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Pienso. Luego escribo.

Ideas políticas de Platón en La República y Las Leyes

Por Cristina E. Wilhelm

INTRODUCCIÓN

Al hablar del Estado platónico en su Historia de la Filosofía, Frederick Copleston nos hace
una aclaratoria fundamental para estudiar a este pensador: “La teoría política de Platón se
desarrolla en íntima conexión con su ética. La vida griega era esencialmente una vida
comunal, vivida en el seno de la Ciudad-Estado e inconcebible aparte de la ciudad, hasta tal
punto que a ningún griego genuino se le habría ocurrido nunca que alguien pudiese ser un
hombre perfectamente bueno y cabal, manteniéndose ajeno por completo al estado, puesto
que sólo en la sociedad y gracias a ella es posible que el hombre viva como es debido”.
Aunque en Grecia predominaba el individualismo, Platón veía en el hombre a un ser social,
codependiente de sus congéneres. Una de sus mayores preocupaciones como filósofo
fueron la felicidad y la justicia. Así, en sus diálogos La República y Las Leyes  vemos cómo
hilvana una teoría ético-política donde asienta las ideas de cómo debe ser el estado ideal,
que brinde felicidad a todos los ciudadanos, dentro de los límites de lo que podía
considerarse justo. De allí que antes de exponer cualquier idea política se tomará el trabajo
de delimitar o aproximarse a un concepto de justicia.

Para Platón la moral individual era la moral del estado, ya que éste se componía de
individuos. Curiosamente pensaba que si el hombre conocía lo que era bueno actuaría
naturalmente con bondad, y por ende, que el origen del mal era el desconocimiento del bien
moral. Igualmente, este filósofo pensaba que el fin de le ética era la felicidad de cada
individuo y el fin de la política era la felicidad del estado.

Pero antes de adentrarnos en la teoría política de Platón debemos conocer más sobre su
concepto de felicidad. Platón pensaba que dentro del hombre confluían tres motivaciones o
almas. La primera era el alma apetitiva que es la que busca la satisfacción de las
necesidades básicas: comida, dinero, vivienda, sexo. El alma irascible está vinculada con
las pasiones, con la fuerza que empuja al hombre a luchar por una causa. Pero la más
importante es el alma racional, que se relaciona con la inteligencia y la ética; es la voz
interior que nos hace discernir entre lo que está bien y lo que no. Además es el alma que
controla a las otras dos para conducir al hombre hacia la felicidad. Así, la justicia ética
consiste en la mesura de los apetitos, controlados por la razón y los impulsos pasionales del
alma. En este sentido, para Platón la felicidad es lo justo, y a su vez el hombre es justo en la
medida en que se realice en lo que le compete, de acuerdo con los talentos que le fueron
dados.

Esta tripartición del individuo es transferida por Platón hacia el Estado. El éxito de su
funcionamiento dependería del sano equilibrio de tres partes esenciales: El pueblo, que
equivaldría al alma apetitiva; el ejército, que vendría a ser el alma irascible, y los filósofos,
que serían el componente racional. De allí que Platón sostuviera que los gobernantes debían
ser filósofos –en el sentido etimológico de la palabra–, ya que sólo ellos tenían la sabiduría
para atender los asuntos públicos. La armonía de estas partes tenía como finalidad la
armonía del cuerpo político.

Dado este preámbulo, podemos iniciar este breve estudio sobre la teoría política de uno de
los grandes pensadores de la historia, sobre cuyo legado se fundamental el Derecho
Romano e incluso muchas de las constituciones y modelos políticos de la actualidad.

