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Guia Salud Mental Prespectiva Genero
Guia Salud Mental Prespectiva Genero
¡Depende de TI! 01
Buenas Prácticas 25
Recursos de Interés 37
Por ello, Salud Mental ATELSAM hace una apuesta decidida por incorporar la
perspectiva de género en su ámbito de actuación. El primer paso ha sido la
realización del I Análisis de la situación de los recursos y programa familias
por sexo y con perspectiva de género de la asociación. Y se crea esta guía "Sa-
lud Mental con perspectiva de género" = Depende de ti.
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OBJETIVOS
Ofrecer herramientas, sensibilizar y formar a todas las personas impli-
cadas en la Asociación, y/o a cualquier otra persona interesada, para
la incorporación de la perspectiva de género en Salud Mental
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¿Qué decides?
Salud Mental y Género
• Específicas: Cada cultura tiene su visión sobre los roles y las relaciones de
género.
Además, nuestros roles cambian a lo largo de nuestra vida: Infancia, edad adul-
ta, vejez, etc.
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Por lo tanto, tenemos que tener claro que:
Género ≠ Mujeres
• Perspectiva de género: A modo de imagen hablamos de” las gafas” que nos
permiten ver cómo se articulan las relaciones de género en todos los as-
pectos de la vida humana y cómo estas relaciones generan y perpetúan
desigualdades entre mujeres y hombres.
La perspectiva de género implica asumir que los fenómenos sociales, eco-
nómicos, políticos e ideológicos no son neutros y conllevan una ausencia
de neutralidad.
2.2 LA INTERSECCIONALIDAD
Las mujeres con problemas de salud mental sufren una multiple discrimina-
ción. Por un lado, las vinculadas al mero hecho de ser mujer, el rol social y
cultural que se les asigna. Por otro lado, tener una discapacidad y, por último,
la imagen social estigmatizada de la salud mental con respecto a otras disca-
pacidades físicas o intelectuales. Las mujeres con problemas de salud mental
son especialmente vulnerables, en particular, sufren el riesgo de rechazo, ais-
lamiento y exclusión social. Por tanto, estamos ante tres categorías diferentes
de discriminación (mujer, discapacidad y estigma social) que interactúan de
manera simultánea. A este fenómeno se le denomina interseccionalidad.
Ser Con
Mujer Discapacidad
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Teniendo presente la interseccionalidad, no se puede abordar cada factor
por separado, sino que hay que observar sus efectos concurrentes sobre
cada persona. La introducción de la interseccionalidad crea, por tanto, reali-
dades más diversas.
Las interseccionalidades tienen que formar parte innegociable del discurso
de los derechos humanos y específicamente, de la lucha a favor de los dere-
chos de la mujer.
Por lo tanto, desde la interseccionalidad, estamos asertivamente informados/as,
escuchamos realmente las experiencias y las necesidades de las mujeres.
Muchas mujeres con discapacidad se cuestionan la etiqueta del género fe-
menino y caen en la cuenta de que dicha etiqueta, “blanca, heterosexual, jo-
ven, bella, ama de casa y con la maternidad como destino principal”, no tiene
nada que ver con ellas y además se les niega. La intersección del género y la
discapacidad resulta en un sujeto anómalo que escapa a la normatividad. 1
Esto demuestra que la situación de las mujeres con discapacidad no se pue-
de abordar como si fuera una simple sumatoria de desigualdades.
Por lo tanto, si sólo vemos y enumeramos las desigualdades de forma sepa-
rada, nuestra comprensión de la situación de las personas sólo sería parcial.
“Para el imaginario colectivo, las mujeres con discapacidad han sido con-
sideradas durante años como objetos que debían ser atendidos, pero
nunca como sujetos titulares de derechos y, por lo tanto, protagonistas
de su propia historia. Esto ha dificultado enormemente las posibilidades
de encuentro entre grupos que han dirigido sus reivindicaciones en para-
lelo, sin crear alianzas.”2
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Observamos que las mujeres con problemas de salud
mental llevan añadida la desigualdad y discriminación
por el hecho de ser mujeres. Se les resta oportunidades
y se les niega respuestas específicas desde los distintos
sistemas de apoyo y protección social (educación, empleo,
salud, servicios sociales, etc.). Es por ello que las mujeres
con problemas de salud mental se enfrentan a múltiples difi-
cultades y barreras específicas, con características diferenciales
con respecto a otras mujeres y a otros hombres.
