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El Estado en Guatemala:

¿orden con progreso?

Edelberto Torres-Rivas
972
TOR
Ele Torres-Rivas, Edelberto
El Estado de Guatemala: ¿orden con progreso?.
-- Guatemala. – Programa Naciones Unidas para el
Desarollo, 2010.

152 páginas

ISBN 978-9929-8025-8-2.

1. Historia - Guatemala. 2. Estado Nacional - Guatemala.


3. Sociedad. 4. Historia del Estado.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo


5ª. Avenida 5-55, zona 14, Europlaza, torre IV, nivel 10.
Tel. 2384-3100
www.undp.org.gt

Edición: Eva Sazo, Ineditasa


Diagramación: Melissa Larín, Intercreativa
Diseño de portada: Melissa Larín
Impreso por: Litografía Arcon
Número de ejemplares: 1500
Guatemala, 2010

La realización de este documento fue posible gracias al apoyo financiero de


la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID;
Agencia Española para la Cooperación Internacional para el Desarrollo, Aecid;
Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo, NORAD; Agencia Sueca de
Cooperación Internacional para el Desarrollo, Asdi.

El contenido aquí expresado es responsabilidad de su autor y el mismo no


necesariamente refleja las opiniones de las agencias y gobiernos cooperantes.

Se permite la reproducción parcial o total de este documento, citando la fuente


bibliográfica como corresponde. Se estimula el uso de este documento con fines
de estudio, investigación o implementación de políticas públicas.
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Presentación

El enfoque de desarrollo humano ha sido flexible y


dinámico. El Informe sobre desarrollo humano 2010, La verdadera
riqueza de las naciones: caminos al desarrollo humano, celebra el
vigésimo aniversario del lanzamiento del primer informe mundial,
con una revisión de los conceptos e instrumentos de medición del
enfoque y un análisis comparativo de las tendencias del desarrollo
humano desde los años 70 del siglo XX. Define desarrollo humano
como “la expresión de la libertad de las personas para vivir una
vida prolongada, saludable y creativa; perseguir objetivos que
ellas mismas consideren valorables; y participar activamente en
el desarrollo sostenible y equitativo del planeta que comparten”
(PNUD 2010). Refina la forma de medir el índice de desarrollo
humano. Muestra una relación positiva, aunque incompleta, entre
crecimiento económico y avances en desarrollo humano, así como
una diversidad de vías para alcanzar este último. Asimismo plantea
una reflexión sobre los roles de agentes estratégicos para el desarrollo
humano, entre ellos, el Estado a través de sus políticas públicas.

El INDH 2009/2010, Guatemala: hacia un Estado para


el desarrollo humano, analiza el papel que ha jugado el Estado
guatemalteco en la promoción del desarrollo humano durante el
periodo 1985-2009. Se encuentra organizado en cuatro partes. La
primera está dedicada a los aspectos conceptuales e históricos: el
surgimiento del Estado moderno, la formación del Estado nacional
guatemalteco (1821-1985) y las relaciones entre Estado y desarrollo
humano. La segunda parte está orientada al análisis de la estructura,

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Edelberto Torres-Rivas

la burocracia y la política fiscal del Estado, así como a la medición


de la densidad estatal en el territorio. La tercera parte enfoca el
papel que el Estado ha desempeñado en la prestación de servicios de
salud y de educación, en la garantía de los derechos a la seguridad y
la justicia, en la promoción de la democracia, en la reducción de la
pobreza y de las desigualdades que afectan a los pueblos indígenas
y a las mujeres. Finalmente, en la cuarta se plantea una propuesta
para la transformación del Estado guatemalteco hacia un Estado
plural que promueve el desarrollo humano.

La línea editorial Libros del Programa de Informes


Nacionales de Desarrollo Humano y Objetivos de Desarrollo del
Milenio, PNUD Guatemala, está orientada a la publicación de
estudios sobre temas específicos que aportan al desarrollo humano,
realizados por intelectuales y académicos de reconocido prestigio y
trayectoria. En esta oportunidad, el libro El Estado en Guatemala:
¿orden o progreso? amplía el tema de la formación del Estado en
Guatemala, abordado en el INDH 2009/2010, Guatemala: hacia un
Estado para el desarrollo humano.

Es un texto novedoso que pretende aportar al estudio y


comprensión del Estado guatemalteco, de 1821 a 1985, desde una
perspectiva histórica y sociológica cuyo punto de partida es el fin
del estatus colonial que España había establecido desde 1524. La
“ruptura” de esa condición creó la oportunidad de un proyecto de
Estado republicano, independiente y nacional. El estudio propone
una nueva periodización para el análisis y la interpretación
identificando seis fases decisivas en la formación del Estado.

El autor, Edelberto Torres-Rivas, es una referencia inelu-


dible en las ciencias sociales centroamericanas. Su extensa obra
brinda una perspectiva muy calificada sobre los procesos históricos
ocurridos en Centroamérica desde 1944 hasta nuestros días. Ha
sido uno de los pioneros de la sociología en esta región y uno de

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

los creadores del paradigma de la dependencia en América Latina


en los años sesenta y setenta del siglo XX. Desde los diferentes
espacios donde ha trabajado, Flacso, Cepal y PNUD, entre otros, ha
impulsando el desarrollo de una reflexión crítica e innovadora sobre
las sociedades latinoamericanas, la democracia, la historia política y
el Estado. Su compromiso con el desarrollo humano lo ha llevado a
ser uno de los principales investigadores de los Informes Nacionales
de Desarrollo Humano que se producen en el país desde 1997 y se
publican desde 1998.

Como culminación, el libro contribuye al conocimiento


y estudio de uno de los elementos más relevantes para el avance
de la democracia, la ciudadanía y el desarrollo humano: el Estado.
Ahondar en la historia de la formación del Estado guatemalteco es
una tarea compleja pero necesaria para entender el presente y para
construir el futuro.

Nos complace poner a disposición del público la presente


publicación, la cual constituye un aporte sustantivo para el
conocimiento de la historia de nuestro país. Se expone como un
documento de consulta y debate para instituciones del Estado,
universidades y centros de investigación, medios de comunicación,
partidos políticos, organizaciones sociales, organizaciones
indígenas, sector privado y personas interesadas en el tema. Se
espera que el mismo contribuya al debate político y a la formación
de las nuevas generaciones.

Linda Asturias de Barrios


Coordinadora del Programa de Informes Nacionales de Desarrollo
Humano y Objetivos de Desarrollo del Milenio

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Edelberto Torres-Rivas

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Introducción

Dice Sergio Ramirez que en la mente del escritor se arman


constantemente escenarios de los que se vuelven prisioneros. 
Yo sabía, lo dijo Braudel, que las teorías son cárceles de larga
duración.   Pareciera que estamos hablando con un lenguaje que 
denuncia el intelectual que busca la libertad. En temas de historia  de
Centroamérica no son escenarios ni teorías de las que conviene huir,
sino de informaciones que se repiten, datos de archivo,  de la verdad
ciega de los documentos siempre incompletos.  Las interpretaciones
que se formulan en busca de la originalidad son casi siempre
movimientos en el interior de la  cárcel.

            Así sucede con el texto que ahora se presenta y que pretende 
la originalidad: identificar las etapas en la formación del Estado en
Guatemala (1821-1982).  Para ello se proponen varios rasgos a la
manera de categorías variables cuya presencia o no contribuyen
a adjudicar mas o menos ‘estatalidad’. En este ejercicio no hay
datos nuevos sino los mismos agrupados de otra manera, y con la
intención de  usar una prosa novedosa. No es buen procedimiento la
auto crítica ex ante. Pero si una explicación de lo que a continuación
se presenta.

Este texto constituye una ampliación del Capítulo II


del Informe Nacional de Desarrollo Humano 2010, publicado
recientemente por el  PNUD.  Se acostumbra publicar de manera

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Edelberto Torres-Rivas

ampliada en  la forma de Cuaderno lo que fue una consultaría mas


precisa.   Este es el caso y por ello mi responsabilidad en este texto es
total, incluida la aparente excusa de que fue redactado con extrema
prisa y utilizando tiempo personal. Por ello entendemos las horas de
la noche y de los fines de semana.  ¿Hasta cuando la falta de tiempo
ocultará la mediocridad?  Muchos de estos temas los he discutido
con algunos amigos, de tal manera que los errores no son sólo míos.

En Guatemala hay en marcha una renovación en las


investigaciones históricas, tarea llevada a cabo no solo por
historiadores,  pero todos ellos aún de carácter sectorial o para
tiempos precisos.  Están haciendo falta nuevas propuestas de análisis
e interpretación, por ejemplo el largo período de Estrada Cabrera,  el
período que empieza en 1944,   el advenimiento de la democracia
electoral (1986), que tienen que ser examinados sin la ambigua
prosa de los sentimientos  o de la denuncia ideológica.   También
falta una visión de largo plazo que de cuenta, por ejemplo, cómo se
intersectan lo colonial con lo liberal.

 Todo esto es una invitación al debate de lo que aquí aparece


como intento.  Por lo general esta es la manera como terminan
sus trabajos los que aún permanecen en las cárceles de los viejos
compromisos.   En este caso el único propósito es empezar a ser
‘libre’ y contradecir a Braudel y a Ramirez,      

                                                           

Edelberto Torres-Rivas

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Etapas en la formación del Estado nacional


Guatemala 1821-1983

I. Aspectos generales

1. Introducción

Este es un trabajo preliminar que se propone establecer


las etapas relevantes en el proceso de la formación del Estado
nacional de Guatemala. Las etapas de un proceso histórico lo
dividen para alcanzar una mayor capacidad intelectiva, y son
períodos que se diferencian entre sí porque contienen rasgos
estatales cualitativamente distintos en las expresiones de poder y
el orden que buscan establecer en las funciones que cumplen. Este
Cuaderno es una ampliación del Capítulo II del Informe Nacional
de Desarrollo Humano, en el sentido que reordena algunos temas,
modifica otros y precisa conceptualmente el objetivo general. De
hecho, este texto guarda una relación independiente con aquel y el
autor es solo responsable de todo cuanto aquí se presenta. Se insiste
en la cualidad inicial del texto, que se espera retomar más adelante.

2. Poder colonial y poder independiente

Constituye una discutible ruptura histórica en Centro-


américa1 el período que se inicia en 1821 como el momento en que
se establece la independencia frente al poder español; es una fecha
envuelta en las neblinas de una formalidad simbólica porque la
independencia fue la continuidad de las estructuras básicas y de las

1 Se ruega tomar nota que en algunos momentos del texto se habla de Centroamérica,
porque la historia es común para la región y el dato nacional forma parte de aquella;
también no sólo por las condiciones homogéneas que no es posible olvidar sino por
la utilidad de las intenciones comparativas, asumiendo el hecho primigenio común.

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Edelberto Torres-Rivas

personas del poder español. No se rompe el pacto colonial, solo se


le denuncia.
Centroamérica, como el resto del continente americano,
fue una sociedad colonizada durante más de tres siglos por el poder
metropolitano español. Las instituciones del Estado colonial aquí
fueron estables y sin desafíos aún en fechas en que en otras regiones
de América venían ocurriendo alzamientos que ponían en duda el
poder imperial. Se dice sin desafíos porque en Centroamérica no
hubo guerras de independencia sino breves y aislados gestos de
revuelta sin efecto alguno. El Acta de Independencia del 15 de
septiembre de 1821 no introdujo cambios a las estructuras del poder
colonial, salvo la mención que la figura del rey dejó de ser factor de
legitimidad; el sentido conservador del acto explica que el español
Capitán General del Reyno de Guatemala Gabino Gaínza fuera
nombrado como el jefe del nuevo Estado. En consecuencia, el Estado
independiente que la sociedad guatemalteca empieza a desarrollar
en la segunda década del siglo XIX, contiene instituciones, (iglesia,
ejército, burocracia), formas económicas, ideologías propias del
poder español dominante; la desaparición de la figura del emperador
sin duda alteró los efectos simbólicos que el poder utiliza como
fuente de legitimidad, efectos desiguales en el tiempo y en los
grupos sociales.
Pocos movimientos por la libertad han sido tan incruentos.
Ello se debe a que fue el efecto de otras independencias, lo cual
no desestructuró el hondo sentido colonialista de la mayor parte
de la élite criolla guatemalteca que se vio obligada a aceptar la
independencia ante las sucesivas derrotas de las fuerzas españolas
en el norte y en el sur, lo que culminó con la batalla de Ayacucho,
el 9 de diciembre de 1824. El Estado español atravesaba desde
1804 una grave crisis, que ya venía gestándose desde la época de las
reformas borbónicas en 1775, y luego con la constitución del Estado
Liberal, las Cortes de Cádiz y la constitución liberal de 1808. La
invasión napoleónica de la Península provocó la quiebra del Estado,

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

que intentó reconstituirse después.2 Las independencias sucesivas


de las colonias americanas lo debilitaron más. En 1821, se produjo
la independencia del Virreynato de Nueva España (México) cuya
sola noticia provocó finalmente la de Guatemala.

3. Sobre el Estado y la Nación

La definición del Estado que se propone es el de un


complejo institucional de poder que se ejerce sobre un conjunto
humano, territorialmente definido y acotado y cuyo funcionamiento
debe estar al servicio de la comunidad nacional, orden que organiza
y asegura; porque dispone del monopolio regulado por la ley
de la violencia legítima. Entre la nación y el Estado existe una
relación constitutiva, sincrética, propia de la modernidad; no puede
existir el uno sin el otro. Entendemos por nación, un conjunto
humano atado como una comunidad de destino, una convivencia
en la que se comparten tradiciones, historia, cultura, sentido de
futuro. Constituye una comunidad que tiene entre sí una cierta
homogeneidad de rasgos culturales, históricos, a veces religiosos
y étnicos;3 y un idioma común, que se conoce como identidad
lingüística, y que es fundamental hoy en día.
Con el desarrollo del capitalismo las funciones del Estado
se precisan, se amplían y se vuelven más complejas. El Estado
moderno cambia su estructura económica por una industrial, amplía
2 Gloria Martínez Durado, La Formación del Estado y la Acción colectiva en España:
1808 – 1845, en Historia Social, No. 15, 1993, p. 105.
3 Acerca del concepto de nación existe un interminable debate, que puede concre-
tarse en dos diversos orígenes, el de la ‘nación política’ donde el Estado antecede
a la Nación con base en algunos rasgos como la geografía, la economía, la política
sobre todo, y luego reúne otros componentes de nacionalidad (religión, idioma,
raza). Y la ‘nación cultural’, donde la Nación antecede al Estado porque existe ya
una homogeneidad de raza, idioma y otros elementos culturales que facilitan la
emergencia de una estructura estatal. Charles Tilly, Coerción, Capital y los Estados
europeos, Alianza Editorial, Madrid, 1992, Andrés de Blas, Nacionalismos y nacio-
nes en Europa, Alianza Editorial, Madrid, 1994.

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Edelberto Torres-Rivas

sus funciones y ve surgir de su interior una población que se vuelve


ciudadana. Y a medida que se hace democrático, ya no sólo tiene
los derechos al monopolio legítimos de la fuerza y del cobro de
tributos, sino el compromiso de asegurar a todos, con diferencias
cada vez menores, la integración social, ofertas de igualdad, los
derechos ciudadanos. De ellos, otorga los de seguridad y libertad de
creencias, y sólo cautelosamente los derechos políticos.
La nación es también una referencia ideológica, que da
origen a los nacionalismos. O’Donnell cuando habla de la nación,
recuerda que ella es “un arco de solidaridades, una construcción
política e ideacional que postula la existencia de un “nosotros”,
que entraña un reclamo de lealtad por encima y más allá de otras
identidades e intereses y que, si ya no lo tiene, frecuentemente busca
asentarse o definirse en un territorio delimitado por el Estado”.4
En términos generales, el Estado es una relación de dominio
sobre mayorías cuyo rasgo principal es la desigualdad múltiple sin
la cual no sería posible (o fácil) emplear los medios de la coerción
legítima. Para que subsista es menester que los dominados se
sometan a la autoridad de los que dominan en cada caso5 basado el
sometimiento en las profundas desigualdades económico sociales
y culturales. Es un dominio de clase. Para los propósitos de este
trabajo, se utiliza más un concepto operacional que entiende por
Estado el conjunto de instituciones públicas que ordenan la vida de
una comunidad en el marco de una legalidad territorial, establecen
condiciones para el control y la cohesión social valiéndose del manejo
de recursos de fuerza de los que se dispone de forma monopólico
así como de una burocracia y de recursos fiscales para asegurar el
orden, la cohesión social, el desarrollo. El Estado moderno tiende a
ser siempre un Estado nación.

4 Guillermo O’Donnell, Acerca del Estado en América Latina: diez tesis para
discusión. Documento del proyecto Desafíos de la Democracia en América Latina,
PNUD, NY, 2002:16
5 M. Weber, Economía y Sociedad, FCE, México, 1983:1070.

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

4. Los rasgos estatales

El largo proceso de constitución del Estado se analiza en


la óptica del aparecimiento de características o en la adquisición
de rasgos propios del Estado moderno que no surgen motu propio
sino como resultado de conflictos de intereses, de luchas clasistas
por la afirmación del dominio político. Los rasgos estatales son
aquellos que giran en torno a la voluntad centralizadora de poder
que tienen (y por eso son) los actores dominantes, en un territorio
cada vez mejor identificado, cuya dominación se acentúa al alcanzar
nuevos niveles de orden e integración. La unidad concentradora del
poder o autoridad tiene una necesidad básica, que consiste en la
importancia que se produzca la creación de un corpus jurídico único,
una disponibilidad de recursos financieros, una burocracia que los
administre impersonalmente y, sobre todo, las instituciones que
controlen los monopolios de la violencia y el cobro de impuestos.
Del nivel conceptual pasamos al empírico y por ello, y
solo por ello, se proponen los rasgos constitutivos de lo estatal –la
estatalidad, que no son caracteres formales, discretos, estáticos, que
definen un modelo de Estado, sino como rasgos o características
procesuales discontinuas, inestables, no concurrentes, que van
emergiendo o desapareciendo y que guardan relación con las
funciones que el Estado debe satisfacer. Ni todas aparecen al
mismo tiempo ni son todas necesarias. Se tiene a la vista un Estado
constitutivamente incompleto, como un cuadro surrealista y no uno
figurativo.
Es importante que en este proceso se vaya implantando lo
estatal como un proyecto de dominación social y política de una
élite o clase, posible por las profundas desigualdades existentes en
el interior de un territorio con fronteras que se buscan precisar y que
señalan los límites de la legalidad establecida. Esta dominación es
la expresión de un poder violentamente centralizador, militar, con
raíces económicas, sociales y culturales que buscan la estabilidad y

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Edelberto Torres-Rivas

permanencia. El Estado que así se va forjando tiene relación con la


comunidad nacional que refleja y a la que ordena. Estado y nación
se corresponden.
Las etapas en la constitución del Estado corresponden a
sucesivos momentos en que se alcanza la objetivización de algunos
a través de los diversos rasgos o componentes estatales. Aquí lo que
interesa no es construir un modelo sino buscar “los lazos existentes
entre acontecimientos, procesos y estructuras”6, o dicho de otra
manera, la forma como se viene ‘creando Estado’ en la óptica de
los rasgos mencionados. En esta visión controvertida por la manera
de decirlo simbólicamente, puede haber ‘mas’ o ‘menos’ Estado.
La historia de la constitución del Estado y la nación constituyen un
largo y difícil proceso de creación de condiciones y resultados en
los que el cumplimiento de sus funciones lo va convirtiendo en un
Estado moderno, aunque difícilmente democrático.
En la medida en que se satisfacen, ellas corresponden a
etapas sucesivas y distintas, no necesariamente de calidad superior;
no hay aquí una relación filogenética ni necesariamente lineal, unas
no suponen a las otras aunque se combinan. Algunos componentes
se realizan de manera completa y otros no, o bien simplemente no
aparecen, o lo hacen y/o se debilitan. A continuación se presentan
algunos componentes estatales básicos, de forma descriptiva.
4.1. Una clase/élite/grupo dominante.
La existencia dinámica de un grupo políticamente dominante
–una burguesía– es condición básica en la formación del Estado.
Son los intereses de clase los que explican el ejercicio del poder y
las modalidades que adopta. Se le califica como “grupo nacional”
al reconocer su función política en la formación, existencia y
funcionamiento de la nación estatal. El dominio de clase supone
mando y obediencia, dirección y subordinación, jerarquías que
6 Charles Tilly, ‘Prisioners of the state’, Working Papers Series, 129, New School
for Social Research, 1991, New York, p. 7

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

siempre se basan en clases subalternas, en desigualdades de


clase, etnia, raza; en donde aparecen formas de subordinación y
explotación de mayorías. Por lo general, pero no siempre, la calidad
económicamente dominante de quienes mandan, se expresa en una
habilidad políticamente dirigente.
4.2. La centralización del poder.
Todo proceso histórico de formación del Estado exhibe
como rasgo común y más importante una irrecusable tendencia
centralizadora del poder, que es tanto la unificación de territorios
como la ampliación de jurisdicciones, la concentración de riquezas
y personas bajo un poder unitario. El componente más importante
de la centralización del poder es su capacidad de producir un
sistema legal homogéneo y universal, que termina así con fueros
y localismos, con las pretensiones consuetudinarias y los derechos
particulares; una juridicidad que comprende a todos los ciudadanos
horizontal y verticalmente. La fuerza centralizadora de lo estatal
es siempre militar y con una base territorial continua. Es esta una
síntesis de lo económico y de lo político que se logra con toda
nitidez por la voluntad-de-Estado que expresa así los intereses de la
clase dirigente. La dominación, a medida que se concentra, requiere
de un aparato administrativo, de una burocracia como corpus de
personal especializado en el manejo de los asuntos públicos, por
ejemplo cuidar las fronteras, el cobro de impuestos, ordenar el gasto
en tiempos de guerra y de paz, ordenar la existencia ciudadana,
ejercer justicia (castigar y proteger). Se trata de una esfera (cada
vez mas) civil en la administración local y nacional y que procede
conforme a la ley.
4.3. La nación, nacionalidad y ciudadanía.
La nación es una comunidad humana que habita un territorio
continuo, pretendidamente homogénea, que tiene un sentido de
comunidad y pertenencia, una unidad de destino histórico; con
héroes, literatura, cultura simbólica compartida y sobre todo un

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Edelberto Torres-Rivas

idioma común que existe como el lenguaje oficial, al margen de


la presencia local de otros idiomas o dialectos. Estado y nación
hoy día forman el Estado moderno, por lo que no es impertinente
hablar de nación-estatal o de Estado-nacional. La nación define la
nacionalidad y la ciudadanía de las gentes que forman la referida
comunidad.
Cuando el Estado en su formación antecede a la Nación,
como ocurrió en Guatemala, la homogeneidad sociocultural
no existe previamente, pero puede irse constituyendo, a veces
autoritariamente, desde el poder. Fomentar la educación, mejorar
las condiciones de vida y trabajo, otorgar y asegurar los derechos
constitucionales, situar las desigualdades como diferencias de
clase, conduce a sociedades más homogéneas, a la diversidad racial
menos excluyente, a ciudadanías más igualitarias. En todo caso,
lo importante es que exista una élite, grupo o clase dominante
homogénea que dirija al Estado y domine en la nación.
4.4. La estructura económica, el mercado interior.
En la formación del Estado se requiere la constitución de una
economía productiva capaz de tener excedentes y de un mercado
interno que no es sino el entramado de los lazos que se establecen con
ocasión de la producción y distribución de mercancías, un mercado
de trabajo donde ocurren relaciones de explotación y apropiación
entre propietarios y trabajadores. Una economía desarrollada supone
un Estado fuerte. En la creación del Estado moderno es conditio
sine qua non el crecimiento de formas capitalistas de producción.
La economía es nacional porque la protege y promueve el Estado,
por ello el Estado moderno en su mayor expresión es capitalista.
4.5. El ejército profesional:
La sucesión en que aparecen estos componentes estatales no
suponen un orden de primacía; sólo es un problema de presentación
pues de no ser así junto a la fuerza centrífuga de la concentración
del poder habría que haber mencionado de inmediato, la existencia

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

de un ejército portador de recursos de violencia sin los cuales no se


asegura el orden interno en construcción que es, dicho de nuevo,
consolidación de un poder unitario en expansión. Se aprende que
en la historia el ejército no sólo cumple funciones fundantes sino
dirigentes, y que su expansión e institucionalización es el crecimiento
del Estado. Su capacidad de hacer la guerra se encuentra atada a la
de realizar la nación estatal. Son los intelectuales y los militares los
que primero elaboran o se adhieren a la idea nacional.
Puede ser largo el proceso, el tránsito nada fácil desde los
ejércitos privados hacia el ejército nacional, un movimiento que va
desde las levas transitorias, informales, esencialmente mercenarias
hasta que se consolida la figura del soldado permanente, asalariado,
adscrito a una jerarquía institucional. Las funciones de orden que
desempeña en nombre de los intereses de la clase dominante, son
múltiples al punto que puede afirmarse que en el primer momento
sin ejército no habría habido Estado. Otro destino es el que debe
ocurrir en un segundo o tercer momento hasta alcanzar el Estado
democrático en el que el orden ya no es resultado de la fuerza o
el miedo, sino del consenso y la adhesión libre a la autoridad. La
construcción de la legitimidad ya no es de clase sino nacional.
4.6. El aparato fiscal y hacendario
Va formando parte del funcionamiento interno del Estado,
de la administración que se conecta con la sociedad económica y
que va ocupando un papel central a medida que crecen los gastos
públicos. Estos fueron resultado del creciente costo de las guerras
durante un extenso periodo de tiempo y luego, cuando como una
contraprestación del Estado hacia los sacrificios ciudadanos, se les va
otorgando servicios públicos como la salud, la seguridad y la educa-
ción. El Estado como conjunto de instituciones, organizaciones y
burocracia, tiene un coste creciente; servidores públicos que cobran
tributos o impuestos de forma impersonal y que luego administran
conforme una reglamentación pública.

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Edelberto Torres-Rivas

En un determinado momento de la estatalidad, sólo el sector


público puede exigir al ciudadano el cumplimiento de una obligación:
pagar impuestos, en lo que se establece de forma definitiva como el
monopolio a exigir y lograr el cobro de impuestos. Importantes
son los temas de la moneda y banca, que constituyen aspectos
inherentes al orden económico que se organiza y se regula cuando
está consolidándose el mercado capitalista. Hay una relación de
necesidad entre el poder público moderno y un sistema monetario
y fiscal. Se trata de una relación de doble vía: solo un Estado fuerte
puede cobrar impuestos, pero solo haciéndolo se constituye en un
Estado fuerte. No obstante la emisión de moneda por la banca
privada fue muy frecuente, inevitable y los grandes préstamos
financieros los dieron empresarios privados.
4.7. El fin del Estado clerical, tan propio de la
tradición española.
Allí donde se procesa el Estado moderno, la Iglesia (la religión)
deja de ocuparse de asuntos administrativos públicos, funciones
propias de un Estado que ordena la vida civil. La distinción entre
lo terrenal y lo espiritual no es anticlericalismo sino una distinción
técnica, una desvinculación que fortalece la autonomía del Estado.
Es simplemente la distinción secular entre los fueros o jurisdicciones
de ambas instituciones: se afirma así la distinción secular de lo
confesional como asunto privado.

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

II. Los primeros pasos


1. La independencia y la república federal

Ya se dijo que la independencia de la Capitanía General


del Reyno de Guatemala se decidió en septiembre de 1821 como
un acto administrativo7, sin emoción, con prisa por la élite criolla
y peninsular a fin de preservar la estructura de poder interna
de la sociedad colonial y con miedo a perder el monopolio del
mismo al faltar el factor legitimador fundamental, la corona.8 En
otras latitudes, la voluntad anticolonial movilizó a los sectores
populares que conjuntamente con una fracción del grupo criollo
dominante proyectaron una redefinición de la dominación y sus
instituciones. Allí la independencia se ganó después de cruentas
guerras y conflictos sociales, que produjo crisis en el interior de
las élites criollas y el surgimiento de héroes, victorias y emociones
nacionales, de la talla de Bolívar, Sucre o San Martín.
El reinado de los Habsburgo se había relacionado con sus
colonias a través del consenso y desde 1650 hasta 1750, había
permitido a los criollos tener acceso a la burocracia y los negocios.
Los americanos desarrollaron un mercado interior pujante y
aspiraciones nacionales. Pero, a partir de 1750, los Borbones
decidieron poner fin a esta anomalía y volver a los tiempos en
7 El sentido limitado y clasista de la independencia lo expresó el señor Aycinena
al asegurar un día antes al Capitán General Gabino Gaínza, que no habría cambio
alguno y que continuaría como “Director de un pueblo libre, como va a serlo
Guatemala”. Ramón A. Salazar, Historia de veintiún años de independencia,
Tomo II, Ed. Ministerio de Educación Pública, 1956, citado por Julio César Pinto,
Centroamérica, de la colonia al Estado Nacional (1800-1840) ed. Universitaria
Usac, Guatemala, 1986: 45.
8 El temor a que el populacho lo decidiera, como lo consigna el Acta de
Independencia, no es cierto pero hace referencia a los intereses de grupos de
ladinos ilustrados o enriquecidos, criollos liberales y cualquier otro sector ajeno a
la élite que monopolizaba el poder. El ‘populacho’ lo que podía crear era desorden,
un caos incontrolable, demandas fiscales postergadas y otras que se originaban en
la población indígena.

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Edelberto Torres-Rivas

que los intereses hispanos eran mejor servidos. ¿Criollos contra


españoles? El objetivo era restaurar la grandeza imperial de
España, y al hacerlo, alienaron a la élite criolla que vio cómo el
Gobierno y la economía de América pasaban a manos exclusivas
de los españoles peninsulares. Esta deconstrucción del Estado
colonial en manos criollas, este proceso de desamericanización de
América, fue también parte del disparador de las revoluciones por
la independencia. Fue este absolutismo peninsular el que generó los
movimientos de resistencia que acabaron provocando las guerras
anticoloniales.9
Poco tiempo después y animados por su gusto monárquico y
colonial, los ‘notables’ del grupo criollo y los peninsulares radicados
en Guatemala acordaron la incorporación al imperio mexicano de
Iturbide, el 5 de enero de 1822. La prolongación del status colonial
esta vez fue efímero, llegar pronto el derrocamiento del emperador
(1823). Con la independencia de España y sin la autoridad de
la Corona se quebró la autoridad tradicional y se debilitó la red
institucional regional con las que habían sido gobernadas las cinco
provincias del Reyno de Guatemala. Quedaron ‘sueltas’ fuerzas
sociales centrípetas que en los últimos decenios de la colonia venían
creciendo en las provincias y especialmente en las ciudades claves
del interior. Muy pronto la región se hundió en el fango de la guerra
civil que fue la manifestación evidente de la crisis del poder y de
sus fracciones. Así, en Centroamérica, la guerra no antecedió a la
independencia sino fue su consecuencia. También es prueba de la
imposible tarea de restablecer ordenadamente la estructura interna
de poder.
Debería ser motivo de investigación lo relativo a los efectos
ideológicos que produjeron, en el seno de las élites criollas de
segunda o tercera generación, las ideas de la revolución francesa,
las perturbadoras hazañas de la guerra por la independencia en el

9 John Lynch, Las revoluciones hispanoamericanas, 1808- 1826, Ariel, 1989 y


Caudillos en Hispanoamérica, 1800-1850, Mapfre, 1993.

20
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Virreinato de México, las ideas liberales en ascenso y los cambios en


la vida económica. No es fácil encontrar registros, si se produjeron
algunos debilitamientos en la rígida estructura social, que tendrían
que ocurrir en algunas zonas de la periferia, así como las eventuales
presiones de una fracción mestiza (ladina en el equívoco lenguaje
de la cultura oligárquica) que ávida de movilidad social alimentaba
ideales de libertad e igualdad y que aspiraban a ascender y participar
a través de los accesos a la educación y las milicias, el clero y las
actividades económicas.
¿De qué manera benefició a los criollos la expulsión de
los jesuitas en 1795 y la venta de sus propiedades? La vida pre y
post independencia ya había dividido a lo que se viene llamando
élite criolla, en progresistas liberales y retardatarios conservadores,
hendidura ideológica que se acentuó con la pérdida del foco
de legitimidad que representaba la Corona. La persistencia de
divisiones anteriores en la clase dominante se agudizó con la pugna
entre liberales y conservadores, que adquirió pronto el carácter de
una guerra civil. Este dato tuvo efectos crecientemente decisivos
pues situó a los militares y a la iglesia como los únicos focos de
poder. El problema esencial fue ¿cómo fundar un orden republicano,
con militares y curas como fuentes de legalidad?
Centroamérica era un espacio de 576.000 kilómetros
cuadrados, con algo más de un millón de habitantes, hacia 1818. La
población blanca, españoles y criollos, era minoritaria, vivía en los
pocos centros urbanos existentes en las provincias, donde formaban
grupos poderosos de ámbito local; una parte de ellos constituía la
burocracia colonial, con militares, sacerdotes y una pequeña pero
poderosa élite comercial. El Censo de 1778 da un total de 797,214
personas y el de 1825, de 1,287,491 habitantes.10
En Centroamérica no se produjo una recuperación, una
reconstitución de la clase dominante que en otras latitudes fragmentó
10 Christopher H. Lutz, Santiago de Guatemala, disertación doctoral, Universidad
de Wisconsin, 1976.

