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A A. Superficies articulares
Son la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea de la escápula.
1. Cabeza del húmero. La cabeza del húmero (fig. 44) representa la tercera parte de
una esfera de 30 mm de radio, ligeramente más extensa en sentido vertical que ante-
roposterior. Está revestida por una capa uniforme de cartílago de 2 mm de espesor
aproximadamente. El revestimiento cartilaginoso está limitado por el labio medial del
cuello anatómico y presenta, superiormente al tubérculo menor, una escotadura an-
gular o en forma de media luna, que corresponde a la superficie que hemos descrito en
osteología con el nombre de fosita supratubercular del ligamento glenohumeral superior.
En posición erguida y con el brazo extendido a lo largo del cuerpo, la cabeza del
húmero se orienta medial, superior y posteriormente; su eje forma con el del cuerpo
un ángulo de 130º aproximadamente.
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3. Rodete glenoideo. Se
da este nombre a un ani-
llo fibrocartilaginoso que
se aplica sobre el contorno
de la cavidad glenoidea y
que aumenta su profundi-
dad (figs. 45 y 46). Obser- Fig. 44 ▪ Cabeza del húmero con la cápsula que la envuelve (visión
medial).
vado en un corte, es trian-
gular (fig. 47), por lo que en
él pueden reconocerse tres caras: periférica, articular y adherente. ❏ La cara periférica
prolonga externamente la superficie del cuello de la escápula y sirve de inserción a la
cápsula articular en todo su contorno, así como al tendón de la cabeza larga del mús-
culo bíceps braquial superiormente y al tendón de la cabeza larga del músculo tríceps
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braquial en la parte inferior. ❏ La cara articular es libre, lisa y cóncava, y forma parte de
la superficie articular glenoidea. ❏ La cara adherente está en estrecha conexión con la
periferia de la cavidad glenoidea, a la que a veces se adhiere en toda su extensión.
Muy a menudo, la estrecha unión entre el rodete glenoideo y la cavidad glenoidea se
realiza sólo en la parte inferior del contorno de la cavidad glenoidea, mientras que
superiormente el rodete glenoideo se une sólo al borde de la cavidad glenoidea, que-
dando el resto de esta cara adherente del rodete glenoideo aplicada sobre el cartílago
glenoideo; la unión termina en dirección hacia el centro de la cavidad glenoidea me-
diante un borde libre (fig. 47). La parte superior del rodete glenoideo presenta entonces
las características de un menisco articular.
El rodete glenoideo suele ser más ancho inferior que superiormente, es decir, avan-
za más hacia el centro de la cavidad glenoidea en la parte inferior.
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Espina de la escápula
Escotadura glenoidea
Rodete glenoideo
Cavidad glenoidea
Lig. glenohumeral inf.
Rodete glenoideo
Cápsula articular
Fig. 45 ▪ Cavidad glenoidea con la cápsula articular que la envuelve (visión lateral).
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Lig. coracohumeral
Apófisis coracoides
Cabeza larga del m. bíceps braquial
Espina de la escápula
Cavidad glenoidea
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Fig. 46 ▪ Cavidad glenoidea con la cápsula articular que la envuelve (visión lateral). La flecha indica la comunicación
de la cavidad articular con la bolsa serosa subcoracoidea.
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Cápsula articular
Rodete glenoideo
Cabeza larga del m. bíceps braquial
Tubérculo glenoideo
Rodete glenoideo
Cavidad articular
Frenillos de la cápsula
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1. Ligamento coracohumeral (fig. 48). Es una lámina fibrosa gruesa, que se inserta
medialmente en toda la longitud del borde lateral de la apófisis coracoides, inferior-
mente al ligamento coracoacromial.
Lig.
Fascículo para el tubérculo mayor coraco-
del lig. coracohumeral humeral Lig. glenohumeral sup.
Apófisis coracoides
M. supraespinoso
Fascículo para el tubérculo menor
del lig. coracohumeral
Lig. humeral transverso
Agujero oval
Lig. glenohumeral medio
M. subescapular
Cabeza larga
del m. bíceps braquial
No obstante, la parte anterior de esta lámina, que se inserta en las proximidades del
vértice de la apófisis coracoides, es delgada, flexible y poco resistente, y no es consi-
derada por todos los autores como parte integrante de este ligamento. ❏ Desde su in-
serción coracoidea, el ligamento coracohumeral se dirige transversalmente en sentido
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2. Ligamento coracoglenoideo (fig. 50). Este ligamento, descrito por Sappey con el
nombre de fascículo profundo o coracoglenoideo del ligamento coracohumeral, nace
de la parte posterior del borde lateral de la apófisis coracoides y del codo formado por
ésta, se dirige posterior y lateralmente, y termina en el rodete glenoideo y en la parte
vecina de la cápsula articular.
