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Carlo Ginzburg
Presentamos a continuación, en versión bilingüe, la breve dc
entrevista realizada a través del correo electrónico el pasado 19
Carlo Ginzburg
Doctor en Letras.
Facultad de Historia. UCLA, EE.UU.
1. Cuando nos concentramos en aspectos o acontecimientos de un
pasado lejano, la pesquisa tiene un valor claro por su capacidad de
aportar datos desconocidos o revelar nexos ocultos. Sin embargo, al
detenernos en momentos más próximos, nos encontramos frente a
una abundancia de datos y fuentes que puede resultar a veces
incluso excesiva ¿Sería posible adoptar un método de investigación
análogo a Indagine su Piero o Il formaggio e i vermi para temas
inherentes a la cultura y la historia contemporánea?
También yo creo que la investigación pueda ser perjudicada por un
exceso de documentación. Cuando se está inundado por una cantidad
enorme de datos es difícil (si no imposible) identificar aquellos
verdaderamente significativos. Pero quien se confía de un método
como de una ganzúa capaz de abrir todas las puertas quedará
inevitablemente desilusionado. Métodos del género no existen, o
mejor: existen, pero llevan a descubrir solamente banalidades. Para
evitar esta trampa debemos alcanzar a sustraernos del sentido de
familiaridad con la realidad que nos circunda. El verdadero enemigo
del saber no es la ignorancia sino la media ciencia que nace de la
familiaridad. También esto, cierto, es una banalidad: pero se trata de
un punto de partida, no de un punto de llegada.
dc 2. En el ámbito de la historia del arte, por ejemplo, ¿sería posible
20 aplicar un criterio de lectura del mismo género a obras cuyo
contenido simbólico o figurativo no esté circunscrito a códigos
convencionales?
Cada obra de arte es un relato, escribió una vez Roberto Longhi.
También las imágenes de ruptura se inscriben en un código: de otra
manera serían incomunicables. No existen principios absolutos.
3. Desde sus orígenes la arquitectura ha tenido fuertes implicaciones
con aspectos filosóficos, políticos, culturales y simbólicos. Sin
embargo, no es un campo al que usted ha prestado una significativa
atención. ¿Cree que existe algún historiador de la arquitectura que se
haya dedicado a esta materia con una actitud que considere afín a la suya?
Citaré solamente un nombre, el de Rudolf Wittkower: de su libro
Architecturals Principles in the Age of Humanism he aprendido mucho.
Pero afín a él no me veo.
carlo ginzburg
4. ¿El hecho de detenerse en aspectos aparentemente marginales,
pero reveladores del imaginario o del trasfondo cultural de un
determinado periodo, facilita el acercamiento de los no especialistas
en temas de historia?
Tal vez. Pero sobre todo creo que los no especialistas puedan ser
atraídos por una investigación que presente, más allá de los
resultados, la vía seguida para alcanzarlos. El elogio un poco vulgar de
la investigación que se lee como un libro policiaco rinde homenaje sin
querer a una gran verdad: el impulso natural hacia el conocimiento
recordado por Aristóteles al inicio de la Metafísica.
5. En sus obras más recientes nos parece encontrar un paso de la
microhistoria a la historia de las ideas que parece también una
mirada más directa al presente ¿Cómo se estructura hoy la relación
entre la interpretación del pasado mediante la historia y la posibilidad
o capacidad de comprender aspectos de la realidad contemporánea?
La microhistoria continúa interesándome: uno de los proyectos en los
cuales trabajo va en esa dirección. Pero debo decir que las etiquetas
(microhistoria, historia de las ideas) no me interesan mucho. En cuanto
al nexo con el presente, es verdad: en mis estudios más recientes eso
deviene más explícito. Tal vez se trata de una reacción polémica a los
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lugares comunes que se concentran en el último fotograma en vez que
en el film (los discursos sobre la globalización son un ejemplo típico de
esta simplificación).
