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M arianela
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Be nito Pérez Galdós - .

EDITORIAL

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J 005) . La vuel.ta al mundo en la Numancia (e_nero-mar- los infiernos (9 de diciembre. 1913); Alce•te ( 21 de abril,
;:ª{~OG); p;im (julio-octubre, 1906); La de lo.t tristes desti- 1914) ; Sor Simon4 (19 de diciembre , 1915) ; El tacaño Sa.lo-
no~ (enero-mayo, 1907) • _ . mcm (2 de febrero, 1916) ; Santa Juana de CutiU.a ( 8 de ma-
~ µ - SEJUE (inaca~a~a): Espana sm T~11 (octubre, 1907 _ yo, 1918) .
) . l"s'paña tragica (marzo, 1909), Amadeo I (agos-
1
ri-~tubre, 1910 ) ; La primera Repúbl~a (febre ro-abril, 1911);
De ·c artago a Sagunto (agosto-noviembre, 1911); Cánot,aa
(marzo-agosto, 1912) .
/......
~ .....
Discurro, (académicos) (1897); Memoran.d4 (1906) .
OllltAS SUELTAS (Publicadas por Alberto Ghiraldo) : Fi.so-
taomfaa 1ocia!e1· Arte V crítica.; Política e,pañola ( 2 tomos);
Ladesheredada (enero-junio, 1881); El amigo Manso (ene- Nuestro teatro/Cronicón (2 tomos); Toledo; Via;u V fanta-
ro-abril 1882); El doctor Centeno (2 tomos) (mayo, 1883). síaa; MemOT'i41.
Tormento (enero, 1884) ; La. de Bringas (abril-mayo, 1884);
Lo prohibido (2 tomos) (noviembre, 1884 - m~o, 1885); For- S1 ■ 1 11 ..eicia ........ ,pc,MNI-·poUtiee\ cW .... XIX
tunata y Jacinta (4 tomos) (enero, mayo, d1c1embre, 1886 _
junio, 1887) ; Miau (abril, 1888); La incógnita (noviembre, Bn la actualidad ya es posible aceJ>tar que el profundo
1888 - febrero, 1889) ; Torquemada en la hoguera (febrero cambio ocurrido en España durante el siglo XIX o~ece a una
1889) · Realidad (novela en cinco jornadas ) _(julio, 1889); An~ causa intima y esencial: ~ desajµste ep ~ relaci
gel G ~erra (3 tomos ) (abril-diciembre, 1890 - mayo, 1891);
Tristana (enero, 1892 ) ; La loca de la casa (octubre, 1892);
121D;. desajuste que desde % momento e
. n
~~{~ivPue.
la ~ tia de ii
'Xüstrias fue ree~plazada por la de los Bor;bond" en_el s1 o ~•• "'
Torquemada en la cruz (octubre, 1893) ; Torquemada en el xvm se fue evidenciando hasta hacer eclos1on en el siglo ~ .
purgatorio (junio, 1894 ) ; Torquemada y San Pedro (enero- P~a el pueblo español tl.BJ_ era una institución. era el
fe brero, 1895 ) ; Nazarín (mayo, 1895) ; Halm.a (octubre, 1895); Estado mismo y el representante ~ :J?ios en ese E.stad~-. T~
M iser icor dia (marzo-abril, 1897) ; El abuelo (novela en cin- situación, si bien le brindaba la pos1biliaad de derechos ~ -
co jornadas) (agosto-set iembre, 1897); Casandra (novela en tados también le im onía se n s subdi-
cinco jornadas ) (ju lio- setiembre, 1905) ; El caballero encan- ~ Mientras os reyes ueron encarnación y emanac1on e
tado (cuento real . . . inver osímil ) (julio-diciembre, 1909); Justicia, de ley en general, o por lo menos 1~ r_e pre~ n~on. el
La razón de la sinrazón (fá bula teatral absolutamente im,e- pueblo español los aceptó, respetó y a ~,. casi diríamos,
rosímil, en cuatro jornadas) (primavera de 1915) . - devotamente. Los Borbones, en camI?io, rmbu1~os am des~-
bsmo"tfahces, impusieron un absolutismo e~. qu~ el ~e~ terua
1 Drama, y comedla, l •• ~ de amo g¡rsonal y m enos de institue1on,,srmbolica que
en os Xüstr1as . . b
Un joven de prov echo ( 1867?) (No fue representada. Pu-
blicada por H. e_Bercow itz e n "Publications of tbe Modern
La nguage Association of America ", setiembre , 1935); Reali-
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la le ue intenta an
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dad ( 15 de mar zo, 1892 ); La loca de la casa (16 de enero, (893);
1 evidenció en a um ª · . . 'e'.. t
Gerona (3 de fe brero, 1893 ); L a de San Quintin. (2'Z--...de enero, rt .dad fue la invasión napoleoruca. i: ,.en. e
1894); Los condenados (1 1 de diciembre 1894); Voluntad (20 ~a gr~ opo uru 1 ueblo se encuentra de pronto sm
a la mvas16n francesa, e P • manejos entre Car-
d_c d iciembre, 1 895➔; Doii.a Per fecta (28 de enero, 1896) ; La reyes, porque después de loFs suancesd1ov ovns entonces príncipe
fiera (23 de diciem bre, 1896 ) ; ELectra (30 d e enero, 1901); Al- God y el futuro ern , .
ma II v ida ( 9 de abril, 1902 ) ; Mariucha (16 de julio, 1903); El los IV, . oy rte había trasladado a Bayona.