Lig. Lig.
Lig.
gleno- gleno- Bolsa
coraco- Apófisis
humeral humeral sub-
M. supraespinoso humeral
medio sup. acromial coracoides
Agujero oval
Lig. humeral transverso
M. subescapular
Cabeza larga
del m. bíceps braquial
Lig. glenohumeral
inf.
Fig. 49 ▪ Articulación del hombro (visión anterior). Esta figura muestra un orificio de comunicación entre la cavidad
articular y la bolsa subacromial, situado entre los ligamentos glenohumerales superior y medio.
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Espina
de la escápula Lig. coracoglenoideo
Lig. transverso sup.
de la escápula
Cápsula articular
M. supraespinoso
M. infraespinoso
M. redondo menor
larga del músculo bíceps braquial, y se extiende hasta la base de la apófisis coracoides.
El ligamento glenohumeral superior, que está situado inferiormente al ligamento
coracohumeral, se dirige transversalmente en sentido lateral, y al principio se halla se-
parado del ligamento coracohumeral por un espacio lleno de grasa, en el que penetra
con frecuencia una prolongación de la bolsa subacromial. Al dirigirse lateralmente, los
dos ligamentos se aproximan de forma gradual el uno al otro y acaban fusionándose.
El ligamento glenohumeral superior, unido al fascículo del tubérculo menor del liga-
mento coracohumeral, se fija en sentido inmediatamente superior al tubérculo me-
nor en el cuello anatómico y en una escotadura que presenta la cabeza del húmero,
cerca del extremo superior de su tubérculo menor. Las fibras que se fijan en esta es-
cotadura forman un repliegue que bordea medialmente la entrada al surco intertu-
bercular.
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Lig.
coraco- Cabeza
Lig. transverso sup. glenoideo larga del m.
bíceps Lig.
de la escápula
braquial coraco-
humeral M. supraespinoso
Agujero oval
M. infraespinoso
Lig. glenohumeral medio
Cavidad glenoidea
M. redondo menor
Rodete Lig.
glenoideo glenohumeral
inf.
Lig. transverso
inf. de la escápula
Fig. 51 ▪ Articulación del hombro (visión posterior). La parte posterior de la cápsula articular y la cabeza humeral
han sido resecadas.
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A C. Membrana sinovial
La membrana sinovial recubre la cara profunda de la cápsula articular hasta sus in-
serciones óseas, desde donde se refleja hasta el límite del revestimiento cartilaginoso
de las superficies articulares. Al reflejarse sobre el húmero, la membrana sinovial es le-
vantada por las fibras recurrentes de la cápsula articular, formándose así unos replie-
gues más o menos salientes denominados frenillos de la cápsula articular.
El tendón de la cabeza larga del múscu-
Cápsula articular
lo bíceps braquial suele encontrarse libre
dentro de la cavidad articular; el tendón
Membrana sinovial
se halla entonces completamente envuel-
A
Tendón de la cabeza larga to por la membrana sinovial. A veces, su
del m. bíceps braquial
vaina está ligada por medio de un corto
Cápsula articular
meso al revestimiento sinovial de la cáp-
sula articular. Con menor frecuencia, la
Membrana sinovial
membrana sinovial cubre únicamente la
Tendón de la cabeza larga
B
cara inferior del tendón y lo aplica con-
tra la pared capsular (fig. 52).
del m. bíceps braquial
Cápsula articular
Estas dos últimas disposiciones repre-
Membrana sinovial
sentan fases diferentes de la migración del
tendón de la cabeza larga del músculo bí-
Tendón de la cabeza larga
ceps braquial en el curso de su evolución.
C del m. bíceps braquial El tendón es inicialmente extracapsular;
Fig. 52 ▪ A-C) Esquemas que muestran las más tarde se invagina en la cápsula articu-
diferentes relaciones que presenta el tendón de la
cabeza larga del músculo bíceps braquial con la lar y se sitúa superiormente a la membra-
membrana sinovial en el curso del desarrollo. na sinovial (fig. 52, A); después es envuel-
(Según Welcker.)
to completamente por ésta, quedando
unido al resto de ella por un pequeño
meso (fig. 52, B); por último, el meso desaparece y el tendón, envainado por la mem-
brana sinovial, queda libre dentro de la cavidad articular (fig. 52, C) (Welcker).
