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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE DERECHO

LA CALIFICACIÓN JUDICIAL DE LOS


SERVICIOS MÍNIMOS EN EL EJERCICIO
DEL DERECHO DE HUELGA

FABIO CÉSAR PINEDA ARAVENA

LÍNEA DE ESPECIALIZACIÓN EN
DERECHO PRIVADO
DERECHO COLECTIVO DEL TRABAJO

INFORME JURÍDICO

PROFESOR TUTOR:
JUAN ANDRÉS VARAS BRAUN

VALDIVIA –
CHILE 2018

1
I) Índice

II) Abreviaturas ....................................................................................................................3

III) Sumario ..........................................................................................................................4

IV) Preámbulo ......................................................................................................................5

V) Desarrollo.........................................................................................................................7

1. Los servicios mínimos como límite al derecho de huelga.............................................7

a) La libertad sindical y el derecho de huelga ..............................................................7

b) Los servicios mínimos y equipos de emergencia. .....................................................8

c) Los servicios mínimos como límite al derecho de huelga ....................................... 10

2. La calificación no judicial de los servicios mínimos ................................................... 11

a) Propuesta del empleador ......................................................................................... 11

b) Respuesta del sindicato ........................................................................................... 12

c) Negociación y acuerdo general ................................................................................ 12

d) Requerimiento ante la Dirección Regional del Trabajo ........................................ 13

3. La calificación judicial de los servicios mínimos ........................................................ 13

a) Argumentos de derecho........................................................................................... 14

b) Argumentos social-políticos .................................................................................... 17

VI) Conclusiones ................................................................................................................. 17

VII) Bibliografía ................................................................................................................. 21

2
II) Abreviaturas

CA - Corte de Apelaciones
CdT - Código del Trabajo
CPR - Constitución Política de la República
CS - Corte Suprema
DO - Diario Oficial
DS - Decreto Supremo
DT - Dirección del Trabajo
IT - Inspección del Trabajo
OIT - Organización Internacional del Trabajo
TC - Tribunal Constitucional

3
III) Sumario

El presente informe efectúa un análisis de las distintas fases del procedimiento de calificación
de los servicios mínimos y equipos de emergencia en el ejercicio del derecho de huelga de los
trabajadores, en un contexto en el cual se ha cuestionado la posibilidad de la determinación de
estas materias por parte de los tribunales de justicia.

De esta manera, este trabajo abordará la posición según la cual, sí es posible la calificación en
sede judicial de las materias antes mencionadas, basado principalmente en una interpretación
coherente de ciertos principios, normas constitucionales y legales en conflicto, argumentos
que han sido ratificados por reciente jurisprudencia de la Corte Suprema.

Por otra parte, la doctrina ha abordado esta temática también desde un punto de vista social.
En este sentido, resulta importante destacar la existencia de un órgano imparcial que resuelva
esta cuestión, ya que la determinación de los servicios mínimos se debe realizar en función de
la preservación de servicios indispensables para la comunidad.

4
IV) Preámbulo

El presente trabajo ha sido requerido a solicitud de un particular para ser presentado ante el
Juzgado de Letras del Trabajo de Valdivia, con la finalidad de aclarar la posibilidad de que los
tribunales de justicia puedan conocer y resolver acerca de la calificación de servicios mínimos
y equipos de emergencia, en el ejercicio del derecho de huelga de los trabajadores.

Para efectos de orden, este informe abordará, primero, un estudio sobre los servicios mínimos
y equipos de emergencia como límites al ejercicio del derecho de huelga, lo cual incluirá: a)
una breve referencia al principio de libertad sindical y el derecho a huelga de los trabajadores,
b) el concepto de servicios mínimos y equipos de emergencia, conforme a nuestra legislación
y de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo y, c) la caracterización de
servicios mínimos como límite al ejercicio del derecho de huelga.

A continuación, el segundo capítulo se referirá al proceso de calificación de servicios


mínimos en sede no judicial, lo cual supondrá un tratamiento a cada una de las etapas que
involucra: a) propuesta del empleador, b) respuesta del sindicato, c) negociación y acuerdo
general, y d) requerimiento ante la Dirección Regional del Trabajo. Cabe mencionar en este
último punto, la facultad de recurrir ante la Dirección Nacional del Trabajo cuando una de las
partes considere que la resolución emanada del ente regional no ha sido la correcta.

Seguidamente, el tercer capítulo se centrará en determinar la posibilidad de recurrir ante los


tribunales de justicia para que conozcan sobre esta materia, es decir, la posibilidad de calificar
judicialmente los servicios mínimos en el ejercicio del derecho de huelga. Este ítem por tanto
considerará: a) los argumentos de derecho y b) argumentos políticos/sociales que nos
permiten entender que sí cabe esta opción para cualquiera de las partes.

