Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CONTENIDO
1 Prolegómeno 1
2 Antecedentes 2
3 Análisis de los elementos normativos generales sobresalientes 2
3.1 Prevención ex post facto 2
3.2 Personas naturales y personas jurídicas 3
3.3 Definición de corrupción 3
3.4 Inseguridad jurídica 5
3.5 Enumeración ociosa y ¿omisiones intencionales? 5
3.6 Derecho penal simbólico y superfetación normativa 6
3.7 Retroactividad versus imprescriptibilidad 7
3.8 Proceso penal en rebeldía 8
4 Conclusión 9
Bibliografía 10
1 Prolegómeno
La Ley 004 de 31 de Marzo de 2010 de “Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito
e Investigación de Fortunas „Marcelo Quiroga Santa Cruz‟”, se compone de cuarenta artículos,
una disposición derogatoria, dos disposiciones transitorias y, paradójicamente, de “dos
disposiciones finales”. Modifica por sustitución, adición e incluso por sustracción, el Código
Penal, el Código de Procedimiento Penal, el Código Civil y la Ley Orgánica del Ministerio
Público.
1
Abogada, con estudios en Relaciones Internacionales e Integración Latinoamericana.
Página 2
2 Antecedentes
Desde hace al menos tres lustros, en Bolivia el tema de la corrupción fue una de las
preocupaciones de la ciudadanía. Así lo evidenciaban sondeos de opinión y varias encuestas.
Por ello el legislador de entonces trabajó en la temática. Hicieron lo propio algunos
organismos internacionales. En ese contexto la Ley de Lucha Contra la Corrupción,
Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas “Marcelo Quiroga Santa Cruz”, fue
concebida natural y lógicamente como parte del proyecto del complejo normativo constituido
por:
a) El “Proyecto de Ley de Acceso a la Información Pública” de 2001.
b) El “Proyecto de Ley de Penalización del Enriquecimiento Ilícito en el Ejercicio de la
Función Pública”, de 2001.
c) El “Proyecto de Ley de Protección a Personas que Denuncian Corrupción en el
Ejercicio de la Función Pública” de 2001.
d) El “Proyecto de Ley de Responsabilidad de los Partidos Políticos por la Corrupción
de sus Militantes en el Ejercicio de la Función Pública” de 2001.
e) El “Proyecto de Ley de Creación de la Fiscalía de Lucha Contra la Corrupción” de
2001.
f) El “Proyecto de Ley de Investigación de Fortunas”, de la década de los noventa,
presentado por el diputado Andrés Soliz Rada.
g) Instrumentos legales internacionales como la “Convención Interamericana Contra la
Corrupción”, ratificada por Bolivia mediante la Ley Nº 1743 en 1997.
regular o sancionar. Sin embargo, el Art. 2º de la LLCC trata de establecer una definición de
corrupción, sin llegar a conseguirlo, ya que es una defectuosa copia y fusión de los artículos
145º y 158º del Código Penal de 23 de agosto de 1972, modificado parcialmente por la Ley
Nº 1768 de 18 de Marzo de 1997 (entre otras) y plenamente vigente. Veamos:
Ahora bien, ante esta irrefutable prueba del hecho de haberse aventurado a definir el término
de corrupción, desoyendo a prestigiosos juristas, y copiando los tipos penales que establecen
como ilícitos penales el “Cohecho Pasivo Propio y el Cohecho Activo”, resulta por simple
inducción lógica que todo tipo penal preestablecido en el Código Penal vigente o
recientemente establecido, a título de tipo penal nuevo en la Ley de Lucha Contra la
Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas “Marcelo Quiroga Santa
Cruz”, que no tenga como situación jurídica presupuesto la dispuesta en la “Definición de
Corrupción”, es decir, las situaciones jurídicas presupuesto de los tipos penales de “Cohecho
Pasivo Propio y Cohecho Activo”, no es un tipo penal de corrupción, y los hechos ilícitos
Página 5
subsumibles en éstos, tampoco lo son, lo que da lugar a inseguridad jurídica, efecto natural
del derecho penal simbólico.
ocupa como mínimo (a través de sus miembros) cargos públicos como efecto de elección “(...)
elige, recomienda, avala y coloca en los cargos públicos a sus militantes y simpatizantes”
(Peñaranda de del Granado, 2001, pág. 2, “Proyecto de Ley de Responsabilidad de los Partidos
Políticos por la Corrupción de sus Militantes en el Ejercicio de la Función Pública”), es
entonces y en pocas inmediata y mediatamente aplicable “sólo a los miembros del partido
oponente o enemigo”.