MARCO HISTÓRICO

Corría el siglo V y la guerra fría entre Esparta y Atenas termina por estallar. Durante treinta
años la Guerra del Peloponeso ocasionaría muertes innumerables y todo tipo de cruentos
enfrentamientos, trayendo como consecuencia el desenlace que todos hoy conocemos:
Atenas sucumbre frente a Esparta. Pero esta derrota, más que condenar a los atenienses,
significó la crisis de la polis clásica. En el siglo IV la hegemonía de Esparta pasa a Tebas, y
finalmente a Macedonia. Posteriormente, hacia el año 411, vinieron la Tiranía de los 400 y
los Treinta Tiranos, y finalmente Atenas recupera su independencia. Pero la democracia
que otrora reinaba nunca fue la misma. El devenir político la había alterado, despojándola
de su base imperialista. Esta democracia fue la que obligó a Sócrates a beber la cicuta. En
este contexto histórico debe enmarcarse la teoría política de Platón, en un momento de
crisis, con una democracia agonizante y frente a un experimento político griego a punto del
colapso.

LA TEORÍA POLÍTICA DE PLATÓN: LA REPÚBLICA

Indiscutiblemente, La República es una libro esencial para conocer las ideas políticas de
Platón. Aunque su influencia ha alcanzado incluso a nuestra era, debemos admitir que
muchas de las ideas planteadas parecieran estar desarticuladas de la moral individual, ya
que la del estado prevalece sobre ésta. Creo que ese es uno de las principales debilidades en
la teoría política de Platón.

 LA FAMILIA Y LA PROPIEDAD PRIVADA: En el caso de los guardianes, Platón rechazaba la


propiedad privada. Opinaba que estos debían vivir en comunas como una gran familia,
manteniendo igualdad entre hombres y mujeres. Las relaciones entre éstos debían ser libres y
la figura de la familia no debía existir, ya que los hijos que nacieran de estas relaciones serían
criados en común, sin siquiera reconocer a un padre y una madre. Los gobernantes tampoco
debían tener familia o propiedad privada. Este derecho era exclusivo a la clase de los artesanos.
Los guardianes sólo podían unirse a mujeres asignadas por los magistrados competentes, e
incluso el periodo en que podían tener relaciones sexuales o procrear con ellas estaba
determinado. Platón insinúa que en el caso de que un guardián tuviera descendencia con una
mujer fuera de estos límites, la criatura debería ser eliminada. A pesar de que las intenciones
eran el bien del estado, no cabe duda que las ideas de Platón son aborrecibles, sobre todo para
el espíritu cristiano.

 LA EDUCACIÓN: Definitivamente, la educación era fundamental para conformación del


estado platónico o ideal. Los gobernantes debían ser educados desde niños para cumplir su
función a cabalidad. Su formación inicial debía incluir instrucción en áreas como la gimnasia y la
música, las cuales eran particularmente valoradas por considerar que ayudaban a la
coordinación de los movimientos con ritmos, propiciando la interiorización de los principios de
armonía y orden. Las matemáticas también era fundamentales –Platón la consideraba una
ciencia perfecta y a los largo de su creación filosófica intenta abstraer sus principios absolutos a
ramas como la ética– por considerarse fuente absoluta de principios inmutables. También
recomendaba el estudio de la astronomía, para conocer el orden de las cosas. Llegados a la
adultez, los gobernantes debería conocer el arte de la dialéctica, una discilplina que busca el
conocimiento de las cosas que son en sí; un equivalente a la metafísica platónica. A los
cincuenta años o más podrían ser reyes, en caso de que hayan experimentado el Bien. De la
descendencia de los guardianes surigrían los filósofos-gobernantes. Los mismo se elegirían de
acuerdo con sus habilidades e inteligencia para formar parte de la casta. Estos “elegidos”
deberían mantenerse apartados del pueblo, para procurar una raza “pura” concebida de los
mejores padres y madres. En el caso de que un hijo superara a sus padres en talentos e
inteligencia, debía ser entregado a los gobernantes para que ellos procuraran que su educación
lo llevara a la máxima expresión de su realización, en pro del bien del estado. Igualmente, si una
mujer de pueblo concebía un hijo con un integrante de la casta gobernante, ésta perdería los
derechos sobre él y se vería obligada a entregarlo para ser educado por ellos.

