Definida de manera sencilla una Indicación Geográfica (IG) es un signo que se
utiliza para distinguir un producto que posea una cualidad o reputación especial derivada de su lugar de origen. Por su importancia, el régimen común andino de propiedad industrial (Decisión 486 del año 2000), regula las IG con un tratamiento autónomo y diferente al establecido para las marcas.
La misma situación de regulación autónoma y especial de las IG se presenta
en la Unión Europea, donde se les reconoce altísima importancia, gracias a la constatación de su relevancia como signo distintivo colectivo que beneficia a comunidades de productores locales y a su significativa función en los mercados tradicionalmente agrícolas. En efecto, países como Francia, Italia y España, a través de IG protegidas han logrado potencializar económica y socialmente regiones agrícolas cuyos productos tienen una calidad, reputación o característica atribuidas exclusiva o esencialmente al medio geográfico en el cual se producen. A manera de ejemplo, Rioja es para vinos producidos en dicha región española; queso Manchego; los vinos espumosos, champagne o el coñac en las respectivas regiones francesas; Toscana para el aceite de oliva de dicha región italiana, entre otros, son algunos ejemplos de productos que han adquirido un importante carácter distintivo y de relevancia en los mercados gracias a la denominación de origen que los acompaña.
En el ámbito regional andino tenemos como ejemplos de IG “El Pisco”
reconocida para la bebida de uva tradicional de Perú, y Colombia que ha incursionado recientemente en esta protección a través del reconocimiento de la denominación de origen Café de Colombia. Los Estados Unidos que no cuentan con un régimen especial para las IG, por cuanto las protege a través del sistema de marcas colectivas o de certificación, pretenden exigir en la negociación del TLC igualar el régimen de marcas con el de las IG, mediante el establecimiento de reglas de conflicto que impidan registrar una indicación geográfica igual o similar a una marca previamente registrada.
Dicha pretensión norteamericana desnaturaliza el régimen andino sobre la
materia, el cual reconoce mayor importancia a la IG, por el interés social inherente a la misma al beneficiar a grupos de productores locales, que debe primar sobre el interés particular del titular de una marca, y por tal razón, no se encuentra en la norma andina ningún conflicto entre un titular de una IG con un titular de una marca, y por el contrario, establece causales de irregistrabilidad de las marcas cuando aquellas sean descriptivas de la procedencia geográfica (Art 135, lit. e.) o reproduzcan o imiten una denominación de origen protegida para los mismos productos o productos diferentes cuando exista riesgo de confusión (Art. 135, literal j.).
Para Colombia es muy importante no asumir compromisos de esta naturaleza
en el TLC y es indispensable mantener la independencia de las IG con el régimen de marcas y reivindicar su importancia como instrumento que permita fortalecer las actividades agrícolas, interés por el cual deben velar las autoridades de todos los niveles, quienes están legitimados para solicitar la declaración de protección de una denominación de origen para productos originarios de sus respectivas circunscripciones. El potencial del país puede ser amplio: quesos de Ubaté, dulces de Vélez, achiras de Huila, sabajón boyacense, manjar blanco del Valle, entre otros. No se puede perder este potencial, vía las concesiones que pide E.U en la negociación.