21
Edelberto Torres-Rivas

la guerra de independencia. De nuevo aquí ocurrió al revés, pues la


división ocurrió después, cuando se empezó a definir cuál forma de
Estado habría de implantarse. Las poderosas causas ‘centrípetas’ se
originaban en el peso de las instituciones coloniales y de su burocracia
(Iglesia, ejército, burocracia, hombres de negocios, etc.) que tuvieron
su asiento fundamental en la ciudad de Guatemala. Esta era el
punto estratégico de actuación de comerciantes criollos, una élite
poderosa que ejerció el monopolio del comercio centroamericano
vía Cádiz. Este control permitió el enriquecimiento de la minoría
criolla guatemalteca, a costa de los grupos económicos del interior.
Tal legado, sin beneficio de inventario, dividió profunda-
mente a las élites criollo/mestizas de todas las provincias, entre
si y en relación con Guatemala. Unos aspiraban a la creación de
una república progresista y moderna, próxima al modelo político
norteamericano y que se proclamaron liberales. Este grupo se
había identificado mas con las llamadas ‘reformas borbónicas’ que
conformaron al Estado español desde los últimos años del S. XVIII.
Y otros, la fracción más conservadora prefería el cambio gradual, la
continuidad de la tradición colonial, un orden modélico religioso y
cerrado, que los acercaba al orden de los Habsburgo, que gobernaron
la España medieval hasta mediados del Siglo XVIII.
Tabla 1
La situación fiscal de Centroamérica, 1812 (en pesos corrientes)
Deudas Deudas Ingreso fijo y
Jurisdicción Gastos fijos
activas pasivas eventual
Guatemala 543,321 4,011,287 619,628 1,004,335
León 20,745 235,141 75,368 180,700
Ciudad Real 24,901 61,780 25,325
Comayagua 36,698 265,704 200,799
San Salvador 17,390 318,680 242,357
Sonsonate 604 16,311 12,273
Trujillo 23,373 137,053
Omoa 103,694 100,609
Totales 643,659 4,246,428 1,484,538 1,903,451
Fuente: Wortman, Gobierno y Sociedad en Centroamérica.

22
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Como está ampliamente documentado, lo que eran


rivalidades económicas en el interior del orden autoritario español,
se convirtieron muy pronto en abierto rechazo político a la sede de
la Capitanía General, al punto que la ‘independencia’ de España fue
propiamente y cada vez más la autonomía frente a los monopolios
de Guatemala. En el seno de esta matriz cruzada por estos factores
tan adversos, se produjeron dos decisiones trascendentales que
formaron parte de los imponderables factores negativos, de una
lógica política impuesta por los tiempos. Una, fue la decisión de
adoptar como fórmula institucional, la de una estructura federal
versus una visión centralista.
La República Federal como proyecto fue una manera de
colocar en un plano de igualdad el conjunto de provincias dispersas,
aisladas y explotadas por la élite criolla comercial de Guatemala.
La versión unitaria, centralista, fue desechada porque suponía, de
hecho, la continuación colonial del peso de esta última. Sin plena
correspondencia y con mutaciones reveladoras de otros intereses,
los liberales (casi siempre) fueron federalistas y los conservadores,
centralistas. La fuerza de estas identificaciones variaba en las
provincias, especialmente en Costa Rica, donde lo federal se
confundía con lo nacional.
Se produjo un agrupamiento doctrinario a la manera de
partidos políticos entre fracciones criollas autoidentificadas como
liberales o conservadores, (‘cacos’ y ‘gazistas’), portadores de dos
perspectivas teórico-filosóficas para gobernar que no llegaron a
moldear plenamente las nuevas instituciones. Como se dijo, una
era la visión heredera de los Habsburgo (Siglos XVI y XVII), que
limitaba el papel del Estado central para el cobro de impuestos y el
establecimiento de un aparato coactivo para mantener el orden.
La provisión de bienes públicos como carreteras, puertos,
hospitales y escuelas y aun tribunales de justicia era preferible
dejarlo en instituciones no estatales como la iglesia, organizaciones
locales de caridad, fueros, y grupos económicos, que gozaban

23
Edelberto Torres-Rivas

de plena autonomía local pero leales a las autoridades centrales.


Otra perspectiva de gobernar estaba asociada con las reformas
borbónicas de la última mitad del Siglo XVIII, que enfatizaba más
el papel del Estado en aspectos relativos de capital, tierra y trabajo
para estimular el desarrollo y proveer bienes públicos que pudieran
servir para propósitos importantes, aunque fuese a costa de la iglesia
y otras instituciones locales.
Esta honda división tuvo raíces españolas cuando desde
finales del siglo XVIII se fueron estableciendo con la implantación
liberal y las ideas de los afrancesados en aspectos tales como
las lealtades imperiales, el papel de las convicciones religiosas,
las libertades ciudadanas. A medida que el libre comercio se
convertía en una práctica abierta, las regiones internas adquirían
más autonomía de Guatemala y más dependencia de Gran Bretaña.
Hondureños y nicaragüenses rechazaron el régimen guatemalteco
un año antes de la independencia y cuando ésta se declaró, fue
proclamada por cabildos separados e independientes y no por las
autoridades provinciales.
Aunque no es posible explicar la creación del Estado
poscolonial como resultado de la guerra previa, ésta determinó el
rompimiento del pacto federal después de 1824 y el surgimiento de
las provincias como Estados, tan débiles y sin instituciones que
difícilmente puedan ser reconocidas como Estado.11 Según una
opinión dominante en el análisis de esta historia y que Carrera Damas
sintetiza, empieza aquí un largo proceso de doble importancia; por
un lado consolidar un orden independiente y republicano y por el
otro, nacional, el desarrollo de una conciencia nacional.12 Son dos
líneas de desarrollo simultáneas y correlacionadas que habrá que
examinar en lo que llamamos el desafío del Estado Nacional.

11 Miles L. Wortman, Gobierno y Sociedad en Centroamérica, 1680-1840, BCIE-


Educa, San José, 1991:276.
12 Germán Carrera Damas, ‘Del Estado Colonial al Estado independiente Nacional.
Historia General de América Latina, Vol. VI, Ed. Unesco-Trotta, Paris, 2003:31.

24
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

El proceso de descolonización debió corresponder a uno de


creación de nuevas instituciones, espacios modernos de naturaleza
republicana, que permitieran el desarrollo nacional. Si bien era
imprescindible partir de lo colonial, ello se convirtió en un largo
camino contradictorio por el surgimiento de conflictos inéditos que
estaban en germen en el período colonial, no sólo entre liberales y
conservadores, sino de productores locales y comerciantes criollos,
intereses de la metrópoli y de las provincias; y en el interior de
éstas, entre ciudades y otros poderes locales; y probablemente
con las demandas de los indígenas, los afro descendientes y los
ladinos amestizados. Así, en el inicio de la constitución del Estado
hubo guerras y desorden inevitables como proceso de transición.
Un momento importante fue la instalación del Primer Congreso
Federal (24 de junio de 1823), cuyo fruto más importante fue la
Constitución Federal del 22 de Noviembre de 1824. Así, el primer

Tabla 2
Rentas aduanales en Centroamérica, 1823-1826 (en pesos)

1823 1824 1825 1826

Importaciones n.a. 69,720 117,878 143,008

Exportaciones (2%) n.a. 2,405 14,838 17,532

Totales 51,740 72,125 132,716 160,540

Comercio legal estimado anual en Centroamérica, 1823-1826


(en pesos)

1823 1824 1825 1826

Importaciones 780,411 1,301,233 1,669,938 1,716,100

Exportaciones 81,922 136,650 741,900 1,051,900

Totales 862,333 1,435,883 1,411,838 2,768,000


Fuente: Wortman. Gobierno y Sociedad en Centroamérica.

25
Edelberto Torres-Rivas

estatus de Guatemala fue su condición de Estado o provincia de una


República Federal.13
Los principios liberales del libre comercio pronto revelaron
sus resultados negativos. Fueron enarbolados como señal inequívoca
de la nueva época de libertad anticolonial. En Centroamérica fueron
los comerciantes ingleses los que convirtieron el contrabando
ilegal en exportaciones legales. La tabla 2 muestra los ingresos
por exportación y el volumen de las importaciones, con datos solo
referidos a un breve período de tiempo, pero suficientes para dar
cuenta de lo que puede ser una tendencia secular.
Hacia 1821, existía en Centroamérica un pequeño aparato
burocrático estatal, con 740 puestos dispersos e incluyendo los
poderes locales.14 Después de 1823, la autoridad más importante
era la Asamblea Constitucional, que se ocupaba de las funciones
legislativas, el Jefe de Estado de cada una de las provincias y el
Presidente de la República. La estructura administrativa era
raquítica, Ayuntamientos, Aduanas y otros en funciones civiles: 286
funcionarios para todo el ámbito federal, y un sistema de ‘hacienda
pública’ que no alcanzó a resolver el déficit fiscal heredado. Hacia
1837, sólo el Estado de Guatemala arrastraba un déficit de 157,000
pesos; a los funcionarios públicos les pagaban con ‘libranzas’, un
papel moneda muy devaluado. Wortman relata que hacia 1824 el
gobierno “admitió que no podía estimar la cantidad de impuestos
que se cobraban o los sueldos que se pagaban… y el Ministerio de
13 Según Marure, la población de Centroamérica era de 1,217,491 habitantes;
según otros cálculos, cada diputado representaba 30,000 personas, y la distribución
era: Guatemala: 17 diputados (510,000 personas); El Salvador: 9 diputados
(270,000 personas); Honduras: 6 diputados (180,000 personas); Nicaragua: 5
diputados (150,000 personas); y Costa Rica: 2 diputados (60,000 personas), véase
A. Marure, Bosquejo histórico de las revoluciones en CA., citado en E. Torres-Rivas,
Interpretación del Desarrollo Social, Flacso, CR., 1999: 28.
14 Rokael Cardona, Prólogo a Julio César Pinto Soria, Centroamérica, de la colonia
al Estado Nacional (1800-1840), Editorial Universitaria, Guatemala, 1986. Cardona
calcula la relación de funcionarios por mil habitantes, en esas fechas, en 0.7,
comparado con 1986, en que la proporción era de 26 funcionarios, p. 20.

26
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Recuadro 1

El ayuntamiento y el Estado
Las instituciones estatales centralizadoras de la colonia no
pudieron ser sustituidas de inmediato; ellas fueron reformadas a
lo largo del S. XIX (1840 y 1900). Aunque hubo continuidad en la
importante búsqueda de la centralización del poder, básica en la
constitución del Estado, los gobiernos locales de las ciudades, los
ayuntamientos, continuaron funcionando como centros de poder.
Sin advertirlo no se entendería la evolución de las estructuras
nacionales. En el período colonial los ayuntamientos de las
ciudades más importantes crecieron; el ayuntamiento tenía poder
para decretar impuestos, formar milicias, realizar obras públicas,
establecer tribunales y disponer de la tierra comunal. Con los
años, el ayuntamiento ganó una notoria legitimidad pública en la
administración de los asuntos cotidianos. En última instancia, sin
embargo, el poder lo tenía la burocracia imperial, los representantes
de la Corona, que al final de la colonia se concentraron en la ciudad
de Guatemala y también en San Salvador, Comayagua, León y
Cartago. Con el colapso del poder central colonial aumentaron
durante algún tiempo los poderes de los ayuntamientos. Cuando el
general Morazán tomó la ciudad de Guatemala en 1829, se aseguró
que había tomado el control del Ayuntamiento y que había expulsado
(y derrotado) a la élite conservadora de comerciantes tradicionales.
¡El Ayuntamiento era el locus del poder! Los ayuntamientos fueron
instituciones políticas importantes, sitio donde ocurrieron los conflictos
sociales de las primeras dos décadas de la independencia, donde
surgieron los caudillos locales que amenazaban el orden político,
apoyándose en sus propias fuerzas. Así se explican las luchas de
los liberales de Los Altos (Quezaltenango) frente a la conservadora
ciudad de Guatemala, o San Miguel (liberal) contra San Salvador
(conservador), León y Granada, Comayagua y Tegucigalpa, San
José y Cartago (respectivamente). Hubo guerras y alianzas entre
Ayuntamientos liberales o conservadores de las distintas provincias
en una interminable inestabilidad15 que retrasó la constitución de los
Estados centroamericanos.

15 Robert G. Williams, Status and Social Evolution: Coffee and the rise of Na-
cional Governments in Central America, The University of North Carolina Press,
Chapell Hill, 1994, p. 199.

27
Edelberto Torres-Rivas

Finanzas confesó que había tal desorganización en la administración


que el gobierno central no podía establecer su base fiscal...”.16 El
gobierno central estaba en bancarrota.
Las antiguas ordenanzas militares siguieron vigentes así
como el sistema español de la milicia cívica; en el momento de la
independencia, la milicia la formaban 1,500 hombres distribuidos
en toda la región, en tanto que existían las milicias provinciales,
llamados para apoyar las fuerzas permanentes en casos de crisis.
Se dice que la guerra civil entre 1826 y 1829 llevó el número a l0
mil soldados que no tenían la calidad de tales: lo cierto es que hacia
1839 la cantidad de armas de fuego (en manos civiles) aumentó
unas cincuenta veces.
Tabla 3
Etapas del Estado en Guatemala
Economía
Años Figura
Naturaleza Estatalidad (producción
aproximados destacada
principal)
Liberal 1823/24 a Frustrada Mariano Colorantes
1839/44 Gálvez
Conservador 1839/44 a Éxito parcial Rafael Colorantes/
1871 Carrera café
Liberal 1871 a 1898 Avanzada Justo Rufino Café
Barrios
1898/1921 a Estancada Rafael Café/banano
1924 Carrera
1929 a 1944 Decadente Jorge Ubico Café/banano
Desarrollista 1944 a 1954 Democrática Juan José Café/
Arévalo banano*
/ Jacobo
Árbenz
1954 a 1985 Autoritaria Varios Café,
varios**
Desarrollista 1985 a 2010 Democrática Varios Varios**
Fuente: elaboración propia.
Notas: *Se inicia la producción de algodón; **Diversificación agraria e inicio del
desarrollo industrial.

16 Miles Wortman, óp. cit. p. 302, 316 y otras.

28
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Las etapas del Estado que se proponen aquí constituyen


un intento de periodización de la historia con base en los ejes de
cómo se va logrando ‘más estatalidad’ como expresión de la
modernización del ejercicio del poder. El razonamiento general es
que la modernización del Estado no es su estabilidad sino su carácter
democrático, no es más poder sino más sociedad (ciudadanía).

2. ¿Viabilidad del reformismo liberal? El primer momento


del Estado

En el interior de una matriz tan contradictoria como la


que se viene señalando, se inició un primer momento del proceso
de formación del Estado. Fue el primer intento de reconstituir, en
nuevos términos, el poder desestructurado por la postindependencia.
Correspondió hacerlo al grupo criollo liberal que encabezó la
extraordinaria figura intelectual del Dr. Mariano Gálvez, cuyo
régimen combinó conflictos con momentos de estabilidad, animado
por la aplicación de políticas que buscaron reordenar las piezas
del poder colonial (1828/1837). El Dr. Gálvez fue el propulsor
de la primera reforma liberal, plena de medidas radicales, laicas,
anticoloniales.17 El programa incluía la colonización europea
desde entonces la panacea anticolonial, el fomento de la minería, la
expropiación de las propiedades de la Iglesia, creación de caminos,
educación laica, libertad de imprenta, abolición de la esclavitud,
renovación de las municipalidades, colonización de tierras baldías,
apertura de puertos, aplicación del método lancasteriano en la
educación. Ninguna de esta ‘sustitución de instituciones’ se realizó,
prueba adicional que la implantación de la modernidad no se cosecha
sólo con buenas intenciones.
Hubo una fuerte oposición conservadora ‘in toto’, pero en
especial por las leyes del matrimonio civil y el divorcio, la abolición
del diezmo, la libertad de cultos, la educación laica y otras. Sin
17 Provocaron rechazo popular, por ejemplo, la creación de los cementerios fuera de
las ciudades, cargas tributarias, especialmente el impuesto de capitación personal.

29
Edelberto Torres-Rivas

embargo, el mayor desafío al poder liberal vino del descontento


campesino. La política agraria liberal de generalizar la propiedad
mediante la división de las tierras baldías y ejidales, es decir, la
redención de la propiedad pública y de los municipios causó
un profundo malestar, tanto como el monopolio del tabaco y del
aguardiente. Nótese que desde estas primeras fechas, las políticas
por liberalizar la propiedad tuvieron frente a los campesinos
indígenas en tanto eran propuestas de reforma que los perjudicaban.
La población indígena, mayoritaria, fue siempre tratada
como la definió la supremacía racial europea18 desde el mismo
momento del ‘descubrimiento’; vencida, explotada como fuerza
de trabajo en condiciones serviles, pagando tributos, vivió en una
miserable economía de subsistencia que con la república no mejoró,
cambió de contenidos. Fue eso lo que viene sucediendo con todos
los proyectos de modernización por la raíz colonial en que ocurren,
les perjudica de una u otra manera. El régimen liberal con ánimo
moderno, capitalista propuso monetizar su salario, sustituyendo
el tributo material por el ‘régimen de capitación’, equivalente al
pago monetario de dos pesos. El tributo personal, protofeudal era
más fácil que pagar impuestos monetarios. El principio liberal del
derecho a tener propiedad y libertad para comprar o vender, causó
las primeras expropiaciones de tierra indígena.
La Asamblea del Estado de Guatemala (27/01/1825) ordenó
que los baldíos se redujesen a propiedad particular19, por medio del
censo enfitéutico; y algo similar con la tierra de las cofradías. Al
principio se dio seguridad a la propiedad ejidal, que cambió después
de 1836, autorizando la venta de toda la tierra baldía, incluso la de
los ejidos y dando libertad para introducir ganado.20
18 Quijano, Aníbal, Colonialidad del poder y sus ámbitos sociales, Bingharton Uni-
versity, 1999.
19 Gustavo Palma y Arturo Taracena, Cambios en la tenencia de la tierra: tendencias
históricas, PNUD; Guatemala, 2004, p. 68 y sigs.
20 Aunque parezca contradictorio, y no lo es, entregar tierra en propiedad privada
fue mal visto por indios y ladinos, vender tierra ejidal aún peor, el impuesto territorial
(lógica deducción del nuevo régimen de propiedad) creó un fortísimo rechazo, pero
dejar de sembrar para tener ganado fue visto por la Iglesia como una herejía, algo
contra la ley natural.
30
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

El protoEstado no pudo organizar su existencia financiera


con buenos ingresos fiscales que dependían básicamente de los
tributos que pagaban los campesinos (indígenas) y los artesanos
(mestizos); más la alcabala y los impuestos al comercio de
importación. Salvaban la debilidad fiscal, los impuestos al consumo
de aguardiente y chicha, por parte de quienes los consumían en
exceso, los indígenas de ambos sexos, ahora católicos y alcohólicos.
Como podrá advertirse sin ánimo moralizante, el vicio del licor
inducido como parte de la cultura europea era la mayor fuente de
recursos de este rasgo estatal.

Tabla 4
Ingresos del Estado de Guatemala, 1839

Guatemala Antigua Otros Total


0.04
18,531.00 10,265.00 4,784.00 33,580.00
Alcabala
2%
12,310.00 713.00 13,023.00

Impuesto de
9,076.00 6,337.00 5,206.00 20,619.00
Carne

Aguardiente 12,841.00 9,589.00 15,523.00 37,953.00

Chicha 2,236.00 7,276.00 4,493.00 14,005.00

Papel Sellado 3,231.00 1,682.00 2,351.00 7,264.00

Venta de tierras 1,817.00 33,070.00 1,817.00

Totales 60,042.00 35,149.00 128,261.00

% 46.8 27.4 25.8 100.0

Fuente: Woodward. Gobierno y Sociedad en Centroamérica.

31
Edelberto Torres-Rivas

Como puede advertirse deductivamente, el malestar social


tenía los más diversos orígenes y como sucede siempre lo expresaban
más claramente quienes son los soportes del orden político,
los campesinos y en el interior de ellos, los más desarrollados
socialmente. De su variada existencia, eran los ladinos parcelarios
los que con más pertinencia pudieron asociar los agravios a la
propiedad, los abusos en la leva militar, la destrucción física de
sus haberes porque esas zonas fueron lugares de guerra durante esa
década. Los que habitaban las montañas del oriente exacerbaron
su ánimo con las medidas que el acosado gobierno liberal tuvo que
tomar para combatir la amenaza del cholera morbus. Se dice que
solo fue el pretexto para que la protesta se desbordara a comienzos
de 1837. Como acertadamente dice Pinto, el descontento campesino
era más un rechazo a la dominación clasista que una actitud
antiliberal. En efecto, la movilización popular se constituyó como
una amenaza de hondo cariz subversivo tanto para la elite liberal
como para los conservadores.21
El llamado Levantamiento de la Montaña, empezó en
Santa Rosa, se propagó por todo el oriente y amenazante por que
fue una mezcla de desorden popular sin dirección, culminó con la
ocupación de la ciudad de Guatemala en 1838. Se produjo la fuga
de las autoridades liberales a pesar de la intervención del general
Morazán, el mayor líder liberal y presidente de la Federación. La
revuelta campesina venía siendo estimulada por la Iglesia y los
conservadores, apoyados sobre todo con el surgimiento de Rafael
Carrera, soldado salido de las entrañas campesinas22 y que ganó
un rápido ascendiente como militar y como caudillo político. Fue

21 Woodward, R. L. Rafael Carrera y la creación de la República de Guatemala


1821/81. CIRMA. Guatemala.2002
22 En esta rápida revisión no es posible entrar en detalles de cómo el furor campesi-
no frente a las reformas liberales fue durante un tiempo un odio a toda la criollada
dominante; los campesinos del oriente obedecieron a Carrera gracias a su carisma
popular y su habilidad militar. Pero los movimientos campesinos fueron recurrentes
y en 1848 expulsaron al mismo Carrera del poder.

32
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

esta una movilización contra el progreso, una expresión claramente


antiestatal del campesinado y con efectos debilitadores en la
conformación del Estado.
Un resumen es apropiado. Éste fue un momento inicial
en que germinaban algunos rasgos estatales que se revelaron
incompletos; fueron dos décadas de guerras inter centroamericanas
y conflictos sociales. No hubo centralización del poder federal ni
los planes liberales de progreso se cumplieron, se mantuvo la crisis
hacendaria y financiera, una baja legalidad y la oposición de los
criollos conservadores apoyados en la iglesia produjeron efectos
desordenadores. El resultado produjo el fin de la República Federal, la
bancarrota del primer proyecto reformista liberal, la derrota política y
militar de las fuerzas progresistas de textura anticolonial, borbónica,
y el triunfo de los conservadores y del campesinado ladino.

3. El Estado y la restauración conservadora

La derrota de Morazán en ciudad de Guatemala (1839) y el


triunfo de Carrera frente a la élite militar liberal centroamericana, en
la Batalla de La Arada (febrero, 1851) son hechos que anunciaron
que el primer momento estatal no estaba satisfecho y una época
había terminado.23 Un nuevo trecho se inició, se le conoce como
la restauración conservadora porque los actores que la dirigieron
(1840-1871) pertenecían a la más rancia oligarquía criolla, creían en
las razones de los Habsburgo y pertenecían al Partido Conservador.
Y confiaban en que las instituciones coloniales eran aún apropiadas
para esta transición.

El actor principal en este trecho histórico fue Rafael Carrera,


campesino mestizo de Mataquescuintla (Santa Rosa), que tuvo
iniciativas como jefe en breves alzamientos campesinos y terminó
23 Información tomada del notable trabajo de Julio César Pinto, Nación, Caudi-
llismo y Conflicto Étnico en Guatemala (1821-1854), Editorial Universitaria USAC,
Guatemala, 1996, p. 35

33
Edelberto Torres-Rivas

convirtiéndose en el militar de más alta graduación, en 1842,


cuando fue nombrado Capitán General.24 Su religiosidad sirvió
para su cooptación por la iglesia; sus éxitos militares lo hicieron el
indiscutido hombre fuerte de los conservadores y el clima cultural
de la época lo convirtió en caudillo. Vale la pena mencionar que
en el portafolio histórico de la América Latina, Carrera aparece
como prototipo del caudillo rural exitoso como jefe, patrón, general,
político, presidente. Su paso en detalle por la historia de Guatemala
no puede analizarse aquí, habida cuenta de las previsiones que
animan este texto: importa más el Estado y los hechos que provocan
sus cambios y menos los hombres, decisivos solo en aspectos ajenos
a la anécdota.
El ímpetu restaurador alteró el perfil del Estado anticolonial
que los liberales quisieron imprimirle; buscando la continuidad. Los
viejos intereses de la sociedad españolista, clerical, conservadora
restablecieron después de 1839, las comunidades religiosas, el
diezmo, la católica como religión oficial, el fuero eclesiástico y
las fiestas religiosas. El Consulado de Comercio conjuntamente
con la Sociedad de Amigos del País volvió a dirigir la actividad
económica, comercial y financiera ya no de Centroamérica sino de
una Guatemala postrada.25 En 1840, se anuló la ley del matrimonio
civil y se prohibió su disolución. Una ley especial permitió a los
clérigos imponer castigos espirituales a los que tuvieran libros
impíos, inmorales y obscenos.26
24 Antonio Batres Jáuregui, La América Central ante la historia, Tomo III. Rf. Organ-
ismo Judicial, Guatemala, 1993, p. 168.
25 Una lista de comerciantes y plantadores registrados en el Consulado de Comer-
cio entre 1800 y 1839 incluye 168 apellidos, pero sólo 12 se repiten en las 3 listas; he
aquí la élite criolla: Arrivillaga, Asturias, Aycinena, Barrundia, Batres, Cambronero,
Nájera, Pavón, Piñol, Tejada, Urruela y Valdez, en Ralph Lee Woodward, Rafael
Carrera y la creación de la República de Guatemala, 1821-1871, Plumsock Meso-
american Studies/Cirma, Guatemala, 2002, p. 140.
26 Los efectos de disposiciones como ésta lastiman definitivamente la vida cultural
de cualquier sociedad. Es un rasgo totalitario que todavía un siglo después se con-
tinuaba aplicando. Se dice con ánimo de chascarrillo que es esta prohibición católica
la que originó que los guatemaltecos no lean.

34
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

En octubre de 1852, se firmó un Concordato con la Santa


Sede, que reforzó el funcionamiento y la presencia clerical en todos
los ámbitos del poder y la sociedad. La iglesia se hizo cargo de la
administración de los hospitales, cementerios, cárceles de mujeres
y del Registro Civil (nacimientos, muertes, matrimonios, herencias,
etc.) Y sobre todo, la enseñanza que consideraban como una de
sus funciones naturales; las órdenes religiosas fueron propietarias
de tierras, haciendas, ganado, casas, ingenios y producción de
alcoholes y de otros bienes materiales.
Una comisión de políticos conservadores recomendó al
gobierno de Carrera dar por terminada la pertenencia a la República
Federal, lo que se hizo el 20 de marzo de 1847. La decisión fue
bien vista o aconsejada por la Iglesia pero sobre todo por los
intereses de la política inglesa, dirigida de forma siniestra por Mr.
Chatfield, Cónsul británico para Centroamérica. El contrabando
inglés se convirtió en libre comercio y a partir de 1847 Guatemala
en república independiente, ya sin ataduras al status federal, pero
casi en manos del imperio inglés.27
En el orden estatal, la Constitución de 1851 ratificó la
independencia definitiva de la república y definió una condición
restrictiva de ciudadanía al establecer que solo lo son los hombres
alfabetos, con una profesión, oficio o bienes significativos, que
además fueran ‘cabezas de familia’ y mayores de 25 años o 21 si
fuesen casados. Se asumió la heterogeneidad nacional como una
realidad no problemática al ignorarse intencionalmente que varones,
alfabetos y con recursos solo lo eran unos millares de nacionales
criollos y unos centenares de ladinos.
La nación sólo la formaba una élite criolla/mestiza
minoritaria que en una sociedad rural cumple con los requisitos de

27 Guatemala se hizo cargo de 6/12 partes del préstamo que la Republica Federal
obtuvo de financistas ingleses, algunos de los cuales renovaron la ayuda financiera.
La deuda externa se convirtió en una pesada piedra en el cuello de un país a punto
de ahogarse.

35
Edelberto Torres-Rivas

tener propiedad o comercio.28 A esa minoría, ingresó una porción


mestiza que satisfizo los criterios censatarios. Los oficiales del
ejército, los sacerdotes y los funcionarios civiles de nivel intermedio
y alto ya no fueron necesariamente criollos. A la mitad del siglo XIX
el ‘espacio nacional’ incluyó ciudadanos con rasgos mas étnico
nacionales que europeo-coloniales, resultado de largos procesos de
mestizaje y de una sofocada movilidad social.
Gráfica1
Gastos del Gobierno de Guatemala (1851-1871) (porcentaje)

1851-1861 1861-1871

60 51.7

50 41.2
35.4
40
26.9
30 23.3 21.4
20
10
0
Servicio de la deuda Militares Civiles
Fuente: elaboración propia con base en Williams, RG. (1994).

Durante este período, se fueron consolidando algunos


rasgos estatales, tales como la formación de un ‘grupo nacional’ o
sea una élite política dirigente, estable y con voluntad centralizadora
del poder; se proyecta un incipiente régimen fiscal de impuestos
y gastos; el control del orden por una militarización institucional,
y bases económicas que la producción y exportación de la grana

28 De la realidad, veamos una parodia: en la proclama de la comisión de la élite


conservadora que nominó a Carrera como jefe vitalicio aparece el número de cléri-
gos, militares, funcionarios y personalidades firmantes: suman 2.362 ciudadanos, en
otro lenguaje, ellos corresponden al 0.27% del total de la población nacional que lo
“eligió”. Ello es sólo una muestra de la extensión de la ciudadanía de esa época.

36
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

aseguró crecientemente. Como era natural la existencia estatal,


reflejada en pocas funciones públicas, tenía más gastos militares que
civiles; el alto pago de la deuda externa (véase gráfica 1) constituyó
durante casi un siglo la mayor carga presupuestaria.29
Ya se desarrolló la noción de la importancia que tiene la
constitución de una cohorte o grupo homogéneo que de unidad a la
dirección política y a la administración del Estado y que ejerza una
dominación de clase en función de sus intereses políticos y culturales
y sobre todo económicos. En esta oportunidad concurrieron el
peso de la Iglesia católica, el sentido defensivo de la restauración
política, la Constitución de 1854, la renovación de la economía de
los colorantes, y sobre todo la inicial constitución del ejército y
su capacidad de fuerza. El Estado en formación fue la expresión
de un poder militar/clerical encabezado por un caudillo mestizo, el
general Carrera, que representaba el poder militar; y la élite criolla
y el Partido Conservador, que expresaban los intereses políticos,
económicos y la dominación social prevaleciente.
El 1º de octubre de 1854 Carrera fue nombrado presidente
vitalicio por iniciativa de los conservadores;30 con su respaldo el
país entró en la época más prolongada de estabilidad y crecimiento
regional. Carrera gobernó de forma arbitraria y violenta; ningún
caudillo en América Latina lo hizo con métodos democráticos;
‘inauguró’ la deleznable práctica de agregar a las funciones propias
del poder ejecutivo, las impropias del legislativo y del judicial. Esa
‘confusión’ personal de funciones propias de los tres poderes reduce
el Estado y constituyen una práctica sultanesca, predemocrática que
contraría la justicia misma, la razón y la legalidad básica del Estado

29 Para enfrentar la crisis de las rentas, se solicitó un préstamo por intermedio de


la compañía británica Barclay, Herrin and Richardson; por diversos motivos, Cen-
troamérica recibió solo 328,316 pesos, contrayendo una deuda superior al millón.
Wortman, Gobierno y Sociedad, óp. cit., p. 303.
30 Constituye una paradoja que la acendrada aristocracia oligárquica, la élite de los
criollos conservadores, eligiera a un mestizo de origen campesino como autoridad
permanente, representándolos.

37
Edelberto Torres-Rivas

Moderno.31 En todo caso, la elección de Rafael Carrera aseguró


estabilidad al régimen político, constituyó un momento exitoso en
la estatalización del orden y fue el ingreso histórico de los mestizos
a la política del poder, fue el primer dictador militar e inauguró así
la primera experiencia autoritaria, caudillesca y violenta del Estado
guatemalteco.
El poder estatal se apoya en recrear el régimen de corregimientos
con autonomía local, donde las autoridades eran militares mestizos y
en esa medida nombrados por el caudillo. La Asamblea Constituyente
de 1839 restituyó las Leyes de Indias y se restableció la llamada
“República de Indios”, una política apoyada en la visión paternal-
racista de los blancos, de que los indios no podían ser ciudadanos
plenos. Separados, por una prejuiciosa ‘minoría de edad’ elegían sus
propias autoridades, y tuvieron en el ayuntamiento una autoridad
administrativa y jerárquica. Los indios no estuvieron ‘fuera’ del
Estado sino bajo su cobijo.
El legado de violencia que viene de la administración
colonial muestra nuevas dimensiones en la etapa del Estado
republicano, un poder que descansa en la subordinación social y
cultural de los indígenas, de su explotación por intermedio de la
legislación española pero realizada por criollos y ladinos. Es distinta
en tanto las relaciones con los indígenas empiezan a formar parte
de la constitución de una economía agraria para la exportación.
Y la violencia social, la que nace de relaciones racistas o de las
exclusiones políticas, se va gradualmente institucionalizando a
través de la constitución del ejército (la policía). El uso de la fuerza
forma parte natural de la constitución estatal. De forma abierta,
visible, preponderante, se militariza la violencia y la practica el

31 Esta usurpación de funciones judiciales la inició Carrera, recorriendo los pueblos


castigando, perdonando, sentenciando según su particular entendimiento; lo mismo
hizo Barrios y alcanzó el delirio infernal con Estrada Cabrera, práctica que continuó
con Ubico. Fueron cien años en que el poder ejecutivo invadió funciones judiciales,
debilitando la estructura funcional del Estado.