abuelo ( 14 de fe bre ro, 1904 ); Bárbara (28 de marzo, 1905); de Astunas, la co . se ue asume políticamente
A mM II cie ,~cia (7 de nov iembre, 1905 ); Pedro Minio (15 de Entonces es el ,mismo pueb!:selD~ facciones políticas co-
d1c1t• mh ri•. 1908 ): Casa ndrn (28 d e febre ro, 1910) ; Celia en el gobierno a traves de last Jun ~paña· los liberales, fuerte-
existian en esos momen os en · _ -
1¿ 13
te influ idos por el e n ciclopcdb mo fran cés del C'1:1mina el áelo XJX - 1888 - coo una ,uer
n de
1 trad1~
men ·on
aiglo xvm . nJeO CLU nefa stas pua r..pd a.. Puer to Rico. Cub e J coos e-
Y ~ íT81 2" . . nas -por el Trat ado de Paria-- deja Filip i-
paña tiene ya una Con stitu ción ema nada de n ~ a la Coro -
eort!1s de Cádiz.. pero al retom ar e l p<>d~~ e l ine pto lu na. Cub a obti ene la inde pend enci a,de en tanto Filip inas pasa
d isuel ve las Cort es y anul11 la Cons tituc 1on; Fem and? . ~ pode r de F.sta doe Unid oe de Amé :rica
came nte a un pueb lo que. por una fuert e trad go~~ erna desp óti- mteg ra a este pe.la com o estad o Ubn- ...-ia J Puer to Rico ae
aún prep arad o para rebe larse fren te al desp i<;16n . no estab ;; i:sta ea una fech a impo rtan tbim a pwa la do
A part ir de estos m om ento s. libe ral~ Y tradi otism o pers onal tura de Espa ña. Za el mom ento en que un bJs\o ria ., la cul-
enfre ntars e abie. rt,am ente. prev aleci endo ya cion alist as van a bres , al toma r conc ienc ia de la situa cilm en c:rup o de hom -
unos.. ya otro s. que se
Entr e 1820 y l.E:i. 1 liber alés inten tra su patri a, com ienz a • preo ctq)C 'R aeriamen1 encu en-
la ~ta '-'! ~ de e por lo
un bie m o 1 , pero son venc 1 os, con l a
cion e go 1erno ancé s. Com o cons ecue m e n- \ naci onal .
Este grupo d ~ hom b~ en el® tigur ao.Jl
mien to milit ar de 1836 logra n que un año ncia del leva nta- !ll>· Baro1a, Orte oarn1 PY>. ~ -
rege nte. Mari a Cris tina. acep te la Con stitu ción desp ués la rein a
. Espa ña, des- otros coñs üt ama da ener aoon
djch adam ente, no mejo ra bajo el rein ado de -son s os wuc os b Pero no
Isab el II, quie n res que ae preocu-pe.n PQr' el ""ser"
con los mism os méto dos utili zado s ante s por de Espa ña.
nand o VIl y Mari a Cris tina, gobi erna mal. ases sus padr es. Fer-
orad a por poll- . .. . .ito ,.,_ o.w . 7 - ......
ticos mili tares..
Ento nces los lfüer ales, crey endo que la situa Espa ña, com o inter roga nte y prob lema
ción gene ral
podr ía mejo rar, no med iante el cam bio de gobe
rnan tes sino de esen cial para Beni to Pé.re E Gal d~ de quie n. fue ~ ó n
la estru ctura gube rnam enta l, cola bora n en
el alzar oiP.n to con- cos han dich o que quiz ás haya sido el más auto rizad os cnti -
junto d el ejérc ito y la mari na, que en 1868 espa ñol desp ués de Cerv ante s. vali0 50 nove lista
pone térm ino al
reina do de Isab el II. Por otra pa.rt e. Sanz del Río y Fl-an cisco Gine
Insti tuida la repú blica . alca nzad o el habi inici ado años ante s un mov imi, r de los Rí05
ñ oles cree n poder goza r, por fin. de un idea l liber al. los espa -
gobi erno dem ocrá tico tura l a v es r
· ·n ~ -
anhe lado desd e haci a tanto tiem po. Pero ~ p r eOCll~ ·
nes
que desd e 1810 ~ a no habl a deja do dedebe mos reco rdar
cont ra el enem igo fran cés; lueg o, las prop ias l.uch ar: _p i:-un ero,
· Cuan do Gald ós llega a
estab a perf iland o ya el pano rama id ºesde
ores.
las islas (;;marias, se
poli6 co que c11b ninar ia en
guer ra carli sta-; desp ués la guer ra de Maluch as civil es - la 1-898 . Su activ idad en esta épo<;a es polif
más tarde la expe dició n a Méx ico. ~ rru ~ (185 9),.Y _11ertulias a las que asist en Larr a y Gine r deacéti ca; frecu enta
cont iend as cons - a la insti tució n cultu ral El Aten eo, com bina los Ríos . conc urre
tante s habí an atom izad o sus fuer zas mate riale el estu dio cid
polít icas. El pueb lo, por su part e, no esta ba s, mor ales - y dere cho -<ar rera eleg ida más por deci sión
capa< :itad<;> para -voc ació n- con la prác tica del dibu jo 7 el fami liar que por
afro ntar la nuev a situa ción -sob re todo bajo pes i,v1is rr,A
jefes inex perto s- y asum ía una actit ud pasi la direc ción de , En 1865 com ienz a su carr era liter aria. que en su prim er
de pele ar sin bene ficio s dura nte tanto s años va, cans ~do Y.ª perío do se cara cteri zará por la falta de estil o
prop io y por una
que se habí a abie rto en 1873 con la insta urac. Asi el par en~ ~ dobl e influ enci a: la del teatr o romá ntico en
La expe dició n de
ca, se cierr a un año m ás tard e cuan do un pronión de la_repu b~- l.os mori scos , y la del teatr o dida ctico rreal
ista en El homb ?'e
, litar saca d e l pode r al pres idt!n te Cast elar unci amie nto m1- fuer te.
e impo ne nuev a- El mism o Gald 6s divid ió su vasti sima obra
m ente la m onar quía . AJfo nso XIl s ube al tron de la sigui ente
o. : man erJl:
Tam poco ento nces la pos ibili dad de acer cam
gobi erno pudo ser apro vech ada. porq ue ni iento pueb lo- -- a) nove las de la prim era époc a;
ban prep arad os polít icam ente para el cam uno ni otro esta - - b ) episo dios naci onal es;
siglo XIX s in que la posi bilid ad se repi ta,bio. Term inar á. el - e) nove las espa ñola s cont emp orán eas;
equi voca da: los mini stros de Alfo nso XII, por una polít ica
var la Coro na de todo pelig ro, trata ron crey endo asi sal- - d) dram as y come dias.
bier no a quie n cons ider aban e l peor enemde alej ar d el go- La clasi ficac ión no obed ece a un orde cron ológ
igo: el pueb lo. espa ñola s a algu nas de sus nove las ''regniona ico. Llam a
- - . les", Y disti ngue
14 - - 15
,.,iodo notv,ol l,to . otidia na
dentro de las novela s d~ épocas, aunqu e sin _he~r ~ejado-
claram ente es tablec ido cuÁles eran para é l las dife re ncias e n
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de la vida se
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puede ser un perso_naJ e _h te~ar10 .
t re u n period o y otro.
y, por
observ ar
10 !f-;'~<;;¡: e ~te Ja realíd a , e mediod era
• porqu e de é l d epeo
e~ ~ea; ;¡~
,~,... - ....... ... o.w.. los homb res-person;¡ 4:s,div iduo está som etido a cierta s
leye s
ue lo_ ro_ d e~.
