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ACCESO AL AGUA POTABLE EN ETIOPÍA

Cuando se discurre por las tierras altas de la comarca etíope Samre, entre montañas y pedregales,
no hay ni un breve atisbo de bosques o arroyos durante horas. El 70% de sus vecinos no tiene
acceso a agua potable, es decir, bebe y se lava con un agua marrón que provoca enfermedades.
Uno se pregunta dónde está ese 85% del caudal del Nilo -el río más largo del planeta-, que según
los hidrólogos proviene de Etiopía. Como confirma el oficial de programa del Banco de Agua de
Oxfam Intermón, Kaleab Getaneh, "la cantidad de agua subterránea y en superficie existente en el
país es suficiente para suministrar agua potable a toda la población (unos 70 millones de
personas)".

Por su orografía, Etiopía "podría exportar a otros países del noreste de África". El problema no es
que no haya agua en Etiopía, ni las sequías recurrentes. Es la falta de recursos materiales y
humanos adecuados para construir infraestructuras que hagan llegar agua potable a todos los
etíopes y la falta de dinero para financiar estos proyectos. Se trata, en realidad, de un círculo
vicioso. La pobreza económica del país demora el acceso al agua potable lo que, a su vez, retrasa
el desarrollo económico.
El Banco de Agua, garantía de acceso al agua potable

El Banco de Agua empezó a funcionar en marzo de 2004 en cuatro de los distritos etíopes más
afectados por la falta de acceso a agua potable. Además de suministrar agua a las poblaciones de
estas zonas, se quiere desarrollar una cultura a nivel nacional que garantice el agua potable en
todo el país. Son más de 15 proyectos que llevamos a cabo junto con 10 organizaciones locales.
Objetivos de nuestra actuación

1. Facilitar un mayor acceso al agua (en términos de calidad y cantidad) para 5.000 personas y
8.000 cabezas de ganado, así como un uso apropiado del agua disponible. Contribuir a la mejora
de las comunidades, organizaciones asociadas locales y otros agentes relevantes del sector.

2. Mejorar la capacidad de gestionar los recursos hidrológicos sentando las bases de una posible
estrategia de defensa e impulso de políticas y prácticas relativas al agua en las áreas rurales sin
pastoreo. Para ello se realizan labores de formación a personal local en cuestiones de higiene,
gestión de aguas, funcionamiento y mantenimiento de bombas.

3. Mejorar las condiciones de salubridad construyendo letrinas e impartiendo talleres de


educación higiénica a 5.000 personas.
¿Qué se espera del Banco de Agua?
Como dijo una campesina de Samre, una "nueva era" para su aldea sin el alto índice de
enfermedades gastrointestinales y de piel debidas a la suciedad del agua, donde las niñas van a la
escuela porque no tienen que caminar hasta seis horas para ir a por agua y donde las mujeres
emplean más tiempo en actividades productivas complementarias ayudando a los hombres en las
labores agrícolas. Así, la productividad aumenta y se asegura la alimentación de la familia en años
de sequía, se puede asistir a cursos de  higiene y planificación familiar y, por tanto, aumentar el
bienestar general de los suyos. El camino es largo todavía pero "queremos alcanzar el objetivo del
milenio".

