Está en la página 1de 17

DISFUNCIONALIDAD SOCIAL COMO PARADIGMA DE VIDA

CONTEMPORÁNEA

DÍAZ NAVARRO ANDRELI1

LUIS GABRIEL MAETEO MEJÍA2

Resumen: Disfuncionalidad como paradigma de vida, no es precisamente un estado caótico


de la sociedad, el cual, sigue siendo fecundo en su movimiento, complejidad y desarrollo de
la misma. Por el contrario, al hablar de disfuncionalidad, se busca delimitar los alcances de
ciertos comportamientos sociales que, desenfocados hoy en día, generan un problema a la
funcionalidad del entretejido social, a su desarrollo y a su beneficio en las instituciones que
integran la vida contemporánea. Dentro del problema de la disfuncionalidad o no-
funcionalidad social, se encuentran las categorías antropológicas de lo cognitivo, de lo
instrumental, la expresividad, lo complejo, lo estético y lo simbólico, dentro de una marco
de significados y cosmovisiones, que sin lugar a dudas, favorecen a la desintegración del
entretejido social debido a la carencia de una comunicación y una educación apropiada, que
visualice a los individuos de hoy en día, como verdaderos agentes de cambio.

1
M.T.E. Silvia Andreli Díaz Navarro. Maestra en Tecnología Educativa, (UDAVINCI). Licenciada en Pedagogía,
(DON VASOCO-UNAM). Licenciada en Educación Prescolar, (SEP). Docente de Asignatura en la Licenciatura
en Educación, Universidad Vizcaya Uruapan. Asistente del Departamento de Desarrollo Académico del
I.T.S.Purhépecha. Tel. 423 525 1616, <andy83diaz@gmail.com> Paracho de Verduzco, Michoacán, México.
2
M.T.A. Luis Gabriel Mateo Mejía. Maestro en Tecnología para el Aprendizaje, (UDG). Licenciado en
Filosofía, (SEP). Docente del I.T.S.Purhépecha. Docente del INSTITUTO DE FILOSOFÍA, (IF). Docente de
Asignatura en la Licenciatura en Educación, Universidad Vizcaya Uruapan, (UVAU). Estudiante de Ingeniería
en Desarrollo de Software, (UNADMÉXICO). Tel. 423 525 1616, <mateo.gabriel0007@gmail.com> Paracho
de Verduzco, Michoacán, México.

1
Abstract: Social Malfunction like life paradigm, it´s not a chaotic condition of society. By
other hand, to talk about malfunction led to us into social boundaries. Today we need to
focus the problems of institutions, every day grow more and more. But, malfunction like
life paradigm show several dimensions: knowledge, complexity, aesthetics, symbolism and
rationality, all of these cultural elements are mixed and give its favour to social
disintegration. That´s way, this theoretic analysis pretends to visualize the citizen like real
change cultural promoter.

Palabras Clave: Disfuncionalidad Social, Intersubjetividad, Posmodernidad,


Complejidad, Conducta, Educación.

1.- INTRODUCCIÓN.

Hoy en día, se considera que la sociedad tiene distintas esferas que configuran su
estructura. Por cuanto vivimos en una época posmoderna, se tiene que dichas esferas
pueden ser tanto inconexas, como analizadas críticamente. Se tiene que los agentes que
configuran dichas esferas de vida social, contienen a su vez, un tipo de discurso que les
garantiza la comunicación al interior de las relaciones humanas. Dichos discursos son
continuamente interpretados por diversos autores, enfatizando aspectos culturales,
económicos, epistemológicos, políticos o éticos, pero que raramente podrían dejar de eludir
aspectos universales del razonamiento humano, como lo explica Zygmund Bauman,
(2000:29), en su “Ética posmoderna”. Ante una posmodernidad líquida y cambiante, nos
vemos inmiscuidos en dinámicas que garantizan la comunicación al interior de las
relaciones humanas, pero también, pueden alejarnos de una integración social o cultural.
Es decir, dejamos de ser agentes de discurso validado por la re-configuración constante de
las esferas sociales. Pero a todo esto, ¿cuáles son dichas esferas sociales?

En nuestra sociedad actual, se cuenta con una diversidad de agrupaciones que se


diferencian unas de otras, tanto por su conducta ideológica, como por la valoración moral
que pueden tener. Estas agrupaciones implican ámbitos profesionales, ámbitos educativos,

2
ámbitos culturales, políticos, económicos, religiosos, etc; que en consecuencia, son
conjuntos de personas que manifiestan una representación ante los demás, ya sea de forma
mayoritaria o de forma minoritaria, como lo explica Cortina, (200:106), en su texto,
titulado: “Ética”. Es decir, tenemos colectivos comunes y segregados.