Finalmente, se darán a conocer las conclusiones que se deduzcan a partir de la lectura de los
capítulos anteriormente mencionados. Por consiguiente, esta sección comprende la
enunciación de los conceptos que dicen relación con la materia a tratar [libertad sindical,
servicios mínimos, equipos de emergencia, etc.]; el proceso de calificación de los servicios
mínimos en una sede administrativa; y, los argumentos que nos permiten aclarar que sí existe
posibilidad de que tales problemáticas sean abordadas en sede judicial.

5
En este sentido, tal problema se ha generado por una interpretación errónea del undécimo
inciso del artículo 360 del CdT, en el que se señala que la decisión acerca de los servicios
mínimos que adopte la Dirección Regional del Trabajo sólo será reclamable ante la Dirección
Nacional del Trabajo, de modo que los Juzgados de Letras del Trabajo se han declarado
incompetentes para conocer estas materias.

Precisamente, en virtud de los argumentos esgrimidos en determinadas sentencias de la Corte


Suprema, podemos entender que sí son competentes los tribunales de justicia de nuestro país
para llevar a cabo la determinación de los servicios mínimos. Además, la doctrina ha aportado
con criterios de importancia social para otorgarle mayor fuerza a esta hipótesis.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, los principales argumentos sostenidos para
adherirnos a esta posición son los siguientes: i) la incompetencia absoluta declarada por los
Juzgados de Letras del Trabajo supone negar el derecho de acción de los particulares, lo cual
contraviene el principio de inexcusabilidad de los tribunales y el derecho de reclamar ante los
tribunales en contra de las resoluciones administrativas.

Además, de acuerdo a una interpretación sistemática y armoniosa de las normas contenidas en


el CdT, ii) en razón del artículo 420 letra e), serán de competencia de los Juzgados de Letras
del Trabajo, las reclamaciones que procedan contra las resoluciones dictadas por autoridades
administrativas en materias laborales, previsionales y de seguridad social.

Asimismo, ha sido propuesto por la doctrina que un órgano imparcial es quien debe asumir la
tarea ya referida, por cuanto la consideración de si caben los servicios mínimos o no, provoca
un cambio de paradigmas, desplazando el eje de la relación entre empleador y trabajador, para
realizarse en función de la preservación de los servicios indispensables para la comunidad y la
seguridad de la misma1.

Atendiendo a este último argumento, es evidente que la imparcialidad requerida es propia de


los tribunales de justicia y no de un órgano administrativo como la Dirección del Trabajo, por
cuanto esta última institución, al revestir el carácter de administrativa, no está exenta de sesgo
político, lo cual podría influenciar en la resolución emanada para dar solución al conflicto.

1
RAFFAGHELLI, 2007, p. 353.

6
V) Desarrollo

1. Los servicios mínimos como límite al derecho de huelga

a) La libertad sindical y el derecho de huelga

La libertad sindical es uno de los principios bases del derecho del trabajo y, al igual que esta
rama del derecho, ha sufrido una constante evolución. En consecuencia, definir este concepto
resulta un tanto difícil por todas las consideraciones que se deben tener presentes al momento
de realizar un ejercicio como este, tales como, los aspectos culturales, económicos y sociales
de una población determinada.

Sin embargo, para efectos de orden, entenderemos que la libertad sindical es aquel «derecho
que asiste a los trabajadores para constituir organizaciones, afiliarse o desafiliarse a ellas, a
darse su propia normativa sin intervención de terceros y, especialmente, el derecho al
ejercicio de la actividad sindical (…), en particular, la negociación colectiva y el derecho de
huelga»2.

Precisamente, esta definición da cuenta de los tres elementos que componen este principio, es
decir, a) el derecho de sindicación, que responde a una faz organizativa de la libertad sindical
y, b) la negociación colectiva y c) el derecho de huelga de los trabajadores, que responden a
una faz funcional del mismo principio.

Asimismo, nuestra Carta Fundamental recoge estos tres elementos, reconociéndole el valor de
derecho fundamental a la libertad sindical; sin embargo, no existe mayor claridad respecto del
contenido de tales elementos en dicha regulación. En ese sentido, la autonomía sindical se
encuentra consagrada en el artículo 19 n° 19 y, la negociación colectiva y el derecho a huelga
en el artículo 19 n° 16 de la CPR.

Así, vale la pena señalar que, para cierto sector de la doctrina, el reconocimiento de la libertad
sindical como derecho fundamental es débil dado que reconoce de modo fragmentario ciertas
manifestaciones de la negociación colectiva, limitándolo solo a la empresa privada y, respecto

2
VARAS, 2003, p. 5.

7
del derecho de huelga, más que reconocerlo, lo prohíbe respecto de ciertas personas 3.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que, para que la libertad sindical cumpla con sus fines, no
basta que un ordenamiento jurídico permita la autonomía colectiva o el derecho a sindicarse
por parte de los trabajadores, sino que se debe equiparar el poder de estos últimos con el que
ostenta el empleador y, en razón de ello, la huelga cumple un papel fundamental 4.

En tal sentido, como ya dimos cuenta de que la CPR apenas considera el derecho de huelga, la
tesis predominante para la aplicación de este derecho en nuestro sistema jurídico interno es la
del bloque de constitucionalidad. Dicha tesis se refiere a que, en virtud del inciso segundo del
artículo 5° de la CPR, resultarían aplicables al derecho interno, entre otros, el Convenio 87 de
la OIT y el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 5, que regulan su contenido.

