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Evolución del retrete

El inodoro no es un invento de este siglo y menos de este milenio, se

sabe con certeza que los cretenses civilización que existía hace más de

4000 años, ya usaban en el palacio real de Cnosos una especie de

inodoro, el mismo que constaba de una cisterna, tazal y canal de

desagüe, pero la evolución de las redes fue paulatino.

Todo empieza con las letrinas, que son construcciones individuales y

dentro de ella se cavaba un hoyo de regular dimensión en el suelo,

cuando se llenaba se tapaba y abría otro a un costado.

La letrina, aunque era en parte una solución genero otro problema

porque no podía estar en la propia vivienda por el olor, que despide. El

problema se agudizo porque los gases desprendidos en el pozo de la

letrina son potencialmente peligrosos ya que originaban enfermedades

contagiosas e infecciosas. Por eso se construían fuera de las casas.

En el siglo XVI, en el año 1597, Sir John Harrington desarrollo un

sistema similar y adicionándole una cisterna que sirven para reservar y

mantener la cantidad de agua requerida para limpiar la taza, este

sistema era denominado ajax. Inicialmente, la cisterna estaba situada en

alto, localizada próxima al techo, y conectada a la taza mediante

una tubería. Era necesario tirar de una cadena conectada a una válvula

situada dentro de la cisterna, para limpiar el inodoro.

Los inodoros modernos se conciben como unidades compactas, con la

cisterna adosada a la taza, habiendo sido eliminada la tubería que


conecta la cisterna a la taza. También están disponibles las cisternas

ocultas, donde la cisterna se coloca dentro de la pared que está detrás

del inodoro.

Este sistema tenía defectos pues hacía bastante ruido, de sus

instalaciones emanaba un olor insoportable.

En 1775 John Cummins patentó un wáter de cisterna: el sifón. El

sistema es simple pero eficaz, y consiste, como se sabe, en una tubería

en forma de S. Cuando el agua pasa por el sifón, la parte inferior de la S

siempre queda con algo de agua, que actúa de cierre hermético del resto

de la tubería (que conecta con la alcantarilla). De este modo, los gases

que pueda haber al otro lado no pueden salir, y es posible instalar todo

el invento en la casa.

En 1778 dotado de una válvula esférica  fue patentado por Samuel

Prosse.

Jean-Baptiste Mouras inventó la fosa séptica que era la mejor opción

pues en aquel tiempo era imposible conectarse a una red de

saneamiento, pues no exista.

Las fosas sépticas podían ser de muchos materiales, tradicionalmente

eran simples pozos excavados en la propia tierra, suficientemente

alejados de la vivienda cómo para evitar olores.

Posteriormente las fosas sépticas se comenzaron a realizar de ladrillo

enfoscado y posteriormente de hormigón. Este tipo de fosa séptica

siguen estando vigentes y suelen dar buen resultado, aunque su

construcción es más complicada que otros sistemas  más económicos y


flexibles como las fosas de fibra de vidrio o  PVC que se presentan en

varias formas y tamaños, son más livianas y por lo tanto, más fáciles de

transportar.

Este último grupo de fosas sépticas, son las que denominamos

prefabricadas y hay una amplia variedad de tipos y tamaños en el

mercado.

El invento tenía un problema y era la ausencia de lecho bacteriano que

descompusiera las sustancias fecales.

Albert Giblin en 1819, diseño un inodoro que era más parecido a los

nuestros y no tenía ninguna válvula en la taza.

Mientras tanto se habían producido dos inventos sucesivos, que muy

pronto se complementarían. El primero es la taza de retrete, muy

parecida a la que conocemos actualmente, provista de una tapa

horadada de manera que puede subirse y bajarse; la tapa en cuestión

era entonces la chapa. Este modesto invento pues de hecho no es más

que una adaptación de la silla excretora, despertó sin embargo

polémicas interminables. Los médicos discutieron, acaloradamente,

sobre los peligros de este invento, que según alguno, contrariaba las

leyes naturales y favorecía los contagios debido a la famosa tapa. Los

argumentos para repudiar el invento, dejan bastante pensativo a quien

vuelve a leerlas al cabo de un siglo.

Donald Cameron en 1896 resolvió el problema de la fosa séptica. Esta

solución entre 1865 y 1885 se convirtió en un problema porque los


principales ríos de las ciudades europeas se habían convertido en

vertederos de basura inagotable.

Es así que surge la taza del retrete creada en 1883 por la Institución

llamada Escuela Mongee en Francia. Los cuartos de baño de esta

escuela contaban con una taza muy similar a las que se usan en el siglo

XXI. Se desconoce el nombre del inventor, solo se sabe que se puso en

funcionamiento en la referida escuela.

Invento de Thomas Crapper, de origen británico, que en 1886 instalo

sobre su taza un depósito de agua de unos diez litros de capacidad. Una

palanca liberaba el agua al tirar de una cadena. Mejoro su invento con

un sifón que permitía que siempre hubiera agua en el fondo y quedara

separada la taza de la cisterna. Era necesario contar con agua corriente

y alcantarillado público en todos los hogares.

Finalmente, fue Thomas McAvity quien en 1905 patento el flujo de

vortice autolimpiador de la taza del inodoro con lo que los clásicos

inodoros adquirieron su forma final.

El inodoro de hoy a mejorado su diseño y a convertido el traslado de las

heces más eficiente, sin embargo el grado de contaminación es cada día

más grave en nuestro planeta.

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