En estas distintas esferas, se tienen numerosas personas y distintas clases sociales, lo que
hace más complicado su análisis interpretativo. Por ello, la hermenéutica ha jugado un
papel considerable, para dar a entender la semiótica de dichos horizontes de realidad. Es
decir, para dar a conocer los distintos símbolos y signos que los representan, tanto en los
procesos cognitivos como en el nivel de los significados. Sin embargo, tanto la
interpretación de lo real, así como su clasificación en ámbitos de convivencia, muestra
problemas de relación y de comunicación humana.

Innegablemente se observa que vivimos bajo un conjunto de relaciones humanas


cambiantes, tanto en su horizonte de sentido como de significado. De forma consecuente, se
presenta una disfuncionalidad en las relaciones sociales, tanto en la intersubjetividad de los
individuos como en sus relaciones con los otros, ‘otros’ que configuran los distintos grupos
sociales. Hoy en día, pareciera que no todos encajamos en cualquier parte de las esferas
sociales, es decir, nos cuesta cada vez más trabajo identificar los grupos o colectivos, de
aquellos sujetos con los que nos identificamos. En ese sentido, de aquellos grupos que
representan la individualidad de un cierto momento de la vida o de un cierto estado del
desarrollo personal.

2.- PROBLEMÁTICA.

Si realizamos las siguientes preguntas: ¿A qué se debe dicha disfuncionalidad en las


relaciones sociales actuales? ¿A qué se debe, que cada vez más nos alejamos de una
representación colectiva única? ¿Qué hace que los sujetos, tan cambiantes en sus relaciones
sociales, perdamos la capacidad de una intersubjetividad desarrollada? Nos vemos
obligados a referenciar algunos autores, como es el caso Geanni Vattimo, (1987), quien en
su texto: “El fin de la modernidad”, explica la pérdida del sentido ontológico de la misma
vivencia humana en el entorno de la posmodernidad. En otras palabras, la vida en su

3
funcionalidad de existente, puede carecer de un sentido y un propósito. De igual manera
tenemos a Zygmund Bauman, (2004:44), quien hace constatar la rapidez con la que la
racionalidad ha modificado el entorno natural, automodificadose de una forma continua.
Solo basta mirar a nuestro alrededor, para ver que el paisaje es casi artificial en su totalidad.
Entonces, dependemos más de la tecnología, de las máquinas o de los instrumentos
laborales, que de la convivencia social. Sin embargo, a pesar de las interpretaciones que se
hacen de la realidad, la comprensión no contribuye a la solución de este problema. El
problema persiste. La posmodernidad sigue siendo un aspecto cambiante. Los individuos,
los estados y las instituciones, no han logrado acertar en la modificación conductual que
propicie factores propositivos de cambio. Por lo menos no de manera homogénea. La
consecución de una individualidad, que sea capaz de integrarse a las distintas esferas
sociales o culturales, se enfrenta ante una serie de desventajas que cada día es mayor.

En nuestro momento actual, los valores, por ejemplo, se aprecian desde muchas disciplinas
científicas. Si hablamos de la conducta aferrada a un ideal, como es el caso de la ecofilia,
(aprecio por el cuidado de la ecología), puede resultar tan antagónica o paradójica para
otras personas, que en muchas ocasiones, son individuos tachados de bichos raros, incluso
por el resto del grupo social al que pertenecen.

Quiero decir, se requiere considerar los aspectos precisos en las dimensiones espacio-
temporales. Dimensiones en la que los individuos, inmiscuidos en sus distintas clases
sociales y distintas vivencias personales, puedan apreciar las determinaciones racionales
que contribuyen a permanecer en el problema de la disfuncionalidad social. Estas
contradicciones, dilemas morales y paradojas de la existencia, son objeto de diferentes
estudios, pero en suma, demuestran la incapacidad de integración social. Puesto que su
integración depende de grandes bloques o estructuras sociales. Bloques institucionales o
esferas culturales, que permitan la comunicación asertiva, de acuerdo a las necesidades más
profundas de los individuos, como lo demuestra Michel Foucautl, (2008).

Foucault, en su texto: “Tecnologías del yo”, analiza las esferas de lo posmoderno, plantea
la problemática de la disfuncionalidad social, en torno a dos grandes vertientes: a) lo
racional, en su aspecto cognitivo e instrumental, que en suma, es el manejo y reproducción

4
de los bienes culturales y sociales; y por otra parte, b) lo expresivo y lo estético, que es la
racionalidad aplicada a las cuestiones subjetivas de la vida, (Foucault, 2008).

