¿Alguna vez ha considerado que el amor, muchas veces algo inexplicable, podría ser esclarecido mediante operaciones matemáticas? La idea fue desarrollada por el desaparecido filósofo Gerardo Schmedling Torres, fuente de inspiración para muchos y admirado por quienes buscan fusionar los conocimientos de las filosofías orientales y la ciencia occidental. De allí surge la maestría del amor, que propone que todo lo que somos y conocemos tiene que ver con leyes universales que son matemáticamente exactas y verificables. Ana María Krohne Pombo, quien difunde la labor de Schmedling, manifiesta que el conocimiento de las leyes que rigen el funcionamiento del universo nos puede llevar a encontrar sorprendentes verdades que nos permiten aprender a expresar el amor. "No existe ni un solo grano de arena que no esté sujeto a esas leyes y por lo tanto, no puede suceder absolutamente nada al azar, aunque no comprendemos que leyes rigen aquello que sucede", señala Krohne. Así las cosas, todo lo que sucede en el universo obedece a esas reglas y nada es obra de la casualidad, sino de la causalidad. Las matemáticas del amor son sólo una parte de la teoría que a través de las operaciones básicas busca estimular la mente para lograr respuestas, superar los acondicionamientos mentales y aprender a reconocer el amor como ley universal. Explicado de manera sencilla, el amor es representado con el número cero, como símbolo de neutralidad, indivisibilidad, estabilidad, paz y gozo. "El amor, no es variable. Surge de un lugar más allá de los conceptos que juzgan positivo o negativo", dijo. Sin embargo, Krohne explicó que los números no son la base sino la representación de los conceptos que se enseñan. "El cero matemático es un punto de partida para establecer cualquier tipo de medición numérica, mientras que el cero filosófico es un núcleo de amor donde ninguna fuerza puede manifestarse pues se trata del punto que recoge todas las fuerzas", dice. De esta manera se utiliza la multiplicación para explicar cómo neutralizar fuerzas, la suma y resta para enseñar a complementar y las divisiones con el cero en la ecuación para demostrar que el amor es indivisible, está manifestado en todo y jamás divide a las personas. Así mismo, se utilizan los polinomios para aprender a agrupar y a relacionar personas, pues no todos somos compatibles con todos. "La armonía en las relaciones depende de la homogeneidad y compatibilidad presentes. Para aumentar el amor en las relaciones es importante aprender a darle más valor a lo que nos une y restarle valor a lo que nos separa", reseñó. Pero no todo consiste en hacer cálculos, pues también debe cambiarse la mentalidad y tienen que olvidarse los conceptos y las creencias que causen angustia y sufrimiento. "Sólo debemos conservar los que nos deje sensación de paz y sosiego", añadió. Krohne explica que para empezar a comprender el amor es necesario aprender a observar los pensamientos y los sentimientos, pues estos varían según las circunstancias exteriores y de acuerdo con los conceptos que ya poseemos, con los que evaluamos estos hechos. "Cuando creemos que lo aprendido es verdad y no lo comprobamos, perdemos la oportunidad de comprender, pues ello es el resultado de eliminar los conceptos falsos y limitantes", afirma. Sin embargo, el concepto aprendido es útil para desarrollar la capacidad de análisis, necesaria para lograr perfeccionar el sistema de creencias en donde se encuentran conceptos falsos que limitan la libre expresión del amor, la paz, la felicidad y la creatividad del ser humano. La teoría, en principio, busca mostrar que el amor es la ley que gobierna el universo y que comprendiéndolo se logra iniciar un proceso para aprender a vivir sin sufrimiento. Uno de los puntos importantes es reconocer que toda acción tiene consecuencias en los eventos futuros. "La posibilidad de imaginar que todo suceso en nuestras vidas o en el Universo está regido por leyes exactas y que nada escapa a ellas reduce nuestra inseguridad y el miedo que surge al imaginar que algo inconveniente nos puede pasar", aseguró. "Todo problema humano es inicialmente mental. Una mente limpia de conceptos limitantes es el instrumento para la expresión del amor verdadero", concluyó.