Las investigaciones llevadas a cabo en las últimas décadas han demostrado
de manera inequívoca la existencia de claras diferencias tanto en la morbili-
dad psiquiatrica (número de personas que enferman) como en el patrón de
conducta de las personas con problemas de salud mental dependiendo de si
son hombres o mujeres. En estas investigaciones se postula que son las varia-
bles socioculturales, que actúan a través de los roles y patrones de conducta
socialmente impuestos, las que en última instancia, condicionan el modo en
que hombres y mujeres manifiestan su sufrimiento y las estrategias que adop-
tan para satisfacer sus necesidades de atención psiquiátrica.
Los factores sociales y culturales tienen un papel fundamental en el desarro-
llo y el mantenimiento de los problemas de salud mental, cuya influencia se
manifiesta de diferente manera en hombres y mujeres en función de las mati-
zaciones en los roles que cada uno se ve obligado a desempeñar.
Como ya hemos destacado con anterioridad, los datos nos demuestran que
el porcentaje de mujeres atendidas en las Unidades de Salud Mental (USM) es
ligeramente superior al de los hombres. Si nos fijamos en los recursos especia-
lizados para personas con problemas de salud mental comprobamos que las
mujeres representan un porcentaje muy inferior al de los hombres que ocupan
una plaza en estos recursos. Además, las mujeres acceden más tarde que los
hombres a una de estas plazas. Un hecho de significativa desigualdad que se
debe al rol femenino vinculado al trabajo doméstico y el papel de las familias
que las sobreprotegen y las impulsan en mayor medida a quedarse en casa.
El propio diseño y estructura de estos recursos están más pensados para dar
respuestas a las necesidades de los hombres con problemas de salud mental
y los sitúa como principales personas que usan los mismos. Esta realidad di-
ficulta aún más el acceso de las mujeres que precisan de recursos flexibles y
adaptados a sus perfiles.
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La menor utilización de los recursos y servicios priva a las mujeres con proble-
mas de salud mental de oportunidades para la participación social. Ese déficit
de participación femenina se deja sentir especialmente en el ámbito del empleo.
El empoderamiento de las mujeres con problemas de salud mental, entendido
como la capacidad de las mujeres para incrementar su auto-confianza, poder
y autoridad, de manera que puedan decidir en todos los aspectos que afec-
tan a su vida, se convierte, por lo tanto, en la necesidad urgente del momento.
Ni la sociedad, ni los poderes públicos, ni los movimientos de mujeres, ni tam-
poco los de las personas con problemas de salud mental, reconocen verdade-
ramente sus necesidades e intereses.
2.2.2 Estigma
No se define igual a una persona con problemas de salud mental que a una
mujer con problemas de salud mental. El estigma se retroalimenta en el caso
de las mujeres, por el mero hecho de serlo. A las mujeres con trastorno mental
se las llega a tildar de “vagas”, “incapaces”, “malas madres”, “desaliñadas”, “his-
téricas”, “sensibles” e “inferiores”. Estas percepciones se traducen en que, el 70%
de las mujeres con problemas de salud mental, no tienen un trabajo remune-
rado. El acceso al mercado laboral es una vía de protección muy importante,
porque genera una serie de objetivos como el de la participación social y rea-
lización personal, además de ser una vía de escape a la violencia de género.
El estigma también condiciona el relato de las mujeres con problemas de salud
mental, porque se le da poca credibilidad y las descalifica cuando sufren y ar-
gumentan algún tipo de abuso o violencia.
La realidad del estigma social afecta a las mujeres con problemas de salud
mental cada día, con implicaciones negativas en su calidad de vida, tanto de-
bidas a la discriminación y rechazo de quienes les rodean y de la sociedad,
como debidas a su propio auto-rechazo (autoestigma).
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Las mujeres que sufren problemas de salud mental se enfrentan a su propio
autoestigma, donde interiorizan y asumen los prejuicios sociales. Esto desem-
boca en una percepción negativa de ellas mismas y creen que son merecedo-
ras de dicha discriminación.
Cargas familiares y rol de cuidadora: Con carácter general, las mujeres asu-
men una mayor responsabilidad y cargas familiares que los hombres. Como
ya hemos detallado con anterioridad, es uno de los elementos propios de la
desigualdad social entre ambos sexos. En el caso específico de las mujeres
con TMG, esta realidad, se ve agravada como consecuencia de su falta de
dedicación a otras tareas socialmente aceptadas (tener trabajo, haber con-
formado su propio núcleo familiar, etc…). Esto produce que sus familias, en
muchos casos, no valoren e incluso desprecien actividades que puedan rea-
lizar como el hecho de acudir a recursos necesarios para su recuperación.
