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EL NACIONAL DOMINGO 3 DE MARZO DE 2019

Papel Literario Miguel Ángel Campos:


HOY EN LA WEB:// inaugura hoy Dietario La calma del persuasor

DirecciónNelson Rivera • Producción Graciela Yáñez Vicentini • Diseño y diagramaciónVíctor Hugo Rodríguez • Correo electrónicoriveranelsonrivera@gmail.com / papelliterario@el-nacional.com • Twitter @papeliterario

MIGUEL GOMES HOMENAJE >> EN 1990 LE FUE CONCEDIDO EL PREMIO NACIONAL DE ENSAYO

S
igo creyendo que las
iniciales del nom-
bre Óscar Rodríguez
Ortiz, por un azar
calculado, vaticinaban lo que
su tesonera labor iba a repre-
sentar para las letras venezo-
lanas. Su relativo silencio tras
el asalto de que fueron vícti-
mas las instituciones del país
durante la “revolución cultu-
ral” –o lo que haya sido–, nos
dejó –eso es seguro– mucho
más pobres. La época de oro
de la Biblioteca Ayacucho y
otros proyectos editoriales de
las postrimerías del siglo XX
no puede disociarse de su sen-
sibilidad artística o de su in-
teligencia. Uso la disyuntiva
porque en su persona era difí-
cil deslindar intuición de albe-
drío: no se trataba para él de
reinos en disputa; eso hubiese
estado lejos de su mesura, de
su bonhomía.

El crítico y el ensayista
Resulta urgente sopesar su
legado para que no lo sepulte
nuestra tendencia al olvido.
Llevo casi tres décadas citán-
dolo en mis trabajos críticos y
destacando todo lo que le de- ÓSCAR RODRÍGUEZ ORTIZ (SERIE DES-COLORIDOS, 2018) / VASCO SZINETAR ©

IN MEMORIAM
bemos en su papel de estudio-
so de nuestra cultura. No pue-
do menos que reiterar ciertas
ideas, pero intentaré esbozar
algunas adicionales.
Compilaciones como Anto-
logía fundamental del ensayo
venezolano (1983), Venezuela

