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ENSAYO
Primero que todo se debe conocer la definición que tiene la palabra Desplazado. Según la
Ley 387 de 1997 este término se define como: “persona o grupo de personas que se han
visto forzadas a abandonar su lugar habitual de residencia por razones de conflicto armado,
violencia generalizada, violación de sus derechos o por desastres producidos por los seres
humanos…”1 teniendo conocimiento de esta definición se puede entrar a calificar y a
entender un poco este drama nacional.
1
SEGURA ESCOBAR, Nohra. Colombia: Guerra y desplazamiento. En: Revista Análisis Político. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales, Universidad Nacional de Colombia. No. 43. May/Ago 2001. Santa Fe de Bogotá D. C. Págs. 43.
La principal causa del Desplazamiento es la violencia, como consecuencia de ella se
presentan la alta mortalidad, migraciones internas y procesos económicos en quiebra,
descomunal crecimiento de las ciudades, desmembramiento familiar, pérdida de tierras, de
lazos sociales, del trabajo y el entorno de miles de familias, etc. Además de el
involucramiento de la población civil dentro del conflicto armado, violándosele el propio
derecho a la vida y a la seguridad personal, dejando victimas de todos los orígenes sociales,
aunque la mayoría de veces las zonas de desplazamiento son las más pobres son aquellas en
las que existen recursos estratégicos derivados de actividades económicas vinculadas con el
petróleo, la minería o cultivos ilícitos.2
Después de conocer muy por encima todos los factores que se presentan dentro de este
problema se empiezan a visualizar soluciones por medio de políticas que aunque todavía
deficientes vislumbran un cambio a largo plazo por lo menos en el hecho de tener una
información veraz y puntual del problema.
2
Desplazamiento forzado interno en Colombia. En: Revista Observatorio de Coyuntura Socioeconómica OCSE. UNICEF Colombia; Facultad de
Ciencias Económicas. Universidad Nacional de Colombia. No. 12. Septiembre 2002. Santa Fe de Bogotá D. C. Pág. 5
La guerra como elemento principal de esta problemática
Primero debemos diferenciar los 3 tipos de migración forzada: 1. Las que emanan de la
acción de fuerzas económicas, 2. Expulsión por fuerzas de la naturaleza, y 3. El
desplazamiento por razones de violencia, esta última, es la más importante por ser
particular y traumática, además de la precariedad que tienen los desplazados de retornar a
su territorio. El Conflicto Armado interno que se presenta en Colombia no ha sido
manejado por el Estado de una manera responsable y segura, de ahí que las acciones de este
son deficientes o nulas, ya sea por intereses políticos o privados que inclinan la voluntad
política a su antojo.
La forma en como esta población es sacada de sus tierras y el estar en medio de fuegos
cruzados entre las FARC, el ELN y los militares, es el tope, el máximo que puede resistir
un ser humano pues se les viola todos los derechos fundamentales. Todo esto solo por
intereses particulares, como lo había mencionado antes, que generan los motivos necesarios
para desplazarse, además de que son amenazados por la ayuda que puedan ellos prestar a
sus supuestos enemigos, creando condiciones de miedo y sozobra muy altas, llevando por
supuesto al rápido abandono de sus tierras.
“Se calcula que en Colombia, cada hora, cuatro familias son desarraigadas, de manera
individual o colectiva, de su casa, de su tierra, de sus bienes para buscar refugio en otra
parte del territorio nacional”5 esta anotación muestra la situación del desplazado
colombiano, un problema que a los ojos de muchos ya genera cansancio y de otros como la
comunidad internacional preocupación, puesto que el número de desplazados a nivel
mundial supera cuatro veces el número de refugiados.
Según las ONGs este fenómeno es causado principalmente por la valorización de las tierras,
las cuales son altamente codiciadas tanto para fines privados o políticos, intereses que
tarde que temprano dejaran ver el autor o los autores intelectuales de esta situación. Sin
embargo, a nivel colectivo el desplazado no despierta el interés que se merece. “A quien le
interesan los problemas de los demás si uno ya tiene los propios”, es el pensamiento que se
3
SEGURA ESCOBAR, Nohra. Perspectivas de Género. En: Revista Universitas Humanística. Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad
Javeriana. Vol. 27. No. 47. 1999. Santa Fe de Bogotá D.C. Págs. 48.