O sea,  para 2015, un 63% de la población etíope tiene que tener acceso a agua potable. Tal vez
para entonces, Etiopía pueda construir infraestructuras de mayor calado en el Nilo y pactar en
igualdad de condiciones con Egipto y Sudán los billones de metros cúbicos que le corresponden.
La importancia de proveer agua potable a los
más vulnerables
Gran parte de la población de Etiopía no tiene acceso a agua potable ni al saneamiento adecuado.
La sequía está agravando aún más esta situación.
UNICEF está trabajando con el Gobierno del país para proveer de agua potable a la población
afectada.
"Llevar agua cerca de las casas les dará a losniños más tiempo para estudiar y mejorar sus
condiciones de higiene y saneamiento, que se traducirá también en una menor incidencia de
enfermedades diarreicas", afirmó el Oficial de Proyectos de Agua, Saneamiento e Higiene de
UNICEF, Leul Fisseha.
"Proveer de agua potable a los más vulnerables, como las personas en este distrito, tiene muchos
beneficios tangibles", añadió.
Según las cifras gubernamentales, cerca de 30 millones de personas -de un total de 82
millones- no tienen acceso a agua potable ni al saneamiento adecuado.
El recorrido diario en busca de agua
Tilalem Kiros, de 13 años, y estudiante de séptimo grado en el distrito de Raya Azebo,
perteneciente a la región de Tigray,  nos relata su recorrido habitual para recogeragua potable.
Tilalem y su madre Medhin van a recoger agua a la fuente de agua más cercana tres veces por
semana, un manantial que fluye de la montaña detrás de su aldea. Les lleva más de una hora llegar
caminando. Luego tienen que emprender el camino de vuelta, con 25 litros de agua cada una. "Es
muy pesado", cuenta Medhin. "Como no tengo camello, somos mi hija y yo las que tenemos que
cargar el agua". Titalem ha estado ayudando a su madre desde los nueve años. Cuenta que
después de recoger agua, suele acabar cansada para ir a la escuela. Como consecuencia, sus
calificaciones se están viendo afectadas. No obstante, quiere seguir estudiando y ser doctora.
Proveer de agua potable a los más vulnerables
En Raya Azebo, el acceso a agua potable es tan solo del 49%, de acuerdo con los datos oficiales. Y
en esta definición se entiende por acceso la existencia de una fuente de agua hasta una distancia
de 1,5 kilómetros del hogar. Por lo tanto, incluso las personas que se consideran que tienen acceso
a agua potable, se enfrentan, en muchos casos, a largas distancias. También es una zona propensa
a la sequía, confuentes limitadas de fácil acceso al agua. "Las fuentes más fiables de agua son los
pozos profundos. Por lo tanto, el acceso a un suministro de agua potable requiere a menudo una
cantidad significativa de fondos", dijo el Oficial de Proyectos de Agua, Saneamiento e Higiene de
UNICEF. UNICEF, en colaboración con la Oficina Regional de Agua, está trabajando para mejorar el
acceso al agua potable y al saneamiento. Por el momento, esto significa llevar agua en camiones
cisterna, pero el objetivo es instalar un sistema de pozos profundos y un sistema de distribución
de agua.
Grandes progresos en el país
Shefena Habte Hagos vive en el pueblo de Jalla en Raya Azebo, donde UNICEF ha apoyado la
instalación de un sistema de agua, como el que se necesita en el pueblo de Ebo.
"Cuando íbamos a buscar agua antes, podíamos pasar el día entero allí", explica Hagos. "Estaba
tan lejos que teníamos que pasar la noche allí y los niños pasaban hambre. Pero ahora hay puntos
de agua cerca, buscamos agua tranquilamente y podemos darle a los niños el almuerzo y la cena.
Ya no tienen que irse a la cama con hambre".
Ha habido un gran progreso en el área de agua, saneamiento e higiene en Etiopía durante los
últimos cinco años, muchos de ellos conseguidos a través de programas de colaboración conjuntos
entre el Gobierno y UNICEF, junto con otras organizaciones.
El Gobierno de Etiopía ha establecido ambiciosos planes de agua, saneamiento e higiene a través
de su Plan de Acceso Universal, que tiene como objetivo lograr una cobertura del 98,5% en acceso
al agua y del 100% en acceso a servicios de saneamiento para 2015. 
Cómo logró Etiopía abastecer de agua a 48 millones de
personas
Historias desde el terreno

