Está en la página 1de 7

Tema 11: Sector Servicios

1. Delimitación y clasificación

Los servicios incluyen actividades muy heterogéneas. Las diferencias tan acusadas
entre las actividades terciarias justifican el hecho de que no se disponga de una
definición del sector servicio que sea precisa y útil analíticamente. Existen diversas
clasificaciones que agrupan a los servicios en función de algunas de sus características
principales:

- Servicios de mercado no destinados a la venta


- Servicios intermedios y servicios finales
- Servicios estancados y servicios progresivos. Los servicios estancados se
caracterizan por la dificultad existente para reducir sus necesidades de mano
de obra. Los servicios progresivos son susceptibles de registrar avances
significativos de productividad.

En el análisis del sector servicios surgen tres problemas que conviene señalar:

- En algunas actividades la producción suele medirse por el valor de los inputs


utilizados para obtenerlos. Es difícil estimar cómo evoluciona su productividad.

- La medición de la actividad productiva aparece siempre la dificultad de la


adecuada contabilización de las variaciones en la calidad de los productos.

- La información estadística disponible no computa en el sector terciario aquellas


actividades de servicios que se desarrollan en el seno de las empresas de otros
sectores productivos.

2. Evolución del sector

La evolución en las décadas más reciente de la producción y el empleo en el sector


servicios ha estado determinada por factores relacionados con la oferta. Desde
mediados de la década de 1980 cabe resaltar los siguientes rasgos de la evolución del
sector:

- Expansión sustancial de la participación de los servicios en la producción


nacional valorada a precios corrientes.

- En términos reales, la participación relativa de los servicios en la producción


agregada ha aumentado en menor medida. La explicación a estas tendencias es
que el sector terciario suele mantener o, incluso, reducir su participación en la
producción real en las etapas de expansión económica, al tiempo que
acostumbra a aumentarla en las fases de crisis.
- El empleo en lo servicios ha crecido de forma sostenida. España es uno de los
países industriales que ha experimentado con mayor intensidad el
desplazamiento del empleo hacia los servicios.

Hay que destacar que la mayoría de las actividades terciarias han permanecido
históricamente aislada de la competencia internacional. Las exportaciones españolas
de servicios superan el valor de las compras al exterior.

La participación de las actividades terciarias en el comercio exterior español, los


servicios aportan en la actualidad una tercera parte de las exportaciones, 33.6%,
porcentaje similar al registrado a mitad de la década de 1980. Desde esa década se ha
producido una notable expansión en la participación de los servicios en las
importaciones españolas. En 2014 los servicios representan ya una cuarta parte de las
importaciones totales.

Hasta el decenio de 1990 la evolución de la participación de los servicios en el


comercio exterior español se explicaba, por el comportamiento del sector turístico.
Desde 1990 comenzó a observarse una presencia creciente de otras actividades,
circunstancia que parece manifestarse con más intensidad en los años recientes.
España destaca como uno de los productores con mayor representación en el
comercio internacional de servicios en relación con las exportaciones.

El comportamiento de los servicios consiste en una notable expansión de su


participación en el empleo y la producción nominal, y un aumento mucho más
moderado de su importancia relativa en la producción real.

1985-2014 las tasas anuales medias de crecimiento de la productividad fueron del 4,8
y 2,1 % en la agricultura y la industria, mientras que en los servicios el rendimiento ha
permanecido casi estancado. El escaso o nulo avance de la productividad en las
actividades terciarias explica el comportamiento expansivo del empleo.

El avance registrado por la participación de los servicios en la producción nacional


valorada en términos nominales, se explica por la evolución de los costes de los
factores productivos en relación con la productividad. Los precios de los factores en los
servicios crecen a un ritmo similar al del resto de los sectores.

Si el aumento de coste es similar en todas las actividades productivas, la evolución de


los precios estarán determinados por la capacidad de lograr aumentos de
productividad que absorban los aumentos de costes. El avance de la productividad en
la producción de bienes ha sido sustancialmente mayor que el alcanzado en los
servicios, los precios de los servicios han debido crecer a unas tasas superiores.

La evolución de los precios sectoriales entre 1985 y 2014 han aumentado a un ritmo
medio anual del 3.9%, mientras que la industria y la agricultura crecían a unas tasas del
2.8 y 1.2%.
Con frecuencia se ha considerado que la elasticidad de la demanda ante cambios en la
renta era mayor en los servicios que en los bienes, el crecimiento económico se
produciría una tendencia natural al aumento de la importancia relativa de los servicios
en la producción y el empleo. Con el aumento del nivel de vida debería producirse un
desplazamiento de la producción y el empleo hacia los servicios para adaptarse a los
cambios en la demanda.

Esta es, una interpretación incorrecta. Las elasticidades no son significativamente


distintas entre bienes y servicios. En ambos casos, su valor es igual a la unidad.

Los cambios en la composición del gasto de los consumidores dependen no solo de la


elasticidad-renta de la demanda de bienes y servicios, sino también de los precios
relativos.

