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Sociedad y Sociología
Sociedad y Sociología
Para reconstruir el pasado del hombre, que todavía no había inventado la escritura sólo es
posible apoyarse en técnicas especiales de investigación. Estas técnicas permiten extraer
información de los restos materiales dejados a través del tiempo, como por ejemplo sus
huesos, los instrumentos que fabricaron con piedras, o los restos de alimentos.
La arqueología es la disciplina que estudia esos restos materiales. Pero el arqueólogo no se
limita a recoger objetos hermosos como si fuera un coleccionista. Su trabajo consiste en
reconstruir la vida de los grupos humanos que dejaron restos materiales: debe deducir su
antigüedad, reconstruir las formas de subsistencia, sus costumbres y ritos, su organización
social.
Por esto, la tarea del arqueólogo consiste en ir abriendo ese libro, hoja por hoja, cuidando
de no dejar que desaparezca una sola palabra, porque se corre el riesgo de hacer quizás
incomprensible el texto. Para lograrlo, se deben registrar con la mayor precisión posible las
características de cada hallazgo (medirlo, dibujarlo, fotografiarlo); y establecer con
exactitud el orden de sucesión de las distintas capas de tierra que contienen los restos.
Podemos decir que, al desaparecer los grandes dinosaurios, los mamíferos sobrevivientes
ocuparon el lugar predominante en la naturaleza y entre ellos se destacaron los primates que
habitaban en las copas de los árboles y que desarrollaron una gran capacidad para
sobrevivir: poseían un cerebro superior puesto que podían coordinar la vista y el
movimiento de las manos. Sus manos eran prensiles y la posición de los ojos les permitía
una visión tridimensional.
El nombre de "Primates" fue usado por primera vez por Linneo en 1758 en su ordenación
taxonómica de los animales; significa "primeros" en latín. Linneo incluyó en su orden
Primate a los humanos, monos antropomorfos, monos del Viejo Mundo y mono del Nuevo
Mundo, distinguiéndolos del resto de mamíferos, a los que llamó "Secundates" (segundos).
Hace 70 millones de años, entre los mamíferos se desarrollaron diferentes tipos de monos
llamados primates. Los primeros primates fueron animales pequeños, de hábitos
nocturnos, que vivían (casi siempre) en los árboles. Con el tiempo, algunos de éstos fueron
cambiando sus hábitos y características físicas: su cráneo fue mayor, creció su cerebro,
podían tomar objetos con las manos, adaptarse al día y alimentarse de frutas y vegetales.
Del tronco común de los primates, surgieron dos ramas de monos:
1) Las de los simios: chimpancé, gorila y orangután
2) Los homínidos o protohumanos, dando origen al hombre actual
Los homínidos o primeros humanos:
Se llama así a una de las dos familias de monos en que se dividió el grupo de los primates.
Mientras que en la familia del orangután, gorila y chimpancé no hubo cambios, hace 15
millones de años en la familia de los homínidos comenzó la evolución hasta el hombre
actual.
Australopithecus: ("monos del sur") fue el primer homínido bípedo (caminaba en dos
patas y podía correr en terreno llano). Poseía mandíbulas poderosas y fuertes molares.
Largos miembros y pasaban gran parte de su vida en los árboles. Su cerebro tenía un
volumen inferior a los 400 centímetros cúbicos. De aquí se deduce que el andar erguido se
produjo mucho antes que la expansión del cerebro. Su talla no superaría el 1,20 m. de
altura y los 30 Kg. de peso. Antigüedad: 4 millones de años
Está representado por un grupo de fósiles prehumanos hallados en el sur y el oriente del
África. Los más antiguos fósiles tienen aproximadamente 5 millones de años y los más
recientes, 1 millón de años. El primer australopithecus fue encontrado en la década de 1960
en África oriental, (Etiopía) y fue lamada Lucy.
Homo sapiens sapiens: ("hombre moderno") Sus características físicas son las mismas que
las del hombre actual. Su capacidad cerebral es de alrededor de 1.400 centímetros cúbicos.
Se cree que apareció en Europa hace alrededor de 40.000 años. El homo sapiens sapiens es
el que protagonizó, a partir del año 10.000 a.C., cambios muy importantes en la
organización económica y social, como las primeras formas de agricultura y domesticación
de animales, y la vida en ciudades. Su representante más fiel es el hombre de Cromañón
(Francia). Antigüedad: De 35.000 a 40.000 años
Evolución del cráneo: El cráneo humano ha cambiado drásticamente durante los últimos 3
millones de años. La evolución desde el Australopithecus hasta el Homo sapiens, significó
el aumento de la capacidad craneana (para ajustarse al crecimiento del cerebro), el
achatamiento del rostro, el retroceso de la barbilla y la disminución del tamaño de los
dientes.