Por otra parte, ante la ausencia de definición en el derecho nacional respecto de la huelga, la
doctrina la ha definido como aquella «abstención concertada de trabajar, que ejecuta un
sindicato o grupo de trabajadores, dentro de un período limitado y con los requisitos legales,
con el propósito de persuadir a su respectivo empleador para la suscripción de un contrato
colectivo»6.

Finalmente, es posible concluir que, el principio de libertad sindical y, más precisamente, el


derecho de huelga, presenta una débil consagración como derecho fundamental en la CPR y
su contenido se debe a la aplicación de tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentren vigentes7, más los aportes que ha realizado la doctrina y han colaborado para una
correcta aplicación de estos derechos.

b) Los servicios mínimos y equipos de emergencia.

Los servicios mínimos pueden ser entendidos como aquellas «funciones, tareas, procesos o
áreas de gestión o servicio de una empresa que, sin menoscabar en su esencia el derecho a
huelga, conforme al tamaño y características de la empresa, establecimiento o faena, deben
ser atendidas durante el desarrollo de una huelga»8.

3
ROJAS, 2017, p. 19.
4
GAMONAL, 2012, p. 366.
5
GAMONAL, 2013, p. 118.
6
MACCHIAVELLO, 1989, p. 445.
7
Constitución Política de la República, 1980.
8
Dirección del Trabajo, 28.10.2016, N° 5346/92.

8
Ahora bien, respecto de las condiciones de aplicación de las mismas, serán calificadas cuando
«resultan estrictamente necesarias para proteger los bienes corporales e instalaciones de la
empresa y prevenir accidentes; garantizar la prestación de servicios de utilidad pública o la
atención de necesidades básicas de la población (…), y la prevención de daños ambientales o
sanitarios»9.

Por su parte, la OIT los define como «un servicio limitado a las actividades estrictamente
necesarias para cubrir las necesidades básicas de la población o satisfacer las exigencias
mínimas del servicio, sin menoscabar la eficacia de los medios de presión»10.

Sobre la base de la definición otorgada por la DT, los servicios mínimos se pueden clasificar
en: a) servicios mínimos de seguridad, necesarios para la protección de los bienes corporales e
institucionales de la empresa y, prevenir accidentes; b) servicios mínimos de funcionamiento,
los que garantizan la prestación de servicios de utilidad pública y la atención de necesidades
básicas de la población; y, c) servicios mínimos para prevenir daños ambientales o sanitarios.

Precisamente, la calificación de estos servicios mínimos al interior de una empresa, va de la


mano con el concepto de equipos de emergencia. Esta figura se encuentra definida en el CdT
como «aquel personal involucrado en el proceso de negociación colectiva, destinado por el
sindicato para atender los servicios mínimos»11.

Entonces, en virtud de dichas normas, al llevar a cabo el proceso de calificación de servicios


mínimos y de equipos de emergencia, deberá considerarse respecta de esta última figura: a) el
número de trabajadores, b) sus competencias profesionales o técnicas y c) todas las funciones
que deberán desempeñar, durante el tiempo que sea necesario [este personal será remunerado
por todo el tiempo trabajado].

Resulta pertinente señalar que existe un desarrollo legal débil de los servicios mínimos que,
como veremos más adelante, solo se reduce a la regulación de los procesos de calificación de
estos mismos, lo cual supone que el contenido sustantivo derive de lo propuesto por

9
DIRECCIÓN DEL TRABAJO, 2017, p. 43.
10
DIRECCIÓN DEL TRABAJO, 2016.
11
Código del Trabajo, 2002.

9
organismos como la OIT y la DT. Esto no conlleva un problema de aplicación del derecho,
puesto que en virtud del artículo 5 inciso 2° de la CPR, los tratados internacionales ratificados
por Chile y que se encuentren vigentes, sí son aplicables al derecho interno; no obstante, da
cuenta de la poca importancia que ha tenido para los legisladores regular el contenido
sustantivo de tales materias, demostrando un retraso importante respecto de legislaciones
comparadas.

c) Los servicios mínimos como límite al derecho de huelga

De acuerdo con las conclusiones de los capítulos anteriores, el derecho de huelga juega un
papel fundamental respecto de la relación empleador-trabajador, permitiendo equiparar el
poder que tiene el primero respecto del segundo. En este sentido, el derecho de huelga, como
elemento de la libertad sindical, viene a complementar los derechos de autonomía colectiva y
negociación colectiva.

No obstante, a diferencia de los anteriores, su consagración como derecho fundamental en la


CPR da lugar a ciertas dudas, ya que más que reconocerlo como derecho, lo prohíbe respecto
de ciertos trabajadores en particular. En virtud de esto, la doctrina nacional ha cuestionado la
aplicación de este derecho en nuestro ordenamiento jurídico.