38
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Recuadro 2

El caudillo, el Estado nacional, la democracia

“El caudillismo es la forma primitiva de la dictadura moderna no


derivada del colonialismo español. España gobernaba América Latina
a través de las instituciones tradicionales de la propia monarquía
-virreyes, gobernadores, audiencias-, no a través de los caudillos.
Pero el derrumbe de los Borbones en 1808 dejó un vacío de poder en
América que los líderes locales se apresuraron a llenar. El caudillismo
es un producto de las guerras de independencia, cuando los líderes
regionales pudieron reunir hombres y recursos y a través de ellos
ejercer el poder y el clientelismo político. Tras la independencia el
caudillismo continuó desarrollándose… San Martín y Bolívar no
fueron caudillos, ellos no tuvieron una base económica personal o de
fortaleza social para alzarse como tales. El argentino Juan Manuel de
Rosas, el venezolano José Antonio Páez, el mexicano Antonio López
de Santa Ana o el guatemalteco Rafael Carrera, entre otros, fueron los
precursores de un modelo de gobierno que ha perdurado en América
Latina, un sistema personalista sustentado en la relación patrón-
cliente. La figura del caudillo, que normalmente procedía de una base
de poder regional, supuso uno de los mayores obstáculos para el
desarrollo nacional. La soberanía personal destruía las constituciones.
El caudillo se convirtió en el Estado y el Estado en propiedad del
caudillo. Paradójicamente, los caudillos también pudieron actuar
como defensores de los intereses nacionales contra las incursiones
territoriales, las presiones económicas y otras amenazas externas,
fomentando, asimismo, la unidad de sus pueblos y elevando el
grado de conciencia nacional. Los caudillos eran representantes y
a la vez enemigos del Estado-nación. La historia de las dictaduras
no constituye toda la historia de Latinoamérica. Pero aun en los
regímenes constitucionales quedaron rastros del pasado. Desde el
caudillismo primitivo, pasando por la dictadura oligárquica, hasta los
líderes populistas, la tradición del caudillo fue dejando huella en el
proceso político. Quizás la cualidad más importante de los caudillos,
que les sirvió para sobrevivir a los avatares de la historia, haya sido
el personalismo, descrito por un historiador como la sustitución de las
ideologías por el prestigio personal del jefe.”

Fuente: John Lynch – El País, Madrid, 27/XI/09

39
Edelberto Torres-Rivas

Estado en formación, en una fatal secuencia en que a medida que se


completa éste, se agudiza aquélla.32
En resumen, el Estado se va formando a medida que va
incorporando recursos de violencia en su trama institucional. La
institución central del Estado en formación es el ejército, proceso
que ocurre en el período bajo análisis cuando las masas campesinas
armadas son derrotadas en dos rebeliones más a finales de los treintas.
El reclutamiento ocasional se va convirtiendo en permanente y
paulatinamente surge el ejército como institución del Estado y ya
no como propiedad del caudillo. A partir de 1847, se confirmó el
reclutamiento permanente, la vida de cuartel, el establecimiento
de jerarquías legales técnicamente reconocidas, la asalarización
y el inicio de un ethos profesional.33 Va terminando el carácter
mercenario de las bandas informales, aunque el cuerpo de ‘oficiales’
todavía no se forma en los estudios académicos.
En la precisión de fronteras para establecer la jurisdicción
político-legal del poder se dieron pasos importantes contrariando las
imprecisiones de la etapa colonial. La identidad de lo ‘interior’, la
pertenencia que crea la nacionalidad, antecedente de la ciudadanía,
fue adquiriendo sentido después de 1847. Con anterioridad, el
Presidente López de Santa Ana, de México, intentó la definición
de fronteras cuando el 11 de Septiembre de 1842 decretó que
el distrito de Soconusco era parte de Chiapas, y con ello, de la
nación mexicana.34 Por voluntad de la población de Sonsonate
de incorporarse a El Salvador, Ahuachapán y Santana dejaron de

32 Robert H. Holden, Armies without Nations, Public Violence and State Formation
in Central América, 1821-1960, Oxford University Press, Oxford, 2004. Se trata de
un estudio especialmente dedicado al análisis de la historia centroamericana, con
capítulos destinados a cada país.
33 Wayne M. Clegern, Origins of Liberal Dictatorship in Central América: 1865/1873,
University Press of Colorado, Colorado, 1994, p,152.
34 Meses después de 1847, México propuso negociar pero insistiendo en que Chi-
apas y Soconusco no eran negociables. Solo después de 1871, con Barrios, se llegó
a acuerdos definitivos.

40
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

pertenecer a Guatemala. Y con Belice, el gobierno conservador


accedió fácilmente a las presiones inglesas, en 1859, aceptando un
deleznable tratado de límites35 acerca del cual todavía hay un absurdo
litigio. Constituyó un operativo nacional la decisiva participación de
militares guatemaltecos en la lucha contra W. Walker, en Nicaragua
(1856), llamada con razón la Guerra Nacional.36
La república conservadora se apoyó en un exitoso momento
de la economía de los colorantes, con la grana o cochinilla, que
daba un intenso color rojo; se desarrolló en pequeñas y medianas
propiedades, en zonas aledañas de Amatitlán, Sacatepéquez y Santa
Rosa. Movilizaban mano de obra indígena numerosa en la época de
cosecha, en el marco de una infraestructura simple sujeta a los ciclos
naturales. Era una producción concentrada en pocas regiones con
dificultades por las vías de comunicación, que fue creando más que
una poderosa élite rural, un fuerte sector comercial intermediario,
una operación de capitalismo mercantil de baja capitalización.
En resumen, el Régimen de los Treinta Años no es cierto
que haya detenido la aparición de rasgos estatales; avanzó en
los que resultaban básicos para una forma de poder que volvió a
muchas de las instituciones coloniales. El papel de la Iglesia y
de las corporaciones religiosas fueron referentes de legitimidad y
fuente de consenso básico al punto de confundir funciones público-
privadas. Lo mismo ocurrió con el Consulado de Comercio y la
Asociación de Amigos del País, entes privados de la élite económica
desempeñando controles de la jurisdicción público-estatal. La nación
fue heterogénea como lo estableció la Constitución de 1858, y aún
más al restablecer la República de Indios. Se perfiló más el ámbito

35 Como es bien sabido, Gran Bretaña incumplió este tratado al no construir la


carretera a Puerto Barrios a lo que se había comprometido. Han pasado más de
cien años desde entonces; sociológicamente Belice es hoy día una nación indepen-
diente, con la cual aún se negocia una parte limítrofe.
36 Carrera envió un fuerte contingente; a las tropas guatemaltecas les correspondió
la mayor responsabilidad, al mando del general Mariano Paredes, que murió allí,
asesinado.

41
Edelberto Torres-Rivas

Recuadro 3

Añil primero - grana después - café, finalmente……


El fin de la demanda del añil fue sustituido hacia 1840 por
otro colorante, la grana o cochinilla que necesitó más tierra y más
trabajo e incorporó productores más activos. Hacia 1854, cuando
Carrera ascendió al ‘trono’ plebeyo, Guatemala tuvo la cosecha
más grande de Grana de su historia, 2.2 millones de libras
exportadas, con un valor de 1.2 millones de pesos. De hecho,
la producción aumentó de 45,000 libras en 1830 a 1.1 millones
en 1845, exportaciones que suplían el 70% de la demanda
inglesa de tintes. El mercado de estos tintes subsidiarios de la
industria textil inglesa mantuvo el orden conservador y dio inicio a
la creación de prácticas productivas, instituciones comerciales y
económicas, antecedentes de la producción cafetalera.

Cuando la demanda externa de grana fue disminuyendo, logró


ser sustituida por la producción/exportación de café, que ya venía
cultivándose desde 1850. Fue durante el régimen conservador
que se inició la formación de la finca cafetalera y los gérmenes del
sistema de tierra y trabajo que adquirieron dimensiones mayores
después de 1871. Con estos antecedentes, no es casual que
hacia el fin del Estado-de-los-colorantes ya se exportara café
por valor de 1.3 millones de pesos, equivalente al 49% de las
exportaciones totales del país (véase tabla 5).

El café necesita condiciones muy dinámicas en la oferta de


tierra, mano de obra, créditos, caminos, transportes, aspectos
difíciles para que la élite clerical conservadora pudiera hacerlo.
¿Por qué razón? Porque requería otro tipo de administración
política, otro ambiente productivo del que carecía plenamente el
poder conservador.

El presidente Cerna, que sustituyó al general Carrera cuando


murió, expresó claramente la tozuda actitud gubernamental

42
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

añilera frente a los intereses cafetaleros cuando dijo que: “la


iniciativa debe dejarse siempre al cuidado de promover lo que sólo
el interés individual puede concebir y poner en obra”.37 ¿El interés
individual? Los liberales lo convirtieron en interés estatal, de toda
la nación.

de lo estatal con la proclamación de la República independiente de


todo lazo federal, el comienzo de la institucionalización del ejército
y del sistema fiscal, la delimitación de fronteras, la concentración del
poder, el momento de auge de la grana, y otros pasos iniciales, en el
seno de una matriz con poca vocación nacional-estatal. Fue el inicio
del Estado despótico, violento, personalista y militarizado, con la
figura del caudillo como representación y resumen de la sociedad.
Tabla 5
Exportación de café y cochinilla 1867 – 1871

Años Café libras Valor Cochinilla libras Valor

1867 3,465,650 415,878 1,525,782 1,068,047

1868 7,505,102 788,035 1,273,591 891,513

1869 7,183,887 790,227 1,862,667 1,266,613

1870 11,322,982 1,132,298 1,443,357 865,414

1871 13,121,293 1,312,129 1,460,032 876,025

Fuente: Herick, Desarrollo Económico, p. 52.

37 Jorge Mario García Laguardia, La Reforma Liberal en Guatemala, EUG-Educa,


Guatemala, 1972, p. 45. El subrayado es nuestro, para destacar la visión particular
que sobre la promoción cafetalera tenían los conservadores.

43
Edelberto Torres-Rivas

III. El Estado liberal

La llamada historia oficial, escrita por intelectuales


liberales y elevada a la categoría de verdad histórica y fiesta cívica
dominante, señalan que con la victoria del ejército liberal en 1871,
encabezada por los generales Miguel García Granados y Justo
Rufino Barrios, se inició la revolución liberal aunque es dudosa si
también la constitución del Estado moderno. El Acta de Patzicía, el
3 de julio de 1871, contiene las líneas generales de lo que sería el
largo e irregular proceso de construcción del Estado nacional, que se
prolonga aún en el siglo XX.
La hipótesis hasta ahora sustentada es que el Estado nacional
empieza a constituirse en 1821, continúa zigzagueante en el tramo
de la restauración conservadora y a partir de 1871 recibe impulsos
vigorosos en los quince años siguientes. En estos tres cuartos de siglo
(73 años) la nación estatal se va constituyendo contradictoriamente;
surge el llamado Estado liberal asociado al impulso expansivo
de la producción de café; el poder de la oligarquía se manifiesta
políticamente decadente hacia 1944.

1. El Estado liberal

Se conoce así por la denominación política del partido que


continúa su constitución después de la derrota conservadora; pero
también por la doctrina proclamada como inspiradora de los cambios
habidos en ese momento, nacional e internacional. El positivismo
filosófico y la doctrina liberal estuvieron presentes en la construcción
de los Estados latinoamericanos en la segunda mitad del Siglo
XIX, período al que Germani llama “la época de las autocracias
unificadoras”.38 Son numerosos los cambios que se introdujeron
tanto en las instancias del poder como en el funcionamiento de
38 Gino Germani, Política y sociedad en una época de transición, Paidós, Bs. As.,
1963, p.. 140 y ss

44
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

la economía y de la sociedad en las últimas décadas del Siglo


XIX. En muchos países la constitución de la nación no logra su
homogeneidad cultural plena, tal como sucedió en Guatemala. Con
el poder liberal se mantuvieron las diferencias étnico-culturales y
con base en ellas se continuó la explotación y subordinación de la
población indígena; las raíces coloniales se mantuvieron con toda su
fuerza en el mantenimiento de la dominación social.
El Estado liberal en Guatemala tuvo muy poco de liberal en
relación con los fundamentos doctrinarios europeos que proclaman
cómo el Estado nacional implica el reconocimiento igualitario de la
ciudadanía a la que debe promover basado en derechos del hombre.
Los ecos de la ilustración y la revolución francesa fueron valores que
los políticos liberales no tomaron en cuenta. En el lenguaje histórico
y con pretensiones teóricas suele llamársele Estado oligárquico. A
continuación se describen brevemente los componentes constitutivos
del Estado liberal oligárquico mencionados en las primeras páginas
de este texto.
La Constitución de 1879 proclamó que Guatemala es
una nación soberana, con gobierno representativo y republicano;
reconoce la nacionalidad a todos los nacidos en el territorio; y la
ciudadanía a los varones mayores de veintiún años, que tengan
ingreso o profesión y en una ley ordinaria se completa la definición
del ciudadano, con la condición que debe ser alfabeto. Se dice que
los liberales fueron incapaces de crear una nación homogénea, y
ese fracaso hace del Estado-nacional guatemalteco un proyecto
inacabado. Las razones de esta argumentación son parcialmente
ciertas en tanto los grupos dominantes no se preocuparon por
alcanzar, por lo menos, dos condiciones necesarias para que
funcione el Estado, el idioma y una moneda común. De hecho, lo
que en efecto sucede es lo que se llama una ‘inclusión marginal’,
pues los indígenas forman parte de la nación pero en condiciones
‘límite’, pues están presentes en el mercado de trabajo como fuerza
de trabajo, en distintas manifestaciones del consumo, con ocasión
de la leva militar y en otras formas de su existencia social.
45
Edelberto Torres-Rivas

Desde la colonia hubo una economía agraria mercantil


simple en la producción, por ejemplo, de madera, cacao, algodón,
colorantes destinados a la metrópoli. Desde la mitad del siglo XIX
fue creciendo el espacio y el número de cosechadores de colorantes y
de café y se fue constituyendo la “finca” (o hacienda) como la unidad
productiva. El sistema ‘finquero’ no sólo fue la unidad económica;
también fue el soporte político, un verdadero microcosmos socio-
económico y cultural donde se procesaron las relaciones de dominio:
gobierno-terratenientes-campesinos, donde las desigualdades
expresaron su radical sentido de poder para asegurar la obediencia
y la ganancia. La finca cafetalera se apoyó en la gran propiedad y
en la oferta de mano de obra que por la intervención del Estado fue
abundante, temerosa, desmonetizada.

Tabla 6
Valor total de exportaciones e importaciones (diversos años)
Año Exportación Importación Diferencia
1869 2,497,127 1,088,414 1,408,713
1871 2,747,789 1,590,260 1,157,529
1873 3,363,062 1,991,831 1,371,231
1875 3,217,345 2,173,754 1,043,591
1877 3,773,184 2,571,678 1,201,506
1879 4,607,497 2,929,461 1,678,036
1882 3,719,210 1,338,826 2,380,384
1883 5,718,341 2,030,894 3,687,447

Fuente: Herick, Desarrollo Económico… p. 239

Véase el salto duplicado de las exportaciones y los saldos


positivos en el comercio internacional en cuyo seno la economía
guatemalteca se fue integrando. La producción fue estableciendo
vínculos comerciales, financieros y crediticios permanentes con el
mercado internacional en torno al café. Y surgieron, a su servicio,
los ferrocarriles, caminos, puertos, telégrafo, aduanas, registro
inmobiliario, transporte marítimo, bancos, cárceles, culturas y
46
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

castigos. La hacienda cafetalera y los correspondientes intereses


sociales que produjo, aparecieren desde la segunda mitad del Siglo
XIX39, pero sólo se consolidaron en las décadas finales, y también
a una élite de productores y comerciantes nacionales y extranjeros,
estrechamente articulados a la administración del Estado y sus
políticas. Y con base en el control del orden político mediante el
tratamiento forzoso de la población indígena, un contradictorio
frente modernizador, apoyado en relaciones semiserviles de trabajo
con alta productividad.
El proceso no es breve y se dilata en varias generaciones,
pero con la expansión del negocio cafetalero y los intereses que
diversifica se fue creando una burguesía agraria a la que las
ciencias sociales latinoamericanas denominaron oligarquía. Allí
concurrieron ladinos, criollos y europeos que conformaron una
clase (parcialmente) hegemónica, que compartió el dominio social
y político con cosechadores e intermediarios extranjeros y luego,
con los intereses del ‘enclave’ bananero norteamericano. Como se
verá más adelante, los intereses de esta fruta fueron políticamente
dominantes en la sociedad guatemalteca. Fue el control del Estado
o el ejercicio del poder dirigente lo que les conformó en el curso de
los decenios siguientes. Las políticas de emigración produjeron un
importante grupo de cosechadores y comerciantes alemanes y belgas
(y otros países), que formaron parte de la clase política pero en
condiciones distintas, como un ‘grupo de interés’ más en el ámbito
del manejo comercial y financiero que en el político.
La voluntad centralizadora del poder fue esencialmente
violenta y avanzó cuando el interior del país quedó bajo el control

39 En 1845, el Consulado de Comercio publicó un manual para el cultivo del café;


en 1862, Suchitepéquez, Retalhuleu y Escuintla concentraban en más de un 30%
la producción de café, pero exhibiendo siempre un crecimiento lento en relación al
entusiasmo por la grana, ya en decadencia. Para estos temas, ver el extraordinario
trabajo de Robert G. Williams, Status and Social Evolution, Coffee and the Rise of
National Governments in Central América, The University of North Carolina Press,
1994, p. 54.

47
Edelberto Torres-Rivas

político-militar. Todos eran militares nombrados y dependientes


del Presidente, con funciones administrativas.40 El Código Militar
(1878) estableció funciones políticas para los oficiales graduados
como Comandantes de Armas y luego, con lo dispuesto en la Ley
Orgánica del Gobierno Político Departamental (1879), se funden
con los Jefes Políticos departamentales.41 Es esta operación la
que establece las bases del poder del Estado. La ley reconoció
al municipio como entidad independiente y con autoridades
(formalmente) electas. Después de 1871 el ejército pasó a ser aún
más el centro medular del aparato estatal, decidió la vida en el
interior de la sociedad al asegurar el funcionamiento de la ‘finca’
cafetalera y doblegar la resistencia violenta inicial de los grupos
conservadores y de la Iglesia.42
En la definición del caudillo-presidente jugó de forma
particular no sólo el ambiente caótico de una sociedad en cambio,
sino la personalidad del general Barrios, apoyado por la fracción
liberal de la burguesía agraria cafetalera, que convirtió el ejercicio de
la autoridad en una práctica personalista, militarizada y autocrática.
Se dice esencialmente antidemocrática, pero ¿podía ser de otra
manera? Del 4 de junio de 1873 a principios de 1879 Barrios actuó
en un vacío legal, sin Constitución y luego con una legalidad que
respetó en sus formas. Durante esos trece años gobernó de forma
despótica, calificativo que va mas allá de lo que la teoría política
define como autoritario.
40 Ley Orgánica del Gobierno Político de los Departamentos, Decreto 244, 1879.
El ‘municipio libre’ fue implantado en toda América Latina pues corresponde a
una honda tradición medieval española. En Guatemala lo fue, pero se encargaba
no solo de sus funciones administrativas usuales sino de asegurar mano de obra
oportuna para los finqueros y “el enganche de indios ‘vagos’ para trabajos forzados”,
como la construcción de caminos. De hecho, estaba controlado por el Jefe Político
correspondiente.
41 Arturo Taracena Arriola, Liberalismo y poder político en Centroamérica (1870-
1929) en Historia General de Centroamérica, Tomo IV, p. 183.
42 Entre 1871 y 1879 Guatemala libró tres guerras, sofocó cinco revueltas y dos
atentados contra la vida del presidente. En ese periodo Barrios rechazó cinco
proyectos constitucionales. Cf: Thomas R. Herick Desarrollo Económico y Político
de Guatemala, 1871-85, Educa, San José, 1974, p. 50.

48
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Lo despótico alude directamente al ejercicio de un poder


sin límites legales, es decir sin control, arbitrario, particularístico
y esencialmente violento, descripción y calidades que puede
corresponder a necesidades o imposiciones del momento histórico
en que el personaje opera. Es motivo de debate si en el ámbito de
la moral en la historia, las circunstancias de esta se desentienden
de aquella, en cuyo caso cualquier conducta puede ser justificada.
Antes que el Estado se constituya no puede haber injusticias,
sentenció Hobbess en El Leviatán; lo que se traduce de forma
primaria en que una vez establecido ‘el pacto’, al Estado lo definen
normas elementales de convivencia y orden que se deben respetar.
No es posible plantearse ese tema en términos excluyentes
entre poder real y poder formal; en opinión de Carrera Damas,43 una
aproximación menos formal permite sugerir que ambos términos se
integraban en el juego del poder social, en la difícil constitución
del poder interno de la sociedad. Para la definición del orden
oligárquico basta el apoyo del ejército, la policía y otros grupos
armados44 que aseguran el control de la oposición conservadora y
el dominio sobre los campesinos. También el orden dependía de
los aliados y los enemigos del exterior, donde se originaron guerras
civiles que después fueron internacionales.
En consecuencia, es válida la interrogante si el liberal es un
Estado fuerte en el sentido moderno. Cinco décadas después de la
independencia el poder republicano lo va logrando. Se constituye
como un dominio total sobre la sociedad, como un poder estable,
respaldado por una alta institucionalidad militar. En otra óptica,
se constituye como una autoridad hegemónica pero no plenamente
legítima (elecciones, ciudadanía, soberanía popular libremente
expresada). Sin duda un poder que funda, crea y promueve
transformaciones como las que ocurrieron a partir de 1871 no

43 G. Carrera Damas, Del Estado colonial… óp. cit. p. 39.


44 Por ejemplo, el poder militar de los Jefes Políticos departamentales, de la
Policía de Seguridad, Salubridad y Ornato y otros.

49
Edelberto Torres-Rivas

necesita la legitimidad propia de una democracia liberal. Tampoco


se cumplen bien los principios republicanos de la independencia
de los poderes legislativo y judicial y, finalmente, es un Estado sin
autonomía frente a los intereses de los cafetaleros y por el contrario
constituye una identificación de tales intereses con el poder
oligárquico. En el comienzo de esa identificación, aparentemente no
hay contradicción alguna, pues el grano de café es la expresión de
los intereses nacionales.
Otra dimensión es la relativa a la reconstitución del ejército
como parte de la agenda política del Estado liberal, para atender la
defensa de las amenazas locales y regionales. A fines de 1872, llega
una misión militar española para la creación de la nueva Escuela
Politécnica (Dto. 86 de 1873) y el ejército se profesionalizó y creció:
entre 1871 y 19l0 el presupuesto se multiplicó por diez y la Secretaría
de Guerra tuvo en los cuarenta años siguientes el mayor porcentaje
presupuestal.45 Con el Código Militar (1878) se profesionaliza mas,
con un cuerpo de oficiales desplegados y presentes en las Jefaturas
Políticas del interior.46
El resultado fue un poder ejecutivo que tiene a su servicio una
alta concentración de fuerza militar, con una capacidad de penetrar
la sociedad y controlar todos sus movimientos y más que guardar
la soberanía nacional, asegurar el orden interno, directamente al
servicio de los intereses primario exportadores. La tecnificación
del ejército aumentó su presencia institucional y con ello dio al
Estado una mayor calidad y cantidad de recursos de violencia. El
ejército se convirtió en la plataforma desde la que la nueva élite
ladina se organizó, buscó su identidad como clase y reclamó con
éxito su legitimidad política. Más que el partido, fue el ejército el
brazo ejecutor del proyecto liberal, la institución colaboradora en la

45 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2001, p. 7.


46 Arturo Taracena Arriola, Liberalismo y poder político en Centroamérica (1870-
1929) en Historia General de Centroamérica, Tomo IV.

50
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

construcción de la nación, un papel privilegiado en el interior del


Estado y de la sociedad.47

Tabla 7
Guatemala: hombres en armas

Año Número de hombres


1832 2,5321
1837 2,0001
1847 6,3342
1876 20,0002
1885 14,5003
1903 30,0002
1909 24,0002
1987 42,0003
1991 39,6004
1996 44,2005

1
Zamora Castellanos, Pedro, 1966 (1924). Vida militar de Centro América. Vol. 1,
Ciudad de Guatemala: Editorial del Ejército. p. 186 y 245.
2
Zamora Castellanos, Pedro, 1966 (1924). Vida militar de Centro América. Vol. 2,
Ciudad de Guatemala: Editorial del Ejército. p. 216, 324, 338 y360.
3
Holden, Robert, 2004. Armies Without Nations.
4
Wilkie, James et al., eds, 1992. Statistical Abstract of Latin America, Vol. 30. Los
Angeles: UCLA. Latin American Center Publications.
5
Wilkie, James; Alemán, Eduardo y Ortega, José Guadalupe (eds). 1997. Statistical
Abstract of Latin America, Vol. 34. Los Angeles: UCLA. Latin American Center
Publications.

En Guatemala, el ejercicio fiscal ha sido permanentemente


insatisfactorio; ya se mencionó la grave crisis financiera de la
República Federal y luego los problemas del régimen conservador
resueltos con préstamos y endeudamiento externo. Un esfuerzo
ordenador se realizó a partir de 1840 cuando se logró que los ingresos
del Estado incluyeran la alcabala (marítima) que cubrió el 36%, solo

47 Bernardo Arévalo, De las milicias al gran cuartel, texto de la tesis doctoral, foto-
copia, 2008, p. 31.

51
Edelberto Torres-Rivas

superada por el impuesto al consumo de aguardiente y chicha, 40%.


El auge de la cochinilla favoreció los impuestos al comercio exterior
pero el déficit fiscal continuó.48
La creación de un sistema bancario-financiero en 1874 fue
una manifestación expresiva de cómo el servicio a los intereses del
café promueve la modernización económica y ayuda a la integración
de los mismos al mercado internacional. El Estado fundó el Banco
Nacional de Guatemala con los recursos confiscados a la iglesia;
no funcionó bien y fue sustituido por bancos privados: el Banco
Internacional (1877) que compartió el monopolio de emisión de
billetes con el Banco Colombiano (1878): aparecieron después
el Banco de Occidente, en Quezaltenango (1881), el Agrícola
Hipotecario (1894), el de Guatemala y el Americano (1895).49
Se fundó el Registro de la Propiedad Inmueble, que tuvo la
función técnica de agilizar y convertir la tierra en mercancía, para
su compra/venta inmediata en un mercado donde la garantía de tales
mecanismos ya no era el apellido. Es decir, los préstamos dejaron de
ser personales para convertirse en territoriales.
Tabla 8
Ingresos fiscales 1855 – 1892 (en pesos)

1855 1892
Total per cápita Total per cápita
Costa Rica 506,920 4.7 5,808,474 23.9
El Salvador 446,824 1,1 6,896,000 9.8
Honduras 446,824 1.3 2,416,620 7.3
Guatemala 694,543 0.8 12,099,220 8.5
Nicaragua 296,374 1.2 2,847,729 7.9

Fuente: Torres Rivas, Edelberto, Coordinador General, Historia General de Cen-


troamérica, FLACSO, Comisión del V Centenario, San José, Costa Rica. p.198.

48 Véase el notable trabajo Icefi-SAT, Historia de la Tributación en Guatemala,


desde los mayas hasta la actualidad. Guatemala, 2009.
49 Bulmer-Thomas, óp. cit. p. 4.

52
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

La tabla 8 compara dos momentos en los cinco países


centroamericanos y muestra la sustancial diferencia en valores
absolutos que tiene Guatemala, pero no en el nivel per cápita
donde Costa Rica ocupa el primer lugar. La hacienda pública se vio
notablemente favorecida después de 1871; en este año los ingresos
sólo fueron de 750,848 pesos pero en 1883 ascendieron a 6.6
millones (la deuda, respectivamente fue de 5.2 a 8.2 millones).50 El
renglón de ingresos más importante fue el de los impuestos sobre la
importación y luego los licores, donde el gobierno tenía el monopolio
de los mismos. El café estuvo gravado por un tiempo, con cambios
sujetos a las periódicas crisis de precios. En 1878, se promulgó el
primer Código Fiscal que ordenó el sistema de impuestos directos e
indirectos.
Tabla 9
Ingresos del Estado y endeudamiento público (años seleccionados)
Cifras en pesos

Años Ingresos (incluyendo venta de Deuda del Estado


obligaciones del Estado) al 31 de diciembre
1871 750,848 5,259,366
1872 1,798,220 5,293,137
1873 2,615,683 4,433,040
1874 2,600,944 4,036,792
1880 4,158,199 N.D.
1881 2,200,591 7,139,170
1882 6,441,918 8,065,955
1883 6,624,262 8,203,091
Fuente: Torres Rivas, Edelberto, Historia General de Centroamérica...p.198.

En cuanto a los gastos presupuestados, en 1873, el mayor
rubro era el de Costos Administrativos (Ministerios) equivalente
al 82% del total y el pago de la deuda, externa, un 9%. En una
comparación de los gastos por función para ese año, el Ministerio

50 Herrick, Desarrollo Económico… óp.cit. p. 267.

53
Edelberto Torres-Rivas

de la Guerra tenía el 43% y el de Educación sólo el 4%. Diez años


después (1883), los Costos Administrativos sumaban un 43% y el
pago de la deuda había ascendido a un 53% del total de gastos. Y
por Ministerios, el de la Guerra retenía un 15% y el de educación
había bajado al 0.04%. Había un rubro de “hospitales y orfanatos” y
uno nuevo, el Ministerio de Fomento, que hoy en día equivaldría a
la administración de desarrollo.51
El Estado moderno gana autonomía cuando la Iglesia
deja de ocuparse de temas de la administración pública. En algunos
casos esto fue objeto de transacción pacífica como en los estados
protestantes donde los Estados Unidos dieron los primeros pasos al
separar la iglesia anglicana, mediante la 1ª. Enmienda constitucional
de 1791. En Europa, el fin del Sacro Imperio Romano fue difícil
y el resultado de innumerables guerras, hasta el Congreso de
Viena (1815). En Guatemala se hizo en un clima profundamente
anticlerical, el régimen liberal abrió un frente de combate desigual:
tomó medidas de diverso alcance político y cultural para asegurar que
las funciones públicas, mundanas, correspondieran definitivamente
al Estado y la Iglesia se ocupara de los asuntos que tienen que ver
con la vida espiritual, lo personal confesional.
Numerosas y sucesivas decisiones tomó el régimen de
Barrios: el 3 de sep. 1871 se expulsó a los jesuitas; en dic. 1872
se prohibieron los diezmos y en enero de 1873 se suprimieron las
cortes eclesiásticas y su jurisdicción penal y civil; luego el control
del registro civil, la prohibición de ejercer el magisterio, la validez
de los casamientos religiosos, supresión de los conventos y venta
de sus propiedades,52 prohibición de procesiones y de usar hábitos
religiosos en público. Fue una ofensiva en todos los niveles.

51 Ibidem, p.270-276.
52 Thomas Herick, Desarrollo Económico, p. 190.

54
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Tabla 10
Ingreso del gobierno por la venta de propiedades de la iglesia

Años Monto en Pesos


1872 4,187
1873 26,270
1881 6,122
1882 54,155
1883 2,111
Fuente: Herick, Desarrollo Económico… p. 229

El 24 de agosto de ese año se dio fin al régimen de “manos


muertas”, que paralizaba la producción muchas veces, ya que la
Iglesia heredaba fincas y grandes propiedades de católicos píos que
compraban así sus indulgencias.
El Estado moderno tiene fronteras, cada vez más precisas,
que determinan la soberanía interior y exterior, es decir, la
jurisdicción nacional del control de la población y la economía, y la
de los Estados vecinos. Fue un proceso difícil en el que Guatemala
perdió casi la mitad de su territorio original, a manos de México y
Gran Bretaña.
Ya se mencionó anteriormente que con México hubo un
arreglo preliminar cuando en septiembre de 1847 sus autoridades
decidieron unilateralmente que el distrito de Soconusco quedaba
unido a Chiapas y en consecuencia a la nación mexicana. El
definitivo se firmó por Barrios, en New York, el 12 de agosto de
1882, en el que Guatemala perdió 50 mil kilómetros (cuadrados).
El 30 de abril de 1859, se firmó un tratado de límites con Gran
Bretaña, sobre los ríos Hondo y Sarstún, con 22 mil kilómetros
cuadrados. Se sabe que ese país no cumplió su compromiso;53 el
gobierno liberal hizo varios reclamos, infructuosos que dejaron
53 El 21 de septiembre de 1981, el Reino Unido concedió la independencia de
Belice; el 30 de septiembre de 2002, ambos países acuerdan solucionar el conflicto,
que todavía espera.

55
Edelberto Torres-Rivas

imprecisos los límites con Belice. Pocos años después, el gobierno


mexicano reconoció la jurisdicción inglesa y suscribió un tratado
de límites que no fue consultado con Guatemala. Las fronteras con
Honduras y El Salvador se negociaron posteriormente, sin conflicto.

2. El café, el Estado, la oligarquía

Lo estatal se comprende mejor si se consideran los cambios


en la economía, la política y lo social que distinguen este período de
la historia nacional. La rápida expansión de la producción del café,
resultado de la fuerte demanda externa, ya venía ocurriendo y se
facilitó por un conjunto de medidas legales impulsadas por el Estado,
favorecidas por una nueva mentalidad política con una fuerte, pero
discutible identidad con el progreso y la modernización institucional.
La expansión también fue a costa de la población indígena, a la que
se le siguió expropiando sus parcelas y se le sometió a la condición
semiservil en un ciclo precapitalista, que descalificó la así llamada
´revolución liberal´. Varios decretos desenterrados del cementerio
colonial sintetizan la voluntad de cambio: el 104 (27/VIII/1873)
que nacionalizó las tierras de la Iglesia Católica; el 170 (8/l/1877)
que abolió el censo enfitéutico y permitió la comercialización de
las propiedades indígenas; el 177 (3/IV/1877) o Reglamento de
Jornaleros, que legalizó el trabajo forzado y “mandamientos”
coloniales; el 222 (12/IV/1878) las habilitaciones o servidumbre por
deudas que sujetaron al campesino a la hacienda; y la Ley contra
la Vagancia, que castigaba a los mozos que no quisieran trabajar; y
otras relativas al trabajo gratuito anual en caminos. La expropiación
de la tierra y el trabajo forzoso fueron golpes mortales a los intereses
indígenas en nombre de la modernidad.