4
Ibid., p.46.
5
SANDOVAL, Marbel. Desplazados: una historia sin contar. En: Revista Universitas Humanística. Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia
Universidad Javeriana. Vol. 27. No. 47. 1999. Santa Fe de Bogotá D.C. Pág. 34.
genera en gran parte de la sociedad colombiana, negándose una realidad que nos afecta a
todos, no solo a unos miles de colombianos que como Clementina Perea se expresan así:
“Por ahora me encuentro desalojada, como aburrida. No puedo estar con toda mi familia,
sino que tuve que apartarme de ellos… Todo está perdido porque no tengo con que trabajar.
Me tocó salir… Me siento muy acomplejada por todo esto” 6, se sienten desalojados,
aburridos, acomplejados, desorientados. Por medio de los testimonios se trata de manera
alguna conocer a fondo el problema y concientizar a la población que no fue víctima directa
de esta situación, que piensen en el solo hecho de que niños son obligados a abandonar de
una manera abrupta su infancia para enfrentarse a una realidad donde la muerte es la
principal protagonista; según estadísticas cada hora veinte menores inician el incierto
camino del destierro, un camino que a nadie como ser humano le gustaría vivir.
6
Ibid., p.36.
7
Ibid., p.42.
Políticas de Protección de Derechos Humanos
Después de visualizar muy por encima todos los factores que se presentan dentro de este
problema, entraremos a averiguar qué políticas se manejan para enfrentar esta situación. En
un principio citaremos la ley 387 de 19978, por medio de ella se aprobó el “Plan Estratégico
para la atención a la población desplazada” tratando de esta forma y por medio de otras
políticas restituir a la población desplazada algunos de los derechos fundamentales perdidos
como la vivienda, alimentación, salud, estabilidad, protección a la vida y a los derechos
humanos.
El problema del desplazamiento forzoso al interior de nuestro país por causa de la guerra
interna, razones geográficas o económicas, no presenta tendencia alguna a disminuirse, de
hecho cerca de un millón y medio de personas se han visto obligadas a huir al interior del
mismo país.
La única iniciativa gubernamental que se dio a partir de todo este problema fue la “Red de
Solidaridad Social” de la Presidencia. La Red provee ayuda a quienes han sido víctimas de
atentados terroristas ataques guerrilleros, combates y masacres, todo esto a través del
“Fondo de Rehabilitación, Inversión Social y la lucha contra el crimen organizado” que
destina recursos materiales y financieros a la atención de la población desplazada.
De ahí surge la necesidad de crear en 1997 la Ley 387: “Por la cual se anotan medidas para
la prevención del desplazamiento forzado…” además de la protección y atención a la
población desplazada. A partir de esta Ley se fueron creando diferentes instituciones que
manejan tanto los recursos informativos como los financieros; a nivel nacional y regional
se fueron promoviendo Comités Departamentales, Distritales o Municipales de Atención
Integral a la Población Desplazada por la Violencia.
8
Desplazamiento forzado interno en Colombia. Op. Cit., p. 4.
La protección internacional de los derechos de la persona humana se da por medio de
organismos privados como la Cruz Roja en conjunto con el Estado afectado para asistir
técnica, material y financieramente a los desplazados. Todas estas instituciones se rigen
por el cumplimiento de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario el
cual trata de la obligación de tratamiento humano a aquellas personas que no participan o
que no participan más en las hostilidades, dicho tratamiento debe beneficiar a las personas
desplazadas en la medida que son víctimas, y no partes, del conflicto 9. En nuestro país día a
día son violados estos derechos por culpa del actual conflicto armado interno; conflicto que
es medido por medio de una serie de artículos, protocolos y principios generales de
protección.
Las leyes que hay en contra del desplazamiento buscan penalizar y ordenar de una u otra
forma los intereses políticos y privados que lo generan y usan como arma de guerra o
política para así llegar a sus propias metas10. También sirven para que en caso de
desplazamiento se tenga muy presente: los derechos y las garantías fundamentales 11 que el
gobierno como tal debe brindarnos; la ayuda humanitaria 12 que debe llegar oportunamente y
sin trabas a su destino final y la posibilidad de retorno, reinstalación y reintegración 13 a la
vida normal. Todo lo anterior basado en un principio general, que es el de la igualdad de
derechos y la no discriminación, ya que todos somos responsables de todo y ante todos, de
otra manera, si no cumplimos esos principios estaríamos traicionando nuestra misma
esencia humana.