Precisamente, para dar respuesta a la laguna normativa anterior, se suscriben las siguientes
tesis: a) el bloque de constitucionalidad [el derecho de huelga se reconoce en virtud de la
aplicación del artículo 5 inciso segundo de la CPR] y b) un derecho implícito [el derecho de
huelga se reconoce en virtud de la prohibición establecida en el artículo 19 n° 16 de la
CPR]12.

Más allá de la posición que sigamos, es innegable que sí recibe aplicación en nuestro sistema
jurídico el derecho de huelga como derecho fundamental. Esto conlleva que las limitaciones a
este derecho deban ser establecidas por el legislador y no deben coartar el núcleo del mismo,
privando a los trabajadores del ejercicio legítimo de su derecho.

Por tanto, como los servicios mínimos operan como límite al ejercicio del derecho a huelga de
los trabajadores, se ha establecido que: a) no se admiten otras hipótesis más que las

12
GAMONAL, 2013, p. 118.

10
establecidas por el legislador, b) la determinación de los servicios mínimos es de carácter
restrictivo y, c) debe ser estrictamente necesario acorde con las hipótesis establecidas por el
legislador.
Estas últimas consideraciones dicen relación con un evidente conflicto de intereses que se
configura necesariamente en este tipo de relaciones, esto es, los intereses de los trabajadores
sindicalizados y la empresa y, los intereses de preservación de elementos indispensables para
la comunidad. En consecuencia, para evitar afectar el núcleo esencial del derecho de huelga,
se han formalizado dichas características acerca de la calificación de los servicios mínimos.

Además, estas condiciones de aplicación de los servicios mínimos se condicen con lo


indicado por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el cual señala que los
Estados partes disponen de un cierto margen de maniobra al momento de aplicar el artículo 8
del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales [libertad sindical], por ejemplo, en
la disposición relativa a las restricciones en interés de la seguridad nacional y del orden
público, entre otros. No obstante, los Estados partes deben interpretar restrictivamente estos
motivos de exención cada vez que sean invocados13.

2. La calificación no judicial de los servicios mínimos

a) Propuesta del empleador

Conforme con la lectura del artículo 360 del CdT, el cual regula el procedimiento no judicial
de calificación de los servicios mínimos, el empleador deberá proponer por escrito la
propuesta de servicios mínimos, las competencias y el número de trabajadores
correspondientes al equipo de emergencia a todos los sindicatos existentes en la empresa,
remitiendo copia de la propuesta a la Inspección del Trabajo 14.

Ahora bien, dicha propuesta debe realizarse antes del inicio de la negociación colectiva y se
materializará en un acta suscrita por el empleador y por todos los sindicatos o, por medio de
una resolución administrativa.

Respecto de la oportunidad para presentar la propuesta de servicios mínimos, cabe mencionar

13
COMITÉ DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES, 1996.
14
Código del Trabajo, 2002.

11
una distinción importante. Primero, si en una empresa existen sindicatos vigentes, el
empleador deberá hacerlo con una anticipación de a lo menos ciento ochenta días al
vencimiento del instrumento colectivo vigente o del más próximo a vencer. Segundo, en caso
de que no existan sindicatos vigentes en una empresa, el empleador deberá formular la
propuesta dentro de los quince días siguientes a la comunicación de constitución del sindicato.

Cabe hacer hincapié en que, en caso de que el empleador no realizara la propuesta de


servicios mínimos y equipos de emergencia en la oportunidad anteriormente señalada, se
entenderá que éste ha renunciado al ejercicio de su derecho a proponer la calificación de esta
materia y, por tanto, no existirán servicios mínimos ni equipos de emergencia cuando los
trabajadores inicien la huelga correspondiente.

b) Respuesta del sindicato

Seguidamente, luego de presentada la propuesta de servicios mínimos por parte del empleador
al sindicato [con copia a la Inspección del Trabajo], todos los sindicatos tienen un plazo para
responder de quince días. En caso de existir más de un sindicato, el plazo que tendrá cada uno
se contará desde el día siguiente a la comunicación practicada a él; salvo que, se responda de
forma conjunta y, entonces, el plazo se contará desde el día siguiente a la última
comunicación practicada a ellos15.

c) Negociación y acuerdo general

Luego de efectuarse la propuesta del empleador se abre un plazo de treinta días para alcanzar
un acuerdo con los sindicatos. Ahora bien, en caso de lograr un acuerdo, este debe
formalizarse en un acta que consigne los servicios mínimos y equipos de emergencia, la cual
debe ser suscrita por el empleador y por todos los sindicatos que concurrieron a la
calificación. Dicha acta debe ser depositaba en la IT dentro de los cinco días siguientes a su
suscripción.