El capital, en la periferia, se vale de cualquier recurso tradicional


para asegurar sus ganancias. Estas y otras medidas similares explican

56
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

el período de implantación y expansión económica acelerada,


parecida a los procesos que en los inicios del capitalismo europeo
se llamó “período de la acumulación originaria o primitiva”.
El Estado liberal sería entonces el poder que acompañó en clave
local los procesos de una protoburguesía rural por la implantación
extensiva del capitalismo agrario, o de ‘acumulación originaria’
(véase recuadro 4). La acumulación y reinversión intensiva de
capital necesitó también en Guatemala recursos violentos e
ilegales en el uso de la tierra, en la construcción forzosa de vías de
comunicación, para el trabajo gratuito y la movilidad obligatoria de
la mano de obra.
El Estado cafetalero de cara al mercado mundial solo se
consolida reforzando su condición dependiente de los intereses
dominantes en ese mercado, en una dinámica resultado de la relación
estructural entre el centro-y-la-periferia. Esa es la vinculación entre
el productor/exportador local de bienes agrícolas (burguesía agraria
nacional), que oferta desde la periferia frente al productor de bienes
industriales y/o comprador de productos primarios, que venden o
compran desde el centro (burguesía industrial internacional). La
relación entre la periferia subdesarrollada con el centro desarrollado
es de ‘doble vía’ pues aquella vende productos primarios y compra
bienes secundarios o de capital y esta compra mercancía agrícola y
vende productos industriales.
Se produce así un intercambio desigual que ‘conforma’ a
la oligarquía como ‘dependiente’, ya que su cuota de ganancia no
depende de la productividad de la finca (del monto de la inversión)
sino de los precios de compra-venta que se fijan en el exterior,
en el mercado internacional del café donde es dominante una
burguesía imperialista. Éste como todos los mercados está sujeto
a crisis periódicas que golpean sin ninguna posibilidad de defensa
a la burguesía agraria local. Carlos Vilas califica a la burguesía
cafetalera como “tomadores de precios”. Esa dinámica define un
segundo rasgo en la naturaleza del Estado liberal: fuerte y despótico

57
Edelberto Torres-Rivas

hacia dentro, dependiente y débil hacia afuera. Esta dependencia


estructural, entendida como la articulación asimétrica de intereses
nacionales y del exterior no admite término medio porque los países
dependientes de la exportación de productos primarios (incluso en
el caso del petróleo) nunca consiguieron dirigir su propia política
macro-económica ni asegurar su inserción favorable en la economía
mundial.
Recuadro 4
Efectos sociales en los orígenes de la producción de café

Se llama “acumulación originaria” a la creación de un


conjunto de condiciones productivas necesarias para el impulso
del sistema económico a fases cualitativamente superiores. La
acumulación de capital es el mecanismo por el cual una parte
del producto social se invierte y se transforma en nuevas
fuerzas productivas, permitiendo así aumentar la producción,
una y otra vez, hasta alcanzar niveles superiores de desarrollo
próximos a la fase industrial. Guatemala, que tiene desde hace
más de un siglo al café como eje productivo, se convirtió en
una economía agrícola exportadora y los cosechadores en una
burguesía primario-comercial. La relación comercial remite a
otro eje explicativo, el de “centro” (desarrollado) y “periferia”
(subdesarrollada), distinción descriptiva por el lugar que ocupan
las economías, según sus funciones que realizan en el mercado
mundial. Las sociedades que producen y exportan bienes
agrícolas se sitúan en la periferia por su función productiva; y
las que producen y venden bienes manufacturados, están en
el centro.

El subdesarrollo se define no por la debilidad de las


fuerzas productivas sino por la función que cumplen en el
mercado mundial frente a las economías desarrolladas. Esa
función está determinada porque las economías de la periferia
venden productos primarios que las economías del centro
demandan, y viceversa; compran productos industriales y
se produce así un intercambio desigual: café a cambio de

58
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

maquinaria o perfumes o vinos. Se dice ‘desigual’ porque


los valores (no los precios) lo son y los precios y volumen
de compra/venta son establecidos unilateralmente, por las
economías más industrializadas. En las relaciones centro/
periferia no solo hay comercio; también hay inversión del
capital de la sociedad desarrollada en la periferia; ese traslado
de capital (de fuerzas productivas) desde los países centrales
vuelve más dependiente a los países subdesarrollados o
periféricos, dependencia que incluso se produce en términos
políticos, diplomáticos, culturales.54 El ciclo que se describe se
completa en los inicios del siglo XX con el control imperialista
de la producción de banano y de ferrocarriles y puertos, que
acentúan la dependencia de la sociedad cafetalera.

En resumen, las fuerzas sociales que se formaron dirigiendo


al Estado liberal, una burguesía suigéneris cuyos intereses surgieron
en torno de la hacienda cafetalera, por la modulación del poder que
ejercieron y las ideologías que los justificaron, desarrollaron rasgos
especiales que la definen como la oligarquía o burguesía agraria.
La naturaleza de clase de cómo se produce y cómo se distribuye o
circula lo producido, influye en el carácter social señorial de esta
clase dominante. Hubo una combinación de factores favorables y
desfavorables en estas determinaciones., unos en la producción,
otros en la circulación del capital. Fueron favorables para acentuar
el carácter oligárquico, la abundancia de tierra, la oferta suficiente
y violenta de la fuerza de trabajo y la promoción y apoyo desde
las instituciones estatales. Sin embargo, la circulación se apoyó en
tres factores desfavorables, altos precios en el transporte terrestre y
marítimo, que impuso el capital imperialista, el capital comercial
intermediario en manos de empresarios no nacionales; y la fijación
de volumen, calidad y precios, en manos de una burguesía extranjera.

54 Torcuato S. Di Tella, et ál., Diccionario de Ciencias Políticas y Sociales, Ariel,


Bs.As. 2002, p. 16-17.

59
60
1901 % 1905 % 1910 % 1915 % 1919 %
Tabla 11
Poder Legis.

Poder Ejec.

(jubilaciones y otros).
Gob. y Just. 304,708 14.1 234,302 10.8 270,570 12.4 158,880 11.2 281,626 13.7

PNUD, Guatemala, 2001.


Rel. Ext. 15,505 0.7 35,602 1.6 59,402 2.7 57,619 4.1 126,406 6.1

Hacienda 180,007 8.4 109,155 5.0 100,189 4.6 96,588 6.8 177,668 8.6

Cred. Pub*. 819,672 38.0 1,349,206 62.2 1,294,118 59.5 585,183 41.3 826,398 40.1
Edelberto Torres-Rivas

Fomento 225,769 10.5 137,787 6.4 129,650 6.0 125,127 8.8 268,374 13.0
(Datos en dólares según tasas anuales de cambio)

Instr. Pub.* 232,368 10.8 110,469 5.1 148,589 6.8 151,970 10.7 301 0.0
Presupuesto General de Gastos de la Nación 1901-1919

Guerra 327,886 15.2 165,312 7.6 142,310 6.5 227,119 16.0 348,950 16.9

Clases Pas. 49,661 2.3 26,236 1.2 28,598 1.3 14,559 1.0 31,283 1.5

Total 2,155,576 100.0 2,168,068 100.0 2,173,426 100.0 1,417,043 100.0 2,361,403 100.0

Fuente: Elaborado con base en los Presupuestos Generales de esos años, INDH-

de manera independiente, tal como ocurre con las llamadas Clases Pasivas
de la deuda externa. Posteriormente, dejó de aparecer en el Presupuesto General
* El rubro Crédito Público no corresponde a un Ministerio sino a un gasto, el pago
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Se viene usando el término oligarquía como la denominación


genérica de una clase surgida en la sociedad agraria y con ocasión de
la producción cafetalera, signada por su condición estructuralmente
contradictoria, al apoyarse su carácter terrateniente en la realización
de su ganancia en relaciones precapitalistas de producción. Esta
radical ambigüedad se traslada al Estado también calificado como
oligárquico, no sólo por su estilo de dominación política excluyente
y racista, sino por la naturaleza de los intereses sociales que
conforman el poder que el Estado expresa. Por ello, no es un Estado
claramente capitalista.

Fue en Guatemala una élite cerrada en sí misma, endogámica,


racista, clerical y autoritaria, rasgos que derivan de su constitución
en una sociedad no capitalista, postcolonial, y de sus relaciones de
poder con el resto del conjunto social profundamente desigual, pero
especialmente con los campesinos indígenas. Con estos, a través de
vínculos que recuerdan más allá de la metáfora, la visión hegeliana
del ‘amo y el esclavo’, en el que ambos se suponen y se determinan.
El rasgo violento, propio de este síndrome aumentó cuando en el
mercado apareció la producción de plus valor con ocasión de una
mercancía exportable, y del trabajo y la posibilidad de apropiarse de
una porción mayor del mismo.

En la condición dependiente de la oligarquía, descrita


en el párrafo anterior, el nivel de ganancia pasó a depender de
salarios bajos o simbólicamente existentes, incluidos en los costos
de producción. Los bajos salarios o las distintas formas de trabajo
forzado constituyen modalidades de expropiación violenta de ese
plus valor perteneciente al campesino. La relación de fuerza frente
al campesino ya se dijo que es total, no sólo con ocasión del trabajo,
pues se manifiesta en los múltiples hechos de la vida en sociedad
con actos de discriminación y racismo, en las exclusiones que lo
mantienen subordinado, como sucede con su condición ciudadana.
Esta es la razón por la cual se habla de las raíces coloniales, las
bases materiales del poder.
61
Edelberto Torres-Rivas

Tabla 12
Exportación de café 1874 – 1878
Año Libras Valor
1874 18,851,488 $ 3,300,621.11
1875 18,318,461 $ 3,217,344.66
1876 22,045,800 $ 3,767,471.01
1877 23,005,016 $ 3,773,183.84
1878 24,866,381 $ 3,918,912.32
Fuente: Herick, Desarrollo Económico…, op.cit. p.53

En los primeros años del régimen liberal se repartió tierra en


forma gratuita a los oficiales y soldados del ejército liberal y se vendió
a ‘bon marché’ a amigos y partidarios las propiedades del Estado y
las tierras expropiadas a las comunidades religiosas. El hambre de
tierra no reconoció límites; para evitar conflictos se mantuvo durante
un tiempo la propiedad ejidal y el censo enfitéutico, que establecía
que la propiedad se entrega en usufructo personal vitalicio, pudiendo
heredarse o traspasar el derecho a terceras personas55, pagando un
canon anual. Buena parte de la tierra de las comunidades indígenas
fue convertida en censal, y los indígenas convertidos en propietarios
las vendieron Ya hacia 1873, 115,714 manzanas (200,000 acres) de
la región de la Costa Cuca y el Palmar fueron “reconstituidas” como
tierras estatales y repartidas en lotes de 1 a 5 caballerías, y vendidas
por 500 pesos a plazos.56
Según el Censo Cafetalero (1890) hacia estas fechas ya se había
realizado una profunda distribución de la propiedad y se había
55 El Censo enfitéutico era un contrato de arrendamiento vitalicio de tierra estatal, de
muy bajo precio, y que benefició inicialmente a los indígenas; cuando se convierte
la tierra censal en propiedad privada y en consecuencia se puede comprar, sólo
los grandes terratenientes pudieron hacerlo. Las leyes del mercado, en este caso,
aplicada a la mercancía tierra, afectó a quienes no tenían moneda, ni créditos, ni
solvencia de otro tipo. El capitalismo con su libertad de compra venta perjudicó a
los indígenas.
56 Información tomada del notable trabajo de Robert G. Williams, Status and Social
Evolution, Coffee and the Rise of National Governments in Central América, The
University of North Carolina Press, Chapel Hill, 1994, p. 60-67.

62
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

constituido de forma extensa la hacienda cafetalera. El Censo


mostró que más de la mitad de las fincas eran grandes plantaciones
con más de cien mil árboles, lo cual revela que en Guatemala ya
se encontraban desde entonces las más extensas plantaciones en
comparación con otro país centroamericano. El latifundio no se
formó rápido, nació así y fue desde sus inicios la forma de propiedad
de la burguesía agraria. El latifundio conformó a la oligarquía y
las bases materiales del poder, lo que más adelante explicará por
qué la lucha antioligárquica es una demanda por la democracia y
viceversa.

Tabla 13
Guatemala, producción de quintales de café (oro) y precio US/libra
(1885-1905)
1885 7,5 515.167 1892 15.6 486.774 1899 6.1 841.000
1886 14.6 524.506 1893 17.1 592.478 1900 8.3 730.000
1887 14.3 473.851 1894 15.9 614.000 1901 6.5 676.213
1888 14.9 362 770 1895 15.6 692.200 1902 5.5 774.023
1889 16.8 546.920 1896 12.6 684.000 1903 5.6 578.973
1890 18.1 503.563 1897 7.8 755.000 1904 7.8 647.633
1891 15.5 519.302 1898 6.3 826.000 1905 8,3 810.817
Fuente: Tabla A-1 R. Williams, óp.cit. p. 267-268

El régimen de trabajo semi-servil fue una adaptación


perversa de las necesidades capitalistas de la producción cafetalera,
de nuevo basada en prácticas coloniales, un ejemplo del desarrollo
desigual y combinado.De hecho no habría habido un ‘boom’
exportador tan importante, si no se hubiese resuelto el problema de
la fuerza laboral, sobre todo si se considera que el café necesita en
la época de cosecha, cinco veces más trabajadores que el maíz o el
azúcar. No fue casual que las mayores empresas estuvieran cerca
de poblados indígenas. La ‘inspiración’ fue la lógica colonial del
trabajo forzado a través del régimen de mandamientos, que incluyó
en el régimen liberal un salario simbólico; y las habilitaciones,

63
Edelberto Torres-Rivas

que era el peonaje por deudas, que creó la figura del mozo colono,
retenido vitaliciamente en la hacienda.
Si faltasen pruebas de la visión precapitalista, acusadamente
señorial de los intereses predominantes en el Estado liberal oligárquico
sólo recordemos una circular del 3/XI/1876 que autorizaba a
los gobernadores departamentales a ayudar a los productores a
obtener trabajadores, incluyendo el reclutamiento forzado.57 Los
trabajadores estaban obligados a portar siempre un libreto que
probara su trabajo y que no tenían deudas pendientes. Fue esta otra
manera legal de crear el trabajo obligatorio.58 Se formó así una red
de intereses económico-sociales y/o político/culturales dominantes,
que buscó la concentración del poder y se expresó como dictaduras
caudillescas. Se habla frecuentemente de oligarquía, primero, como
una calificación sucedánea del término burguesía, y después con
una connotación más substantiva, como un ser social con rasgos que
definen la naturaleza local de una dominación agraria, un sujeto que
continuó las instituciones coloniales. Lo oligárquico es también un
estilo de ejercicio de la autoridad, una ideología dominante, un tipo
de personalidad social, un personaje literario. El Recuadro 5 es un
ejemplo siniestro, una ley de 1894, que pareciera definir la suma de
los rasgos señoriales, lejos del capitalismo, arbitrados frente a los
indígenas.

57 Hay coincidencia entre los historiadores del período postcolonial, de que


Carrera mantuvo una actitud compasiva con los indígenas, que lo llevó a limitar
muchas medidas sobre el trabajo y la tierra que los perjudicaban; estas políticas
caritativas -y el problema no es moral- contrastan con los excesos que en nombre
de la modernización cometieron los liberales y, desde entonces, todos los gobiernos.
Una visión nueva sobre las relaciones en el régimen conservador aparece en René
Reeves, Ladinos with Ladinos, Indians with Indians: Land, Labor and regional ethnic
conflict in the making of Guatemala, Stanford University Press, Stanford, 2006, esp.
cap. II; R. Williams, Status and Social…óp. cit., p. 111-115.
58 Robert Williams, p. 116; Gustavo Palma y Arturo Taracena, p. 92-97.

64
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Recuadro 5

En defensa del orden social, los campesinos pagan

“Cada patrono de una finca rural deberá entregar un


libreto al mozo colono donde deberá constar el contrato celebrado
y asentará semanalmente las cantidades que reciba y las que
abone; no dar trabajo a ningún jornalero o colono que no presentare
su boleto de solvencia con su anterior patrón, si lo hubiera tenido.
El patrón, por medio del alcalde auxiliar de la localidad, podrá
retener o poner en depósito provisional los haberes en especie,
animales u objetos que la ley permite embargar y que pertenezca
a un colono que haya huido o de señal inequívoca de querer huir
sin estar solvente con el patrón. Los patrones, sus encargados o
agentes, podrán perseguir a los trabajadores fraudulentos que no
hubieren cumplido sus compromisos y las autoridades designadas
en esta ley están estrictamente obligados a expedir órdenes de
captura y facilitar los medios que están a su alcance para su
aprehensión. Aprehendido el trabajador, queda a sus patronos,
sus encargados o agentes, la facultad de pedir que se devuelva a
la finca o sea remitido, para que desquite la deuda, a la Compañía
de Zapadores. Todos los gastos ocasionados por la captura,
detención o conducción del jornalero o colono prófugo, serán por
cuenta de éste, cargándose a su respectiva libreta. El colono
puede comprometerse a trabajar en una finca por un período
no mayor de cuatro años, pero pasado ese tiempo, aunque no
se renueve el contrato, si el trabajador no está solvente con el
patrono, no podrá retirarse de la finca”

Decreto 243, del 27/3/1894.

65
Edelberto Torres-Rivas

IV. El Estado liberal: estancamiento y decadencia


(1898-1944)

Los períodos en que aparecen y/o se modifican los


componentes o rasgos estatales, que por ello incluyen la
implantación o surgimiento de instituciones políticas, no
corresponden exactamente a los períodos de expansión económica,
de crecimiento del comercio internacional o algo similar, sino a
coyunturas políticas en el recto sentido de ser estas la expresión
de crisis que articulan de manera distinta los intereses de clase,
o cambios de dirección en los procesos, o constituir opciones
históricas contradictorias. La expansión agrocafetalera entendida
tanto como aumento en las extensiones cosechadas y en el valor-
volumen de lo exportado no causan per se ninguna otra novedad que
la expresión estadística de un ciclo transitorio. Ni la política depende
de la economía ni el fortalecimiento del Estado de la bonanza del
café. En los razonamientos que se vienen formulando sólo existen
relaciones que en el largo plazo tienen una intención explicativa.
En ese sentido histórico y sólo en ese sentido, el Estado liberal
fue la expresión política y cultural de la crisis del poder colonial,
alternativa relativa de organización dominante en relación con el
período colonial y su larga crisis. Es la opción de poder de una
protoburguesía cafetalero/comercial, la oportunidad histórica de ser
clase (o grupo) nacional, basada en la dominación y explotación del
campesinado indígena a la manera colonial, pero con una economía
de exportación y una legalidad liberal. Es la acumulación de capital
con apoyo en formas pre-capitalistas, cuyo resultado contradictorio
llamamos ‘oligarquía’, una burguesía territorializada. No obstante lo
relativo a las desigualdades sociales, a los pilares de la dominación,
a los estándares de subordinación y explotación de los indígenas
se reforzaron. Las estructuras del poder político constituyen una
constante asociada a la permanente expropiación de las tierras, a los
regímenes de trabajo indígena, a la pobreza.

66
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Se viene de presentar el momento más importante de


la revolución liberal (1871-1898), breve pero intenso, relativo
a los avances en la perspectiva de crear un Estado que llamamos
liberal pero que no es moderno, apoyado no solo en la expansión
de la economía primario exportadora sino en la implantación de
instituciones y la creación de organismos necesarios para atender las
nuevas funciones públicas. Fue este un espacio de veintisiete años,
tiempo en que el impulso reformador que inició el general Barrios
se prolongó como inercia con los gobiernos de los generales Manuel
Lisandro Barillas (1885-1892) y José María Reina Barrios (1892-
1898), ambos de la élite militar ‘barrista’, en abierta pugna interna59
y que se beneficiaron de un buen ciclo exportador. En la medida en
que ocurre un período de producción y exportación agrocomercial,
se expande el dominio de los hacendados/terratenientes sobre
el campesinado y se consolida el sistema de dominación social
y política, en nuevos ámbitos locales y regionales. El papel del
ejército aumenta a través de su presencia en el poder local controlado
centralmente en el sistema de administración unificada de lo político
y lo militar (Jefes políticos y Comandantes de armas).
La larga época siguiente (1898-1944) se califica como una
de crecimiento muy moderado o estancamiento relativo (1898-1921)
y luego uno de decadencia (1929-44). El estilo de dominación,
desde y afuera del Estado va cambiando. No es la economía lo
que autoriza esta periodización sino los cambios en el interior de la

59 Las tensiones entre los ideólogos y políticos liberales fue constante, y no solo por
cuestiones de poder sino sobre modelos de desarrollos estatales, de instituciones
democráticas, como las de los países europeos y en Norteamérica y la necesidad de
la dictadura aceptada como transitoria. Esta lucha sucedió por ejemplo, en la pugna
entre García Granados y Justo Rufino Barrios, este partidario de la dictadura nece-
saria aunque siempre haciendo referencias a la vida democrática. La élite militar, de
la que formaban parte los dos generales que siguieron a Barrios, creían en la suce-
sión presidencial pero en el interior de su claque. Véase: Wayne Clegern, Origins of
Liberal Dictatorship in Central América, Guatemala, 1865-1873, University Press of
Colorado, Niwot, 1994; James Dunkerley, Power in the Isthmus: a Political History of
Modern Central America, Verso, London 1988 (hay versión en español) y….

67
Edelberto Torres-Rivas

Tabla 14
Porcentaje estimado de votantes: elecciones presidenciales
(1865-1941)

Porcentaje de
Año Presidente
población votante
1865 0 Vicente Cerna*
1869 0 Vicente Cerna*
1873 0 Justo Rufino Barrios*
1876 0 Justo Rufino Barrios*
1880 3 Justo Rufino Barrios
1886 0 Manuel Lisandro Barrillas*
1891 4 José María Reyna Barrios
1898 0 Manuel Estrada Cabrera*
1904 4 Manuel Estrada Cabrera
1910 4 Manuel Estrada Cabrera
1916 4 Manuel Estrada Cabrera
1920 13 Carlos Herrera
1921 13 José M. Orellana
1926 13 Lázaro Chacón
1931 14 Jorge Ubico
1935 39 Jorge Ubico
1941 0 Jorge Ubico*

Fuente: Yashar, Deborah J. (1997). Demanding democracy. Tomado de Ochoa


(1987:884).
Nota: Por nombramiento o por golpe de Estado. Ochoa calculó los porcentajes de
acuerdo con el estimado de votantes sobre el estimado de habitantes.

oligarquía (que se ha calificado de protoburguesa para aproximarnos


a los cambios que experimentó después del período colonial), como
resultado del surgimiento en el mercado local de los empresarios
extranjeros en la producción, intermediación y comercialización del
café con el capital norteamericano controlando paulatinamente los
mecanismos más importantes de la economía nacional.

68
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

No han sido suficiente elaborados los efectos políticosociales


que tienen el aparecimiento de la gran hacienda cafetalera alemana,
el fin de los bananeros nacionales, el surgimiento de la plantación
extranjera, la entrega de los vitales servicios económicos como
los ferrocarriles, puertos, luz eléctrica, telegrafía y otros. Es la
desnacionalización del mercado, la sumisión del burgés nacional, el
debilitamiento del Estado nacional: el capitalismo dependiente cuyo
proceso de acumulación se realiza en el exterior.
El tramo del estancamiento se inicia con el gobierno del
licenciado Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) cuando la futilidad
del liberalismo estatal ocurre; luego viene un decenio reformista,
frustrado (1921-1930) y termina con la decadencia del liberalismo de
Jorge Ubico (1931-1944), cuando ya se está a la mitad del siglo XX.

1. El Estado liberal en crisis de estancamiento

En teoría se postula que el Estado siempre está en


constante transformación, nunca se da por finalizado el proceso
de su constitución aunque también puede estancarse, detener
su modernización. En Guatemala, se asistió a un contradictorio
movimiento de avances y retrocesos, como el que se produjo
en los primeros veinte años del siglo XX, con el gobierno de
Estrada Cabrera, que se inició en el seno de una grave crisis de la
demanda mundial, sufrió los efectos de la 1ª. Guerra Mundial y del
terremoto de 1917. Por ello y por otros motivos, se introdujeron
nuevas modalidades funcionales relacionadas con la utilización
de la violencia en el interior del Estado y en su manejo de orden
e integración con la sociedad. El legado dictatorial del general
Barrios fue recogido y profundizado por el régimen de Estrada
Cabrera hasta crear un Estado con rasgos terroristas.
El momento ‘despótico’ con don Justo fue excepcional.
En su caso se propone aquí un supuesto explicativo bien conocido:
el uso de la violencia y algunos usos discrecionales del poder al
69
Edelberto Torres-Rivas

margen de la ley habrían sido utilizadas para asegurar cambios


fundamentales en momentos de crisis o reequilibrio político y
sólo pueden entenderse cuando sus resultados son convenientes
para el desarrollo de la sociedad. Como rasgos de gobierno tienen
su momentum (como fracción de tiempo), entendido no como
justificación sino como una opción funcional y temporal vinculada
a necesidades fundacionales, de construcción de un nuevo orden en
el interior de una lógica que explica cómo la ilegalidad y la violencia
van perdiendo utilidad si ya no contribuyen a la modernización del
Estado y paralizan iniciativas económicas y culturales. Barrios se
movió en el clima cultural creado por los ideólogos liberales de la
‘dictadura necesaria’ y luego de una Constitución que fue como una
cárcel con barras de seda, figura harto conocida para que el dictador
pudiese ‘entrar’ y ‘salir’ a su gusto. El proyecto estatal avanzó con
Barrios y fue más sinuoso con Estrada Cabrera.
El poder (a partir de 1898), desarrolló rasgos terroristas
que pueden originarse en motivos internos o en causas externas.
Véanse los primeros. En su ‘ascenso’ al poder y para mantenerse
en el mismo, el licenciado Estrada enfrentó circunstancias sociales
adversas: una ocasionada por el profundo malestar que causó en el
seno del ejército que a la cabeza de la república arribara una figura
civil,60 un funcionario sin lucimiento. Otra, el advenimiento al
poder oligárquico de un burócrata liberal, sin vínculo alguno con
la aristocracia cafetalera ni con la élite político-militar y que por
añadidura fuese un ladino hijo ilegítimo: ¿Estrada o Cabrera? Este
síndrome del “buen apellido” o de la “sangre azul”, sistema de
60 El general José María Reyna Barrios sucedió al general Manuel Lisandro Bar-
rillas: aquel, antes de terminar su período fue asesinado (feb. 1898), lo que des-
pertó la pugna por sucederle. El licenciado Estrada Cabrera, primer designado a la
presidencia, se hizo elegir provisionalmente de manera sorpresiva y en contra de la
voluntad de los militares liberales, próximos a Barrios y considerados sus herederos
‘naturales’. Estrada eliminó a los más peligrosos y convocó seis meses después a
elecciones. Una narración de cómo fueron asesinados, expatriados o perseguidos
figuras de la oposición liberal aparece en Catherine Rendón, Minerva y la Palma: el
Enigma de don Manuel, Artemis Ed., Guatemala, 2000.

70
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

prejuicios hondamente afincado en la cultura racista heredada de


España habría de ser el precio del rencor que, en veintidós años,
Estrada no terminó de pagar.
El antropólogo norteamericano J. Britnall sostiene
vivamente que la ascendencia y el conocimiento de los antecedentes
familiares de un político fueron siempre unos factores críticos en su
aceptación;61 es esta la inferencia que tiene la noción de ‘raza social’ y
las formas de asignarla en sociedades racistas como la guatemalteca.
El ‘licenciado’ nunca pudo resolver adecuadamente sus relaciones
con los generales; tuvo que recurrir al miedo, al interés o a la
complacencia. También se apoyó en intentos de organizar desde
la presidencia a sectores populares y resolver sus relaciones con el
Partido Liberal. Frente a militares y/o empresarios y/o políticos
soberbios o desleales utilizó el terror y la astucia administrados
generosamente no tanto por la gravedad de las amenazas cuanto por
el volumen de información que los servicios secretos producían.
Las razones externas son aún más fuertes. Estrada Cabrera
asume el mando cuando ya una profunda crisis económica mundial
golpeaba a la sociedad cafetalera, desorganizando todos los
mínimos administrativos con efectos de largo plazo. De manera
adicional, tuvo que administrar dos fenómenos excepcionales con
efectos políticos como los causados por la 1ª. Guerra Mundial y los
terremotos de la ciudad capital de 1917/18.
Los factores mencionados se sobreponen o se alimentan en
la abundante fuente de la violencia colonial, la conocida tradición
nacional de autoritarismo que de Carrera pasó a Barrios y recibió
Estrada. El resultado simbiótico fue un ingenio fatal: un Estado con
rasgos terroristas que tiene como punto de arranque un ambiente
ficticio, pero vivido como real en el cual se supone que operan
diabólicas fuerzas en la oposición, que el ‘Señor Presidente’ está
61 J. Britnal, en Carol Smith, Interpretaciones norteamericanas sobre la raza y el
racismo en Guatemala, en ¿Racismo en Guatemala? Abriendo el debate sobre un
tema tabú, Avancso, Guatemala, 2004, p. 137.

71
Edelberto Torres-Rivas

rodeado de enemigos políticos que conspiran permanentemente.


Con ese ánimo no se determina ni quién es el culpable ni cuál es el
delito, lo que vuelve innecesario el procedimiento judicial. El mayor
rasgo del Estado terrorista es este conjunto de imprecisiones legales.
‘El Señor Presidente’ determina arbitrariamente a quiénes y cómo se
les debe castigar.
Se elimina el proceso judicial que en una situación normal
es el instrumento para determinar la comisión de un delito. ¿Quién
castiga y cómo? En este clima todos son culpables mientras ellos
no prueben su inocencia. Se olvida el sentido de la culpa, que es
como subvertir la calidad de inocencia para punir ¿A quién se está
castigando? ¿Por qué se le persigue, se le culpa y se le castiga? Esto
tiene que hacerse en la oscuridad, en el silencio. La justicia en una
situación normal exige un proceso público y la culpa o la inocencia
son proclamadas, pero en medio de razones excepcionales. Como
se vive el síndrome de una conspiración en marcha, todo tiene que
hacerse en silencio.
La opacidad es la garantía de la verdad, y entonces viene
la tortura, la desaparición, la muerte, la pérdida de la propiedad,
o simplemente las amenazas veladas. Se vigila para informar, se
informa para denunciar, se denuncia para castigar. Nadie sabe quién
vigila a quien. Esta posibilidad de culpa ‘igual a uno’ es lo que
produce miedo y califica el primer rasgo del poder terrorista: el temor
fundado de que nadie está a salvo. Si fuese un corto período de tiempo,
el miedo se olvida; después de varios años, el terror se internaliza
y vuelve anormal las conductas, que solo llevan a la inacción, el
retraimiento o la complicidad, lo que configura el segundo rasgo del
poder terrorista. Todo esto se funda en una estructura que se sabe
ilegal pero no se puede denunciar, ¿a quién? ¿Con qué objeto? Hay
una distancia entre la anormalidad de esta maquinaria implacable y
la ley, la constitución, los derechos humanos. La sensación gradual
de impotencia, de pérdida, completa como tercer rasgo del poder
terrorista.

72
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

La base del poder no se apoyó sin embargo sólo en el ejército.


El Código Militar (1878) había contribuido a institucionalizarlo
más y que con la creación de la Escuela Politécnica (1873) se
profesionalizó la carrera militar.62 Desde entonces ocurre una
distinción entre militares de ‘escuela’ y de ‘línea’; estos fueron
oficiales sin formación profesional, que ascendían desde la tropa,
incorporados directamente. El ejército estuvo siempre bajo control
presidencial y con Estrada se jugó a las lealtades de unos y otros,
promoviendo a oficiales ladinos de origen provincial. Pero fue la
policía su mejor apoyo, que se intento refundar conforme el modelo
de la policía de Washington (1901) con asesoría del coronel Gustavo
Joseph, oficial norteamericano. Este mismo año se creó el cuerpo
de detectives, como parte de la estrategia de control y vigilancia
política. Años más tarde se creó la Escuela de Instrucción de la
Policía, primera academia especializada en el país.63 También hubo
una Policía Montada en las zonas rurales, que incluyó por épocas a
la ciudad capital.
La tabla 15 da información sobre la estructura de los
ingresos y gastos del Estado, en moneda nacional que, con relación
al dólar, estuvo en permanente desvalorización. No se entienden los
superávit tan frecuentes, menos aún después del terremoto y de la
crisis provocada por la Guerra Mundial.

62 Fue este interés ya por parte de García Granados, que envía una misión a
Francia, Prusia y España realizada por el embajador guatemalteco Ramón Palacios
y que permite el arribo al país, a fines de 1872 del mayor Bernardo Garrido y
Agustino, acompañado de los tenientes Mariano Sancho y Julián Romillo, como
director de la escuela politécnica. Douglas Keberlein Gutiérrez, The Guatemalan
Liberal Revolution of 1871 and the Founding of the Escuela Politécnica, citado por
Bernardo Arévalo, en De las Milicias al Gran Cuartel, manuscrito, 2008, p. 31.
63 Ricardo Clavería, Historia de la Policía Nacional, 2008, p. 20, citado por B.
Arévalo, óp. cit. p. 33.