9
PRIETO SANJUAN, Rafael A. Conflicto armado en Colombia y desplazamiento forzado: ¿Qué Protección? En: Revista IIDH. Instituto
Interamericano de Derechos Humanos. No. 28. 1998. Pág. 48
10
Ibid., p.53.
11
Ibid., p.56.
12
Ibid., p.58.
13
Ibid., p.62.
BIBLIOGRAFIA
SANDOVAL, Marbel. Desplazados: una historia sin contar. En: Revista Universitas
Humanística. Facultad de Ciencias Sociales. Pontificia Universidad Javeriana. Vol. 27.
No. 47. 1999. Santa Fe de Bogotá D.C. Págs. 33-43.
Profesor
John Saúl Gil
RESEÑA CRÍTICA
El desplazamiento como tal tiene una evolución, cada vez es peor puesto que afecta una
proporción cada vez mayor del territorio nacional, además de la generación de problemas
en zonas de frontera convirtiéndolo así en un problema internacional de disputas de
territorios. Según el texto maneja también un perfil muy variado, pues la comunidad de
desplazados no es nada homogénea, tanto en niveles raciales, educativos, posesiones
materiales, efectos psico-sociales, en fin un sin número de condiciones que dan cuenta de lo
largo y ancho de este país y la cantidad de elementos étnicos y culturales que se manejan
dentro de él. Dentro de estas diferencias entra también el sentir de cada cual: lo que piensa,
lo que espera empeorando de esta forma la situación actual.
Después de visualizar muy por encima todos los factores que se presentan dentro de este
problema, entra la gran duda: ¿Qué políticas se manejan para enfrentar esta situación?. Para
aclarar esta duda dentro del texto citan la ley 387 de 1997, que por medio de la cual se
aprobó el “Plan Estratégico para la atención a la población desplazada” tratando de esta
forma y por medio de otras políticas restituir a la población desplazada algunos de los
derechos fundamentales perdidos como la vivienda, alimentación, salud, estabilidad,
protección a la vida y a los derechos humanos.
Aunque esta situación lleva ya muchos años se ve lo deficientes que han sido las reacciones
y la necesidad de tener en cuenta nuevos elementos dentro de las políticas que beneficien a
los desplazados.
SEGURA ESCOBAR, Nohra. Colombia: Guerra y Desplazamiento. En: Revista
Análisis Político. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Universidad
Nacional de Colombia. No. 43. May/Ago 2001. Santa Fe de Bogotá D. C. Págs. 76 – 93.
RESEÑA CRÍTICA
Todos hablamos de la situación que vive el país como consecuencia del desplazamiento y la
guerra, pero pocos sabemos con claridad que definición tiene la palabra Desplazado. Según
la Ley 387 de 1997 como lo muestra la autora del texto, este término se define como:
“persona o grupo de personas que se han visto forzadas a abandonar su lugar habitual de
residencia por razones de conflicto armado, violencia generalizada, violación de sus
derechos o por desastres producidos por los seres humanos…”, teniendo conocimiento de
esta definición podemos entrar a calificar y a entender un poco este drama nacional,
basándonos en puntos como la visión del Estado hacia él las cifras, protagonistas,
complejidades y crisis que el desplazamiento enfrenta. Primero debemos diferenciar los 3
tipos de migración forzada: 1. Las que emanan de la acción de fuerzas económicas, 2.
Expulsión por fuerzas de la naturaleza, y 3. El desplazamiento por razones de violencia,
esta última, según la autora es la más especial por ser particular y muy traumática además
de la precariedad de retornar al territorio. De ahí que el Estado debe entrar a ejercer un
papel importante, pero ya como estamos acostumbrados las acciones de este son deficientes
o nulas, ya sea por intereses políticos o privados que pueden inclinar la voluntad política a
su antojo.
En cuanto a cifras en el texto se asegura la dinámica volátil de estas, puesto que igual que al
Estado están sujetas a intereses ajenos a esta situación; no se maneja con certeza nada
confiable, ningún dato estimativo de la dimensión del problema ya que no todos los
afectados se reconocen formalmente frente a las instituciones encargadas.