J BOLSAS SINOVIALES PERIARTICULARES. Existen algunas bolsas sinoviales (serosas) entre la cáp-
sula articular y los músculos periarticulares. Las más importantes son: a) la bolsa subtendinosa del músculo
subescapular, situada entre la cápsula articular y la parte superior del tendón del músculo subescapular; b) la
vaina tendinosa intertubercular, que envuelve el tendón de la cabeza larga del músculo bíceps braquial en su
surco intertubercular; c) la amplia bolsa subdeltoidea o subacromial, situada entre la parte superior de la articu-
lación inferiormente y la bóveda acromiocoracoidea y el músculo deltoides superiormente; d) la bolsa subco-
racoidea, situada entre la base de la apófisis coracoides y la parte vecina de la cápsula articular por un lado, y
el músculo subescapular por el otro, y e) la bolsa subtendinosa del músculo infraespinoso, que a menudo se halla
ausente.
De estas diferentes bolsas sinoviales, la vaina tendinosa intertubercular y la bolsa subtendinosa del múscu-
lo subescapular siempre comunican con la cavidad articular; en otras, la comunicación es frecuente, como en
la bolsa subcoracoidea y la bolsa subdeltoidea o subacromial, o inhabitual, como ocurre en el caso de la bolsa
subtendinosa del músculo infraespinoso. Las comunicaciones se establecen a través de soluciones de continui-
dad de la cápsula articular (agujero oval de Weitbrecht, orificio subcoracoideo, orificio de salida del tendón de
la cabeza larga del músculo bíceps braquial, etc., v. pág. 54). Así, se establecen falsas prolongaciones o diver-
tículos de la membrana sinovial, que resultan en realidad de la unión de las bolsas sinoviales con la sinovial
articular propiamente dicha a través de los orificios de la cápsula articular.
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M. subescapular
Rodete glenoideo
Fig. 53 ▪ Corte transversal de la articulación del hombro. El corte pasa por la parte media del ligamento
glenohumeral medio, cuando la bolsa subtendinosa del músculo subescapular y la bolsa subcoracoidea son
independientes de la cavidad articular. Los trazos punteados que se extienden desde el ligamento glenohumeral
medio hasta el rodete glenoideo y el húmero representan la parte adelgazada de la cápsula articular intermedia a
los tres ligamentos glenohumerales. Esta parte delgada de la cápsula articular desaparece cuando se forman los
orificios de comunicación entre la cavidad articular y las bolsas sinoviales anteriores.
Lig. glenohumeral
Orificio medio
subcoracoideo
Agujero oval
Rodete glenoideo
M. subescapular
© MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Rodete glenoideo
Cápsula articular
Membrana sinovial
Fig. 54 ▪ Corte transversal de la articulación del hombro. En esta figura, la bolsa subtendinosa del músculo
subescapular y la bolsa subcoracoidea se encuentran en comunicación con la cavidad articular.
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Por ejemplo, el agujero oval de Weitbrecht y el orificio subcoracoideo resultan de la unión de la membra-
na sinovial con las bolsas sinoviales prearticulares del músculo subescapular y la bolsa subcoracoidea. A esa
altura, la cápsula articular desaparece, al igual que la parte correspondiente de la membrana sinovial y de la
pared profunda de la bolsa sinovial. La membrana sinovial y la bolsa sinovial se unen a través del contorno de
esos orificios (compárense figs. 53 y 54).
A veces, la bolsa subtendinosa del músculo subescapular se une a la bolsa subcoracoidea anteriormente al
ligamento glenohumeral medio, que queda así completamente envuelto en una cavidad formada por las bolsas
sinoviales anteriormente y por la cavidad articular posteriormente. En ocasiones, el ligamento glenohumeral
medio se halla ausente por completo y entonces las dos bolsas sinoviales, confundidas en una sola, comuni-
can con la cavidad articular a través de un amplio orificio comprendido entre los ligamentos glenohumeral su-
perior e inferior. Creemos haber demostrado que esta disposición anatómica es, si no indispensable, muy pro-
picia a la luxación recidivante del hombro de origen no traumático.
Se encuentran también frecuentemente bolsas sinoviales: a) entre el músculo subescapular y el tendón co-
mún del músculo coracobraquial y de la cabeza corta del músculo bíceps braquial, y b) bajo los tendones de
los músculos pectoral mayor (bolsa subtendinosa del músculo pectoral mayor), dorsal ancho (bolsa subtendi-
nosa del músculo dorsal ancho) y redondo mayor (bolsa subtendinosa del músculo redondo mayor). Estas tres
últimas bolsas sinoviales sólo presentan relaciones lejanas con la articulación del hombro.