Joaqu ín Casald uero. al _e st udi&:r en _c onjun to la obra de ética ~~e asuma n. lDa consta nte con el medio q
inturJ -
observ ó la exis- fisiolog¡cas_ Y a _una) l~~~u ralista se limita a r etr a ta.e la
Galdó s, y atendi endo a sus 1de~ dtrect ric~s! on es que prese nta.
En vez de intuir , e_ t és de las reacci
tencia de etapas bien caract eris llcas y defini das t: ~ se resuel xe a gcavés de una
dad de 1~ pers~n a~e~ ª r~v
a ) period o: abstra cto (1867- 1879) ; seto s1colo ico jleTcp ~escri be al person aje " pensa n-
b ) period o natura lista (188 1-1892 ); . o secer o s u pensa m1. ento a u-ave· s d e 1a
,1 uac1
c ) períod o' espiri tualist a (1892- 1907) ; o ' s ino que se a a cono
d ) period o de m itolog ía y extrat empo ralida d (1~8- 1918) : acción. . scribi r La deshe- redad a, El amigo
Veamo s m ás detall adame nte estos period os. No obstan te, des pues d~tb "do Fortu. nata y Jarint a., todas
Man.so ,. Torme nto, 11:-ºt prGoa;dós ~iente ue no b asta la mate-
de l period o natura is ~• . .
Periodo ab1troc1 o ria.. para ca l 1 hdad
ID u ir
Tanto en los Episod ios como en las "oove las esoapnl.a,i;.", -
_periodo espiri tualis ta.
Galdós mostró una a:oica ¡>reoc uó~s;ián; Es~an a.Divde
e el
ersos
los
camin os había para 1 égar a conoc e?a. Gata' lr ehg ndo que a
hecho s histór icos ocurr idos en e l si g lo ·x.rx, pensa a
_ Per iodo e1piritu ali1to
través de ellos encon traría la esenc ia d e s u pue blo. Adopt A través de esta intuic ión, el novel ista descuJ:>~e qu~
la
u na actitu d didáct a
ic_ : t
in_ e n ta hacer
e en s
p en sar a lo
tr ran e s ensen an
-
v I lucha const ante entr . l , en s~
h is t ori im-
,
os s uce s e 8, su eufori a na ura s a a os creyó que el h ombr e p~dia
As í, en La fon ana e oro, a en ren poners e al m ed io por su tra~a~ o, ahora cree que e s to ~o!o pue-
fracas o libera l de 1823: los cambios ra- la
explica e l porq ué-del
a si los proce sos son lentos . de hacers e media nte el esp1ri tu, que es qwe n condi ciona
dicale s son nefast os · sólo se avanz
Galdó s a través de la fontan a de oro, El audaz y los Episod ios
al tiene en la
de la p~ime ra y segun da serie, mues tr ~ "!na Es ~~a polític a- • "ºEl moro Almud ena M o rdejat, que parte tanl princip por una feliz coinci -
indida . Pero és ta n o e ra la uruca esc1s1o n que pa- acción de M iserlcoTdfa , fue arranc ado del natura a nanea r de calle en calle
mente e sc dencia. Un amigo, que com o yo acostu mbrab
decía Españ a ; había otra much o m ás ~r a ve_ y er~ ~e orden observa ndo escena s y tipos, dijomea nque en el Orator io del Caball ero
a entre la intran ~~enC ll:l religio sa Y la de G racia pedla limosn a un ciego, drajos o, que por su f acha y len-
esp irit ual : se debatí de estirpe agaren a. A cudl a verle y quedé marav illado
conviv encia d e cultos · entre la con cepc1o n rehgio sa del mun- guaje parecla
infeliz , que en espafto l aljami ado, inte-
n cia de la salvaje rudeza de aquel
do y la cie ntifici sta ; e'ntre el anqui losam fonto y la ig nora rrumpi do a i::ada instant e por jurame ntos terrorloficos, me prome tió con-
m des t o socorr o. Le llevé
. . tarme su r ománti ca histori a a c a mbio de un
por un lado, y el progr eso por el ~t:º·de Leon Foch Y Man~ - conmig o por las calles céntric as de Madrid , con escala en varia s taber-
Doña Perfec ta, G l.oria, La familu i c uerpo con libacio nes
r1as donde le Invité a confor tar s u desmay ado adqulr l este tipo inte-
n el.a obedece!' a estos pl_a nte<?s. Eij Mari~ ne,La. g ald~
stpd!-9 contrar ias a las leyes de s u raza. De este modo
. a reall- han encont rado tan real.
el enfren tamie nto de la ima m c1on con a reahd adautor resantl s lmo, que los lectores de Miseri coTdia es obra de é l mismo pues poca
a sa e v1c onosa , y a s u ;;¡n ;:i 1s1s se e 1ca e e n el Toda la verd ad del plntoi: esco Morde ja l figura . •
parte tuve yo en la d escrip ción de esta del más puro ca-
períod o natura lis ta . tipo de
• • • E_I sef'IA Benlna , l a c r iada filantr ópica,
rácter f1lantróplco, procede de la documentación laboriosa que reun1
."
pa r a co mpone r los c uatro t o mos de For tunata y Jacinta
• C ASALOUICRO ,J o¡¡quln . Vida 1J 0bTa de Galdós , Mad r id, GredQS ,.. 1951. ~~J- Mis !Palab ras de . Galdós extraíd as del prólog o a la
de
edició n france sa
las obras de Benito Pérez
Adem ás. para o tras c la s ifi cacion es deObTa.s r.
citadas por Juan Guixe en : "Un patriar ca de las letras
comple tas, Madrid , "'6... - encord ~
dós. vé ase S á lnz de Robles , Prólog o a las castella nas . Revista de laa Indlu" , B o sot!, setiem bre, 1939.J
lnr. 19$0. 1 rv. p ág. x:rv

17

period o una rcvato r~ació n positi~ a d e . . ente por t.oda Europ a : el reahsm o. Su.a raíces estan,
mater i~- H~r en este el rimcr pertod o la habl~n valorJ.Zado raptdl llfado en el sensu alismo c aentihco - llamad o positiv
la imagmaCJOn. PUE:S en . Pci6n supera a la realid ad, ya que ismo
por u n ~ Coml e-, y por otro, en la forma lrwtic íonal y RD -
para negarla. La miag¡na P?r /\ ue explic a la intelig encia Y la volunt ad media nte las
puede crearla . 'd d hombr e se enfren ta de contin uo con cilla ~ones. Stend bal . y BalU:' c han sido coosid endoa lazos
En esa ~ali ª e 1gativa s· pero espiri tualm ente libre, por ~ el roman ticismo y el realism o, cuyo mejor repr~
tuerzas poslll ~ ~"nevertir ei mal en bien. en Gusta vo Flaub ert (1821- 1880) . tante
amor, es capaz e d Galdó s la compo sición de los Episod ios. fue . ti .