73
Edelberto Torres-Rivas

Tabla 15
Ingresos y gastos del Estado, 1903-1918 (En moneda nacional)

Año Ingreso bruto Gasto total Balance


1903 17,518,884 23,201,000 Déficit (5,614,116)
1904 30,315,413 39,906,529 “ (9,591,116)
1905 34,058,169 45,392,383 “ (11,334,214)
1906 30,500,772 45,732,987 “ (5,232,215)
1907 35,297,822 44,560,222 “ (9,262,400)
1908 37,335,957 44,929,752 “ (7,593,795)
1909 49,239,723 70,554,261 “ (21,315,538)
1910 51,571,440 45,959,410 Superávit 5,612,030
1911 62,047,475 69,161,969 Déficit (7,114,494)
1912 71,014,726 76,682,916 “ (5,668,190)
1913 83,644,025 46,463,582 Superávit 37,180,443
1914 82,399,924 48,735,805 “ 33,664,119
1915 85,007,704 67,841,283 “ 17,166,421
1916 134,935,121 91,753,289 “ 43,181,832
1917 135,71,585 131,413,228 “ 4,508,357
1918 110,937,325 77,666,023 “ 33,271,302

Fuente: Rendón, Mary Catherine. Manuel Estrada Cabrera 1898-1920, Tesis


doctoral, p. 56

Es necesario referirse a tres sucesos económicos que hubo


en estos años, tres dimensiones que tuvieron efectos debilitadores
en el mediano plazo en la constitución estatal. Uno, la creciente
participación de extranjeros, alemanes sobre todo, en el negocio
cafetalero; fue resultado de una política de colonización que suponía
que los emigrantes europeos, emprendedores y con recursos, serían
un factor de civilización en el seno de una sociedad atrasada.
Emigrantes belgas y alemanes llegaron en forma individual o como
parte de grupos empresariales. Fueron cosechadores y además
intermediarios en el comercio de exportación.

74
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

La capacidad innovadora de los hacendados alemanes los


situó pronto en el primer lugar productivo y como los mayores
intermediarios en las ventas al exterior. Por ejemplo, en 1913, del
total de la producción de café (1.045,236 quintales), cerca de la
mitad fue producido por extranjeros y un 34% por alemanes. En
esa cosecha, la producción promedio de las fincas nacionales fue de
317 quintales por caballería, mientras que las de propiedad alemana,
de 1241 quintales, casi cuatro veces más.64 En la cosecha de 1935-
1936, de un total aproximado de 1.162,000 quintales exportados,
el 64% perteneció a firmas alemanas, el 18% a norteamericanas,
el 7% a holandesas, el 4% a británicas y sólo el 5% a comerciantes
guatemaltecos.
Los alemanes utilizaron la reglamentación colonial de la Ley
de Jornaleros, el peonaje por deudas, la mano de obra semigratuita,
con lo cual un grupo europeo, moderno, adoptó el mismo
comportamiento precapitalista de los cosechadores nacionales.65
Ellos expresaron la condición oligárquica de su constitución como
sujetos de la economía del café. Se concentraron en la boca costa
del Pacífico occidental y en Alta Verapaz, Actuaron como enclaves
aislados de la ciudad de Guatemala; muchos tuvieron su centro de
operaciones en Quetzaltenango, con Champerico como su puerto de
salida, mientras que los de Alta Verapaz tenían articulación directa
con Alemania a través del lago de Izabal.66
El segundo tema es el relativo al surgimiento del banano
como producto de exportación, que salvo los primeros momentos
hacia 1901 siempre estuvo en manos extranjeras. La primera
concesión de tierras nacionales, liberalización de impuestos y otras
canonjías se otorgó a la United Fruit Company (UFCO) y desde
64 Información tomada de Wagner, R. (1996, Tabla 34: 269). Véase también
González I., M. (2009).
65 Julio Castellanos Cambranes, Aspectos del desarrollo económico y social de
Guatemala a la luz de fuentes históricas alemanas, 1865-1885, IIES, Usac,
Guatemala, 1975 y M. Gonzalez, óp. cit.
66 Adams, R. N. (1970: 138).

75
Edelberto Torres-Rivas

Tabla 16
Volumen de las exportaciones de café, 1898-1920
(Volumen en quintales de café oro)
Año Volumen Año Volumen
1898 727,718 1908 569,718
1899 739,047 1909 1,115,626
1900 694,817 1910 664,550
1901 676,213 1911 774,571
1902 774,023 1912 723,013
1903 578,973 1913 875,337
1904 647,663 1914 831,365
1905 810,815 1915 775,631
1906 684,409 1916 803,878
1907 901,994 1920 939,538

Fuente: McCreery, óp. cit., p. 301; Wagner (1996), óp. cit., p. 329 citado por Icefi,
Historia de la Tributación en Guatemala, Guatemala, 2009, p. 102.

entonces empezó. La naturaleza de la plantación bananera fue la de


un monopolio, con el rasgo de una economía de enclave pues el ciclo
de la acumulación del capital se realiza en el exterior. La producción,
transporte y exportación de la fruta era de capital extranjero, sitio
donde culminaba la venta al detalle. La organización interna de la
agricultura bananera se hacía conforme a la ley norteamericana y
en el interior del enclave circulaba el dólar; durante mucho tiempo
la empresa no pagó impuestos y el salario obrero, el único gasto en
moneda local, no podía derramarse en el mercado nacional porque
el consumo de los trabajadores era captado por la oferta de los
comisariatos, tiendas de la misma empresa.
Y el tercero aspecto, vinculado con el anterior, es que el
mismo capital bananero pasó a controlar el sistema ferroviario, por
conducto de la International Railways of Central America (IRCA),
la cual se hizo cargo de terminar líneas construidas con recursos
nacionales, como el tramo que conecta a la ciudad de Guatemala
con Puerto Barrios; o la línea a El Salvador. A la IRCA también

76
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

le fue entregado el único puerto sobre el Atlántico, Puerto Barrios.


Los intereses de la UFCO-IRCA se convirtieron de inmediato en
una poderosa fuerza política en la primera mitad del siglo XX; la
Tropical Radio & Telegraph Co. producía toda la energía eléctrica.
El control por el capital imperialista llegó a ser alrededor del 40%
de la economía nacional.67 La oligarquía soportó estas pérdidas sin
defender su condición nacional.
Los ingresos públicos venían de los impuestos a la
exportación del café; en 1898 un quintal pagaba un peso plata, que
en junio de 1899 se redujo a un peso papel moneda, luego a seis
pesos en moneda corriente y en 1912 subió a uno y medio pesos oro.
También existió la contribución militar (pago para evitar el servicio
militar) que en el inicio era menor para los indígenas; en 1905 subió
a cien pesos anuales, sin distinción étnica y en 1915 a quinientos.
La renta sobre licores se mantuvo en 0.50 centavos por botella hasta
1915, cuando subió a un peso. Hubo varias monedas y distintos
tipos de cambio que, junto a procesos inflacionarios ocasionaban
una enorme anarquía en el cálculo económico y su control estatal.68
Este desorden debilitó la economía de precios y salarios, dificultó
el cálculo del valor/trabajo, y reforzó el uso de formas simbólicas,
de escaso valor adquisitivo como las fichas de cartón; estas crisis
reforzaron las prácticas serviles de trabajo.
El gasto público no daba atención a los problemas sociales;
según el Censo de 1893, había 1.3 millones de habitantes con un
85% de analfabetos; los gastos en educación variaron pero nunca
fueron superiores al 1% del presupuesto; en 1900 había 50 mil
alumnos en escuelas públicas y 4,700 en privadas, cifras que son
inestables. Se crearon las Escuelas Prácticas destinadas a enseñar
oficios (artesanía). En 1916 hubo 1502 profesoras y 1514 profesores;
en 1904, la educación superior tuvo 337 estudiantes y en 1919 la
Universidad Nacional Estrada Cabrera contaba con 335. No hubo

67 Handy, J., citado por Johannes Martí, W. (2006: 34).


68 La información anterior es tomada de Icefi-SAT, óp. cit., p. 101-104.

77
Edelberto Torres-Rivas

políticas de salud salvo cuando se trataba de crisis sanitarias para


atender las pestes como la fiebre amarilla (1915) que mató a 43,733
personas y estuvo bajo control.69
La estructura del poder descansó desde Barrios en el férreo
control que ejercieron los Comandantes de Armas locales y los
Jefes Políticos departamentales que después de 1905 se fusionaron
una vez más en una sola persona. Siempre hubo un oficial militar
a la cabeza, de “escuela” o de “línea”, en permanente rotación; en
1920 había 215 Comandantes locales y 88 guarniciones militares.70
Hacia 1900, el ejército activo tenía 2.555 oficiales y 6.884 soldados
organizados en 137 batallones, Los teléfonos, recién introducidos y
el servicio de telégrafos estaban militarizados. La relación de Estrada
Cabrera con los militares tuvo momentos de crisis, como el intento de
asesinarlo, conocido como ‘Atentado de los Cadetes’ (de la Escuela
Politécnica, 1908). Como sucedió en otras ocasiones, se desató una
fuerte represión contra oficiales y políticos, el cierre de la Escuela y
su creación, años después, con el nombre de Academia Militar.
Ya se dijo que Cabrera fundó los llamados “Clubes
liberales”, abiertos a los sectores sociales populares, especialmente
los del interior del país, buscando formalmente el apoyo de masas.
Se habla de una formalidad porque es difícil establecer la relación
entre la cantidad de votos a su favor y la magnitud de los aportados
por los Clubes. Tempranamente, el 12/VII/1903 convocó a sesión
extraordinaria de la Asamblea Nacional para modificar el Arto. 66
de la Constitución, que le permitiría reelegirse. A partir de 1904 se
convirtió en jefe del Partido Liberal.
En la primera reelección (1904), obtuvo 550 mil votos
en un país de 1.5 millones de habitantes y donde solo votaban los

69 PNUD (2001: 12).


70 Catherine Rendón, El Gobierno de Manuel Estrada Cabrera, en Asociación de
Amigos del País, Historia General de Guatemala, Tomo V, p. 20.

78
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

hombres, alfabetos y mayores de edad;71 el 2º período duró del


15 marzo de 1905 al 15 marzo de 1911; la 3ª prorrogó el mandato
hasta marzo de 1917. En esta oportunidad se fundaron más de
500 clubes políticos, muchos de ellos integrados por obreros y
artesanos; en esas elecciones obtuvo 80,000 votos. La búsqueda
de este tipo de apoyo no es democrática y corresponde a similares
experiencias autoritarias, pero es un intento primario, instintivo, de
algo parecido a una movilización populista que debiera analizarse
más. En Sudamérica en época posterior hubo experiencias de
Estados populistas, no democráticos pero sí populares, apoyados en
la estrategia de la movilización de masas como maniobra electoral.
En este trecho, se consolidó el latifundio finquero y las
modalidades coloniales semiserviles del mercado de trabajo, en
donde el peonaje por deudas se extendió y formó la figura del mozo
‘colono’, campesino servil adscrito vitaliciamente a la hacienda. La
economía cafetalera continuó prisionera de una fatal contradicción,
modernizante por sus vínculos con el capitalismo internacional, pero
precapitalista por sus relaciones sociales de la producción interna:
moderna para vender, primitiva para producir. En este cuarto de siglo
se consolidó como clase la segunda/tercera generación oligárquica,
una burguesía agraria terrateniente, reforzando su cultura señorial y
su experiencia política oligárquica.
Las primeras industrias se establecieron a finales de 1800 y a
comienzos del siguiente. Fueron iniciativas empresariales fundadas
por extranjeros nacionalizados y que constituyen los primeros
gérmenes de donde emerge lentamente una burguesía industrial.
Surgen fuertemente protegidas por el Estado, pero sin relación con el
capital imperialista extranjero: la fábrica textil de casimires Cantel,

71 Según don Francisco de Lainfiesta, la cifra razonable sería la de 350.000 votos,


lo cual indicó que unos 200.000 votos fueron ficticios, óp. cit. p.24; Según nuestros
cálculos, descontando un 40% de menores de edad y de esos un 80% de analfa-
betos, el corpus ciudadano estaría formado por unos 70.000, asumiendo que todos
fueron a votar. Véase tabla con información electoral más adelante.

79
Edelberto Torres-Rivas

de los Waisenberg en Quezaltenango; la de cementos de la familia


italiana Novella; y la de cervezas y bebidas carbonatadas (gaseosas)
de la familia española Castillo. La implantación industrial en una
economía caracterizada por fuertes rasgos precapitalistas, tuvo una
doble significación; por un lado, su emergencia como monopolios
por un largo período de tiempo, destinada al mercado interno y
respondiendo a una demanda nacional muy limitada. Y por el otro,
aprovechando las condiciones del mercado de trabajo cuyos rasgos
básicos los definía la hacienda cafetalera como trabajo forzoso, una
relación calificada por el peonazgo por deudas.
Aunque se establece una relación salarial, el valor de la
fuerza de trabajo, su nivel superior, está calificado por el sentido
general que imponen los medios violentos de reclutamiento y la
coacción extraeconómica que privan en el resto de la economía y que
tienden a la baja en el nivel salarial y al aumento consecuentemente
de la tasa de ganancia del capital.
A comienzos del siglo XX, como ya fue descrito, también
aparece la plantación bananera, los ferrocarriles, la administración
de los puertos y el transporte marítimo con los mismos rasgos
de monopolio gracias a las concesiones otorgadas por plazos de
noventa y nueve años por el Estado. Aquí también operó el contrato
de trabajo en sus niveles salariales mínimos, la explotación del
trabajador nacional en abierto provecho del capital extranjero.
En resumen, los intereses del capital industrial encuentran en la
existencia de relaciones precapitalistas del conjunto de la sociedad
una condición adicional favorable para su ganancia, ajena a las
relaciones modernas, pero propias del sistema de dominación social
existente.
La economía del ‘enclave’ bananero, que orientaba toda su
producción a los mercados externos, se organizó como monopolio
en la producción, controlando la oferta y por ello señalando los
precios de compra y como monopsonio, estableciendo el valor de
la demanda como el único comprador o en todo caso el más fuerte.

80
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Ambas operaciones finalizaban en el mercado norteamericano y por


ello se habla de ‘enclave’ que se define por su ausencia en el circuito
interno de acumulación y por su total integración con los mercados
del exterior.
La expansión de la economía cafetalera produce efectos
diferenciadores importantes en la propiedad agraria, del mercado
capitalista en formación y de los grupos sociales dominantes. Una
fracción se convierte en burguesía comercial terrateniente con
mayor influencia en el sistema de poder y en el Estado. Ese proceso
ocurrió sobre todo en las primeras tres décadas del siglo XX. Debe
considerarse aquí la división de funciones que se establece en el
seno de la economía cafetalera, entre el momento de la cosecha del
grano, cuando se procesa en el beneficio, y cuando el grano vuelto
polvo, se vende en el exterior.
Esa división de funciones determina un desigual reparto
de la tasa de ganancia que aumenta durante la etapa agroindustrial
o del ‘beneficio’, y es aún mayor en la intermediación comercial
frente al exterior, momentos donde ya no opera el salario sino el
capital. Estas etapas estuvieron casi siempre en manos de casas
extranjeras, de una élite comercial /financiera (alemanes durante
un tiempo) que trasladaba al interior los precios de compra, a los
que tenían que sujetarse obligadamente los cafetaleros nacionales.
Hubo algunas excepciones a este proceso que no alteraron el efecto
final: la conformación de una oligarquía cafetalera que se movía
entre relaciones precapitalistas para pagar y en el seno del mercado
capitalista, competitivo, para vender. Solo el trabajo forzado y
los mandamientos primero o las leyes de vagancia, después, les
aseguraban la acumulación de capital, porque la tasa de ganancia
era definida de forma claramente política.
Durante el régimen cabrerista, la economía cafetalera casi
se estancó, perdió su dinamismo, pues en 1898 exportó 727 mil
quintales de café oro que veintidós años después, en 1920, sólo
llegó a 939 mil quintales, un crecimiento del 23%. El banano creció

81
Edelberto Torres-Rivas

entre ambas fechas, de un valor de exportación de 43 mil pesos


oro a 990 mil, cifra importante si no se tratara de una estructura
de enclave, es decir, de un dinamismo del que la sociedad nacional
no se benefició sino muy tangencialmente. Fueron importantes
los ferrocarriles, cuya terminación se orientó en provecho de las
plantaciones bananeras, ahora en poder de la UFCO, así como el
servicio telefónico. En este tiempo también pasó a manos de la
Electric Bond & Share Co., el servicio eléctrico.
Los datos de exportación muestran casi un estancamiento,
o bien períodos de crisis con breves momentos de crecimiento.
En 21 años las exportaciones crecieron en un 29%, es decir un
aumento anual del 1.4%. Los términos ‘crecimiento’ y ‘aumento’
son adjetivos que fuerzan un tanto la realidad y no revelan lo
sucedido, salvo que todo ocurre a la sombra de un Estado protector
y represivo. Con los ritmos del crecimiento de la época de Barrios,
en las dos décadas con Cabrera la producción pudo cuadruplicarse,
pero ¡sólo aumentó menos de un cuarto por ciento!
Pero el monocultivo terminó y el café dejó de ser el único
rubro de exportación, pues pausadamente ocupó un segundo lugar
la producción/exportación de banano. No se sabe por qué razón (el
gobierno de) Estrada Cabrera no apoyó a los productores nacionales
de esa fruta que hacia 1901 exportaban la totalidad de la misma,
aunque en cantidades menores. La respuesta la sugiere Bulmer-
Thomas72 al subrayar el carácter estrechamente clasista del Estado
liberal, dominado por los intereses de la oligarquía cafetalera, que
en estas fechas ya competían con desventaja con los cosechadores
alemanes. Su desinterés por diversificar su producción los llevó a
ceder frente al monopolio bananero.

72 Víctor Bulmer-Thomas, La Economía Política de Centroamérica desde 1920,


BCIE, San José, 1989, p. I.3-l9.

82
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Tabla 17
Volumen y valor de las exportaciones de banano, 1898-1920
(Volumen en miles de kilos; valor en miles de pesos oro)

Año Volumen Valor Año Volumen Valor


1898 3,294 93 1908 24,591 200
1899 236,691 /a 118 1910 45,096 368
1901 262,692 /a 131 1911 64,610 527
1902 239,789 /a 60 1912 81,783 667
1903 13,651 89 1913 101,649 826
1904 11,734 127 1914 124,769 1017
1905 13,944 123 1915 131,858 1082
1906 19,026 155 19156 127,012 1035
1907 17,468 180 1920 100,277 990

Fuente: Rafael Piedra-Santa Arandi, Introducción a los problemas económicos de


Guatemala, 2ª. ed. (Guatemala: Editorial Universitaria, 1981), p. 140-B, citado por
Icefi, Historia de la Tributación en Guatemala, Guatemala, 2009, p. 102.
Nota: /a volumen en racimos. El peso oro equivalía al dólar de los Estados Unidos.

El régimen de Estrada heredó una grave crisis monetaria


y financiera, que tuvo efectos de lago plazo; por ejemplo, llevó
a autorizar a los bancos privados a emitir billetes de curso legal.
Así, el Estado perdió la autoridad monetaria y se convirtió en
deudor; además, dispensó a los bancos de la obligación de pagar
en moneda de plata u oro a la presentación de los billetes, permitió
el pago de impuestos en papel moneda, el tipo de cambio cayó y
la débil economía monetizada se debilitó más. Un ejemplo ayuda a
comprender esta situación: el año fiscal 1900 empezó con un déficit
que se resolvió con préstamos al gobierno de los Bancos privados de
la capital y el de Occidente, que se amortizaron con la contribución
de caminos, del papel sellado y timbres fiscales. El decreto 588
(octubre1898) ordenó descontar del 5% al 30% de los sueldos y
jubilaciones para alcanzar el equilibrio fiscal, tal como un siglo
después continúa haciéndose.

83
Edelberto Torres-Rivas

Era imposible fijar un razonable presupuesto de ingresos y


gastos, ya que los billetes en circulación se depreciaban con cada
emisión; el gasto nunca estuvo en relación con el ingreso, de tal
manera que los datos que se presentan en la tabla 18 deben tomarse
con reserva, pues son cifras que revelan un Estado minúsculo y en
crisis.
El presupuesto de gastos se repartía desigualmente; el
Ministerio de Gobernación y Justicia comprendía los poderes
ejecutivo, legislativo y judicial y el de Crédito Público para el
pago de la deuda externa. Como puede verse, los gastos gruesos
de funcionamiento estatal, en 1901, fueron el de guerra y el de
gobernación, que así continuaron en el 1919, pero disminuyeron las
jubilaciones y educación pública. Los ingresos públicos venían de
los impuestos a la exportación del café, que en marzo de 1898 un
quintal de café pagaba 1 peso plata, lo que en junio de 1899 se
redujo a 1 peso papel moneda, luego a 6 pesos en moneda corriente
y en 1912 subió a 1.50 pesos oro.
El impuesto a las importaciones se fijó en 1898 en un
30% sobre el valor de las mercancías a pagarse en oro nacional;
posteriormente fueron gravados otros productos de exportación.
También sufrió variaciones la llamada contribución militar, que en
verdad era el pago para evitar el servicio militar. La renta sobre
licores, que como se sabe era la segunda en importancia, se mantuvo
en 0.50 centavos por botella hasta 1915, cuando subió a 1 peso. Una
mirada cuidadosa a lo anterior sugiere que los indígenas eran los
mayores tributarios.
En resumen, en este período el Estado no se fortaleció en
su doble condición de dominación de clase y cohesión o integración
de clases; lo primero alude a su debilitamiento como poder
soberano al realizar ingentes concesiones de riquezas nacionales sin
compensaciones, sin impuestos, y por el lado del mercado nacional
aceptar estructuras productivas que funcionan como enclaves
y no benefician al mercado nacional. Los cafetaleros perdieron

84
Tabla 18

1901 % 1905 % 1910 % 1915 % 1919 %


Gob. y
Justicia
(Poderes
Legislativo
Ejecutivo) 304,708 14.1 234,302 10.8 270,570 12.4 158,880 11.2 281,626 13.7

pasivas” (jubilaciones y otros).


Rel.
Exteriores
15,505 0.7 35,602 1.6 59,402 2.7 57,619 4.1 126,406 6.1
Hacienda 180,007 8.4 109,155 5.0 100,189 4.6 96,588 6.8 177,668 8.6
Créd.
Público* 819,672 38.0 1,349,206 62.2 1,294,118 59.5 585,183 41.3 826,398 40.1
Fomento 225,769 10.5 137,787 6.4 129,650 6.0 125,127 8.8 268,374 13.0
Instr.
Pública 232,368 10.8 110,469 5.1 148,589 6.8 151,970 10.7 301 10.0
Guerra 327,886 15.2 165,312 7.6 142,310 6.5 227,119 16.0 348,950 16.9
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

(Datos en dólares según tasas anuales de cambio)

Clases
Pasivas** 49,661 2.3 26,236 1.2 28,598 1.3 14,559 1.0 31,283 1.5
Presupuesto General de Gastos de la Nación 1901-1919

Total 2,155,576 100.0 2,168,068 100.0 2,173,426 100.0 1,417,043 100.0 2,361,403 100.0

del INDH-2001, Guatemala: el financiamiento del Desarrollo Humano, p. 7

el pago de la deuda externa. Posteriormente dejó de aparecer en el Presupuesto


General de manera independiente, tal como ocurre con las llamadas “clases
Nota: * El rubro “Crédito Público” no corresponde a un Ministerio sino a un gasto,
Fuente: Elaborado con base en los Presupuestos Generales de esos años y tomado

85
Edelberto Torres-Rivas

competencia como productores en relación con cosechadores


extranjeros con altos niveles de productividad; y al compartir como
‘socios’ minoritarios la cuota de ganancia con los intermediarios
comerciales exportadores extranjeros. Lo segundo, se refiere a que
la dictadura no admite forma alguna de organización y participación
política; se mantiene como una autocracia celosa apoyada en la
policía para excluir o castigar. Las formas de hegemonía de clase
y de su legitimidad son menguantes a medida que se prolonga en el
tiempo, un poder autoritario que comprende ya dos generaciones y
cuya legalidad no puede derivar de los mecanismos electorales de
la reelección vertical, con candidato único. Es necesario un Estado
que controle pero también que gobierne.

La crisis que expulsó a Estrada Cabrera fue encabezada


por personalidades militares, políticas, religiosas y gremiales,
algunas organizadas en el Partido Unionista. El caudillo removido
por la Asamblea Nacional al declararlo insano se defendió con una
parte del ejército y un enfrentamiento violento (9-15 abril-1920).
Fue, de hecho, una alianza ecuménica conformada por fuerzas
artesanales, políticos conservadores de la oligarquía y militares
«barristas» herederos de la tradición liberal, pero, sobre todo,
influencias determinantes de la política norteamericana73 que, alentó
al unionismo y presionó a Estrada Cabrera. No se ha mencionado
la calidad intervencionista de la política norteamericana, creciente
desde el primer Roosevelt y gracias a cuya presión los diputados
cabreristas abrieron la crisis y alentaron a la oposición conservadora
de los Unionistas para la decisión final.

73 Estrada Cabrera desobedeció la política norteamericana de expropiar a los


alemanes durante la Primera Guerra Mundial, así como las recomendaciones de
poner orden fiscal y monetario conforme el Informe Kenmmerer. La influencia de EE.
UU. no ha sido valorada suficientemente. En sus memorias, Cabrera reconoce que
«[…] a mí, me abandonaron los yanquis […]», Arévalo Martínez, R., en Rendón, óp.
cit.: 34.

86
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

V. El momento final: la crisis del Estado liberal


(1930-1944)

1. La década extraviada

Cabrera se fue, el Estado permaneció. La política siguió un


trazo equívoco, la llamada ‘ley de las consecuencias no queridas’
según la cual las medidas adoptadas por los políticos no rebasan
los límites o los alcances trazados de antemano. La élite civil, la
fracción conservadora de la oligarquía enfrentó a los viejos generales
liberales con el finquero Herrera al frente del gobierno. Creyeron en
las consecuencias democráticas como un efecto natural. En efecto,
se abrió un momento de potencialidades de cambio que se frustraron.
Los militares ‘barristas’ retomaron el control y el Partido Unionista
se desorganizó con el golpe de Orellana en 1922. Sin embargo,
ocurrió un despertar de fuerzas sociales sofocadas por la dictadura
en la forma de organizaciones obrero-artesanales, hubo intentos de
formar partidos políticos por sectores medios y prácticas electorales
que no alcanzaron a consolidarse. Regresaron en elecciones que no
fueron fraudulentas pero tampoco democráticas los generales de
escuela José María Orellana (1924-26), Lázaro Chacón (1926-29)
y en febrero de 1931 fue electo como candidato de oposición el
general Jorge Ubico.
Lo relevante del decenio 1921-1929 fue la reforma a la
Constitución para prohibir la reelección presidencial (1927); se
dieron nuevas concesiones a la IRCA y a la UFCO como favores
políticos. En esta época el interés norteamericano para ordenar a la
región era múltiple. Hay que mencionar los llamados pactos de
Washington (1921) por el cual no serían reconocidos los gobiernos
productos de golpes de estado o medios fraudulentos, que los
Estados Unidos incumplieron al aceptar la reelección de Ubico. La
iniciativa de ordenar el sistema monetario incluyó enviar y apoyar las
recomendaciones del experto de la Reserva Federal E. W. Kenmerer

87
Edelberto Torres-Rivas

relativas a la creación de una moneda estable tras la adopción del


patrón oro y la creación de un Banco Central.74 Sus recomendaciones
tuvieron la oposición de los cafetaleros y banqueros. La reforma
monetaria, a fines de 1927, creó el quetzal a la par del dólar e inició
el fin del desorden monetario y de las cuentas nacionales.

1. La decadencia del poder liberal

El general Ubico fue el último dictador liberal, electo en


enero de 1931; su estilo personal y su concepción de las funciones
estatales alimentaron el inicio de la crisis final del poder oligárquico
liberal. No fue un caudillo en el sentido ya definido pero si alcanzó
el límite de lo que se llama el ‘gendarme necesario’, la función
ordenadora del poder absoluto frente a la magnitud de la crisis, con
el sentido apodíctico (necesariamente válido) del supuestamente
llamado a crear mediante su autoridad personal las condiciones para
el genuino funcionamiento del Estado y la sociedad. Sus orígenes
sociales y su experiencia como administrador de poderes regionales
agradaron a la burguesía y a los Estados Unidos.75
Le tocó administrar la peor crisis económica jamás vivida
por esta economía dependiente, un desequilibrio que cimbró al
conjunto de esta sociedad. No debería quedar duda que la crisis
económica no explica ni el autoritarismo ubiquista ni la decadencia
del poder oligárquico; los gérmenes de la descomposición estaban

74 El interés norteamericano por lograr reformas monetarias en Honduras y Nicara-


gua determinó que este experto estuviese primero en esos países.
75 Los textos del periodista Hernández de León así lo describen; también un pun-
zante ensayo de Eduardo Galeano, que aparece citado por Debora J. Yashar, De-
manding Democracy, Reform and Reaction in Costa Rica and Guatemala, 1870-
1950s, Stanford University Press, Stanford, 1997, p.42. Perteneció a uno de los
núcleos familiares más destacados de la oligarquía cafetalera, el mismo era ter-
rateniente y casado con una dama de otra rama con honda tradición aristocrática;
nacido en 1878 fue ahijado del general Barrios, hijo de un terrateniente y político
cabrerista. Fue un oficial exitoso como Jefe Político en varios departamentos desde
1907 y durante diez años, y luego Ministro de Guerra con el gobierno de Orellana.

88
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

ahí, en el interior de las relaciones del Estado con la sociedad y fue


el manejo político lo que la precipitó. En consecuencia están aquí
sugeridas las dos fases de una misma moneda: la crisis del gobierno
de Ubico y la crisis del Estado liberal.

Tabla 19
Centroamérica, Regímenes tributarios en el inicio de la crisis
mundial (1929)

    Como porcentaje del total


 
de ingresos
 
(millones US$)

Impuestos de

Impuestos de
Ingresos per

importación

exportación

Ingresos no
Impuesto al
Impuestos

tributarios
consumo
Ingresos

directos
cápita

Costa Rica 8.9 18 56.8 7.9 2.8 5.8 28.7


El Salvador 13.5 7.8 50.7 11.9 5.2 22.3 9.6
Guatemala 15.4 7.2 47.4 13.6 1.3 17.1 20.7
Honduras 6.9 9.8 58.6 1.3 0 10.8 27.7
Nicaragua 6.6 10.1 58.6 1.2 0    

Fuente: Bulmer-Thomas, 2003: 178; Perez Brignoli (2006), citado por A. Schneider,
en State-Building, and Tax Regime in Central América, pág. 117, a publicarse, 2011. 

Este Cuadro como puede verse contiene información precisa


acerca de una condición importante del sistema económico.  También
y sobre todo del político en tanto la capacidad extractiva corresponde
a un Estado con mayor o meno fuerza impositiva.  Como ocurre
en otros aspectos del funcionamiento del sistema, Guatemala tiene
la mayor producción en términos absolutos, pero las cifras gruesas
se descomponen cuando se las ve a través de lo que ocurre en el
comportamiento por habitante; y también, como sucede siempre,
Costa Rica se pone a la cabeza.  Ya desde hace mas de cien años esto
viene sucediendo, al punto que es valedera la certeza que el atraso
social de una sociedad no es sólo el producto de una crisis sino el

89
Edelberto Torres-Rivas

resultado permanente de la dirección histórica que al desarrollo le


imprimen las fuerzas sociales dirigentes, la llamada clase dominante. 
Costa Rica tiene el mayor ingreso per capita (18.0) y Guatemala
el menor (7.2)   Una segunda conclusión es oportuna, relativa a
existencia de altas tarifas de importación y bajas las de exportación,
estructura destinada a favorecer los intereses cafetaleros, por un
lado, y a los productores manufactureros, por el otro.  Y finalmente
una tercera, solo insinuada, acerca de los impuestos al consumo que
es un castigo a los mas pobres y la bajas tasas de impuestos directos,
que es un regalo a los rentistas.  El Cuadro que sigue proporciona
una información poco conocida relacionada con los efectos de la
crisis mundial del 29/30 en el ingreso personal, y que extrañamente
pareciera no haber disminuido; para Guatemala, el ingreso crece
tres veces mas en seis años, lo que de cierta manera contradiría
el argumento largamente empleado de que esa crisis produjo
estancamiento y con ello, castigo a la población del país.

Tabla 20
Centroamérica, Ingresos durante la Depresión

Ingreso como
  Ingreso per cápita
porcentaje del PIB
  1933 1939 1933 1939
Costa Rica 45.28 70.49    

El Salvador 11.41 12.58 8.46 8.80

Guatemala 4.19 5.45 11.00 14.29

Nicaragua 5.71 6.67 10.12 10.95

Fuente: Oxford Latin American Economic History Database, http://oxlad.geh.ox.ac.


uk/search.php, citado por A. Schneider, en State-Building, op.cit., pág. 117.