©UNICEF Ethiopia/2015/Bizuwerk
El proyecto Ebo sobre agua limpia beneficia a 27.000 personas en siete aldeas, incluyendo a
15.000 escolares, que disponen de agua no contaminada en sus escuelas y hogares. Las niñas ya
pueden asistir a la escuela con regularidad, pues no tienen que dedicar tiempo a recoger agua.
Hoy estamos celebrando algo especial en Etiopía: haber alcanzado la meta 7c de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) en materia de agua. ¿Qué significa esto? Sencillamente, que el 57%
de la población del país ya no consume agua de riachuelos, sino de mejores fuentes de
abastecimiento, como grifos o bombas manuales. Gracias al acceso a agua de mejores fuentes, la
salud de muchos niños y mujeres de Etiopía ha mejorado notablemente. Así mismo, ha disminuido
en dos tercios la mortalidad de niños menores de 5 años y se ha reducido de manera significativa
el retraso en el crecimiento.
¿Y por qué se considera tan importante este logro? Porque en 1990, el año de base de los ODM,
solamente 6,9 millones de etíopes utilizaban mejores fuentes de abastecimiento de agua. Sin
embargo, en los últimos 25 años, Etiopía abasteció de este elemento esencial a 55 millones de
personas, es decir, el doble, o incluso el triple, de la población de la mayoría de los demás países
de África.
La clave del éxito que Etiopía obtuvo en estos años ha sido la combinación de un firme liderazgo
gubernamental, inversiones ininterrumpidas de los donantes y el desarrollo periódico de sólidos
instrumentos normativos. En el año 2000, el país elaboró una estrategia y un programa de
desarrollo para el sector hídrico que sentaron las bases de estos progresos. El Gobierno destinó
recursos al sector del abastecimiento de agua e instó a los donantes a invertir en tecnologías de
bajo costo para ampliar la cobertura. Entre el Gobierno, asociados para el desarrollo, ONG y el
sector privado se ha invertido un total de 2.000 millones de dólares en el sector del
abastecimiento de agua desde 1990.
©UNICEF/ETHA20130098/OseVarias personas del lugar recogen agua en una fuente de
abastecimiento en Amari Yewebesh Kebele, región de Amhara, Etiopía.
En el transcurso de los últimos 25 años, UNICEF demostró la eficacia de diversas innovaciones
cruciales que ayudaron al Gobierno de Etiopía y a sus asociados para el desarrollo a conquistar la
meta 7c de los ODM. Entre esas innovaciones se cuentan la introducción de bombas manuales
fabricadas en la India; la importación de taladradoras del Reino Unido para la perforación de pozos
profundos; y más recientemente, la exploración de tecnologías científicas de vanguardia para la
teledetección de agua a grandes profundidades en distritos que adolecen de inseguridad hídrica,
seguida de la construcción de redes de agua corriente para la interconexión de pueblos y aldeas,
en beneficio de las mujeres, los niños, los hogares, las instituciones y las pequeñas explotaciones
agrícolas y ganaderas.
Estas innovaciones contribuyen a mitigar el posible impacto de la inseguridad hídrica y alimentaria,
y reducen los factores que inciden en la desnutrición y el retraso en el crecimiento. Un buen
ejemplo es el proyecto Ebo sobre múltiples aldeas, encargado y construido con apoyo de UNICEF
en la región de Tigray, entre 2013 y 2015. Este proyecto constituye una solución a largo plazo para
las zonas del país que tienen problemas por falta de agua, y por cuya propensión a las sequías han
dependido del transporte de agua en camiones cisterna para situaciones de emergencia, como
único medio para abastecerse del vital líquido.
El programa de UNICEF sobre agua, saneamiento e higiene (WASH) en Etiopía es el programa de
UNICEF de esta naturaleza de mayor alcance en el mundo. Este organismo ha proporcionado
liderazgo técnico para la construcción de redes de abastecimiento de agua destinadas a 10
millones de etíopes en aldeas, pueblos y ciudades, y ha asesorado al Gobierno en torno a
decisiones fundamentales sobre políticas en materia de agua, saneamiento e higiene a lo largo de
los últimos 25 años. Desde 1990, el año de base de los ODM, UNICEF ha aportado más de 300
millones de dólares de sus recursos ordinarios, y junto con otros donantes importantes se ha
esforzado para que las mujeres y los niños de Etiopía no sufran por falta de agua y saneamiento en
situaciones de emergencia ni en situaciones que no revisten este carácter.
Pensando en el futuro, Etiopía ha elaborado un programa para que el resto de la población del
país cuente con acceso al suministro de agua en 2020. El plan cuenta con un presupuesto de 2.400
millones de dólares y comprende inversiones públicas, privadas, de ONG y donantes. Implicará la
ampliación de la escala de intervenciones innovadoras como el proyecto Ebo, para asegurar el
suministro en zonas remotas del país donde escasea el agua. UNICEF velará por que la inversión
otorgue prioridad a las poblaciones de más difícil acceso y menores recursos hídricos, así como
también a los asentamientos urbanos emergentes y no planificados, a fin de que ningún niño
pierda la oportunidad de acceder a agua salubre.
Samuel Godfrey es Jefe del programa sobre agua, saneamiento e higiene (WASH) de UNICEF en
Etiopía
El cambio climático cambia la concepción de la agricultura en
Etiopía
18/02/2019
Decenas de miles de ganaderos etíopes se están viendo obligados, debido a la negligencia de las
autoridades y al cambio climático, a reconvertirse a la agricultura en lo que supone la ruptura de
un modelo de vida milenario, ahora en serio peligro por las malas políticas de distrubuición de
agua y tierras y a las cada vez más frecuentes sequías en el país, cinco veces más probables que
hace 60 años.
Organizaciones como Farm Africa están ayudando a los ganaderos a lidiar con esta transformación,
que en muchos casos no supone un salto radical de una disciplina a otra, sino más bien un
esfuerzo para diversificar su labor hasta convertirles en agropecuarios.
Mukulo Orgo es uno de los pastores que participan en los programas de Farm Africa. Orgo vive en