En dicho análisis, convergen dos situaciones humanas de suma importancia: el proyecto del
‘yo’, como cuidado de mí personalidad y como responsable del proyecto de desarrollo y
crecimiento de quienes me rodean. Se consideran situaciones, porque estos proyectos se
encuentran situados en un cierto momento de mi vida, de nuestras vidas. Caracterizadas por
un tiempo preciso y un espacio específico del aquí y del ahora. Por otra parte, cuando se
habla de las diversas ciencias que estudian esta situación, se hace alusión a las aportaciones
que hace la filosofía, la sociología, la psicología, la antropología y la economía. Pero de
forma particular, podemos señalar los elementos que se precisan desde a) la filosofía de la
educación, b) desde la sociología de la educación, c) desde la psicología educativa, desde
d) la antropología crítica y desde e) liberalismo económico. Que en conclusión, aplican,
determinan y aterrizan, las funciones en las que el sujeto, en determinado momento, se
convierte en un problema o en una solución, para los demás, para los ‘otros’.

En este sentido, algunos autores como es el caso de Sarramona, (1988), en su texto:


“Comunicación y educación”, desarrolla las estructuras cognitivas de la comunicación,
necesarias para enfrentar este posible conflicto, en el cual, el encuentro entre dos seres
humanos, además de una relación de causalidad y de misterio, enfrenta la practicidad de las
cosas cotidianas, en las que se deben tomar decisiones para el hacer, el actuar, el decir y el
pensar. Haciendo énfasis en la comprensión de las distintas teorías que explica Sarramona,
(1988), tanto la de sistemas, como la del fisicismo moderno, se visualiza claramente el
proceso de comunicación entre el emisor y el receptor, el cual, por una parte, implica un
mensaje que puede ser codificado y decodificado de forma apropiada, aún a pesar del ruido
que pueda existir en los canales comunicaciones. Por otra parte, en la teoría del fisicismo
moderno, encontramos la existencia de los problemas que se puede presentar, por la
alternación continua de los códigos y los canales comunicacionales. Es decir, hoy en día la
manipulación del mensaje y los significados, convierte a la comunicación humana y social
en un proceso de descomunicación y por ende, de decontrucción de la comunidad.

Económicamente hablando, la generación de un proyecto de mercado, en donde una


segmentación social obedece a una estructura de codificación de mensajes, favorece la

5
compra y venta de productos, bienes o servicios. Pero también, puede favorecer la
permanencia y distinción de clases sociales, además de perfilar distintas maneras de
entender la educación y el progreso, (Fernández, 2003). Otro ejemplo lo podemos encontrar
en las distintas instituciones educativas, que mantienen una filosofía para la educación
como contenido, (Fullat, 2000). En estas instituciones se desenvuelve una pedagogía que
puede inclinarse a uno y otro aspecto del crecimiento personal. Así, podemos encontrar
instituciones educativas que mantienen el objetivo de formar individuos en su
personalismo, en su existencialismo, en el marxismo, etc. Por lo que las distintas
sociedades terminan recibiendo al mismo tiempo, individuos formados con unas aptitudes
o con otras, pero esto tampoco soluciona el problema de la disfuncionalidad social en
materia de comunicación y convivencia. Quizá, como lo explica Fullat en su texto:
“Filosofía de la Educación”, necesitamos analizar la antropología y la indefinición
biológica del sujeto, con más detenimiento, repensando en las dimensiones que debe de
ofrecer la formación y la educación, para todos los seres humanos.

Finalmente, la complejidad social se hace presente en la formalidad del lenguaje y del


pensamiento, (Morín, 2017), como se observa en nuestra sociedad reproductora, su propio
sistema se focaliza desde una ingeniería de sistemas que integra entradas, procesos y
productos salida. Nuestro mundo posmoderno actúa de forma cibernética como una red a
gran escala, en donde el proceso de conocimiento puede o no tener coherencia o reflexión,
pero no carece de estructuras recursivas y/o reciprocas, para las cuales, los sujetos pueden
llegar a ser más un producto objetivado que un sujeto productor, (Morín, 2017). Por tanto,
dejar de ver la sociedad como un todo y no solo como sus partes, nos estaría privando de
componer una hologamia que contenga la capacidad de unificar el entramado socio-cultural
y material.

3.- INDIVIDUOS COMO AGENTES DE CONDUCTA SOCIAL

Es así como llegamos a la disfuncionalidad de la realidad social, por un lado, y a los


problemas de la comunicación en las relaciones sociales, por la otra parte. Al analizar cada
aspecto por separado, encontramos dos grandes dimensiones que enmarcan nuestro
problema, estas son:

6
3.1. Disfuncionalidad en la realidad sociocultural.