Una obstinación por la austeridad en el gasto público


y otras políticas de no invertir y ahorrar convirtieron la crisis en
un prolongado período de estancamiento social y político y en
consecuencia. La razón de Estado que manejó Ubico, en el seno de

90
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

una sofocada sociedad, fue la obsesión por el orden definido como la


inmovilidad por obediencia de actores en trance de modernización,
la difícil aceptación pasiva de medidas públicas que afectaban a
todas las clases. Los sectores medios se resentían ante la falta de
propuestas de innovación cultural, por el castigo a la protesta legal,
la oposición a proyectos de renovación económica y social.
La crisis mundial de 1929-30 mostró tanto las debilidades
inherentes al Estado liberal como la naturaleza feble de quienes lo
dirigían, la autocracia liberal, la oligarquía como clase subordinada
a los intereses de la burguesía del exterior. Las políticas procíclicas
aplicadas demuestran un instinto oligárquico tradicional, pues
aunque esta fue una crisis universal y profunda, sus manifestaciones
locales no fueron en el sector financiero sino en la agricultura de
exportación. Fue un crack financiero que en sociedades primario
exportadoras afectó primero el comercio internacional expresado
como un derrumbe de precios/volumen de las exportaciones, luego
en la demanda y en los ingresos del Estado.
Los datos estadísticos sobre la producción de café son
reveladores de un ciclo crítico perezoso: el último año de Ubico
(1943-44) apenas se cosecharon 132,498 libras, mientras que
en 1927-28 se produjeron 136,246.76 La producción cafetalera,
entre 1935-36 ya había empezado a crecer, pero esta señal no fue
advertida. El precio del café registró en los primeros cinco años
un descenso promedio equivalente al 30% de su valor monetario.
Y, como sucede en economías primario-exportadoras, cuando los
impulsos dinámicos se originan en la demanda externa, la pérdida de
tales impulsos se traduce en una decadencia del sector monetario del
mercado interno, no se pagan impuestos ni salarios, ni los créditos,
tampoco se hacen inversiones.
Se suspendió radicalmente el gasto público; la política
deflacionaria reforzó a largo plazo los efectos negativos de la caída
del ingreso del comercio exterior, con medidas tan graves como

76 FAO (1947: 98-99).


91
Edelberto Torres-Rivas

restringir el crédito bancario, suspender las escasas obras públicas,


reducir salarios de la burocracia. La merma fiscal ocasionó serias
perturbaciones al funcionamiento del Estado al bajar los ingresos
públicos que, en 1928 y 1929, fueron de 15.3 millones de dólares,
cifra que solo se alcanzó en 1945. Los impuestos a la exportación
bajaron de 2.0 a l.5 quetzales por quintal; hubo moratoria de pago a
los bancos y reducción de la tasa de interés.
Numerosos pequeños y medianos propietarios perdieron
su tierra. Un Estado sin recursos casi ya no lo es. Se rechazó el
patrón oro, pero no se depreció la moneda; muchas de estas medidas
no fueron transitorias porque, obsesionado por los déficit fiscales,
Ubico buscó saldos positivos en medio de la debacle. Ahorró
insensatamente al punto que un día antes de renunciar, con saldos
positivos en la balanza comercial que ahorró con criterio de ‘ama de
casa’, pagó los últimos saldos de la deuda externa.
El mismo ánimo restrictivo abarcó los largos 14 años de
dictadura: la reactivación del comercio exterior, desde 1934, no
estimuló la demanda local y la capacidad para importar fue en
1943 la mitad del nivel de 1929; el monto del gasto público se
mantuvo igual entre ambos períodos, y la contracción del crédito
bancario fue tan brutal en 1944 que alcanzó sólo el 43% del nivel
que tenía en 1929. En breve, la acumulación de capital se redujo y
afectó por vez primera y durante más de una década a la burguesía
cafetalera. Estos son motivos que contribuyen a explicar el hondo
malestar que dividió a la élite oligárquica en 1944. La ayuda militar
norteamericana relativamente considerable desde 1942/43 con
ocasión de la 2ª Guerra Mundial y el entrenamiento en el exterior
de una generación de oficiales, ya no fortaleció el poder personal de
Ubico sino al ejército como poder institucional que empezó a ganar
autonomía desde entonces. Estas circunstancias pueden dar cuenta
de la división del ejército cuando ocurrió la renuncia de Ubico.
El régimen reformó la vieja legislación laboral,
sustituyéndola por una normativa que reforzó el papel del Estado

92
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

y sus relaciones de dominio sobre los campesinos. Entre la nueva


legislación cabe mencionar la siguiente:
a) en 1932, el D.o 1816, estableció, de jure, el derecho de los
finqueros a portar armas y a matar al campesino sorprendido
en su propiedad. De hecho, esto ya venía ocurriendo.
b) El D.o 1995 abolió la Ley del peonaje por deudas que tan fuerte
influencia tuvo en la conformación colonial del mercado de
trabajo, de color servil, y que ató a varias generaciones de
indígenas a la hacienda cafetalera. La ley daba dos años para
que el propietario resolviera el adeudo con sus trabajadores,
después de lo cual el vínculo se terminaba.
c) El D.o 1996 creó el «delito de vagancia», en el que se incurría
si no se probaba tener alguna profesión, un cierto nivel de
ingreso o cultivo de la tierra. El «culpable», identificado por
el Estado, tenía que trabajar entre cien a ciento cincuenta
días en una propiedad cafetalera, por un salario señalado
por el propietario. El campesino debería portar un «libreto»
entregado por las autoridades, donde el terrateniente anotaba
los días trabajados.
La Ley de vagancia permitió al Estado ejercer un control
que se vería aumentado con el «impuesto de vialidad», que
determinó que todos los guatemaltecos, hombres y mayores de edad,
deberían pagar dos quetzales (equivalentes a dos dólares) o trabajar
gratuitamente por dos semanas en la construcción de caminos.
La historia documenta que, hacia 1935, los trabajadores rurales
ganaban un quetzal por semana, lo que hacía imposible el pago del
impuesto; en esas dos semanas, el trabajador debía cubrir su propia
alimentación.77 El Estado incentivó la producción de granos básicos
al punto que se dejó de importar trigo, frijol, maíz, arroz, algodón
y otros productos, en lo que Bulmer Thomas llamó «agricultura
de sustitución de importaciones». Véase gráfica 2 que exhibe el

77 Bulmer-Thomas, V., óp. cit., p. 72.

93
Edelberto Torres-Rivas

boom agrícola de bienes alimenticios y el lento comportamiento del


sector industrial.78
La sociedad guatemalteca venía cambiando entre la era
de Barrios padrino de Ubico, y la del ahijado, con medio siglo
transcurrido. Autores como Monteforte Toledo y Adams79 entre
otros, documentan cómo se volvió (más) compleja la estratificación
social —nuevos grupos cafetaleros, fracciones burguesas dedicadas a
la industria y al comercio— y donde las «clases medias» fueron más
importantes porque contribuyeron a definir diversas desigualdades,
a partir de otros espacios de diferenciación colectiva: educación,
urbanización, consumo, forma de vida, cultura de participación,
organización.
Del malestar social, se citan algunos ejemplos. El 28 de
julio de 1930 se produjo un levantamiento indígena en Totonicapán,
inesperado y rápidamente reprimido; con apoyo de la Federación
Regional Obrera de Guatemala (fundada en 1925 por anarco-
sindicalistas), en febrero de 1931 los obreros de Cementos
Novella se fueron a la huelga, primer movimiento antipatronal que
conmovió a unos y perturbó a otros. En febrero de 1932 ocurrió
el levantamiento y la masacre de 30,000 indígenas, en El Salvador,
con profundos efectos políticos en toda la región. Ubico utilizó
esos efectos al arrestar a unas trescientas personas acusadas de
comunistas, silenciando así el movimiento sindical. En Nicaragua
continuaba la lucha antiimperialista de Sandino, mientras que de
México llegaban noticias sobre la movilización campesina y obrera
por la nacionalización del petróleo. En 1934 fue descubierta una
organización ligada al Socorro Rojo Internacional y, tiempo después,
capturada una célula comunista, encabezada por Pedro Wainright
Nuila, fusilado junto a cinco militantes más.80

78 Dosal, P., óp. cit., p. 118 y ss. Bulmer-Thomas, V. óp. cit., p. 100-101 y Tabla IV.2.
79 Mario Monteforte Toledo, Guatemala, Monografía Sociológica, IIS-ISUNAM,
México, 1969 y Richard Adams, Crucifixtion By Power…. óp. cit.-
80 Dosal, P. (2005: 112-113).

94
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

El General tampoco toleró la protesta de la burguesía agraria.


Hubo problemas con la Asociación General de Agricultores (AGA),
a la que ilegalizó por desacato; en septiembre de 1934 un grupo
de importantes políticos y altos oficiales ubiquistas fue acusado de
conspiración y una Corte Militar condenó a muerte a dieciséis de
ellos, y a sesenta cómplices a presenciar la ejecución.81 También
reprimió las ambiciones nacionalistas de medianos bananeros
representadas por la AGA y opuestas a las concesiones a la compañía
frutera, compañía que finalmente obtuvo importantes tierras en la
región de Tiquisate, en el Pacífico. También hubo malestar entre
fracciones de la oligarquía por la política hipotecaria, financiera y
de créditos aplicada por el Banco Central y el Crédito Hipotecario,
que dejó a muchos sin tierra.
Militarizó los servicios de correos, aduanas, las instituciones
encargadas de los censos, la cartografía, algunos servicios de
salud y hasta la orquesta sinfónica y la educación secundaria,
a cuyo frente colocó coroneles, otorgando a los graduados el
grado de oficiales de reserva.82 Se prohibió las reuniones sociales
públicas y las privadas, salvo las autorizadas por la policía. La
militarización de la sociedad aumentó con la modernización de
las fuerzas armadas, gracias al apoyo norteamericano y los aires
de la Segunda Guerra Mundial. En 1931, había l8 generales de
división y 24 de brigada y, hacia 1944, 798 oficiales, de los que
80 eran generales y 5528 de tropa; la colaboración norteamericana
reformó la Escuela Politécnica, con 5 oficiales de West Point
como directores.83 La militarización del Estado se acrecentó con
la creación de los comisionados militares, seleccionando en cada

81 Ibíd. Entre estos últimos se encontraba Miguel García Granados, nieto del caudi-
llo de 1871 e íntimo amigo de Ubico, que luego huyó a México.
82 Gramajo Morales, (2003: 213), citado por Arévalo, B., óp. cit., p. 35.
83 La presencia militar norteamericana aumentó y, hacia 1942, había en el país casi
2000 militares, dos bases aéreas y otros servicios de seguridad.

95
Edelberto Torres-Rivas

comunidad a la personalidad más relevante, y considerada como


los «ojos y los oídos del Ejército».84
Fue decisivo lo que de manera genérica se llamaría la
dimensión internacional, en cuyo centro se encuentra la Segunda
Guerra Mundial y que tuvo los más disímiles efectos. Uno de ellos
fue la modernización relativa del Ejército nacional y la formación
de una ‘fuerza aérea’, por iniciativas de Estados Unidos como parte
de la defensa contra el Eje. Este sector de élite no se formó en la
obediencia a Ubico. Otro efecto fue político e ideológico, derivó
del incontenible aire democrático mundial, antifascista. Inglaterra
declaró la guerra a Alemania en septiembre de 1939 y un año después
Roosevelt y Churchill firmaban más que simbólicamente La carta
de las cuatro libertades, a la mitad del Atlántico.
El manejo de los efectos sociales de la crisis económica,
sobre todo después de 1936, al contrario de lo previsible reforzó
los intereses políticos de la oligarquía y debilitó al Estado. Hacia
1935/36, se fue restableciendo el comercio exterior pero la respuesta
no (solo) estuvo en la economía sino en la vida social y política. Al
régimen le tocó enfrentar también un malestar social con raíces de
larga longitud que empezó a tener presencia en los años veinte: un
movimiento sindical en ascenso, diversas formas de movilización y
organización popular y empresarial, es decir nuevos actores sociales
que se fueron definiendo en el sistema de dominación.
En referencia a lo anterior, en resumen, por su concentrada
estructura de poder, es decir, los intereses sociales que constituyen y
dominan al Estado, y por la lógica de su movimiento histórico, que

84 La figura del comisionado militar ha jugado un papel por momentos indispensable


en la red de control militar local, en la base de una pirámide de poder; es un desem-
peño equívoco entre lo civil y lo militar, entre lo público y lo privado, los favores y la
represión. Los comisionados se encargaron del espionaje y la delación en las entra-
ñas de la sociedad rural, así como del reclutamiento forzoso de jóvenes campesinos.
Anótese que para todos era obligatorio ese servicio público, aunque si se pagaba
una cuota podían eximirse del mismo.

96
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Tabla 21
Producción guatemalteca de café (1884 a 1946; cifras en 1.000 libras)

Año Guatemala a/
1944-45 151,679
1943-44 132,498
1942-43 142,640
1941-42 155,647
1940-41 113,759
1939-40 115,523
1938-39 118,609
1937-38 125,664
1936-37 147,710
1935-36 121,255
1934-35 94,358
1933-34 79,367
1932-33 110,011
1931-32 119,050
1930-31 89,949
1929-30 97,224
1928-29 90,610
1927-28 136,246
1926-27 135,144
Fuente: The World’s Coffee, No. 9, International Institute of Agriculture, Bureau de
la FAO en Roma.  Villa Borghese, 1947, Pág. 98-99 y 116; New York Pan-American
Coffee Bureau proporcionó las cifras de la primera parte de la tabla. a/ Producción
por estación octubre-septiembre

imponen los intereses militares sustituyendo los de la clase dominante,


el régimen de Ubico llevó las exclusiones a niveles suicidas en una
etapa en que la apertura era vitalmente imprescindible. Excluyó la
participación de importantes sectores de la burguesía oligárquica,
salvo contados grupos, cerró los poros por donde la presencia de
las capas medias intentaban aparecer, y por supuesto de los grandes
sectores campesinos y de núcleos de una clase obrera que fue
también formándose bajo el toldo envejecido del poder dictatorial.
La crisis exhibió la excesiva dependencia de los cafetaleros
de la protección del Estado y la forma como Ubico lo hizo,

97
Edelberto Torres-Rivas

rechazando su tradicional injerencia en las políticas públicas pero


ayudándolos. Por ejemplo, los impuestos a la exportación bajaron
de 2.0 a l.5 quetzales por quintal; hubo moratoria o suspendió los
pagos a los bancos y redujo la tasa de interés. Numerosos pequeños
y medianos propietarios perdieron su tierra. La crisis económica no
debilitó a los grandes intereses oligárquicos ni al sector bananero.
En conjunto, las políticas económicas vigorizaron el predominio
terrateniente y perjudicaron notablemente al campesinado indígena.
El conjunto del sector económico experimentó un
debilitamiento por varios años, que se repuso después de 1935; para
reforzar su condición agraria el Estado impulsó la producción de
granos básicos, que aumentó de manera ostensible, al punto que se
dejó de importar trigo, fríjol, maíz, arroz, algodón y otros productos
en lo que Bulmer Thomas llamó “agricultura de sustitución de
importaciones”. La gráfica 2 exhibe el “boom” agrícola apoyado en
bienes alimenticios y el imposible despegue del sector industrial.85

Gráfica 2
Guatemala, 1920-1945: Valor agregado en agricultura-silvicultura-
pesca y manufactura

USD millones (a precios constantes de 1970)


450.0
400.0
350.0
300.0
250.0
200.0
150.0
100.0
50.0
0.0
1920 1925 1930 1935 1940 1945

Agricultura, silvicultura y pesca Manufactura

Fuente: Bulmer-Thomas, V. (1989).

85 P.Dosal, óp. cit., p. 118 y ss. V. Bulmer-Thomas, óp. cit., p. 100-101 y Tabla IV.2.

98
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

La reelección de Ubico, en la tradición de las dictaduras


liberales, usó y abusó de la formalidad ya conocida. Para 1935,
logró una reforma de la Constitución, aparentemente en respuesta
a solicitudes espontáneas de 246 municipalidades. Se convocó
a un referéndum que obtuvo casi el 100% de apoyo popular y
se reeligió; cuando llegó el año 1941 se repitió el clamor de los
pueblos y se extendió de nuevo el mandato. En 1940, el Congreso
se reunió solamente para votar un obsequio de Q200,000 por sus
servicios a la patria. Hizo del poder legislativo una dependencia
casi personal, pues nombraba a unos diputados y proponía a otros
como candidatos, para ser electos por el único partido autorizado, el
Partido Liberal Independiente.
Un resumen del tipo de poder estatal puede proponerse. El
régimen reforzó aún más el control político de los Departamentos
en la ya conocida fórmula de reunir el poder civil y militar en los
llamados Jefes Políticos nombrados directa y personalmente. Creó
el sistema de comisionados militares al nivel local. El régimen
autónomo del municipio fue liquidado. Al terminar con el sistema
del peonaje por deudas y crear el régimen del delito de vagancia,
eliminó el poder de los terratenientes de controlar al campesino, que
pasó a manos de las autoridades municipales. La militarización situó
a los militares ejerciendo típicas funciones civiles: en los servicios
de correos, aduanas, cartográficos, la educación secundaria a cuyo
frente colocó coroneles.
Continuó la práctica de impartir justicia en sus constantes
viajes al interior del país. Lo mismo que habían hecho Carrera-
Barrios y Cabrera, con la diferencia que hacia 1940, Guatemala ya
tenía el doble de población que a la mitad del período de Cabrera,
el PIB per cápita era de 400 dólares, superior al de Costa Rica y el
doble de los otros países de Centroamérica. Hacia 1938 no había
ninguna excusa para continuar con el control piramidal militarizado,
ajeno a la inspiración moral de Tácito que proclamaba ‘más quiero
la libertad peligrosa que la servidumbre tranquila’. Aquí subyace
la esencia contradictoria de una sociedad socialmente diferida. El
99
Edelberto Torres-Rivas

celo por preservar el orden público frente a inexistentes excesos de


libertad condujo a un cuidado excesivo para que la participación
ciudadana no se diera en los procesos de constitución del poder. Pero
una opinión pública con miedo, pero crítica, surgía de los pliegues
íntimos del mundo social.
Se ha dicho que con Ubico se acentuó el ocaso del Estado
liberal. Ello no se explica sólo por el carácter del dictador sino,
(sobre todo), por la propia naturaleza del poder oligárquico, la
fuerza inercial al predominio del orden sobre la idea de la libertad
y el progreso. No importa el lugar común que ‘don Jorge’ fue un
instrumento de la oligarquía; él mismo era un destacado oligarca y
el sentido histórico de su mandato correspondía a los intereses de la
elite militar/finquera. ¿No advirtió que vivía fuera de su tiempo? El
análisis sobre este aspecto es decisivo por los efectos de largo plazo
que ha tenido en la cultura política y simbólica de la nación.
Los nuevos sectores sociales, de los que ya dio cuenta,
expresaron su malestar mas por sus demandas de democracia,
participación, educación, un comprensible motivo de protestas
políticas; desde 1943 fueron surgiendo expresiones de descontento
en estudiantes y maestros y aparecieron en las calles. Entre ellos había
obreros y muchos artesanos, clases medias ilustradas, una burguesía
media profesional, comercial e industrial y algunas personalidades
desprendidas del corpus oligárquico. Y como toda crisis política la
chispa incendia la pradera. Además el ejemplo fue sobresaliente, el
viejo general Hernández Martínez, teósofo y asesino, cayó en abril
de 1944, en El Salvador, después de una huelga general iniciada por
estudiantes.
Son varias las razones, que parten de la noción de que ‘ocaso’
es declinación, decadencia como desajuste entre lo institucional y lo
político, marcado por la contradicción entre lo tradicional que viene
como herencia y lo nuevo que surge como actualidad. Eso ocurrió,
sobre todo en los últimos años del régimen, cuando la recuperación
de la economía (1939) fue acompañada por el inmovilismo político.

100
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

El malestar de los de abajo crea tensiones múltiples que


se transmiten a todos. Por ejemplo, las importaciones siguieron
restringidas y el mercado local siguió deprimido a pesar que el precio
del café aumentó, de nuevo en 1939; la balanza comercial favorable
no estimuló el consumo sino sólo el ahorro estatal de divisas. En
breve, la expansión económica que acompañó los últimos años de la
dictadura, contradictoriamente, no benefició a importantes sectores
de la oligarquía y el Estado dejó de representar sus intereses. Un
efecto sensible es la limitación del consumo de las clases medias, a
lo que se sumaban limitaciones políticas.
Una autocracia de esta naturaleza no puede advertir los
intereses y demandas políticas que el desarrollo va produciendo,
nuevos actores contenidos por la violencia al inmovilismo político.
Esta situación se tradujo en la acumulación de problemas y demandas
en el seno de la sociedad, donde se fue creando un hondo malestar,
no en el interior del mundo rural, del campesinado potencialmente
explosivo, sino sobre todo en los espacios urbanos (la ciudad Capital)
donde los nuevos sectores sociales, que se formaron silenciosamente
en la época anterior, surgieron con la modalidad política de la toma
de calles y la organización gremial. Eso fue lo que sucedió en junio
de 1944.
La tensión social, el efecto llamado ‘olla de presión’, tiene
un tiempo histórico; el Estado con sus recursos coactivos puede
contener la inmovilidad de la sociedad, pero por circunstancias
imprevistas casi siempre termina por no controlarlas, y como el
estallido de la olla, ocurre porque ya no puede evitarlo su válvula
de escape. En las circunstancias que hemos llamado situaciones
límite, el Estado pierde toda posibilidad de auto regulación, y como
una olla descompuesta, deja escapar el gas que sale violentamente.
Esto, más que simbólicamente indica que el control del descontento
ya no estaba en la agenda del poder oligárquico.
Fue más que decisivo, rebus sic stantibus, lo que de manera
genérica se llamaría la dimensión internacional, en cuyo centro

101
Edelberto Torres-Rivas

se encuentra la 2ª. Guerra Mundial y que tuvo los más disímiles


efectos. Uno, es que el destino de las exportaciones de café se alteró
brutalmente: en 1934, Guatemala vendía a Alemania el 37% y solo
importaba el 11.5%. Esta balanza se volvió negativa cuando en
1939, el país vendió sólo el 11.5% e importó de ese país el 27%. La
decisión del III Reich de emitir marcos Aski para pagar sus compras
a Centroamérica, obligó a estos países a ampliar sus importaciones
a favor de Alemania.86 Las exportaciones se desviaron hacia los
Estados Unidos. Un segundo efecto, político e ideológico, derivó
del incontenible aire democrático mundial, antifascista. Inglaterra
declaró la guerra a Alemania en septiembre de 1939.
La dictadura que se apoyaba en el aislamiento informativo
de los ciudadanos, convirtiendo a la sociedad en un sitio oscuro y sin
ventanas, esta vez no pudo; y se filtraron las noticias “subversivas”
de la reforma agraria y la nacionalización del petróleo en México,
el derrumbe de Vargas, en Brasil, el Frente Popular en Chile, las
reformas sociales con Calderón Guardia, en Costa Rica. Y el
tercer efecto fue la expropiación de las fincas alemanas, medida
exigida por Estados Unidos a las que se opuso Ubico con particular
desobediencia. Los cosechadores germanos producían el 26% del
volumen exportable; al tomar la decisión abrió un frente social de
descontento.
Es arduo calificar como liberal una estructura de poder que
no atiende a las características que así lo señalaron en sus orígenes
clásicos, es decir una autoridad legítima que realiza la defensa de la
persona, sus derechos y en consecuencia, su condición ciudadana
en expansión. En su modelo clásico, el Estado liberal constituyó
un paso adelante en relación con el Estado absolutista; y los
principios de igualdad, libertad y fraternidad proclamados por la
Revolución Francesa alentaron la conformación de un nuevo poder,
que empezó a ser un poder democrático. Si con Barrios fue dudosa

86 Víctor Bulmer-Thomas, La Economía Política de CA…., óp. cit., p. 99 y Tabla


IV.1

102
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

la condición liberal del Estado, solo justificada por su energía


reformista, con Estrada Cabrera y Ubico se pierde al convertirse en
un estremecedor despotismo personal sin progreso. Frente a la Carta
de los 311, la huelga en la Universidad y en las escuelas públicas, las
movilizaciones de calle, el general Ubico renunció el 1º de julio de
1944. Su fuga constituyó la crisis final del Régimen y el inicio de la
crisis terminal del Estado liberal. La ‘Revolución de Octubre’ es la
primera fase de ese período que habría de prolongarse hasta 1986.

VI. El Estado desarrollista

Aunque no hay acuerdo unánime se calificó así al Estado


que surge en América Latina en la 2ª Posguerra y que se proyecta
como el poder que se asocia con el desarrollo capitalista más
avanzado. Al contrario de lo que creían los economistas clásicos, se
empezó a pensar que el desarrollo económico y la modernización
de la sociedad podían ser promovidos, ser el resultado de decisiones
racionales, de estrategias elaboradas y aplicadas mediante decisiones
políticas desde el Estado. Durante mucho tiempo, la creencia liberal
clásica afirmó que el desarrollo del capitalismo era un proceso
aparentemente espontáneo, tenía que acaecer; era ciertamente un
capitalismo políticamente protegido (el orden militar lo aseguraba)
aunque no políticamente promovido.
Pero en esta posguerra surgieron nuevos intereses y
aspiraciones sociales, el predominio de una población urbana,
cambios en la estratificación social. Aparecen las clases medias,
diferenciadas profundamente en su interior y caracterizadas por sus
niveles de educación y cultura, el tipo de consumo y su activismo
político. La intensidad de las expectativas y demandas sociales que
aparecieron por estos años planteaban la necesidad del cambio,
dejar atrás la sociedad agraria y considerar el desarrollo como
una meta política alcanzable, hacia la cual se pueden orientar los

103
Edelberto Torres-Rivas

procesos políticos y los intereses dominantes en el Estado. Poder


y desarrollo significaban que el cambio es un problema político.
Alcanzar el desarrollo (industrial) es una decisión política que a
través de los partidos, los programas y el Estado se puede plantear.
Este tipo de Estado, con variaciones, reflejó esa composición
social y se estructuró como si fuera un ‘pacto político’ entre intereses
que no siempre coincidieron plenamente en la doble y difícil tarea
de alcanzar el crecimiento económico y el bienestar social, por
lo que se le ha llamado también un ‘Estado de compromiso’. El
desarrollismo de izquierda creyó en los dos; el de derecha enfatizó
solamente el crecimiento. La perspectiva es relacionar la estructura
social con el poder y esclarecer cómo algunos cambios en el proceso
social pueden hacer que el desarrollo gane una aceptación aún entre
sectores antaño reticentes. ¿La oligarquía interesada en la inversión
industrial?
Prebisch, y una generación de economistas desde la Cepal,
calificaron este período como la oportunidad para construir la
sociedad industrial tantas veces planteada por la sociología de la
modernización, en provecho de una élite empresarial transitoriamente
ausente, a la que el Estado debía promover; era también la única vía
para absorber la población redundante del campo.87 Bajo su influjo,
la Cepal lo planteó como un modelo voluntarista de “crecimiento
manufacturero por sustitución de importaciones”. Este modelo,
exitoso en muchos países y durante algún tiempo, no habría podido
implantarse sin un Estado que se situara en el centro de la matriz: se
buscaba el Estado desarrollista.
El rasgo político se encuentra en que el desarrollo se planificó
como un proyecto estatal y como el fin del largo periodo oligárquico;
el debilitamiento relativo de la etapa primario-exportadora. Ni
necesariamente exitoso ni obligadamente democrático, fue sin
duda en la mayor parte de América Latina la nueva modalidad del
87 Raúl Prebisch, Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano, FCE, México,
1963.

104
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Estado que siguió a la decadencia del Estado liberal.88 Tuvo dos


expresiones nacionales, el Estado desarrollista con su modalidad
populista (Vargas 1954, Perón 1955; Figueres 1954), y el Estado
desarrollista autoritario (Rojas Pinilla 1957, Pérez Jiménez 1958 y
Batista 1059).
El Estado desarrollista fue en parte un programa político que
despertó esperanzas igualitarias y democráticas, un poder con nuevos
atributos y funciones para responder positivamente a expectativas
derivadas de los intentos de superar el período anterior. El modelo
desarrollista se estableció como una planificación intencional y
reformista de la economía y un matiz ideológico nacionalista. Había
nuevas condiciones sociales y una coyuntura económica estimulada
por la prosperidad impulsada por el auge de la posguerra y luego por
la guerra de Corea (1950-53). El impulso modernizador apoyado en
la movilización de fuerzas sociales urbanas, de sectores intermedios,
tuvo en algunos países experiencias calificadas como riesgosas
para el orden social, que la revolución cubana exacerbó (1959) y la
Guerra Fría descalificó.
El desarrollismo entró por otra senda cuando Estados Unidos
impulsó la modalidad de la Alianza para el Progreso (1962).89 En
Guatemala, este momento coincidió con el comienzo del período
de gobiernos militares, que se movieron en dirección de la etapa
autoritaria fuerte del Estado desarrollista (1963).
En resumen, la concepción teórica que concibió al Estado
desarrollista lo hizo de una forma diferente a lo que había sido el Estado
liberal del ‘laissez-faire’. La visión keynesiana era predominante
en las sociedades más desarrolladas; influía en la valoración de
las políticas públicas por encima del mercado como mecanismo
88 Jorge Graciarena, Transformaciones del Estado en América Latina, San José,
CSUCA, p. 29-32.
89 Los principios aprobados en Punta del Este eran parecidos en variados aspectos
a los programas de partidos y movimientos de centro-izquierda, a los que el gobierno
Kennedy proporcionaba apoyo, como alternativa frente al desafío político cubano.

105
Edelberto Torres-Rivas

Tabla 22  
Centroamérica – Tasa Impositiva para diversos años.
  1920 1929 1933 1939 1965 1975

Costa Rica         12.06 18.01

El Salvador 9.39 11.65 8.46 8.80 13.86 13.95

Guatemala 5.10 7.73 11.00 14.29 9.09 8.97

Honduras         12.31 12.59

Nicaragua 5.85 8.26 10.12 10.95 11.20 13.74


 
Fuente: Oxford Latin American Economic History Database, http://oxlad.geh.ox.ac.
uk/search.php, citado por A. Schneider, en State-Building, op. cit. pág. 116.

regulador de la economía, y al Estado como fuente generadora de


impulsos y orientaciones para el crecimiento económico. Fue un
estilo de pensamiento que vinculaba de nueva manera la economía
con la política, la sociedad con el Estado. Muchas políticas y muchos
políticos en Guatemala fueron keynesianos sin saberlo; otros, a
disgusto.
Gráfica 3
Carga tributaria como porcentaje del PIB 1923-2000

18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
1920
1925
1930
1935
1940
1945
1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000

Fuentes: PIB 1923-1950: Memorias del Banco de Guatemala (1953 y 1954).


Ingresos tributarios 1923-1955: Memorias del Banco de Guatemala, Dirección
General de Estadística y Adler, et ál. (1952).
Datos 1950-2000: Banco de Guatemala (2001) y CEPAL (2001).

106
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

1. La etapa democrática del Estado desarrollista


(1944-1954)

Esta etapa, en Guatemala, corresponde a la Revolución de


Octubre con la cual se inició la crisis del Estado liberal. A juzgar
por sus protagonistas y su retórica, esta gesta fue política, con
causas económicas que la crisis mundial y las políticas de Ubico
profundizaron negativamente. Desde 1941, pero en forma dramática
en 1944 se manifestó como una forma de desagregación del poder
oligárquico provocado por la dictadura y, como sucede en estos
casos,90 evidenció el desbalance entre el poder real que la oligarquía
tenía y el que efectivamente practicaba; la dictadura amenazó aquél
y redujo a éste, llevando la contradicción a un momento insostenible.
La crisis del Estado liberal ha sido de largo plazo y su fase
primera corresponde a la década iniciada por la llamada Revolución
de Octubre. Lo ocurrido en Guatemala fue, sin duda, una revolución,
calificada de esta manera atendiendo a su significación histórica
nacional, en la perspectiva que traza la crisis tardía del poder
oligárquico, casi a la mitad del siglo XX.91 Fue una revolución
porque ocurrió como la sustitución violenta del poder dictatorial
por fuerzas que anunciaron la democracia. De esa manera se
fracturó un proceso centenario, una tradición, unas formas estatales
de más de un siglo, porque fue el encuentro entre una historia
política e intelectual con una coyuntura que la negaba. Fue una
revolución en la llamada superestructura política, como se indica
más adelante. El enorme peso del pasado tiene efectos buenos y
malos. Lo primero, por la enorme significación del cambio en el
sistema político que niega la siniestra historia que personificaron las
dictaduras militares; lo último porque ese oscuro fardo hereditario,

90 Graciarena, J. (1967: 82 y ss.).


91 Son numerosos los trabajos que se refieren al carácter revolucionario de lo ocur-
rido en este período; es imposible e injusto mencionar a unos y olvidar a otros, como
lo sería no citar el trabajo de Sergio Tischler, el más reciente y, sin duda, el más
original entre las últimas interpretaciones. Véase nota 64.

107
Edelberto Torres-Rivas

lo oligárquico, no dejó avanzar, pronto reaccionó, tomó iniciativas


y se repuso en 1954.
A partir de 1944, se establece otro sistema político, el régimen
de partidos políticos, las elecciones y la participación ciudadana (con
una definición ampliada del ciudadano) y la democracia política
como la forma de acceder al poder. La Constitución de la República
como legalidad esencial de las relaciones políticas, la separación de
poderes del Estado con el reconocimiento de su institucionalidad
funcional. El orden y la cohesión social con sensibilidad por la
pobreza y las desigualdades y con ello las políticas sociales que los
integran, tales como la educación y la salud. Fue revolución en la
extensión en que planteó una renovación a fondo de la estructura
liberal oligárquica.
La Revolución también puede pensarse en una dimensión
teórica, nivel al que se llega como una generalización de otras
experiencias de cambio político, en cuyo caso se la define como
un proceso político violento que destruye el ancienne regimen,
sustituyendo el viejo Estado, apartando de la dirección y dominio
a unas clases por otras, que establece nuevas formas de dominio
social. Con la Revolución de Octubre se produjo una desagregación
coyuntural de la oligarquía cafetalera, una transitoria pérdida de
su hegemonía como fuerza dominante y, tal vez, el inicio de su
prolongado declive.
Tómese nota que no hubo cambios en las raíces estructurales
de la dominación de la oligarquía del finquero sobre el campesino
y sobre la sociedad, ni del conjunto del sistema de poder; que se
amenazaron con Árbenz pero no se alteraron las bases estructurales
de la economía cafetalera. Fue el comienzo de un enorme cambio
en las formas políticas y en las relaciones ideológicas y legales, lo
cual se traduce en una mayúscula amenaza a los intereses de las
clases dominantes. Fue una amenaza como pronóstico durante una
década, el augurio del cambio que ya había empezado.