Hamar, donde literalmente la mitad del ganado -- un millón y medio de los tres millones de
cabezas pastoreadas -- murió durante la brutal sequía registrada entre 2015 y 2016.
Orgo perdió una veintena de vacas y una decena de cabras por una escasez que remató años de
nefastas políticas hídricas del Gobierno etíope, al frente de un país donde solo un 42 por ciento de
la población tiene acceso a un suministro estable de agua potable y solo un 11 por ciento tiene
acceso a un suministro de agua para higiene. Y esto no sucede en un país "seco": Etiopía es
considerada el "embalse de África", con más de 70 millones de hectáreas de tierra cultivable de las
cuales solo se cultivan 12 millones.
El país está plagado de casos de sobrepastoreo, excesivos impuestos y falta de infraestructura. Las
autoridades son incapaces de controlar el flujo migratorio entre el país y el norte de Kenia (donde
la situación de sus pastores es la misma) y se les acusa de alimentar las tensiones étnicas al
alquilar, a precios irrisorios, millones de hectáreas de terreno a inversores extranjeros, aniquilando
el sueño de la autosuficiencia.
"La reciente introducción de plantaciones a gran escala", rezaba un informe publicado en 2014 por
el Oakland Institute, "ha imposibilitado el acceso a una amplia extensión de tierras para el ganado
y devastado a comunidades étnicas, como los suri, que las usaban".
Etiopía es considerada el "embalse de África", con más de 70 millones de hectáreas de tierra
cultivable, de las cuales solo se cultivan 12 millones
El informe responsabiliza además a la comunidad internacional, al Banco Mundial concretamente,
de contribuir indirectamente al "desarrollo coercitivo" del país. El Gobierno designa
selectivamente a los receptores de la ayuda económica, en una "atropellada estrategia"
discriminatoria.
Muchos expertos mantienen que la ganadería sigue siendo una opción viable pero las condiciones
idóneas para el desarrollo parecen cada vez más lejanas de alcanzar. No hay tierras, no hay agua y
no hay asistencia veterinaria.
Las políticas del Gobierno ignoran el nomadismo y apuestan por una cultura sedentaria en parte
también por problemas de seguridad. Como indica el profesor Argaw Ambelu, de la Universidad de
Jimma, las autoridades sospechan del fenómeno de la trashumancia porque temen que los
pastores usen sus viajes para entregar armas a los rebeldes.
Si a esto se le suma la transformación económica de Etiopía, que con el paso del tiempo ha ido
cediendo tierras de pastoreo a sus proyectos industriales -- en particular el azúcar -- todos estos
factores suponen un ataque constante contra un modo de vida que ha unido a cientos de
generaciones, y el cambio climático ha sido el remate a esta situación.
Una transición difícil
El director del proyecto de Farm Africa, Negusu Aklilu, reconoce a la Fundación Thomson Reuters
que "los cambios no son fáciles, pero no hay más opción". Por eso es importante abrir a los
ganaderos un espectro de opciones, no solo al cultivo de vegetales, sino a otras actividades, como
la apicultura o la industria maderera.
Si todo va bien, para el mes próximo casi 70.000 pastores habrán conseguido diversificar en algún
modo sus ingresos. Reciben de Farm Africa materiales para el cultivo, como herramientas de mano
o bombas de agua, y estudian irrigación y economía para distribuir su producto. Orgo ha recibido
un cuarto de hectárea para cultivar y dar de comer a sus dos esposas y a sus siete hijos, con los
produce unos 850 kilos de tomates y cebollas al año.
Con los beneficios, Orgo ha comprado una vaca y planea expandir su negocio vendiendo azúcar y
aceite. Otros, como Turimi Turga, han abrazado el cambio para escapar de la violencia que
acompaña actualmente al pastoreo. "Antes, cuando había sequía, nuestros abuelos viajaban unos
kilómetros y cogían agua. Ahora nos estamos matando a tiros", lamenta.
Turga es una de las más de 30 mujeres que cultivan su propia parcela al lado de la de Orgo, que
destaca entre todas las demás por la existencia de la única acacia en kilómetros a la redonda. Allí,
las mujeres han aprendido a emplear un sistema de irrigación por goteo, una técnica que requiere
de la ayuda de los profesionales del sector. También se contempla la instalación de bombas de
agua por energía solar.Es posible, indicó el año pasado el director de la oficina de Riego a Pequeña
Escala del Ministerio de Agricultura, Elias Awol, transitar de un sistema agrícola dominado por las
lluvias a uno más estable, atemporal, para aumentar la productividad.
"Podemos regar más de diez millones de hectáreas de tierra en Etiopía", declara convencido al
portal All Africa. A la espera de que se concreten estas políticas, Turga todavía se recuerda a sí
misma como una pastora, aunque hace dos años que no tiene ganado. La sequía de 2016 mató a
sus quince animales
UNICEF
Un estudio publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) con motivo del Día
Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo, señala que en 16 países en guerra los niños menores de
cinco años tienen 20 veces más probabilidades de morir a causa de enfermedades relacionadas con el agua
insalubre y el saneamiento deficiente que por los avatares de la guerra.
"Las probabilidades (de supervivencia)  están en contra de los niños que viven conflictos prolongados, donde
muchos no pueden llegar a una fuente de agua segura", dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta
Fore.
"La realidad es que hay más niños que mueren por falta de acceso a agua segura que por las balas",
sentenció Fore.
UNICEF recordó que cientos de millones de jóvenes viven en zonas de guerra, y destacó que en la actualidad
hay más países involucrados en conflictos internos e internacionales que en ningún otro momento de los
últimos 30 años.
Ante esta realidad, los niños forman una de las partes más vulnerables y se cierne sobre ellos una multitud
de amenazasrelacionadas con la falta de agua potable, saneamiento y servicios de higiene.
Las soluciones que propone UNICEF para mejorar el acceso de los niños al agua potable se basan en tres
objetivos:

 impedir los ataques contra los trabajadores y las infraestructuras de agua y saneamiento;
 crear un sector de agua, saneamiento e higiene universal de buena calidad y resistente a las
emergencias;
 coordinar la respuesta humanitaria con el desarrollo de sistemas de agua y saneamiento
sostenibles.
El estudio de UNICEF recopiló datos de Afganistán, Burkina Faso, Camerún, Chad, Etiopía, Iraq, Libia, Malí,
Myanmar, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur, Siria y
Yemen.
La falta de agua puede provocar desplazamientos masivos
 
Abordando el problema desde otra perspectiva, el Secretario General de las Naciones Unidas recordó que el
agua es un elemento básico para nuestra supervivencia y un derecho humano. “A nadie se le debe negar el
acceso a ella”, recalcó.
António Guterres destacó que diversos factores como la situación económica, el género, el origen étnico, la
religión y la edad provocan que 2100 millones de personas vivan a diario sin agua potable.
De no variar los patrones de demanda y mala gestión que han aumentado el estrés hídrico en diversas
partes del planeta, junto a la dramática situación provocada por el cambio climático, la escasez de agua
podría provocar el desplazamiento de 700 millones de personas para el año 2030.
“Debemos alentar la cooperación para hacer frente a la crisis mundial del agua y fortalecer nuestra
resistencia frente a los efectos del cambio climático a fin de garantizar el acceso al agua para todas las
personas, especialmente las más vulnerables”, dijo.