En cuanto a su contenido, el acuerdo debe comprender: i) las funciones, tareas, procesos o


áreas de gestión o servicio de la empresa que son calificados como servicios mínimos, y los
supuestos definidos por el legislador que pretenden garantizar o proteger; y, ii) la

15
DIRECCIÓN DEL TRABAJO, 2017, p. 46.

12
competencias técnicas y profesionales de los trabajadores que deberán integrar los equipos de
emergencia, así como el número necesario para el cumplimiento de las tareas calificadas
como servicios mínimos16.

d) Requerimiento ante la Dirección Regional del Trabajo

En caso de que las partes no lograran un acuerdo en materia de servicios mínimos dentro del
plazo de treinta días contados desde la propuesta del empleador o, no involucrara a todos los
sindicatos, cualquiera de ellos puede requerir la intervención de la Dirección Regional del
Trabajo dentro de los cinco días siguientes.

Ante este requerimiento, la Dirección Regional del Trabajo deberá oír a las partes y solicitar
un informe técnico al organismo regulador o fiscalizador que corresponda y, posteriormente,
emitir resolución fundada dentro de los cuarenta y cinco días siguientes al requerimiento.

Dentro de los antecedentes técnicos que puede considerar la Dirección Regional del Trabajo
encontramos los siguientes: i) la propuesta del empleador presentada a los sindicatos, ii) los
informes técnicos de organismos públicos o privados acompañados por las partes, iii) los
informes técnicos solicitados por este organismo a otros entes fiscalizadores o reguladores, iv)
podrá realizar visitas inspectoras y, v) los estándares técnicos de carácter general
considerando el tamaño y la cantidad de trabajadores de la empresa 17.

Finalmente, la resolución emanada de la Dirección Regional del Trabajo deberá ser notificada
a las partes dentro de los cinco días siguientes a su emisión y sólo será reclamable ante la
Dirección Nacional del Trabajo, vía recurso jerárquico. Además, por causas sobrevinientes,
podrá ser revisada la calificación de los servicios mínimos si cambian las condiciones que las
determinaron, las cuales deben ser de carácter técnico y se regularan conforme al
procedimiento anteriormente mencionado.

3. La calificación judicial de los servicios mínimos

Conforme a la lectura del artículo 360 del CdT en su undécimo inciso, el cual indica que la
resolución que emane de la Dirección Regional del Trabajo correspondiente, sólo será
16
DIRECCIÓN DEL TRABAJO, 2017, p. 47
17
DIRECCIÓN DEL TRABAJO, 2017, p. 49.

13
reclamable ante la Dirección Nacional del Trabajo, es que los tribunales se han declarado
incompetentes de conocer estas materias. No obstante, en este apartado, desarrollaré una serie
de argumentos con los cuales podemos sostener que sí son competentes los tribunales de
justicia para conocer acerca de la calificación de los servicios mínimos.
a) Argumentos de derecho

Primero, cuando los tribunales de justicia se declaran incompetentes para conocer respecto de
las materias ya señaladas, se desatiende, entre otros, el principio de inexcusabilidad. En este
sentido, entendiendo por aquel como una prohibición al juez de eludir la decisión del asunto
sometido a su conocimiento, también configura una prohibición de apartar del control judicial
cualquier asunto que, cumpliendo las exigencias del artículo 76 de la CPR, deba recaer bajo el
amparo del órgano jurisdiccional correspondiente18.

Segundo, que está garantizado por la propia CPR, en su artículo 38, el acceso a la justicia en
este tipo de casos, puesto que la norma señala que «Cualquier persona que sea lesionada en
sus derechos por la Administración del Estado, de sus organismos o de las municipalidades,
podrá reclamar ante los tribunales que determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad
que pudiere afectar a un funcionario que hubiere causado el daño» 19.

Por lo tanto, en virtud de esta norma de rango constitucional, tanto la empresa como el
sindicato de trabajadores, podrían recurrir ante los tribunales de justicia correspondientes,
para que sean calificados los servicios mínimos y equipos de emergencia, cuando consideren
que la anterior calificación llevada a cabo por la Dirección Nacional del Trabajo les haya
provocado una lesión en sus derechos.

Tercero, que además del principio de inexcusabilidad y de las normas constitucionales como
argumentos para sostener que sí cabe la calificación judicial de los servicios mínimos,
también se encuentran una serie de normas legales, que corresponden al mismo cuerpo del
CdT y que, al ser interpretadas conforme a los preceptos ya mencionados, aclaran aún más
esta posibilidad.

Una de dichas normas es la contenida en el artículo 420 del CdT, el cual señala que serán de

18
Corte Suprema, 18.04.2018, rol 832-18.
19
Constitución Política de la República, 1980.

14
competencia exclusiva de los Juzgados de Letras del Trabajo, entre otras materias, las
reclamaciones que procedan en contra de las resoluciones dictadas por autoridades
administrativas en materias laborales, previsionales o de seguridad social 20.

Resulta evidente de este modo, que la calificación de los servicios mínimos si es una cuestión
que se circunscribe bajo el calificativo de materia laboral, por cuanto tiene como presupuesto
el contrato de trabajo de cada uno de los trabajadores que forman parte de un sindicato y,
porque se enmarca en el proceso de negociación colectiva, característico de la sede laboral.