La creciente participación en la producción nominal es consecuencia de su


encarecimiento, debido al lento avance de la productividad. El menor crecimiento de la
productividad de los servicios y el aumento de la producción a un ritmo similar al
registrado en los restantes sectores conducen a unas mayores necesidades de empleo.

3. Especialización productiva y comercial

Con una perspectiva de largo plazo, puede afirmarse que los servicios no destinados a
la venta ha aumentado considerablemente su participación en el valor de la
producción nominal española. El desarrollo de los servicios no destinados a la venta se
explica por los cambios que se produjeron en el sector público español desde
mediados del decenio de 1970. Estos cambios han consistido, en una profunda
reorganización de la Administración Pública hacia una estructura más descentralizada y
en la creciente asunción por el sector público de tareas educativas, sanitarias y
asistenciales.

La estructura de la producción española de servicios y su comparación con la UE


permite destacar algunos rasgos:

- La distribución comercial ha sido y sigue siendo siéndolo una de las actividades


con mayor presencia en la estructura española de la producción de servicios. En
2012 las actividades de comercio y reparación representaban el 17.6% de la
producción, porcentaje superior al registro europeo.

- La hostelería ocupa un lugar destacado en la estructura de la producción de


servicios. La participación relativa del sector en 2012 alcanza el 10.3% y es
netamente superior a la registrada en la mayoría de las economías europeas.

- Las actividades inmobiliarias y las actividades profesionales, científicas,


técnicas, administrativas y servicios auxiliares aportan, algo más del 10 % de la
producción española de servicios. La importancia relativa de estas actividades
en España es significativamente inferior a otros países europeos.
- El resto de las actividades terciarias tiene una presencia relativa menor, aunque
destacan las Administraciones Públicas, que aportan el 9.2%, las actividades
sanitarias y de servicios sociales, con un peso del 8.8%, o la educación que en
2012 suponía el 7.2%.

Históricamente, la participación de los servicios en la producción española ha sido


inferior a la europea. El fuerte crecimiento de los servicios públicos desde la década de
1970 ha situado la participación de estas actividades cerca del porcentaje europeo.

Especialización comercial:

- Elevada participación del turismo y viajes en las exportaciones españolas de


servicios, 41.6%. La tasa de cobertura en el comercio internacional de
productos turísticos revela que los ingresos por exportaciones casi cuadriplican
a los pagos por importaciones. La extraordinaria capacidad competitiva de las
empresas turísticas españolas, muy superior a la mostrada por Francia e Italia.

- La tasa de cobertura en el comercio internacional de servicios informáticos es


también elevada (225%), aunque se trata de actividades con una presencia
cuantitativa en los intercambios exteriores de servicios bastante reducida.
Creciente presencia de las empresas españolas de servicios informáticos.

- El comercio exterior español de servicios es también superavitario en el resto


de actividades terciarias consideradas, aunque la magnitud de las ventajas
competitivas es muy escasa.

La evolución de las cuotas de exportación de España y de las principales economías


europeas en el mercado mundial de servicios comerciales revela la existencia de
diferencias importantes. 1985, la cuota de España era del 3.3%, se mantiene en 2013
en el 3.1%, mostrando una tendencia muy similar a Alemania. Economías como Italia y
Francia han reducido su cuota sustancialmente.

4. Eficiencia productiva

El indicador más habitual para analizar el grado de eficiencia con el que opera una
actividad económica es la productividad del trabajo. En el periodo 1985-2014 la
productividad del trabajo en los servicios ha permanecido casi estancada, el avance de
la producción de servicios se ha basado en el aumento del empleo.

2001-2011, entre estos años la productividad por hora trabajada en España ha crecido
ligeramente. Avance medio anual de cuatro décimas porcentuales. Las diferencias
entre actividades terciarias son significativas:

- En la hostelería el rendimiento por hora trabajada se ha reducido a un ritmo


medio anual superior al registrado en la UE –caídas del 2 y 0.7%- La elevada
intensidad en trabajo y el escaso tamaño de las empresas hosteleras dificultan
el avance de la productividad.
- La productividad del trabajo también ha caído a tasas significativas en las
actividades inmobiliarias –descenso medio anual del 4.6%- el transporte y
almacenamiento –caída del 0.4% anual- y las actividades profesionales,
científicas, técnicas, administrativas y servicios auxiliares –reducción anual del
1.2%-. Este último caso especialmente preocupante, se trata de actividades que
incluyen servicios esenciales para mejorar la competitividad del conjunto del
sistema económico.

- En la distribución comercial se ha producido un avance de la productividad del


1.9% anual, registro superior al del conjunto de la UE-27. Sin embargo, no
parece que se estén aprovechando en toda su extensión las posibilidades de
modernización y progreso que ofrecen las nuevas tecnologías.

- Otros servicios donde la productividad ha avanzado a tasas significativas son las


actividades financieras y de seguros –anual del 4.2%- la Administración Pública
-1.7%- y los servicios de información y comunicaciones -1.2% anual- sigue
siendo moderados en relación con otras economías europeas.