Óscar Rodríguez Ortiz


en seis ensayos (1985) y Ensa-
yistas venezolanos del siglo XX
(1989) no solo suponen una va-
liosa tarea crítico-documental,
sino que constituyen, desde las
periferias de lo literario, un
esfuerzo por situar en las in-
quietudes lectoras la conducta
plenamente ensayística de vo-
lúmenes como Tres ensayos so- Además de autor de una extensa zuela, rezumaban sensaciona-
lismo y torpeza elocutiva.
fusiones, fortalecidas por la
índole sospechosa de Maurice
Aunque mucho se le parez-
ca, ese fervor intertextual le-
bre el ensayo venezolano (1989),
Placebo (1990), Hacer tiempos
obra como ensayista y crítico literario, Horno Sapiens tiene la vir-
tud de conciliar lo que algunos
Lambert, declarado “francés”
y “nacido en la primera déca-
jos está del pastiche típico de
la literatura que en inglés se
(1995) o Los bordes de la conti- Óscar Rodríguez Ortiz (1944-2019) consideran escabroso con una da del siglo” en la nota de con- denomina postmodernist, don-
nuidad (2006). imagen libresca del mundo que tracubierta, sin que lo anterior de no se verifica una búsqueda
Especialmente las coleccio- fue jefe de redacción de la revista impide atribuir el quehacer fa- disipe los ecos de nombres fa- tan acentuada de dirección, de
nes posteriores a Placebo se
convierten en magníficos expo- Zona Franca, director literario de bulador a la sed de escándalo.
Ni provocación pura ni manie-
miliares. Están el de Maurice
Blanchot, autor que hizo me-
conocimiento. La quiebra “pos-
moderna” del sentido de la his-
nentes del que estimo rasgo pri-
mordial del Rodríguez Ortiz en-
Monte Ávila Editores y coordinador rismo: las atmósferas lúdicas
y misteriosas emancipan esta
lla en los gustos de Rodríguez
Ortiz; el de un personaje me-
toria implica una concepción
de la existencia como vida al
sayista: la fidelidad a un estilo. editorial de la Biblioteca Ayacucho breve novela –acaso noveleta, morable de Balzac, Louis Lam- garete, suspendida sobre el va-
Una voluntad expresiva donde si precisamos el género– tanto bert, que en vísperas de su bo- cío o, como afirmó Octavio Paz,
las distonías –cruces frecuentes, del experimentalismo como de da casi se castra, preparando lo articulada “con el lenguaje de
humorísticos, de lo coloquial y nación o imaginería el adjetivo otro, que el autor, al estrenarse la esclavitud a las normas de que luego sería una vida de pa- nadie”, pues “la pluralidad de
lo erudito– van de la mano con imaginario se sustantiva pa- como novelista, no traiciona- las grandes editoriales. Relato sión mística y deterioro men- estilos equivale a la ausencia
una subordinación de los con- ra definir el sistema de tropos se su modestia implacable, tan de formación –perversa, ambi- tal; y, por supuesto, el añadido de estilo” (Convergencias, Seix
ceptos a las metáforas. y preferencias de individuos o ajena a lo que el mercado les valente– de un huérfano adop- de que el traductor al español Barral, 1991, p. 149). En el pas-
Con respecto a lo primero, épocas; lo mismo es posible exige hoy en día a los cultivado- tado por sus parientes más cer- de Maurice Lambert haya si- tiche elaborado por Rodríguez
los giros del habla cimien- afirmar de vocablos como mise- res del género –el vedetismo, la canos e introducido por ellos do “José María Valleverde”, Ortiz hay varias propuestas
tan una complicidad reacia al reado o figuración, en los cuales sobreexposición “massmediáti- en el universo de la sexualidad, nombre que remite al insosla- descifrables que, sin embargo,
hieratismo o la solemnidad. el hablante se deleita. Las pala- ca”, el liarse cotidianamente en pero también meditación sobre yable José María Valverde. En no se formulan como dogma
Cuando el ensayista dialo- bras-clave de Rodríguez Ortiz la Red–. Con el seudónimo de los lazos de la vivencia erótica síntesis, consustanciado con o prédica, sino que transitan
ga con su lector, fraternizan son núcleos conceptuales, indi- Maurice Lambert y en el sello y la verbal o artística, Horno lo erótico, lo literario depara por los oblicuos senderos de lo
en sus dudas o adhesiones. cadores de un “apego emotivo” Alfadil apareció en 1990 Horno Sapiens amalgama un discur- enfrentamientos dolorosos y simbólico: el Eros y la creación
“Que si 1936, que si 1945, que –como lo llamaría el lingüista Sapiens, obra que a mi ver enri- so en primera persona y citas rendiciones placenteras: una verbal concurren; un texto es
si los años cincuenta con sus Uriel Weinreich–: nociones y, queció notablemente el reper- de autores múltiples, “aprove- lucha con la alteridad que pre- engendrado por muchos otros,
autopistas o rascacielos”; en igual medida, imágenes. torio de asuntos y técnicas de chamientos deliberados”, se- ludia su gozosa aceptación. es el fruto de uniones amoro-
“un asunto que suele ser un la prosa de ficción venezolana. gún explica la nota final, que sas. En toda manifestación ar-
avispero entre nosotros”: El narrador En torno a ella, no obstante, la acaban textualizando las aven- tística la cita, la paráfrasis o la
esas estratégicas inflexiones Justamente porque con Place- crítica ha escaseado. turas incestuosas, voyerísticas, traducción que rinden home-
orales –que tomo de Los bor- bo se hizo notorio que el costa- En sus páginas los dilemas onanistas en las que directa o naje actúan como cópula, for-
des de la continuidad tras un do creador de Rodríguez Ortiz que plantea para el escritor su indirectamente se ve involu- mas de reproducirse de espe-
somero vistazo– rompen con empezaba a absorberlo, juzgo experiencia como lector –po- crado el protagonista, quien, cies ansiosas de perdurar en el
las disquisiciones apolíneas; ineludible en lo que resta de dríamos hablar de intertextua- de paso, se entrega a la lectu- tiempo. A esa fugaz eternidad
arraigan la escritura en un
personaje palpable y humano.
esta semblanza recordar con lidad– se suman a la práctica ra del Magallanes de Stefan Resulta urgente aspira también Horno Sapiens.
el detalle debido la única in- irónica de recursos formales Zweig y se adentra en las tor- Y nuestra relectura puede, en
Con respecto a lo segundo, en cursión que hizo pública en característicos del post-Boom mentas que hacían bambolear sopesar su cierta manera, otorgársela.
Placebo se definió con vigor el los dominios de la narrativa. y el auge en el mundo hispá- las naves del explorador en el Echo una ojeada a los renglo-
imperio de la connotación que Al menos la única de la que me nico de lo que circulaba con fin del mundo. Destinos para- legado para nes precedentes y compruebo
venía manifestándose en su
labor crítica, sin que el conse-
he enterado. Las circunstan-
cias editoriales, además, ha-
el marbete de “literatura eró-
tica”. El estímulo ofrecido por
lelos, el estrecho peligroso con
que da el narrador es la expe-
que no lo haber escrito que su noveleta
fue la única incursión que hi-
cuente barroquismo terminara cen que sea una vertiente mar- el Vargas Llosa del Elogio de riencia corporal, en la que el sepulte nuestra zo pública Rodríguez Ortiz en
desterrando una profunda co- ginada en su carrera, por dos la madrastra (1988) debió de placer surge a ras del temor. los dominios de la narrativa.
herencia. Ello se observa, por motivos: uno, el haber padecido haber sido crucial para Rodrí- Algo afín puede aseverarse del tendencia al El silencio a veces oculta teso-
ejemplo, en los neologismos o
el empleo ideolectal de palabras
hasta ahora de una deplorable
distribución, mal general de la
guez Ortiz, pues otras mues-
tras narrativas semejantes,
modo en que texto propio y aje-
no se juntan. El libro –erotismo olvido” ros: las letras venezolanas se-
rían afortunadas si ese fuese el
preexistentes: en vez de imagi- industria venezolana del libro; publicadas incluso en Vene- del decir– se concentra en esas caso y diéramos con inéditos.
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE MARZO DE 2019