Gestión adecuada de la migración


La Organización Internacional para las Migraciones  destacó, en una línea similar a la empleada por el
Secretario General, que la escasez de agua y la sequía pueden incrementar la migración forzada, y que, al
mismo tiempo, los flujos migratorios pueden incrementar la presión sobre los recursos hídricos.
Por este motivo, indicó que una gestión adecuada de la migración puede desempeñar un papel fundamental
para solucionar los problemas relacionados con el agua.
Siguiendo ese patrón, señaló que tanto las remesas como las inversiones de los migrantes “pueden servir
para apoyar las infraestructuras del agua y prácticas agrícolas sostenibles”.
En este Día mundial del Agua, la OIM destacó sus proyectos a nivel mundial en materia de agua,
saneamiento e higiene.
En Sudán del Sur proporciona agua potable a 150.000 refugiados; el año pasado construyó un sistema de
suministro de agua que funciona mediante energía solar para los refugiados rohinyá en los campamentos de
Cox's Bazar, Bangladesh, garantizando un mínimo de 15 litros de agua cada día para 30.000 personas; y en
Etiopía proporciona acceso a agua potable a través de la distribución de recipientes de agua y tabletas de
purificación.
 
Del mismo modo, la Organización Internacional para la Alimentación y la Agricultura instó a todos los países
a redoblar sus esfuerzos en el aumento de la eficiencia hídrica y el suministro de agua potable, ya que el
cambio climático y el crecimiento de la población ejercen una presión cada vez mayor sobre los recursos
hídricos finitos.
DESINFECCION SOLAR PARA EL TRATAMIENTO DEL AGUA
WaterSPOUTT es un proyecto financiado por el programa europeo Horizonte 2020. El objetivo de éste
es la reducción de la tasa de enfermedades intestinales y de absentismo escolar en niños menores de 5
años. En este periodo de edad las enfermedades causadas por contaminación fecal afectan gravemente
a su salud, incluso, a su supervivencia. Colaboradores del proyecto, procedentes de múltiples países de
Europa y de África, llevan trabajando conjuntamente 3 años para desarrollar e implementar
diferentes tecnologías basadas en la desinfección solar de agua (SODIS). Este proceso ha sido
ampliamente aceptado por organismos como la Cruz Roja Internacional, UNICEF o la Organización
Mundial de la Salud, y se lleva a cabo tradicionalmente en botellas de 1,5 L de capacidad. Ángela
García Gil, estudiante de doctorado en la URJC, afirma que “La implantación de estas tecnologías dará
lugar a que la población de comunidades remotas de Etiopía pueda desinfectar agua de forma
casera, de una manera fácil y con muy poco coste”. Gracias a este proyecto, los niños consumirán agua
potable sin riesgo de adoptar enfermedades relacionadas con la contaminación fecal, la causa principal
de muerte.