Cabe además indicar que el proceso mediante el cual se debe tramitar es el monitorio,
conforme a la lectura del artículo 504 del CdT, el cual señala que «En todos aquellos casos en
que en virtud de este Código o de otro cuerpo legal, se establezca reclamación judicial en
contra de resoluciones pronunciadas por la Dirección del Trabajo, distintas de la multa
administrativa o de la que se pronuncie acerca de una reconsideración administrativa de la
multa, se sustanciará de acuerdo a las reglas del procedimiento monitorio (…)».

Además, «un pronunciamiento definitivo y con completos elementos de apreciación sobre si


el nivel de servicios mínimos fue o no el indispensable sólo puede realizarse por la autoridad
judicial, toda vez que supone en particular un conocimiento en profundidad de la estructura y
funcionamiento de las empresas y establecimientos concernidos y del impacto efectivo que
tuvieron las acciones de huelga»21.

Todos estos argumentos han sido esgrimidos por la propia Corte Suprema en sus propias
sentencias, siendo característico de aquellas que, dichos argumentos han sido replicados en
más de una, en el mismo orden y con las mismas palabras, lo cual da cuenta de la clara
postura que tienen los ministros que conforman dicha institución 22.

Sin duda alguna, que cada uno de los preceptos mencionados nos otorgan un valor suficiente
para aclarar que sí se permite en nuestro derecho interno la calificación judicial de los
servicios mínimos, más aún, a la luz de las sentencias pronunciadas por la Corte Suprema,
adicionando al valor normativo, el carácter jerárquico que se suele admitir por una sentencia

20
Código del Trabajo, 2002.
21
Corte Suprema, 18.04.2018, rol 832-18.
22
Corte Suprema, 05.11.2018, rol 22.249-18.

15
del órgano judicial más importante de nuestro Estado de Derecho.

Más allá de los principios anteriormente mencionados, de carácter más bien procesal, y las
normas ya citadas del CdT, también resultan importantes los principios propios del derecho
laboral: la libertad sindical y el principio protector. Si bien estos no son mencionados por las
sentencias de la Corte Suprema, su importancia estaría dada a la hora de calificar los servicios
mínimos propiamente tal, para que precisamente no se afecte el núcleo esencial del derecho
de huelga de los trabajadores.

La libertad sindical, anteriormente definida, debe ser ponderada conforme con los demás
principios ya expuestos, dado que una errónea calificación podría afectar la esencia del
derecho de libertad sindical, y más precisamente, del derecho de huelga. Es por ello que una
limitación al ejercicio de este derecho debe ser necesariamente determinado por un tribunal de
justicia23.

Por otra parte, el principio protector es aquel que busca equilibrar las relaciones existentes
entre el empleador y los trabajadores, promoviendo un trato diferenciado a las partes, siendo
el sujeto de protección el trabajador y sus derechos, dado que es la parte más débil en esta
relación24.

En consecuencia, los principios y normas anteriormente citadas cumplen con una doble
función: a) aclarar que sí son competentes los tribunales de justicia para conocer acerca de la
calificación de los servicios mínimos y, b) establecer criterios para la determinación
propiamente tal de los servicios mínimos25.

Por tanto, cualquier vacío legal al que pueda aludir un tribunal de justicia para no conocer
sobre estas materias debiese ser rechazado, por cuanto los principios nos otorgan ciertos
matices o nos orientan a una correcta aplicación del derecho y, en este caso, son lo
suficientemente sólidos para que los jueces puedan dar solución a un conflicto de estas
características.

23
SOTO Y ROJAS, 2018, p. 148.
24
SOTO Y ROJAS, 2018, p. 150.
25
SOTO Y ROJAS, 2018, p. 152.

16
b) Argumentos social-políticos

Más aun, todas estas conclusiones, más allá del fundamento normativo, cuentan con un
respaldo social-político que ha sido elaborado por la doctrina. Es decir, que un tribunal de
justicia pueda conocer acerca de la calificación de los servicios mínimos, no sólo se
corresponde en base a argumentos normativos o de derecho, sino que también está respaldada
esta posibilidad conforme a argumentos de carácter social-político.

En este sentido, la doctrina ha señalado que debe ser un órgano imparcial quien asuma la tarea
de calificar los servicios mínimos ya que el eje principal de esta situación es la preservación
de los servicios indispensables para la comunidad. En base a este argumento, podemos señalar
que un tribunal de justicia es el órgano idóneo para dicha tarea, puesto que su imparcialidad
está garantizada de acuerdo con los fundamentos de un Estado de Derecho.

Sin embargo, para garantizar una completa imparcialidad de los tribunales de justicia sobre
esta materia, hace falta una mayor regulación legal de cómo deben resolver los tribunales de
justicia estos litigios, es decir, sobre qué bases o fundamentos debe pronunciarse un tribunal
de justicia para calificar los servicios mínimos en el ejercicio del derecho de huelga.

En consecuencia, la importancia de un mayor desarrollo legal acerca del proceso de


calificación judicial de los servicios mínimos, está dada porque «la imparcialidad judicial
debe permitir que los jueces fallen los asuntos sometidos a su decisión sólo tomando en
consideración el criterio establecido en la ley y no su propio interés» 26.