J MECÁNICA (v. Anatomía funcional). Las superficies articulares se adaptan perfectamente en toda la exten-
sión con que entran en contacto en los distintos movimientos. Esta adaptación está asegurada: a) por la presión
atmosférica; b) por la tonicidad de los músculos periarticulares, y c) por la cápsula articular y los ligamentos
periarticulares, especialmente por el ligamento coracohumeral, que en ciertas posiciones (p. ej., aducción) actúa
como ligamento suspensorio del brazo (Roud).
Los músculos constituyen los verdaderos medios de unión de la articulación, ya que la cápsula articular y
los ligamentos son demasiado laxos para mantener la unión de las superficies articulares, actuando más bien
como frenos para limitar los movimientos.
MOVIMIENTOS. Puesto que existe un contacto perfecto entre las superficies articulares, la cabeza del húmero pue-
de moverse en torno a una gran variedad de ejes, produciéndose por lo tanto los más variados movimientos,
que se dividen en cuatro tipos principales: movimientos de flexión y extensión, de abducción y aducción, de ro-
tación medial o lateral, y de circunducción.
1. Movimientos de flexión y extensión. ❏ Estos movimientos se producen en torno a un eje transversal que
pasa por el centro de la cabeza del húmero y es paralelo al plano del cuerpo de la escápula (Roud). ❏ En la fle-
xión, el brazo se dirige anteriormente, y en la extensión posteriormente. ❏ El movimiento de flexión está
limitado por la tensión del ligamento coracohumeral y de la parte posterior de la cápsula articular, y el de ex-
tensión por la tensión del ligamento coracohumeral y de la parte anterior de la cápsula articular. Estos movi-
mientos, estudiados en el cadáver, no pasan de 50° cuando no se combinan con los de la cintura del miembro
superior.
2. Movimientos de abducción y aducción. Se realizan en torno a un eje anteroposterior que pasa por el centro
de la cabeza del húmero y es perpendicular al plano de la escápula (Roud). La abducción es el movimiento por
el cual el brazo se dirige lateralmente; la aducción aproxima el brazo al tronco. El movimiento de aducción es
muy limitado, deteniéndose por el contacto del brazo con el tronco y por la tensión del ligamento coracohu-
meral. En la abducción, si la escápula no participa en el movimiento, el brazo sólo puede elevarse hasta adop-
tar una posición horizontal. El tubérculo mayor del húmero se detendría entonces en el reborde superior de la
cavidad glenoidea.
3. Rotación. Los movimientos de rotación se producen en torno a un eje vertical que pasa por el centro de
la cabeza del húmero y es paralelo al del cuerpo del húmero. La rotación del brazo puede realizarse medial o la-
teralmente; en ambos casos el movimiento no tarda en verse detenido por la tensión de la cápsula articular y de
los músculos opuestos a los movimientos que rodean la articulación.
4. Circunducción. Resulta de la combinación de los movimientos precedentes, cuando éstos se suceden de
una manera regular.
MOVIMIENTOS COMBINADOS DE LA ARTICULACIÓN DEL HOMBRO Y DE LA CINTURA ESCAPULAR. Normalmente, los mo-
vimientos del hombro son movimientos combinados de la articulación del hombro y de la cintura escapular
en su conjunto. Los movimientos de la cintura escapular susceptibles de combinarse con los de la articulación
del hombro son los siguientes (Morris, Roud):
1. Elevación y descenso de la escápula y de la clavícula. En este movimiento, la escápula se desliza de inferior
a superior o a la inversa sobre la pared torácica.
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dialmente por la tróclea del húmero; ❏ b) lateralmente por el capítulo del húmero, y
❏ c) por el surco capitulotroclear, situado entre la tróclea y el capítulo (fig. 55). Las tres
partes de esta superficie están revestidas por una misma capa de cartílago de 1 a 2 mm
de espesor.
La tróclea del húmero es más ancha posterior que anteriormente. Presenta dos ver-
tientes y una garganta (v. pág. 17); en las dos caras (anterior y posterior) de la tróclea,
la garganta está orientada de superior a inferior y de lateral a medial. Ya se ha señala-
do que en ocasiones describe un arco de hélice.
Superiormente a la tróclea se aprecia en la cara anterior la fosa coronoidea y en la
cara posterior la fosa olecraniana.
El capítulo del húmero es un segmento de esfera que se orienta anterior e inferior-
mente; su eje vertical es siempre un poco mayor que el eje transversal. Anterior y
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