La disfuncionalidad se define como un desarreglo, también como una alteración cualitativa


o cuantitativa de una función, lo que en suma, indica la imposibilidad de la obtención del
resultado esperado. La realidad sociocultural se encuentra deslegitimizada, tanto por las
deficientes relaciones de los individuos, como por la innumerabilidad de sus esferas de
convivencia pacífica. La realidad en los medios, se presume, casi cien por ciento caótica.
De forma particular, lo caótico se expresa en los elementos sociales y culturales. Estos
elementos socioculturales, que se proyectan en lo cognitivo y lo instrumental, a la par de lo
simbólico, estético y expresivo, resultan ser las áreas de la disfunción social. Para
explicarlo, tómenos la base teórica de Jean Francois Lyotard, (1987), quien en su texto: “La
condición Posmoderna, informe sobre el saber”, resalta dichos aspectos.

a) Lo cognitivo. Cada individuo posee la capacidad de aprendizaje y desarrollo del


conocimiento, tanto de forma individual como en sociedad. No obstante, en numerosas
ocasiones encontramos mensajes publicitarios que definen la personalidad, las
competencias, las capacidades, las habilidades humanas y el estatus quo, como aspectos
determinados de la realidad social. Por ejemplo se puede tener la creencia de que: ‘estudiar
en una universidad prestigiosa, nos asegurará una fructuosa ganancia en la inserción del
mercado laboral’. Lo cual, resulta incierto o insatisfactorio al momento de no obtener dicho
resultado.

b) Lo instrumental. La ciencia y la tecnología, marchando a pasos agigantados, ha


determinado las relaciones sociales en función del trabajo e interacción que tenemos con las
máquinas. Las máquinas, los artefactos mecánicos y las herramientas tecnológicas, han
mostrado el uso de una racionalidad enfocada en el dominio y transformación del entorno,
tanto natural como artificial. No obstante, dadas las grandes modificaciones en el paisaje
simbólico y material de la vida urbana, las relaciones sociales no pueden demarcarse
únicamente, como objetos y productos de intercambio comercial. La racionalidad sigue
teniendo límites y antinomias, que no han sido integradas adecuadamente a la naturaleza
humana. Basta observar el daño ecológico que hemos ocasionado a nuestro mundo natural,
bajo la bandera del progreso y lo contemporáneo.

7
c) Lo simbólico. Al hablar de semiótica y semántica, nos encontramos con un universo
humano, plagado de símbolos, significados, contenidos explícitos y significados sugeridos.
El mundo de los gestos, de los ritos y de los símbolos, guarda una estrecha relación con las
esferas sociales de todos los individuos, con ello, construimos nuestro lenguaje, nuestra
comunicación, nuestra cultura, nuestro entendimiento; pero también hacemos prevalecer las
barreras de la complejidad que tiene nuestra condición humana. En la actualidad, la
sociedad no parece haber alcanzado la madurez en la dimensión comunicacional, sino por
el contrario, se observa de forma cada vez más acentuada, la deficiencia y disfuncionalidad
de las relaciones sociales, debido a la carencia o deficiencia de una adecuada interacción
con la riqueza de conocimientos y significados que nos rodean.

La complejidad de las etnociencias, parecería que convergen en un conocimiento totalizante


y holístico, sin embargo, dicha convergencia del pensamiento, contiene cada vez más
intrincadas problemáticas sin salida. Nos encontramos con una cantidad tan basta de
conocimientos acumulados en la civilización, que difícilmente podemos afirmar donde
comienza una punta y termina otra. En la realidad, nuestra red semántica de conocimientos
y símbolos, cada vez se complejiza más, (Morín, E. 2017).

d) Lo estético. Si la semiótica ha proyectado la presencia de una complejidad lingüística y


cultural en nuestro entorno, de igual manera la subjetividad de lo artístico ha terminado por
complementar la imposibilidad de una apreciación apropiada, (Beuchot, M. 2004).
Comúnmente, nos encontramos que los aspectos estéticos son irrelevantes, reducidos a
meras técnicas y enmarcados en la presencia de lo tecnológico; a la par de contar con
enormes brechas de comprensión de su esencia, debido a la enorme subjetividad que se
genera en las relaciones sociales. Lo estético termina siendo contradictorio y no
contrastante. Esta dimensión de la vida humana, nos ha interpelado contundentemente con
la realidad del entorno, a tal grado que, se aprecia como un accesorio innecesario. Es decir,
irrelevante. La dimensión estética en la vida, ha sido infravalorada, por aspectos
económicos de más importancia, siendo estos últimos, sobrevalorados.

e) Lo expresivo. Al igual que lo estético, lo expresivo de la convivencia humana en la


sociedad, ha entrado en un proceso de desfiguración y manipulación. Se ha desfigurado por
ser considerado como algo contrario a la naturaleza de las relaciones humanas, cuando en