VI) Conclusiones

Primero, que la libertad sindical es uno de los principios bases del derecho laboral y tiene
suma importancia a la hora de tratar los servicios mínimos. Este principio se puede definir
como aquel derecho que asiste a los trabajadores para constituir organizaciones, afiliarse o
desafiliarse a ellas, a darse su propia normativa sin intervención de terceros y, especialmente,
el derecho al ejercicio de la actividad sindical, en particular, la negociación colectiva y el
derecho de huelga.

Segundo, existe una regulación débil de este principio en normas constitucionales y, por tanto,
26
BORDALÍ, 2009, p. 300.

17
su contenido está dotado mayormente por normas de carácter internacional que forman parte
de nuestro derecho interno en virtud del artículo 5° inciso 2 de la CPR. Tales normas son
entre otras, las del Convenio 87 de la OIT y el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.

Tercero, para que la libertad sindical cumpla con sus propósitos, resulta necesario, pero no así
suficiente que nuestro ordenamiento jurídico permita y promueva la autonomía colectiva y la
sindicalización. Por tanto, para lograr equiparar el poder de los trabajadores con el empleador,
el derecho de huelga juega un papel fundamental.

Cuarto, los servicios mínimos son aquellas funciones, tareas, procesos o áreas de gestión o de
servicio de una empresa que, sin menoscabar en su esenciar el derecho de huelga, conforme al
tamaño y características de la empresa, deben ser atendidas durante el desarrollo de una
huelga; lo cual funciona, en virtud de su naturaleza, como una limitación a este derecho.

Quinto, la institución laboral de los servicios mínimos debe ir ligada necesariamente a la de


equipos de emergencia. Esta última figura debe ser entendida, de acuerdo con el CdT, como
aquel personal involucrado en el proceso de negociación colectiva, destinado por el sindicato
para atender los servicios mínimos.

Sexto, como los servicios mínimos operan como limitante al ejercicio del derecho de huelga,
no se admiten otras hipótesis más que las establecidas por el legislador, su determinación es
de carácter restrictivo y debe ser estrictamente necesario de acuerdo con las hipótesis
previamente determinadas por el legislador.

Séptimo, que la calificación de los servicios mínimos comienza con la propuesta del
empleador hacia los trabajadores sindicalizados acerca de las competencias y los trabajadores
destinados para conformar los equipos de emergencia. El plazo para llevar a cabo la propuesta
variará dependiendo de si existen sindicatos vigentes o no y, en caso de no presentarse dicha
propuesta, se entenderá que el empleador ha renunciado a su derecho de proponerlo.

Octavo, luego de presentada la propuesta al sindicato, éste deberá responder en un plazo de


quince días. Este plazo comenzará a contarse desde el día siguiente a la notificación de la
propuesta de servicios mínimos, salvo que, en caso de existir más de un sindicato, se responda

18
de forma conjunta y, en ese sentido, el plazo comenzará a contarse desde el día siguiente a la
última notificación practicada.

Noveno, luego de presentada la propuesta de servicios mínimos al sindicato, se abre un plazo


de 30 días de negociación para lograr un acuerdo respecto de estas materias. En caso de lograr
un acuerdo, éste se debe formalizar en un acta que posteriormente debe ser depositada en la
Inspección del Trabajo, y que deberá cumplir con todas las menciones señaladas en el artículo
360 del CdT.

Décimo, en caso de no lograr un acuerdo, cualquiera de las partes podrá solicitar la


intervención de la Dirección Regional del Trabajo para que se pronuncie respecto de la
calificación de los servicios mínimos. Para ello, emitirá una resolución fundada en base a los
antecedentes que fueren presentados por las partes y por los informes técnicos que pudiere
solicitar.

Undécimo, cualquiera de las partes podrá interponer un recurso jerárquico en contra de la


resolución emanada por la Dirección Regional del Trabajo para que sea la Dirección Nacional
del Trabajo quien resuelva la contienda. Según la norma contenida en el artículo 360 del CdT,
esta resolución no será reclamable.

Duodécimo, si bien la norma del artículo 360 del CdT señala que la resolución de la
Dirección Nacional del Trabajo no será reclamable, debemos interpretar este precepto en el
sentido de que prohíbe la posibilidad de recurrir tal resolución en sede administrativa, no así
en sede judicial: por tanto, los tribunales de justicia si son competentes para conocer sobre
tales materias.

Décimo tercero, se debe interpretar de dicha forma el precepto anteriormente mencionado ya


que, de otra forma, se estaría negando el principio de inexcusabilidad de los tribunales de
justicia y el derecho de acción de los particulares, ambos consagrados en la propia
Constitución Política de la República.

Décimo cuarto, además, existen una serie de normas contenidas en el CdT que nos otorgan
aun mayor peso a la idea de que los tribunales de justicia sí son competentes para conocer de
estas materias. Una de ellas es la del artículo 420 que se refiere a la reclamación en contra de

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las resoluciones administrativas de carácter laboral y, la del artículo 504 que nos indica que el
procedimiento idóneo para tramitar estas materias sería el monitorio.

