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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Ciencias Jurídicas


Derecho Transnacional
María Ignacia Paap Montaño

El problema de la propiedad intelectual y el derecho a la salud

La globalización ha estado presente en todo momento de la historia del planeta. Gracias a


ella, poco a poco las líneas imaginarias que separan nuestras fronteras se van difuminando
progresivamente por medio de acuerdos económicos que unifican y unen nuestro planeta
Tierra desde puntos de vista económicos con acuerdos comerciales, como ejemplo,
englobando así al ser humano y volviéndolo independiente, sin importar el lugar en el que se
encuentre. Cuando se habla de globalización, uno de los sectores globalizados que más
resonancia toma económicamente es la industria farmacéutica, que si bien no se encuentra
totalmente globalizada debido al compromiso que ha traído la soberanía nacional de cada
Estado, se encuentra en camino a hacerlo. Sin embargo, la globalización de la regulación de
la industria farmacéutica ha girado en torno a la armonización de mercados y la
potencialización de este sector en temas económicos, dejando atrás la verdadera importancia
de la regulación globalizada en este tema; la protección del derecho a la salud. Esto, se debe
lograr por medio de encontrar medicamentos que sean más eficaces y accesibles para todos
los habitantes del globo terráqueo con el fin de asegurar lo consagrado en la Constitución de
la OMS, la cual afirma que: “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno
de los derechos fundamentales de todo ser humano”.

La globalización de la industria farmacéutica es una lucha que lleva un gran recorrido


histórico. Pero, sin duda alguna la aprobación del Acuerdo sobre derechos de propiedad
intelectual relacionados con el comercio generó una armonización a nivel internacional del
sistema de patentes creando una base sobre la cual se ha construido un modelo de desarrollo,
logrando que el sector de la industria farmacéutica crezca, ya que en él se encuentran unas
normas mínimas de protección de los productos bajo patente las cuales son aplicadas por los
países que se encuentran suscritos a la Organización Mundial de Comercio, logrando que las
industrias farmacéuticas puedan responder exitosamente a los retos que genera la
globalización económica. Sin embargo, el ADPIC le confiere a sus titulares (los cuales son
empresas farmacéuticas globales con casa matriz en Europa y Estados Unidos
principalmente) derechos exclusivos de utilización y explotación por un periodo de mínimo
20 años sobre el medicamento de su creación, lo cual puede retardar significativamente la
venta de la creación genérica de este medicamento, perjudicando a los países más vulnerables
que dependen de ellos. Por otro lado, la creación de la Organización Mundial de Comercio
en el año 1994 fue decisiva, ya que con ella se reconoce el derecho de propiedad intelectual
en medicamentos (Girona, 2007). Sin embargo, la regulación de los mercados y los sistemas
de patentes no son el factor más importante de que se de una regulación globalizada de los
medicamentos, en cambio el sector de la salud justa e igualitaria si lo es. El balance de la
situación económica presenta dentro de muchos países, un esquema completamente injusto
para muchas personas. Para un ejemplo de lo anteriormente planteado, nos remitiremos al
año 2002 en el cual el 88% de los 400.5000 millones de dólares gastados en comprar
medicamentos se dio solo en Estados Unidos, Canadá, Japón y Europa, con menos del 20%
de la población mundial.
El área de la salud a nivel internacional está conformada por comunidades epistémicas
creando así que en el área se tenga la marca más alta de profesionales, como lo es el fenómeno
de la RAPS, la cual está compuesta por 4000 personas y además, la OMS. Sin embargo, estos
equipos integrados con profesionales en el tema no han sido suficientes para poder mitigar el
problema de la salud en los países más vulnerables. Esto se puede ver reflejado en Junio del
año 2000, en el cual se le entregó la facultad al Consejo de la OMC para los TRIPS de
observar, lo cual dio como resultado que en el comunicado de los derechos de propiedad
intelectual que fue dada previo a la Conferencia Ministerial de la OMC en Doha en el año
2001 , la Directora General estipulara que el acuerdo sobre las TRIPS “podría y debería ser
interpretado y aplicado de forma que apoye el derecho de los miembros de la OMC a proteger
a la salud publica y en particular, a promover el acceso de los medicamentos para todos”
(WHO, 2003). Sin embargo, esto se quedó solo en palabras, ya que aún así hay países como
Estados Unidos que celebran tratados comerciales a nivel farmacéuticos con países menos
desarrollados, que solo esperan tener beneficios económicos y reforzar la normativa que
regula la propiedad intelectual más allá de lo que se estipuló en el acuerdo de los TRIPS.
Además, como si fuera poco el interés investigativo de los medicamentos tropicales que son
necesarios para los países más vulnerables, se encuentran marginados. Lo anterior se puede
ver reflejado en entre los años 1975 y 1999, trayecto en el cual se desarrollaron 1400
medicamentos innovadores, de los cuales nada más 13 estaban destinados a curar dolencias
y enfermedades provenientes del trópico y 3 a la tuberculosis (Girona, 2007).