En 1898 rean;,n ªdiente s a la tercer a serie analiz a el cruen - En oposic ión al roman co, e 1 esa:it.or rea.last a dej.a • un
En los corresva desde l833 año en que comie nza la prime ra lado su unagi nación y se acerca a la V1da, para desc:rim:rla tal
to period_o h asta l846 añ~ de la boda de Isabel Il. Entre corno la ve.
guerra CJVl~lue
• . • . En F.spañ a es Cecili a Bohl de Faber , conoc ida con el RU -
!902 y 1907 escribe la cuarta seri_e . •. · _
El desast re de 1898 y la situaci ón J>?~llc a de Espan . · 0 de Ferná n Cabal lero, la que inicia este IDOY'i
a en m.iento
momen to, in.fluye n de tal modo en el arumo de Gald6s,_ queese don;:c ción. Tanto ella como quien es lo impus ieron -Vale n.
llevan hasta replan tear el valor_ de toda s u_ obra. ~1 antes
le preocu pó saber cómo era ~pana , ~ora le intere sa md~'8 1'
lo ie eda. Leopo ldo Alas, Galdó s- lo hicier on en gran med,d a
~vés de cuadr os costum brista s. Al realis ta, de la ~
qué es. Ya dijimo s que esta Pre<>C:UpaC16n funda menta l a~JO - a le intere sa lo que puede capta r con sus sentid os; pero cuan--
neó a los hombres de la ge.n erac16 n del 98; no obstan te, mien- ~ ya 00 basta el ~ar, cuand o la real i~ se C?!1vierte de
tras éstos intenta n respon der la pr~gu nta fun_d ame~t almen te objeto de observ ación en campo de ~ n t a o o n . cuand o
a través de la sociología, la metafí sica Y la p s1colo gia, Gald6 s se presie nte que en la natura leza actú~ cierta s fuerza s de-
se acerca nuevam ente a la histori a, siguie ndo el tratam iento termin antes, enton ces surge el natura lismo.
ya utiliza do, y si bien al llevar la histor ia a la novela logra La obra de Claud e Berna rd, lntTod ucción al estudi o de la
dilucid ar el hecho históri co, está muy lejos .de capta r el alma medici na. exper iment al, qué es su antece dente inmed iato,
E!spañola. fue
consid erada por Emili o Zola, figura máxim a del movim iento,
el manif iesto del natura lismo.
Período d. mitologl o y a..ltolw. :.porolld ad En Españ a, Emili a Pardo Bazán (1851- 1921) aparec e en
la vangu ardia del movim iento con un doble papel: teórico ,
"El hombr e históri co abstra cto de la prime ra época se hace en La cuesti ón palpit ante (1833 ), y novelí stico, en La tribun a
social en el segund o períod o, y se transf orma en indivi duo do- (1833) . El natura lismo , que en Españ a result ó más forma
tado de libertad en el tercero , y en el cuarto se convi erte en
ente imagin ario." a El anhelo de progre so indivi dual -cons e- que conce ptual, fue -defin ido por ella con e stas palab ras: "So-l
guido a través del trabaj o y del amor- e s en este period o ~ meter el pensa mient o y el amor a las mism as leyes que deter-
deseo de b ienesta r social. La presen cia de la fantas ia caract e- minan la caída de la piedra , consid erar exclus ivame nte las in-
riza a esta época en la que Gald6 s se acerca a la mito lo~ fluenc ias fisicoq uimic as, presci ndien do hasta de la espon ta-
porque_ la c~nsidera la posibi lidad de llegar a la intimi dad neidad indivi dual, es lo que se propo ne el nahu-a lismo, y lo
de _la h_1Stona ._ Son obras de este period o la quint a serie de que Zola llama en otro pasaje de sus obras m ostrar y poner
Ep~od ios ~ de reliev e la bestia huma na. Por lógica consec uencia , el natu-
.!.es, que qued6 inconc lusa ; una novela , L4 ralism o se obliga a no respir ar sino del lado de la mater ia ..."
r~o!1 de la smrazo n, y gran númer o de obras teatra les: PedTo
Minio, Casand ra, Cetia en los infiern os y Alces te, entre otras. Galdós recibe las influe ncias de estas escuel as• y partic ipa

El rwallsmo, el notvrolÍlfflo y Galclós • Al contes tar el dlacura o con que fue recibid en la Real Academ
Espafio la, Galdóa dijo: "El llamad o natural ismo onos ia
esJ>a!iolea en el reino de la novela , pues loa maestr os deera l•rnlJl• r • loa
este arte lo prac-
Hacia 1860 el r~man ticism o estaba ya caduc o. Se inicia ·rcaron con toda liberta d en el mundo y de ellos tomaro
entonces en Franci a un nuevo movim iento que se extien de os novela dores inglese s y frances es. El natural ismo volvia n e11•t l~
con
. c~i°~ Y menos delicad eza y gracia . . . Beclbi amoa. pues, con rnenna
f cion es la mercan cla que babiam oa export ado y casi deecon oclamo aY
• CASAJ.Dlll:RO. J oaq uln . Op. cit., pág. 211. ª sangre nuestr a ... Franci a nos lmponl a una reform a de nuesua pro-s
Pla obra, sin aaber que era nuestra : la acepta mos noeotroa restaun md<
IR

u
- ionados en el renacer de la novela
1 5 escr itores mene de este renacer suele establecerse e Casa ldue ro o p 1.n11 que "Ga ldós no ve e l proceso de la vida
conEsPºaña. El co_mie_ó zo de la novela realista de Ferná n Caba~ humana respect.o del 1nd1v1duo. lllno d~ la especie. de la socie-
en la pubücaCJ n dad, Y lo estudia según la.. ideas de A ugusto Comte".
1849, con . ta
llero, La gavw . ~ n _este pr oceso Comte d u trn~ula tr~ e3tados : a ) el estado
teo logic~. q ue es pasajero. En él la ttru1gJJuc1on es q uien rige
,_...... s. .-.,ctv,. Y or garuza el mundo. El hombre admite la d 1r ect~ partici pa-
Ma ia parecería ser un juego en que el le<:tor ción de eleme ntos na turales y se preocu pa por buscar las cau-
11.