108
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

La experiencia de Octubre demuestra, una vez más, que


una revolución se legitima por sí misma porque tiene calidades
fundacionales; si es revolución constituye un desafío a la historia,
acarrea una alteración de la política como juego de poder, promociona
nuevos actores y nuevas relaciones para una nueva legitimidad. Ese
momento inicial, su epifanía, necesita un segundo momento, el de
las realizaciones, pues si se propone el cambio, hay que hacerlo.
En Guatemala, el programa de cambios (una revolución legislativa)
durante diez años sembró esperanzas en el surco de la participación
organizada del pueblo.
A partir de 1944-1945, la estructura del Estado que venía
del período anterior se fue modificando al alterarse la naturaleza
de sus funciones ahora orientadas políticamente para impulsar el
desarrollo capitalista, y por un manejo democrático del poder. Ambas
constituyeron innovaciones en relación con el Estado liberal. Fue
en el mundo de la política donde empezó a alterarse el sistema; fue
desde la sociedad que se impulsaron modificaciones, sucesivas y
veloces, que se aprecian inicialmente en cuatro hechos que como
hitos políticos señalan el destino del cambio. El primero, el 1 de julio,
cuando la Carta de los 311 con firmas próximas al general Ubico,
evidente prueba de la fractura oligárquica, más la movilización
popular lo obligó a renunciar.92 Resultado del aumento significativo
de la organización y la participación de fuerzas sociales inéditas más
una nueva fractura, entre oficiales jóvenes, fue el alzamiento militar
del 20 de octubre, fecha en la que triunfó una breve e incruenta
asonada del Cuartel Guardia de Honor, con apoyo de otros cuarteles
y la participación posterior de gente joven como los estudiantes
universitarios.
El resultado de este segundo acontecimiento relevante, es
decir, el alzamiento del 20 de octubre, fue la expulsión del general
92 El 18 de abril, cae el general Hernández Martínez, dictador salvadoreño, como
resultado de una extendida huelga general. Este suceso contribuyó a la desmoral-
ización de Ubico y animó a las fuerzas democráticas, como la reseña de esa época
lo prueba.

109
Edelberto Torres-Rivas

Ponce, presidente interino y con él, de varios viejos generales


liberales adscritos al viejo régimen.93 Ellos representaron más que
simbólicamente la vetusta generación castrense que por derecho
propio aspiraba al poder. Se constituyó la Junta Revolucionaria de
Gobierno, la cual tomó decisiones como la disolución del Congreso
de la dictadura y la convocatoria a elecciones constituyentes,
un programa mínimo. El tercer hecho fue la promulgación de la
Constitución de la República, el 15 de febrero de 1945, que derogó
la de 1876 y estableció el marco de la ciudadanía ampliada, de los
derechos sociales y de algunas instituciones del ámbito jurídico. En
general, la Constitución inspiró los cambios que ocurrieron en este
decenio para impulsar las condiciones democráticas.
El cuarto hecho fue el regreso, la campaña movilizadora y
el triunfo electoral del candidato de las fuerzas antiubiquistas, del
doctor Juan José Arévalo, el 15 de marzo de ese año. La derrota fue
en una proporción de 10a 1 del candidato liberal. El país estrena,
regocijado, un régimen civil, democrático, producto de elecciones.
Un poder así no se conoció nunca antes: fue el primero en toda la
historia de Guatemala.
Cierta oratoria habló del ejército-de-la-revolución como uno
de los pivotes del nuevo Estado. Al respecto, es útil recordar el debate
en la Asamblea Constituyente sobre el papel del Ejército, que obligó
a numerosas consultas y rectificaciones y culminó con la creación de
la figura del jefe de las Fuerzas Armadas, al lado del ministro de la
Defensa.94 En ese marco, ¿quién manda a quién? Se creó una suerte
de poder dual en el interior del Ejército, que tuvo fatales efectos
en el proceso democrático (por ejemplo, Arana frente a Árbenz,

93 Sergio Tischler (1998: 266), en una elaborada interpretación de estos sucesos,


califica como Estado finquero al poder oligárquico liberal; sostiene que lo ocurrido
el 20 de octubre, fue la derrota del Ejército, una revolución porque allí se quebró la
armazón del Estado liberal.
94 Se estableció al presidente de la República como jefe del Ejército, así como la
condición obediente y no deliberante de las fuerzas armadas. Cf: Villagrán Kramer,
F. (1994: 25-44). Lo subrayado no está en referencias…

110
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

en 1948). Se dice que esta configuración de los mandos militares,


junto con otros factores, determinó que nunca más volviera a surgir
un «caudillo» militar95 personalista (que sustituye la ideología por
la figura personal del «jefe»). Se reiteró el carácter obediente y no
deliberante del Ejército para frenar sus incursiones en la política
nacional. No es impertinente recordar que con Arévalo hubo unos
20 intentos de golpe de Estado y otros tantos «golpecitos»; tampoco
es ocioso mencionar que a Árbenz lo obligó a renunciar la presión
de la alta oficialidad del Ejército.
A diferencia del Estado liberal, los apoyos al nuevo que
surgía vinieron de la movilización y organización de los sectores
populares, obreros y campesinos, encabezados por partidos o
dirigentes de las clases medias. Debe subrayarse que uno de los
datos que mejor definen este momento fue la irrupción (definitiva)
de las clases medias en la vida política y social —estudiantes,
profesionales liberales, maestros y oficiales, pequeños propietarios
y artesanos. La fuerza de estos sectores intermedios estuvo presente
en el arevalismo, en los partidos democráticos, en la inicial vida
intelectual. Sus miembros llegaron y se instalaron de manera
definitiva, experimentaron una gran movilidad social, ganaron un
lugar en la sociedad y, a medida que avanzaban, se dividieron;
muchos se convirtieron en socios de la oligarquía, aunque una
fracción importante permaneció como aliada del programa popular.
El primer gran logro, como puede deducirse, fue el
ejercicio de la libertad política y los ensayos de formas diversas de
organización y participación popular, que por sí mismos reniegan
del orden oligárquico, expresan su crisis. Surgieron antes que el
dictador renunciara, fueron la causa visible de su fuga, condujeron
a la acción del 20 de octubre, decidieron la elección democrática,
pelearon por sus derechos, votaron por Árbenz.
95 Se dice del caudillo que es el jefe militar que toma el poder y lo ejerce a título
individual, arbitrario, sin respetar plazos o normas y que se explica por los vacíos de
poder que la pugna interoligárquica. estimula.

111
Edelberto Torres-Rivas

Recuadro 6

En defensa del trabajo forzoso


La Asociación General de Agricultores (AGA), que tanta
influencia ha tenido en la defensa de los intereses corporativos
de los grandes agricultores, hizo pública una demanda urgente, el
10 de enero de 1945, con miras a que la Asamblea Constituyente
considerara el mantenimiento de la Ley contra la Vagancia.
.Pidieron que se mantuviera vigente el libreto de jornaleros, el
cual creaba un total control de violencia sobre los campesinos
y que constituyó, desde que fue establecido por el régimen de
Ubico el 8 de mayo de 1934, una forma degradante de trabajo
forzado. La AGA señaló que esa Ley debía ser aplicable a todos,
campesinos o profesionales… Argumentaban que «una ley tan
amplia tiene efectos productivos para la sociedad y no puede ser
tildada de esclavista… el trabajador tiene libertad para trabajar
donde quiera y por el emolumento que decida». La oportunidad
de la libertad política alcanzada, dice el texto, se pone a prueba
manteniendo la libertad de contratación que en el agro es vital
para unos, que así tienen trabajo y para otros, que le dan la
oportunidad de trabajar. Esta ley fue derogada por la Junta
Revolucionaria de Gobierno.96

Las formas preliminares de participación, los gérmenes


de la organización surgidos de forma impetuosa y desordenada,
pronto se convirtieron en partidos políticos, a la derecha y a la
izquierda y en organizaciones sociales. Por ejemplo, la Asociación
General de Agricultores (AGA) se refunda en diciembre de 1944
y la Confederación General de Trabajadores, el 1 de octubre. Las
consecuencias, no previstas, constituyeron una manera distinta de
ordenar la sociedad política, con el ánimo igualitario que entonces
prevalecía. Otro de los logros irreversibles fue la organización de
partidos políticos, sindicatos, ligas campesinas, asociación de los
intereses estudiantiles, comunitarios, cooperativos, barriales, que
aparecieron por doquier. En este sentido, cabe indicar que la mayor
96 El texto completo aparece en el libro de Tischler, S., óp. cit., p. 216.218.
112
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

expresión de estas formas organizacionales se manifestó en los


Comités Agrarios, los cuales empezaron en mayo de 1953 y que,
de haberse completado, junto con las expropiaciones agrarias,
habrían organizado y politizado al inmenso conjunto de campesinos
parcelarios.
En el momento inicial, en el campo de las ideas, la
Revolución fue débil. La lucha contra la dictadura oligárquico-
liberal no fue acompañada de un ideario político, una manifestación
doctrinaria como propuesta de una democracia avanzada, del papel
diferente de las clases sociales en un orden por construir. No se vio
a los pueblos indígenas como grupos étnicos, como lo prueba, por
ejemplo, el debate en el seno de la Constituyente. Sólo los exilados
que regresaban tenían algún conocimiento. Con agudo sentido de
la oportunidad, Guerra Borges dice que ésta fue «una revolución
sin enciclopedistas». Los planteos no fueron sociológicos, sino
jurídicos.
Reflejan el ánimo prospectivo del momento, candor o
malicia, ingenuidad o atraso, los siguientes aspectos vinculados
con el proyecto estatal, los cuales fueron aprobados por la Junta
Revolucionaria de Gobierno e incorporados a la Constitución
de 1945: asegurar la autonomía de los tres poderes del Estado; la
alternabilidad en el poder; prohibición de la reelección presidencial
y reconocimiento del derecho a la rebelión; reorganización,
apoliticidad y nuevas funciones del Ejército; autonomía municipal
y universitaria; reconocimiento de los partidos políticos y
representación electoral de las minorías; sufragio obligatorio;
ciudadanía para hombres alfabetos; voto público para analfabetos,
aunque solo en elecciones municipales.97
Se mencionan dos de varias medidas sobresalientes que
subvierten el orden tradicional: el Código de Trabajo (1947) y el
97 Como puede advertirse, no hay mención acerca de la cuestión indígena, casi
ignorada por los constituyentes, ausente en el debate electoral, y no considerada
como central en el proyecto de reforma agraria.

113
Edelberto Torres-Rivas

D.o Ejecutivo 712 (1949). El primero establece relaciones laborales


igualitarias entre las partes, otorga derechos que defienden la
condición laboral y el salario y abre espacios para la sindicalización
y el derecho a la huelga para alcanzar pactos colectivos de trabajo. El
D.o 712 tiene una significación aún mayor al obligar a los finqueros
a arrendar tierra a los campesinos y cobrar un canon no mayor del
10% sobre el valor de lo producido. Se rompió así el nexo desigual
inherente a la relación de aparcería, oscuro recurso pre-capitalista
que obligaba al campesino a pagar como renta más del 50% de lo que
cosechaba. Ambas leyes constituyeron profundas alteraciones de los
tradicionales patrones de relaciones sociales, desiguales y violentas,
situando al trabajador en una condición más independiente, como
sujeto de su propio destino, y al Estado como eje de la vida social.
Cabe agregar las reformas bancarias que incluyeron la
Ley del Banco Central, la Ley Monetaria (1945) y la de Fomento
Industrial (1947); la creación de la banca de desarrollo; el Instituto
de Fomento de la Producción (Infop, 1948); la promoción de las
cooperativas. Todas estas medidas establecieron la dimensión que el
desarrollo es una responsabilidad del Estado. Las políticas sociales
definieron de forma particular las funciones de éste, dándose un
notable impulso a la educación pública y a la atención en salud (con
la creación, por ejemplo, del Instituto Guatemalteco de Seguridad
Social, en 1948, que constituyó una novedad frente al dilema de si
la enfermedad es asunto público o privado).
Por otro lado, los niveles del ingreso público fueron siempre
muy bajos y la estructura fiscal no aumentó en todo el decenio, salvo
a partir de 1950 porque el valor del café creció; el impuesto sobre
la renta no logró establecerse sino hasta 1969, aunque en 1934 las
actividades empresariales tenían una tasa progresiva. Por su parte, la
UFCO solo aceptó pagar impuestos a la exportación de banano hasta
diciembre de 1954; la tasa de exportación del café se elevó en 1950,
de 1.65 centavos por libra, a 6 centavos.

114
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Gráfica 4
Proporción del Presupuesto de Gastos del Estado asignado a
defensa, salud y educación 1920-2000
En porcentajes

25.0

20.0

15.0

10.0

5.0

0.0

2000
1980

1990
1950

1960

1970
1920

1930

1940

Defensa Educación Salud

Fuentes: Presupuestos Generales de la Nación, Banco de Guatemala y


Recopilación de Leyes de Guatemala.

El proceso de cambios y reformas iniciado durante el


régimen del doctor Arévalo allanó el camino para que su sucesor, el
coronel Árbenz, presentara un programa de desarrollo que enfrentó
los intereses extranjeros y de la oligarquía, al proponer una reforma
agraria que buscó terminar con la forma improductiva de propiedad
de la tierra y las atrasadas relaciones de trabajo que de ahí se
derivaban.98 El dato del censo de 1950 es definitivo: las 308,073
fincas censadas sólo alcanzaban el 14% de la tierra disponible,
mientras que al extremo opuesto 516 propiedades poseían el 41%

98 Con evidente razón, Guerra Borges afirma que «Arévalo fue reformista, y por ello
mismo fue un presidente de su época. Tras tantos años de obligada inmovilidad y
de forzado silencio, fue indispensable transitar aquel período para que la sociedad
superara su entumecimiento. Fue aquel un período de acumulación de fuerzas y de
examen de conciencia. Sin reformas no hubiera habido revolución», Guerra Borges,
A. (1988: 6).

115
Edelberto Torres-Rivas

de ese total. Asimismo, esas 516 propiedades sólo cultivaban el 28%


de la tierra disponible. También resultó que la UFCO era el mayor
terrateniente del país, el que más tierra improductiva tenía y que,
para efectos impositivos, estaba subvalorada.99 Fue esa tierra ociosa
la que fue afectada mediante las reformas propuestas por Árbenz. La
intención del D.o 900, Ley de Reforma Agraria (del 17 de mayo de
1952), constituyó menos que un desafío a la estructura terrateniente
de la tierra, un intento de remoción de las bases sociales de la
dominación política de la oligarquía, basada en las exclusiones y la
violencia.
El Estado nacional guatemalteco fue fundado con
instituciones heredadas de la colonia, las Leyes de Indias, que los
liberales utilizaron para emprender el desarrollo capitalista en la
agricultura. Fueron esas relaciones sociales y las redes ideológicas,
culturales y jurídicas las que conformaron el ethos del poder
oligárquico, fundamento del atraso nacional. Al decir de algunos
analistas, los finqueros tuvieron más pánico por la organización y
movilización campesina que por las expropiaciones de la tierra. En
efecto, ésta solo podía ser entregada por medio de Comités Agrarios.
La reforma agraria se proponía alcanzar el desarrollo de una
economía independiente, capitalista, orientada a elevar el nivel de
vida del pueblo; el instrumento para alcanzarla era la modernización
de las relaciones de trabajo en la agricultura, mediante la
expropiación de los latifundios mayores de 270 hectáreas y que no
estuviesen cultivados, para entregarlos como parcelas en usufructo
a los campesinos que las demandaran. En 18 meses fue imposible
ver los resultados esperados: elevar el ingreso del campesino;
salarizar la relación laboral; ampliar el mercado interno; promover
la tecnificación y la productividad agrícola. El programa arbencista
99 Y en aplicación ad literas de la ley, le fueron expropiadas a la empresa estadoun-
idense varios miles de hectáreas por las que se pagó la indemnización correspondi-
ente. No cabe en el contenido de este texto una crónica de lo ocurrido; no obstante,
conviene recordar que expropiar a una empresa de EE. UU. no estaba en el código
de «buenos modales» de la Guerra Fría.

116
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

tenía también una finalidad más ambiciosa, con un sentido anti


monopólico y antiimperialista, pues incluía la construcción de
una carretera a Puerto Barrios, un puerto en el Atlántico y una
hidroeléctrica que elevaría en cuatro veces la capacidad instalada.
Como se ha dicho, los ferrocarriles, el único puerto en el Atlántico,
las plantaciones bananeras y la generación de energía eléctrica
pertenecían a compañías estadounidenses, de manera que el proyecto
de Árbenz atacaba directamente sus intereses.

Gráfica 5
Valor agregado de agricultura, silvicultura y pesca, y manufactura
(1945-1980) (USD millones a precios contantes de 1970)

USD millones (a precios constantes de 1970)


1,200.0

1,000.0

800.0

600.0

400.0

200.0

0.0
1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980
Agricultura, silvicultura y pesca Manufactura

Fuente: Bulmer-Thomas, V. (1989).

En el plano económico, el Estado se benefició del auge del


comercio internacional, lo que se tradujo en una mayor demanda
de café y banano; hacia 1949 el valor unitario de las exportaciones
de café se había duplicado y para 1954 era cuatro veces mayor que
el promedio de los años 20. Nunca hubo esfuerzos por aumentar la
productividad por hectárea, que era muy baja. Mientras tanto, las
siembras de hule, citronela y abacá terminaron, dado que fueron
117
Edelberto Torres-Rivas

productos asociados con el esfuerzo bélico estadounidense.100


Siempre fue más rápido el crecimiento agrícola que el industrial,
tal como se observa en la gráfica 6. La inversión en la industria fue
baja y lenta, insatisfactoria para las necesidades del mercado; hubo
diversos obstáculos (falta de materia prima, marco legal o aranceles
proteccionistas, escaso suministro de energía). El producto interno
bruto (PIB) industrial creció algo a partir de 1949, pero el perfil
indica un acusado rasgo artesanal.
El Estado democrático-desarrollista buscó su legitimidad en
la doble clave de promover el desarrollo con apoyo del pueblo y en
beneficio popular. Y, como se ha descrito, se situó en el centro del
proceso, al que impulsó políticamente. La radicalidad del proceso tal
como fue percibido explica la naturaleza de su fin. Esa radicalización
se acentuó, en parte, por la influencia activa de dirigentes comunistas
en el entorno del presidente Árbenz. La conspiración de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y de una
amplia coalición de militares, políticos, empresarios y religiosos
da cuenta de su espectacular caída. Sin embargo, lo que articuló el
complot fueron los intereses de la UFCO y la percibida amenaza del
arbencismo como «cabeza de playa» de la Unión Soviética. El fin del
proyecto nacional-popular fue también el del régimen democrático,
los partidos políticos, las organizaciones sociales; la fuga de parte de
la dirigencia, la clandestinidad y la muerte de otros. Difícilmente un
cambio político tiene los efectos tan valientes como éste, parecido a
una derrota de cruzada medieval.

2. La etapa autoritaria del Estado desarrollista (1954-1985)

Se califica así la etapa que se inicia con el triunfo de la


coalición anticomunista que encabezó el coronel Castillo Armas.
En América Latina, las fuerzas sociales que se unificaron en torno

100 La información sobre el tema fiscal y económico es tomada de Bulmer-Thomas,


V., óp. cit., p. 146, e Icefi-SAT (2009).

118
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

a proyectos desarrollistas en su versión autoritaria y el momento en


que lo realizaron variaron de un país a otro; las causas se definieron
localmente, aunque tuvieron en común varios rasgos. Por lo general,
esta etapa corresponde a la preeminencia política lograda por
sectores de empresarios industriales vinculados con el gran capital
extranjero, medianos propietarios con ilusiones de movilidad social
y mayoritarios sectores conservadores de la clase media alta.
Estas coaliciones políticas, de hecho, constituyen una
reacción a proyectos democráticos distributivistas y/o acompañados
con movilización popular, juzgados como barreras al crecimiento,
económica y políticamente peligroso, en el cerrado horizonte de la
Guerra Fría. Sostenían que el desarrollo industrial no necesitaba
previas reformas agrarias y que la estructura rural tiene pausado
su tiempo para modificarse conforme necesidades propias de la
dinámica del cambio global. Con apoyo extranjero directo buscaron
establecer un orden social estable que disciplinara la fuerza laboral
con medidas de fuerza y abriera posibilidades de desarrollo.
El ejercicio autoritario del poder mantuvo de forma sostenida
su impulso desarrollista, a tono con el modelo impulsado desde ‘la
matriz estado-céntrica’. Es el Estado que también reprime y como
poder se asegura la capacidad para «tutelar» la llamada «lucha de
clases». Este doble juego en su momento hizo pensar a Metternich
que «gobernar es ordenar», lo que traducido actualmente al lenguaje
de la Seguridad Nacional se entendería como que «la seguridad es
el desarrollo». Esta situación sólo podía garantizarla una decisiva
intervención militar en alianza con fuerzas sociales dominantes y
la tutela de la política estadounidense, comprometida en muchas
partes con esta modalidad de la modernización.
Las funciones de este modelo de Estado son distantes de
las del Estado liberal, funciones que se refieren a la capacidad de
imponer y hacer reconocer el orden y la seguridad como garantía
del desarrollo capitalista, establecido al precio de cancelar cualquier
intento de participación y movilización social. No es éste un Estado

119
Edelberto Torres-Rivas

democrático sino lo contrario y cuyo análisis corresponde a lo que


O’Donnell llama Estado burocrático-autoritario, acerca del cual hizo
un notable esfuerzo modélico aplicado preferentemente a algunos
países de Sudamérica.
En Guatemala se planteó brutalmente el dilema, la
democracia no podía ser compatible con el desarrollo como se intentó
entre 1944/54; lo burocrático-autoritario tuvo otra denominación,
se le llamó Estado contrarrevolucionario o poder anticomunista,
porque sustituyó violentamente al Estado desarrollista democrático
y su programa nacional-popular. La noción de golpe de Estado
no alcanza a explicar lo sucedido en 1954, pues en la historia de
Guatemala los militares han sido herederos de una honda tradición
de poder, supuestos guardianes por antonomasia de la seguridad, la
última ratio del orden político, de modo que cuando el descontento
antiarbencista estalló, ellos encabezaron una amplia coalición civil
y se hicieron cargo del poder.
Desde julio de 1954, condujeron la etapa autoritaria del
Estado desarrollista, que sólo concluyó en 1985 (después de treinta
años) con el advenimiento de la democracia electoral. Durante más
de un decenio (1954/64) la conducción y el cambio de régimen
se hicieron con poco éxito para establecer el nuevo Estado con la
estabilidad requerida. Al contrario de lo que puede encontrarse
en América del Sur donde los grupos dominantes pudieron definir
un modelo de desarrollo capitalista con estabilidad política, en
Guatemala el período 1954-1966 fue de desaciertos y conflictos
mayores. En el interior del bloque anticomunista ocurrieron:
el asesinato de un jefe de Estado, cinco golpes militares, la
promulgación de tres constituciones, tres elecciones fraudulentas,
dos levantamientos populares y la instalación de una estructura que
volvió a militarizar la sociedad.
No ocurrió, sin embargo, una segunda restauración en la
historia nacional. Después de julio de 1954, las fuerzas políticas
que asumieron el poder no buscaron regresar al ubiquismo, al

120
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Estado liberal, por lo que no puede hablarse en términos estrictos


de una restauración, ni política ni económica. No obstante, los
intereses de la oligarquía cafetalera continuaron siendo dominantes
y aceptaron a disgusto algunos cambios porque en el ánimo de la
época ya estaba influyendo la revolución cubana y, pari passu, las
recomendaciones liberales de la Alianza para el Progreso. Todo este
conjunto de circunstancias tal vez explican que después de 1954
una parte del programa nacional-popular se cumpliera.101 En buena
ley, ¿a quién afecta la continuación de la carretera al Atlántico, el
puerto que se llamó Santo Tomás y la hidroeléctrica Jurún Marinalá
(inaugurada por Méndez Montenegro).Se mantuvieron y ampliaron
el Banco de Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Seguridad
Social, el Instituto de Fomento de la Producción, las Leyes de
Fomento Industrial y otras medidas que se iniciaron con el gobierno
de Idígoras Fuentes.
La matriz estado-céntrica, desarrollista, continuo; no
obstante la oligarquía reveló su tradicional ethos señorial, su
sensibilidad terrateniente cuando con gestos de revancha violenta
procedieron, de hecho, a recuperar por la fuerza la tierra expropiada.
Aquí aparece otra faz de la contrarrevolución. Esta conducta estuvo
a contrapelo de lo que reglamentaban sobre todo los primeros
decretos (Estatuto Agrario, Dto. 31, sustituido por el Dto. 424 y
luego por el 559, que estableció las zonas de desarrollo agrario) En
ellos se ordenaba a los antiguos propietarios devolver primero el
canon recibido por las expropiaciones; actuaron con urgencia y al
margen de esa legalidad; la Agencia Internacional para el Desarrollo
(AID) estimó que 550,000 hectáreas distribuidas fueron retomadas
por sus antiguos propietarios.102

101 Véanse, Guerra Borges, A. (2007: 81-90) y Martí, JW. (2006, especialmente
capítulo VII).
102 Ibíd,. p. 87.

121
Edelberto Torres-Rivas

Gráfica 6
Gasto de la Defensa como porcentaje del gasto total del Gobierno
(1938-1965)

Gasto de la Defensa como % del gasto total del Gobierno


25

18.7 19.1
20 17.4
17.116.4
16.5
13.7
15
11.6
10.8 10.710.5 10.8 10.8
10 10.3
10 10 9.4 9.3
8.6 9.2 10 9.4
8.5 8.5 8.3
10 7.8

1965
1947
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1941

1944

1946
1939
1940

1942
1943

1945

Fuente: Loftus (1968: tabla 5), citado por Adams, R. (1970).

El objeto de esta sección es identificar algunos rasgos


estatales o factores que contribuyeron a definirlo. De las variadas
experiencias que ocurrieron en este período se analizan cinco, por
considerarlas importantes. El tema central de ellas es la comprensión
de la configuración y funcionamiento del Estado desarrollista-
autoritario y la acción de las fuerzas sociales en movimiento. El
orden de presentación de estos temas es sincrónico, pero no es
posible sino atenderlos uno por uno, advirtiendo que hay una mutua
referencia entre ellos, pero no hay primacía (en el sentido de ventaja)
entre unos y otros.
Una primera experiencia se refiere a las fuerzas armadas,
la más importante institución técnico-orgánica del Estado en
Guatemala, que de ser un Ejército-reclutador de fuerza de trabajo
indígena (Barrios), pasó a ser un Ejército-policía (Cabrera/Ubico),
encargado de capturar y/o eliminar delincuentes y opositores. Y, a
partir de 1956 y como parte de la modernización de los ejércitos en
toda América Latina, se convirtió en un Ejército-contrainsurgente.

122
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Los cambios en el Ejército fueron profundos y variados;


ellos empezaron en el decenio democrático al estimular en un
nivel superior su profesionalización; o sea su institucionalización
como carrera de éxito, que fue otorgando cada vez más nuevos
conocimientos (más del 75% de oficiales hicieron posgrados en el
exterior) pero, sobre todo, notorias ventajas económicas adicionales
que ninguna otra burocracia del Estado puede tener, por ejemplo,
el «comisariato», un gigantesco supermercado con precios sin
impuestos que operó como una modalidad de salario adicional;
derechos a hospital y medicina gratuita, vivienda, trabajo asegurado
desde el momento de la graduación, retiro por vejez, y otros.

Tabla 23
Ayuda de Estados Unidos a Centroamérica (1950-1970 - En USD)
.
El
Guatemala Honduras Nicaragua
Salvador
Venta armamentos 1.5 2.7 1.1 2.3
Personal entrenado 1071 2280 1578 3994
Gasto militar, por-
centaje presupues- 1.57 1.52 1.30 2.80
tario
Fuente: Schmitter, Ph. C. (1973: 144).

La permanencia vitalicia del oficial, en ascenso y


salario crecientes, junto con la interacción en un mundo cerrado,
autodefensivo, solo es parecida a las canonjías y a la socialización
en el sacerdocio católico (dominicos y jesuitas). Este conjunto
de hechos vitales creó entre los militares un profundo sentido
de identidad corporativa y lealtades grupales que ninguna otra
burocracia produce. La tentación por asumir el poder para el control
de la nación viene de lejos y crece, se desarrolla como una necesidad
corporativa de cumplir un mandato político implícito en la carrera,
lo que Richard Adams llama el «assumption of regnancy»,103 y que
103 Adams, R. (1970: 202-203).

123
Edelberto Torres-Rivas

no tiene traducción fácil. Durante el decenio anterior se terminó la


división entre militares de línea y de academia y los términos de la
profesionalización abarcaron a todos.
Las tentaciones por el poder, nunca ausentes, fueron
estimuladas con la politización que siempre apareció entre los altos
rangos militares, sobre todo con el ambiente democrático, que
los calificó como “soldados de la revolución”; el anticomunismo
penetró la nación guatemalteca en una versión ideologizada por el
peligro que representaba la insurgencia guerrillera. Recuérdese que
desde 1906104 los Estados Unidos se opuso a los conflictos inter-
centroamericanos, que nunca dio armas ofensivas, ni permitió
conflictos entre países vecinos. Fue un ejército sin enemigo y por
ello sin guerras; pero en la década de los 60 los asuntos cambiaron
porque el enemigo finalmente apareció y nada menos que definido
en el interior del país.
Estas nuevas circunstancias eran internacionales, múltiples
y la nueva visión fue estimulada por Estados Unidos, que reforzó
los recursos para ganar la guerra interna (véanse tabla 21 y gráfica
7). La doctrina de seguridad nacional robusteció el assumption of
regnancy y lo justificó sobre todo para que el Ejército fuera el eje
político mediador entre el Estado y los intereses de la oligarquía, para
la constitución de los nuevos términos de la dominación política.
En esa dominación, los militares ocuparon un lugar destacado. Su
.modernización condujo al período en que el uso desproporcionado
del monopolio de la violencia permitió al Estado utilizar rasgos
terroristas.

104 En esta fecha se firmaron los Pactos de Washington, por los que las naciones
centroamericanas renunciaron a la guerra como instrumento para resolver sus
diferencias. Desde entonces, los varios problemas fronterizos se resuelven
pacíficamente. La guerra entre Honduras-El Salvador (1969) no tardó cien horas, la
OEA la condenó y Estados Unidos se negó a dar apoyo; los armamentos disponibles
demostraron que no eran los adecuados para pelear militarmente. La guerra de 1984
en Nicaragua fue una intervención mercenaria pues la tropa de la contrarrevolución
era nicaragüense. .

124
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Gráfica 7
Promedio anual de la ayuda militar de E U (1962-1970- en USD)

USD per cápita USD por soldado

2000.00 1822.22 6.00


1700.00
1800.00
5.00
1600.00 5.23
1420.00
1400.00
4.00
1200.00 1050.00
1000.00 3.00
3.17
800.00 2.75 2.00
600.00
400.00 1.83 1.00

200.00 0.00
0.00

El Salvador Guatemala Honduras Nicaragua

Fuente: Dunkerley, J. (1988: 508).

Hay dos datos que no pueden desarrollarse aquí. Por un


lado, que la ayuda exterior contrainsurgente fue preventiva y en
Guatemala anterior a la insurgencia; y que la lucha popular siempre
fue menor a la respuesta estatal, como se ilustra, de manera un tanto
convencional en la gráfica 8.
Gráfica 8
Curvas históricas comparativas entre protestas y muertes por
represión

150

100

50

0
1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1977 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979

Años Protestas
Fuente: Brockett (2005) y Ball, et al., (1999)
/El número de las muertes por represión es tres veces mayor de lo que se indica
en la gráfica; se utiliza este mecanismo para hacer más comprensible la gráfica.