Reducción de enfermedades intestinales


Durante el próximo año y medio se llevará a cabo el seguimiento de los casos de diarrea y disentería
de más de 600 niños menores de cinco años, ya que en este periodo de edad la ausencia de
enfermedades relacionadas con contaminación fecal es crítica para su supervivencia. De esta
manera, se cumplirá la principal misión del proyecto: reducir las tasas de enfermedades intestinales y
absentismo escolar en zonas rurales de Etiopía.
Además, la URJC también está involucrada en otras tareas del proyecto como el análisis óptico de los
materiales de las diferentes tecnologías propuestas en el proyecto. En este sentido, se está trabajando
en el desarrollo de un modelo matemático predictivo para el cálculo del tiempo de exposición al
sol en reactores solares. Este último trabajo ha sido publicado recientemente en formato abierto en
la revista científica Chemical Engineering Journal.
Entre las nuevas actividades previstas para 2019, en el mes de mayo tendrá lugar la tercera
Asamblea General del proyecto, donde las 18 instituciones, centros de investigación y empresas de
diversos países europeos y africanos, recabarán los resultados obtenidos en el último año. La URJC
expondrá entonces las conclusiones de su trabajo en las zonas rurales de Etiopía, así como sus
progresos sobre el modelado de los diferentes sistemas de desinfección solar.
MUJERES AGRICULTORAS
Etiopía es un país que vive de la agricultura –el 90 por ciento de su población es rural–, pero de
una agricultura de subsistencia que se ve amenazada, año tras año, por las sequías, la falta de
fertilidad de la tierra o las plagas que acaban con cosechas y rebaños, entre otros factores. Y
cualquiera de ellos puede provocar una crisis alimentaria en la población como las que vienen
sufriendo desde hace varias décadas. .
Con el objetivo de prevenir o reducir en lo posible estas crisis periódicas, en 2010 las Cáritas de
España y de Etiopía, apoyadas por la Iglesia local, pusieron en marcha un proyecto de seguridad
alimentaria en Arsi Occidental, una región del interior del país.
Las principales áreas que han intentado cubrir son la formación de los agricultores; la mejora de la
producción y la productividad, incluyendo el cultivo de grano y el ganado, y la generación de
ingresos por parte de las mujeres.
Toda esta labor se hace a través de las cooperativas. Allí forman a los agricultores sobre nuevas
técnicas de cultivo, les facilitan microcréditos y herramientas para trabajar el campo, y les venden,
a menor precio, semillas mejoradas, resistentes a las enfermedades y que producen más cereal.
No solo los agricultores reciben créditos; también las mujeres, que son esenciales para el
desarrollo de la comunidad, y por eso, se han convertido en las principales receptoras de los
préstamos concedidos por las cooperativas. Con ellos, consiguen alimentar a sus familias y obtener
excedentes con los que modernizar sus casas, abrir pequeños negocios y enviar a sus hijos al
colegio.
SE NECESITAN 1660 MILLONES DE DOLARES POR LA SEQUIA
El Gobierno de Etiopía y la comunidad humanitaria encabezada por la ONU han solicitado 1.660
millones de dólares con los que esperan atender a 7,88 millones de personas necesitadas de
asistencia alimentaria y de otro tipo principalmente en el sur y el sureste del país, las regiones más
duramente golpeadas por la grave sequía que azota al país.
"En los dos últimos años, el Gobierno de Etiopía, con el apoyo de los donantes internacionales y
los socios humanitarios, ha sido capaz de organizar una contundente operación de respuesta a la
sequía", ha destacado el jefe de la Comisión Nacional de Gestión de Riesgo de Desastre (NDRMC)
etíope, Mitiku Kassa, durante la presentación del llamamiento.
Kassa ha pedido que ese apoyo se mantenga dado que la continuada sequía, las inundaciones y los
desplazamientos relacionados con el conflicto en la zona fronteriza entre las regiones de Oromía y
Somali "han dejado a 7,88 millones de etíopes en situación de vulnerabilidad y necesitados de
asistencia urgente". Por ahora, el Gobierno etíope ha comprometido 138 millones de dólares para
la respuesta ante la sequía y atender a los desplazados.
Según el comunicado de la ONU, se espera que haya unos 3,5 millones de casos de desnutrición
aguda moderada y 350.000 casos de desnutrición aguda severa, mientras que se estima que unos
6 millones de etíopes no tienen acceso a agua potable. Además, hay unos 1,2 millones de
desplazados por la violencia y otros 500.000 por los efectos climáticos.

De los 1.600 millones de dólares que se espera recibir para la respuesta humanitaria este 2018,
1.036 millones están destinados a asistencia alimentaria, 198,3 millones a nutrición, 99 millones a
necesidades de agua y saneamiento, 94,9 millones a cobijo y otro material de asistencia a
desplazados.

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