Toda obra ~ !;:
0 e l mundo que el escritor le presenta an-
sas eficientes q ue dese ncadenan los fenómenos; b l .el estado
me t.afisico, en el cuaJ la concepción del m undo s.e formula a
finge creer verda ómo Galdós ha estructurado esta ficción_
te sus ojos. Veamos c partir d e la razón y e l hombr e cree q ue fuer--uu abstractas n-
gen la producción de los fenómenos ; e ) el estado ~ i t.1vo. q ue
El º'""'° d !asmar la realidad, los escritores realistas y concibe el mundo a partir d e la observacíón y trata de descu -
Al p_reteo er_Pron que hacerlo de modo tal, que quedaran brir cuáles son las leyes que gobiernan los fenómenos.
st
natural~ as tuV1e ndidos tras los elementos de la ficción. Es
ellos m1~os esc~bservar obj~tivamente, mostrar, abstenerse - De estos tres estad os, el inte rmedio es esla bón oo muy de-
de~, teruan q~e ue veían; y mostrar objetivamente signifi_ finido entre los otros dos, los cuales si se presentan con carac-
de mterpre ~ ~aZio la imaginación, hacer qu_e los sucesQ~ ~
teríst icas marcadas. Para Comte es e l estado pos:aivo el que
refle ja la verdadera concepción de l m und o '_,_¿ - J
caba deJar a arecieran como verdaderos.
narraban ~ lecto; 1 ~unto de sus novelas recurrian al docu-
, Nela, Pablo y Teodoro representan, respectivamente. cada
, uno de estos estados por los que ha pasado la humanidad.
Para _ob Oenefas crón1cas periodísticas, a menudo policiales.i.._ Nela es la imaginación; Pablo, la razón ; Teodoro, la realidad,
mento vi~o ª efle · aba en la obra misma, en la medida en y Maria.neta, como obra total, significa la lucha entre la ima-
Y esta act¿;udd se l~abi ve lada O d irectamente Ias fuentes que . ginación y la rei:tlidad ; el triunfo y la exaltación de.l hombre
qube_el
1 ªtruz~d;c Este recurso es tradicional, per~ p~a l~s rea- ·, del estado positivo.
ha ª u 1·. t obre todo adquiere especial mteres. · ¿Por qué este hombre puede ve ncer?
listasG Yld~at~ag~s eª~•karianela 'trasmitir s1;1c~sos encontrad«?S
a os , · Al describir el narrador co- Porque es esencialmente superior o porque ciertas causas
pres~n:iblemente en u~a ~rof~lia Centeno, dicé : "En cierta e xteriores a él mismo le han permitido alcanzar e l triunfo.
mo V1V1a Nela en casa e a t"tud) Tanasio que era ¿Nela y Teodoro son íntimamente distintos? No. A lo largo
ocasió~ .(?W consta. la fecha ~on ex~~tias aiabras el ~arrador de toda la novela se observa que el narrador, Teodoro Golfín
imposibilitado de piernas · · · · Co~ de :star escuchando un y Florentina insisten en una misma idea: si la sociedad h u-
logra crear en el lector la sen~a cion finalizar la novela in- biera gado a Nela educa ción y afecto, su vida habría sid o dis-
suceso q ue reatm:ente ha s ucedidod Y_ ~'B 1 t aba leer e sto para t~nta. (~üc~cl ó~ysotjed @ otros dos temas no s~lo d_e Ma-
siste e n la veracidad <:te lo conta
comprender que los dignos r e por er~s
t· ;:bían visto vis iones.
.b ,,
rianelh; sino-t e mas permanentes en la obra de Galdos. El. que
añoraba para España una democracia social, se siente rodeado
t
A veriguada la verdad , de ella resulto_eS e lt ro !~arillo en- por doña Perfecta, por la Señana y su marido, por Sofía y sus
La relación entre un muchacho c iego Y su novel; de- amigas. Es decir, está inmerso en una sociedad en la_q u_e r ig.e n
tre P ablo y Mar ianela, conforman el a s ~ o denI~arios te'mas. falsos_vaJores: los tteS'ofía y la Senana. Una, niega la verda-
sarrollado en un ar gumento en e l que co uye aera caridad· la otra la educación a sus hij os. Pero no todo
es negativo ~n esa s~ciedad. A Sofía y a Pedro Pená guilas
los temas
se les oponen Florentina y Teodoro, con cristiano amor al
prójimo.
. ·, y la
El tema central es la lu c ha e ntre la imag1nacion A Señana se le opone Celipín, con su rebeldía. V~le decir,
realidad . entonces , que el hombre puede progresar, puede salir del es-
tado primitivo, en la medida en que se eduque.
.
el naturalísmo y devolviéndole lo q u e le hablan qu,1t~d 1 humorisamo.
o, ~onforme la
Y empleando éste en las formas na r rativa y descrip tiva.
tradición cervantesca".

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21
m5tnto Po' partw cW autor El doctor Golfín comienza su extenso relato con una exhor-
LGII ,... .... ,ot- Trata f tación retórica, propia de discursos.
cterlsticas afines presen~ las novelas de la pri-
car:
¿Q~é Creemos que pueden senalars~ dos, como las
mera epoca. , la reocupación por descubr1r las constantes
C~ando Teodoro habla con Marianela en el capítulo XIX,
es evidente que el médico nuevamente está éxponiendo las
· teorías que antes sostuvo ante Sofía, sin importarle que quien
tundamentale\os ~es de la sociedad galdosiana, y "el tra- lo escuche no entienda tal vez sus palabras. Esta hipótesis
~~c~= el autor da a sus personajes en las obras de t~bién la sostiene el -n arrador, pero en realidad a Golfín no
este peri.oda. . tall le mteresa..que su interlocutora lo entienda ~ e ~ -
Trataremos este aspecto en de e. . . j;_o para el público, an~ que hablando para Ñela.
En las novelas de la.época abstracta mtere~ mas las1~ ~ 'decir que a menudo el personaje brinda al lector una
de la obra que el J?~do_QP.Y.e lesco que las sostiene. Los
~ justifi~ación teórico-valorativa de lo que dice.
sonajes están en nin~16n de esas 1~eas y suelen gan~ en gran- Veamos un ejemplo que juzgamos significativo en este
dilocuencia lo que pierden en realidad Y en humanidad. . .sentido. .