La aportación de la productividad al crecimiento de la producción española de servicios


en el periodo de 2001-2011 ha sido netamente inferior a la registrada en la UE -15%
frente al 41%- cuando se compara la productividad de la economía española con la UE,
únicamente destaca una posición favorable en las actividades de hostelería y menor
medida, actividades financieras, de seguro y de educación. La situación es
particularmente desfavorable en las actividades inmobiliarias y en la Administración
Pública y defensa. La productividad por hora trabajada en los servicios españoles
alcanza el 87% de la media de la UE.

El menor crecimiento de la productividad en los servicios en relación con la industria


ha supuesto que los precios hayan crecido más en los servicios que en la industria.

El débil avance de la productividad en los servicios es complejo de explicar, pero en él


influyen tres factores:

- La especialización sectorial en actividades caracterizadas por una baja


intensidad en capital físico y humano y una elevada intensidad en mano de
obra no cualificada.

- La escasa o nula competencia que tradicionalmente ha imperado en numerosos


servicios ha demorado la necesidad de modernización tecnológica y
organizativa de muchas actividades terciarias.

- El reducido tamaño de empresas que predomina en actividades de servicios


tan relevantes como la distribución comercial y la hostelería dificulta la
consecución de ganancias de productividad mediante las economías de escala
existentes en la producción.
5. Política sectorial

El sector servicios ha estado históricamente muy regulado, debido a unas actuaciones


de las autoridades públicas dirigidas a la corrección de fallos de mercado; también por
la presión ejercida por determinados grupos de intereses para limitar o anular la
competencia.

La liberalización de los servicios consiste en la supresión de las limitaciones a la


entrada de nuevas empresas, a la libertad de fijación de precios y al libre desarrollo de
las actividades terciarias. El objetivo de la liberalización es superar las ineficiencias
creadas durante varias décadas de intensa regulación y eliminar las distorsiones
generadas en la evolución natural de los sectores y la distribución de la renta.

La política de liberalización ha ido acompañada de la privatización de las empresas


públicas y de una política de defensa de la competencia. La política de defensa de la
competencia requiere de una intervención activa de los gobiernos con el propósito de
evitar que las empresas puedan llegar a acuerdos contrarios a la competencia que
retrasen los beneficios que la liberalización de los mercados debe reportar al conjunto
de la sociedad.

La desregulación de los mercados, unida a la privatización están ofreciendo los


resultados esperados:

- Aumento de la productividad y eficiencia empresarial


- Reducción de los precios de los servicios
- Mayor calidad de los servicios
- Redistribución de la renta

En España comenzaron a introducirse medidas liberalizadoras desde el inicio de la


década de 1990. Llegado el año 1998, la economía española todavía se encontraba
entre las economías desarrolladas con un marco regulador más intervencionista. El
citado año supuso el inicio de un cambio significativo en la política de regulación de los
servicios.

Entraron en vigor normas dirigidas a posibilitar la liberalización de una gran parte de


los servicios de red. Se dieron los primeros pasos para introducir la competencia en las
telecomunicaciones y en la electricidad, liberalización del tráfico aéreo. Se han
aprobado medidas legislativas liberalizadoras en el sector de los hidrocarburos, el
servicio postal y, al comienzo de 2005, se inició la apertura a la competencia del
transporte por ferrocarril.

La desregulación ha supuesto la aparición de numerosos conflictos entre las fuerzas


que propician la competencia y los grupos que se resisten a la pérdida de poder. Se ha
avanzado significativamente hacia la liberalización de los mercados de servicios en
España. La comparación con otros países muestra que en 1998 la intensidad de
regulación en España era superior al promedio de la OCDE; en 2013 la intensidad
regulatoria es inferior en todos los servicios de red, salvo en el transporte. El proceso
liberalizador está siendo muy desigual y excesivamente lento.

- En las telecomunicaciones los precios han descendido, al tiempo que ha


mejorado la gama y calidad de los servicios ofrecidos. El proceso de
liberalización del sector se ha visto entorpecido con frecuencia por el operador
dominante.

- Transporte aéreo, los beneficios para el consumidor se han manifestado, en las


rutas de elevada densidad de tráfico.

- Servicios postales ha mejorado la calidad del servicio en aspecto como los


plazos de entrega o la ampliación y mejora de la red postal pública.

- En los servicios que no comparten una red, los avances han sido desiguales. En
la distribución comercial, las principales restricciones a la competencia
consisten en limitaciones a la apertura de grandes establecimientos con escalas
de producción eficientes. La existencia de notables diferencias en la legislación
que regula el sector en las distintas regiones españolas complica el desarrollo
de una estrategia global de las grandes empresas de distribución comercial.

- Las mayores limitaciones a la competencia tienen lugar en la comercialización


de productos con canales específicos de distribución. Distribución de
productos farmacéuticos, productos petrolíferos y distribución de automóviles.

También podría gustarte