HOMENAJE A ÓSCAR RODRÍGUEZ ORTIZ: 1944-2019

La calma del persuasor


MIGUEL ÁNGEL CAMPOS jetivación breve pero siempre en los libros, y tal vez debía ho- estilo singular: insistencia en ta fundación. Refiriéndose al Wilde dijo Borges (no Harold
también una pausa para ver rrorizarse de esos esquemas aclarar la propia voz, vueltas libro de Díaz Sánchez, Guz- Bloom) que tenía razón en to-
Conocí a Óscar en la oportu- lo solapado, el resto de la di- escolares que van a buscar se- a lo descubierto y una herme- mán, elipse de una ambición do o en casi todo, con este otro
nidad cuando fue parte del ju- námica como flujo de un pre- guridad y prestigio contando néutica de la duda a partir de de poder, ajusta una síntesis Óscar me ocurre que cuando
rado del concurso de ensayo sente huidizo. Era una mane- lo que ha pasado en la econo- una nueva evidencia. Lo leído donde ya no es posible saber el crítico hace una entrada al
de la primera Bienal de Lite- ra de poner los argumentos mía o la historia. Mínima dosis se exhibe como en quien des- dónde está el puro de registro correlato, gusto del venezola-
ratura Mariano Picón Salas ad hominem en una represen- de correlato e inmersión en las pliega una variedad de frutos, de lo juzgado y dónde el índi- no que interroga el paisaje, su
(1991). No asistió a la premia- tación pública sin ceder a los abstracciones, estas explayan la autoridad no se remite a un ce moral de quien examina glosa resulta como una verdad
ción, pero poco después estuvo protocolos de la sociedad del el horizonte de aquel en una nombre y ningún acuerdo se mostrando: “tendrá una ento- risueña, como si siempre hu-
en Maracaibo, invitado por el conocimiento, a sus formatos actitud de realismo pruden- da por sentado, con estos no nación, pero predominante lo biera estado allí, dicha desde
Museo de Artes Gráficas, hizo prestigiosos, decir desde las te, pero fundando siempre el se construye, sirven para con- desazonado: la historia mues- la parsimonia no sorprende
una conferencia erudita sobre variaciones donde en lo civil se reino de la imaginación y su frontar la propia convicción; tra los males algo así como sino que reintegra al lector a
el ensayo clásico venezolano y integran gestos ciudadanos y riesgo. En sus libros no suele hay un tono declarativo donde perpetuos del país, el horror una desdeñada intuición.
en contrapunto con el género. símbolos para producir unida- haber ajustadas bibliografías, el ensayista va hilando, trae de la época que sigue a la Inde-
Allí, finalmente, nos saluda- des cuya continuidad admitan tampoco citas a pie de página, e interroga, luego suelta una pendencia, reunión de pícaros,
La versión completa de este texto
mos y esa amistad nunca se in- una lectura autoexplicativa. pero sus fuentes están casi ex- afirmación cuya mayor per- arribistas y doctrineros de pa-
está disponible en la sección de
terrumpió, hablamos por últi- Sus análisis muestran el país plicadas a lo largo de esas pá- suasión reside en una provi- cotilla frente al fondo inmodi-
Papel Literario en el-nacional.com
ma vez en octubre de 2018. En simultáneo, el bullir de su pen- ginas, donde se despliega un sionalidad que la hace fresca ficado de razas o clases a pun-
mis viajes a Caracas siempre samiento que no siempre está ejercicio de demostración de y reconocible en su inmedia- to de entrar en rebelión”. De
lo llamaba y no faltaba tiempo
para tomar un café en los alre-
dedores de La Florida o almor- ÓSCAR RODRÍGUEZ ORTIZ /ARCHIVO EL NACIONAL
zar en su apartamento, donde
por algún apremio alguna vez
pernocté.
En aquel concurso, donde
mi libro La imaginación atro-
fiada fue elegido, en el tráfico
postal el envío se impregnó de
un perfume de mujer, quizás
de otra concursante, y aquella
fragancia despistó al jurado,
Óscar solía recordar esto siem-
pre con una sonrisa que nun-
ca era humor. Julio Ortega,
otro miembro de aquel jura-
do, le pidió saber cuanto antes
el género de la identidad, pues
una mujer no podía escribir
así, lo que seguramente Óscar
hizo oportunamente. Alguna
conversación debió llevarnos
tiempo después al previsible
asunto ensayo y escritura fe-
menina, y de la que ya no ten-
go recuerdos. Lo visité en su
oficina de Biblioteca Ayacu-
cho, siempre generoso se las
arregló para entregarme de-
cenas de títulos casi como do-
nación, esa costumbre se man-
tuvo y yo solo debía llamarlo y
ubicaba para mí autores y títu-
los en las librerías de Caracas.
Otras veces, me enviaba dupli-
cados de su propia biblioteca,
era su manera de entusiasmo
por la literatura y su emocio-
nario, el generoso sabía entre-
gar lo más preciado, llenando
el espacio formal con virtudes,
la certidumbre de sus encare-
cimientos. Su esposa, Teresa
Alvarenga, muy consciente
de cómo él entendía la amis-
tad, amorosa colaboraba con
aquellas relaciones y disponía
no solo su hogar sino una in-
termediación, y a manera de
resguardo de lo invaluable.
Observador del país pensa-