·: Cuando Florentina comunica a Nela sus intenciones de
." Penottai• toaeti~• a UII ~ ª . in~~I: T ~ Golfía y adoptarla, le dice: "... he prometido que, si da la •vista a mi
'floÑintina. - To qu~ d1c~n, lo re?~n Sin vivir. En Manane14 hay primo, he de recoger al pobre más pobre que encuentre, dán-
pe"fsoii'ajes que Jamas podr3:11 rmpo1;1e_r sE: al autor, q_ue a lo dole todo 1o necesario para que pueda olvidar completamente
largo del relato nunca podran itdqwr1r mdependenc1a vital. S1:l pobreza, ha~iéndole entei:amente•igua1'A-mí por las como-
Y esto ocurre porque están sometidos a un esquema intelec- didades y el bienestar de Vida. Para esto no basta vestir a
tual que deberá quedar demostrado al finalizar la novela. A u.na persona, ni sentarla delante -de una mesa donde haya so-
este tipo de personaje - ¿y por qué no de idea personificada?- pa 11 car,ie. Es preciso ofrecerle también aquella Limosna que
responden Pepe Rey, en Doña Perfecta, y Teodoro Golfín y v~le mas que todos los mendrugos 11 que todos tos trapos im,a.-
Florentina, en Marianela. ginab~s, 11 es 14 ~ación, 14 dignidad, el nombre. Ma-
Explicaremos los fundamentos de tal afirmación. ~. mi pobre erf;S tú. . Con todas las voces de mi alma le he
Teodoro se opone abiertamente a las concepciones de su dicho a la S3:11tfs1ma Vl.l'gen que si devuelve la vista a mi pri-
cuñada Sofla, a la sociedad inculta, a la simulación y la mez- mo har~ de !1 una hermana: serás en mi casa lo mismo que soy
quindad del hombre de campo, que sólo -se preocupa por lo- yo, seras m1 hermana".
grar un bienestar material. En cambio, estima en alto grado Creemos que con la S?presión de las palabras que hemos
a una sociedad regida por el l rabajo, la vol untad y los senti- destacado, e_l cuadro hubiera g~ado en efedo dramático, ya
mientos cristj~nos. · que Florentma vuelca en la acc16n el contenido de estas frias
palabras. Pero recorde~os que lo que preocupa a Galdús en
. Un incidente - la huida del perro de Sofla y s us consecuen- estos momentos no es alcanzar al lector con un impacto esté-
cias- !s motivo para que, en el cap itulo 1x , Teodoro Gollin Y tico, sino ético.
su r un~dn teork~n :;obre la verd ade ra car idad, e l s uicidío, la _' Otra obra de Pérez Gald6s, Doña P 0 rfecta , sólo puede ser
~d~cac16n, ln orfa ndad. Es ta larga exposición mora lizante es mte~pretada de una manera: como obra de tesis. En cambio,
uhl en tan.to apunta ~1 la ifü!R de la novela, pero evide ntemente Mananela p~ede ser analizada desde distintos enfoques.
donde rncJo~ q_ucclnn definidos los persona jes eo cu anto a sua . Eso explica que no todos los personajes estén tr¡ltados en
,dl·as Y scnttm,entos, es en lai; Rc lit udcs que as umen a nte NeJa igual forma. Las antítesis de Teodoro y Florentina, en c.uanto
h<:nda . a la composición, son Marianela y C_elipJn_,_ - -- -
En l'I cnpl tulo siguiente'. Teodoro más que hacer la narra- Marianela es obra de tesis, pero también es una sencilla
non d e s·u v,'d n Y ¡ a d e :-u hl' rnrn no ' se dedica a ex poner con histor,ia de amor. La idea fundamental de la obra podrá va-
1
r riar en la med ida en que se adopte para su análisis uno u otro
murnriO!>idad las cararterístka1- del hombre que para GaldÓI
"' 110 il.rquclipo : el hombre de voluntad e l que logra salir ai- punto de vista. · ·
ro'\o ··r la l\uc·ha por In {'X\Slt•ncia. El b re've resumen que sobre Los pe,sottojft 111ás logrodos y reales: ,.._ariaula..y C~l•. Creeffll)s
'_l1 ,. ,, •1 > ,. cl l · su hl•rma.no nos da Teodoro al comienzo deJ que en esta historia de amor el personaje de Nela es el más
' !I µ,
.
t" 1o • ,., rn ••·
. s si¡.:ni
. rnt1vo para el mundo de la novela que logrado, y junto con Celipin, el más real. La descripción física
' 1 anlr r,ur , P.·ro 1m1uficienle como d,e mostración teórica.
23
22
ta el narrador e n el capitulo mes ha-
que de Nela nos prre:i lector la sensa~ión de que está 8;Dte tender a s u 1nl4!r lOC\Jt..oT . a unq ue f \JoeSf! establec ie ndo conexi o -
bilísima . Para dar to un tanto h.lbrido, Galdós lo define nes con los otros sentidos o con ~ I pensamiento.
un pe~son~jl: de : s~eccisamente e n sus c3!acterlsticas. Nel~ En e l segundo ca.so, f igu ra la concepoim del c1e go que se
pero slll lim 1~ 1 P ro también como una ,o-ven.zuela. expr_e sa por boca de l seño r P en.!.gtJ1l.u y que n iega toda po-
mo una n111a.. pe · ·d s 101ltdad de vida normal
es co d la sensación de desconlorm1 ad pero es, sin
"Su as~t~ a~Jemente proporciona~a." . "Algujen la defi- Concedamos que Pab lo p udU!Se 1gnoTar la pos1b 1l1d a d del
embarg?, ª n:ur da con vidrio de disrrunución; alguno como trab~j~, dada su posición económica y sona l. pero no podemos
ad rrutu- que por el hecho de n o J)<»ee'r vat..a. wM conociese la.s
nía muJer _ mLT; expresión de adolescente." No se sabe bien bellezas de la naturaleza n i la amenidad de la a g:ncul tura ... ..
D:IDª con .~Jouschacha una niña o una chicuela", y el narrador ni pudiese "ad.mirar una res gor da. u n arbol cuélJado de pe-
s1 es unab m menudo 'como •'mu1er-nma · · - " . .E n l as afirm.ac1ones

ras ... los frutos de la üerra, repartir su }CJTO.al a la. t.rabaJa-
00
la !1\.r~ en las comparaciones que envuelven al contenido dores", etcétera ; ni que para él no exutiese Mm.á.s 1,,- ld. que u n a
~~~~~':nte vaguedad, descansa lo más valios? del din~co cavilación febril" ( pág. 110 ) . Más que de un ne-go parece que
tr to de Nela que el narrador nos pr~s~nta. una cnatura se _estuviera hab lando de un ser tapiado. de un n ego-sord o
~~e ~xteriormente "es" sin ser nada definido. privado de tacto y de toda clase de sens1b1hdad futca. puesta
· Son conmovedoras las escenas del capítulo vn en que Nela, al servicio de la sensibilidad espirituaJ y la t.n:el.lgeoc 1.a. Y
transformada ante la presenci~ de Pablo, ~ega I?O~ _un mo- menos aún, tratándose de un ser tan inteligente como Pab lo .
mento a olvidar s u feald~d_. y librE:~E:nte, sm preJwc~o algu- Las apreciaciones del doctor Golfín en las págs. 91 - 91 ubi -
no, reacciona con la exqws1ta sensibilidad de una mu1er ena- can a Pablo en s u verdadera dimensión h umana. Pablo. por
morada. la forma en que ha sido guiado -a.isla.miento e idealización..