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tancia del rol de cuidadora familiar o persona relegada al hogar, cuando
un familiar necesita cuidados. Ya no importa que las mujeres con TMG tam-
bién necesiten apoyo, porque sus necesidades, ocupaciones, actividades o
intereses quedan relegadas a un segundo plano.
De esta manera, el rol de cuidadora y la baja autoestima son factores que las
limitan para aprovechar las oportunidades de desarrollo y aprendizaje (tanto
en el ámbito de formación y empleo, como en otras actividades: ocio, deporte…).
Este mismo Plan ofrece un dato también significativo: Entre las personas
con TMG, las mujeres muestran una prevalencia del doble en relación con la
de los hombres. Estos datos demuestran precisamente que las mujeres con
TMG no son menos en número y duración de la enfermedad con respecto
a los hombres. Sin embargo, nos encontramos con un número reducido de
mujeres que son derivadas a los servicios y recursos de salud mental. Así
pues, además de todos los factores ya nombrados (sobreprotección, rol
femenino, etc.…), existen diferentes “sensibilidades” hacia las mujeres y los
hombres en los centros de derivación. Estos recursos tenderían a percibir
como menos problemático el hecho de que las mujeres con TMG se queden
en casa y naturalicen el rol doméstico femenino con lo que ello conlleva:
Privarlas de oportunidades para la participación social y su recuperación.
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Violencia de Género y Salud Mental
• Género: Construcción cultural que hace una sociedad a partir de las di-
ferencias biológicas. Mediante esta construcción se adscriben cultural y
socialmente aptitudes, roles sociales y actitudes diferenciados para hom-
bres y mujeres atribuidas en función de su sexo.
Toda acción que daña físicamente a la mujer causándole dolor físico, lesiones o
enfermedades. En definitiva, cualquier tipo de mal orgánico o riesgo de tenerlo,
con independencia de que se usen armas o no para cometer dicha agresión.
Estas pueden ser:
VIOLENCIA PSICOLÓGICA:
Toda acción que daña o puede dañar emocionalmente a la víctima, así como
a su integridad cognitiva, y que está dirigida a producir un dolor emocional.
Minusvalorarla, anularla, intimidarla, causarle miedo y hacerla responsable y
culpable del maltrato que está recibiendo y dependiente de su agresor.
Puede ser:
• Activas: Insultos, culpabilización, desvalorizaciones, humillaciones, burlas,
descalificaciones, observaciones mordaces, coerción, críticas, desprecios,
gritos, miradas o posturas intimidatorias, chantajes, amenazas, ridiculiza-
ciones, etc.
• Pasivas: Abandono y aislamiento emocional, incomunicación, ausencia o
negación de cuidado, falta de reconocimiento del valor y las cualidades
de la mujer, ensalzar a otras mujeres o personas y no alabar nunca sus
cualidades, monopolizar las conversaciones para que ella no se pueda
expresar, centrar las verbalizaciones sobre ella en sus errores o fallos,
ironía, descalificaciones soterradas, cinismo, etc.
VIOLENCIA SEXUAL:
Toda acción dirigida a obligar a la mujer a realizar una conducta sexual que
no desea.
Pueden ser:
• Activas: Imponer a la mujer una conducta o conductas sexuales no de-
seadas, forzarla, coaccionarla, amenazarla o sugestionarla con mensa-
jes manipuladores para conseguir que actúe en contra de su voluntad.
VIOLENCIA SOCIAL:
Puede ser:
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nar la necesidad de tener contacto con otras personas, para lograr que
la víctima sólo se relacione con él y aislarla. Coquetear con otras mujeres
delante de la víctima. Mostrarse descortés y desagradable en reuniones
sociales para lograr que el círculo de amistades y familiares evite tener
contacto con la mujer. Conseguir crear ideas negativas de la mujer a las
personas que se relacionan con ella para que piensen que es rara, mala
persona, etc.
Hay que tener en cuenta que no se llega a la violencia física en todas las
situaciones de maltrato, pero nos podemos encontrara ante estas dos co-
yunturas:
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3.1.4 Características del maltratador
No hay un perfil social de maltratador. La violencia contra las mujeres es ejerci-
da por hombres de diferentes edades, status económicos, culturales y sociales.