Valoración mínima de su labor crítica


do desde una atalaya quin-
taesenciada, el juicio de su
pensamiento intelectual, sus
valoraciones puntuales de la
representación, allí se susten-
taba una ética y se constituía OMAR OSORIO AMORETTI en las décadas de los sesen- su Panorama de la literatura Y es que para él ambas eran rias de Hacer tiempos y Los
en todo un discurso: el pensa- ta y setenta, perteneció a una venezolana actual, a saber: la términos antinómicos. El en- bordes de la continuidad.
dor que escribe sobre los en- Decía Gonzalo Picón Febres camada de estudiosos que re- abundancia de estudios críti- sayo, siempre aspirando a lo Ciertamente, Rodríguez Ortiz
sayistas que han modelado la en su célebre La literatura ve- chazó tanto la postura impre- cos de obras particulares en general, era la contraparte de deja un legado crítico enrique-
nación y su cultura. Y sin em- nezolana del siglo diez y nue- sionista del acto de compren- disfavor de miradas de conjun- la crítica, conocimiento espe- cedor para los sectores habi-
bargo, en esa elaboración se ve que aquella historia global, der los materiales literarios to sobre lo producido hasta los cializado, avalado por institu- tualmente interesados en la li-
vaciaba más que el sentido co- capaz de captar en toda su di- (amparada en los criterios del momentos. ciones universitarias. Como teratura, aunque también uno
mún del investigador que da- mensión el desarrollo de la li- “buen gusto” y la inmortal fi- Pero donde realmente su vo- hijo de la academia, ejerció ético. Durante más de treinta
ba con categorías y precisio- teratura nacional, estaba aún gura de la auctoritas letrada) cación intelectual tuvo mayor la segunda con fuerza en los años puso su talento al servicio
nes, nos dejaba sobre todo un por escribirse. Muchas pági- como las propuestas para el impacto fue en el estudio de al- primeros años de su vida inte- de instituciones fundamentales
ánimo, una perspectiva muy nas se han publicado desde momento insuficientes de la go para muchos impensable in- lectual. Lo interesante es que para la vida intelectual nacio-
personal, sus propias convic- entonces para llenar esta ca- estilística, en favor de una mi- cluso hoy día: el ensayo. Él fue conforme pasaron los años su nal como la revista Zona Fran-
ciones, el disentir de quien ha- rencia. Con todo, creo que, a la rada más rigurosa donde, a uno de los primeros en tener escritura cambió y de la po- ca, las editoriales Monte Ávila
bía andado un camino sin de- luz del proceso cultural vivido través de teorías sobre el ob- esa consciencia metadiscursiva sición crítica, esa que mira- Editores y Biblioteca Ayacu-
jar sobre la marcha ataduras desde nuestro nacimiento co- jeto de estudio, se iluminaban y se abocó tanto a estudiar co- ba rasgos compositivos pre- cho, sin mencionar su intensa
o atascos que impidieran reor- mo república independiente, las áreas inadvertidas por el mo a antologar a los represen- dominantes y estructuras del actividad en la prensa median-
denar lo ya valuado. las palabras de aquel intelec- común de los lectores. tantes nacionales de un género artefacto lingüístico según te reseñas. Todo esto nos ha-
Atesoró una manera de li- tual podrían trasladarse hacia Eran los tiempos de la pu- poco atendido. Así, las impre- criterios científicos, pasó pro- blará siempre de un hombre
bertad que le permitía juzgar otros géneros para decir que la blicación de sus Seis propo- siones de libros como la Anto- gresivamente a la ensayística, consciente de la vitalidad que
sin las aprensiones de la co- misma tarea estaba pendiente siciones en torno a Salvador logía fundamental del ensayo aquella donde el sujeto ya nu- la cultura le brinda a las socie-
yuntura, soledad y alejamien- en el plano del ensayo. Por for- Garmendia, un estudio global venezolano o Paisaje del ensa- trido de lecturas y una vasta dades modernas y de la necesi-
to de las corporaciones fueron tuna, dicha empresa también que, junto al de exponentes yo venezolano le brindaron no experiencia analítica echaba dad de comprometerse a man-
importantes en la elección de ha tenido sus pioneros y no ca- como Julio E. Miranda (Pro- solo una autoridad indiscutible a andar sus pensamientos sin tenerla viva, dinámica, activa
un rumbo. Para él el análi- be duda de que el nombre de ceso a la narrativa venezola- en el objeto de estudio trazado, apelar al recurso, siempre a en la sociedad. Si algo de esto
sis literario no concluía en la Óscar Rodríguez Ortiz (1944- na) o Ángel Rama (Salvador sino además un conocimiento medio caballo entre el escudo aún nos queda en esta nueva
pura eficacia de un estilo de 2019) es uno de los responsa- Garmendia y la narrativa in- lúcido sobre los alcances y lí- y el lazarillo, de la referencia centuria se les debe a esas per-
una escritura, y más que ins- bles de haber desbrozado ese formalista), conformaba la ex- mites de palabras tan escurri- probatoria. Ahí están, como sonas que, como él, hicieron y
trumento profesional, así hay camino. cepción de una constante avi- dizas en el vocabulario popular testigos silentes para demos- siguen haciendo posible su per-
en todos sus trabajos una ad- Formado académicamente zorada por Juan Liscano en como “ensayo” y “crítica”. trarlo, las huellas escritura- vivencia en nuestro país.
DOMINGO 3 DE MARZO DE 2019 EL NACIONAL Papel Literario 3