Marwnel.a. más que la representación del hombre del es- ausencia de dolores y de lucha. aJ qwtarle su padre t odo Jo
tado primitiv~ -aunque T~odoro se en_c arge de r~cordárn~lo desagradable de la vida es, en ciertQ modo, un ciego excepcio-
reiteradamente- es una criatura que vive en su circunstancia. nal. Sólo asi podía desconocer el menosprecio q ue r odeaba a
Su imaginación es algo más que un símbolo, ·es lo que ilumina Maria~eta en cuant~ a lo físico y a lo intelectual, pasar lo por

la novela. --
delicadamente los dj álogos con Pablo, los más iierm9sos_de
- - ------
- ... ..-----
el tamiz de su propio mundo interior e idealizarlo, embelle -
c~rlo Y amarlo .. Un ciego corriente, moviéndose en un mundo
rico en percepciones, admitiría sí captar la belleza interior de
!Jablo: contradicciones en su tratamiento. No se advierte un crite- t Nela, ~ero no dejaría de percibir y sopesar \os otros a_-:pect os
rio seguro en Galdós en el tratamiento que da al personaje ~s decir, su ceguera no sería total
de Pablo, pues si por una parte en general está bien analizado A la vez, el comportamiento de Pablo cuando se n 1elve vi -
en los aspectos de su comportamiento erterior, por la otra D'O . dente, respecto a Nela no es natural., pues con inusitada rapi-
ocurre lo mismo en lo referente a cómo es en verdad un ciego, dez pasa a poder prescindir de quien hasta m uy pocos días
al conocimiento que los otros pueden tener respecto a su ac- antes fue esencial para él Si Pablo ciego es un se.r m ás o
titud vital , a su lugar y su desempeño en la vida. men<;>s real, cuando adqwere la visión sólo aparece ante el
En el primer caso, figuran las descripciones que hace Pa- lector como representante de la realidad no va como un ser
blo, propias de un no v idente, quien al tener que buscar pau- humano. • ·
tas para ubicarse, señala las cosas con precisión casi matemá- El tiempo lento de la novela, que abarca desde el comienzo
tica. Así, dice Pablo a Golfín: "Aquí a la izquierda. eftá mi de la obra hasta el momento en que se CQDQC'e e l resultado sa-
casa. Allá arriba ... ¿sabe usted? Aquellas tres casas es lo tisfactorio de la operi:,ción de Pablo, es seguido vertiginosa-
que queda del lugar d e Aldeacorba de Suso" (pág. 47-48) • mente por sucesos posteriores inmediatos. En ellos el narra-
Todas l~s. descripciones y' alusiones que Pablo hace al doctor dor pareciera anhelante porque quedase demostrada la idea
en el v 1a1e a través de las minas tienen esta característica. central de la novela: triunfo de la realidad -Pabl~; muerte
En las conversaciones con el ciego,' las constantes comparacio- de la imaginación -Marianela-. Pero es entonces justamente
nes que Nela hace para explicarle cómo son los objetos que los cuando el personaje aparece más ficticio. En su anhelo de
~~~ean, demuestran indirectamente en el narrador compren- desyincularlo de la imaginación, el narrador lo aísla de Nela
sion de lo que un n o vidente exigiría eri un diálogo para en- ! lo inclina amorosamente hacia SU; prima. Esta reacción, que
24 25
. ultar natur al oon el corre r del tiemp o, re- pro-
bubJe ra poditaldo res es•J. dor expo ne la
prese ntada. El narra·d · Lo ~ce ~n varia s ocasi ones. AJ sume rgir al lecto r en capít u-
como .... d blem as mlttn os de la estru ctura novel istica : fin del
· aJ tila al perso naje en su bu:ma ru a . del capít ulo xx;
su1ta UTe. lo m; invitá ndolo a segui r la acd6 n : comie nzo
idea, si, pero mu la lite-
o apela ndo a un medi o muy tradi cicmal en la histo ria de ria que
ratur a, como es el solici tar que recib a con favor la histo
El riorrodor se le ha narra do . ..
. impo rtante es la del narra dor, e inter esa Estos contactos son esporádicos. Hay otros perm anen tes y
esencta I t fr ·te al 1ector • A travé s
U na pr ·
_ 1; • .,. su comportamJento
.
como re a or en y que no oblJgan al lecto r a una partic ipaci ón activ a. te de
anéiJ,U,4M de tod~ la novela, el narra dor, situán dose entre el oyen
frente a Jos personaJes.
la ficción y sus perso najes , descr ibe a éstos desde su punto
C:.. Nlafw. En este ~áct er es un narra dor_o~c ient
perso naJes , sino
e.
tam- de obser vador . Nos comu nica sus gestos y las maninarra festac io-
Conoce íntimamen te no solo a todos los nes de sus estad os aními cos. Estas apari cione s del dor
bién el tiemp o y espacio en q'!e se muev en: Y apare ce tan con- ta son muy frecu entes pero no igual ment e inten sas a lo largo de
ciente de su saber que bastá Juzga valor aüva ment e su abier la novel a. Sin desap arece r nunc a totalm ente. en los mom en-
intromisión en la narra ción. Asi, habla ndo de '.f eod~ ro Golfí n,
tos ~ tensos, por ejem plo en el diálo go que sostie limit a
nen Flo-
ura, basto de facci ones, de mira r dor se
dice: " .. . firme de andad
regul ar obesi dad y ( dígas e rentm a y Golfí n ante Nela morib unda , el narra las s:ituacio-
osado y vivo, ligero a pesar de su a descr ibir sólo gestos resol viénd ose en el diálogo
de una vez, aunque sea prem aturo ) excel ente perso na por do- ~ aním icas. De esta man e~ la escen a. en su
poten cialid ad
quier que se le mirar a". ·dram ática, hace más impa cto en el lecto r que está separ ado
La narra ción·no es temp oralm ente rectil ínea, El narraad dor tan sólo por breve s acota cione s escen ográl i-
iorid a de los perso najes su
relata en el capítu lo xx sucesos ocuri dos con anter cas como éstas: "se eehó a llorar" ; "mur muró i.Dclioraci ón" nando
contr amar cha so- zando una
los detallados en el capít ulo XIX. Con esta un cabez a"; "excl am6 la de Pená guila s empe '
bre el eje temporal, el narra dor nos demu estra que no esojos etcét era.