No es la situación económica, familiar o profesional la que hace que un hom-
bre sea un agresor, sino las ideas y los mensajes de superioridad con respecto
a las mujeres que ha recibido desde su niñez. Además, hay que sumar sus in-
seguridades, confusiones y frustraciones que materializará en forma de gritos,
insultos y golpes, en el momento en que se cuestione su situación de poder.
No hay un perfil tipo de maltratadores, como hemos visto, pero sí se repiten
una serie de rasgos que los caracterizan:
• Reiteran estas conductas con otras mujeres con la que mantienen relacio-
nes de pareja. Muchos de ellos muestran un alto grado de dependencia
hacia la mujer y un escaso desarrollo de su autoestima.
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El trastorno mental lleva implícito
el estigma de poca credibilidad
que invalida cualquier discurso
posterior y, en algunos casos, se
justifica incluso la actitud del mal-
tratador. Esta es una de las causas
principales por las que estas mujeres
no se atreven a manifestar su situación
de maltrato.
Muchos de estos factores tienen causas de origen social, por lo que se puede
trabajar para minimizarlas y fomentar el empoderamiento y la participación
social de las mujeres con TMG.
Por todo lo descrito con anterioridad podemos concluir que una mujer con
TMG tiene más posibilidades de sufrir violencia, aunque no todas la sufren.
Tenemos que tener en cuenta los factores de protección contra la violencia
que se detallan a continuación:
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Para poder ayudar a las mujeres con TMG hay que intentar romper ciertas
barreras tanto internas (de la propia mujer) como externas (de la sociedad):
INTERNAS:
• La culpa y la vergüenza que viven las víctimas y que les dificultan verba-
lizar su situación.
• El miedo de las y los profesionales que les atienden a abordar esta te-
mática, motivado en ocasiones por el mito -totalmente infundado- de la
descompensación.
3.3 D E T E C C I Ó N D E C A S O S D E M A LT R AT O
E N MUJERES CON TMG
Para poder detectar esta problemática es imprescindible contar con una for-
mación en violencia de género y trabajar con una actitud de continua alerta.
Tenemos que estar atentos/as ante las señales que puedan revelar una posible
situación de maltrato.
La pauta principal es tener siempre en mente que la mayoría de las mujeres
con TMG que se atienden en las consultas, en los servicios sociales o en las
asociaciones, están sufriendo o han sufrido en el pasado violencia psicológica,
física y/o sexual tanto en la pareja como en el ámbito familiar.
Es de vital importancia crear un vínculo de confianza y respeto entre el o la profe-
sional y la mujer. Tenemos que respetar sus tiempos, sin forzarla para obtener in-
formación sobre un posible maltrato. Se genera así un ambiente de intimidad que
ayudará a encontrar el momento idóneo para que cuente lo que le está pasando.
La gran dificultad añadida que nos encontramos en salud mental en este te-
rreno es que muchos de los síntomas, para alertar sobre posibles episodios de
violencia de género, son inherentes a la enfermedad.
No podemos olvidar nuestro rol de profesionales de salud mental y, por eso, en
esta guía podemos encontrar la información necesaria sobre los recursos es-
pecializados para acceder a la información, poder coordinarnos, acompañar
y poder facilitar el acceso a éstos recursos y servicios a las personas usuarias.
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Estos son algunos consejos que pueden ayudar a favorecer la detección de
situaciones de maltrato:
• Decirle que no tiene por qué denunciar y que tiene derecho a recibir ayuda.
Trasladarle que se la puede ayudar a salir de su situación, respetando siem-
pre sus decisiones y su ritmo.
• Preguntar por la situación de otras personas que viven en su casa, sobre todo,
hijas e hijos. En muchos momentos, le puede resultar más fácil darse cuenta
de lo que está sucediendo a partir del relato de otras personas.
Otras señales de alerta ante una posible situación de violencia de género, tenien-
do en cuenta que algunos de estos indicios pueden no serlo en personas con
TMG, pueden ser las siguientes:
SI NO
SI NO
Si valoramos que la mujer está en riesgo vital se debe plantear una intervención
más activa e inmediata y acudir a los servicios especializados. Debemos tener en
cuenta que lo más probable es que niegue la situación por miedo.