Como pudimos ver anteriormente, el principal componente de investigación de este campo


es la rentabilidad, dejando por fuera el componente social y humanitario de los medicamentos
y la razón de la existencia de estos; la protección a la salud y el acceso a ella. Es tan absurdo
el desborde del enfoque principal, que los medicamentos que tienen el costo más alto son
aquellas medicinas que ayudan a prevenir o paliar las enfermedades más peligrosas como lo
es el cáncer generando que se pueda dividir al mundo en 2 mitades; la primera, compuesta
por aquellos países que se encuentran en capacidad económica para poder pagar dichas
medicinas y los cuales lideran las investigaciones farmacéuticas y la otra, compuesta por
países pobres los cuales no se encuentran en capacidad de poder pagar los medicamentos y
que además, carecen de industria propia.

La situación económica y social que sufren los países más vulnerables de nuestro planeta, los
cuales se encuentran en situaciones de guerra, migraciones humanas y epidemias causadas
por el negativo acceso a medicamentos ya que no pueden pagar las patentes que ellos
requieren y además, ni siquiera tienen acceso económico a medicamentos de carácter
genérico1 generando así, que no sean capaces ni de producirlos ni de acceder a ellos a través
de las potencias. Así mismo, dentro de estos países no hay regulación acerca de ellos,
generando que se de fraude y corrupción por medio del aprovechamiento de países más
desarrollados, los cuales utilizan su territorio y su población para poder hacer la correcta
investigación y elaboración de los medicamentos en sus tierras, esto con el fin de ahorrar

1Un medicamento genérico es aquel que se vende bajo la denominación del principio activo que incorpora,
suficientemente bioequivalente a la marca original, es decir, igual en composición y forma farmacéutica y con
muy parecida biodisponibilidad que la misma. (Mourin, 2004)
dinero y no tener que cumplir con normas de su país de procedencia. Un ejemplo de lo
anterior, es el caso de las pastillas anticonceptivas que fueron creadas por Europa y Estados
Unidos, las cuales fueron probadas primero en mujeres negras sudafricanas o en otros
territorios que no poseían leyes protectores privadas ni públicas en la materia (Braithwaite,
2000). También, estos países no poseen control de medicamentos, lo cual los hace
vulnerables a la venta fraudulenta de medicinas los cuales pueden ser completamente
inefectivos o peor, causar algún tipo de alteración funcional que puede tener grandes
repercusiones en la víctima.

