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1
STOREY, J. (2002). Teoría cultural y cultura popular. Barcelona: Octaedro.
2
WILLIAMS, R (1983). Keywords. Londres: Fontana, (87-86).
3
MARX, K (1976). “Prefacio” e “introducción” a Contribution to the Critique of Political
Economy. Pekín: Foreign Lenguaje Press, (3).
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también en las prácticas materiales cotidianas de un grupo de personas. Por último, la
quinta definición la toma de Roland Barthes, estableciendo la operación de la ideología
en el nivel de las connotaciones o significados secundarios de textos o prácticas.
También son muchas las formas de definir la cultura popular. John Storey
enuncia seis además de dar varios significados sobre el término popular. Y todas las
definiciones, y esto es lo realmente interesante, tienen en común que la cultura
popular es una cultura que emergió tras la industrialización y la urbanización, siendo
evidentemente Gran Bretaña el primer país donde se produce.
Culturalismo
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ARNOLD, M (1960). Culture and Anarchy. Londres: Cambridge University Press, (6).
5
LEAVIS, F. F., THOMSON, D (1977). Culture and Enviroment. Westport: Green wood Press.
LEAVIS, Q. D. (1978). Fiction and the Riding Public. Londres: Chatto and Windus.
6
LEAVIS, F. R. (1998). Mass Civilisation and minority culture. Cultural Theory and Popular
Culture (2ª ed.). Hemel Hempstead,: Prentice Hall.
2
“Culturalismo” es el tercer capítulo de este libro. En él trata un grupo de obras
de autores que dice son los fundadores del culturalismo. El capítulo, de manera muy
interesante, termina con una discusión sobre la institucionalización de la cultura en el
Centro de Estudios Culturales Contemporáneos.
La segunda premisa sería la llamada “estructura del sentir” que recogería los
valores que comparten un grupo o clase, es decir su experiencia real y cuyo estudio es
competencia de los análisis culturales. Nos indica, lógicamente, que las únicas
personas que tienen acceso total a la cultura son las que viven esa estructura del
sentir, porque cuando pasa el momento histórico sólo se tiene acceso a los
documentos de la cultura que a veces se van perdiendo y deteriorando. Así es
consciente de que los análisis culturales son muy a menudo una reinterpretación de la
cultura.
También este autor, nos dice Storey, rompe con el leavismo porque Williams
pretende una cultura común y el leavismo una cultura jerárquica. Por fin se empieza a
romper la dualidad de una minoría superior y una masa que encarnaba lo más
degradante.
E.P. Thomson9 se desliga del culturalismo por no aceptar este término para su
obra. Para él la clase trabajadora inglesa es un “fenómeno histórico”. Explica como
7
HOGGART, R. (1990). The Uses of Literacy. Harmondsworth: Penguin.
8
WILLIAMS, R. (1965). The long revolution. Harmondsworth: Penguin.
WILIAMS, R. (1963). Culture and Society. Harmondsworth: Penguin.
9
THOMSON, E.P. (1980) The Making of the English Working Class. Harmondsworth: Penguin.
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sucede la clase, la conciencia de clase y su libro detalla la formación política y cultural
de la clase trabajadora inglesa y de los acontecimientos políticos del momento. John
Storey señala la significación de su descripción histórica para el estudiante de la
cultura popular por tratar a las personas más llanas y normales.
Para finalizar este capítulo revisamos las tesis de Stuart Hall y Paddy
Whannel que escriben su obra Popular Arts10 por la preocupación de la cultura
popular en las aulas que advierte del cuidado que hay que tener con los medios de
comunicación de masas y la influencia que puedan ejercer. Rechazan los argumentos
del leavismo y la crítica de la cultura de masas diciendo que la alta cultura es buena al
igual que la cultura popular. Parte del objetivo de The Popular Arts es la defensa de
ataques a la cultura popular.
Estructuralismo y posestructuralismo
Como bien resume John Storey, el estructuralismo toma dos ideas básicas de
la obra de Saussure:
1. La preocupación por las relaciones subyacentes existentes en los textos y
prácticas culturales.
2. La visión de que el significado es resultado de la interacción de relaciones de
selección.
Quizá entre los problemas que nos ofrece el estructuralismo se encuentren que
es un método analítico, no evaluativo y que su enfoque está desligado del momento
histórico, pues se limitan a estudiar el significado ideológico del mensaje y no analizan,
por ejemplo, a quien va dirigido el mensaje, quién lo elabora o cómo se utiliza.
Para él todos los mitos tienen una estructura muy similar y una función cultural
en la sociedad: el mito intenta hacer que el mundo sea explicable. Esta idea tan
10
HALLS, S y WHANNEL, P. (1964). The Popular Arts. Londres: Hutchinson.
11
De SAUSSURE, F. (1974). Course in General Linguistics. Londres: Fontana.
12
LEVI-STRAUSS, C. (1968). Structural Anthropology. Londres: Allen Lane.
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antigua se retoma ahora en el estructuralismo que también utiliza Will Wright13 al
aplicar la metodología estructuralista para analizar las películas del oeste americano
de Hollywood. Dice que parte del poder narrativo de este género está en las
oposiciones binarias.