El aspecto que es más difícil de aceptar pero que hay que conocer para reconocer el
problema, es la forma en como esta población es sacada de sus tierras, según la autora, el
estar en medio de fuegos cruzados entre las FARC, el ELN y los militares es lo más
denigrante que puede sentir una persona pues en esos instantes se le han violado gran
cantidad (para no decir “todos”) de los derechos fundamentales del ser humano. Todo esto
solo por intereses particulares generando los motivos necesarios para desplazarse, además
de que si no eres de los “unos” eres de los “otros” creando condiciones de amenaza muy
altas, llevando por supuesto al rápido abandono de sus localidades. Dentro de estas
movilizaciones encontramos otros puntos que para Nohra Segura son de vital importancia
en la medición del problema del desplazamiento: El género y lo generacional, además de la
recolección de información, todo esto influye para poder conocer el componente social de
esta población que se ve afectada por todos los frentes: social, cultural, económico,
educativo, etc. Solo de esta forma podremos actuar de manera firme sobre este tema de
interés nacional.
SANDOVAL, Marbel. Desplazados: una historia sin contar. En: Revista Universitas
Humanística. Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Javeriana. Vol. 27.
No. 47. 1999. Santa Fe de Bogotá D.C. Págs. 33-43.
RESEÑA CRÍTICA
“Se calcula que en Colombia, cada hora, cuatro familias son desarraigadas, de manera
individual o colectiva, de su casa, de su tierra, de sus bienes para buscar refugio en otra
parte del territorio nacional” esta anotación que hace la autora, pretende mostrar muy por
encima la verdadera situación del desplazado colombiano, una situación que a los ojos de
muchos ya genera cansancio y de otros como la comunidad internacional preocupación,
puesto que el número de desplazados a nivel mundial supera cuatro veces el número de
refugiados.
Aunque ahora el término desplazado lo tenemos muy presente por la difusión que dan los
medios de comunicación, debemos conocer o saber de antemano que los desplazamientos
no son nuevos en Colombia, según la autora, llevamos décadas dentro de este fenómeno
causado principalmente por la valorización de las tierras, las cuales son altamente
codiciadas tanto por intereses privados como políticos. Intereses que tarde que temprano
dejaran ver el autor o los autores intelectuales de esta situación. Sin embargo, a nivel
colectivo el desplazado no despierta el interés que se merece, comparándolo así, según el
artículo, como un mosco en la sopa de 35 o más millones de colombianos.
“A quien le interesan los problemas de los demás si uno ya tiene los propios” este es el
pensamiento que se genera en gran parte de la sociedad colombiana, negándose una
realidad que nos afecta a todos, no solo a unos miles de colombianos que se sienten
desalojados, aburridos, acomplejados, desorientados. El artículo presenta una serie de
entrevistas que tratan de manera alguna concientizar a la población que no fue víctima
directa de esta situación, que piensen en el solo hecho de que niños son obligados a
abandonar de una manera abrupta su infancia para enfrentarse a una realidad donde la
muerte es la principal protagonista, donde si no trabajas no comes; según estadísticas que
presenta la autora, cada hora veinte menores inician el incierto camino del destierro, un
camino que uno como ser humano no le gustaría vivir o que alguno de sus seres queridos lo
sufra.
También la autora presenta las dificultades no solo de niños sino de adultos, tanto hombres
como mujeres, campesinos la gran mayoría que se encuentran atrapados entre dos fuegos
que no les corresponde, además del militar, obligados, a iniciar un desplazamiento forzoso
sin destino cierto, muchos se dirigen a casas de familiares, otros a las grandes ciudades
donde la situación es más precaria por la falta de recursos materiales y económicos; además
se presentan los riesgos psicológicos del solo hecho de pensar que no se puede recuperar lo
perdido por el miedo a ser asesinados.
RESEÑA CRÍTICA
El problema del desplazamiento forzoso al interior de nuestro país por causa de la guerra
interna, razones geográficas o económicas, no presenta tendencia alguna a disminuir, de
hecho cerca de un millón y medio de personas se han visto obligadas a huir al interior del
mismo teatro de hostilidades. De esta manera anota Rafael Prieto muy por encima la
situación tan patética que estamos viviendo ya que las respuestas por parte del gobierno por
medio de normas y leyes no parecen hasta ahora suficientes para contrarrestar este
problema.