8
realidad, es parte de la alteridad y la diferencia de los individuos. Se ha manipulado, con
numerosas connotaciones a sentidos, prejuicios y significados inaceptados por la sociedad.
Por desgracia, las expresiones de protesta y reclamo, comúnmente son juzgadas bajo
aspectos de ilegalidad y desprestigio. Siendo por el contrario, únicamente aceptadas las
expresiones de algarabía y convivencia pacífica. Las expresiones que podrían encausar la
energía humana de lo alterno, lo diferente, lo violento y lo iracundo de los individuos, en
funciones de productividad y bienestar, son incapaces de ser encauzadas en un bien mayor.
Por el contrario, la descalificación social, es parte de la realidad en todos los sectores y
clases sociales. Es común el olvido que se tiene, ante el adecuado enfoque que debiera tener
y prevalecer en el conflicto dentro de las relaciones sociales. Psicológicamente, la
superación de las crisis sociales es parte del desarrollo humano, de igual manera,
filosóficamente, la superación de una antítesis por una nueva tesis, es el desarrollo
conceptual que se tiene ante una racionalidad completa e integradora, (Foucault, 2008).

Como se observa, estos aspectos, nos muestran la disfuncionalidad de las clases sociales: la
incapacidad de una comunicación apropiada y asertiva, que se requiere al interior de los
procesos de convivencia social e interpersonal.

3.2. Comunicación y relacionas sociales.

A su vez, la comunicación como aspecto social, requiere precisar aquellos elementos que
configuran la disfuncionalidad de las relaciones humanas, como lo explica en su texto:
“Teoría de la acción comunicativa”, el filósofo y sociólogo alemán, J. Habermas, (1999).
En otras palabras, se requiere analizar los elementos subyacen y convierten la acción social,
en una racionalidad de convivencia inarmónica; omitiendo aquellos aspectos que deberán
ser factores de humanización, como es el fondo de la educación e integración de los
individuos. Los factores que contribuyen a la disfuncionalidad social, desde el ámbito
comunicativo a gran escala, son:

a) La Cosmovisión de la ciencia. En la actualidad, se piensa que la ciencia es la panacea de


las soluciones a problemas de la vida. Con las ciencias hacemos comercio, nos
beneficiamos ante los problemas de salud, podemos realizar labores de ingeniería para
proteger el habitad, etc., sin embargo, la ciencia como paradigma del desarrollo de la

9
civilización, no es en su totalidad un reflejo exacto y preciso de los procesos sociales, ni
siquiera físico-naturales. Lo que contribuye continuamente a la elaboración de ciertos
discursos, que aparentan en el fondo, ir al sentido de lo humano, cuando en realidad, son
aspectos culturales, sociales, políticos, educativos, económicos o ideológicos, que son
aceptados y asimilaos por algunos individuos, pero dejando amplios colectivos sociales a la
deriva, (Habermas, 1999).

Es común observar que las ciencias suelen ser base de los discursos socioculturales, cuento
en realidad, el discurso de la ciencia en general, es un proceso de desarrollo y evolución,
que requiere comprensión y valoración apropiada, para seguir desarrollando el
descubrimiento de las leyes que rigen el cosmos y el universo, (Morín, E. 2007).

b) El significado. A su vez, el significado es uno de los elementos de más interés para la


semiótica. Hoy en día, el estudio de los signos nos abre una ventana muy amplia a la
consideración del estudio del lenguaje y la practicidad de la tecnología, como funciones
catalizadoras del hecho social. Sin embargo, su complejidad y su polisemia, son
constitutivos que agravan una comunicación convergente para la mayoría de los individuos.
Se puede apreciar muy claramente que en el horizonte de significados socioculturales, lo
univoco, lo equivoco, aquello que es significativo, lo significante y lo significado, no son
categorías que contribuyan fácilmente a una comunicación social edificante. Por el
contrario, es común que ante la complejidad y el caos de la información, muchas personas
tengan un actuar disgregante y antisocial, lo que viene a complejizar más la funcionalidad
de las relaciones humanas y sociales.

c) La validez. En cuanto al hecho social, se tiene un abanico de hechos que pueden ser
descritos como hechos sociales, la conducta total del individuo es social. El hombre es un
ente para vivir en comunidad y por ende, en comunicación, (Foucault, 2008). No obstante,
la complejidad de las relaciones humanas, no permiten considerar todas las voces y todas
las propuestas, como aspectos a contemplar en el devenir de las funciones sociales. Por lo
menos no al mismo tiempo y en distintos lugares. Por lo que la validación de los
individuos, para tener acceso al dialogo que permia convivir y acordar, se ve restringida por