IETARIO
Papel Literario Sinestesias con Política minúscula
inaugura hoy o sin color Podríamos dividir la
filosofía política en dos
con un dedo el “quién”, sino
que dedica sus esfuerzos en
Coros verdes, rimas corrientes: aquella corriente encontrar el cómo se gobierna.
interesada en la pregunta Algunas respuestas a la
Dietario, sección de rojo intenso,
en mares plomo o fríos inquietantes, “¿Quién gobierna?”, y otra, pregunta sugieren que se debe
mientan versos de vacío o históricamente más silenciosa gobernar de manera limitada,
de papel o país... y menos popular, interesada y entonces el énfasis está en
en la que confluirán en la pregunta “¿Cómo se diseñar los mecanismos y
ese sí habla en blanco, blanco, gobierna?”. Tradicionalmente las instituciones para crear
y es ciertamente reconocernos la pregunta esos diques de contención al
colaboraciones de abisal. sobre quién gobierna como el
eje de la tradición democrática.
gobierno ilimitado. El “check
and balances” de los Estados
Enero 2019
Verónica Jaffé Quién gobierna –el pueblo, Unidos, y el constitucionalismo

distintos autores, como la mayoría total, “nosotros”–


definirá en cierta medida
de Montesquieu en el
continente, son ejemplos
otras preguntas que están que me vienen a la mente. El
en la vecindad teórica de la “cómo se gobierna” asume que
si fuesen entradas de un democracia, por ejemplo, el poder en sí mismo tiende a

diario o un dietario de
E sa nación anfibia,
la que dejamos y la que
fueron, que no están en
ninguna parte, o que habitan
ese “quién” que gobierna,
¿gobierna ilimitadamente?
Ese “quién” que gobierna
expandirse y a corromperse
–y a corromper a los que lo
envisten–. El liberalismo
trajimos, la que late desde en el olvido, quiero decir, ¿lo hace directamente o a asume que esa cosa que
su agujero, tan real como esa nación bonzo, tierna, través de instituciones y de llamamos “la mayoría” es una
lo diverso: comentarios el hambre, tan viva como el mía, que tiene branquias y representantes? Algunos
defensores radicales de esta
quimera: si en una relación de
dos las diferencias de deseos,
miedo, la que respira bajo el pulmones y le sobra crueldad
agua y se adhiere a nuestro y audacia, la encendida tradición –como Rousseau– opiniones y expectativas son
sobre la realidad, cuello y nos seduce con
amores y nostalgias, la semi
salamandra que me persigue
en la vigilia y en el sueño,
pensaban que estas preguntas,
aunque relevantes, eran
infinitas –a menos que una de
las partes sea déspota–, ¿cómo
sumergida, la semi terrestre, con sus esperanzas y sus secundarias, pues si gobierna esperar que en una población

escenas inesperadas, escurridiza y concreta,


geográfica e inhallable, la que
pesadillas, esa indómita
tierra de héroes sin rostro y
el que “debe” –ya sea el
pueblo, o la mayoría– asume
todos deseen lo mismo?
Es esta aceptación de la
imaginamos y padecemos y sin sables me busca, como Rousseau que gobernará diferencia, y de la naturaleza
persiste en la memoria y nos un animal de costumbre por el bien de todos (el bien antagónica de la naturaleza
citas, aforismos, tuits engaña con sus decrépitos viene hasta mí, todos los días, común). Personalmente humana del liberalismo, el
paisajes y también la que se para murmurar sus brutales me interesa mucho más la tema que discutiremos en la
metamorfosea en las páginas maravillas y preguntarme segunda tradición que hoy próxima entrada.
de breve o mayor rojas, en las angustiosas con malicia ¿piensas, llamamos “liberalismo”. Esta
conversaciones junto a los extranjero, algún día, en tradición no se urge en señalar Paola Romero
amigos que están allá, que volver?
extensión, relatos están acá, que siempre se
quedaron, que siempre se Gustavo Valle

breves, pecios,
A Carpo le gusta mirar el protegiéndose del sol largo y

mínimos ejercicios de Diario de lejanías


cerro mientras espera la hora
de irse o cuando descansa
francamente inaguantable.
Lo mira sabiendo que los
luego de la comida de verdes cambian, que la
México, 19 de febrero de 2019 mediodía. Lo ve cuando está piel vegetal se sacude las
pensamiento o crítica, limpio de nubes, sobre todo brisas, poniendo manchas de
Un hombre, en la noche de hijos una tarde, ya de salida de por las mañanas. También, arbustos, motas de variable
su casa, apaga luces, revisa la escuela, por la acera y bajo cuando, después del intenso tinte sobre una tela ocre, o
poemas, prosas de los seguros de las puertas, la sombra de los árboles. O calor, las nubes se posan parda o calva.
se mueve con paso de viejo estampa de un fin de semana sobre él como cejas espesas, o ¡Qué manera de regalarse
titán que le ha dado la cara a en las butacas del cine, o sobre como un humo sin fuego que una ciudad también con esto!
cualquier género, los tornados. En las ventanas
contempla el suave respiro de
una calle empedrada de Valle
Bravo o de Ixtapan de la Sal.
ocupa toda su cumbre y sus
lomos verdes.
La gratuidad de mirar
y hacer conexiones. La
constelaciones que parecieran Quisiera sí dejar un legado Carpo tiene toda la vida memoria, piensa Carpo,