El derecho a la salud se encuentra integrada a la Constitución de la Organización Mundial de


la Salud, en la cual se estipula que “el goce del grado máximo de la salud que se pueda lograr
es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano” (OMS, 2017). También, este
derecho exige un conjunto de criterios sociales que le den la oportunidad al ser humano de
acceder a la salud. Este acceso a su vez incluye el acceso asequible a servicios de atención
de salud y todo lo que esto conlleva, incluyendo los medicamentos. Es por esto, que la
Organización Mundial de la Salud ha establecido que, con el fin de poder garantizar el goce
máximo del derecho a la salud, es vital que se de un acceso equitativo a medicamentos
seguros y al alcance económico de todo el mundo. Los países miembros de la OMS
reafirmaron su compromiso con lo anteriormente expuesto en el año 2008, mediante la
adopción de una resolución sobre la estrategia y plan de acción a nivel mundial sobre la
propiedad intelectual, la innovación y la salud pública comprometiéndose a mejorar la
difusión de los productos sanitarios. Sin embargo, el manejo de los medicamentos y las
consecuencias que trae el suministro de éstos en los países más vulnerables se ha vuelto un
tema preocupante para la OMS. El tema fue puesto sobre la mesa en la reunión del Consejo
Ejecutivo de la OMS, la cual fue celebrada en Enero del 2009 y fue objeto de discusión en la
ADPIC con el fin de dar la posibilidad a los Estados de regularse entre ellos e incentivar el
dialogo con el fin de poder lograr un compromiso con las naciones en razón de los
medicamentos y resolver el asunto. Todo lo anterior, con el fin de poder encontrar un punto
en el cual se de el manejo apropiado de los intereses de comercio y la salud de tal forma que
no se interrumpa el flujo de medicamentos legítimos y genéricos (OMS, 2009)

Como hemos podido ver a lo largo de este escrito, las tensiones que presentan los derechos
de propiedad intelectual afectan el acceso a los medicamentos a nivel mundial, siendo los
países más vulnerables los más afectados y con ellos, las personas de bajos recursos quienes
se quedan sin poder acceder a los mismos. Con el fin de proteger el derecho a la salud a nivel
global, los medicamentos deberían tener cuatro aspectos; ser accesibles en todo un territorio
nacional a lo largo del globo terráqueo, ser económicamente pagables para todos, no ser
objeto de discriminación y los profesionales de la salud y los pacientes deben contar con la
facultad de acceder a la información completa y auténtica de los medicamentos con el fin de
poder brindar una atención completa y con fundamento. El punto de encuentro entre el acceso
a los medicmentos y la protección a la propiedad intelectual de los mismos es la accesibilidad
económica de ellos, ya que estas regulaciones normativas generan que el fármaco se vuelva
más costoso y con esto, inaccesible. Es por esto, que los Estados en miras a poder cumplir
con los tratados y el derecho internacional que protege el derecho a la salud, deben
urgentemente asegurar de manera eficiente y eficaz por medio de un régimen internacional
globalizado de los medicamentos, estipulando de primera mano que la propiedad intelectual
proteja el derecho a la salud (Allard, 2015).
Los seres humanos hacemos uso de las medicinaspara poder regular nuestros cuerpos y
solucionar una dolencia. Estos medicamentos, hacen parte de una red nacional de
regulaciones, la cual se encuentra dentro de una red global de controles. Toda esta estructura
de controles si trabajan en equipo, podrían generar grandes cambios a nivel internacional, lo
cual generaría cambios a nivel nacional y con ello, cambios en el diario vivir de cada persona.
Esto, puede lograrse por medio de la creación de un tratado internacional en salud que cree
unas iniciativas públicas que proporcionen el debido acceso a la salud para millones de
personas del mundo y en el cual se generen posibilidades para ampliar los beneficios sociales
de los medicamentos y poder hacer posible la protección del derecho a la salud de las
personas, tal y como la OMS lo constituye y de la mano de esto, abrir una puerta para que
países con poco alcance de innovación farmacéutica pueda beneficiarse de las innovaciones
y descubrimientos generados por los demás países suscritos, generando así un tratado que no
solo beneficia económicamente, sino que también contribuye a la correcta y debida
protección al derecho a la salud.

Bibliografía:

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5. Girona, L., 2007. Globalización Del Sector Farmaceutico. [online] Researchgate.
Available at:
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