10
el orden que requiere la convivencia en el espacio y en el tiempo, (Habermas, 1999). Aun
contando con las tecnologías de las redes sociales, los ciudadanos se enfrentan ante el reto
de ser agentes de interlocución válida. Los seres humanos, con su capacidad de formalizar
la realidad en objetos de sentido, se enfrentan ante la decisión de los otros sujetos, los que
también forman parte de la sociedad, pero que pueden optar por una afirmación o una
negación, ante cualquier demanda de acuerdo social.

d) El pragmatismo comunicativo. Por si fuera poco pensar que la vida contemporánea gira
en torno de lo pragmático, lo técnico, lo funcional y lo digital, se requiere de un esfuerzo
cognitivo, para asimilar como la superposición de las relaciones humanas. Dichas
relaciones, se encuentran por encima de la velocidad de los cambios ajetreados de la
posmodernidad. Pareciera que la vida humana se supedita a la instrumentalización racional
para comunicarnos, cuando en realidad necesitamos subordinar los ambientes, las
atmosferas y los hábitats comunicacionales. La disfuncionalidad social es un hecho, debido
a la complejidad y apertura de la realidad misma con la que se enfrenta cada individuo, para
responsabilizarse de su propia historia, de su propio pasado, presente y futuro, luego
entonces, la facilidad con la que viaja la información o la facilidad con la que podemos
comunicarnos hoy en día, no es una garantía de comunicación efectiva y convivencia social
eficiente, (Habermas, 1999).

4.- FACTORES DE CAMBIO SOCIAL

Se observa entonces que el paradigma o modelo de vida actual, deviene continuamente en


una dinamicidad de hechos, complejos en su mayoría. Con ello, la visión de lo social, como
hecho significativo, para la vida desarrollada y humana que requiere cada individuo, hace
que todo sujeto se tenga que enfrentar ante un futuro confuso, en donde los escenarios de
convivencia se presentan como inciertos, inseguros y hasta aterradores, (Bauman, 2004).
Por tanto, los factores de cambio, que pueden integrar el hecho social en una convivencia
armónica, educada, pacífica y con un desarrollo dialógico apropiado, requieren considerar
los retos educativos, los problemas de la acción comunicativa y la complejidad psicológica
de las relaciones humanas.

11
4.1. Integración social y complejidad de las relaciones humanas. El desorden, como
hecho social, (Balandier, 1988), nos permite considerar la riqueza y fecundidad del
movimiento que tienen las relaciones socioculturales, así como las ideológicas. Para
explicarlas, se pide comprender los sistemas sociales, algunos con sentido y otros sin
sentido alguno, pero en estos se observa un aspecto esencial: carecen de estructuras
estáticas. Es decir, los hechos sociales, tanto como proyecciones de sentido y simbolismo,
como sucesos de significado a través de la historia, mantienen un caldo de cultivo
apropiado para la complejidad y el caos de los fenómenos sociales.

A niveles estructurales y macrosociales, el caos es un fenómeno, aparentemente natural,


debido a la diversidad de elementos culturales y comunicativos que rigen las relaciones
humanas. Sin embargo, a niveles de convivencia particular, en donde la singularidad de los
individuos se confronta contra la interpretación de cualquier suceso social, dicho desorden
como fenómeno social, no solamente causa un caos nuevo, sino que actualiza el caos
reinante en la confusión de la vida material de los individuos. Este fenómeno puede ser
resuelto, en el mejor de los casos, como una integración de las subjetividades que permite
gestar el entretejido social en relación a su funcionalismo, a su pragmatismo, a su carácter
democratizado o a su carácter educativo como tal. En el otro caso, mantiene una estructura
de conflictos reinantes, que implican las diversas estrategias de solución que su vez, explica
la psicología como procesos a desarrollar. En gran medida, son soluciones factibles. No
obstante, el carácter caótico de las relaciones humanas, puede concebir conflictos fuera de
todo rango de solución racional, entreviendo la apertura a la violencia, al autoritarismo, a la
dictadura, a la anarquía, a la imposición, a la vejación de derechos, etc, (Blandier, 1988).
Al respecto, dos factores que contribuyen de forma significativa al proceso de integración o
desintegración social son: la comunicación y la educación.

4.2. La acción comunicativa. Desde la perspectiva del giro dialógico en Habermas,


podemos observar que la teoría crítica de la escuela de Frankfurt, puede aportar aspectos de
suma importancia para generar un cambio social, (Habermas, 1999). Si bien la racionalidad
dejada así misma es un problema para la modernidad, (Habermas, 1992), tenemos también
que la propia necesidad de autocerciorarnos de los hechos y los fenómenos circundantes,
nos permite superar el carácter pragmático de las ciencias y la tecnología. Es decir, la diosa

12
razón de la ilustración, no solo nos puede permitir concebir las grandes bombas usadas en
las guerras mundiales, sino también, nos puede permitir retomar un giro en la dimensión
lingüística y cultural, que favorezca la integración del entramado social, desde una
perspectiva más armónica.