respuestas a lo dicho nacidas en el soplo cósmico


de la Bondad. Piensa en sus
de imágenes indelebles, eso
que al final debemos ser. Pero
admirando el cerro. Desde
que era niño lo paseaba,
parece disfrutar con estos
juegos de paciente inutilidad;
hijos que duermen, en la edad aun así se niega a rendirse lo recorría: de lejos, como de ese mirar solo y pleno
de ellos, en el tiempo que le ante el odio que le arrancaron ahora; de cerca, por sus al mismo tiempo, de ese
por otro autor en queda a su lado. Cada vez está sus páginas anteriores. Su trochas terrozas y sus gastarse sin objeto aparente.
más presente la muerte en sus lejano país se alza justo ahora picas. A veces, cree que La memoria que asiste
meditaciones diarias, un aire en las fronteras, se crece, o respira, que se mueve. conectando. Pero ¿con qué?
una entrega anterior. vacío que acaricia cortinas. se eso pareciera. Algún día Puede que sea un efecto de Pero ¿hacia qué?
Él remonta la oscuridad, de la naturaleza y la risa (todo la luz, seguramente. Quién Mirar y mirar, parece para
vuelta. La casa duerme. La está soportado por la risa, sabe. Puede ser que ahora Carpo la sola respuesta.
Dietario arranca hoy casa de otro país, del hiato,
del compás de espera. ¿Dónde
dice Rojas Guardia) volverá a
nacer donde llueve la ceniza.
mismo lo esté viendo, con
su vicera de nubes espesas, Samuel González-Seijas
ha quedado el memorial de Tu nombre será de nuevo
con las contribuciones sus gestas? ¿En verdad su
nombre ya no es más que un
tuyo y el barro estará para
nuestras manos, la arcilla.
cuenco vacío? Algún día será

de siete autores fantasma, recuerdo de sus Fedosy Santaella


Fotografía:
equívocos y paradojas

A yer, a las 4 de la tarde,


sonó el teléfono. Era una
razón de Kant. Cuatro,
cinco páginas y estoy lista.
Cuando alguien admira
una fotografía frente a su
autor suele preguntar ¿y
analogía tan “perfecta” con
la realidad. Escribo perfecta
y las comillas se imponen.
vieja amiga, si no te llamo ¡Y pensar que antes me con qué cámara la tomaste? Estamos ante una imagen
con más frecuencia es gustaba tanto leer a Kant! Pareciera valorarse más sobre una superficie
Sobre las puertas falsas porque estoy terriblemente
decaída, tengo la sensación
Por supuesto, los tiempos
han cambiado. Pero a veces
el instrumento que al
autor detrás de la imagen.
plana, ha desaparecido el
volumen, si es en blanco y
de estar viviendo en un país todavía me reanimo y llego Y ya lo aclaró el maestro negro carece del color que
Byung-Chul Han habla de discronía, presente nórdico, a orillas del Mar a leer hasta diez o doce Ansel Adams: no se toma comprobamos en nuestra
narrativo y presente aditivo y eso me da una idea: Báltico o de la Antártida. páginas... Yo nunca imaginé una fotografía, se hace. existencia diaria, y sin
¿y si la novela del futuro fuera discrónica, si se Siento mucho frío, me que me podía pasar algo así. La imagen fotográfica, a embargo le atribuimos
expandiera en tres dimensiones, o cuatro, si se envuelvo en tres cobijas y En realidad con la poesía no contracorriente de lo que todas las características
bifurcara como un río y agregara capas como una aun así un frío helador se me pasa, quiero decir con admitimos como natural, de la realidad que palpan
montaña? ¿Y si la novela del futuro fuera tectónica? me cuela por todos lados. la verdadera poesía, con no es un registro mecánico nuestros sentidos.
Luego recuerdo que la base fundamental de ese No me atrevo a salir a la la prosa cargada tampoco, de la realidad. Un registro Sin duda la analogía viene
artefacto es el lenguaje: una novela siempre será calle, ni siquiera a traspasar al contrario, me quita el a la manera como lo reforzada por su condición
una novela cuando su lenguaje atrape, retuerza y el umbral… Le respondo: sueño... me dan ganas de haría, por ejemplo, un de signo indicial: la imagen,
despoje al lector de todos sus prejuicios; cuando es la tristeza lo que da seguir y seguir... ¿Y tú? Me termómetro. Una fotografía por así decirlo, está atada a
lo aturda y lo ilumine. No obstante, la noción de frío. La tristeza y el miedo, pasa algo parecido. Anoche es una representación de su referente.
“presente aditivo” queda latiendo en mi memoria, responde. ¿Estás durmiendo me desvelé leyendo a Yeats... la realidad portadora de Paradójicamente, a lo largo
buscando la anécdota exacta en la que tendrá lugar. bien? En la noche me El segundo advenimiento..., significados, conceptuales, de la historia la fotografía va
Cuando eso ocurra, será como cuando don Quijote pongo a leer y caigo influido por el final del frío estéticos, formales. a ser cada vez más valorada
escapó por una puerta falsa a inaugurar la novela dormida, lo importante es de la gran guerra, del que Con la fotografía, o si se por su valor connotativo,
moderna. Y habrá luz. Una nueva luz. leer cosas exigentes. Por todos estaban a la espera. prefiere con la reproducción simbólico, narrativo.
ejemplo: La religión dentro fotográfica, el equívoco se
Juan Carlos Chirinos de los límites de la mera Victoria de Stefano mantiene en virtud de la Óscar Lucien
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Data portátil 1 EL CIELO DE ESMALTE

CAMILA PULGAR MACHADO y menos aún imprimir los pdf.