Merece también detenida observación la confusión en la que incurren el legislador
constitucional así como el legislador común con respecto a la institución jurídica de la
prescripción, muy distinta del “fenómeno” de la retroactividad de la Ley. Esta afirmación se
sustenta en la revisión del Art.112º de la Constitución Política del Estado que dispone que
“Los delitos cometidos por servidores públicos (...) son imprescriptibles”, idéntico en
contenido al Art. 29º bis del Código de Procedimiento Penal introducido en modificación
parcial a su vez, por el Art. 36º de la LLCC, bajo el razonamiento jurídico erróneo de que
retroactividad e imprescriptibilidad son sinónimos.
Al transcurso del tiempo puede serle vinculado como efecto “el fin de un derecho” dándose
lugar al instituto denominado prescripción, por tanto la prescripción “(...) es un modo de
extinción de la acción (...), consistente en dejar pasar un determinado tiempo, (...), sin
cuidarse de promover la acción, desde el momento en que podía emprenderse su ejercicio”
(Barbero, 1962, Tomo I, ps. 348 y ss., “Sistema del Derecho Privado”).
En rigor, el fundamento del instituto de la prescripción es “(...) la inercia del (...) titular del
derecho” (Idem) y la finalidad de la institución es “(...) la certeza de las relaciones jurídicas,
que quedaría comprometida por un largo estado de inactividad” (Idem). Es así que, el instituto
de la prescripción es fiel expresión positiva del Principio de Seguridad Jurídica (hecho que
tiene en común con la irretroactividad de la Ley) porque toma en cuenta el hecho evidenciable
a priori de que si el actor en delitos de acción pública o privada (con énfasis en el persecutor
de delitos de acción pública, Ministerio Público) no pudo probar sus afirmaciones (contando
con la burocracia construida al efecto, p.ej. Instituto de Investigaciones Forenses, Fuerza
Especial de Lucha Contra el Crimen), menos podrá hacerlo a medida que transcurra más
tiempo con respecto al momento en que sucedió el supuesto hecho ilícito.
En síntesis, la retroactividad de la Ley no es un instituto jurídico, sino un excepcional
fenómeno, que en materia penal hace una “Ley Favorable al Imputado, Acusado, Sentenciado
y/o Reo”, que haya sido puesta en vigencia posteriormente al tiempo en el que supuesta o
comprobadamente acaeció el hecho ilícito punible y con respecto a la cual lógicamente el
sujeto de derecho jamás tuvo oportunidad de adecuar su conducta
ante la ocupación de la situación jurídica de rebelde por parte del imputado o acusado,
establece como efectos asumir:
a) Que no se suspende la etapa preparatoria, en la cual se realiza la investigación acerca de
la existencia o no del hecho ilícito penal, porque el ente jurisdiccional aún no tomará una
decisión de fondo restrictiva de los derechos del imputado (eventual sanción).
b) Que se suspende la etapa de juicio, porque en esta el ente jurisdiccional tomará una
decisión de fondo eventualmente restrictiva de los derechos del acusado. Además, si la
Constitución Política del Estado y el Código de Procedimiento Penal establecen que son
Principios que gobiernan el proceso penal boliviano los de Inmediación, Oralidad,
Publicidad, Continuidad y Contradicción, resulta claro que con la prosecución de la
etapa de juicio en rebeldía del acusado, se vulnerarían todos esos Principios. Evidente
también resulta que, un acusado rebelde tampoco puede ejercer el Derecho a la Defensa
Material que le garantizan los Artículos 119º, par. II de la C.P.E. y 8º del C.P.P., porque
no pueden existir dichos Principios con respecto a un ausente.
Por el contrario, vulnerando los Principio de Inmediación y Contradicción, destinados a
materializar el Derecho a la Defensa, el legislador común con criticable técnica pone en
vigencia (reforma por adición) a través del Art. 36º de la LLCC, el Art. 91º Bis del Código de
Procedimiento Penal, ordenando que en los delitos llamados “de corrupción” “(…), el proceso
no se suspenderá con respecto al rebelde”, olvidando que el proceso penal boliviano en su
primera instancia tiene dos etapas, 1) la preparatoria y 2) la de juicio, y el Art. 90º del Código
de Procedimiento Penal ya establecía como uno de los efectos de la rebeldía que “La
declaratoria de rebeldía no suspenderá la etapa preparatoria”, con respecto a lo cual, se tiene
demostrado, que no existe reforma alguna, sino simple duplicación normativa.
