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La atención a la diversidad

La diversidad de culturas, contextos e individuos es una realidad innegable en las


sociedades actuales que tiene su reflejo en las escuelas. Como seres humanos todos
compartimos una serie de características que nos asemejan y otras que nos hacen ser
únicos e irrepetibles.

Además de las diferencias entre grupos (nivel socioeconómico, culturas, género, etc.),
existen diferencias individuales dentro de cada grupo (capacidades, intereses, motivaciones,
concepciones del mundo) y al interior de cada individuo (las personas van adquiriendo
múltiples identidades a lo largo de la vida por la vivencia de nuevas experiencias). Cada
estudiante es portador de un conjunto de diferencias haciendo que el proceso de aprendizaje
sea único e irrepetible en cada caso (Blanco, 2009).

Desde la perspectiva de la atención a la diversidad se rompe la dicotomía entre alumnos con y


sin necesidades educativas especiales porque se considera que todos los estudiantes son
diferentes y requieren distintos recursos y apoyos para acceder a la educación, participar y
aprender. Los estudiantes con discapacidad son también muy diversos entre sí, en función de
distintas variables personales y de los contextos en los que se desenvuelven; la discapacidad es
tan solo uno de los múltiples factores que influye en su desarrollo y aprendizaje.

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