6. La cuestión de la distancia es el tema central de Occhiacci di legno.
Respecto al pasado, esta distancia se crea, en un cierto sentido,
automáticamente a través del tiempo. Pero, como ha subrayado, existe
también otra distancia, cultural, que nos permite observaciones
excéntricas y por tanto reveladoras ¿Piensa que esta distancia se está
reduciendo en la sociedad de la información? ¿En qué modo este
fenómeno puede incidir sobre nuestra capacidad de observar y
observarnos?
Pienso que este riesgo existe (ver respuesta a las preguntas 1 y 5). El
aire que respiramos está impregnado de mentiras. Me viene a menudo
recordar la frase del gran lingüista Roman Jakobson (y antes aun de
Nietzsche): "la filología es el arte de leer lentamente". Este arte, que se
refiere no sólo a las palabras sino a las imágenes, es un instrumento de
supervivencia: sería necesario enseñarlo a todos.
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7. Con Internet, la disponibilidad y la estructura misma de la
información ha cambiado de modo irreversible. ¿En qué medida esto
modifica el modo en que el historiador afronta su trabajo? ¿Qué valor
tiene hoy el acceso directo a las fuentes, el tocar con la mano el
documento?
Cada proceso tecnológico comporta también un regreso y una
pérdida. Internet es un instrumento magnífico que permite acceder en
pocos segundos a una enorme cantidad de basura. En medio de la
basura se esconden también, naturalmente, informaciones
importantes, tal vez perlas: pero identificarlas es difícil (ver respuesta
a la pregunta 1). Como decía, es necesario, más que nunca, aprender a
leer: una palabra que, como se sabe, tiene muchos significados.
Estamos frente a una situación nueva, que presenta no pocas analogías
con aquella provocada por la invención de la imprenta. En aquél
entonces el número de lectores aumentó enormemente, porque el
acceso a los libros impresos tenía un buen mercado (y entonces mucho
más fácil) que el acceso a los manuscritos. Pero aumentó enormemente
también la cantidad de libros impresos de mala calidad. También
entonces los lectores debieron aprender a orientarse. En suma: las
cosas cambian, tal vez muchísimo, pero no existen situaciones
totalmente nuevas (ver respuesta a la pregunta 2). Cierto, existe el
dc
24 riesgo de que usuarios desprevenidos de Internet asuman de manera
acrítica los datos elaborados en manera errónea, tendenciosa, y como
sea nunca neutral. Este riesgo existía también en el pasado, aunque sí
en medida infinitamente menor. El acceso directo a la documentación
resulta insustituible.
8. En la historia a menudo las imágenes han jugado un rol
importante, pero también controvertido. ¿Cómo cree que debe
afrontarse este tema en una cultura como la nuestra, saturada de
imágenes y en la cual las imágenes, a su vez, parecen despertar
sospechas?
El poder de las imágenes no ha sido nunca tan grande como ahora: basta
pensar en el ataque en directo a las Twin Towers o en la destrucción de
las estatuas de Budda por parte de los talibanes. Nuevamente otra vez,
eventos recientísimos y tecnologías contemporáneas se entrelazan con
fenómenos muy antiguos. Sólo analizando estas relaciones podremos
aprender a reconocer la novedad del presente.
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9. Finalmente, reflexionando sobre su actividad de historiador, ¿qué
aspectos cree más significativos? ¿Hay un tema al cual esté
dedicando particular atención en sus investigaciones actuales?
Cuando me preguntan cuál de mis libros quiero más, respondo: el
próximo. Cuál será el próximo, no lo sé aun. Estoy trabajando en temas
muy distintos (es una tendencia que se acentúa en los últimos años):
Machiavelli; la postura hacia las imágenes del Medioevo; un suizo que
al inicio del '700 teorizó la expansión de colonial europea y fundó una
ciudad en South Caroline. Veremos.
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