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Buenas Prácticas
> La escucha lo es (casi) todo. Las mujeres no cuentan con el tiempo su-
ficiente para poder compartir su realidad, más allá de los síntomas que
padecen, reducidas a un diagnóstico y habituadas a que otras personas
hablen y decidan por ellas. En muchas ocasiones, con el impedimento del
desarrollo de proyectos y planes de vida, sueños y deseos que dan lugar
a temores, sobreprotección, infantilización, impotencia o peligro.
La escucha activa es la base y facilita la intervención para ofrecer la
oportunidad de comunicar quién es, cómo se siente y lo que le ocurre.
Escuchar y acompañar tiene un efecto positivo. No confundir escuchar
con dar consejos.
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> Formación continua y permanente. Una labor profesional rigurosa y de
calidad nos satisface tanto laboral como personalmente. La adquisición
de contenidos y conocimientos en el quehacer diario debe ser continúa
y permanente. Es una condición indispensable para quienes damos una
atención, intervenimos y acompañamos a las personas que encuentran
impedimentos para desarrollar sus proyectos y aspiraciones cotidianas.
> “Contexto neutral”. No podemos dar por hecho que las mujeres usuarias
viven en un contexto o familia donde el género no influye. No cuestionar
esa “neutralidad” implica que estemos apoyando valores tradicionales,
sexistas y no equitativos.
4.1 C U Á L S E R Í A E L P A P E L D E L A S Y LO S
PROFESIONALES
La intervención con personas con problemas de salud mental es una tarea
compleja, con independencia del tipo de actuación, siempre repercute en su
proceso de recuperación.
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> Orientación: Indicar a las mujeres usuarias otros/as profesionales o ser-
vicios específicos con los que contamos en nuestra comunidad. Tenemos
que facilitar información de las instituciones competentes en la materia
para dar una respuesta adecuada a su situación.
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Uso Igualitario y NO Sexista del
Lenguaje y la Imagen
5.1 A N D R OC E N T R I S M O Y S E X I S M O = LO Q U E
N O SE NOMBRA NO EXISTE.
Entendemos y damos sentido al mundo que nos rodea a través de cómo lo
percibimos y expresamos. Pensamos utilizando el lenguaje, por lo que los
propios términos, sus usos, maneras y manifestaciones van conformando, de
modo más o menos consciente, nuestra realidad.
Si ese lenguaje sólo visibiliza a una parte de la población (los hombres), se hace
invisible en esa realidad percibida y pensada a las mujeres, perpetuando así
estereotipos en los que prima lo masculino, y obstaculizando la igualdad.
5.2
TÉCNICAS PARA USO NO SEXISTA E
IGUALITARIO DEL LENGUAJE
Para hacer un uso no discriminatorio del lenguaje se deben tener en cuenta no
sólo los aspectos formales de la lengua, sino también su ámbito social y cultural.
> A la reunión deberán asistir todos los miembros del comité: A la reu-
nión deberá asistir cada miembro del comité
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RECURRIR A PRONOMBRES SIN MARCA DE GÉNERO: Reemplazar el/los por
quien/quienes.
DESDOBLAMIENTOS
Los desdoblamientos o duplicidad (“chicas y chicos”, “alumnos y alumnas”, “usua-
rios y usuarias”) tienen la ventaja de hacer visibles a las mujeres y la desventaja de
ser muy repetitivos o ralentizar el discurso. A pesar de ser un procedimiento muy
conocido y recurrente, también es el más criticado. Su uso se ha multiplicado en
los últimos años, sin duda, por la nueva representación mental en diversidad que
vamos incorporando y que nos hace pensar y comunicar la realidad implicando
en ella a las mujeres y no sólo a los hombres.
Si se opta por esta fórmula, la concordancia deberá aplicarse tanto a los sustan-
tivos como al resto de los elementos de la oración como los adjetivos, aunque no
es necesario que tengan también una forma doble. Basta con que concuerde el
sustantivo más próximo.
Por ejemplo, en lugar decir “los candidatos y las candidatas elegidos y elegidas”
es mejor optar por “las candidatas y los candidatos elegidos”.
5.3 L E N G UA J E A D M I N I ST R AT I VO
Los textos administrativos utilizan en general las formas en masculino, para
referirse a las personas usuarias de los servicios. En la documentación que
puede ser utilizada tanto por mujeres como por hombres y formularios abier-
tos figura:
El solicitante D .......... El abajo firmante……
El interesado El destinatario……….
El trabajador D........