 EL MODELO POLÍTICO: Platón detectó una sucesión degenerativa –quizás sería más


acertado catalogarla como constructiva– de modelos políticos previos al democrático. La misma
partía de lo que este pensador consideraba lo ideal y devenía en lo que la praxis determinaría
real y sostenible. El modelo político ideal de Platón era la aristocracia, que significa “gobierno
de los mejores”, pero cuando los guardianes comenzaran a ocupar la posición que le
corresondía a los gobernantes-filósofos, el modelo se tornaría en una timarquía, que sucede
cuando los guardianes acumulan riquezas a espaldas del pueblo y cuando sus decisiones se
basan en buscar el honor, sobre el bien común de los conciudadanos. A su vez la timarquía
degeneraría en la oligarquía –el gobierno de pocos– que se caracteriza por la presencia de dos
clases sociales, una muy rica y otra muy pobre, las cuales se ven sometidas a constantes
enfrentamientos. Es la sublevación de esta clase pobre y oprimida la que finalmente da origen a
la democracia: “el gobierno del pueblo”. Un sistema igualitario, con la participación política de
todos, se perfila como la forma más viable para que el hombre pueda vivir en libertad. Sin
embargo, Platón tenía sus reservas, ya que consideraba que un pueblo ignorante y con poca
educación no estaría en capacidad de tomar las mejores decisiones para favorecer el bien
común: “Gobernar un estado democráticamente es como pilotar una nave haciendo votaciones
a las personas que están a bordo sepan o no sepan del arte de  navegar. La democracia genera
disensión, enfrentamientos continuos y caos social”. El gran peligro que veía Platón en la
democracia estaba en situar a un sabio y a un ignorante en la misma posición política. Además,
era el eslabón que precedía al sistema menos deseable de todos, la tiranía, ya que entre el
pueblo podría sugir un demagogo que convenciera a todos en una asamblea y lo condujera
hacia una posición de poder político. Así, el que inicialmente se mostrara como el gran salvador
del pueblo, terminaría asumiendo un poder absoluto y convirtiéndose en un tirano. De allí el
origen de otros regímenes como el fascismo o el comunismo. A este respecto resultan
abrumadores los paralelismos con la realidad política venezolana actual.

LA TEORÍA POLÍTICA DE PLATÓN: LAS LEYES

Las Leyes es una de las obras más extensas de Platón. En ellas el filósofo replantea muchas
de las ideas expuestas en La República, buscando un acercamiento más práctico y realista.
Ideas como el rechazo a la tiranía y a la democracia se mantienen; a la primera por
considerarla una ausencia total de la libertad política y a la segunda por catalogarla como
un exceso.

 LA CIUDAD: La ciudad dibujada en esta obra tenía ciertas particularidades demográficas y


geográficas. Debía ser lo suficientemente amplia para brindar a todos los individuos una tierra
para el cultivo. También debía estar cerca del mar, pero no disponer de puerto, para que esto
no representara una corrupción de la moral ateniense.

 LAS CLASES SOCIALES: El apasionamiento comunista que vemos en La República, aparece
decantado en Las Leyes. A pesar de que Platón sigue considerándolo un modelo ideal en cuanto
a la división de las riquezas se trata, plantea una salida muy ingeniosa. Se trata de cuatro clases
sociales, clasificadas dependiendo de su riqueza. Así lo plantea el profesor Armando Poratti:

“Los miembros de la clase menos rica deben poseer siempre lo suficiente para mantener a
la familia y a los esclavos, los miembros de la clase más rica no pueden poseer una
riqueza superior a cuatro veces el valor de la tierra de cultivo que tienen asignados, en
caso de que sobrepasasen este valor esas riquezas pasarían a manos del estado. Como el
dinero debe ser lo último en la escala de valores de Magnesia todos los cargos públicos
podrán ser elegidos de todas las clases y en los órganos de poder colectivos habrá el
mismo número de representantes de cada una de las clases. Por supuesto, una familia
puede cambiar de clase según la fortuna de sus riquezas. Con esta división en cuatro
clases económicas que participan por igual en las decisiones políticas Platón quiere
conseguir que no se produzca una fractura social entre ricos y pobres que acarrea siempre
guerras civiles y la disolución del cuerpo político”.