125
Edelberto Torres-Rivas

En breve, los cambios descritos explican la doble conducta


militar después de 1963, cuando las fuerzas armadas reconstituyeron
su plena unidad institucional, ya sin remanentes arbencistas y
afiliaciones «liberacionistas». De esta manera, la época de los
golpes de Estado personalistas, y/o el «ascenso» de caudillos o
jefes militares autoprestigiados quedaba atrás. En marzo de1963,
las fuerzas armadas en tanto institución y como resultado de una
decisión de la cúpula de los altos mandos, sustituyeron al presidente
Ydígoras por su ministro de Defensa, el coronel Peralta Azurdia.
A partir de aquí los militares definirían como institución su papel
y funciones; mas no sólo su propio destino sino las políticas del
Estado en los próximos veinte años.
La segunda experiencia ocurrió en el plano de la economía
y del mercado, cuando el país vivió el período de mayor crecimiento
sostenido de todo el siglo XX. Se diversificó y modernizó la
agricultura de exportación (algodón, carne, azúcar, cardamomo y
otros) y se dieron los primeros y más logrados emprendimientos
para implantar un parque industrial destinado sobre todo al mercado
centroamericano, cuya integración también comenzó en esos
tiempos. En la década de los sesenta, el desarrollismo con estilo
autoritario fue la modalidad de régimen político más frecuente en
América Latina: el cambio económico sin libertades políticas no fue
contradictorio.
La diversificación agrícola tuvo su origen en la producción
y exportación de algodón iniciada durante el Gobierno de Árbenz.
Fue continuada por los regímenes posteriores. Se estableció como
una producción moderna que requería una fuerte inversión técnica,
obras de infraestructura y un extenso crédito que solo un Estado
desarrollista podía atender. En 1977 Guatemala tuvo la producción
más alta de algodón de América Latina, así como una productividad
aún mayor. Casi al mismo tiempo se inició la siembra masiva de
caña de azúcar, de semilla de cardamomo y la implantación de
ganado vacuno, todo como respuesta a la demanda del mercado

126
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

Tabla 23
Importancia relativa de las exportaciones agrícolas (Porcentajes)

exportaciones
Cardamomo
Algodón

% de las
Periodo

Banano
Azúcar

Carne
Café

1954 70.7 3.5   19.3     93.5


1959-1960 66.6 4.5   14.3 0.1   85.5
1961-1965 51.2 14.9 2.8 7.1 2.3   78.3
1966-1970 34.6 15.2 3.2 5.7 3.8 1 63.5
1971-1975 30.6 10.9 7.9 6.1 4.7 1.2 61.4
1976-1980 37.2 12.6 6.1 2.8 2.7 2.9 64.3
1981-1985 32 8.2 6 5.4 1.4 5.3 58.3
1986-1990 35.9 2.4 7.6 7.3 1.6 3.6 58.4

Fuente: Adams, R. (1970).

estadounidense. Con fuerte respaldo estatal, estos productos


se convirtieron pronto en ascendentes rubros de exportación,
introduciendo cambios que alteraron el horizonte finquero.
Así, en 1960, los nuevos productos constituyeron el 4.5%
de las exportaciones totales frente al 66.6% del café; en 1970 el
café cayó a un 34.6% del total exportado y las nuevas exportaciones
subieron a 23.2%. Diez años después (1980), el café era 37.2% y los
nuevos rubros agrícolas fueron el 24.3% del total. El destino agrícola
no se da por azar, sino por la sobre-determinación estructural, pues
en 1990, la importancia del café creció un poco con el 35.9%,
mientras que las exportaciones no tradicionales cayeron al 15.2%.
El algodón prácticamente desapareció; el azúcar y el cardamomo
subieron de importancia relativa.
Y el paisaje rural fue cambiando en dos sentidos: a) al perder
importancia relativa la agricultura de exportación tradicional (el

127
Edelberto Torres-Rivas

café); y b) al acompañarse la diversificación con una modernización


técnica agroindustrial y en las relaciones de trabajo. El nexo con el
mercado laboral y la formación del obrero agrícola tuvieron un alto
costo social: básicamente la expulsión de decenas de millares de
campesinos de las zonas donde surgieron la plantación azucarera
y la hacienda ganadera. Se reforzaron las migraciones estacionales
y se propició la conversión del campesino sin tierra no en obrero
agrícola sino en campesino empobrecido. En la historia del
capitalismo clásico, sucedió al revés, pues el campesino expropiado
por el mercado o se convertía en obrero agrícola o terminaba como
en proletario urbano.
En la década de los 60 también se promocionó la fase
industrial, proyecto varias veces intentado. Esto ocurrió en
toda Centroamérica y como parte de iniciativas de organismos
internacionales como la Cepal desde finales de los años 50 del
siglo XX. En América Latina el Estado desarrollista ya aplicaba
con éxito el fomento industrial protegiendo el mercado nacional y
sustituyendo bienes industriales importados. En Centroamérica, a la
par de las políticas de fomento y protección estatal, se suscribieron
tratados de comercio bilateral y un Tratado general de integración
económica centroamericana (diciembre de 1980) que estableció
las bases del mercado regional. Las políticas de fomento industrial
contaron con la plena iniciativa estatal, especialmente tres de ellas: el
crédito bancario, la exoneración de gravámenes a las importaciones
de materia prima y bienes de capital, y la amnistía impositiva para
las nuevas industrias locales.
El Estado estimuló los intereses manufactureros y ante la
imposibilidad de poder influir para trasladar recursos del capital
agroexportador como inversión en la industria, debió hacerlo el
propio Estado al precio de un enorme sacrificio fiscal. Y en el seno de
un mercado interior donde más de la mitad de la población vivía en la
pobreza, se optó por la alternativa de ampliar el mercado consumidor
a toda Centroamérica. Cabe preguntarse si la integración regional es
el resultado del agotamiento del sector exportador. La respuesta es
128
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

no; la integración fue la solución frente a la dificultad de tener un


mercado nacional con poca capacidad de consumo industrial. La
industria creció, pero se mantuvo con una estructura productiva de
bienes de consumo inmediato o industria ligera —como también se
le llama— y con fuerte inversión extranjera.
Por ejemplo, en 1954 había ocho fábricas estadounidenses
que pasaron a ser 39 en 1960. Júzguese que sólo entre 1963 y 1970 la
inversión extranjera en la agricultura cayó de 27.2 a 23.2%, en tanto
que en la manufactura subió de 10.4 a 36.3%. En las exportaciones
industriales Guatemala ocupó el primer lugar en la región al vender
$105.5 millones (1970) de un total regional de $297.4 y luego $347.6
millones en 1983, sobre un total de 811.1 millones de dólares.105
La multiplicación de las actividades económicas se tradujo
en la diversificación de intereses en el mercado, pero no se reflejaron
de inmediato en cambios en la sociedad. Ese resultado no se explica
porque el capital cafetalero-comercial se hubiese invertido en los
nuevos rubros agroindustriales. De no ser los créditos con respaldo
del Estado y la creación de «condiciones de invernadero» con la
protección fiscal, los empresarios industriales no habrían aparecido,
o pasado de la minoría de edad. No se formó una burguesía
industrial autónoma y con intereses propios, como sucedió en la
versión clásica del capitalismo.
En Inglaterra, por ejemplo, el desarrollo industrial urbano
se hizo a costas de y en pelea con los intereses terratenientes. En
Guatemala no, y la oligarquía cafetalera se mantuvo como grupo
dominante, algunas de cuyas familias (o grupos) se transformaron
en industriales, multiplicando así sus inversiones. El resultado a
mediano plazo fue la conformación de poderosos grupos propietarios
con intereses diversificados tanto en la agricultura tradicional y en
los nuevos rubros agrícolas, como en la industria, en el comercio y,
resultado lógico, en el sector financiero.

105 Flacso, (1986). “Centroamérica: la crisis en cifras”, San José.

129
Edelberto Torres-Rivas

Recuérdese que la teoría del desarrollo suele subrayar el


nexo entre el aumento de valor de las exportaciones agrícolas y la
diversificación de la economía, en actividades no necesariamente
agrícolas. Era dable suponer que los altos dividendos obtenidos con
la producción del algodón, el azúcar y la carne —pero sobre todo,
del café— se hubiesen orientado a la inversión industrial, con lo cual
se habría dado un impulso mayor al que ya daba el Estado. No fue
así, pues fueron los mismos intereses cafetaleros los que estuvieron
en los nuevos cultivos y ellos no estaban interesados en innovar
con otras fuentes de inversión. En otras palabras, la aventura en la
fábrica y no en la finca.
¿Cuáles son los efectos que el Estado ha experimentado
al promover el desarrollo agrícola e industrial? Fortalecer de
doble manera a la burguesía, protegiéndola en la rama industrial y
perdonando impuestos en el agrícola. De hecho el producto final
es un Estado desarrollista pobre y débil incapaz de crearse una base
impositiva fuerte. Se considera un Estado débil aquel cuyos recursos
políticos enfrentan intereses privados fuertes, baja capacidad
extractiva, recursos militares débiles para la defensa de la soberanía
nacional, pero excesivos para el orden-control interno. Otro criterio
puede ser el relativo al gasto público, donde el Estado débil es el
que invierte menos. En 1975, el gasto del Estado guatemalteco fue
de 9.6; el de Costa Rica, 19.1 y el de Corea del Sur, 15.6. Diez años
después, en 1985, el de Guatemala había disminuido a 9.4, el de
Costa Rica fue de 21.8 y, el de Corea, l7.8.106
La tercera experiencia se refiere al surgimiento organizado
de los intereses corporativos empresariales privados, que en pocos
años alcanzaron un alto nivel de estructuración interna, modales
ofensivos y una coherencia política que los convirtió en actores
decisivos del poder estatal. Todo ello convirtió a la llamada iniciativa
privada en una fuente de energías públicas. El Comité Coordinador
de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras
106 Martí, WJ. (2006: 87).

130
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

(Cacif) fue una iniciativa de industriales y comerciantes creada en


1957107 que creció hasta convertirse en una poderosa fuerza política,
sobre todo a partir de los años 70 del siglo XX.

Recuadro 7
El fin del laicismo y la reconciliación entre la Iglesia y el
Ejército

Pareciera que a partir de 1954 concluyó la tradición anticlerical


(por momentos muy fuerte) y liberal-militar heredada de la Revo-
lución Liberal y, en particular, del general Barrios. Castillo Armas
otorgó a la Iglesia católica plena personalidad jurídica, reconoció
sus derechos y devolvió sus propiedades. Las relaciones de poder
en el país cambiaron de diversas maneras y se adecuaron a partir
de entonces, con la presencia ganada, de nueva manera, por la
Iglesia, que por lo demás y en el pasado siempre fue importante.
Monseñor Mariano Rossell y Arellano, con sus homilías anticomu-
nistas, encabezó un movimiento de fieles y seguidores de la Igle-
sia católica contra el régimen democrático; su sucesor, monseñor
Mario Casariego, fue el capellán general del Ejército. La Teología
de la Liberación habría de quebrantar no tanto la alianza de la
Iglesia con los militares, sino sobre todo las relaciones internas
entre la jerarquía y la base, los curas de aldea.

La respetabilidad creciente del empresariado no solo


descansó en su organicidad gremial, sino en su unificada
diversificación en los planos agrícola e industrial, servicios,
finanzas y otros. Sucedió que al velar por sus múltiples intereses
de mercado las iniciativas empresariales se convirtieron reiteradas
veces en políticas de Estado; y al defenderse frente a decisiones que
este pudiera tomar influyeron conformando aspectos relativo a la
política fiscal, monetaria y cambiaria, o los compromisos laborales
y, en general, las políticas sociales. La primera entidad de esta

107 El recorrido de la organización patronal aparece en detalle en el libro de Adams


(óp cit., p. 319-345).

131
Edelberto Torres-Rivas

naturaleza fue la AGA, fundada en 1928, ilegalizada por Ubico,


renacida en 1944 y que pronto se unificó en el Cacif. Desde entonces
se crearon cámaras y la organización se expandió al formarse
las «gremiales», lo cual permitió delinear mejor sus intereses
productivos particulares.108 La historia de esta especie de ‘estado-
mayor general’ de la clase empleadora guatemalteca no ha estado
exenta de disidencias y conflictos internos; pero también ocurre en
el Cacif que lo que separa la política pronto lo unifica el mercado.

Tabla 25
Centroamérica, carga tributaria en diversos años
  1950 1960 1970 1980

Costa Rica 9.54 12.27 13.53 17.81

Honduras 8.19 10.73 12.31 14.81

El Salvador 9.57 12.04 11.05 11.88

Guatemala 6.67 8.24 8.67 11.23

Nicaragua* 6.72 9.92 10.52 12.62

* Datos de 1949 a 1978.   Fuente: Oxford Latin American Economic History Data-
base; citado por A. Schneider, en State-Building… op. cit.  pág. 118.

El Cuadro anterior revela, para otras fechas, la constitución


débil comparativa del poder tributario del Estado guatemalteco,
que continúa siendo el que menos impuestos recauda en la región
centroamericana para todos los años aquí consignados. Se trata,
en consecuencia, de una estructura constitutiva de un poder
relativamente incompetente, ya que esa condición se mantiene hasta
el presente.
Y, como lo establece Martí, el cuidado por lo que pueda
suceder en el mundo de la política los ha llevado a ser influyentes en

108 En opinión de Adams, la organización más importante fue Anacafé, inicialmente


gubernamental, que recibía 39 centavos por cada saco de café exportado; se ocu-
paba de cuidar la calidad y cantidad producida y de fijar las políticas cafetaleras.
Adams, R. (1970: 350).

132
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

la selección y/o nombramiento de Ministerios clave para la economía


del país. En efecto, entre 1954 y 1993, técnicos o políticos del sector
privado estuvieron un 45% del tiempo en el Ministerio de Finanzas;
un 72% en el de Economía y un 56% en el de Agricultura.109
La síntesis de estas experiencias y aquellos datos es que en la
constitución del poder del Estado desarrollista y en las relaciones
de dominio que todo ello implica, los intereses empresariales se han
convertido en decisivos. De hecho, como lo establece la historia,
las élites terratenientes en sociedades agrarias ejercen un poder casi
total, sin proporciones en relación con su dominio social, gracias a
las variadas desigualdades de que se valen. El Estado es el guardián
de esas asimetrías profundas.Todo esto se traduce en que los nuevos
empresarios, con la conformación de la matriz estado-céntrica,
autoritario-desarrollista, se convirtieron también en una formidable
fuerza social y política que contribuye a la definición de políticas
públicas, en especial de aquellas que les interesan, vetando las leyes
o decisiones que les perjudican.
No es posible entrar en detalles sobre lo que sucede en los
escenarios en los que el poder se comparte y particulariza. De hecho,
los intereses que representa el CACIF como empeño institucional
general —o algunas de sus cámaras, en particular— contribuyen
a la conformación de un poder corporativo a veces directo que le
resta fuerza y autoridad al Estado, sin las mediaciones propias de los
partidos políticos (o a veces, por interpósita mano de determinadas
agrupaciones partidarias). Lo importante es el registro general y las
eventuales contradicciones particulares que pudieran aparecen en
los vínculos entre el Estado como representante de la nación y los
intereses privados desde la sociedad. Un ejemplo particulariza de
manera inequívoca esta relación: la larga historia de desencuentros
en materia fiscal, un infeliz maridaje que ha hecho de Guatemala un
paraíso tributario en el seno de una nación pobre y desigual.110
109 Martí, WJ. (2006: 65, cuadro 4.8).
110 SAT-Icefi, Historia de la Tributación en Guatemala, óp. cit. varios capítulos y
páginas.

133
Edelberto Torres-Rivas

En esta dimensión, hay dos consideraciones finales, de


distinto rango. Una es que no es cierto que el Ejército esté sometido
o fuertemente condicionado por los empresarios. .Las relaciones en
el interior del Estado autoritario-desarrollista, o entre Ejército y la
burguesía, no son tan simples; son vínculos múltiples, con variables y
grados temporales de atracción y/o rechazo. El Ejército en Guatemala
tiende a ser un poder independiente; los grupos propietarios lo
tienen por su misma constitución clasista. Los conflictos sobre las
reformas fiscales son un ejemplo de dos políticas encontradas. En
una perspectiva de largo plazo, el Estado guatemalteco ha sido un
poder militar.
El segundo punto es que no será democrático el Estado, en
tanto su vocación de servicio a la nación, a todos y especialmente a los
menos privilegiados, no se satisfaga plenamente. La atención a los
pobres no lo vuelve automáticamente democrático, pero la excesiva
penetración de intereses privados lo corporativiza y lo vuelve débil y
autoritario. El poder colonizado expresa una debilidad constitutiva
de la que profitan militares y empresarios desde 1954.
Paralelo al ascenso de la coalición post-arbencista, los
nuevos actores conservadores que contribuyeron a redefinir las
relaciones de poder después de 1954 persiguieron a las entidades
opositoras como los partidos, particularmente los sindicatos obreros
y los organismos campesinos, y otras organizaciones sociales que
durante todo este tiempo han realizado esfuerzos para salir del
marasmo de la desmovilización, la desorientación y la fragmentación
inducidas. Las «clases» asalariadas no lograron crecer en número e
influencia en la política nacional, pese a algunos logros importantes
pero temporales y aislados.111 Es lo que se reconoce como una crisis

111 Lo que aquí se dice no constituye un balance del movimiento popular, menos
aún de lo que hacen las organizaciones mayas, femeninas, de derechos humanos,
ecológicas, etc. Es sólo una referencia a lo que hubo en el período democrático,
cuando sobresalieron la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG) y
la Central Campesina.

134
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

de participación y representación del asociacionismo de la sociedad


civil, propiciada por el poder autoritario.
La cuarta experiencia innovadora del período en
consideración es de orden político y está articulada con los procesos
de institucionalización del Ejército y su proyecto de ejercer el
poder controlando al Estado con apego ritual a las formalidades
democráticas. Ese propósito, explícito desde 1963, cobró forma
en las elecciones de 1966, las primeras en la historia nacional
convocadas por los militares utilizando la Constitución y el voto
popular. Promovieron la instalación de procesos de participación/
organización ciudadana, de una democracia electoral vigilada,
«modelo» por cierto ya aplicado en varios países de América
Latina. En Guatemala se empleó como un modelo persistente entre
1966 y 1982. Fue una iniciativa institucional del Ejército que se
proponía resolver varios aspectos críticos que todo poder enfrenta:
alcanzar la legalidad en el ejercicio del mando, y satisfacer el tema
de la sucesión y rotación del mando. El «modelo» comprendió tres
elementos: a) la existencia de un orden constitucional, es decir de
una legalidad básica establecida previamente; b) la presencia de
partidos políticos aceptados, inscritos, funcionales; y c) elecciones
generales que se convocan periódicamente112 para elegir presidente,
Congreso y autoridades edilicias.
Este tipo de ejercicios formales ha sido calificado como
elecciones democrático-autoritarias o iliberal democracy, porque
contienen dos limitaciones sustantivas que las desvirtúan. Una,
es que sólo participan partidos y/o fuerzas políticas reconocidas y
registradas legalmente, (es decir aceptadas por el ejército) lo cual
reduce el pluralismo ideológico y aún la misma participación. Y la
otra, más importante, es que el partido-de-los-militares (el PCN en El

112 En El Salvador, en fechas parecidas, se utilizó un modelo electoral similar. Cada


cinco años, desde 1962 hasta 1979, se convocaban elecciones. En esta última fe-
cha, el modelo entró en crisis; en Guatemala se inició en 1964 y se descompuso en
1982.

135
Edelberto Torres-Rivas

Salvador, el PID en Guatemala y sus alianzas) prefigura su victoria


al anunciar quién es el candidato oficial (un general) que en la lógica
autoritaria no puede perder. Y se aseguran también la mayoría en
el Congreso, donde comparten escaños con otros partidos. Todo
esto niega el valor de una competencia, justa, igualitaria, con
resultados inciertos, rasgos propios de las elecciones democráticas.
El programa empezó a aplicarse en 1966 hasta 1982, cinco eventos
electorales en que el mecanismo del ‘general ganador’ falló sólo
la primera vez, con el triunfo de un candidato civil, Julio César
Méndez.113 El Ejército lo hizo firmar un pacto restrictivo de su
independencia como presidente, que entendió que éste es un Estado
autoritario, militarizado; las fuerzas políticas advirtieron que como
la doble faz de Jano, tenía también una cara terrorista, que éste era
un poder contrainsurgente.
Elecciones de esta naturaleza se realizaron en varios países,
calificadas por algunos como demonstration polls, por el efecto
‘vitrina’ que tuvieron cuando eran observadas desde el exterior y
parecieron cumplir en la apariencia lejana con las formalidades
democráticas. Para otros fueron una inaceptable mistificación que
rechazaron como democracias-de-fachada, prueba ominosa de
las dificultades militares para sostener experiencias democráticas.
Un juego frustrado de antemano por la manera como las fuerzas
armadas se articulaban con la sociedad, dominándola al convocar a
la ciudadanía a un ejercicio que en su desarrollo se desacreditaba;
una legalidad formal que finalmente no respetaban.El ejército
nombra al candidato y el pueblo lo elige, una relación de naturaleza
perversa.
En El Salvador, también se aplicó el modelo de ‘democracia
de fachada’, casi en el mismo período y con iguales resultados. ¿Por

113 No siendo ésta una historia política, solo se menciona que la elección de
Méndez Montenegro fue al inicio rechazada por los militares, quienes finalmente
reconocieron su triunfo y lo obligaron a firmar un pacto que redujo las funciones
presidenciales a un manejo de la administración y no del poder.

136
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

qué necesitaron los militares esta pantomima que sólo sirvió para
desacreditarlos? ¿Al desistir del golpe de Estado y optar por las
elecciones, sustituir la fuerza por el fraude como forma de acceder
al poder se estaba dando el primer paso de una transición sui géneris
a la democracia? En efecto, convocaron y toleraron una oposición
política obediente, un pluralismo con mordaza y una competencia
predeterminada (aceptada en niveles de diputaciones y alcaldías).
No hay que olvidar que en casi todo el Siglo XIX las dictaduras
utilizaron el mecanismo electoral para reelegirse, con una visión
prepolítica de la participación popular. Lo diferente es que antes
se reelegían y ahora se alternaban, ¿algo se ganó? Analizando los
efectos de otras latitudes, algunos han propuesto la teoría de que
éstas fueron las formas iniciales de las elecciones democráticas y
de que varias, muchas elecciones autoritarias pueden democratizar
finalmente el sistema.114 También puede suceder al revés.
En resumen, esta etapa que define la compleja ambigüedad
de esta matriz estado-céntrica, autoritario-desarrollista en
Guatemala encierra la síntesis de varios rasgos que la tensan y que
se vienen mencionando: se trata de un poder desarrollista sostenido,
que estimuló la creación de instituciones públicas descentralizadas;
buscó la dimensión de una democracia autoritaria y otra de un
régimen represivo, claramente contrainsurgente. Un ejemplo, un
momento temporal, fue el lapso 1978-1982 que unifica esta triple
y compleja dimensión del Estado: se alcanzaron importantes tasas
de crecimiento económico, al mismo tiempo se realizaron las
quintas elecciones presidenciales de esta «democracia autoritaria»
y se aplicaron también las peores formas de contrainsurgencia
genocida. El Estado entra en crisis con las elecciones en 1982
contradictoriamente cuando inicia su ofensiva antiguerrillera. La
cúpula militar se fractura y en 1985 da paso al retorno del Estado
democrático neoliberal.
114 Como de cierta manera sucedió en los sistemas brasileño, mexicano y argentino;
es así como muchas elecciones democráticas terminan por agotar el sistema como
en Venezuela y Colombia.

137
Edelberto Torres-Rivas

La quinta experiencia a mencionar es sin duda la más


importante por sus orígenes y sus efectos a largo plazo. Comprende
todo lo relativo al alzamiento guerrillero y a la lucha insurreccional
que sucedió sensu strictu entre la mitad de los 60 y finales de los
70 del siglo XX, que estuvo acompañada o precedida de intensas
movilizaciones sociales y reivindicaciones económico-sociales
como nunca había ocurrido, pues fue una rebelión de los desiguales
que desbordó las demandas laborales del Código de Trabajo. En
sus múltiples dimensiones, la insurgencia armada constituyó la
manifestación de un profundo descontento raigal surgido en parte por
la manera violenta y rápida como se puso fin al proyecto nacional-
popular en 1954,115 por las formas represivas que en la década
siguiente se aplicaron a los movimientos sociales que se movían
en torno a demandas socioeconómicas, legales y públicas. La suma
de esas protestas constituyó un rechazo a la forma oligárquica de
dominio estatal, a la cultura de odio que estimuló el anticomunismo,
a los efectos del cambio económico sin modernización política, y a
las influencias de la revolución cubana.
Es frecuente hablar de treinta y seis años de conflicto
armado interno, lo cual es una mixtificación de los tiempos en
función de causas similares y efectos distintos. Ni lo uno ni lo
otro. Fueron treinta años de represión antipopular sistemática
(1954-1985) y menos años de conflicto armado, pero donde hubo
resistencias, luchas populares, dos intentos guerrilleros, variadas
formas de rebeldía, todo lo cual redefinió el papel de los militares
como guardianes pretorianos del orden burgués, de las articulaciones
de dominación y subalternalidad con las clases trabajadoras, y de
forma especial, los grupos indígenas, de la presencia política e

115 Puede ser que esto se explique en parte por la súbita renuncia de Árbenz, grave
por lo imprevista en un ambiente de ascenso de la lucha social, lucha muy parecida
a un enfrentamiento de clases. Mas grave aun es la soledad en la que se decidió la
mencionada renuncia que no hubiesen previsto, trazado y aplicada una estrategia
defensiva. No estuvieron a la altura de las necesidades de la revolución, el pueblo
se quedó confundido y apaleado.

138
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

ideológica de las fracciones radicales de las clases medias y otros


grupos sociales. Aquí aparece otra dimensión en la manera como
el Estado postliberal, que se ha calificado como poder desarrollista
autoritario, terminó de conformarse; ya no solo los campesinos sino
que son objeto de control y orden y por ello, de violencia, nuevos
sectores sociales resultado de la diferenciación en la estratificación
clasista.
En períodos distantes una década, uno entre 1964-1967
y luego entre 1980-1983, hubo dos procesos guerrilleros con
programas radicales que tensaron a la sociedad y volvieron anormal
la vida en algunas zonas rurales y, por momentos, en la misma
ciudad capital. La insurgencia influyó en la política nacional y en la
modulación del poder estatal. Por un lado, porque obligó cambios
institucionales en el interior del Estado y en funciones básicas del
sistema, que se debilitaron aún mas, tales como la seguridad, la
justicia, los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y otros.
Por el otro, al modificar instancias internas del Ejército, como el
reforzamiento de la militarización, de los servicios de inteligencia,
comunicaciones, transporte, creación de colaboración paramilitar
(como las Patrullas de Autodefensa Civil, PAC).
La insurgencia intentó ser un contrapoder, no llegó a la fase
de constitución del poder dual, en términos marxianos. De hecho,
no fue una amenaza sustantiva al poder del Estado, sino una a
expresiones puntuales de las tácticas militares. La contrainsurgencia
fue una modalidad del poder militar que desbordó las funciones de
orden y control que el Estado está llamado a realizar.
Sin embargo, el dato más importante desde el punto de
vista de los efectos que se desea destacar, es la «aproximación»
de las fuerzas guerrilleras hacia sectores importantes de algunas
comunidades indígenas, como en Quiché y sobre todo en el altiplano
central y en las zonas montañosas de los Cuchumatanes. Es discutible
el grado en que esas comunidades indígenas fueron incorporadas a
la insurgencia armada y sus proyectos. Hay variadas razones para

139
Edelberto Torres-Rivas

establecer bien la naturaleza de eso que llamamos ‘aproximación’


por lo discutible de sus consecuencias. Los servicios de inteligencia
del Ejército se dieron cuenta del grave peligro que surgía con
la movilización de decenas de miles de indígenas. A juzgar por
distintas fuentes, exageraron el peligro por distintos motivos (118).
Sectores intelectuales próximos a la subversión enfatizan
que en esas fechas se produjo una evidente rebelión indígena, la más
importante habida en los últimos tiempos. Algunos otros analistas
sugieren que la aproximación entre guerrilleros e indígenas fue
cierta pero inicial, dado que por motivos de tiempo no alcanzó a
crearse una organización militar indígena, la expresión canónica de
todo alzamiento popular. Sobre todo si se está viviendo un ambiente
sobredeterminado por la guerra.
La lucha guerrillera es motivo de análisis por la importancia
que tuvo al constituir el primero y el más importante desafío nunca
habido al poder estatal. Recuérdese que con la óptica apropiada,
ni la Semana Trágica, ni el 20 de Octubre fueron amenazas a ese
poder. En ambas hubo fracturas del ejército pero provocadas desde
su interior, que ayudaron a reconstituirlo. En la primera, sirvió para
el regreso de los generales barristas, liberales; en la segunda, sirvió
para expulsar a los vetustos generales ubiquistas, también liberales.
La lucha armada liberal en 1871 fue un desafío al poder estatal en
formación, una estrategia militar para constituirlo. En 1979-82,
los guerrilleros se plantearon inicialmente la toma del Estado y
su destrucción. Teniendo como telón de fondo el castrismo y el
sandinismo y sus éxitos tras un nuevo poder, la amenaza anti- estatal
de la guerrilla fue tomada en serio.
La inclusión de este quinto aspecto como uno de los hechos
con cambios más importantes habidos en la sociedad guatemalteca
se justifica por dos motivos que tienen que ver de otra manera, con
el Estado, tema de este capítulo. El primero es que la constitución
de fuerzas guerrilleras radicales en sus propósitos dio la oportunidad
para que los componentes asociados con el assumption of Regnancy

140
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

se desplegaran aún más y los militares ocuparan posiciones de


control del Estado, más allá de sus funciones como institución de
orden y control. El ejercicio de la violencia contra los insurgentes se
desbordó hasta alcanzar grupos o personas que solamente estaban
en la oposición legal y pública, o que no ejercían actividad alguna.
De allí que se diga que como resultado de estos excesos de violencia
el Estado se defina también con rasgos terroristas, como ellos
quedaron esbozados líneas arriba.
El segundo motivo se relaciona con el anterior y se refiere a
que en el seno de este desborde de violencia contra la sociedad tiene
que considerarse como total, contra una parte de la sociedad en que
las acciones contrainsurgentes, planificadas, fueran responsables del
asesinato de más o menos unos 60/80,000 indígenas, cuyas aldeas
fueron destruidas, su vida social disociada y amenazada seriamente
su cultura. Con ello aparecieron rasgos acusadamente racistas que
califican todo este momento. Contra todo lo que se hubiese podido
predecir, el genocidio indígena ha tenido, entre otros, un efecto de la
mayor importancia: la emergencia de un nuevo sujeto político en los
escenarios de las luchas políticas y del poder: los pueblos indígenas,
cuya presencia está aún definiéndose.
Su presencia es potencialmente decisiva y depende del
curso que adopte la definición de su identidad étnica, de cómo
se constituyan en los escenarios políticos actuales sus intereses
como ciudadanos guatemaltecos, como portadores de derechos y
demandas específicas en el interior de una sociedad racista. Aún no
hay unas organizaciones indígenas de carácter nacional, permanente,
con liderazgos bien establecidos. Entre Bolivia y Guatemala, por
ejemplo, hay décadas de distancia histórica.
Simplificando el análisis, digamos que en el interior del
pueblo maya hay una opción conservadora, que enfatiza los rasgos
culturalistas y otra revolucionaria, que reivindica su condición
económico-social. No son excluyentes y su concurrencia debiera
tener una expresión política. Todo lo anterior tiene el propósito de

141
Edelberto Torres-Rivas

advertir la distancia entre dos momentos estatales: el indígena como


objeto de dominación y el indígena como sujeto de la historia.
Las luchas y la organización de los indígenas y, en general,
las luchas políticas del futuro inmediato de la democracia, tienen que
tomar en cuenta la realidad de una nación pluricultural y multiétnica.
Con una estratificación de clases marcada por las desigualdades.
La etapa del Estado democrático que se ha planteado ya en varios
Informes nacionales de desarrollo humano (INDH) tiene su
correlato con el Estado para una nación heterogénea .e inclusiva.
Y el Estado del futuro, en Guatemala, si tiene que ser democrático
debe también tener una fuerza incluyente de carácter clasista, que
deje atrás las raíces coloniales: tiene que ser un Estado plural. Este
será otra etapa del Estado nacional en este país.

VII. El Estado postconflicto: un Estado subsidiario


democrático

Como consecuencia de los cambios introducidos por


la crisis económica internacional a partir de 1980, el conflicto
armado interno, el cambio de régimen hacia uno democrático, con
la elección de civiles y la participación de partidos políticos de
diversos signos, más las presiones para aplicar políticas de ajuste
económico, aumentan las posibilidades de que aparezca un nuevo
momento estatal.
Los cambios en la sociedad son políticos, es decir relaciones
de control y violencia que como mediaciones con el Estado tienden
a generar nuevas configuraciones de poder, fuerzas de interés social
que se organizan y nuevas ideas de cultura material y simbólica.
Casi se diría, nuevos problemas. Los cambios en la élite dirigente
exigen nuevos equilibrios de poder y de influencia en virtud de
los procesos electorales de 1985 en adelante. Los cambios en el
proceso producen demandas distintas, diferentes niveles de apoyo,

142
El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

de violencia, en los descontentos y la coerción. El cambio que


introduce el régimen de democracia política genera un cambio
parcial en las estructuras de adopción de decisiones, de la influencia
de los grupos de intereses clasista.
También motiva modificaciones en el grado de centralización
y descentralización del poder, en el nivel de institucionalización
de las funciones del poder en trance de democratización en una
sociedad que surge mas empobrecida, más desigual, con énfasis en
las diferencias étnicas. Todo esto plantea el tema del análisis del
Estado postconflicto y postliberal, democrático pero con funciones
subsidiarias. Fracasado el sentido autoritario estado-céntrico y
desarrollista se pasa al Estado mínimo y al triunfo del mercado, que
es una manera esquizoide de señalar la preeminencia de los intereses
de la burguesía empresarial y la bancarrota de las fuerzas sociales
que amenazaron el status quo entre 1970 y 1980.
El Estado que así comienza a configurarse, a partir de la
Constitución de 1985 y del primer gobierno civil, en 1986, es objeto
de análisis en otro momento, que debiera hacerse en la perspectiva
histórica que intenta trazar esta obra.

143
Edelberto Torres-Rivas

Índice
Presentación 3
Introducción 7

I. Aspectos generales 9
1. Introducción 9
2. Poder colonial y poder independiente 9
3. Sobre el Estado y la Nación 11
4. Los rasgos estatales 13
4.1 Una clase/élite/grupo dominante 14
4.2 La centralización del poder 15
4.3 La nación, nacionalidad y ciudadanía 15
4.4 La estructura económica, el mercado interior 16
4.5 El ejército profesional 16
4.6 El aparato fiscal y hacendario 17
4.7 El fin del Estado clerical, tan propio de la tradición española 18

II. Los primeros pasos 19
1. La independencia y la república federal 19
2. ¿Viabilidad del reformismo liberal? El primer momento del Estado 29
3. El Estado y la restauración conservadora 33

III. El Estado liberal 44


1. El Estado liberal 44
2. El café, el Estado, la oligarquía 56

IV. El Estado liberal: estancamiento y decadencia (1898-1944) 66


1. El Estado liberal en crisis de estancamiento 69

V. El momento final: la crisis del Estado liberal (1930-1944) 87


1. La década extraviada 87
2. La decadencia del poder liberal 88

VI. El Estado desarrollista 103


1. La etapa democrática del Estado desarrollista (1944-1954) 107
2. La etapa autoritaria del Estado desarrollista (1954-1985) 118

VII. El Estado postconflicto: un Estado subsidiario democrático 142

Bibliografía 145

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El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?

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