cione s de
mero fotógrafo, un recep tor de lo que ocurr e ante sus Así pues, el narra dor nos descr ibe las exter ioriza
sino que precisamente por ser cono cedor absol uto de cuan
t~
a los perso najes CQmo obser vado r objet ivo o desde la intim idad
ocurre, puede dispo ner el mont aje de la nove la con enter de los mism os.
libertad. - ~ .n,orrador y los peno- ■¡.. El prime ro asum e
siem pre una
Este relato r activo es qµien ·deter mina la estru ctura exter idós pos1e1on ante los perso najes : deja que ellos mism os se defi-
na de la obra: nos prese nta su ficció n divid ida en veint suela comp le-
nan. con sus actitu des y reacciones, aunq ue él
~apítulos Y_ un epilogo. Cada una de estas unida des adqu iere tar esta definición. Si en el capítu lo I 'nos descr ibe física-
unportanc1a, por factores diver sos o repet idos; por ejem plo, co- ment e a Teodoro Golfí n y agreg a: " ... excel ente perso na poa
por la narra ción de sucesos relati vame nte indep endie ntes,naje doquie_ra que se le mirar a", a lo largo de la novel a, en las con-
n de algún perso discu -
mo en el capítu lo vm; o por la descr ipció versaciones del médico con Pablo y Flore ntina , en su a la
en particular, como en los capít ulos x y xm. n, sión con Sofía, en su apoyo a Marianela, queda confi rmad
. Para el narra dor, el mund o de Maria nela no es una ficció antici pació n del narra dor.
sino un. documento. Pero esta mane ra de conce bir la nove la Si el relato r,nos dice que en casa de los Centeno las condi -
nto de la técni ca natur al ista ; guard a ciones de vida son pésim as para Nela, en segui da, y en apoyo
no es_ ~olo un proc~?imie o luego
tamb1en una rel. a c1on estrec ha con la tesis de la obra, puest de sus palab ras, apare ce Nela dialogando con Celip ín ypre co-
que con los sucesos reales que se narra n en Marianela se des- monologando desde una cesta, su natur al lecho . Siem
s. ellos y/ o a travé s de la
~ rata . la fal sedad de lo imaginado por un periód ic¿ inglé la la
nocemos a los perso najes por boca
En
de
todos los casos las vision es
d_eci r, que antes de entra r en el conte nido de la nove omnisciencia del narra dor.
realtdad ya ha vencido a la imag inació n. • coinciden.
Como lógicamente no todos los person~jes están trata_d os
naJ!~ d~'j;º'
frute al l~r. A travé s del narra dor, los perso
perm anen te con e l lecto
-
r· con la mism a intensidad, podrí a pensa rse que a los meno
los con~ e el
s 1m-
. novel a estan en conta
·
cto
• senti. r su prese ncia
d eJa . este' porta ntes -por ejemplo el de la Seña na- sóloocurr
Y es impo rtante . a. r como
_ señal lecto r por las palab ras del narra dor. Pero no e as1, por~
perso naJe 1nterm ed1ario.
27
21!
ue Galdó s se b.a ubicad o en un narra dor que mant endrá la
~ posici ón a lo largo de toda la novel a. Por ejemp lo
cuando en el capítu lo IV el relato r nos dice c6mo era la rela-
con la famil ia Cente no: " ... Seña na se lo
ción de Maria nela osida d
daba ~ susten to- creye ndo firme mente que su gener NUIST •A IDICI ÓN
Repet idas veces dij o para si al llena r
rayab a en heroís mo. ecito en
mi puest casa
la escud illa de la Nela: e ¡Qué biei;1 me gano
to, Sefia - Hemo s segui do el texto de la edJció n de la 1.J1>rerfa ya uto-
el Cielo !•." Al usar signif icativ amen te el estilo direc ser la
edito rial Herm ando, de Madr id, del año 1932.. realrz adas las
por
propi as palab ras da al lecto r
na emerg e del relato , y con sus
dera y más valio sa que la rizada por la hija de Pé rez GaJdó s. Han sido por re -
una image n de si misma muy verda actua lizaci ones ortog ráfica s, y algun as de pu ntu.aa ón.
que podría dar el narra dor. sulta r neces arias.
con
En ~ ~ t e s opinio nes, ~l. relato r se mani fiesta
~ subJet lVlSDl ~ que ~e~a a adqw rir la dime nsión de un ver-
aader o person aJe. ¿Dtst mto de los que interv ienen el en el re-
ad entre relato r OUAS IDICI ONH
lato? No tota1z1;1 ente. Ha)'. 1!1arc ada afinid
ción.
y 1'.eodoro Golfín . ~ 0~1ru ones de ambo s sobre educa
id, La
SOCJedad Y person aJ~~ comc iden abier tamen te, inclu so en el Maria nela (Nove las españ olas conte mpor áneas ) . Madr
ro suele habla r con marc ado Guirn alda, 1883, 5i ed.
tono con q~e ~on emitid as. Teodo ", 1902,
acent:o polen uc«?, _c«?mo lo hace el narra dor en el
capit ulo IV al Maria nela , Buen os Aires, Bibli oteca de "La Nació n
r e f ~ al pos1t1V1Smo de las aldea s. La ironía . const ante en vol. 52.
la actitu d y el ~e-~gu aje del docto r, perte nece tamb ién al na-
un mund Maria nela, Madr id, Aguil ar, 1950.
rrador en la V1S1on de su mund o novel esco~ras. o que Maria nela, Buen os Aires , Acmé, 195-i.. (Col Centa uro,
nº 78. )
ambos ven Y explic an con abun dante s metáf edició n.
Maria nela , Buen os Aires , Sope na Arge ntina , 1957, 4~
lNis ABAD ÍA DE QOAN T BERM"ÓI)cz

NOTIC IA SOIRE LA ANOT ADO.A

lla-
Inés Abad ia de Quan t Berm údez es profe sora en Caste Profe so-
no y Liter atura , egres ada del Insti tuto Supe rior del
rado de Buen os Aires.
Desde 1964 tiene a su cargo las cáted ras de DiacrHuma on ia de l
la Facul tad de ni-
españ ol y Lengu a Caste llana 11, en este.
dades depen dient e de la Unive rsidad Nacio nal del Nord
Resid e en la c iudad de Resis tencia .

2t

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