 LA DIVISIÓN DEL TRABAJO: Platón propone que los ciudadanos no deben trabajar en el


campo. Este trabajo era responsabilidad de los esclavos, así los ciudadanos podrían dedicarse a
su educación y a sus deberes para con la ciudad. Los esclavos deberían ser los bárabaros. En Las
Leyes no hay ciudadanos productores, y todo el ámbito del trabajo queda en manos de hilotas
en el campo y de metecos en los oficios urbanos.

 EL SUFRAGIO UNIVERSAL: Platón introduce en la idea de sufragio universal para la


elección de los cargos públicos. Los cargos a su vez sólo pueden ejercerse dentro de un periodo
determinado y al final del mandato los funcionarios deben rendir cuentas a un Consejo sobre la
gestión culminada. Hombres y mujeres, por considerarse iguales, tienen la misma
responsabilidad política.

 LA LEY: La ley se concibe con fines educativos. Busca aleccionar a los ciudadanos para que
procuren el bien, y a través del castigo modificar su conducta. La pena de muerte sólo es
aceptable en caso de una moral excesivamente corrupta e irrecuperable. La ley busca el bien de
los ciudadanos y por ende el estado, y para procurarlo el estado está en la potestad de
inmiscuirse en asunto de moralidad privada. El sistema de castigos es severo, pero incluye el
diálogo con el delincuente para lograr el razonamiento, y todo tipo de esfuerzos, que pueden
ser comparados con la psiquiatría.

 EL CONSEJO NOCTURNO: Platón introduce una figura llamada Consejo Nocturno, con


miras a la preservación de las leyes. Sus funcionarios reciben el nombre de guardianes de leyes
o nomophylakes. La institución, integrada principalmente por los diez nomophylakes mayores,
realiza sus sesiones al alba y a través del diálogo se establecen consensos para determinar el
bien común de la ciudad.

CONCLUSIONES

•    La República es unas de las obras más influyentes de Platón, pero quizás el hecho de
que fuera escrita en su juventud convierte a Las Leyes en una obra con ideas más
maduradas y depuradas. En ocasiones, La República cae en el plano de la utopía política,
que es reconstruida en Las Leyes, con un acercamiento más abierto y democrático.

•    El estado fuertemente jerarquizado ideado en La República dio paso a una división del
poder político más democrática pero es igualmente obvio que para Platón las libertades
individuales ocupan en sus dos proyectos políticos un papel muy secundario.

•    También está claro que para Platón la decadencia se origina en las élites. La ciudad
estará a salvo mientras esté protegida del cambio, y todo cambio se origina en una
disensión de la clase dirigente. Sin embargo la alteración originaria de esta ciudad fundada
y constituida para durar, pero construida en el elemento del devenir, se producirá por una
fractura en el cálculo de este devenir mismo.

BIBLIOGRAFÍA
Copleston, Frederick. Historia de la Filosofía 1: Grecia y Roma. Ariel Filosofía. Séptima
edición, enero de 2004.

Platón. Las Leyes. Editorial Panamericana. Noviembre del 2001

Platón. La República. Alianza Editorial, S.A. Décima reimpresión, agosto de 2005.

Poratti, Armando. Teoría política y práctica política en Platón I. Universidad Nacional de


Rosario-CONICET (Argentina)
http://www.galeon.com/filoesp/Akademos/colabora/arp_pol1.htm

Poratti, Armando. Teoría política y práctica política en Platón II. Universidad Nacional de
Rosario-CONICET (Argentina)
http://www.galeon.com/filoesp/Akademos/colabora/arp_pol2.htm

Rodeblero, Fulgencio. La Filosofía Política de Platón en La República y Las Leyes.


Diciembre de 2008. http://www.lasangredelleonverde.com/index.php?
option=com_content&view=article&id=62:la-filosofia-politica-de-platon-en-la-republica-
y-las-leyes&catid=52:platon&Itemid=87
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