Sin embargo, con la generalidad del término “proceso” utilizado en la reforma que impone la
LLCC, cabe inferir que, en relación a los “delitos de corrupción”, al natural efecto que a la
rebeldía le atribuía ya el Art. 90º del C.P.P. (no suspensión de la etapa preparatoria) , debe
serle adicionado el efecto de “no suspensión de la etapa de juicio”, hecho con el cual se
vulneran flagrantemente los Principios de Inmediación, Contradicción, Oralidad y Publicidad,
además del Inviolable Derecho a la Defensa que asiste a todo acusado (según ordena el Art.
119º, par. II C.P.E.), establecidos todos por Tratados Internacionales, nuestra Constitución y la
Ley. Cabe también hacer notar que, cuando en el parágrafo II del Art. 119º de la C.P.E. el
legislador constitucional establece que “Toda persona tiene derecho inviolable a la defensa”,
impone una premisa de tal generalidad que no cabe hacer distinción legal alguna para
restringir la amplitud del citado derecho. Es más, de haber sido la intención del constituyente
restringir la amplitud del Derecho Inviolable a la Defensa, él hubiera directamente establecido
dicha limitación en su norma. Entonces, queda demostrado que el Art. 91º Bis introducido al
Código de Procedimiento Penal, a través del Art. 36º de la LLCC, es inconstitucional porque
intenta modificar restrictivamente el parágrafo II del Art. 119º de la C.P.E.
4 Conclusión
La Ley de Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas
“Marcelo Quiroga Santa Cruz”, más allá de la voluntad política para sancionarla y del efecto
Página 10
simbólico que el legislador le quiso dar, no es nueva, porque sus antecedentes tienen, por lo
menos, una década. Sin embargo, tras un análisis objetivo, resulta evidente que las bases,
exposición de motivos y anteproyectos de sus antecedentes, en cuanto pensados para afrontar
una realidad nociva para la sociedad, definitivamente no fueron respetados.
Por el contrario, la buena fe objetiva con la que los mencionados proyectos fueron creados, ha
sido trastocada y utilizado el Derecho positivo, antes deseado para luchar dentro del Principio
de Estado de Derecho con sus derivaciones de Lege Certa, Lege Praevia, Lege Scripta y Lege
Stricta, contra la corrupción, para en franca vulneración de los citados Principios, cosechar el
efecto del simbolismo legal y castigar penalmente al enemigo político. En adición, la Ley de
Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas “Marcelo
Quiroga Santa Cruz”, carece de técnica legislativa apropiada al extremo de incurrir en
superfetación normativa y en violación de los Principios de Lex Scripta y Lex Certa.
Finalmente, al igual que la Constitución Política del Estado de 2009, incurre en confusión de
elementales instituciones (prescripción) y fenómenos jurídicos (retroactividad de la Ley), que
sin embargo son eficaces para destruir el Principio de Seguridad Jurídica y el Principio de
Estado de Derecho.
BIBLIOGRAFÍA
Barbero, D.; Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires-Argentina, Sexta Edición
1962, Reimpresión 1967; Sistema del Derecho Privado , Tomo I”.
Cabanellas, G.; Editorial Heliasta S.R.L., Buenos Aires-Argentina, 2005; “Diccionario
Jurídico Elemental”.
Roxin, C.; Editorial Civitas S.A., Madrid-España, Segunda Edición Alemana, 2010; “Derecho
Penal, Parte General, Tomos I y II”.
Zaffaroni, E.; Editorial EDIAR S.A., Buenos Aires-Argentina, 1998; “Tratado de Derecho
Penal, Tomo I”.
Gaceta Oficial de Bolivia; Editorial de la Gaceta Oficial de Bolivia, La Paz-Bolivia, Ley Nº
2175 de Febrero 13 de 2001; “Ley Orgánica del Ministerio Público”.
Gaceta Oficial de Bolivia; Editorial de la Gaceta Oficial de Bolivia, La Paz-Bolivia, Ley Nº
1768 de 18 de Marzo de 1997; “Código Penal, Reformado”.
Gaceta Oficial de Bolivia; Editorial de la Gaceta Oficial de Bolivia, La Paz-Bolivia, Decreto
Ley Nº 10426 de Agosto 23 de 1972; “Código Penal”.
Gaceta Oficial de Bolivia; Editorial de la Gaceta Oficial de Bolivia, La Paz-Bolivia, Ley Nº
1970 de 25 de Marzo de 1999; “Código de Procedimiento Penal, Reformado”.
Gaceta Oficial de Bolivia; Editorial de la Gaceta Oficial de Bolivia, La Paz-Bolivia, 2004;
“Constitución Política del Estado de 1967, Reformada”.
Gaceta Oficial de Bolivia; Editorial de la Gaceta Oficial de Bolivia, La Paz-Bolivia, 2009;
“Constitución Política del Estado de 2009”.
Página 11