En la documentación escrita hay que prever que una solicitud puede ser re-
llenada tanto por un hombre como una mujer. Se debe, pues, evitar que los
textos aparezcan dirigidos a un único sexo.
USO DE BARRAS:
Más aceptado para su uso administrativo, es decir, para suplir la falta de es-
pacio en los impresos y formularios, podemos emplear las barras cuando no
encontremos otra alternativa. Si nos inclinamos por utilizar las barras, debe-
mos emplearlas a lo largo de todo el documento para no suscitar ambigüedad.
Es un recurso a evitar ya que existen términos genéricos u otras fórmulas que
facilitan más la lectura. En cualquier caso, se deberían emplear siempre que
no exista ningún otro recurso lingüístico. (datos del/de la interesado/a, el/la
funcionario/a, etc.).
DE N OMIN ACIÓN
DENO MIN ACIÓN
T Í T U LO S PRE E S CRITA E N LA
ANT ES DE LA ORDE N
ORDE N
Diplomado Diplomada
Ingeniero Ingeniera
Arquitecto Arquitecta
Doctor Doctora
> Visibilizar a las mujeres, evitando el uso de la figura masculina como genérica
para representar a toda la plantilla o el uso de iconos, símbolos o logotipos
androcéntricos o sexistas.
> Visibilizar adecuadamente a las mujeres y a los hombres sin caer en estereoti-
pos de roles familiares, sociales, uso de espacios públicos y privados, tipo de
actividades o acciones llevadas a cabo.
>>> 1 1 2
DESCRIPCIÓN:
Recurso de atención telefónica urgente que recibe todas las llamadas de mu-
jeres víctimas de violencia derivadas desde el Teléfono Único de Emergencias
112. Este dispositivo, de carácter gratuito, funciona las veinticuatro horas del
día. Depende de la Dirección General de Prevención de Violencia de Género,
Juventud, Protección Jurídica y Reforma de Menores, y se presta por profesio-
nales del Trabajo Social.
OBJETIVOS:
> Proporcionar, ante situaciones urgentes, una respuesta rápida y eficaz a es-
tas mujeres y a sus hijas e hijos, coordinando las actuaciones de los servicios
sanitarios, sociales, de asistencia jurídica y psicológica, así como de protec-
ción policial y facilitándoles, si fuera preciso, alojamiento de urgencia.
A modo de síntesis conviene destacar que desde el Dispositivo 112, y según las
peculiaridades del caso concreto, se podrá:
OBJETIVO:
PRESTACIONES:
> Atención gratuita y profesional, las 24 horas del día, los 365 días del año.
> Atención en 51 idiomas, siendo los más demandados los siguientes: caste-
llano, catalán, gallego, vasco, inglés, francés, alemán, árabe, búlgaro, chino,
portugués, rumano y ruso.
CONTACTO:
016 o 900 116 016 teléfono de texto (DTS) para personas con discapacidad auditiva
y/o del habla.
>>> I A S S - v i o l e n c i a d e g é n e r o
Con el apoyo económico del Gobierno de Canarias, a través de
su Instituto Canario de Igualdad, ha ido creando una Red insular
de servicios y recursos descentralizada, especializada y homo-
génea en sus criterios de intervención. Da cobertura a la deman-
da de atención de todo el territorio insular
https://www.iass.es/index.php/violencia-de-genero
https://www.gobiernodecanarias.org/icigualdad/temas/violencia_genero/
43
>>> Cent ro de As i s t e n c ia a la s V íc t ima s d el D el it o
Los Centros de Asistencia a las Víctimas del Delito (CAVD), proporcionan por un
lado atención integral a las víctimas de delitos sexuales, violentos y casos de vio-
lencia intrafamiliar, y por otro les prestan su apoyo durante la averiguación previa
y proceso legal.
Los CAVD atiende, informan, orientan y asesoran a las víctimas e informan, for-
man y asesoran a cuantas personas o colectivos pretendan implicarse en el apo-
yo y asistencia a las víctimas del delito.
CONTACTO:
> https://www.tenerifevioleta.es/wp-content/uploads/2015/10/FOLLETO _
CIADGE_O7.pdf
> C/ Bethencourt Alfonso, n.º 17 (antigua C/ San José) Santa Cruz de Tenerife
44
>>> Mujeres Modo On Vg
Este proyecto de la Fundación ONCE va destinado a mujeres con discapacidad y
víctimas de violencia de género. Se centra en la tarea de afrontamiento, trabajan-
do de manera individualizada en el ciclo de recuperación. La meta final es empo-
derarlas para su reintegración en el mundo y mercado sociolaboral.