Comenzaron a desfallecer en
migrantes, y a entender lo
que estudiábamos en clases
hacia nuevas temperaturas,
lenguas, psicologías sociales, Ezra
Pound
Con este espacio quisiera con- las clases y yo a notar en me- en relación con sus dramas, espacios propios desconoci-
tinuar tras las huellas de esos dio de estas que era falta de que pronto también sería el dos y proyectos por venir?
jóvenes que he tenido la fortu- comida. Dejé entonces de re- mío pues me fui del país con En este espacio me propon-
na de educar. Estudiantes ve- clamarles que no vieran tan- ellos. Así, de uno de mis úl- go referir esos puntos de in-
nezolanos que, así como por to el celular con sus pantallas timos seminarios que ofrecí formación que recojo de la (1885-1972)
el golpe de la desdicha de una quebradas pues descubrí que junto a la plataforma de arte deserción de estos tránsfugos
patria, sintieron en carne viva allí muchas veces guardaban digital Backroom Caracas y que sigo atenta en las redes EZRA POUND / POETRY FOUNDATION
eso que Juan Liscano llamó las lecturas que había asigna- que titulamos “Micropolíticas sociales donde muchos fan-
“el horror por la historia”. Y do y hacían lo humanamente de creación, archivo y ciuda- tasean; y donde me encuen-
entonces de las clases sobre el posible por seguir. Así, un día des del porvenir”, de mi in- tro a mí misma con nuevas
CANTO I
barroco y aquello de la expre- todos en vez de recitar el cé- quietud por el arte de archivo y viejas lecturas, con expo-
Y entonces descendimos a la nave,
sión americana en función del lebre soneto de Quevedo, nos y los imaginarios urbanos, fui siciones, arte, películas, con
Enfilamos la quilla a la rompiente, a la mar divina, y
sentimiento moderno llamado recostamos con auténtico do- pidiéndole a estos migrantes series y personajes que nos
Erguimos el mástil e izamos la vela en la nave prieta,
horror vacui, pasamos todos a lor en “los muros de la patria inminentes que orientáramos clonan, con ciudades promi-
Embarcamos ovejas y nuestros propios cuerpos
estar en ese abismo de la his- nuestra, si a un tiempo fuer- la reflexión hacia esas valijas sorias o infames, con viajes
Agobiados de llanto, y los vientos en popa
toria cuando los andamiajes tes ya desmoronados”. Allí, digitales que nos llevaríamos sin descanso, con compatrio-
Nos impulsaban con velas panzudas,
de una sociedad se han venci- además, estando en la Ciudad a cuestas. Mi objetivo: indu- tas que siguen en Venezuela
De Circe esta nave, la diosa del peinado minucioso.
do y el techo cae todos los días Universitaria de Caracas, só- cir a la creación de archivos bajo nuevos mapas cuyos te-
Nos sentamos en el sollado, el viento trababa el timón,
como una lluvia de piedras hi- lida expresión arquitectónica singularizados que den cuen- rritorios ahora conectan con
Y con velas tirantes cruzamos el mar hasta el final del día.
riendo la cabeza. Ya no era el del poder económico del Esta- ta de aquello que el migrante estos archivos diaspóricos
El sol a su modorra, sombras cubren el océano,
relato libresco de una época do venezolano. enchufaría en el nuevo esce- cargados de expresión. Por-
Llegamos a los confines de las más altas aguas,
en el pasado de Latinoaméri- Y claro, mis estudiantes co- nario de vida, haciendo hinca- que el archivo no es solo un
A las tierras cimerias, y ciudades pobladas
ca. Mis estudiantes un día de- menzaron a huir de Venezue- pié en la imagen de Caracas, asunto del pasado sino tam-
Cubiertas de niebla de apretada trama, jamás perforada
jaron de tener a la mano los la como si hubiera que salir en los trozos de ruinas vívi- bién se inclina a iluminar el
libros, las carpetas con ma- desmadrados, como si estu- das desde las que íbamos a futuro como una caja de re-
Por destello de luz solar
teriales para fotocopiar a la viera alcanzándolos la peste, producir artísticamente. ¿De sonancias que nos conectan
Ni tachonada de estrellas, espiando desde el firmamento
brevedad, útiles para jugar, y comencé a escuchar histo- qué formas se manifestaría subjetivamente, muchas ve-
La noche más prieta amortajaba a estos infelices mortales.
vehículos de transporte, per- rias inéditas de diáspora pe- nuestra ciudad universitaria ces, para abrir el paso hacia
El océano revertía su curso, llegamos entonces al sitio
dieron los equipos en el cami- rentoria que implicaban la –de luz exuberante y calles nuestras ontologías digitales.
Que Circe predijo.
no hacia la universidad, no urgencia de graduarse; o a re- destruidas, de sensualismo Tú lector, mi cómplice, mi se-
Aquí Perimedes y Euríloco realizaron los ritos,
pudieron comprar más chu- cibir emails con la noticia de vegetal, arquitectura tropi- mejante, búscame para saber
Y empuñando la ceñida espada
cherías, ni el cafecito de en- “tuve que salir del país”, de- cal y eventos criminales– en de tu país o data portátil que
Excavé el hoyuelo de un codo de ancho;
tre clase y clase, tampoco les jando el semestre en ascuas. las necesidades expresivas de estaré atenta a tus incursiones
Derramamos libaciones para cada muerto,
fue posible reponer la laptop Comencé a graduar jóvenes estos jóvenes desplazándose y materiales.
Primero la hidromiel y luego vino dulce, agua mezclada con
harina blanca. Entonces recé muchos rezos a esas tétricas
[calaveras; Como es costumbre en Ítaca, toros
estériles de los mejores

Blanca Strepponi:
Para el sacrificio, amontonando ofrendas en la pira,
Una oveja solo para Tiresias, negra y con un cencerro.
Obscura sangre fluyó a la fosa,
Almas del Erebo, cadavéricos despojos de doncellas muertas