Los científicos piensan que el increíble crecimiento de tamaño del cerebro puede estar
relacionado con la mayor sofisticación del comportamiento de los homínidos. Los
antropólogos, por su parte, señalan que el cerebro desarrolló su alta capacidad de
aprendizaje y razonamiento, después de que la evolución cultural, y no la física, cambiara
la forma de vida de los seres humanos.
Wilson expone así mismo que el segundo paso de la ampliación cultural del hombre se
basó en la caza. La cultura es la que conforma la personalidad humana permitiendo al
hombre sobrevivir y desarrollarse.
3. ¿Qué es la sociedad?
La sociedad es la cuna del ser humano. Es por medio de ella, que podemos desarrollarnos
como tal. En la antigüedad, se tomaban muy en serio el tema de la sociedad, y fue así como
Aristóteles, en Grecia, manifestaba que el hombre era un ser social por naturaleza. Ya que
éste, es un ser perfectible y necesita de la sociedad para perfeccionarse cada vez más.
Aparte, somos seres dignos, por lo que somos un fin en sí mismo y no tan sólo un medio,
por lo que la sociedad nos debe tratar con dignidad. Por esto la sociedad está hecha para el
hombre; sin ir más lejos no debemos olvidar que somos nosotros quienes la conformamos.
Pero toda sociedad, debe tender al bien común y no al bien público, lo que el mismo
Aristóteles manifestaba. Esto, ya que el bien público, es el bien de muchos, pero no de
todos. En cambio, el bien común, es lo justo para todos.
Como somos seres únicos y dignos, merecemos el todo, pero ese todo, debe de ser, para
todos. O sea, cada integrante de la sociedad, debe recibir ese todo. Por lo mismo, el fin
último de toda sociedad, según esta corriente de pensamiento, es el bien común. Postura
que también defendió Santo Tomás.
Muchos tratados han sido escritos, en nombre de la sociedad. Uno de los que más fuerte
marcó el rumbo de la sociedad, fueron los contractualistas. Aquellos autores, como Tomas
Hobbes, que pregonaban el contrato social. El hombre no era un ser social por naturaleza,
sino que por necesidad.
Ya que el hombre requería del Estado, para salvaguardar la propiedad privada. A veces,
llegaba el punto, en que el resto de los ciudadanos, no respetaba lo ajeno. Principalmente
los bienes muebles, por lo que el ser humano, requería del Estado para que los protegiera.
Por lo mismo, se firmaba un acuerdo o contrato tácito, en el cual se cedían ciertos derechos,
en pos de que el Estado, cuidara de la preservación, de la propiedad privada. Esta teoría, fue
sumamente controversial en su época, ya que echaba por tierra las teorías clásicas de
sociedad.
Pero más adelante, acercándose al siglo XXI, se volvió a las ideas más clásicas,
defendiéndolas y postulando nuevamente, de que el ser humano es un ser social por
naturaleza. La sociedad, le es algo propio, por derecho y no por un contrato. Pensemos, en
una persona, que no cuenta con bienes. Por ende, bajo la postura de Hobbes, aquella
persona, no es parte de la sociedad. Es ahí, que se retoma la idea, de que somos seres
dignos de manera intrínseca. Por lo que merecemos ser parte de la sociedad.
De la misma forma, recorriendo las variadas definiciones para sociedad, podemos decir que
es todo grupo humano que comparte un mismo lugar geográfico. En el cual, las creencias,
la cultura, la religión y la historia, se comparten de manera común.
4. Características
Dentro de una sociedad grande, pueden coexistir muchos grupos con diferentes subculturas
asociadas con la región, origen étnico o clase social. Pero todas coinciden en características
comunes:
5. Requisitos
Para que exista una sociedad debe haber elementos indispensables que la conforman:
a) Territorio común
b) Población
c) Lengua
d) Historia
e) Tradición y costumbres
f) Religión
6. Factores condicionantes
Biológicos Psicológicos
1. Etnia o tronco sanguíneo 1. Sentido de pertenencia
2. Rasgos físicos 2. Sentimientos cívicos comunes
7. La socialización:
El sentido de reducir los elementos a dos: cultura y valores, es para separar los aspectos
culturales de los sociales, por ejemplo, la cultura popular como expresión de los valores
populares.
Esta clasificación en dos grupos (o más) tiene problemas, que en apariencia no inciden
sobre la estructura, por ejemplo religión, si es la búsqueda de lo trascendente o es la
socialización de las personas, en este caso estaría en el segundo grupo, éstos vendrían a ser
elementos que no son parte de la sociedad, en virtud que cada miembro social puede
adoptar una religión distinta. Esta estructura se manifiesta claramente en la conformación
de:
c) Roles, que desempeña dentro de la familia (esposo, padre, hermano, tío, abuelo), del
medio político: autoridad; del medio económico, patrono, empleado; del medio
educativo: docente, estudiante, etc.