Por ello, la acción comunicativa se presenta como una herramienta a la realidad abierta y
compleja del mundo posmoderno. Comunicación como acción no es otro aspecto que el
enfoque de la racionalidad de la misma acción comunicativa, dentro de la comprensión de
los fenómenos que se presentan en el mundo. Dicho enfoque explica el proceso de la
argumentación y el producto del conocimiento como información validada y veraz, sin
embargo, la práctica comunicacional implica, procedimientos diferenciados. Por lo que sus
productos de información, sesgan el horizonte de la veracidad en materia de beneficio
social e individual.

Habermas, (1999), insistirá en que el sujeto y ciudadano, como actor y constructor del
destino del mundo, se integra en variables tanto subjetivas u objetivas, debido al drama que
trae consigo la vida y su condición humana y posmoderna. De ahí la necesidad de cerciorar
los procesos comunicativos, como una acción que permita garantizar en conjunto el uso de
las reglas dialógicas y los contenidos informáticos. Dado que en occidente la problemática
que trae consigo el uso del lenguaje, no dista de la pertinencia de una estructura
interpretativa, debido al carácter cultural de occidente, que contiene infinidad de símbolos,
usos y costumbres socio-morales, por lo que una adecuada interpretación y analogía de los
hechos, permite pasar de una instrumentalización cosificada, a una racionalidad viva y con
criterio, (Beuchot, 2004).

En este sentido, la dialéctica que propone Habermas, (1999), es un ejercicio de aplicación a


la comunicación reflexiva y crítica, en sus estructuras más densas, tanto a nivel de
individuos como instituciones civiles o gubernamentales. En este ejercicio, el sentido de
movimiento dialectico, deberá de generar una nueva relación de reflexión y de búsqueda de
sentido, esta nueva reflexión deberá reubicar el sentido de rehumanización que requiere la
cultura de occidente. De forma conclusiva, en la posmodernidad se observa una fuerte
crítica al fin de la historia, como apertura a un nuevo horizonte que pretenda reedificar el
panorama en ruinas que ha dejado un uso excesivo de la técnica y la tecnología. La acción

13
comunicativa establece una radiografía sobre el fenómeno comunicacional que contiene la
desintegración social de la ciencia y la tecnología, (Lyotard, 1987).

4.3. Funcionalidad y desarrollo a través de la educación. Definitivamente, los retos de la


educación, aunque pueden ser diversos y enumerados en una lista a parte, pueden citarse
como un conjunto de situaciones que requiere toda la atención posible. En materia de
sociedad, se ajustan a la solución del síndrome de la impaciencia, el problema del
conocimiento, el problema del cambio contemporáneo y el problema de la memorización,
(Bauman, 2007). A continuación se detallan los cuatro problemas de forma sintetizada:

El problema de la impaciencia. Al respecto, el hecho educativo, como aspecto constitutivo


de las relaciones sociales y de su propia funcionalidad, ha tenido que habérselas con la
posmodernidad y con el final de las ideologías modernas. En este sentido, hoy en día,
encontramos en las escuelas, alumnos que viven la época de la medicación, de la
impaciencia por lograr la realización de las tareas y los trabajos a la brevedad posible, que
sin lugar a dudas, es un síndrome de intolerancia y capacidad de adaptación.

El problema del conocimiento. Hoy en día, el conocimiento se genera de manera


exponencial, además de estar concentrado en grandes objetos digitales que se encuentran al
alcance de cualquier persona en internet. Lo cual hace un verdadero reto para cualquier
individuo el tener una idea apropiada del conocimiento humano como una totalidad de
significados reales y tangibles, aplicados a la vida ordinaria.

El problema de la memorización. La memorización no es menos un problema en las


escuelas e instituciones de enseñanza, hemos llegado al punto de la civilización en donde
los recursos tecnológicos, favorecen la capacidad de manejo de información y por
consiguiente, cada vez menos memorizamos cantidades considerables de conocimientos. A
la inversa también es un gran reto, en muchas escuelas se sigue promoviendo un modelo
educativo tradicional en el cual, lo importante es memorizar ciertos conocimientos, sin
pasar primero por el filtro del pensamiento crítico y constructivo, lo que conlleva al
alumnado a desarrollar muy poco la habilidad de análisis crítico y sistemático de la
realidad.