Décimo quinto, además del derecho de acción, del principio de inexcusabilidad y del
principio de impugnación de los actos administrativos, se deben tener en cuenta, a la hora de
determinar los servicios mínimos por los tribunales de justicia, la libertad sindical y el
principio protector.

Décimo sexto, todos los principios anteriormente mencionados cumplen con una doble
función: a) permiten aclarar que sí cabe la posibilidad de que los tribunales de justicia
conozcan acerca de la calificación de los servicios mínimos y, b) aportan criterios objetivos
para determinar los servicios mínimos judicialmente.
Décimo séptimo, la doctrina ha propuesto que, en virtud de que la calificación de los servicios
mínimos debe obedecer a ciertos criterios de preservación de la comunidad, debe ser un
órgano imparcial quien realice este proceso. En este sentido, un tribunal de justicia es un
órgano que, con bases de un Estado de Derecho, es imparcial por antonomasia.

Décimo octavo, la imparcialidad necesaria para que pueda emitir una sentencia un tribunal de
justicia debe ser acorde a lo expresado por la ley, por tanto, para cumplir con el estándar de
imparcialidad exigido, resulta un mayor desarrollo legislativo acerca del proceso de
calificación judicial de los servicios mínimos.

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VII) Bibliografía

1. Del apartado IV

a) Bibliografía citada

RAFFAGHELLI, Luis, 2007: “Conflictos en los servicios esenciales: fijación de los servicios
mínimos. Aspectos conflictivos. Doctrina judicial”, Revista Gaceta Laboral, volumen XIII, n°
3.

2. Del apartido V

a) Bibliografía citada

BORDALÍ SALAMANCA, Andrés, 2009: “El derecho fundamental a un tribunal independiente e


imparcial en el ordenamiento jurídico chileno”, Revista de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso, n° 33.

Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, “Folleto informativo n°16”, Revista


1, pp. 1-27. Disponible en
WWW.OHCHR.ORG/DOCUMENTS/PUBLICATIONS/FACTSHEET16REV.1SP.PDF.
[Fecha de consulta: 12.10.2018].

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Dirección del Trabajo, “Procedimiento para calificar los servicios mínimos y equipos de
emergencia de una organización”. Disponible en
WWW.DT.GOB.CL/PORTAL/1626/ARTICLES-111529_RECURSO_1.PDF. [Fecha de
consulta: 12.10.2018].

DIRECCIÓN DEL TRABAJO, 2017: “Guía negociación colectiva 2017”, pp. 1-88. Disponible en
WWW.DT.GOB.CL/PORTAL/1626/ARTICLES-111529_RECURSO_1.PDF [Fecha de
consulta: 10.10.2018].

GAMONAL CONTRERAS, Sergio, 2012: El derecho colectivo del trabajo, Santiago, Legal
Publishing.

GAMONAL CONTRERAS, Sergio, 2013: “El derecho de huelga en la Constitución chilena”,


Revista de Derecho (Coquimbo), volumen XX, n° 1.

MACCHIAVELLO, Guido, 1989: Derecho colectivo del trabajo, Santiago, Editorial Jurídica de
Chile.

ROJAS MIÑO, Irene, 2017: “Los derechos de libertad sindical en la Constitución chilena”,
Revista de Derecho (Valdivia), volumen XXX, n° 1.

SOTO FIGUEROA, Fabiola Y ROJAS DEL DESPÓSITO, David, 2018: Control judicial de la
calificación de los servicios mínimos emitida por la Dirección del Trabajo. Consideraciones
jurídico-procesales. Memoria para optar al grado académico de Licenciado en Ciencias
Jurídicas y Sociales. Disponible en
HTTP://REPOSITORIO.UCHILE.CL/BISTREAM/HANDLE/2250/152955/CONTROL-
JUDICIAL-DE-LA-CALIFICACI%C3%B3N-DE-LOS-SERVICIOS-M%C3%ADNIMOS-
EMITIDA-POR-LA-DIRECCI%C3%B3N-DEL-
TRABAJO.PDF?SEQUENCE=1&ISALLOWED=Y

VARAS CASTILLO, Mario, 2003: “Libertad sindical y negociación colectiva en Chile:


Diagnóstico de la ley N° 19.759”, Boletín Oficial. Dirección del Trabajo, pp. 4-17.
Disponible en WWW. DT.GOB.CL/PORTAL/1629/ARTICLES-63560_RECURSO_1.PDF.
[Fecha de consulta: 8.10.2018].

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b) Normas jurídicas citadas

Constitución Política de la República, 1980

Código del Trabajo, 2003

c) Jurisprudencia citada

Corte Suprema, sentencia de fecha 18 de abril de 2018, rol 832-18.

Corte Suprema, sentencia de fecha 05 de mayo de 2018, rol 22.249-18.

Dirección del Trabajo, ordenanza de fecha 28 de octubre de 2016, N° 5346/92

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