Marxismos
13
WRIGHT, W. (1975). Sixguns and Society: A structural study of the Western. Berkeley:
University of California Press
14
BARTHES, R. (1973). Mythologies. Londres: Paladin.
15
DERRIDA, J. (1976). Of Grammatology. Baltimore: John Hopkins University Press.
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Seguidamente, Storey resume las aportaciones de la Escuela de Francfort
que es el nombre de un grupo de intelectuales alemanes relacionados con el Instituto
de Investigación Social de la Universidad de Francfort (1923). En 1944 Max
Horkheimer y Theodor Adorno16 acuñan el término “industria de la cultura” para
designar a productos y procesos de la cultura de masas. Éstos deben tener dos
características: homogeneidad cultural y ser predecibles.
Género y sexualidad
16
ADORNO, Th. Y HORKHEIMER, M. (1979). Dialectic of Enlightenment. Londres: Verso.
17
ALTHUSSER, L. (1969). For Marx. Londres: Allen Lane.
18
MULVEY, L. (1975) Visual pleasure and narrative cinema. Screen.
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Tania Modleski19 escribe acerca de la lectura de novelas rosa y como las
mujeres que escriben sobre narraciones femeninas adoptan tres posturas: rechazo,
hostilidad y burla. Todas las novelas rosa tienen en común la forma de resolver
problemas y tensiones que no agradan en absoluto a feministas. Modleski no hace una
condena de las novelas ni de las mujeres que las leen sino de las condiciones que las
han hecho necesarias.
Son muchas más las autoras que escriben sobre la lectura de novelas rosa,
pero por falta de espacio nos ceñimos a los ejemplos citados. Habría que añadir la
curiosa reflexión del libro Viendo Dallas21 sobre el gran impacto de esta serie en los
años 80. En el libro se recoge el interés por el placer que podía provocar ver esta serie
y los motivos que lo podían causar.
Posmodernidad
19
MODLESKI, T. (1972). Living with a Vengeance: Mass produced fantasies for wormen.
Hamden: Archon Books.
20
COWARD, R. (1984). Female Desire: Women´s Sexuality today. Londres: Paladin.
21
ANG, I. Viendo Dallas. Londres, Comedia.
22
LYOTARD J-F. (1984) The posmodern Condition: A report on knowledge. Manchester:
Manchester University Press.
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funcionar silenciando y organizando discursos. Para este autor es esencial la ciencia
como organizadora de otras aunque indica que desde la Segunda Guerra Mundial
decae su fuerza. Cree que existe un cambio de status de la cultura en la que en
general parece que todo sirve, señalando un “aflojamiento”. Señala que lo único
alentador es que la cultura posmoderna no es el fin sino el signo de la llegada de una
nueva cultura.
Jean Baudrillard23, el otro gran teórico del posmodernismo, señala que hemos
llegado a un punto en el que no se puede separar el terreno económico de la cultura o
la ideología. Afirma igualmente que hemos pasado de una sociedad basada en la
producción de cosas a la producción de información. Por ello cuando escribe acerca
de la cultura posmoderna lo hace como cultura del simulacro (simulacro es copia del
original). La simulación sería la generación, mediante modelos, de algo real sin
orígenes y esto nos llevaría al término hiperrealismo asociado a la posmodernidad.
Sus análisis, según Storey, se basan bastante en Lyotard aunque se muestra ambiguo
con los cambios culturales pues por una lado se alegra pero por otro sugiere que son
una forma de agotamiento cultural.
Para finalizar este capítulo nos encontramos con una reflexión sobre la música
pop posmoderna y la televisión. Lo más importante es en la primera la diferencia entre
música pop moderna y posmoderna en la que el desarrollo tecnológico ha facilitado la
aparición del muestreo.
La política de lo popular
El libro de John Storey termina en el octavo capítulo con el título “la política de
lo popular”. Se basa en gran medida en el libro Cultural Populism de Jim McGuigan25.
Este autor afirma que el estudio de la cultura popular dentro de los estudios
contemporáneos está en crisis y que el centro del populismo cultural es el consumo.
Igualmente critica el que ya no existan criterios de juicio absoluto para señalar lo
bueno o lo malo. La postura de John Storey es bastante crítica con la obra de
McGuigan.
Bajo el subtítulo “el campo cultural” nos encontramos con una tendencia no
crítica al populismo cultural, la de John Fiske26. Para él hay dos economías en la
cultura popular: la financiera y la cultural. La primera se centra en el valor del
23
BAUDRILLARD, J. (1983). Simulations. Nueva York: Semiotext.
24
JAMESON, F. (1984). Posmodernism, or the cultural logic of late capitalism. New Left
Review, (146).
25
McGUIGAN, J. (1992). Cultural Populism. Londres: Routledge.
26
FISKE, J. (1987). Television Culture. Londres: Routledge.
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intercambio y la segunda en el uso. Este autor retoma el término de Pierre Bourdieu27
“el campo cultural” que se caracteriza por la división entre la cultura dominante y la
popular. Y la creación de un espacio para la cultura, como Storey llama con C
mayúscula refuerza el poder de clase como una diferencia cultural y estética.
27
BOURDIEU, P. (1984). Distinction: a social critique of the judgment of taste. Massachussets:
Harvard University Press.
28
DE CETEAU, M. (1984). The Practice of Everyday Life. Berkeley: University of California.