>>> R edv ic a n
APP del Gobierno de Canarias (descargar en Google play/ App Store) dirigida a
mujeres como una herramienta informativa y de sensibilización sobre la violencia
de género. Además, dispone de un sistema de ubicación que permite encontrar el
recurso o centro más cercano al que acudir en caso de que la mujer lo necesite
en cualquier momento y desde cualquier lugar.
>>> + Rec u r s o s
En la Web de la Guía encontraras enlaces a entidades y/o asocia-
ciones de ámbito local, donde encontraras recursos dedicados a
la formación y sensibilización en igualdad y/o violencia de genero.
https://www.atelsam.net/web/recursos-de-interes
45
Información y Formación Relevante
7. 1 I N F O R M AC I Ó N :
Información significativa (guías, artículos, manuales, etc..) que amplían y pro-
fundizan en los conocimientos sobre género y violencia de género, especial-
mente en mujeres con problemas de salud mental.
https://www.atelsam.net/web/wp-content/uploads/I-ANA-
LISIS-DE-LA-SITUACION-DE-LOS-RECURSOS.pdf
https://consaludmental.org/publicaciones/Herra-
mienta-sensibilizacion-prevencion-violencia-mujer-sa-
lud-mental.pdf
https://consaludmental.org/publicaciones/Investiga-
cion-violencia-genero-salud-mental-2017.pdf
47
>>> Manual de Recomendaciones de Buenas Prácticas.
Psicología e Igualdad de Género
Recomendaciones que enmarcan el trabajo con mujeres, hijas
e hijos víctimas de la violencia de género y pautas para tra-
bajar en cualquier ámbito de la psicología, incorporando el
enfoque de género.
https://www.cop.es/GT/MANUAL-BUENAS-PRACTICAS.pdf
https://www.consaludmental.org/publicaciones/Manual-re-
cursos-formativos-salud-mental-drogodependencia-violen-
cia-genero.pdf
https://avifes.org/wp-content/uploads/2019/05/AVIFES_su-
pportingwomen.pdf
http://www.inmujer.gob.es/servRecursos/formacion/Guias-
LengNoSexista/docs/Guiaslenguajenosexista_.pdf
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pi-
d=S0213-91112004000400028
48
>>> Estudio Mujer y Salud Mental. Necesidades,
demandas y propuestas
Estudio que realiza una aproximación a las principales deman-
das y necesidades de las mujeres usuarias de la red asociativa
de la Federación Salud Mental Castilla y León.
https://saludmentalcyl.org/wp-content/uploads/2018/11/Estu-
dio-Mujer-y-Salud-Mental_Fed.SM_.CyL_2018-1.pdf
https://consaludmental.org/publicaciones/Transversalidad-
generopoliticaspublicasdiscapacidad.pdf
https://www3.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/content/62aae-
ff3-07a1-11ea-b241-cf043edb01ec/ProtocoloVioGeneCanarias.pdf
http://observatorioviolencia.org/Descargar/ninas-y-mujeres-con-discapaci-
dad-victimas-de-violencia-machista-pautas-de-intervencion/
49
>>> Guía de respuesta rápida en situaciones de Violencia
de Género
Esta guía informativa trata de que las víctimas puedan saber
qué es la violencia basada en género, identificar una situación
de violencia, no entrar en pánico si se decide intervenir de ma-
nera activa y saber qué decir y qué no, y cómo escuchar de
manera eficaz, y con qué recursos de ayuda cuenta. El objetivo
es hacer extensible a la ciudadanía la comprensión de las di-
ferentes expresiones de la violencia de género y ofrecer claves
prácticas para detectarla, prevenirla o actuar frente a ella.
http://observatorioviolencia.org/Descargar/guia-de-respuesta-rapida-en-si-
tuaciones-de-violencia-de-genero/
http://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/Micromachismos.pdf
7. 2 F O R M AC I Ó N
Enlace en el que se aportarán formaciones especificas de los
diferentes recursos en pro de la igualdad, para mejorar la ca-
pacitación de los y las profesionales en salud mental.
https://www.atelsam.net/web/informacion-y-formacion-rele-
vante?preview_id=2516&preview_nonce=c5e9a3ca78&_thumb-
nail_id=-1&preview=true
50