14
El Cambio como problema. El problema del cambio es otro de los grandes retos educativos,
(Bauman, 2007), cada vez es más frecuente encontrar problemas de aprendizaje debido a la
inadaptación y debido a la enorme brecha digital que se va formulando en la actualidad
cibernética del mundo digital. Este aspecto, lo podemos observar en los altos índices de
reprobación, de ausentismo, de deserción y en los bajos promedios de evaluación,
inclinados cada vez más a un estándar de mediana calidad educativa.

Definitivamente, la educación es una pieza clave en la funcionalidad o disfuncionalidad


social de los individuos. La educación como fenómeno humano a estudiar y sistematizar,
requiere de una filosofía que promueva el desarrollo de la educación y no solamente el
crecimiento acelerado de ciertos rubros o competencias profesionales. Al respecto, el
pragmatismo educativo como instrumentalización y racionalización de las técnicas por
encima de la formación humanista, ha deconstruido el entretejido o entramado social, que
antaño formaba una estructura de clase más sólida y uniforme, (Bauman, 2004). Como
resultado, la formación de las futuras generaciones, presenta una disfuncionalidad social
que se aprecia en las semillas de una complejidad educativa y cultural vigente.

5.- CONCLUSIONES.

Al hablar de paradigma, podemos hacer alusión, a la genial idea que hace de ello Thomas
Kuhn, (1985), quien explica dicho suceso, como una consecuencia de las diversas
revoluciones científicas que se han materializado a lo largo de la historia. Generando un
paradigma vigente, como aquello que modela la realidad en el ámbito de la explicación
racional de las ciencias científicas y experimentales. En este sentido, el paradigma social
que impera en la actualidad, sin duda es la “Disfuncionalidad”, entendida como el conjunto
de relaciones sociales y humanas sumamente complejas, así como la manera que se da
contenido al fenómeno social que rige toda posibilidad de interacción humana.

En esta disfuncionalidad, como pregunta y al mismo tiempo como planteamiento de


apertura a una posible solución, encontramos dos vertientes esenciales: la comunicación y
la educación. Entendidas desde aspectos institucionales e individuales, en los que se
involucra tanto la subjetividad del sujeto como la complejidad del grupo social en donde

15
repercute cada conducta objetivada. En suma, para formar una pauta de cambio social, sus
agentes deben de mantener una postura abierta y crítica, visualizando los elementos
educacionales que contribuyan a fortalecer el desarticulado y disfuncional tejido social que
se presenta en muchos aspectos de la convivencia humana.

6.- BIBLIOGRAFÍA.

Balandier George. (1988). El desorden, la teoría del caos y las ciencias sociales. Elogio de
la fecundidad del movimiento. Barcelona. Gedisa.

Bauman, Zygmunt. (1993). Ética Posmoderna. México: Editorial Siglo XXI.

Bauman, Zygmunt. (2007). Los Retos de la Educación en la Modernidad Liquida.


Barcelona: Gedisa.

Bauman, Zygmunt. (2004). Modernidad Líquida. Argentina: Fondo de Cultura Económica.

Beuchot, Mauricio. (2004). Historia de la Filosofía en la Posmodernidad. México: Fondo


de Cultura Económica.

Beuchot, Mauricio. (2004). La semiótica, Teorías del Signo y el lenguaje en la historia.


México: Fondo de Cultura Económica.

Cortina, Adela., y Martínez, Emilio. (2001). Ética. Madrid: Akal Editorial.

Fernández Palomares, F. (2003). Sociología de la educación. Madrid: Prentice Hall.

Foucault, Michel. (2008). Tecnologías del Yo, y otros textos afines. Argentina: Paidós.

Fullat, Octavi i G. (2000). Paideia. Filosofía de la educación. CEAC. Barcelona.

Habermas, J. (1992). El discurso filosófico de la modernidad, Madrid, España: Editorial


Taurus Humanidades.

Habermas, J. (1999). Teoría de la acción comunicativa 1, racionalidad de la acción y


racionalización social. Taurus. Madrid.

16
Lyotard, Jean F. (1987). La condición Posmoderna. Informe sobre el Saber. Madrid:
Cátedra.

Morín, Edgar. (2017). Introducción al Pensamiento Complejo. En línea. Multiversidad


Mundo Real: México. Visto el día 30 de marzo de 2017 en:
http://www.multiversidadreal.edu.mx/

Sarramona I López, Jaume. (1988). Comunicación y educación. Barcelona: Editorial


CEAC.

Kuhn, Thomas, (1985). El paradigma de las revoluciones científicas. México: Fondo de


Cultura Económica. Reedición y complemento del texto original de 1962.

Vattimo, Geanni. (1987). El fin de la modernidad. Nihilismo y Hermenéutica en la cultura


posmoderna. Barcelona: Gedisa Editorial.

17

También podría gustarte