La última exposición temporal del 2019 del Museo Nacional de Colombia que se mantiene hasta marzo de 2020 tiene como fin reunir a tres pintores decimonónicos que marcaron la producción artística del siglo XIX en América. Titulada “Pintores en tiempos de la Independencia: Figueroa, Gil de Castro, Espinosa”, la muestra tiene obras de estos artistas que se vincularon directamente con los cambios sociales que se sufrieron en aquella época y que pudieron retratar a algunas de las figuras históricas más importantes de aquellos tiempos. A partir de la muestra, este texto se propone leer la exposición desde tres conceptos utilizados en la definición de arte de la Oxford University Press: arte cognitivo, convenciones contextuales específicas y el valor propagandístico de las piezas artísticas. Para comenzar, es importante mencionar que la exposición tiene cuatro ejes que la dividen: Cuerpos gloriosos, Paisajes heroicos, Muertes ejemplares y De súbditos a ciudadanos. Las pinturas que predominan son retratos de próceres como Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, entre otros. Además de las pinturas se encuentran también algunos objetos de la época como billetes, medallas y estampas que contextualizan a las obras. Por lo tanto se puede hablar de las obras presentes como unas que hacen parte del arte cognitivo, uno que no tiene por misión aludir a las emociones del espectador, sino que en realidad quiere comunicar conocimiento. Esto es comprendido en la exposición por la manera en que es una propuesta informativa y los cuadros buscan principalmente contar historias, aludiendo a quienes marcaron el camino de cada uno de estos países. Relacionado con esto está la importancia de comprender las convenciones que son utilizadas en estos cuadros. En los retratos mencionados se manejan cartelas que cuentan algo sobre la persona que está en la pintura, sobre el lugar y sobre el momento histórico. En el siglo XIX se estaba formando la idea de nación, de valores autóctonos que pudieran definir a las sociedades que estaban gestando sus territorios. Por eso era importante hablar de héroes locales, de conceptos propios que siguieran construyendo nación. Así, las cartelas cumplían una función informativa dentro de los cuadros, pero estas podían ser leídas por una sección específica de la población porque ¿cuántos podían leer en el siglo XIX en América? Este acercamiento cuestiona para quién estaban pensadas estas obras. Finalmente, al adentrarse en estas obras se puede comprender que estas funcionaban como “an effective tool of propaganda […] a means of achieving political domination or fomenting revolution” (Oxford Press 3). Por lo tanto deben ser leídas desde ese contexto que no las consideraba arte, sino como elementos históricos que hablaban de personajes que debían ser retratados para la veneración e identificación, como lo explica la primera sección de la exposición. Así pues, la muestra del Museo Nacional se adentra al arte desde el aspecto documental que habla de la manera en cómo se trataban a los personajes públicos de la época. Más allá de dar juicios de valor sobre la técnica o los rasgos estéticos de las obras, la exposición se preocupa por construir una narración mediante el trabajo de estos pintores que se vincularon con los procesos independistas, para quienes sus cuadros no eran una muestra de inspiración, sino documentos que venían de la realidad que estaba siendo vivida en aquellos momentos.
Identificacion Visual Iconografica Pictorica de Sitios Historicos Con Valor Cultural y Patrimonial A Traves de La Intervencion en La Nomenclatura de La Ciudad de Izalco