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MICROSPORIDIOS
MICROSPORIDIOS
El filo Microsporidia, constituido por 144 géneros con más de 1,200 especies
identificadas, se encuentra ampliamente distribuido en hospederos vertebrados e
invertebrados. Hasta ahora, se consideran capaces de causar patología en el humano
algunas especies de los siguientes géneros: Encephalitozoon, Enterocytozoon,
Microsporididum, Nosema (syn. Anncaliia), Pleistophora,
Trachipleistophora y Vittaforma.
Encephalitozoon
Parásito de vertebrados, su desarrollo se produce en vacuolas parasitólogas
circundadas por una membrana, dentro de la célula huésped.
Enterocytozoon
E. bieneusi, es la especie de microsporidio que con mayor frecuencia produce
patologías en el humano; parasita los enterocitos del intestino delgado provocando
graves diarreas. Su desarrollo se efectúa en contacto directo con el citoplasma de la
célula hospedera (no forma vacuolas parasitólogas). Las esporas miden de 1.1-1.6 x
0.7-1.0 μm y su tubo polar tiene de 5 a 7 volutas.
Nosema
N. connori, provoca una infección sistémica en inmunocomprometidos. Su desarrollo
se efectúa en contacto directo con el citoplasma de la célula hospedera (ausencia de
vacuolas esporóforas). Las esporas tienen un tamaño de 4.5 x 2.0 -2.5 μm y su tubo
polar tiene alrededor de 11 volutas.
Vittaforma
V. corneae, conocido previamente como Nosema corneum, afecta el estroma corneal
de personas inmunocompetentes. Las esporas son cilíndricas, con dimensiones de 3.7
x 1.0 μm y su tubo polar tiene alrededor 6 volutas.
Pleistophora spp.
Se desarrolla en vacuolas esporóforas en el citoplasma de las células hospederas. Es
un parasito de la musculatura esquelética. Las esporas son ovales y miden de 3.2-3.4 x
2.8 μm y su tubo polar tiene 11 volutas.
Microsporididum spp.
Es el nombre dado para las especies cuyo género no ha sido posible identificar. Se
encuentran en el estroma corneal de sujetos inmunocompetentes. Su desarrollo no
implica desarrollo de vacuolas parasitóforas (contacto directo con el citoplasma de la
célula hospedera). Las esporas son ovales de 3.5 – 4.5 x 1.5-2.5 μm y su tubo polar
tiene entre 11 a 13 volutas.
MORFOLOGÍA.
Los microsporidios se consideran eucariotas primitivos pues tienen núcleos pero
carecen de mitocondrias, peroxisomas, aparato de Golgi y otros organelos comunes.
Los ribosomas de los microsporidios tienen un tamaño muy similar al de los ribosomas
procariotas, pero carecen de una subunidad 5.8S. La espora es la forma más
comúnmente encontrada, es pequeña (dependiendo de la especie 1-10 m), ovoide-
cilíndrica, altamente resistente y se caracteriza por la presencia de un tubo o filamento
polar enroscado (formando volutas), el cual por un mecanismo complejo de extrusión,
es utilizado para inyectar su material infeccioso (esporo plasma) en las células
huésped. El genoma de éstos organismos es muy pequeño, por ejemplo el
de Encephalitozoon es de tan solo 2.9 mega bases; 1,5 mega bases más pequeño que
el de Escherichia coli.
EPIDEMIOLOGÍA
Los microsporidios infectan un gran número de animales, entre ellos una diversidad de
insectos. Las infecciones en humanos eran prácticamente desconocidas antes de la
epidemia de HIV/SIDA, cuando se identificó a Enterocytozoon bieneusi como principal
agente causal de cuadros diarreicos en pacientes con cuentas linfocitarias CD4 bajas.
PATOGÉNESIS
La infección por microsporidios aparentemente se inicia mediante la ingestión de las
esporas cuyas fuentes de contagio son directamente otros humanos o animales
infectados (fecalismo), o secundariamente por consumo de agua y comida igualmente
contaminadas.
La infección puede ser adquirida por trauma ocular directo, por soluciones de
continuidad de la piel y por transmisión sexual con menor frecuencia. La transmisión
vertical o transparentaría no ha sido identificada en humanos.
Varias especies de Microsporidia causan infecciones en los seres humanos, aunque los
síntomas suelen aparecer en personas con sida u otros trastornos que debiliten el
sistema inmunitario. Estos protozoos pueden infectar el intestino, el conducto biliar, la
córnea, los músculos, las vías respiratorias, las vías urinarias y en algunos casos el
encéfalo. La infección puede diseminarse por todo el organismo.
Las especies de Microsporidia se propagan a través de esporas, que pueden ser ingeridas
o inhaladas, o bien entrar a través de los ojos. Pueden transmitirse de persona a persona
o por contacto con un animal. En el interior del cuerpo, las esporas perforan una célula y
le inyectan material que a su vez se convertirá en esporas. Al final la célula se rompe,
liberando las esporas, que después se extienden por todo el organismo causando
inflamación o son excretadas a través de la respiración, las heces o la orina.
Síntomas de la microsporidiosis
Los síntomas de la microsporidiosis varían en función de
Las personas con un sistema inmunitario sano no suelen tener síntomas, pero la microsporidiosis
puede causar diarrea crónica en personas con sida. Otros síntomas de microsporidiosis consisten en
dolor abdominal, ictericia, fiebre, pérdida de peso, tos persistente, dolor en el costado, dolores
musculares, cefalea e inflamación ocular con enrojecimiento. Puede darse visión borrosa. Si la
infección es grave, puede resultar en ceguera.
Diagnóstico de la microsporidiosis
Examen al microscopio de una muestra de tejido afectado
Los médicos examinan una muestra del tejido afectado bajo un microscopio para diagnosticar la
microsporidiosis, por lo general utilizando técnicas especiales para contribuir a visibilizar mejor los
protozoos. Puede ser necesario tomar muestras de heces, orina, sangre, esputo, líquido
cefalorraquídeo (mediante punción lumbar), la córnea (mediante raspado) u otro tejido (mediante
biopsia).
También se realizan pruebas especiales para identificar el material genético del parásito (ADN) en la
muestra.
Tratamiento de la microsporidiosis
Para la diarrea persistente, albendazol (un fármaco utilizado habitualmente para tratar las
infecciones por gusanos parasitarios, lo que se conoce como un medicamento
antihelmíntico).
Para la diarrea persistente, el albendazol tomado por vía oral puede ayudar a controlar los síntomas
si la especie causante de la infección es susceptible a dicho fármaco. Sin embargo, el fármaco no
elimina la infección.
Si la persona afectada tiene sida también es muy importante que la infección por el VIH se trate con
la mayor eficacia posible. Dicho tratamiento puede fortalecer el sistema inmunitario debilitado y por
lo tanto suele ayudar a controlar la diarrea.
Los colirios que contengan albendazol y fumagilina alivian los síntomas oculares. Si no son eficaces,
puede requerirse cirugía reparadora de la córnea (queratoplastia).