CRÓNICAS BUDISTAS
El día de su boda, de jóvenes y ancianos que mucho
soportaron;
Almas maculadas de lágrimas recientes, tiernas niñas,
Hombres tantísimos, eviscerados con lanza de bronce,
Despojos de batalla, empuñando sus armas aún sangrantes,
Todos estos me atosigaban; con sus gritos,
Con palidez, clamando a mis hombres por más víctimas;
Faenamos los rebaños, ovejas a bronce abatidas;

Derramamos ungüentos, clamando a los dioses,


A Plutón poderoso, alabando a Proserpina;
Desenvainada la filosa espada,
Me planté para apartar a los impetuosos difuntos impotentes,
Hasta que pudiese oír a Tiresias.
Pero primero vino Elpénor, nuestro amigo Elpénor
Insepulto, yerto en la dilatada tierra,
Sus miembros que dejamos atrás en la casa de Circe,
Sin lágrimas ni mortaja sepulcral, urgidos por otros trabajos.
Lastimero espíritu. Y exclamé con palabras presurosas:
“Elpénor, ¿cómo has llegado hasta esta oscura costa?
¿Has venido a pie, aun así aventajando a los navegantes?”.
Y él con graves palabras:
“El hado adverso y el vino abundante. Dormía en la morada
de Circe.
Y bajando por las altas escalas, descuidado,
Di contra el contrafuerte y caí,
Desnucándome, y el alma buscó el Averno.
Pero tú, oh rey, te imploro me recuerdes, al inllorado,
insepulto,
Amontona mis armas, sea mi tumba en la playa y su
inscripción:
Un hombre sin ventura, y su nombre por venir.
Por estela, el mismo remo que fatigué junto a
mis compañeros”.

Y vino Anticlea, a quien aparté de un golpe, y luego Tiresias el


tebano,
Alzando su vara dorada, me conoció, y habló primero:
“¿Por segunda vez? ¿Por qué, hombre desastrado,
Ante los muertos sin sol y en esta región infeliz?
Apártate de la fosa, déjame mi brebaje sanguinario, ‘para
[inspirar mi vaticinio’”.
Y di un paso atrás,
Y él, vigorizado con la sangre, dijo: “Odiseo
Retornarás atravesando un Neptuno hostil, por oscuros
mares,
Perderás a todos tus compañeros”. Y entonces vino
BLANCA STREPPONI / VASCO SZINETAR © Anticlea.
Quédate quieto, Divus. Me refiero a Andreas Divus,
In oficina Wecheli, 1538, basado en Homero.
ALEJANDRO MÉNDEZ tual que lleva a pensar estas Heidegger y Celan, reflejado Salas: Les digo que la cabeza de Y navegó pasando Sirenas y de allí desviando mar afuera
Crónicas budistas como un en el poema “Todtnauberg”. la poeta / se balancea como una Y hasta Circe.
Rezar con palabras humil- único poema segmentado en Allí el poeta y el filósofo lle- araña / sostenida por el hilo de Venerandam,
des, no por serviles sino por diversos pliegues. Cada plie- gan a un agrio silencio que sus pensamientos / que la red En la frase del cretense, Afrodita de la dorada corona,
devocionales. gue es una reverencia de co- aún hoy sigue molestando. En que teje con ese hilo / va ocu- Cypri munimenta sortita est, hilarante, orichalchi, con
Múltiples reverencias ante lores tenues, un gran poema cambio, acá hay comunión. pando toda su casa / que soli- doradas
el aquí y ahora, cada una con como una ola que atraviesa Lo político también está pre- taria y tranquila se balancea / Cintas y pechera, tú, la de oscuros párpados,
un matiz diferente pero todas ráfagas de odio, desconfian- sente, como así las dos patrias, la cabeza en el aire.
ellas verdaderas. No hay reve- za, guerra, resentimiento, ira en un juego intercambiable
rencias complacientes o esce- y vergüenza. Todos estos sen- de ausencias y presencias.
nográficas, sino un lugar de timientos mundanos no están En esos intersticios, como un *Crónicas budistas de Blanca *Traducido por el poeta, narrador y dramaturgo Jan de Jager (Argentina,
enunciación genuino deveni- obliterados en el libro: una sin- puente, el yo poético oficia de Strepponi (Dcir Ediciones, 2016) 1959), con un esclarecedor prólogo de Giorgio Agamben, la editorial
do escritura. taxis cercana a la plegaria los traductor agenciando un trá- obtuvo el Premio de la Crítica, en Sexto Piso ha publicado Cantos, del poeta norteamericano Ezra Pound
Aceptación como instancia transmuta en silencio. fico constante de emociones su primera edición con mención (1885-1972). Escritos durante décadas, la edición contiene la totalidad
superadora de la polaridad. Este silencio es una respues- y significantes, como refieren Poesía, el pasado 2018, ante de los cantos, incluso aquellos de los que solo se conservan fragmentos
Una ética del respirar. Una ta activa y reconfortante. Dia- los poemas de los monjes co- un jurado formado por Teresa o borradores. Se transcribe aquí el primer canto, cuya inquietante
poética del decir. metralmente opuesta al re- reanos, ya sea frente al poema Casique, Ricardo Ramírez Requena formulación invita a seguir con esta lectura compleja y desafiante, que
Admirable unidad concep- sultado del encuentro entre de Borges o ante el poema de y Arnaldo Valero. supera las 1200 páginas.

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