la mujer amada, el amor


sentimental nace y se muere el amor de los sentidos. “Y, luego, esta extraña complicación
sentimental en su vida: la aparición de la mujer” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.38). Llega el
amor femenino sentimental en la vida de Teodoro, y empieza su historia Calamitatum: sus
desventuras, ya que Teodoro sufre las traiciones de Adela, un día la encuentra en su propio
lecho con el amante, que resulta ser pariente de la misma Adela, y no opta por asesinarla
con el amante, sino el camino del suicidio.

En este sentido, la vida de Teodoro tiende al abismo por causa de lo sensual


femenino, de la crudeza con la que le llegó el amor, un amor sucio no sabido llevar por el
intelectual Teodoro, que pese a toda su formación y a la amistad establecida con el
Maestro, quien le dice: “El Amor es vil, porque tiene de la carne. Solo la amistad es fuerte
porque es pura. Vive del alma” (Ibis, Vargas Vila, 1900, p.37). Las sabias palabras del
maestro son oscurecidas, y el dolor del desengaño del ensueño del amor de Adela prevalece
sobre toda convicción intelectual de Teodoro.

Finalmente, en la obra Ibis De José María Vargas Vila, nos cabe dos interrogantes:
¿Es la mujer truncadora para el hecho de la creación artística? Se plantea esto, porque el
amor sentimental de la mujer aparece como un obstáculo en la vida de Teodoro, obstáculo
que lo lleva al final de sus días. Por otro lado, surge el otro interrogante ¿El desahogo de la
pena sentimental del amor de una mujer y las heridas que deja este suceso, es fuente
reflexiva para la creación artística? ¿Sucesos tan dolorosos como estos pueden motivar a un
artista para la creación? Estos interrogantes surgen desde la mirada del autor, porque se
podría pensar que el dolor provocado por una pena sentimental amorosa hizo que naciera
Ibis, así como tantas otras obras de arte.

BIBLIOGRAFÍA

Vila Vargas José María (1900) Ibis. Bogotá Colombia: Skla

Medina Rodríguez (sf) Historia de la secularización. Universidad Nacional de


Colombia.

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