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PROMOCIÓN Y EJERCICIO DE LOS DDHH, PARA UNA CULTURA DE PAZ Y

RECONCILIACIÓN

SOLANYIS GUERRA MEJÍA


APRENDIZ

JACQUELINE ESTHER TAPIAS REALES


INSTRUCTOR

ACTIVIDAD GUIA 1

SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE (SENA)


2020
¿Cuál es el papel de la familia, comunidad y Estado en la prevención del
reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes?

En nuestra Constitución, algunos de los derechos son considerados como


fundamentales. Entre ellos, el derecho a la vida, a la dignidad, a la igualdad y a la
libertad. Pero además, los niños, las niñas y los adolescentes como tú tienen
derechos especiales que solamente pertenecen a las personas menores de 18
años y que no todos los adultos respetan. Entre esos derechos están unos a los
que se les llama “derechos de protección”. Por ejemplo, el derecho a ser protegido
para que no sea reclutado ni utilizado por los grupos armados organizados al
margen de la ley y los grupos delictivos organizados.

De ahí que el reclutamiento además de ser una práctica que vulnera todos tus
derechos: por ejemplo, el derecho a vivir, a ser libre, a ser protegido, a crecer en
una familia, a ir a la escuela y a recibir atención médica. Su impacto es
desproporcionado en la vida del niño, niña, o adolescente reclutado, al igual que
en su familia, comunidad y el desarrollo del país en su conjunto. La Defensoría del
Pueblo debe hacer un seguimiento a los casos de vulneración de los derechos de
niños, niñas y adolescentes que haya en tu comunidad e informar a las
autoridades sobre amenazas de reclutamiento que puedan presentarse. Pero el
reclutamiento no solo trae difíciles consecuencias para los niños, niñas y
adolescentes que caen en manos de los grupos armados. También provoca
situaciones difíciles para sus familias y para las comunidades a las que
pertenecen.

Es generalmente es el Estado el que responde porque los Derechos Humanos se


protejan. Sin embargo, cuando se trata de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, esta obligación es también de la familia y de la sociedad. A esto se
le denomina corresponsabilidad.

¿De qué manera puede Usted contribuir a proteger a los niños, niñas y jóvenes de
su comunidad, frente al reclutamiento forzado?
Las familias, la comunidad y el estado deben crear un entorno protector lo cual es
un espacio en el que las personas responsables del bienestar unen todas sus
capacidades para promover, exigir y defender los derechos de todos los niños,
niñas y adolescentes. En un entorno saludable, donde el Estado la comunidad y la
familia deben aseguran las condiciones para que las niñas, los niños y los
adolescentes puedan ejercer todos sus derechos y vivir libres de todas las formas
de violencia, de explotación y de exclusión. Allí todos están listos para prevenir,
detectar y denunciar cualquier amenaza o vulneración de tus derechos.

Por tanto, debemos ser muy conscientes de este delito. La apuesta de todos,
absolutamente todos, es evitarlo. Su ocurrencia afecta el goce efectivo de
derechos y el desarrollo de los niños, de sus familias, de las comunidades y del
país, en su conjunto, al igual que tensiona el ejercicio de los derechos de las
víctimas a la verdad, justicia y reparación.

El reclutamiento y utilización de personas menores de 18 años debe prender todas


las alarmas. Una sociedad civilizada impide su ocurrencia. Por tanto, evita que
niños, niñas y adolescentes experimenten una vida en armas; neutraliza los planes
sistemáticos de reclutamiento y utilización que diseñan e implementan los
armados; activa todas las medidas necesarias para erradicar tales prácticas; llama
al rechazo y la movilización ciudadana en su contra y promueve políticas públicas
que incorporen la prevención del reclutamiento y utilización de niños, niñas y
adolescentes.

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